Como prometí hace un par de semanas, volvería a retomar un fic antiguo que había dejado en el olvido (Sangre, dolor y silencio), pero fue un quebradero de cabeza decidir cómo regresaría con él. En primer lugar, porque tanto mi estilo de escritura como mi forma de ver ciertas cosas con respecto a la serie han cambiado (como es natural, teniendo en cuenta que hace AÑOS que no actualizo mi fic, y que fue el primer fic largo que publiqué en esta plataforma, hace 10 años) y en segundo lugar, porque ahora que lo releo, si bien me surge un nostálgico y bonito sentimiento, también me dan ganas de zarandear a mi yo pasado por pasar por alto tantos detalles que podrían haber destruido la trama por completo si alguien se los hacía notar. Así que de ese modo es como los traigo a esta historia que viene en forma de reboot.

Sin embargo no voy a aburrirles con 10 capítulos de lo mismo, como hice en el pasado en un intento de rehacer mi fic al estilo que llevé por allá en el 2011, si no que empezaré la narrativa de un modo distinto para dirigirnos hacia los eventos que desencadenarán la trama y el final de la historia. Así mismo, muchos elementos de la trama que conocían cambiarán, pero los principales, los más relevantes, seguirán intactos, aunque probablemente no ocurran en el mismo orden y cambien un poco de lugar. Me daré la licencia de añadir más historia de fondo para entender mejor la situación en la que nos encontramos. También quisiera advertirles que no esperen el romance empalagoso y cliché que tenía la primera versión. Me centraré en el tema de las parejas, sí, porque me gusta escribir romance, pero, de ser posible, desde un punto de vista más sutil y maduro, priorizando un poco la aventura que el romance [pero sí, le daré sus capítulos de desarrollo en algún momento porque a fin de cuentas, esta humilde autora peca de romántica incorregible]. Tampoco verán tantas escenas que parecen sacadas de una serie de anime cómico o cualquier otro sin sentido que pueda haber cometido antes... el enfoque de la historia será un poquito más serio, aunque les prometo que no dejaré a un lado esa dosis de humor que hace a un fic de aventuras algo entretenido.

En fin, sin más aclaraciones y preámbulos, ¡Vamos a la aventura, Maverick Hunters!


Megaman/Rockman X no me pertenece. Es de Capcom, nos guste o no.


El constante sonido de algo deslizándose contra el suelo era el único murmullo que le daba vida a aquel lugar. Era un sonido errático e inconstante, desesperado... aterrado. La respiración agitada del responsable de aquel curioso ruido solo complementaba mejor el cuadro de alguien que al parecer huía de algo que todavía no se podía ver.

—¡X! ¡X! ¡Regresa!—Una voz infantil, acompañada de un ruido bamboleante de pasos, quebró el traqueteo constante del deslizamiento, que ahora se hizo más potente, como si aquella voz lo hubiese alterado aún más, la voz infantil de quien corría, solo sonó de nuevo, casi sin resuello—. ¡X! ¡Espérame!

—¡NO TE ACERQUES!

Un frenazo, unos pasos que se habían detenido, un deslizamiento que dejó de ser... dos respiraciones agitadas... otro ruido de pasos acercándose por otro lado, una respiración más firme... los pasos ralentizándose al ruido zumbante de un arma cortante de luz. Los tres Reploids estaban frente a frente por fin, sin embargo, no se habían acercado más, por cautela. Un Reploid azul, conocido héroe de guerra, Megaman X, capitán de la unidad N° 17 de Élite, quien había estado huyendo, se mantenía en guardia frente a quienes lo tenían acorralado. Un Reploid rojo de larga cabellera rubia, que se había mantenido silencioso durante todo ese tiempo, sosteniendo el sable de luz, con aire taciturno y gélido, Zero, capitán de la Unidad N° 0 de Fuerzas Especiales; y su contraparte, un Reploid azul marino, de cabello rojo y una gran cicatriz en forma de X que cubría gran parte de su rostro, que tenía las manos temblorosas, incapaz de llevar los dedos al gatillo de sus pistolas gemelas, Axl, sub capitán de la Unidad N° 5 de Armas de Fuego.

—X, sé razonable. Tienes que regresar a la base —La voz masculina y calmada que salió del Reploid de rojo solo hizo parpadear un par de veces a su objetivo, que mantenía su guardia alta, reacio a negociar—. Sea lo que sea que te esté sucediendo, es mejor que lo solucionemos juntos.

—Zero tiene razón —Aportó el otro, aún con las manos temblorosas, aunque un poco más determinado, gracias a la presencia del otro capitán—. Dejarte aquí no es la solución. Todo empeorará... ¡No podemos dejar que él se salga con la suya! ¡No podemos dejar que él siga haciendo daño!

X se quedó quieto, sopesando aquellas palabras, aún sin moverse un ápice. Justo en el momento en el que sus amigos iban a acercarse más, bajó el arma y cayó de rodillas al piso, sosteniendo su cabeza, apretando los ojos fuertemente, dejando que el torrente de lágrimas saliera de sus ojos, dejando que el temblor descontrolado se apoderara de su cuerpo, sacudiéndolo en desgarradores sollozos.

