Estoy solo, el resto salió… y en momentos como estos en los que me encuentro conmigo mismo, la soledad no es más que una tenue compañera la cual utilizo para así poder hacer fluir las ideas con mayor facilidad al momento de escribir las palabras que ahora leen. En esta ocasión, mi única compañía por hoy será el libro en el cual escribo, con mi taza de café a un lado, viendo de vez en cuando mi envejecida mano luego de escribir algunas de estas palabras o al tomar un poco del antes mencionado café, recordando los años que ya me empiezan a pesar…
Me gusta recordar el sonido de las cosas… generalmente es lo que más describo en mis relatos por el simple hecho de que estos son los que más memorizo durante mi día a día... y hoy no será la excepción.
Hay sonidos que en más de una ocasión me recuerdan tiempos de antaño en específico, algunos buenos, otros no tanto… pero ahora, en esta estación otoñal, mis recuerdos se ven sumergidos en el escuchar del soplar del viento chocando con las copas de los arboles afuera de mi casa, mientras veo a través de la ventana como las viejas hojas caen en su singular baile.
Fue aproximadamente unos seis años después de que mis hijos nacieran… fue simplemente durante unos días, no hubo ninguna pelea ni caos, simplemente me gusta recordar aquella época en específico por el mero hecho de que para aquel entonces, mis hijos ya comenzaban a tener la madurez suficiente como para comenzar a hacer por consciencia las travesuras que constantemente me atormentaban y me sacaban más de alguna cana en mi antigua cabellera negra.
Bueno… por una razón todo mi pelo ahora es blanco…
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Simplemente recuerdo como observaba a Hotaru desde las alturas… el viento de igual manera soplaba a como era hoy, pero aquello no era impedimento para no poder presenciar cómo algunas de las nuevas construcciones resaltaban, mientras que otras de igual manera comenzaban a efectuarse, alegrándome por dentro al ver como lentamente pero con seguridad mi pueblo crecía.
Recuerdo el día en el que las personas de Hotaru me escogieron como alcalde… en aquel entonces muchas cosas comenzaron a cambiar, la organización que Taichi tenía era demasiado precaria, al igual que las conexiones que el mismo permitía tener con la capital o con cualquier otro pueblo.
Nerito fue el primero en aparecer… Kaito junto con Yosuke y otras personas del mismo aparecieron en aquellos momentos en los cuales el liderazgo era algo completamente nuevo para mí; me ayudaron y enseñaron sobre como dirigir de manera correcta el lugar, e incluso comenzamos a tener conexiones lo suficientemente buenas, como para compartir nuestras medicinas a cambio de los alimentos que el mismo pueblo comenzaba a producir en grandes cantidades luego de que Teijo fuese destituido.
Mi hogar nuevamente fue construido… muy pocas cosas de estas sobrevivieron del antiguo, sin embargo, el tamaño y la estructura, si bien fue aumentado considerablemente debido a la oportunidad que se presentaba junto con la gran cantidad de integrantes que nuestra familia empezaba a recibir, el estilo de la misma perduró, teniendo la misma cantidad de habitaciones, exceptuando el hecho de que ahora la cocina y el comedor no se encontraban en la misma sala principal de la casa, sino que ahora la cocina se encontraba en una habitación aparte de la del comedor, el cual seguía de igual manera siendo la principal, conectándose con nuestras habitaciones correspondientes.
Pero… no todo era estructura y organización en Hotaru por desgracia… en aquel entonces, aún hoy recuerdo como la perdida de Hina generó las obvias consecuencias ante lo mismo; Sora… en aquel entonces solo un niño era, y a pesar de que nosotros siempre nos encontrábamos ahí para resguardarlo, Miyoko, su madre, decidió hacerse cargo del mismo, renunciando a su trabajo en la ciudad para venir a cuidar de él.
Harumi y yo estábamos preocupados ante el obvio y abrupto cambio que Sora había recibido luego de la muerte de Hina, el niño apenas y mostraba la seriedad en su rostro; recuerdo que varias veces caía en lágrimas debido a sus recuerdos, siendo mi afecto o el de mi familia el único que recibía para poder así levantarse.
