Eh aquí con otra historia de mi pertenencia, es la primera que subo bajo este seudónimo puesto que tengo otra cuenta acá en Fanfiction.
Seguramente muchos de ustedes se sientan algo identificados con lo viene a continuación. Espero no aburrirlos mucho con esta ammmm… ¿autobiografía?
Advertencias: Au y OoC. Tocaré algunos… puntos realistas que tal vez disguste a alguno. Pido perdón de antemano por ello.
Quisiera además aclarar que este es un pequeño diario que eh decidido compartir con todos ustedes, claro que todo quedara bajo el punto de vista de Sakura Haruno. Ha pasado un año desde que escribí este prólogo, y descuiden, actualizaré seguidamente, aunque considerando que mi vida es realmente aburrida tendré que pedirles un poco de paciencia. El primer capitulo esta casi terminado.
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Teen Diary
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Prólogo
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¿Por qué todo el mundo me callaba? ¿Por qué tenían que ser así conmigo? ¿Tanto así les molestaba mi sola presencia? ¿Por qué no me dejaban expresar? ¿Por qué tenía que estar tan sola? ¿Por qué nunca tuve una mejor amiga? ¿Por qué no hay cerca personas como yo? …Tantos porqués, pocas respuestas.
Sakura Haruno, 14 años de edad, chica solitaria de extraño cabello color rosa y mi mayor tormento: gustos diferentes a los del resto
Veamos, todo iba bien hace 4 años y medio, cuando aún no llegaba a la adolescencia y era prácticamente ¨normal¨, cuando las personas no me criticaban por mis gustos y decían cosas ofensivas como que estaba loca o necesitaba un psicólogo; cuando mis gustos no se enfocaban a lo que realmente me gustaba…
Cuatro años más tarde escuchaba algo de metal, veía anime, hablaba japonés a medias, y cantaba los openings en el mismo idioma nipón.
¨Por lo menos aun viste normal¨ eso decían muchos.
Trataba de que los comentarios de mis supuestos amigos y familiares no me dañaran, y para ser sincera eso era algo que ya había superado, puesto que estaba acostumbrada, pero a veces esas cosas me dolían un poco.
Para que me entiendan con mayor claridad:
Desde que estaba en el vientre de mi madre veía los llamados animes japoneses, puesto que ella los veía por las tardes mientras disfrutaba de su almuerzo. Al nacer, yo hacía lo mismo. Luego de llegar del colegio me duchaba, adelantaba algo de tarea y justo a las dos en punto escuchaba el opening de Samurái X, esa era la señal para que fuera por mi comida y luego me sentara durante dos horas y media a disfrutar de mis comics preferidos
El orden ya me lo sabía de memoria: Samurai X, Candy Candy, Heidi, y por ultimo Inuyasha
Por nada del mundo podía dejar de ver alguno de estos puesto que eso solo implicaba una sola cosa: mal humor durante todo el día.
A la edad de 7 años dejé de mirar estos animes, pues ya no los daban en la tv. A los 9 años llegó algo nuevo a la industria del entretenimiento por cable, en realidad no era nuevo pero recién lo estrenaban por ese medio. Recuerdo claramente a mi hermano menor sentado sobre el sillón más grande de la sala: hermana, mira es un comic nuevo. Traté de no prestarle atención ya que me urgía ir al baño, pero al observar ciertos ojos y cabellos negros, fue imposible despegar mis ojos del aparato electrónico
Mi nueva serie favorita, fue eso lo que pensé de inmediato.
A los 10 años ya se me hacía algo tedioso observar a esos ninjas animados con ¨voluntad de fuego¨ porque repetían una y otra, y otra vez los primeros 50 capítulos. Yo sabía que había más que eso porque quedaban muchos cabos sueltos, ¡pero vamos!, al ser una niña de casa que solo iba de la escuela a su hogar y viceversa, no había forma de saberlo
Los 11 años… la edad de la verdad, la edad que cambiaría mi vida para siempre, la edad en la que conocí a mi primer amor, la edad en la que como todo niño la inocencia iba desapareciendo. A esa edad recibí el regalo más hermoso que hasta ese entonces alguien me había dado, recibí el 25 de diciembre, a primera hora de la mañana, al amor de mi vida: Un computador pantalla plana junto a una tarjeta ilimitada de internet
A partir de ese momento ya nada fue igual.