—...P-pero yo tampoco... q-quiero hacerle daño a nadie...

Supuestamente he sido creado para proteger al mundo... y sin embargo... no pude salvar a nadie...

Varios años han pasado desde el incidente de los New Generation Reploids, y a pesar de que se había demostrado que no eran un método viable para asegurar que un Reploid no se convertiría en Maverick, como fue demostrado en el momento en el que los Maverick Hunters dieron un detallado informe de las declaraciones del Director del Jakob Project, la producción de los Copy Chips, así como de los New Generation Reploids no fue detenida, por muchas advertencias que se hicieron.

Para desazón de muchos, X siendo el primero de todos ellos, aquellos Reploids que habían sido prohibidos, fueron la fuente de muchos Maverick, empeorando la situación que los Maverick Hunters ya tenían entre las manos. Ahora no solo tenían que enfrentarse a Reploids que se convertían en Maverick debido a malas funciones, problemas estructurales o virus en sus Inteligencias Artificiales, si no, que también tenían que resistir la latente amenaza de aquellos que podían convertirse en Maverick a su propia voluntad.

A raíz de ello, Signas tuvo que reescribir varias leyes y políticas dentro del cuartel, para que los Hunters pudieran aplicarlas y hacer su trabajo sin que ningún gobierno de la tierra, Reploid o humano los vetara de hacer su trabajo, en el caso de que, por ejemplo, al tratar con Reploids sospechosos de ser Mavericks, los gobiernos los declararan Mavericks a ellos por atacar "al inocente". Cualquier ley o plan de contingencia, pensaba el comandante, era válida antes de que las acciones de sus cazadores los pusieran en la mira como amenazas para los humanos, que a pesar de todas las cosas sucedidas hasta ese momento, permanecían como una raza superior y prioritaria frente a los Reploids, y aquello era notorio hasta en el modo en el que se manejaban las situaciones con malos elementos de ambas especies.

Mientras que un humano criminal tenía derecho a un juicio y luego era encarcelado o liberado, los Reploids no gozaban del mismo derecho. Y aunque en el amanecer de la era Reploid, los Mavericks fueron juzgados y encarcelados, a semejanza de los criminales humanos, a través de los años los juicios fueron casi eliminados, dejados al criterio del Maverick Hunter, capitán o comandante, que estuviera a cargo de la misión. Usualmente los Mavericks, por su sola condición eran condenados a su propia muerte, considerados peligrosos para los humanos y para sus hermanos Reploids. Y aunque esto se había normalizado con el paso de las décadas, X, cada cierto tiempo volvía a preguntarse si acaso las convicciones por las que luchaba estaban bien.

Si la evolución de la que tanto hablaba Lumine realmente debería seguir su curso y él, herramienta creada por y para los humanos, debería dar un paso al costado y aceptar su destino. Sin embargo, Zero le había hecho reaccionar, aquella vez, como una de tantas, que pelearían hasta el final por lo que creían, incluso si eso significaba luchar duramente contra lo que Lumine llamaba destino.

Cuando Axl despertó de la reparación a la que fue sometido luego del final de aquella significativa pelea, realizada en conjunto por Palette y Douglas (un Reploid mecánico muy famoso que volvió a las filas de los Maverick Hunters en cuanto X contactó con él para que le ayudara a reparar al prototipo de los New Generation Reploids), también le dijo que lucharían sin importar qué, que Lumine estaba demente, y que los Maverick Hunters fueron creados para proteger a los humanos y a los Reploids más débiles, que eso no tendría que cambiar nunca.

X se aferraba fuertemente a aquellas palabras de sus amigos y recuperaba su ánimo y su deseo de ver su sueño de una utopía de coexistencia entre ambas especies hecho una realidad, incluso si ahora mismo parecía una idea terriblemente lejana y quizá, hasta ridícula. Con esa idea como motivación de su lucha, el bombardero azul le plantaba cara fieramente a esta nueva amenaza, que fuera de causar más desconfianza entre humanos y Reploids y, abrir más aún la brecha que los dividía, no había causado más cambios en toda la jerarquía planteada hasta el momento.

Al menos, por ahora, los Maverick Hunters eran llamados a misiones consideradas usuales, de rutina. Tratar con Mechaniloids enloquecidos, detener revueltas ocasionadas por Mavericks en las zonas más alejadas de las pomposas ciudades que siempre tenían personal de máxima seguridad, apoyar a la policía humana (en ocasiones, incluso al ejército), cuando se trataba de crímenes perpetrados por Mavericks y criminales humanos en conjunto, y muchas cosas similares.