Miyoko y Souta empezaron a preocuparse… sus ingresos no eran muchos, y ahora que Hina ya no se encontraba, no había nadie que dirigiera la tienda de la misma, y menos cuando la madre de Sora admitía su nulo conocimiento en la medicina. Fue desde ahí que Harumi empezó a tomar las riendas en el asunto luego de tal situación a lo que, luego de conversar con Miyoko, ambas llegaron a la conclusión de lo que sería mejor para Sora y para la misma, y fue ahí, cuando mi esposa decidió finalmente dirigir la tienda de Hina, mientras que Miyoko, a pesar de que Harumi y yo le hubiésemos ofrecido un poco de dinero mensualmente para así ayudar a la misma esta, debido a que se negó ante lo primero, pidió encargarse de la administración de la tienda, cosa la cual se le daba bastante bien ya que aquello era lo que realizaba en su anterior trabajo. Harumi simplemente no tuvo donde negarse, antiguamente era justo Hina la que más se encargaba de lo mismo, y si bien Miyoko tardó un poco en acostumbrarse al nuevo sistema, ella y mi esposa junto con Hanako lograron progresar en aquel aspecto.
Todo empezaba a mejorar… las mercaderías, algunas ahora de igual manera provenientes de Nerito, empezaban a llegar de mayor y mejor cantidad y calidad… el pueblo crecía, a tal punto que la misma Narue decidió finalmente cambiarse desde la capital hasta Hotaru, luego de que la que antes era la pequeña tienda de medicinas de Hina terminara convirtiéndose cada vez más en un amplio salón, cada vez con mejores instrumentos e incluso, con el pasar de los años, mejores tecnologías, a tal grado que ahora el mismo lugar contaba con un pequeño invernadero en el cual existían unas medicinas tan poco comunes, que incluso en el pasado solo podíamos conseguirlas en momentos muy precisos del año, debido a las condiciones climatológicas que se necesitaban para que las mismas aparecieran.
De a poco los sentimientos de pena y pérdida comenzaban a superarse… Sora no tenía, por obvias razones, la misma relación con su madre que con la que tenía con Hina; este pasó varios meses en una continua seriedad luego de que las últimas lágrimas fueran derramadas, pero… lentamente con el pasar del primer año, Sora volvía a adquirir de apoco una pequeña sonrisa ante las pequeñas experiencias que pasaba con mi familia.
En estos momentos vuelvo a recordar aquellas cosas, y simplemente puedo sorprenderme y suspirar con tenue emoción los acontecimientos que empezaron a nacer luego de hechos tan trágicos como los ocurridos durante la primera ida a Nerito.
Una escuela… un pequeño hospital el cual de igual manera iba creciendo con el pasar de los años… incluso pequeños edificios empezaban a construirse, sin embargo, en aquellos casos de igual manera velaba para que el bosque quedara lo más intacto posible… no quería que el pueblo perdiera aquel brillo de calma que siempre poseía y aún posee hoy en día.
En aquel entonces, como bien dije al inicio, simplemente me encontraba observando en silencio… a la vez que las tenues brisas desordenaban levemente mi cabellera, sin afectarme en lo más mínimo en mi calmada actitud, a la vez que de igual manera aquel observar me ayudaba a darme cuenta de cualquier tipo de inconveniente que las personas de mi pueblo padecieran y por ende necesitasen mi ayuda.
Estuve con aquel actuar por unos cuantos minutos… cuando, a cómo era la costumbre, un hecho perturbó mi paz…
—"¡Booooo!" — un sorpresivo grito telepático mezclado con gruñidos resuenan en mi cabeza a la vez que, en el mismo momento en el que escucho aquello, el rostro de una Riolu aparece dada vuelta delante de mí, mientras que el peso de la misma sobre mi cabeza me daba a entender de que la pokémon se encontraba echada de panza sobre la misma.
