Mi ex, mi novia, y malos entendidos

Día Viernes

Las clases terminan y el fin de semana prometedor para descansar ha llegado. Los exámenes terminaron, y todos los estudiantes pueden celebrar que lo peor ya pasó. Erza cierra sus libros y los guarda en su mochila roja tan icónica de ella con el símbolo Heart Kreux; abandona el aula de clases y se aventura en los pasillos del edificio de ingeniería para finalmente regresar a su departamento.

Siendo una mujer voluptuosa, atractiva y dotada con una natural melena carmesí, Erza despierta suspiros, sorpresa y miradas allá donde fuera, aun si su vestimenta habitual casi siempre conste de una camisa, una corbata o corbatín y alguna falda con sus fieles botas marrón. Las últimas semanas han sido tormentosas, duras y tediosas… No solo por la llegada de los exámenes de final del semestre, sino por tener que lidiar con una separación de una relación que duró casi tres años, desde antes de terminar la escuela.

-¡Erza!

La pelirroja se detuvo ante el llamada de un grupo de sus amigos. Encabezando el grupo venían Natsu y Gray, ellos miembros del equipo de futbol y hockey respectivamente, con becas deportivas que cubrían la totalidad de sus gastos. Los conocía desde pequeños, así que los tres crecieron sabiéndose como hermanos, dado que incluso más allá de esa amistad sólida, se conocieron en un orfanato, del cual salieron al mismo tiempo al ser adoptados por el mismo gran hombre.

-Ah, hola chicos- Saludó deteniendo su paso

-¿Ya te ibas?

-Regresaba a casa, así es- Asintió con sonrisa fingida

-Es que los equipos se reunirán, haremos una fiesta en casa de la novia de Gray

-¡Que no es mi novia, fosforito!- Gray le golpeó el brazo

-Ya, ya, pues iremos a la casa de la "no-novia" de Gray y vendrán otros amigos

-No lo sé chicos…

-¡Anímate!- Gray la abrazó por los hombros bruscamente –No hay exámenes para los que estudiar, y tienes que salir de ese terrible departamento por una vez en tu vida

Erza suspiró, asintió y siguió su camino. Sus amigos se quedaron atrás celebrando su respuesta y luego siguieron a sus cosas. Tenían razón en eso de que Erza ya nunca salía de su departamento; desde su ruptura con su anterior novia no había tenido muchos ánimos de nada, mucho menos de fingir que era feliz cuando no era así. Así que volvió a su departamento, se dio un buen baño y luego salió nuevamente, camino a casa de Juvia, y es que a ella la conocía muy bien, porque poco o nada se molestaba en ocultar su enamoramiento por Gray, y si bien a él no le era totalmente indiferente, se mantenía alejado de la idea de tener novia.

Al llegar la casa ya se hallaba tan repleta de adolescentes, que varios rodeaban la casa, cada uno con su botella de cerveza o en sus grupos de conversación; vacilante, Erza entró. Esquivando personas y abriéndose paso entre las parejas, llegó hasta la sala de estar, donde por supuesto sus amigos ya se encontraban en compañía de la anfitriona.

-¡Bienvenida!- Natsu se apresuró a arrojarse a darle un abrazo

-Bueno, aquí estoy… ¿Qué planeaban hacer ahora?

-Tienes para elegir- Natsu le mostró el lugar señalando con la mano –Por allá la mesa shot ping pong, póker de prendas, partidas de call of duty…

-Ay por favor- Juvia avanzó en medio de los dos –Esta no es noche de cosa de chicos, esta es una noche de cosas de chicas

-¿He?- Erza miró por sobre el hombro de Juvia pidiendo ayuda con los ojos a Gray

Este sonrió y le guiñó un ojo… ¡Una trampa! Eso era esta fiesta. Y Juvia se proporcionó a ello probablemente para tener la aprobación de Gray y su agrado.

-Vamos arriba- Juvia guio a Erza escaleras arriba –Aquí está el karaoke

Al entrar encontró el cuarto que sería antes el de Juvia totalmente lleno de unas doce o trece jóvenes que se reunían en torno a una pantalla de TV viendo como entre ellas tomaban su turno para cantar. Y cuando una terminaba, las demás le alababan y luego tomaban su turno al micrófono.

-¿Qué hacemos aquí?- Preguntó Erza directamente

-Okey, me atrapaste- Juvia se aisló con ella levemente del grupo hacia una esquina –Hay una chica aquí a la que le prometí que te traería… Y le prometí que le hablaría de ti… Y también le prometí que te traería a verla

-¡Estupendo! ¿No le prometiste una camiseta con mi nombre o que le firmara una teta?

-¡Vamos! Es solo una chica nueva, no conoce a nadie… Conocer a alguien que admira en una fiesta y quizás nunca la vuelva a ver no es tan malo ¿O sí?

Los ojitos suplicantes y acuosos de Juvia. Erza se frotó la cara con hartazgo y volvió a verla. La cara pálida de Juvia y esos ojitos de perro ahogado eran algo a lo que no podría negarse, especialmente viendo que de hecho Gray también hacía su parte y por fin le estaría dando algo de atención.

