Hola, mi intención era la secuela de Amor y Odio, pero sólo tengo 4 capítulos avanzados, y dos con sólo el principio. Es más, me está resultando demasiado difícil continuarlos. Tengo un bloqueo horripilante, y entre el bloqueo y los estudios, apenas pude CASI terminar tres capítulos en 3 MESES (no estoy acostumbrada a eso en lo referente a fanfics). Además, tengo INSEGURIDAD y FALTA DE CONFIANZA en lo que respecta a poder continuar el fic y terminarlo (algo que no me pasó con los fics anteriores). Yo tengo una idea, tal vez una tonta idea... Pero como mi intención es subir un fic con muchos capítulos seguidos y no con one-shots separados, mi idea es subir los capítulos que ya casi termino (con este serían 4) sin dar esperanzas que después del 4to habrá otros, pero que tengan en claro que son capítulos que continúan Amor y Odio. Es decir, sólo subiré cuatro capítulos. (Me hice un lío explicando :P)...Quiero aclarar también que, si me hubieran llegado las ideas, los cuatros capítulos que voy a subir, no habrían sido subidos en este orden, ni el título habría sido "Después de amor y odio" ni el summary habría sido el que tal vez hayan leído. En fin, ya dejo de hablar, los dejo leer y dejar comentarios tranquilos :P... Realmente, espero esos Reviews :)

iCarly ni sus personajes me pertenecen es creación de Dan Schneider :)

1. Que no lo sepa nadie

En el departamento de Carly, Sam y Freddie estaban sentados uno al lado del otro en el sofá (Freddie rodeaba con el brazo el hombro a la rubia), mientras Carly, que sostenía un lápiz, estaba sentada con las piernas cruzadas y en el suelo, sobre un almohadón, ante la mesita ratona, donde se apoyaba una libretita.

—De acuerdo, entonces, tenemos: la sección de la cocinera haciendo pastelitos, el tráiler de una película loca y el …—hablaba a sus amigos mientras leía de la libretita que ya había agarrado.

Pero, de repente, escuchó risas de sus amigos que interrumpieron su lectura y, en seguida, alzó la cabeza para mirarlos. Sam y Freddie se miraban y se reían.

—¡No me están escuchando! —espetó Carly algo molesta, pero sin poder evitar sonreír un poco.

Freddie y Sam intentaron parar de reír pero cada vez que volvían a mirarse la risa regresaba.

—Ay… Lo siento… Lo siento —dijeron, haciendo un esfuerzo por parar de reír.

—¿Podrían pensar más ideas para iCarly? —pidió la castaña.

—¿También en vacaciones debo pensar? —preguntó Sam.

—¡Sam! ¡Tenemos un programa que preparar para este sábado! —exclamó Carly, para hacerles entender a sus amigos que iCarly era importante. —¡Y no estamos de vacaciones! —espetó luego, extrañada por el comentario de su mejor amiga.

—Sí, Carly tiene razón, Sam… —le dijo Freddie a la rubia.

—De acuerdo... Entonces, tenemos... —volvía a decir Carly, dirigiendo la vista hacia la libretita.

Sin embargo, en aquel momento, entró Spencer, con traje y cantando, y ella alzó la vista hacia él mientras Sam y Freddie volteaban a mirarlo también:

—Aquí viene Spencer, sí, viene de su cita... Aquí viene Spencer, sí…

Spencer siguió cantando mientras cerraba la puerta y se daba la vuelta, pero se detuvo al ver a Sam y Freddie en el sofá.

Los chicos se lo quedaron mirando confundidos y sonriendo un poco.

—Oh, claro, están aquí —dijo el hermano mayor de la castaña.

—¿Cómo te fue en tu cita, Spence? —preguntó Carly.

—Oh, estuvo bien... Comimos quesadillas…—empezó a contar el muchacho al tiempo que se iba acercando más.

—Oh, Freddie dijo que me compraría —interrumpió Sam.

—No, no lo hice —dijo el chico, mirando a Sam ceñudo de la confusión.

Se miraron unos segundos hasta que, al notar que nadie decía nada, Sam soltó:

—Bueno, ¡y hazlo!

Freddie puso los ojos en blanco ante aquello.

—¿Por qué no la llevas a Novosui?. Ahí venden las más deliciosas quesadillas… —recomendó Spencer.

—Bueno… No creo… —empezó a decir Freddie.

—Han estado sin tener una cita desde los premios iWeb, ¿por qué? —preguntó Spencer, confundido, mientras se desanudaba la corbata.

—Bueno, ya sabes... —empezó a explicar Carly—... ¿El asunto Creddie vs Seddie? Si alguno los ve salir juntos, algún Creddie, dejará de ver iCarly y perderíamos seguidores —explicó Carly.

—Exacto —corroboró Freddie.

—Aaagr..., ¡qué importa! —espetó Sam—. Llévame a Novosui, Freddie —ordenó Sam, apresurada.