—¡Ha-Haruko! — dije exaltado, a la vez que mi antes serio rostro se tornaba en uno completamente anonadado, mientras empezaba a escuchar varias risitas por parte de la Riolu.
—"¡¿Te asusté tío Ryo?! ¡Dime que sí!" — se escuchaban nuevamente las palabras telepáticas de la Riolu, a la vez que esta agitaba sus manitas y piernas emocionada, mientras que yo empezaba a agarrarla de las axilas, sacándola de mi cabeza y sosteniéndola delante de mí.
—¡¿Asustarme?! — fue mi grito encabronado, a la vez que este resonaba en el sector, mientras que yo y la Riolu nos encontrábamos en el edificio más alto de Hotaru, siendo este el hospital antes mencionado el cual, ya con su sexto año cumplido, había alcanzado el enorme tamaño de siete pisos de altura —¡Niña, casi me provocas un infarto! — gritaba entre una mezcla de rabia y preocupación— ¡¿Cómo se te ocurre subir a estas alturas sola y sin protección?! — pregunté enfadado, a la vez que Haruko no paraba de agitar sus manos y piernas de manera juguetona mientras yo la sujetaba, sin embargo, mi rostro cambia levemente cuando empiezo a sentir un aura a mis espaldas.
—"¿Ves "tío refunfuñón"?" — preguntó entre risas la Riolu, a la vez que yo me giraba para después observar cómo era Yoshiro el que se encontraba atrás de mí, a la vez que este alzaba su mano en forma de saludo, sonriendo— "Mi amigo me subió…"— se excusaba la Riolu, a la vez que esta, a pesar de decir aquellas palabras con tanta normalidad, yo, de mi parte, noto casi al instante como el rostro de Yoshiro se contrae levemente, pasando desapercibido para la Riolu, pero no para mí.
—¿Eh? — dije extrañado, a la vez que me volvía a girar hacia Haruko, la cual dejaba caer su rostro hacia un lado en son de no entender mi extrañada reacción.
—¿Desde cuándo llamas a Yoshiro así? — pregunté indiscriminadamente, a lo que Yoshiro casi al instante se exalta ante aquello, empezando a avergonzarse ante obvias razones, mientras que Haruko mantenía su normal mirar hacia mí…
—"Bueno… como que pensé que "pulgoso" era una palabra un poco fea y ofensiva, y obviamente a nadie le gustaría que lo llamaran así, y llamarlo por su nombre es muy serio la verdad, y bueno… es mi amigo al fin y al cabo…"— reconoció en calmadas palabras por telepatía la Riolu, mientras que, a mis espaldas, una apesadumbrada aura empezaba a florecer, a lo que yo simplemente guardo silencio para después activar el estado aural.
—Bueno, bueno… usted, señorita, ¡no debería estar aquí!— declaré ahora con una actitud más seria, a la vez que de mis manos que aún sostenían a la pokémon, mi aura empezaba a emanar de las mismas, haciendo bajar a la Riolu lentamente del edificio, sosteniéndola con los dos brazos de aura que emergieron— ¡Anda para la casa, recuerda que has estado esperando esta noche por mucho tiempo, busca a tu mamá! — eran mis gritos los que se escuchaban debido a la larga distancia en la que nos encontrábamos, a lo que solo logro percibir como Haruko simplemente tenía sus mejillas infladas, para después asentir y empezar a caminar de mala gana hacia la casa, ya que la misma estaba entretenida en aquellas alturas conmigo y Yoshiro.
Luego de que Haruko se hubiese retirado, el silencio empezó a recorrer el ambiente, a la vez que la presencia del Zoroark aún era percibida por mí a mis espaldas, a lo que yo me giro, simplemente para ver como Yoshiro se encontraba cabizbajo y levemente avergonzado… a lo que no tardo mucho en comprender su reacción, empezando a enternecerme ante lo obvio…
—Awww ¡Tú de verdad quieres que te llame pulgoso! ¡Es demasiado tierno~!— fueron mis molestosas palabras en muy alto volumen las que resonaron, a lo que el rostro de Yoshiro se deforma completamente a uno más enojado y apenado, a la vez que sus mejillas cada vez se enrojecían más por la vergüenza.