-De acuerdo… ¿Quién es?

-¡Sí!- Juvia la abrazó –Espérame en la habitación de mis padres, iré con ella en un instante

-Okey

-¡Y cuelga un calcetín en la perilla!

-¡Juvia!- Le regañó sonrojada

-Jajaja chiste, es chiste- Rio metiéndose en medio de la pequeña multitud de chicas

Soltando un último suspiro, Erza dejó la habitación. Ya conocía la casa así que no le fue difícil encontrar el cuarto de los padres de Juvia, el cual tenía un gran mirador del cual se podía apreciar la ciudad. Aun llevaba un vaso de bebida que en la entrada había agarrado para al menos no ir de no pertenecer a la fiesta; así que le dio un generoso sorbo y esperó en silencio.

-Es lo apropiado, te lo aseguro- Rio Juvia entrando

Erza dio media vuelta; venía acompañada de una joven peli negra que usaba una blusa color violeta y una falda blanca, pantimedias gris y botas a juego con la falda. Al ver a Erza la joven se paralizó. Sus mejillas se pusieron rosas y luego rojas, y sus rodillas empezaron a temblar.

-¡Camina!- Juvia la empujó

Erza suspiró por lo bajo. Caminó al encuentro de la joven que estaban empujando hacia ella.

-Erza-san, me gustaría presentarte a Kagura-chan

-Un gusto conocerte- Erza hizo un leve asentimiento de cortesía

-El gusto es mío- La peli negra agachó la cabeza, manteniéndose roja como un tomate

-Kagura está en mi clase de deportes y física, es muy lista e inteligente

-Excelente- Fue lo único que dijo Erza fingiendo una sonrisa

-Y… Las dejaré a solas, para que se relacionen a gusto

Juvia le dio dos palmaditas a la joven en el hombro y se marchó, cerrando la puerta detrás.

-Sí, Juvia haría lo que fuera por Gray- Habló Erza para romper el silencio –Me dijo que eres nueva

-S-sí, desde la semana pasada, así es

-¿No tienes familia aquí?

-No en verdad

-Ah, ya veo

Silencio total. Erza miró con una mueca de desconcierto a la chica, quien mantenía las manos frente a sus muslos fuertemente apretadas y la cara gacha, aun tan roja que brillaba.

-Bueno… Kagura-chan, es un gusto conocerte, pero… Iré a ver si mis amigos quieren-

-¡Espera!- Exclamó la peli negra –L-lo siento… Me pongo… me pongo muy nerviosa y… no sé qué decirte o qué cara poner

-Sí, no hay problema, la cosa es… que no me estoy sintiendo bien últimamente, y tampoco me siento muy sociable precisamente

-Oh… Tu ruptura

Erza la vio con curiosidad.

-Juvia me lo dijo

-Entonces querías intentar algo ahora que estoy soltera

-No en verdad- Disintió Kagura con vergüenza –Juvia mencionó que si podía ser una oportunidad, pero… en verdad solo quería conocerte, y era ahora o quizás nunca… Es que cuando sales de clases siempre llevas una expresión tan solitaria y rota…

-Entiendo… Sí, probablemente no soy la mejor compañía ahora- Erza se sentó en el borde de la cama

-Sé que no es justo que esté aquí y ahora frente a ti y que probablemente es lo último de lo que quieres saber ahora… Pero si no te hablaba, aunque fuera una vez, no me lo perdonaría

-No te preocupes- Erza miró su vaso de bebida –Entiendo… Ya ha pasado mucho tiempo y sigo estancada

-Entonces… -Kagura jugueteaba con el borde de su falda -¿Nos podremos ver una segunda vez?

Erza la miró con seriedad, lo meditó unos instantes y luego, sonriendo, asintió. La sonrisa de Kagura fue similar a la de un niño cuando le prometes ir a jugar con él al parque todo un día del fin de semana; es decir, de total e inocente alegría genuina. Gesto que de hecho algo conmovió el dolido corazón de Erza. Luego de un apretón de manos para formalizar el haberse conocido y acordar una fecha y hora (para las 6 de la tarde del viernes de la otra semana) Kagura salió de la habitación y Erza fue libre de escabullirse de la fiesta y volver a su departamento.

Es increíble como un cambio de ambiente efímero como lo fue éste, pudo conseguir mejorar su ánimo ya tan acostumbrado a ser pésimo. Y es que no solo las semanas eran rutinarias, aburridas y tediosas, sino que el hecho de ella ser de por si una mujer muy solitaria no ayudaba a que los cambios de su rutina fueran realmente significativos, cuando todo lo que hacía al final del día era encerrarse a sentir pena por sí misma.

En medio del almuerzo del día jueves, las preguntas críticas comenzaron a dar vueltas en su cabeza mientras con un tenedor jugueteaba con el merengue de su tarta de fresas.

-Lucy- Llamó a su acompañante

-¿Mmm?- La aludida salió de sus libros por un momento

-¿Qué ropa crees que me iría bien para una cita?

