De pie en una esquina de la gran pista de baile, Marinette suspiró mientras leía en su teléfono un mensaje de Alya:

"Mis primos llegaron de sorpresa esta noche. Debo cuidarlos. No podré ir. Lo siento, chica. ¡Suerte!"

Habían hablado de aquel evento por semanas, de como sería y de como se divertirían juntas. Pero ahora ella estaba sola, de pie cerca del DJ.

Miraba al rededor, intentando adivinar quien era quien debajo de sus máscaras. Logró reconocer a algunos de sus compañeros de clases, a otros no. Se entretenía con eso cuando alguien chocó contra ella.

-¡Auch!

-Lo siento.- respondió una voz masculina. El responsable se volteó para verla y quedó paralizado. El vestido y máscara rojos que Marinette llevaba puestos le dió por un momento la loca idea de que se trataba de Ladybug, SU Ladybug.

La reacción de ella no fue muy distinta. Su traje negro y la máscara que le hacía juego le hacían similar a Cat Noir. Se sorprendió por un momento de ver a su compañero de lucha contra el mal en su baile escolar, pero este sentimiento se transformó en nerviosismo al darse cuenta de que se trataba de Adrien.

-D-Descuida. No pasa nada.- respondió ella, sacándolo de su trance.- Y, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías con... Chloe.- No le agradaba decir aquel nombre.

-Eso es justo lo que intento evitar.- dijo él.- Me a perseguido toda la noche. Intento ocultarme de ella.

-No creo que pases inadvertido con estas.- rió ella señalando el par de orejas de gato que llevaba como parte de su disfraz. Adrien rió también.

-Sí, quizás no.

-Muy bien, damas y caballeros,- dijo el DJ.- vamos a calmarnos un poco. Aquí viene una pieza lenta, así que les sugiero que escojan a una persona especial.

-¿Qué dices? ¿Quieres bailar?- preguntó Adrien de repente, sorprendiendo a Marinette. Ella volteó con sus ojos bien abiertos antes de bajar la mirada.

-Seguro...- respondió en un susurro, causando una sonrisa en el chico. Este extendió su mano y ella a tomó tímidamente antes de dirigirse a la pista de baile.

Adrien tomó la iniciativa de acomodarse. Colocó la mano que tenía entre la suya sobre su hombro, cosa que hizo también con la otra, y deslizó sus manos hacia su cintura.

La mejillas de Marinette apenas podían distinguirse del carmesí de su vertido y continuaba con la mirada baja. ¿Qué le diría Alya si la viera ahora? Probablemente no los dejaría en paz con sus fotos.

-Oye, relájate.- escuchó decir a Adrien. El muchacho podía sentir la tensión de su cuerpo.

-Es que y-yo... realmente no sé bailar este tipo de música muy bien.

-Es sencillo.- aseguró él con una dulce sonrisa. Ajustó su agarre para acercarla hacia él, de manera que ella pudiera colocar su cabeza sobre su hombro.- Sólo tienes que dejarte llevar.

Marinette respiró profundo y reunió el valor suficiente para enterrar su cara entre su cuello, rodeando el mismo con sus brazos. Adrien sonrió ligeramente e inclinó su cabeza para recostarla con la suya.

En cualquier otro tipo de situación no hubiera hecho algo parecido. Pero esa noche, al verla con ese hermoso vestido rojo, era diferente. Sentía que bailaba con la auténtica Ladybug y eso lo hacía sentir increíble.

Marinette por su parte no estaba tan lejos. El chico por el que moría la había invitado a bailar y ahora se encontraba en una situación con la que creyó solo se encontraría en sus sueños.

-¡Adrien! ¡Ahí estás!- Los gritos de Chloe reventaron la burbuja en la que ambos se encontraban.- ¿Dónde te habías metido? ¡Te busqué toda la noche?

-Tu, eh, ¿quieres ir afuera por algo de aire?- le preguntó Adrien a su pareja intentando no mirar en la dirección de la chica rubia.

-Claro.- respondió Marinette antes de que ambos dejaran el lugar, tomados aún de la mano. Perdiéndose de la intrusa entre la multitud, dejaron el salón. Se dirigieron a uno de los espacios externos en busca de una banca.

-Lamento eso.- se disculpó Adrien una vez que tomaran asiento.

-No te preocupes, me han pasados peores...- respondió ella rodando los ojos al pensar en las decenas de veces que Chloe había interrumpido en alguno de sus intentos de dirigirse a él. Al menos, esta vez se había quedado con Adrien.

-¿Puedo decirte algo loco?- dijo él.

-¿Sí?

-Siento que estoy... con una persona distinta esta noche.- dijo pensando en la heroína.

-Sé como te sientes.- dio ella.

-¿Ah, sí?- preguntó el extrañado.

-Claro.- Adrien la miró detenidamente por un momento. Realmente no parecía ser aquella callada chica que se sentaba detrás de él en el salón de clases y tartamudeaba al hablarle. Había un brillo en sus ojos, uno que conocía muy bien.

En un momento de impulsividad, tomó sus manos entre las suyas y se inclinó hacia ella. Marinette se echó un poco hacia atrás sorprendida por lo que aquello significaba. ¿Estaba pasando en serio?

Cerró sus ojos, esperando el maravilloso suceso cuando él se detuvo. Aquella loca idea había venido de su, no tan secreto, deseo de besar a Ladybug. Pero la chica que tenía en frente no era Ladybug, y no era justo para ella ser el reemplazo de alguien más.

Tras dejar ir sus manos, Adrien tomó la máscara de Marinette y la retiró de su rostro. Ella abrió sus ojos al sentirlo, pero apenas tuvo tiempo de enterarse de lo que pasaba cuando sintió finalmente sus labios encontrarse con los suyos.

Con una mano en su cintura y otra en su nuca, Adrien se sentía en otro mundo. Realmente no le importaba besar a Marinette en ese momento, de hecho, descubrió que le gustaba bastante. Una sonrisa se podía distinguir apenas en las comisuras de sus labios.

Marinette colocó lentamente sus manos en sus mejillas, devolviendo el beso a los pocos segundos de que este iniciase. Era todo con lo que alguna vez había soñado. La atmósfera perfecta, sin interrupciones. De repente una idea loca cruzó por su cabeza. ¿Y qué tal si sin saberlo besaba ahora a Cat Noir?

Aquello despertó cientos de fuegos artificiales en su interior. No podía negar que pasar algo de tiempo con el superhéroe le había hecho sentir afecto por él. Pero no se encontraba con este ahora, si no con Adrien.

Se sintió algo culpable por esto y se echó hacia atrás. Adrien se inclinó un poco hacia adelante, intentando que aquel momento no terminara, más al ver la expresión de tristeza en rostro de la chica se detuvo.

-Marinette...- murmuró con sus mejillas ligeramente sonrojadas.- ¿hice algo mal?

-¡No! Es decir, no.- respondió ella. Levantó su mirada y sonrió.- Ha sido una noche increíble.- aseguró, consiguiendo una sonrisa de él.

Creo que era solo cuestión de tiempo antes de que saliera una versión de baile de máscaras.