Para después botarme de aquel edificio de un limpio (y bien merecido) puñetazo.
—¡Duele! — fue mi única palabra durante el trayecto desde el techo de aquel hospital, hasta terminar finalmente enterrado en la tierra de aquel lugar, no obteniendo mayores daños por el estado aural antes mencionado.
Varias personas, en su normal caminar, simplemente pasaban a mi lado, sin inmutarse en lo más mínimo ante el obvio estruendo causado de mi cuerpo chocando con la tierra una vez que este cayó desde siete pisos de altura.
Me tenían el respeto… pero aquello no significaba que no conocieran mi actuar con mi familia.
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—De verdad no tienes remedio…— una femenina voz se escucha, a la vez que el choque de una bolsa con hielo chocando con mi cara resuena en mi hogar, siendo Harumi la cual, pidiendo una infinita paciencia, simplemente suspiraba levemente malhumorada luego de saber la razón del enorme moretón en mi mejilla.
—El aura de Yoshiro se irá sola después de unas horas…— ahora era Takeru el que hablaba, a la vez que este simplemente caminaba hacia su habitación para buscar unas cosas— se la podría quitar… pero supongo que el tarado se lo buscó— reconoció en unas cuantas carcajadas mi "amigo", a lo que yo simplemente le lanzó una mirada encabronada.
Harumi simplemente frunció el ceño con la misma actitud antes mencionada, a la vez que yo levantaba mi mano para después sostener la bolsa de hielo, sabiendo que Harumi tenía cosas que hacer.
—Déjatela puesta por unos minutos más, la hinchazón desaparecerá después de un rato— reconoció mi esposa, a la vez que esta empezaba a irse hacia la habitación de Takeru, mientras que ahí de igual manera Haruko y Hanako se encontraban, sin embargo, esta, antes de tocar el picaporte de la puerta, se vuelve a girar hacia mí— recuerda que Hiyori no quiere que entres hasta darte la sorpresa, así que espera aquí— reconoció finalmente en una sonrisa mi mujer, a la vez que yo asentía en respuesta, para después ser correspondida por la misma antes de entrar a la habitación de mi amigo.
Harumi simplemente dejó el lugar en silencio, a la vez que, pasados unos segundos luego de aquello, el sonido del hielo crujiendo ante el cambio de temperatura con mi mejilla era lo único que se percibía…
Mientras que cierto Zoroark… seguía sentado en una silla a mi lado, con su cara malhumorada y ceño fruncido.
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Los segundos de incómodo silencio seguían su curso con la misma intensidad que con las que empezaron, mientras que yo simplemente miraba hacia otra dirección, un poco entristecido y preocupado al notar no el enojo, sino aún la vergüenza por parte del aura de Yoshiro, mientras que este simplemente seguía con una cara bastante malhumorada, aún con sus mejillas levemente sonrojadas ante sus confusos sentimientos.
Pasó un largo tiempo… pero sabía que tenía que decir aquellas palabras tarde o temprano...
—L-Lo siento…— fue mi pequeño susurro el que irrumpió aquel molesto silencio, a la vez que el rostro de Yoshiro empezaba a calmarse y a relajarse una vez que las mismas palabras fueron escuchadas por él, sin disminuir el grado de enrojecimiento de sus mejillas— No pensé que te avergonzara tanto… solo era una broma— fueron mis últimas palabras, a la vez que nuevamente el silencio tomó el lugar, incomodándome como respuesta ante lo obvio, ya que esperaba una pronta respuesta por parte de Yoshiro, pero obteniéndola luego de unos minutos… acompañado del levantar del mismo, mientras que este estaba ahora cabizbajo a la ves de aún sonrojado.