-¿Tu? ¿Una cita? - Lucy arqueó una ceja

-Así parece… -Sonrió dando el primer bocado a su tarta –Es una buena chica, así que cuando menos puedo sacar una buena relación de allí

-Es un avance grande para ti, es verdad… Pero pensé que esto de cambiar de outfits y ropa era lo tuyo

-Lo es, pero con ésta chica no estoy segura de que está bien usar

-Ah… No es una fácil- Sonrió Lucy

-No; es una buena chica. En serio, una buena- Remarcó Erza mirándola

-En ese caso tendremos que hacer una visita por el mall más tarde y elegir un atuendo apropiado. Asumo que tu elegirás el fin de la cita ¿no?

-Correcto- Asintió la pelirroja

-Okey, entonces esta tarde nos vamos de compras

Podría decirse que Lucy es la mejor amiga y consejera de Erza, es de esas amigas que da buenísimos consejos pero no aplica ninguno en su vida emocional; por lo mismo, aunque ya llevan más de un año de conocerse, ella con Natsu no han podido concretar nada, aun si es palpable la química entre ellos.

Así que esa tarde después de clases salieron al mall, entre otras cosas esto servía para tener una de esas tardes de chicas y desahogarse un poco de aquellas cosas que no se suelen hablar todos los días.

-¿Cómo sigues?- Preguntó Lucy mientras caminaban

-¿Sobre qué?

-Tu sabes sobre qué

La ruptura de Erza.

-Mejor- Contestó secamente

-¿Han vuelto a hablar?

-Claro que no- Respondió tajante –Y preferiría nunca volver a hablarle

-Entonces la odias

-No… Cuando conoces a una persona lo suficiente, y sabes que juntas son una bomba de tiempo, entiendes que cuando esa bomba explota tiende a herir a todos alrededor. Y nosotras éramos eso. No parábamos de hacernos daños y a los que nos rodeaban… Al final fue demasiado, incluso para nosotras.

-Sí, hay relaciones así… Entonces, lo mejor es olvidar

-Exacto

-¿Qué me dices de ésta chica? Kagura

-Bueno, es adorable, es preciosa; tiene buenas curvas y tiene buenas intenciones aparentemente. Es distinta a todas las que se me han acercado antes

-Y por eso le abriste camino a una segunda cita

-Más o menos- Le sonrió viéndola de reojo

Iban caminando para salir del mall, ya con todas las bolsas de chaquetas, zapatos y faldas. Se dirigieron al parqueadero y entraron en un auto color celeste, donde Erza entró del lado del copiloto y Lucy al frente del volante.

-Entonces, si ésta chica es diferente, quizás debas darle una oportunidad

-No estoy lista para alguien más, Lu

-No lo tomes como tu siguiente pareja con la que tendrán una casa, siete gatos y dos perros de jardín, solo tómalo como lo que debe ser: una relación

Erza puso atención a Lucy viéndola fijamente

-Una relación donde evalúas el terreno, miras si hay compatibilidad y determinas si tiene futuro o no. Eso de sacar un clavo con otro clavo no funciona, porque los clavos los saca un martillo

-Jajaja tienes una forma curiosa de dar un mensaje, Lucy

-¿Y si ella es el martillo?- Insistió encendiendo el auto

-¿Y si yo soy una pared de concreto reforzado y de mí no sale nada?

-¿Y si ella es un taladro industrial que pulirá tu superficie sacando el clavo de tajo?

-Pues el clavo seguirá adentro, pero por fuera se verá divino

-Jajaja eres imposible- Rio arrancando el auto –Pero al menos piénsalo

-Lo haré, lo haré…

-Pero lo más importante…

-¿Mm?

-¿Es tu tipo?- Lucy la miró de reojo

-Jajaja mira al frente, idiota

Luego de un recorrido lleno de charlas sin sentido, llegaron a casa de Erza, quien agarró sus bolsas, se despidió con algún otro chiste sobre el taladro y el martillo y volvió a su departamento. El ritual de Erza y Lucy de relajarse e ir de compras antes de una cita para cualquiera de ellas, funcionaba bien, porque iban a sus citas con las mentes claras y más relajadas; y eso era justo lo que necesitaba Erza.

Al día siguiente, con tan solo unas pocas clases a las que asistió, Erza regresó al departamento después de su última clase a arreglarse antes de su cita, y para eso le quedaban dos horas aun; se dio un relajante baño de tina, eligió de entre todas las cosas que compró algo adecuado, decantándose por una blusa sin mangas color azul, una chaqueta de cuero, un par de jeans azul marino y un par de botas a media pantorrilla color negro a juego con la chaqueta. Terminó de ajustarse su corbata negra y salió camino a su cita.

Kagura la esperaba a la salida principal de la universidad, llevaba un pantalón negro, zapatillas violetas, una blusa gris clara y una chaqueta blanca. Al ver a Erza acercarse se sonrojó. Miró su reflejo en el cristal del marco de la universidad y luego se giró a verla nuevamente.

-Kagura-chan ¿Hace mucho que esperas?