—¡El show es importante, Sam! —expresó Carly.

—Sí, Sam —dijo Freddie luego. —Nadie tiene que saber que estamos saliendo… —continuó diciendo.

—Lo sé… —se resignó Sam, sin ganas—. En fin, Carly, ¿compraste jamón?

—Sí, el que te acabas de comer —respondió Carly. —Sigamos… Entonces…

—¿No quieren saber sobre mi cita? —preguntó Spencer, pues no había terminado de contar cómo le había ido en su cita con la profesora.

—... Sección de la cocinera haciendo pastelitos… —decía Carly mientras leía.

—Me voy a dar una ducha —dijo Spencer rendido, y entonces, se dirigió a su habitación para preparar la ropa.

Más tarde, cuando ya tuvieron unas cuantas ideas, pensadas más por Carly que por Sam y Freddie, llegó Ethan al departamento y los tres se pusieron de pie para dirigirse a Licuados Locos.

Mientras caminaban hacia el lugar, Sam y Freddie iban uno al lado del otro, sin poder abrazarse o agarrarse de las manos, mientras Carly iba abrazada de Ethan. La chica iba mirando a cada rato a Sam y Freddie, preocupándose, y cuando la preocupación llegó al límite, de improviso, Carly se puso en medio de Sam y Freddie, separándolos. Ante ese acto, la rubia, Freddie e Ethan la miraron raros y confundidos, más Ethan, porque lo había dejado caminando solo.

—No tienen que verlos juntos —explicó Carly, entonces.

—Carly, sólo estamos caminando... —dijo Sam.

—Ouh, lo siento…—se disculpó Carly, apresurada, volviendo junto a Ethan.

Los chicos compraron sus licuados y luego regresaron al departamento de la castaña hablando sobre el tema de Sam y Freddie. Ethan había preguntado por qué no podían verlos.

Diez minutos después, en el departamento...

—No tienen por qué darse cuenta… Pueden parecer unos simples amigos —dijo Ethan cuando mencionó que podían tener una cita sin preocuparse.

—Estoy de acuerdo con Ethan…—dijo Sam.

—Okey —accedió Freddie.

—No se van a esconder siempre —siguió explicando el novio de Carly mirando a Carly algo significativamente.

—Es verdad —dijo la chica, avergonzada por insistir en el ocultamiento sólo por el bien de iCarly.

—Si tenemos cuidado, no tenemos por qué hacer pensar que estamos juntos —explicó Freddie mirando a Sam, que tomaba del licuado de Freddie. La chica se justificó diciendo que se había tardado mucho en bebérselo.

Luego ella sonrió y se puso de pie.

—Entonces, llévame al restaurante de quesadillas —dijo Sam de una a Freddie, quien puso los ojos en blanco y se puso de pie agarrando su licuado.

—De acuerdo, vamos —dijo el chico con voz algo cansada.

Cuando salieron del departamento, vieron a la Señora Benson que salía también, sosteniendo una botellita de pomada.

—Freddie, ¿van a salir ahora? —preguntó la mujer, deteniéndose ante la puerta y haciendo que Sam y Freddie hicieran lo mismo. Miraba a uno y a otro.

—Sí, madre, no hemos salido… —empezó a responder Freddie pero fue interrumpido por su mamá.

—Pónganse un sweter, hace frío…

La cara de Sam evidenciaba fastidio o cansancio o un "Vámonos ya, Freddie"... O todo eso junto.

—Freddie, está empezando a anochecer…

—Mamá, estamos bien… —la cortó Freddie y entonces empezaron a irse.

—¡Freddie, no te olvides de tu ungüento! —gritó la Señora Benson corriendo tras ellos con la mano que sostenía la pomada en alto.

—¡Mamá!

—¡Sam debería ponerse un poco también!

Ante aquello, Sam largó un quejido ininterrumpido de su boca y mientras Freddie exclamaba "¡Mamá!", le tapaba la boca a Sam.

Quince minutos después, en el que fueron en taxi hasta el restaurante que Spencer les había recomendado, el taxista frenó y Freddie pagó, un poco quejándose por tener que hacer eso, lo que llevó a que tuviera una pequeña discusión con Sam y que el taxista, cansando, gritara que pagarán y se fueran de una vez. Después se acercaron mirando alrededor a la entrada del lugar.

—Bien, nadie nos está mirando, nadie nos está mirando… —repetía Freddie constantemente al entrar al sitio.

—Cá-lla-te...—pidió Sam, fastidiada.

Y Freddie le hizo caso enseguida.

—Bien, ¿dónde nos sentamos? —preguntó entonces Freddie, para que unos cinco adolescentes y dos niños de distintas mesas voltearan a mirarlos, luego se pusieran de pie y se acercaran a ellos.