—"Ya han pasado seis años desde que la conocí…"— empezaba a decir en un bajo gruñido Yoshiro, a la vez que yo simplemente escuchaba—"Sé que solo soy eso, pero… siempre he soñado que algún día me considere más que su amigo… y que ahora ni siquiera me llame de la otra manera, me hace sentir…"— el Zoroark simplemente se quedaba en silencio, a la vez que este aún me daba la espalda, comenzando a su vez a apretar su puño con cierta brusquedad—"Quizás… simplemente seré solo un "buen amigo" para ella, Haruko no sentirá nunca lo mismo que yo, debería dejar de intentar ilusionarme por algo que no existirá" — reconoció ahora en un serio gruñido el pokémon, a la vez que este simplemente entraba con prisa a su habitación, quedando solo en la misma a propósito, a lo que yo simplemente me quedo en silencio, observando la puerta ahora cerrada de dicha pieza, mientras que aún tenía la bolsa de hielo pegada a la mejilla.
—Niño enamorado que cree que la Riolu no lo quiere…—decía en un leve tono incrédulo, a la vez que me apoyaba con mayor confianza en la silla en la cual estaba sentado— si tan solo sintiera el amor que Haruko le tiene… aunque bueno, "todo en su momento y lugar…"— decía en voz baja, a la vez que simplemente esbozaba una pequeña sonrisa— Eso es algo que dirías, ¿No es así… Hina? — terminé de decir, a la vez que simplemente lanzaba unas cuantas carcajadas ante lo obvio, y mucho más luego de notar como una Riolu empezaba a emerger de la habitación de sus padres, a la vez que, enérgica y con una corbata de lazo roja aún sin anudar, corría hacia la habitación que hace poco había sido cerrada por el antes mencionado y deprimido Zoroark.
—"¡Oye ven para acá, que aún faltas tú!" — dijo emocionada la Riolu, a la vez que se empezaba a escuchar varios sonidos provenientes de la habitación del Zoroark (producidos lo más probable por la misma negación que debió tener el mismo pokémon ante la obvia intención de Haruko), a lo que no pasa mucho, hasta que finalmente un apenado y derrotado Zoroark empezó a emerger de la habitación, obviamente atrás de la Riolu la cual, tirando de la mano del pokémon, llevaba al rey de las ilusiones hacia el cuarto de Takeru y Hanako.
Simplemente lanzaba unas cuantas carcajadas ante el obvio trato que Yoshiro recibía, mientras que este intentaba mantener la seria y "deprimida" compostura con la que se había retirado…
Pero vamos… quien podía demostrar tristeza ante la actitud de esa Riolu.
El lugar nuevamente entró en silencio una vez que el Zoroark junto con la Riolu entraran en aquella habitación, a lo que yo simplemente me relajo un poco, a la vez que cerraba mis ojos y disfrutaba del agradable contacto frío del hielo con mi morada mejilla, mientras varios pensamientos me abordaban debido a la noche que se acercaba… noche la cual mis hijos y Haruko por sobre todos deseaban celebrar…
Al fin y al cabo era Halloween aquel día… y Haruko quería ver sus disfraces.
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Todos, excepto yo, se encontraban en aquella habitación… cada uno con su respectiva tarea, siendo la de Hiyori, Takeshi, Haruko y Yoshiro, simplemente estar sentados a la vez que Harumi y Hanako preparaban unos disfraces que se habían arrendado, mientras que Takeru simplemente, de manera un tanto reticente ante su obvio orgullo quebrantado ante "tal" actuar, observaba en una pequeña bolsa aquel "atuendo" que el mismo Lucario tendría que ocupar para aquella… "ocasión".
—Quédense quietas, niñas…— decía en voz calmada Harumi, a la vez que esta y Hanako se acercaban a Haruko y Hiyori, las cuales simplemente tenían sus ojos curiosos posados sobre las pequeñas bolsas que sus madres traían.
Quedándose bastante sorprendidas… cuando Harumi saca un pequeño sombrero de chef de su bolsa, mientras que Hanako sacaba uno de mago.