-No mucho, llegué hace poco- Le sonrió nerviosamente

-Fantástico, ¿tienes hambre?

-Pues… Un poco, sí

-Excelente, reservé un lugar. Vamos- Erza le ofreció la mano

Kagura se ruborizó, pero finalmente accedió y tomó la mano de Erza. Caminaron un par de calles hasta el poblado comercial, donde comenzaban a verse restaurantes, cafeterías, tiendas de dulces y algunos karaokes, solo hablando de como estuvo el día y cosas superficiales.

-Me sorprendió que aceptaras salir una segunda vez- Confesó Kagura

-¿Tan así?- Le sonrió Erza viéndola de reojo

-Tienes reputación, ya sabes

-Ah sí, la conozco; pero no soy un ogro… Solo rechazo, ya sabes, al típico grupo de chicas a o chicos que solo buscan algo de una sola cita

-Ah sí, es natural entonces

Erza la guio cruzando la calle y llegaron a un restaurante de comida china, Erza entregó su identificación para acceder a su reservación y entraron hasta una de las mesas privadas del fondo del restaurante, esas cubiertas por paredes corredizas.

-Esto… Wau… -Murmuró Kagura mientras entraban –Este lugar es hermoso

-Lo sé, adoro venir aquí. Cuando voy de afán solo llevo una sopa de camarones, pero en general todo les queda excelente

Ambas se sentaron del mismo lado de la mesa; un camarero entró y les dejó la carta de comidas, una de licores y una más de postres, se retiró y les dio privacidad para elegir.

-A ver… -Erza miraba el menú como si de una decisión crucialmente importante se tratara esta parte de la cita –Yo pediré un filete de cerdo y una porción de fideos con Wong tong.

-Vaya, eso suena bien ¿Te molesta si pido lo mismo?

-Ah no te preocupes- Erza tomó la carta de licores –Kagura-chan tu-

-Solo Kagura- Le pidió sonriendo –Es que así me llama mi hermano, y es extraño Jajaja

-Pues Kagura será- Respondió sonriendo –Iba a preguntarte si bebes

-No me gusta ningún licor

-Espero que no te resulte asqueroso que pida un batido después de pedir una carne, porque eso se me antoja

-Entonces dejaré las bebidas y postre a tu elección

-Ho, gran reto, aunque un poco injusto considerando que pediste lo mismo que yo

-Okey, entonces… Tú las bebidas, yo el postre

-Hecho

Luego de hacer un más ameno ambiente, terminaron ordenan dos batidos para beber y de postre dos tartas, una de durazno y otra de té verde. Durante la cena la conversación fue más fluida; entre cuanto estudiaron para el examen de ingreso a si tuvieron iniciación en las hermandades de sus facultades. Kagura descubrió que Erza tiene una especial afición por coleccionar armas antiguas, reales o a escala, y Erza descubrió que Kagura de hecho es buena en esgrima, un par de cosas más en común y para cuando les dio las 9 de la noche estaban saliendo del restaurante, dando por finalizada la cena.

-Definitivamente voy a volver- Comentó Kagura al salir

Se ciñó la chaqueta y suspiró.

-Supongo que es hora de regresar- Dijo con tristeza mirando el suelo

-Supongo… -Erza también suspiró –Pero… La pasé muy bien esta noche

-También yo- Kagura le sonrió mirándola –Y… Podemos… ¿Salir otro día?

Erza sonrió.

-Dame tu móvil

-¿He?

-Solo un momento

Un poco desconcertada, Kagura sacó su móvil del bolsillo de su pantalón y se lo entregó.

-Este es mi teléfono- Le dijo mientras marcaba en la pantalla –Desde hoy ya no sé cuándo tendré libre, pero… Podemos seguir hablando por line

Erza estiró el teléfono regresándoselo, Kagura lo recibió llevando en su cara la más grande expresión de sorpresa. Lentamente esbozó una sonrisa. Asintió.

-A la siguiente tú eliges el restaurante

-¿El que yo quiera?

-El que quieras, seguro encontraremos de qué hablar incluso si cenáramos en un ambulante de ramen

-¡Hecho!

Ambas separaron sus caminos y fueron cada una a su casa. Mientras caminaba a su departamento, el celular de Erza vibró. Recibió una notificación en su chat personal.

La pasé muy bien hoy. Creo que me gustas un poco más.

Erza detuvo sus pasos. Sonrió consigo misma y abrió el teclado.

Me alegra, porque tú también me gustas.

Del otro lado de la línea Kagura miraba la pantalla de su teléfono con una mano cubriendo su boca descolgada. Lo que estaba leyendo una y otra vez, verificando que fuera cierto, en realidad si lo era. Cada segundo que pasaba, Erza era más y más perfecta, y si antes ya le gustaba mucho, esto se sentía tortuosamente cerca a estar enamorada.

Entró a su departamento, uno de esos dispuestos como pisos compartidos entre estudiantes a pocos minutos de la universidad. Se sacó la chaqueta y se dejó caer sobre el sofá; su compañera de piso no se encontraba, así que podía darse el lujo de soltar todos los suspiros que quisiera sin que le preguntaran qué estuvo haciendo durante el día.