Tuvieron la esperanza de que fuera porque estaban ante los chicos de iCarly y que porque querían un autógrafo, pero, enseguida, uno gritó "¡Seddie!" y luego otro espetó "¡No, Creddie!" y empezaron a discutir. Los que no discutían, sacaron sus celulares y enfocaron directamente a ellos. Entonces, supieron que el tema de que estaban los dos, juntos y solos, los había entusiasmado o enojado.

Sam, impasiblemente, agarró la muñeca de uno de los chicos que los enfocaban con sus celulares y se la empezó a doblar, entonces, antes de que el chico cayera al suelo, ella ya le había sacado el celular.

Cuando el chico quedó tirado en el suelo, ella miró a los demás y les preguntó:

—¿Alguien más quiere sacarnos una foto?

Los demás bajaron sus celulares con aprensión y regresaron a las mesas volteando a mirarlos constantemente. Sam y Freddie se dirigieron la mirada, pusieron los ojos en blanco y, sin decir nada, dieron media vuelta y salieron del restaurante.

Casi treinta minutos más tarde, Sam y Freddie entraban al departamento de Carly entre agitados y disgustados. Carly estaba acostada en el sofá y, al verla, los dos se quedaron estancados en el lugar. Freddie alzó las cejas unos segundos y Sam se quedó pasmada, como una demostración de la confusión y el susto que estaba experimentando. Al verlos, Carly abrió los ojos de par en par, avergonzada, y se puso de pie apresurada con la mirada en dirección a ellos.

—¿Qué están haciendo aquí? —les soltó la chica, mientras se quitaba la toalla que envolvía su pelo mojado y se pasaba un trapo por la cara para quitar la mascarilla verde que se había puesto.

—¿Tú por qué…? —empezó a preguntar Sam, señalándola.

—¡No estamos hablando de mí! —evitó el tema Carly—. ¿Qué están haciendo aquí? ¿No estaban en una cita? ¿Y por qué están agitados? ¿Qué está pasando aquí?

—¡La cita no funcionó! —empezó a explicar Sam.

—¿Qué? —expresó Carly, casi imaginando lo que había pasado—. ¡Oh, por Dios, los vieron!

—Se nos acercaron y nos sacaron fotos —explicó Freddie, preocupado y sin saber qué hacer.

Se quedaron silenciosos y pensativos un rato hasta que la voz de Sam llenó el lugar:

—Enserio, Carls, ¿qué es todo esto?

Freddie y Carly le dirigieron la mirada y vieron que sostenía el trapo con el que Carly se había limpiado la cara y que había dejado sobre el sofá. Con los labios apretados, Carly le quitó el trapo a Sam de la mano y fue hacia su habitación.

Luego de aquel incidente, Sam y Freddie intentaron ser más precavidos. No volvieron a salir los dos solos, no se daban besos ni abrazos en público, y ninguno de los dos lo estaba soportando. Carly notó la frustración de sus amigos toda la semana y, sintiéndose mal por la situación, pensó en cómo seguir haciendo las cosas, y de tanto pensar, se le ocurrió una idea que, seguramente, según ella, iría a funcionar. El jueves después de clases, la castaña los esperó en su departamento, sentada en el sofá y sonriendo. Freddie, después de terminar su tarea, mientras pensaba en hablar con Carly sobre seguir el ocultamiento, entró al departamento de su mejor amiga y la vio sentada en el sofá con carpetas y libros abiertos.

—¿Tú me llamaste? —le preguntó el chico.

—Sí, quiero hablar con Sam y tú.

Freddie esperaba que fuera por el tema de ocultarse porque ya era demasiado. Sam entró en aquel momento con gran libertad.

—Hola, my babies... —dijo la rubia y se acercó a darle un beso corto a Freddie en los labios. —¿Para qué me llamaste, Carls?

Carly sonrió y agarró una peluca, un gorro y unos anteojos oscuros de al lado de ella.

—¿Y eso para qué es? —preguntó Freddie ceñudo.

—¿Tienes una nueva idea para iCarly? —preguntó Sam.

—No —respondió Carly, poniéndose de pie para acercarse a ellos—. Es para que lo use Freddie en su próxima cita... Así saldrán y nadie lo reconocerá.

Sam suspiró exasperada.

—Carly, estaba pensando... —empezó a decir.

—¿Es necesario todo esto? —preguntó Freddie.

—¡Claro que sí es necesario! —exclamó Carly.

—¿Vamos? —le preguntó entonces Freddie a Sam, desganado.

—¡Vamos! —respondió la rubia.

Los dos chicos se acercaron a la puerta mientras Freddie se ponía el disfraz y Carly los miraba sonriendo.

Sin embargo, no funcionó. Muchos gritaron "¡Es Freddie!", señalándolos, acercándose, sacando fotos, y hasta un niño se animó a sacarle el disfraz. Regresaron al departamento de Carly frustrados y desanimados y Carly decidió prepararles una cena en su departamento. Comerían y luego pondrían música para bailar. Spencer estuvo de acuerdo, por lo que él se dirigió a su nueva cita con la profesora mientras Carly preparaba sonriente una pequeña mesa tras el sofá (con un mantel morado), la cena y los CDs de música.