Aquella tarde, el capitán de la Unidad 17 se encontraba revisando algunos informes en la central de navegaciones, sosteniendo una Tablet y revisando contenidos holográficos que iban adjuntos al informe escrito. El tecleo constante de las navegadoras y sus numerosas instrucciones, no fueron obstáculo para que se concentrara en un informe proveído por Axl, quien se encontraba actualmente bajo la estricta navegación de Alia, que le brindaba instrucciones de manera implacable. La obra maestra del Dr. Light detuvo un momento su lectura para observar a la veterana navegadora, siguiendo un radar, muy concentrada en su trabajo.

—En el punto SO-17 hay una extraña lectura. Ten cuidado. Es probable que se trate de un New Generation Reploid usando maniobras de camuflaje —La voz de la Reploid rubia sonó segura, fuerte y clara, notoriamente más experta que sus compañeras de trabajo.

"¿Otra vez? Voy a aburrirme terriblemente de esto, Alia." La voz del hunter sonó, metálica a través de los auriculares de la navegadora, solo audible para ella.

Un pequeño bufido escapó de los labios de la navegadora, poco audible, pero notorio para el bombardero azul— No es momento de ser irónico, Axl. Cuidado al frente, estás siendo rodeado por varios soldados menores. Son usuarios de armas de corto alcance, así que mantén la distancia y aprovecha tu rango de disparo.

"¡Sí, Señora~!"

El bombardero azul volvió la mirada a su Tablet, dando un suspiro contentado. Eso era algo rutinario y se había acostumbrado a eso, sin embargo no dejaba de admirar a su navegadora cuando trabajaba, por la precisión con la que hablaba, el profesionalismo con el que se desenvolvía y… ¿Por qué no? La elegancia de su presencia.

No pudo pensar mucho en eso, porque el sonido de una explosión en algún punto de la base alertó a todos en el puente de navegación. Siendo él el único Reploid combatiente, dejó la Tablet en la mesa y volteó a ver a los Reploids, en su mayoría mujeres, que estaban en pleno trabajo.

—No se preocupen, yo me encargo.

Dicho eso, salió del lugar en un derrape veloz, guiándose por sus instintos y sus radares internos. El ruido había venido del área de realidad virtual, en la cual entrenaban a los Hunters y en muchos casos, determinaban sus rankings y habilidades de batalla. Tal vez había sido algún accidente con el sistema, a veces pasaba… pero tenía un mal presentimiento.

La explosión que oyó no pudo haber sido causada, bajo ninguna circunstancia, por el arma de un Hunter inexperto.

Un sonido fuerte llamó su atención al cruzar un pasillo oval, cubierto de vidrios blindados en las paredes y techo: En el área que él había supuesto, un Mechaniloid gigante estaba haciendo destrozos. Frunció el ceño, porque era inadmisible que la seguridad haya sido burlada al punto que algo tan grande hubiese entrado sin problemas. Además, ¿No existía un protocolo de seguridad de emergencia? ¿Uno en el que la base desplegaba un escudo protector para salvaguardar a los habitantes de la misma? Varias cosas no le hacían sentido y Megaman X empezó a preocuparse.

Abriéndose paso por uno de los grandes ventanales, y dando un salto descomunal, X cargó la energía en su X-Buster, concentrándose mientras flotaba ingrávido en el aire y apuntando a su objetivo. Tenía que ser rápido si no quería que hubiese más destrozos. Contó mentalmente, de cinco a uno y cuando su arma estuvo lo suficientemente cargada, disparó, haciendo que el enorme mecanismo Maverick retrocediera, superado por aquel ataque sorpresivo.

—¡¿Qué están esperando?! ¡Ahora! —Bramó X, y los Hunters en entrenamiento, admirados y al mismo tiempo, cohibidos por el legendario capitán, se dispusieron a atacar juntos al mando de la obra maestra del Dr. Light, que nuevamente estaba preparando el arma, mientras caía a tierra, gracias a la fuerza gravitacional, aterrizando potentemente en el suelo y creando pequeñas grietas bajo sus pies.

El trabajo en equipo de X junto a los Hunters en entrenamiento rindió fruto, porque no tomó mucho tiempo para que dispusieran de aquel Mechaniloid, reduciéndolo a chatarra.

—Buen trabajo, chicos. —Elogió el capitán a los chicos y chicas que estaban presentes, quienes sentían que de alguna forma era el mejor día de sus vidas. X sonrió muy levemente, con nostalgia. En algún momento de su vida, él también fue joven e inexperto. Sus pensamientos pronto se vieron interrumpidos por el sonido de una colosal explosión. Los jóvenes Hunters dejaron los chiflidos y las celebraciones y X tuvo que tomar todo el valor del mundo para voltear a ver.

El área en la que se encontraba el puente de Navegación, había sido destruida casi en su totalidad.


¡Listo!~ Espero de verdad que les haya gustado, especialmente porque mi manera de interpretar la relación de estos dos ha madurado un poco. Gracias por leer hasta aquí y espero verlos pronto, según mi plan, dentro de quince días, con la siguiente entrega de este fic. ¡Hasta la vista, Maverick Hunters!