Volvió a revisar su teléfono.

No volveré ésta noche, tendrás que hacerte algo de cenar :/

Mensaje de su compañera de piso. Hablando de estar sola en la noche… Abrió nuevamente el chat con Erza verificando que aquel mágico mensaje seguía allí; sonrió embobadamente.

¿Lo dijiste en serio?

En realidad lo escribí –Contestó casi de inmediato -¿Qué haces ahora?

Nada, supongo que me daré un baño e iré a dormir

Creo que haré lo mismo.

¿Cuándo podemos volvernos a ver?

Eso se leyó muy ansioso Jajaja

Lo es –Ruborizándose luego de responder

Iniciaré un curso vacacional de forja artesanal, así que estaré casi todo el día en el taller.

Entonces incluso cuando no tengas que ir, estarás cansada

De saber que la pasaría tan bien contigo no habría tomado ese curso

Nuevamente se sonrojó. Kagura se sacó las botas y se sentó cruzando las piernas sobre el sofá.

Pero tú me gustas en serio

Ese fue un movimiento arriesgado. Por primera vez desde que empezaron a hablar, Erza se tomó una pausa para contestar, y quizás fue… Porque al confesarlo así de seriamente la había espantado.

Tú también me gustas en serio, Kagura

Se incorporó poniendo los pies en la tierra rápidamente. Tuvo la imperiosa necesidad de brincar y gritar como si estuviera celebrando la mejor y gran victoria de su vida.

¿Puedo verte otra vez?

¿Cuándo?- Preguntó rápidamente

Ahora

Sin siquiera pensarlo Kagura envió su ubicación vía GPS.

Mi compañera hoy no está.

Ok, te hablo cuando llegue.

Kagura dejó su celular a un lado. Se sentía avergonzada por entregar la llegada su casa, así como si nada, después de terminada la primera cita recién; pero soportar un tiempo indefinido con esta sensación en el pecho en pausa… Eso sí que no sabía si podría hacerlo. Espero ansiosamente en la sala de estar. Tomó un vaso de agua, cambio sus botas por un par de pantuflas más cómodas y continuó esperando; sujetando su teléfono entre ambas manos mientras caminaba ansiosamente de lado a lado de la puerta.

Llegué

Bajó rápidamente sin esperar el elevador los seis pisos hasta el primero, abrió la puerta de la recepción y ahí estaba, su pelirroja favorita de pie, mirándola. Las dos llevaban en los ojos el mismo deseo en vilo: verse, pero luego no saber qué más hacer.

-Sígueme- Le invitó Kagura caminando al elevador

-¿Bajaste corriendo?

-Emmm… si, es buen ejercicio, y mejor bajando que subiendo

-Ajá- Sonrió Erza

Subieron en silencio hasta el departamento, donde Kagura abrió la puerta y ambas pasaron.

-¿Y por qué dices que te quedaste sola?

-Mi compañera no llegará, luego me dirá lo que pasó

Erza se sentó en el sofá en silencio.

-¿Pasa algo?

-No, no… Huele a algo… familiar…

-Mi compañera y yo ponemos flores todos los días en la mesa- Le señaló Kagura –Las flores le dan más vida al departamento

Erza sonrió al reconocer esas flores. Lilas; suspiró y luego con un gesto de cabeza la invitó a sentarse junto a ella.

-Entonces… -Murmuró Kagura al sentarse –Desde hoy ya no nos veremos

-Por lo menos en dos semanas más

-Entiendo… -Suspiró Kagura –De haberlo sabido, hace rato te habría robado un beso Jajaja

Kagura rio consigo misma, dejando a ver que quizás lo que dijo fue una clase de broma; pero Erza no reía. La miró fijamente con una expresión indescifrable. Kagura se sonrojó. Se contuvo poniendo ambas manos frente a su torso y comenzando a juguetear con los bordes de su blusa.

-Lo siento- Murmuró agachando la cabeza

En total silencio Erza se acercó por sobre el sofá, deslizándose por el cojín hasta llegar a pocos centímetros de Kagura.

-L-lo siento, solo lo dije como una b-

Fue la pelirroja quien tomó la iniciativa; levantó la barbilla de la pelinegra llevando su rostro hacia sus labios, dándole un beso lento, profundo, permitiéndose dar rienda suelta al deseo de pasar la lengua por sus labios y degustar del dulzor de los labios ajenos por varios minutos. Las manos de Kagura fueron a los hombros ajenos permitiendo que el beso continuara hasta donde Erza dispusiera; esta llevó las dos manos a la cintura y espalda de Kagura, estrechando su torso contra el propio, disfrutando más de lo que esperaba el tacto de su suave y voluminoso pecho contra el suyo. El beso trascendió de ser algo inocente a ser llevado al nivel anterior a lujurioso.

Erza recostó a Kagura contra el sofá sin dar lugar al fin del beso, uno tan intenso y apasionado que los sonidos húmedos de sus lenguas eran el único eco en la vacía y penumbrosa sala de estar.