—¡No, mamá! ¡Sam no necesita el ungüento! —gritaba Freddie al entrar al departamento con Sam, que se veía disgustada por el comportamiento que la Señora Benson tenía con ella desde que le había salvado la vida a Freddie.

Sam cerró la puerta y luego los dos voltearon a mirar y vieron lo que Carly había hecho.

—¿Qué es eso? —preguntó Sam confundida.

—Una cena para ustedes... Luego podrán bailar... Yo sólo estaré en mi habitación... Ustedes disfruten... —Dijo Carly, mientras se acercaba a la cocina—. Les preparé un delicioso menú —decía, sacando la comida del horno.

Sam y Freddie intercambiaron miradas sonriendo, como pensando que aquello era muy buena idea. Tendrían una cita sin que nadie se diera cuenta... Mientras Carly ponía la comida en la mesa, Sam y Freddie se acercaron y se sentaron.

—Estábamos pensando hacer una cita en el ascensor —dijo Freddie como si nada.

Pero en cuanto Carly se dirigió a la escaleras, se escuchó uno click que los alertó. Los tres miraron hacia el ventanal de forma instintiva... alguien estaba allí colgado, y sostenía una cámara, sacando fotos por los lugares visibles.

—¡No, no, no, no...! —corrió Carly al lugar, pero el chico ya estaba elevándose desde donde estaba parado.

Sam y Freddie se mostraron resignados.

—Todavía queda el ascensor —sólo eso se le ocurrió decir a Carly.

Sam y Freddie se miraron y, con resignación, cada uno se levantó de su asiento y fue llevando la pequeña mesa en dirección al ascensor.

—En 5, 4, 3, 2...

—¡Hola, mundo redero! —saludó Sam con una sonrisa y dando un pequeño salto hacia la cámara para después volver a su sitio junto a Carly, que también sonreía.

—¡Hola, mundo internáctico! —saludó Carly dando ahora ella un saltito hacia la cámara para después volver a su lugar. —¡Yo soy Carly!

—¡Y yo soy Sam! ¡Creo que ya lo saben!

—Y si no... —continuó Carly.

—¡Son unos tontos! —espetó Sam, sonriendo, inclinándose hacia la cámara.

—Para comenzar el programa de hoy...

—Haremos... —continuaba Sam.

—¡RETOS IMPROVISADOS! —gritaron las dos chicas al mismo tiempo, festejando, al mismo tiempo que se escuchaba una música y una voz extraña que repitió "Retos improvisados".

Luego de terminar la presentación de la sección, las chicas dejaron de saltar y dar vueltas por el lugar para explicar de qué se trataba.

—Decidimos que el que tenga su reto intente comunicarse con nosotros por chat y Freddie elegirá uno al azar... —decía Carly.

—Y haremos el reto que quieran...

—¡Sin excepción! Freddie, clickea... —pidió Carly.

—Enseguida —decía el chico mientras corría, cámara en mano, hacia la computadora portátil y clickeaba a uno de los chicos que querían hablar.

Entonces, apareció un chico sonriendo en la imagen de la pantalla del televisor y Carly y Sam dirigieron la mirada hacia él.

—¡HOLA! —saludaron las chicas y el muchacho al mismo tiempo.

—Mi nombre es Brian...

—¿Qué tal, Brian? —preguntó Carly con amabilidad.

—¿Cuál es tu reto? —apuró Sam para que no se alargara la conversación más de lo necesario.

—¡Freddie y tú tienen que besarse aquí en iCarly! —exclamó el chico con entusiasmo.

—¿Qué? —espetó Sam.

Freddie quedó estático, sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y ni parpadeaba.

—Oh, no, no...

—Pero...

—¡Chau, Brian! —expresó Carly.

—Pero dijeron...

—¡Adiós! —saltó Sam.

—¡Pero si Sam y Freddie son novios! —gritaba el chico, cuando Freddie se estaba acercando nuevamente a la laptop para desconectar el chat, pero ante aquello, sólo intercambió miradas con las chicas. Los tres estaban preocupados y confundidos.

—¡No! ¡Aquí nadie está saliendo con nadie! —exclamó Carly.

Sam y Freddie no sabían qué decir...

—¡Claro que sí...! Miren, aquí tengo una foto de la semana pasada cuando estuvieron a punto de besarse en tu departamento... —dijo el chico, y enseguida, alzó una fotografía. En ella se veía, efectivamente, a Sam, pero Freddie había inclinado la cabeza de tal modo que sólo se le veía la parte posterior.

Los chicos volvieron a intercambiar miradas espantadas...

—Oh, no, no... Ese no es Freddie... ¡Es Larry!