—¡Que genial! — dijo Hiyori emocionada, a la vez que se llevaba las manos por debajo de sus muslos, mientras entrecruzaba y agitaba sus piernitas en son de la emoción al ver finalmente una parte de su disfraz, mientras que Haruko, obviamente igual de emocionada, no evitó el no extrañarse debido a una inexplicable razón.
Ambas mujeres colocaron el sombrero sobre las cabezas de sus hijas, a la vez que acomodaban el tamaño de los mismos para que así quedaran del ancho adecuado.
Hiyori simplemente sonreía, sin embargo, Hanako se extrañó cuando Haruko alzó sus manos y agarró con delicadeza sus muñecas, a la vez que la detenía en su actuar con ello.
—"Espera un poco mamá..." — decía en son de duda la Riolu, a la vez que Hanako y ahora también Harumi y Takeru no podían estar más extrañados cuando la misma empieza a observar con detención el sombrero, exaltándose cuando nota como una pequeña etiqueta estaba pegada y oculta en lo profundo de aquel sombrero de copa.
—"Esto… ¿No lo hiciste tú?" — preguntó ahora con un tono levemente triste la Riolu, a la vez que su mamá no podía estar más confundida que cuando la Riolu comenzó a dejar aquel lindo sombrero de copa a un lado.
—"No me malentiendan… aprecio mucho que me hayan conseguido el disfraz que quería pero…"— empezaba nuevamente a hablar Haruko, mientras que esta simplemente bajaba sus pequeñas orejas ahora más apenada—"También quería que… la cosa que usara lo hubiese hecho mi mamá, es la primera vez que celebraremos esto con Takeshi y Hiyori, quiero que sea especial…"— reconocía ahora la pokémon, a lo que casi todos en el lugar, exceptuando a Takeshi y Hiyori, se sonrojaban levemente por la extrema e incalculable ternura que la misma Riolu demostró en aquellas palabras.
—"P-Pero… No soy muy buena con estas cosas Haruko…"— decía en un bajo gruñido al final Hanako, mientras que esta simplemente se llevaba una mano a su nuca, bastante apenada al recordarse de igual manera que, a pesar de que esta y Harumi sabían bastante de medicinas, la Lopunny en específico no se le daba nada que tuviera que ver con telas… ni siquiera con aguja e hilos, eso hasta Harumi lo manejaba más en los momentos en los que estas tenían que tratar y coser heridas de aquella índole.
—"No me importa… ¡Mientras sea de mi mamá será el mejor disfraz!" — recalcó con los brazos abiertos la Riolu, a lo que casi al instante tres golpes resuenan silenciosamente en el lugar, no siendo percibido por las mujeres y mi hijo… siendo aquellos el choque de la mano derecha de Yoshiro y Takeru sobre su propio corazón…
A la vez que yo, de la misma manera y aún en el comedor, realizaba dicha acción, mientras que el mismo dolor producido por la extrema ternura dada por la Riolu incluso a mí, mediante la conexión de Takeru, me afectaba…
—"No puede ser tan..." — pensaba… a la vez que simplemente dejaba caer la bolsa de hielo, mientras que mi mejilla ya volvía a tener el "volumen" correcto, aún sumiéndome en aquella poderosa ternura proveniente de la pokémon.
—"E-Está bien… lo intentaré Haruko…"— declaró aún un poco apenada la Lopunny, mientras que esta retiraba el pequeño sombrero, para después empezar a irse hacia donde Takeru estaba, sin saber siquiera que hacer primero, intentando pedir ayuda hacia su pareja con la mirada.
Takeru simplemente esbozó una pequeña risa apenada de igual manera, a la vez que se llevaba la mano a la cabeza…
Vamos… ni que el Lucario fuera mejor costurero que ella como para encontrar una solución ante tal reto, sin embargo, el mismo simplemente se dispuso a ayudar a Hanako a hacer el mejor disfraz posible para su hija una vez que este observó cómo la pokémon necesitaba la ayuda.