-Kagura- Hablo jadeando cortando el beso un instante

-¿Mmm?- Contestó sin separar sus labios

-Tu cuarto

-Al final del pasillo –Murmuró tenuemente volviendo al beso inmediatamente

-¿Podemos…?

Se detuvieron por un momento. Los mechones rojizos de Erza caían sobre la frente de Kagura, cubierta de sudor. Erza la miraba con seriedad, con los labios entre cerrados jadeando para recuperar el aliento que le quito el imperioso beso, mientras Kagura con una mirada entre culpable y lujuriosa suplicaba que por favor no se detuviera. Pero ninguna de las dos era tonta; si seguían un poco más allá se les iría de las manos el control.

-¿Podemos…? Kagura- Volvió a pedir Erza

Si lo tenía que repetir con ese tono de voz tenue y tortuoso, seguramente estaba sufriendo de la interrupción incluso más que ella. La peli negra acarició su mejilla, asegurándose de pasar el dedo pulgar por sus labios; relamió los propios entendiendo que ya no le podía dar marcha atrás al deseo que sentía. Asintió.

Erza se puso de pie sujetando la mano de Kagura, la llevó caminando ella al frente hasta llegar a la habitación del fondo; ya allí volvieron a aquel beso tan cruelmente interrumpido, esta vez siendo Kagura quien estrujó a Erza contra la puerta, mientras, la pelirroja se encargaba de bajar la cremallera de su pantalón y de sacarse las botas. Luego de tener los pantalones en los tobillos y de haberse sacado las botas, agarró ambos muslos de Kagura levantándola contra su cadera, llevando su peso a cuestas hasta dejarla caer en la cama.

El cobijo de la noche fue el único testigo de este apasionado amor que nació acunado en la lujuria imperativa, y así fue hasta que el sol dio paso a la mañana y el cansancio terminó por vencerlas, ya un par de horas después de que el sol se alzaba en el horizonte entre los edificios.

Estaba mal; si, estaba mal. Una sana relación no debe nacer de la lujuria; pero cuando ya se ha desperdiciado mucho tiempo y ya no queda mucho más para esperar, a veces el instinto humano supera la conservación moral.

Erza fue la primera en despertar, abrazada a una Kagura sumida en la profundidad de sus sueños al grado que sus labios entre abiertos y expresión serena le enternecían, así que se permitió unos instantes más para observarla… hasta que lo entendió.

Esta no era casa solo de Kagura.

En solo un par de horas su curso vacacional iniciaría.

Tenía que ir a casa a cambiarse de ropa y ducharse.

Y lo peor, es que en dos semanas más ya no se verían.

-Kagura… -La meció gentilmente del hombro –Hey… Kagura, vamos

-Mmm… -La pelinegra se removió incómoda para abrazar el pecho de Erza

Erza sonrió, hallándose enternecida por esta adorable pero sensual chica.

-Nena, tengo que irme, recuerda lo que hablamos anoche

-No quiero- Gruñó sin soltar su pecho

-Vamos, no me lo hagas más difícil ¿Crees que no quiero pasar estas vacaciones a tu lado?

-Entonces hazlo- Pidió sin abrir los ojos aun –Mi compañera irá a ver a sus hermanos todas las vacaciones

-Pero debe llegar en algún momento por sus cosas, y no te encontrará sola

-Le dejaré una nota- Kagura acomodó más la cabeza en medio del voluminoso pecho de Erza

-Jajaja dame un respiro, ni siquiera me quiero ir- Erza cedió parcialmente comenzando a acariciar el cabello de la pelinegra –Eres más asombrosa de lo que hubiera pensado jamás

-Tonta- Kagura abrió los ojos sonriendo –Tu eres la asombrosa de las dos

-Vamos nena, tengo que irme… Pero no podré si te molestas conmigo

-No podría enojarme contigo- Finalmente Kagura soltó su pecho para mirarla fijamente –Quédate

-Kagura… -Suplicó Erza sonriendo –Pagué este curso hace más de tres meses, no puedo faltar

-Yo te pagaré otro

-Pero Jajaja no es tan sencillo, este curso se imparte una vez por año, es un profesor que emigra solo estas dos semanas hasta aquí

-Entonces iré contigo

Erza sonrió. Acunó su mejilla sin dejar de verla fijamente.

-Está bien, hagamos una tregua: Si tu compañera se irá a ver a sus hermanos, entonces tu estarás sola ¿verdad?

-Correcto- Asintió Kagura

-Entonces puedo venir a dormir aquí durante estas dos semanas

-… Sí… ¡Sí, sí puedes! - Celebró Kagura sonriendo

-¿Ahora si me dejarás ir?