—¿Larry? —saltaron Sam y Freddie al mismo tiempo, mirando a Carly.

—Es Larry el novio de Sam —siguió Carly. —No es Freddie.

—Pero si yo vi que...

—¡TÚ NO VISTE NADA! ¡Y ESE ES LARRY! —se alteró Carly.

—Está bien, es Larry —dijo el chico apresuradamente, con los ojos abiertos bien grandes del susto.

Freddie desconectó el chat y, enseguida, las chicas voltearon a ver a la cámara con caras de querer que aquello no hubiera pasado.

—Ahora en el show... —habló Sam con un entusiasmo forzado que se notaba.

Y el show continuó... Poco a poco, fueron olvidándose de aquel momento en que casi habían sido descubiertos. Spencer hizo la sección del Bebé Spencer, que se puso a bailar una canción rockera y luego una romántica, y al rato se durmió porque Sam lo había hecho escuchar una música somnolienta... Hasta que Sam le puso el mini equipo de música cerca del oído y puso una música demasiado ruidosa en un volumen alto. El bebé Spencer abrió los ojos y gritó ininterrumpidamente, moviendo las piernitas y los brazitos sin control... Mientras, Sam, Carly y Freddie se reían.

—¡Y por último! —empezaba a decir Carly—... Vean a este loco hombre que vimos cerca de nuestra escuela el lunes... Corre vídeo, Freddie.

Freddie se acercó a su laptop y con apresuramiento apretó unas teclas. De pronto, apareció en la pantalla del televisor un hombre que rengueaba, porque, mientras el pie izquierdo era normal, el derecho estaba metido dentro de una sandía grande.

—Eso sí que es raro —decía Carly.

—¡Es una locura! —exclamaba Sam, sonriendo.

—Y si no quieren dejar de ver estos locos vídeos de gente loca con sandías locas en sus pies locos... —empezó a decir Carly.

En aquel momento, Freddie se apuntó la cámara a la cara y sonriendo dijo:

—Wow, eso fueron muchos locos —y luego volvió apuntar a las chicas.

—Sííí —dijo Sam con la misma mirada de Carly que decía "Eso no fue divertido" pero mezclado con "No vuelvas a hablar".

Freddie pensó que aquellas miradas no era nada bueno.

—Bueno, no dejen de ver iCarly... ¡Hasta la próxima semana! —reaccionó Carly.

—¡Adiocito! —saludó Sam.

—¡Y estamos fuera! —avisó Freddie mientras bajaba su cámara.

—Genial show, ¿no, chicos? —sonrió Carly.

En aquel momento, Sam y Freddie le dirigieron miradas confundidas y preguntaron:

—¿Larry?

Más tarde, Ethan y Carly llegaban de Licuados Locos con un licuado cada uno, iban riéndose de un chiste que Carly había hecho hasta que Carly recordó algo y dejó de reír. Mientras Carly se desprendía del brazo de Ethan para ir a la cocina y Ethan se acercaba a uno de los banquitos rojos que estaba ante la mesita de la computadora y se sentaba, la chica pensaba en empezar con su nuevo plan.

—Oh, ¿tienes amigos? —le preguntó a Ethan.

Ethan la miró raro al tiempo que Carly guardaba el licuado en la heladera y sacaba una zanahoria y un pote de crema...

—Sí, por... suerte... —dijo el chico confundido.

—¿Son lindos? —preguntó luego Carly mientras iba hacia el otro lado de la mesita donde estaba Ethan.

—Bueno, esto sí ya se puso muy raro —respondió Ethan—. ¿Qué?

—Es para buscar un novio falso para Sam —aclaró Carly mientras ponía crema a la zanahoria y daba un mordisco. Ethan la miró ceñudo ante aquello. Carly se dio cuenta y le dijo:

—Tú eres muy normal.

—Sí... Emm... Carly...

—¿Sí?

—¿No crees que se te está yendo de control? —preguntó Ethan sin decir exactamente lo que estaba pensando.

—¡No es demasiada crema!

—No, quiero decir... ¿Con lo de Sam y Freddie?

—Ouh... Bueno... ¡Es por el bien de iCarly!¡Ellos estarán de acuerdo, es importante iCarly para ellos también! —explicó Carly. —Así que... ¿Me ayudas?

—No sé... Creo que estás exagerando... —empezó a decir Ethan. —¿Te olvidas que los apremiaste a tener sus citas en el ascensor? —preguntó el chico, enarcando una ceja.

De pronto, Carly empezó a poner cara triste, sus labios comenzaron a temblar y sus ojos eran de cachorrito mojado.

—No voy a caer —dijo el chico mirándola directamente a los ojos, pues no podía apartar sus ojos de ella y menos cuando ponía esa cara (como se estaba dando cuenta en aquel instante) —¡Okey, les hablaré a algunos amigos! —aceptó el chico.

—¡Oh, genial! —sonrió Carly.

