Ninguno de los personajes me pertenece todos ellos son creación de Rumiko Takahashi.

Capitulo 1

Esa tonta marimacho

-¡TONTA MARIMACHO KAWAIKUNE!- El salvaje golpetear de unos nudillos retumbo en el bosque -¡IDIOTA!- el pobre e indefenso árbol sucumbió finalmente ante la arremetida de golpes del joven de la trenza. Ranma apretó los puños un poco más y reventó otro árbol cercano de una patada -¡¿Por qué nunca me haces caso?!- Con los ojos cerrados golpeo la aporreada madera que le rodeaba. El ronco crujido le hizo entender que el tronco del árbol se convertía en pequeñas astillas -¡Has lo que quieras no me importa!- El chico abrió los ojos y recogió los pequeños pedazos de madera que estaban desperdigados en el suelo los llevo junto a su carpa y con ellos encendió una pequeña fogata.

El joven Saotome hizo un pequeño aparejo con algunas ramas del cuál colgó una olla con agua y algunas sopas instantáneas adentro. Se sentó ha esperar que la comida estuviera lista y a rumiar su ira "Esta bien, talvez me excedí con los apodos ¡Pero esa marimacho intento pelear contra Shampoo y Ukyo! Ella sabe que no es rival para ellas y ni siquiera me avisó de que lucharía contra ellas simplemente se manda a cambiar como quien quiere la cosa" Retiro una de los envases de ramen casi crudo y lo devoro al instante mientras esperaba que los demás estuvieran algo cocidos "Maldición Akane sabes que tus habilidades no son suficientes ellas pueden derrotarte por separado, con mayor razón juntas. Diablos sabes que yo estoy ahí para protegerte ¡Asesine a un Dios por ti! ¿Cómo pretendes que no interfiera en una pelea tan absurda?" Una de las sopas parecía comestible. Ranma la saco y la tomo de un sorbo con una ligera sonrisa, definitivamente esos idiotas que hacían estos productos no pensaban en gente con su estomago. Apretó el frasco hasta convertirlo en una bola de plástico ¿Hasta donde habrían llegado de no ser por su intervención? Confiaba en que Ukyo no le hiciera mucho daño, pero Shampo… ella era otra historia. Esa amazona estaba dispuesta a matar de ser necesario. El joven sacudió la cabeza, ¿Dispuesta a matar? Más bien parecía ansiosa de cobrar sangre, especialmente la de esa tonta cabeza dura.

Sacudió sus pantalones y se levanto de un salto intentando ignorar el escalofrió que le subía por la espalda. Morir, no ella no podía morir el no podía dejarla morir "¡Maldición! no puedo levantarme en las mañanas sin el acostumbrado baldazo de agua, no puedo ir a la escuela sin verla al frente mió corriendo, no puedo vivir sin que ese mazo me mande al Tibet, no puedo almorzar sin estar huyendo de su comida, no puedo verla en esos vestidos sin decirle una marimacho, no puedo vivir una vida en la que no este esa boba kawaikune" Palmoteo fuertemente sus mejillas deshaciéndose de los recuerdos más oscuros que tenía guardado en su memoria, solo comparables con el entrenamiento al que lo sometió su padre para aprender el neko-ken. No el jamás descuidaría a Akane, a su Akane. Olvidando toda su ira acumulada comenzó a empacar nuevamente su equipaje, ya no más estaba aburrido de las prometidas locas, de los venenos ocultos en cada rincón que pisaba, de los pretendientes interminables. Dos años eran tiempo suficiente y el ya estaba absolutamente hasta el tope ¿Lo habían buscado? ¡Pues lo habían encontrado!. El era Ranma Saotome el mayor artista marcial conocido, el soberbio y orgulloso luchador que había derrotado a un Dios, el nunca perdía un duelo y este no sería la excepción, finalmente había visto la luz al final del túnel y nada ni nadie le haría detenerse hasta lograr su objetivo. Termino de apagar el fuego y colgó la olla a su mochila enfilando inmediatamente hacia Nerima, hacia su destino, hacia sus problemas, hacia dos ojos marrones que le esperaban. Los ojos de una marimacho kawaikune.

-Mi marimacho kawaikune- Susurro Ranma mientras recorría livianamente el camino a casa.

Notas de la autora: Finalmente empecé esta pequeña historia que me rondaba el cráneo, la dividí en capítulos a pesar de que quedaría muy bien en un one-shot ¿Porque? puro y simple capricho, la continuación estará muy pronto. Esperando que les haya gustado y ya saben que cualquier opinión, crítica, amenaza o lo que sea será bien recibido. Me despido.

"Alea jacta est".