-¡Jamás!- Kagura se abalanzó sobre Erza bruscamente

-¡Ah, Kagura! Jajaja suéltame nena, debo irme

Mientras ellas comenzaban sus propios asuntos, la puerta del departamento se abrió. Una joven usando un vestido de noche azul marino, una chaqueta de cuero negra y tacones el mismo color entraba. Se sacó los tacones dejándolos a un lado del pasillo, luego se llevó las manos al cabello desatando una larga melena blanca platinada y ondulada. Despejo su frente llevando sus ojos azules al final del pasillo. No estaba solo el departamento. Se escuchaban risas, murmullos, golpes y silencios intermedios muy incómodos. Kagura habría conseguido una pareja, o estaría con alguna amiga… Cualquier de las dos opciones era difícil de creer, considerando que Kagura solo tenía sus ojos puestos en una chica, que para como la describía tendría que ser una diosa en la tierra.

Así que era un evento para celebrar, y celebrarlo sería entrando a su habitación en silencio y dejándoles en privado.

-Tengo que salir ya, Kagura- Insistió Erza luego de ganar el juego de alcanzar sus bragas

-No quiero que te vayas- Kagura se puso de pie caminando hacia ella -¿Tienes idea de cuánto tiempo siquiera soñé con solo estar en el mismo espacio que tú?... Lo de anoche es como un sueño hecho realidad, no me dejes despertar tan pronto

-Volveré en la noche- Erza acarició su mejilla –Lo prometo. Traeré algo para cenar y nos divertiremos… Después ya veremos qué hacer antes de dormir

-¿Quieres decir, en lugar de dormir?- Murmuró Kagura rodeando su cuello

-Por favor, no- Erza levantó la cabeza hacia el techo –No puedes pretender que me hablarás en ese tono, vendrás a mi desnuda y que me resistiré

-Entonces no te vayas

-¡Ayyyy! ¡Qué cruel eres, mujer!

En un leve descuido, Erza se liberó de sus brazos, agarró su ropa regada en el suelo y abrió la puerta huyendo de los brazos hábiles de la pelinegra.

-¡Vuelve!- Kagura la siguió hasta que se encerró en el baño

La puerta de la habitación contigua se abrió.

-Etto… Kagura-chan… -Le dijo en un murmullo discreto

Kagura se vio a sí misma, descubriéndose desnuda.

-¿Es lo que yo creo que es?- Preguntó sonriendo

-Y más… -Admitió Kagura sonriendo –Es maravillosa, Mira-chan

-Así que es tu gran diosa de la que llevas hablándome semanas

-¡La misma!- Celebró Kagura

-Yo me quedaré aquí, fingiendo que no estoy- Mira le sonrió y luego guiñó un ojo

-¡Gracias!

Ya con el permiso de su compañera, abrió sigilosamente la puerta del baño y acompaño a la pelirroja, quien se daba una ducha caliente. Por supuesto la compañía fue totalmente bienvenida, así entre besos y caricias se dieron un baño mucho más ardiente de lo que debería ser, hasta que finalmente la hora de Erza para retirarse llegó.

Ambas se vistieron en el cuarto y luego la pelirroja se marchó.

-¿Ya se fue?- Preguntó Mirajane sacando la cabeza por el pasillo

-Sí, así es… -Contestó con un dejo de tristeza

-Tiene que ser increíble para haberte dejado así

-Lo es… No solo es gentil, educada y segura, además es hermosa y… sexy

-Creo que te estás apresurando- Sentenció Mirajane caminando hacia la cocina

-Lo sé- Kagura se sentó en el sofá –Inicialmente solo era una cita, pero… Pues no sé ni cómo llegamos a esto, solo sé que fue increíble

-Uuuuh, un poco se sexo hace ver pajaritos en el aire a cualquiera

-Encima es súper buena en eso también- Sonrió Kagura mirando por la ventana

-Jajaja esta nueva Kagura me gusta más; pero la vieja Kagura me prometió ayudarme a empacar mis cosas ¿no?

-Cierto- Kagura borró su sonrisa un instante –Bueno, dime por donde comenzamos

-Vamos a mi cuarto y te explico- Respondió luego de servirse una taza de café

Mientras tanto, Erza terminó tomando un taxi para regresar a casa a cambiarse de ropa y luego asistir a su curso vacacional de forja artesanal; el maestro era un reconocido armero sueco cuyas piezas estaban bien renombradas por ser no solo fantásticas, sino letales, exquisitas, elegantes y únicas. Aprender de un maestro así es una oportunidad que la Erza que no está embelesada por la belleza y carisma de Kagura, no se puede permitir perder.

Por supuesto, de no ser porque de hecho cada parte de su cuerpo recordaba a Kagura adonde fuera que mirara. Y si, solo llevaba un día de conocerla, pero esta chica había logrado incrustarse hasta el fondo de su memoria.

El primer día del curso pasó rápido, seis horas evaluando materiales, técnicas y estudiando la teoría del balance fue justo lo que recetó el doctor para dejar de lado el sinfín de pensamientos lujuriosos que venían a su mente cada que recordaba a Kagura; pero el fin de la lección llegó, y ya era su oportunidad de volver a ella.

Sin siquiera ducharse o arreglarse, llegó a casa de Kagura, ya estando fuera del edificio le habló. Kagura se encontraba aun arriba con Mirajane arreglando los últimos detalles de la mudanza, poniendo cinta de embalaje a las cajas más delicadas.