—Y sí caí —se resignó Ethan.

Mientras, Carly sólo sonreía.

En aquel momento, Sam entró al departamento como si nada y también fue hacia la heladera como si nada, saludando con un "Ah, hola".

—Hola...

—Hola, Sam. De acuerdo, debo irme, tengo que preparar la cena... Vienen mis primos a mi casa y debo recibirlos —anunció Ethan poniéndose de pie.

Sam dejó de buscar comida un segundo en la heladera para voltear y mirar a Carly y a Ethan, que se estaban besando.

—Carly, tu novio es muy normal —dijo la rubia con cierta molestia y luego volvió a lo que estaba haciendo.

Carly y Ethan se separaron y rieron apenas por el comentario de Sam. Pero luego Ethan dejaba de reír.

—¿No me vas a golpear por eso, cierto? —preguntó Ethan precavidamente.

—No... aún...

—Adiós, Carly —dijo el chico enseguida.

—Adiós —sonrió Carly mientras Ethan iba hacia la puerta del departamento con el vaso de licuado en la mano.

Luego de que se fuera Ethan, Carly terminó su zanahoria con crema, Sam terminó con la comida de la heladera de Carly, y Freddie entró al departamento después de terminar su tarea de ciencias.

—Hola, chicas —saludó sonriendo el muchacho. Las dos estaban sentadas en el sofá viendo la televisión, pero cuando Freddie entró al departamento, Carly lo apagó con el control remoto.

—¡Carly! —se quejó Sam.

—Hola, mi Sammy —sonrió Freddie yendo hacia la rubia.

—Hola, bebé —saludó sonriente la rubia.

Freddie se acercó a besarla.

—¿Dónde estabas, Freddie? —preguntó Carly, pues no lo había visto en todo el día.

—Haciendo la tarea de Ciencias... Y luego terminando un proyecto del club de ciencias —respondió Freddie mientras se sentaba al lado de Sam.

—Aburrido —dijo Sam.

—En fin, quiero hablarles de algo —dijo la castaña luego, dejando el control remoto en la mesita y poniéndose de pie. Sam y Freddie movieron la cabeza para seguir su trayecto con la mirada.

—¿Qué sucede? —preguntó Sam.

—Bueno, luego de aquel incidente con Brian... Casi los descubren...

—No vamos a tener nuestras citas en un ascensor —soltó Sam, molesta. Ya le había dicho eso a su amiga como cien veces.

—No, sólo pienso... —empezó a explicar la castaña—. Creo que debemos buscar un novio falso a Sam.

—¿QUÉ? —exclamaron Sam y Freddie al mismo tiempo—. ¿POR QUÉ?

—Sí, ¡escuchen! Le buscamos un novio falso a Sam y corremos la voz... Salen por aquí y por allá... —contaba Carly caminando de un lado a otro, retorciéndose las manos, aparentemente, sin darse cuenta de la mirada de "Perdiste la cabeza, Carly" que le dirigían sus amigos.

—Carly, ¿no crees que estás exagerando...? —preguntó Freddie.

—¡No! ¡Nadie debe saber que están saliendo! —soltó la chica, deteniéndose en el lugar.

—Sí, pero... —empezó a decir Sam.

—¡iCarly es importante! —exclamó Carly.

Entonces, Sam y Freddie se dirigieron miradas, luego suspiraron y accedieron sin ganas.

—De acuerdo.

—Está bien.

El lunes, luego de que llegaran de Ridgeway, Ethan le envió un mensaje a Carly diciendo que sus amigos ya estaban por llegar al departamento, lo que provocó que pidiera a Sam y Freddie que fueran al departamento con ella y Sam dijera: "Como si nunca fuera". Al llegar, Carly les anunció a sus amigos que iría a darse una ducha y les pidió que, cualquier cosa abrieran la puerta, y también le dijo exclusivamente a Sam que fuera linda. "Está bien, Carls", aceptó Sam, sin ganas y no muy convencida del plan. En realidad, Sam y Freddie estaban hartos de andar escondiéndose siempre. Ya iba siendo un mes y medio y ni salían, casi ni se veían por las tareas de la escuela, y estaban hambrientos de labios y del otro. Es más, Freddie no veía con buenos ojos la idea de andar buscando un nuevo chico para Sam... ¡Eso de cualquier manera no debía pasar! ¿Era el único que no estaba de acuerdo con todo esto? iCarly era importante, pero se sentía encerrado y no había podido disfrutar mucho de Sam. Y Carly sólo pensaba en ponerle disfraces, en insistirles que hicieran sus citas en el ascensor, y que buscaran un novio falso para Sam y que, además, ella saliera con él.

Mientras los dos se estaba sirviendo té helado y se miraban, preguntándose si el otro estaba de acuerdo con el plan de Carly, sonó el timbre. Freddie bufó al imaginarse que era uno de los chicos que haría novio de Sam... ¡eso era inconcebible! ¡Él era el novio de Sam!