Hanako y Takeru empezaron a hacer lo suyo, mientras que Harumi simplemente volvía a recomponerse de aquel "ataque ternuril rioluesco" para después, en otra bolsa que tenía a su lado, empezar a sacar el resto del disfraz de su hija, la cual de igual manera se colocaba unas cosas por su cuenta, mientras que Harumi la ayudaba en otras.
—¿Cómo me queda mami? — preguntó finalmente mi hija, a la vez que su disfraz de "chef" estaba completamente colocado, mientras que Harumi simplemente observaba paciente y a la vez seria el atuendo de Hiyori.
—¡¿Mamá y que hay de mí?! — declaró en un tono impaciente Takeshi, a la vez que este, con una simple y llana sábana sobre el mismo, alzaba sus brazos por debajo de la misma, intentando obviamente llamar la atención de su madre —¡No seré el fantasma más aterrador de Hotaru si no tengo unos escalofriantes ojos y boca tenebrosa en la sábana! ¡Apúrate y muévete! ¡No haces nada! —recalcaba en un indebido y alto volumen mi hijo, a lo que Harumi se gira bruscamente hacia él como respuesta a lo que se le iba a venir a aquel jovencito como respuesta ante tal falta de respeto, sin embargo, esta se queda en silencio cuando nota como una negra mano de rojos dedos sujetaba con bastante seriedad y justa brusquedad la mejilla de su hijo casi al instante en el que este osó decir aquellas palabras…
A la vez que era Yoshiro… el que se encontraba sujetando la mejilla de Takeshi...
—"Podré soportar muchas de tus tonterías, enano…"— empezaba a decir Yoshiro en gruñidos, los cuales mi hijo era capaz de entender al tener el aura de Takeru en su interior, mientras que mi hijo simplemente lo observaba encabronado, sin tomar en serio las palabras del Zoroark— "Pero no vuelvas a faltarle el respeto a tu ma…"— el Zoroark se quedó en silencio…
Una vez que la voz de Harumi se hizo presente.
—¡Takeshi Kurogane! — dijo el nombre completo en un poderoso grito mi esposa, cuyo volumen no resaltaba por lo alto, sino por la energía que el mismo desprendía, a la vez que todos en aquella sala, a excepción de Haruko y Hiyori las cuales actuaban con normalidad y la misma ternura de siempre, estaban completamente paralizados ante la actitud que adquirió mi mujer una vez que Takeshi le faltó el respeto…
—¡Ya me cansé de tu continua falta de respeto, esta fue la última vez que lo soporto! ¡Te vas castigado a tu habitación!— decidió firmemente Harumi al instante, a la vez que esta tomaba a un asustado Takeshi, a la vez que los ojos del mismo lentamente empezaban a lagrimear una vez que su madre dijo aquellas palabras…
Claro… como muchos lectores no sabrán, Takeshi, si bien en aquella ocasión le había faltado el respeto a Harumi, no había sido la primera vez… Harumi lo había pasado por alto debido a que nunca había sido del mismo grado a cómo fue en aquella ocasión, sin embargo, como vieron en aquel momento, aquellas palabras fueron la gota que derramó el vaso en la paciencia de mi esposa.
Takeshi no podía evitar empezar a llorar desconsoladamente una vez que su madre dijo aquellas palabras, a la vez que este no se oponía al hecho de que su madre lo levantara para después salir de la habitación de Takeru, extrañarme de momento, a la vez que yo mismo chocaba la vista con Takeshi, el cual la giró hacia mí en son de pedir ayuda y "protección" ante lo que Harumi le hacía.
Simplemente fruncí levemente el ceño sin entender lo que ocurría, obviamente no queriendo inmiscuirme en la mente de los mismos, sintiendo por parte de mi conexión con Takeru, la ira que había demostrado Harumi dentro de la habitación con Takeshi.
Harumi simplemente abrió con decisión la puerta de la habitación del chico, para después dejarlo sentado en su cama.
