Los personajes señalados son propiedad de Masami Kurumada del anime Saint Seiya


- Ten . Come algo June - me dijo con su habitual sonrisa , ofreciéndome un plato de comida .

- huele bien - lo recibí encantada .

Shun se sentó a mi lado esa tarde y almorzamos juntos mirando el paisaje, el cielo ya oscurecido . Habia sido muy difícil conseguir alimento y él logró su mayor esfuerzo. Una "tortuguita", como asi la había llamado, llegó a nuestras manos esa mañana . Reda la había traido , después de encontrarla andando cerca a la orilla de la isla.

- Bien, Reda. Hoy comeremos tortuga - le dijo Spica sonriendo satisfecho, afilando un enorme cuchillo.

Reda se acercó jadeando por el esfuerzo de cargar un animal tan pesado.

- !Dejate de bromas y ayúdame con esto! - le gritó dejando al fin caer a la tortuga.

Mientras yo me encargaba de lavar los utensilios, vi a Shun aproximarse a lo léjos , cargado de una carreta repleta de leña.

- Ya leyendo el lloroncito - burlado Spica - Trae al animal aquí.

El agua cálida del rio me hizo distraer un instante de las voces de mis compañeros , sólo el grito inesperado de Shun llamó mi atención.

- !No, Spica ¡ !Detente¡ - exclamó dejando la leña regada por el suelo.

- ¿Qué te pasa? - le gritó Reda en cuanto Shun le arrebató de la mano a la tortuga .

- ¡No lo hagas! Por favor... - le suplicó abrazándola.

- ¿Qué? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Te has vuelto loco o qué ? - le gritó Spica enfurecido.

- Por favor...Reda...Spica...- Les suplicó Shun arrodillado, abrazando aun más a la tortuga , sintiendo latir su corazón con fuerza.

- !Dejate ya de tonterías y dame a ese animal ¡ - forcejeo con él , Spica.

- ¡No, no voy a permitir que la mates! - gritó Shun al borde del llanto, aferrándose a ella con mas fuerza.

- ¡Eres un imbécil! ¡Ya me tienes harto con tus niñerías ! - lo pateó Spica.

- ¡No sabes cuanto nos costó encontrar comida para que vengas a arruinar todo! - Le gritó Reda golpeándolo.

Alarmada por los gritos , dejé mis labores y corrí asustada a donde estaban mis compañeros y vi a Shun llorando aferrado a una gran tortuga y a Reda y Spica que lo pateaban insultándolo.

- Ya basta , déjenlo - los alejé a empujones .

- ¡Ahora por culpa de esta niñita tendremos que trabajar el doble! - gruño Reda enfurecido.

- Shun ... - me dirigí a El.

- No, June...por favor...pobre tortuga - Me miró con sus ojos llorosos.

- Shun ... Debes entendre ...

- Mira June - me interrumpió - si no matas a la tortuga, yo conseguiré comida.

- Si claro - se burló Reda - ¿Cómo lo vas a hacer? No sirves más que para reunir leña o lavar la ropa.

- Reda , Spica - se levantó y les dijo secando sus ojos - yo conseguiré comida , se los prometo.

- De acuerdo Shun, yo iré contigo - Le dije . Porque de ninguna manera iba a dejarlo ir solo.

- Total, más te vale que sea muy pronto , porque tengo hambre - soltó Spica el cuchillo al suelo, enojado.

Shun corrió con la tortuga en brazo y yo lo seguí. Tenia miedo todavía de que Spica fuera a matarla en su ausencia.

Antes de que atardeciera, regresamos con la espalda cargada de toda clase se hortalizas y frutos que habíamos logrado conseguir. Arrojando al suelo mi saco , me deje caer, sentada sobre el suelo. Estaba rendida. Shun, sin perder tiempo se había ido a lavar y preparó el solo los alimentos , pues Reda y Spica se había rehusado ayudarlo, decían que era su castigo por haberlos dejado varias horas sin comer.

- No te preocupes, yo te ayudaré - le sonreí levantandome con dificultad. Mis piernas parecían hechas de roca pura.

- Tranquila, June. Puedo hacerlo solo - me ayudó a sentarme otra vez.

- Por su puesto que no. Debes estar cansado, Shun - Y en su voz, en su rostro, se le notaba.

Pero se salió con la suya y no me permitió ayudarlo, ni en la más mínima cosa. Cargó solo, la leña pesada; mientras Reda y Spica lo apuraban, como perros hambrientos esperando su comida.

- Ya estará listo, sólo falta un poquito - los calmó , removiendo con cuidado la olla en el fuego.

- ¡Apurate!

Finalmente, Shun pasó a sirvir la comida, en tazones hondos preferibles para esos dos que no dejaban de gritarlo. Yo me quedé sentada en las escaleras del pequeño templo en que nos alojábamos . Extrañamente, no sentía hambre. Cerré mis ojos unos momentos, quise sentir el aire golpeando suavemente mi cara y solo pensar en cosas bellas. Un tierno calor se dejó aparecer, invitando a la noche y al frío. Casi me quedo dormida, ahí sentada, cuando Shun se acercó y se sentó a mi lado. Traia en una mano un plato de comida y en el otro brazo a la enorme tortuga.

- Shun...- susurré soñolienta.

- June, come algo - me ofreció el plato y se colocó a mi lado.

Realmente olía muy rico. No dude en probarlo y di una bocanada a lo que me había servido, estaba exquisito. Luego lo miré a él, sonreía complacido. Su mirada me derritió. No aguanté más , dejé el plato a mi costado izquierdo y tome sus delicadas y blancas manos entre las mías. Él se sorprendió.

- Un plato de comida preparado por ti...- le dije, hablándole casi en susurro, como si le hablara a un angel salido de mis sueños.

- Si, ¿Te gustó? - me preguntó riendo divertido.

Ignoré su pregunta, tan sólo me encantaba verlo sonreir.