Llegué

-Llegó- Anunció sonriendo y poniéndose de pie

-Vaya, por fin conoceré a quien le pone los pelos de punta a Kagura-chan

-Pero te lo advierto, es mía

-Jajaja como si me interesara nadie ahora

Kagura salió del departamento y bajó al primer piso al encuentro de Erza, quien al verla la recibió de brazos abiertos y un gran beso.

-Sigo ayudando a mi compañera a empacar sus cosas ¿Nos ayudas?

-Okey, vamos

Tomaron el elevador y subieron al departamento, al entrar Kagura le ofreció un vaso de agua a Erza quien lo aceptó de buena gana, considerando de donde habría venido hasta aquí.

-¿Qué tal tu curso maravilla?

-Mejor de lo que pensé- Respondió Erza -¿Y tu día?

-Aburrido, ayudando a Mira-chan con sus cosas

El vaso de agua que llevaba en sus manos se deslizó.

-¿Pasa algo?

Erza tenía la mirada clavada en algún lugar situado en el pasillo; cuando Kagura volteó se percató que Mirajane habría salido de su habitación, probablemente a saludar, y ahora tenía la más grande expresión de sorpresa que jamás había visto en tan bellas facciones de la peli blanca.

-Hola- Saludó Erza primero –Un gusto conocerte

Kagura recuperó la compostura al escuchar a Erza, luego se volvió de nuevo hacia Mirajane.

-Mira-chan, ella es Erza. Es la chica de la que te he hablado todo el día

-Vaya, es un gusto conocerte –Mirajane volvió a sonreír –Terminaré de empacar lo demás yo ¿Por qué no invitas a tomar algo a Erza-san?

-Buena idea. ¿Tienes hambre?

La expresión de Erza era diferente; ausente, dolida y seria. Sin responderle se agachó y comenzó a retirar los trozos de cristal rotos debido al vaso que se le deslizó de las manos al ver a Mirajane.

-Erza- Repitió mirándola fijamente

-Sí, claro- Erza le sonrió –Se me antoja un helado

-Genial, conozco una heladería cerca de aquí

-Perfecto- Erza terminó de barrer los cristales y la acompañó fuera del departamento

Luego de caminar un par de calles, llegaron a una heladería donde tomaron una mesa y ordenaron; para Erza una copa con dos bolas de helado y para Kagura un cono. Luego que sus órdenes llegaron finalmente podían hablar.

-Entonces… ¿De dónde la conoces?

-¿Mmm?- Erza arqueó una ceja

-A Mira-chan, de donde la conoces

-No la conozco- Erza agachó la cabeza

-Vamos, vi cómo te miró y como la miraste

-No la conozco- Repitió seriamente –Pensé que tu compañera iba a ser la típica nerd con trencitas o algo así, no alguien como ella

-¿Cómo ella?- Kagura alzó una ceja

-Pues… si… como ella…

-Te pareció linda entonces

-Jajaja ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Estás celosa?

-Qué va… -Kagura la miró seriamente –Te parece linda ¿verdad?

-Jajajaja Kagura esto es ridículo, pasé la noche contigo, no con ella

-Tal vez porque no la conocías… No sé, a mi te parece que te sorprendió mucho

-Nena, no digas tonterías- Erza sujetó la mano de Kagura sobre la mesa- Me gustas tú, nadie más ¿Por qué crees que estoy contigo ahora?

-De acuerdo, de acuerdo

Erza sonrió y terminó de comer su helado. Para cuando terminaron y volvieron a casa, Mirajane ya no estaba allí.

-Vaya, pensé que la acompañaría a la estación de tren- Comentó Kagura –Bueno, ya no hay nada qué hacer

Erza volteó a ver la mesa del living, donde un nuevo ramo de lilas había sido dispuesto, y el aroma de las flores ya llenaba el lugar.

-¿Erza?- Kagura sacudió la mano frente a su cara

-Lo siento, pensaba que ese ramo se ve horrendo

-¿De verdad?- Kagura lo miró –Si quieres lo ponemos en otro lugar

-¿Y si me dejas botarlo?

-Jajaja ¿Tan así?

-Es… alergia- Respondió yendo a agarrar el jarrón –Me desharé de él yo misma

-De acuerdo

Erza sacó el ramo y luego de aplastar las flores con cierta pizca de resentimiento y dejar caer el jarrón dentro del cubo de la basura. Dejó caer los últimos vestigios de lo que Mirajane dejó en el departamento, entonces fue libre de ir a los brazos y labios de Kagura, con todo el deseo guardado que tuvo durante todo el día.

Muy buenas noches, lectores

La noche anterior la pasé buscando unos buenos fics Yuri en uno de mis fandoms favoritos. Me decepcioné al encontrar que en español no hay ninguno decente

Así que, tal como la última vez, decidí hacer mi propio fic nwn

Este fic será cortito, de a lo sumo 15 caps; así que déjenme un review diciéndome que tal les pareció ;)