Descubrí el Messenger, Facebook, Twitter y lo mejor de lo mejor: el Youtube. Al conocer este último, descubrí las infinidades de animes y mangas que habían en el cyber's espacio, descubrí la nueva vida que viviría por muchísimo tiempo, o al menos eso esperaba
A los 13 años ya sabía que los animes y mangas se clasificaban básicamente en shojo, shonen, mecha, hentai y gore. Estos dos últimos prohibidos para menores de 18 años, el hentai por ser material pornográfico y el gore por ser material violento e inadecuado para la mente de un niño en desarrollo, aun así mi género favorito era el gore: sangriento, bizarro, psicótico y perturbador, al igual que yo desde los 12 años.
Me parecía simplemente fascinante el ver un cuerpo desmembrado, cubierto de sangre desde los pies a la cabeza, sin luz de esperanza alguna sobre sus orbes; mirar a personas gritando desesperadamente por su patética vida mientras son expuestos a un dolor indescifrable. Amaba la sangre… pero ese líquido carmín también me daba temor ¿Qué irónicas y bizarras son las cosas no? Podía y amaba ver aquellas películas terroríficas donde todo era sangre, no me importaba si la trama era mala, solo me importaba que hubiese exceso de sangre; pero no podía ni pensar en ver en vivo y directo a una persona sufriendo así, en la vida real. Tal vez porque sabía que aquellas escenas eran solo montajes de una magnífica mente, tal vez, eso es algo que aún no tengo en claro.
Poco tiempo después comencé a hablar japonés, no a la perfección, pero si a medias; descubrí otro género de manga, ya lo había escuchado, o mejor dicho leído, pero no creía que fuese adecuado para mi edad, pero ¡vamos! Mi mente ya estaba jodidamente desequilibrada, o al menos eso decían los demás. Fue entonces cuando leí mi primera página de manga eroguro, su autor era Junji Ito.
El eroguro prácticamente significabapornografía grotesca, ya que se mezclaba el gore con el hentai, eran páginas repletas de escenas pornográficas junto a desmembramientos, humor negro y mucha sangre. Ahora que lo pienso son escenas de sadismo llevado al máximo (en algunos casos); Hablando de sadismo, joder creo que enserio voy a necesitar un psicólogo pero, no estoy en contra de esa manera de practicar el sexo, tal vez si este yendo algo lejos, pero ¿si te gusta la sangre y el placer, este último no aumenta aún más al tener involucrada la sangre? Y no piensen que soy una maldita enferma que práctica el sadomasoquismo, puesto que soy virgen y no soporto el dolor, bueno tal vez me guste un poco pero no en extremo como para marcar o dañar mi propio cuerpo, y en cuanto al sadismo, pues sí, me gusta ver sufrir a las demás personas pero solo poco y siempre y cuando estas no boten ni una gota de sangre, me refiero al dolor sentimental.
Demonios acabo de leer lo que eh escrito hasta ahora y me doy cuenta que soy una jodida morbosa, si alguno de mis padres o familiares lee esto es segurísimo que iré a parar a un psiquiátrico. En fin, otra cosa que no eh aclarado es que no veo ni hentai ni eroguro, este último solo lo vi una vez y tras comentárselo a un amigo y este reprenderme ligeramente, deje de verlo solo por su petición, si adivinaron, me gusta un poco, pero lo conocí hace poco más de año y medio por internet así que no vale aunque este cerca de mi lugar de residencia.
Retomando lo principal: a los 13 años y medios ya estaba clara en que era una chica otaku, de esas que pasaban todo su tiempo pegada al computador y solo se despegaban de el para ir al baño, puesto que incluso comía allí sentada; escuchaba j-pop, j-rock, algo de eroguro, visual y un poco, casi nada de metal; amaba todo lo referente a la cultura Nipona, lo cual era el centro de todos los insultos que recibía. Por eso, por tener gustos tan diferentes a la sociedad americana, mi círculo social era prácticamente inexistente, mis amigos eran contados con los dedos de mis manos y quedaban unos cuantos sin levantar, claro que, al pasar los meses, las personas que convivían conmigo diariamente se alejaban cada vez más.
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