—Yo abro —dijo el chico sin ganas.

—Yo no iba a hacerlo —aclaró la rubia como si nada y luego bebió de su té helado.

Freddie fue a abrir molesto y, cuando abrió y vio al chico, se molestó más. Era lindo.

—Hola, soy un amigo de Ethan, él dijo que... —empezó a explicar el chico. Era rubio, de ojos celestes, llevaba vaqueros, una camiseta y arriba una camisa sin cerrar.

—No sé quién es Ethan —se apresuró a decir Freddie. ¿Las chicas creían que él iría a ser el novio falso de Sam?... Pues que lo siguieran creyendo, pensaba Freddie.

—Este es el octavo piso de Bushwell...

Sam miraba desde la cocina sin preocuparse por lo más mínimo.

—No sé de qué me estás hablando —se apresuró a decir Freddie y enseguida le cerró la puerta en la cara. Entonces, mientras regresaba a la cocina le decía a Sam: —Equivocado.

Sam sólo se encogió de hombros.

Cinco minutos más tarde, Carly regresaba y confundida le preguntaba a Freddie si no había llegado nadie aún. Freddie abrió la boca para contestar, pero enseguida se escuchó el timbre y Carly fue a atender. Sam y Freddie se quedaron en la mesa de la cocina terminando el segundo vaso de té helado y comiendo pastelitos. Cuando abrió la puerta, al menos cinco chicos estaban esperando... Freddie se quedó con los ojos abiertos de par en par.

—Pasen, pasen —decía Carly.

—Oh, no, no, no —decía Freddie, poniéndose de pie y acercándose. Luego Sam lo siguió. —¿Qué hacen estos chicos aquí? —preguntó Freddie, con ganas de echarlos.

Sam miraba con mirada impertérrita.

—¿No te alcanzaba con uno? —espetó Freddie, molesto.

—¡De acuerdo, chicos, pónganse en fila! —ordenó Carly, y ellos le hicieron caso. Freddie hizo una expresión de molestia por no haberle hecho caso.

Pero en aquel momento, Freddie sonrió y empezó a echar a los chicos a empujones...

—¡Fuera, fuera, fuera! ¡Ya no los necesitamos! —decía.

—Pero...

—Ustedes no sirven —dijo cuando cerró la puerta.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Carly.

—Tengo al perfecto novio falso para Sam —sonreía Freddie. —Esperen... Sólo tengo que enviarle un mensaje —continuó explicando sacando su Pearphone de uno de los bolsillos de los vaqueros.

Carly miró a Sam interrogativamente y ella sólo se encogió de hombros. Pero casi media hora más tarde, las chicas entendieron a qué se refería Freddie. Se escuchó el timbre del departamento y Carly fue a abrir. Al otro lado, estaba un chico con anteojos grandes, un pañuelo anudado en su cuello y con la camisa bajo unos pantalones que casi llegaban a su cabeza...

—¡Hola, soy Jerry! —Saludó el chico con gran entusiasmo, y luego se sorbió la nariz con demasiada fuerza.

Freddie vio la mirada de Sam y vio que había dado en el blanco. La chica miraba al amigo de Freddie con una de las comisuras del labio levantada. Carly lo miraba confundida con la boca ligeramente abierta mientras el chico pasaba al departamento. Freddie vio todo sonriendo feliz, con las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Sam largó un quejido ininterrumpido entonces.

—Bueno, entonces, sólo tienen que salir, que los vean algunas personas... —empezó a decir Carly.

Sam volvió a dejar salir un quejido.

Los días siguientes, Jerry y Sam no dejaban de verse juntos en la calle. Como no iba a Ridgway, Jerry iba al departamento de Carly y de ahí salían. Muchos miraban a la extraña pareja entre burlones y confundidos. Y no ayudaba en nada que Carly estuviera gritando a los cuatro vientos: "¡Sí, ellos están juntos!" "Él es el novio de Sam... Freddie no es el novio de Sam". Por supuesto, ahora menos que antes Sam y Freddie se acercaban uno al otro. Los dos estaban hartos.

El día del show, Sam estaba en el puf tomando agua de una botella pequeña y Freddie estaba ante el carrito conectando todo. Los dos miraban al otro de vez en cuando, pensando. Sam creía que Freddie estaba de acuerdo con todo ese asunto como Carly, mientras Freddie creía que Sam lo estaba, lo que hacía que menos se quejaran. Sin embargo, en cualquier momento, explotaban.

—Sam...

—¿Sí?

—Mi mamá no estará en casa esta noche, ¿no querrías quedarte a cenar?

—Mmm... sí, pero... Tendría que salir con Jerry... Según Carly.

—Oh, bueno —se desánimo Freddie.

Carly llegó al desván entonces en el ascensor, entusiasmada.

—¿Están listos, chicos? ¿Comenzamos?

—Ya que —dijo la rubia, poniéndose de pie, dejando la botella en el puf y pateándolo lejos del sitio donde se hacía el show.

En mitad del show, luego de unos cuantas secciones, Carly se acercó a la cámara y comenzó a hablar:

—Antes de continuar, quiero presentarles al novio de Sam —sonreía Carly.

—Carly, creo que estás exagerando —espetó Sam entonces, poniéndose al lado de Carly.

—¿Qué? —expresó Freddie.

¿Presentar a Jerry como Larry en iCarly?

—Chicos... —empezaba a decir Carly.

Freddie apuntó la cámara a su cara y dijo:

—Mientras solucionamos un cierto inconveniente, vuelvan a disfrutar el vídeo del hombre con una sandía loca en su pie loco —y enseguida el chico fue a poner el vídeo. Pronto, se acercó a las chicas.

—¿Qué están haciendo? —preguntó Carly.

—¿Tú qué estás haciendo? —soltó Sam, disgustada.

—Si Presentamos a Jerry... —empezó a explicar Carly.

—¡Estás exagerando, Carly! —espetó Sam. —Ya sé... iCarly es importante, pero...

—¡Sí, lo es! —insistía Carly.

—Sí, lo es... —empezó a decir Freddie. Iba a decir "Sí, lo es, pero Sam y yo no hemos salido juntos por casi dos meses", pero Sam lo interrumpió.

—Freddie, si crees que iCarly es importante y deberíamos seguir ocultándonos... Prefiero que terminemos.

—¿Qué? —preguntó Carly.

—¡Sam, pero...!

—Yo no hice esto para que terminen, yo lo hago por iCarly —dijo Carly.

—No podemos vivir así, Carly... Ya no lo soporto.

—Yo tampoco lo soporto... ¡Nunca lo he soportado! —quiso hacer entender Freddie.

—¡Al principio estabas de acuerdo! —le espetó la rubia a Freddie.

—Sí, bueno, al principio estaba de acuerdo —reconoció Freddie—... Pero enserio, no lo soportaba.

—Ya chicos, sigamos con el show —dijo Carly, sintiéndose mal de repente, pensando que había estado haciendo las cosas mal hasta el momento. Era cierto, no podía obligar a sus amigos a esconderse sólo porque ella así lo quería. Y a decir verdad, si era ella la que tuviera que esconderse con Ethan, no le hubiera gustado tampoco.

—¡Pero, Carly...!

—Ya... Arreglaré esto... —dijo la castaña. Luego, se preparó en el sitio habitual del show y Freddie agarró su cámara y apuntó con ella.

—Bueno, espero que hayan disfrutado el vídeo, y antes de continuar, quiero decirles algo muy importante —habló Carly, muy cerca de la cámara—. No me he portado bien con mis amigos últimamente.

En aquel momento, Sam y Freddie se miraron.

—Ni con ustedes —siguió hablando Carly. —... Pues, sí, Sam y Freddie son novios, están juntos y yo los he obligado a esconderse porque creía que a algunos de ustedes no les iría a gustar y dejarían de ver iCarly. Espero que no lo hagan, porque nuestra intención es hacerlos reír...

—Y si no se ríen son unos tontos —habló Sam desde atrás de su amiga.

Pero luego se acercó y dijo:

—¡Y ahora que lo saben dejen de merodear cerca como moscas si no quieren que...!

—¡Ya, ya, ya está bien, Sam, ya entendieron! —la cortó Carly antes de que su macabra amiga siguiera hablando... Luego, se quedó callada y miró a sus amigos—. Lo siento mucho, chicos, nunca debí obligarlos a ocultarse para que nadie supiera lo de ustedes... Ustedes también son importantes, no solamente iCarly.

—Tampoco debiste intentar convencernos de tener citas en un ascensor... —agregó Sam.

—Tampoco intentar disfrazarme...

—Ni buscarme un novio falso...

—¡YA! —los cortó Carly, avergonzada. —... Con "obligarnos a escondernos" era suficiente —dijo la chica entonces, con pucherito.

—Pero te perdonamos —sonrió Sam y luego se abrazaron. Freddie miraba y sonreía. —¡Bueno...!

—¡A continuar con el show! —exclamaron las dos chicas al mismo tiempo, y luego Sam apretó el botón de vítores y aplausos del control azul.

¡Fin!

¡Espero que les haya gustado!... ¡Y también espero sus reviews! :)

No saben cuánto me costó la decisión de subir así estos capítulos :s... Pero tampoco quería dejar pasar mucho el tiempo.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo (aunque no sé si llamarlos así :s)!

PD: si se me prende la lamparita, más de cuatro capítulos, pero no es seguro.

Gracias por leer :)... Y comenten con lo que les pareció el capítulo :)

Mi corazón espera esos reviews :)

Para el próximo capítulo puede que tarde como que no... Es que los tengo avanzados, no terminados :S