—Quiero que me escuches con atención Takeshi— declaró seria Harumi, a la vez que Takeshi, cabizbajo, simplemente reacciona levemente asustando una vez que su mamá le volvió a dirigir la voz, mientras que esta se agachaba para así quedar frente a frente a su hijo.
—Sé que podré ser muy amable contigo… como también sé que siempre cuando tú necesitas algo yo estoy ahí— empezaba a hablar, a la vez que tomaba el mentón del niño, empezando, con su pulgar, simplemente limpiar las lágrimas que el mismo derramaba.
—Pero soy tu madre— volvió a reafirmarse Harumi, mientras que su ceño fruncido solo simbolizaba la obvia seriedad de la misma— No soy tu amiga, no soy tu ayudante ni tampoco tu hermana o una empleada como para que pienses que estoy a un nivel igual que el tuyo y me hables de esa manera— seguía hablando mi esposa, a la vez que yo ya me había levantado de donde estaba, quedándome justo al lado de la puerta que daba a la habitación de mi hijo y Yoshiro.
—Estarás castigado… no celebrarás el Halloween con nosotros esta noche; debes aprender a respetarnos tanto a mí como a tu padre, de una manera u otra…— reconoció finalmente Harumi… a la vez que Takeshi apenas y alcanzó a esbozar un pequeño y apenado "no" de arrepentimiento, para después observar como su madre se levantaba y empezaba a salir de su habitación… cerrando la puerta con firmeza y seriedad luego de unos segundos.
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La puerta se había cerrado… a la vez que lentamente empezaba a escucharse el llanto desconsolado de Takeshi, el cual había enterrado su rostro en su almohada, completamente devastado de no poder ser partícipe de la fiesta que tanto el mismo junto con su hermana esperaba celebrar.
Harumi simplemente se quedó de pie mirando hacia el frente, sin chocar la vista con la mía a pesar de saber que me encontraba a su lado, a la vez que esta se apretaba el labio, doliéndole de igual manera lo que tuvo que hacer, ya que a pesar de todo odiaba escuchar a su hijo llorar, aunque fuese por la razón correcta.
Simplemente puse mi mano sobre su espalda, a la vez que sobaba con delicadeza la misma, acto el cual Harumi no pasó por desprevenido, girándose hacia mí para después simplemente abrazarme a la vez que apoyaba su frente en mi pecho.
—No quiero que sea un irrespetuoso pero…— empezaba a susurrarme Harumi, a la vez que yo simplemente ponía mi mentón sobre su cabeza, obviamente correspondiendo su abrazo— No me gusta verlo triste… —Confesó finalmente mi esposa, a la vez que una pequeña lágrima caía de su mejilla en son de lo mismo, mientras que la seriedad y una leve pena se reflejaba en el mío luego de escuchar tales palabras— creo… que ni siquiera ahora sigo estando lista para ser una buena mamá— fueron sus últimas palabras, a la vez que mis ojos se abrían un poco más luego de escucharlas.
No pasó mucho luego de aquello, cuando simplemente levanté el rostro de la mujer, a la vez que hacía chocar sus ojos con los míos.
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Vi sus ojos llorosos, y sus labios tiritones… a lo que, pasados unos segundos, no pude evitar el no sonreír y lanzar una pequeña carcajada al notar como la "sinceridad" abordaba a Harumi luego de que esta misma se dijera que no era una buena madre, debido a que la misma se creía sus propias palabras...
Harumi simplemente me observó dolida luego de que me hubiese reído tan de repente, obviamente no entendiendo el significado de mi obvia actitud, a lo que esta simplemente alcanza a exaltarse, cuando le doy un pequeño y repentino beso en sus labios…
No fue apasionado ni mucho menos… fue un simple beso de no más de unos dos segundos a lo que, separándome de la misma, simplemente esta queda más extrañada ante lo obvio, mientras que yo simplemente la observaba con una leve y tranquila sonrisa.
—Lo que acabas de hacer… fue realmente ser una mamá, Harumi…— empezaba a hablar, a la vez que limpiaba las lágrimas que habían quedado rezagadas en las mejillas de mi mujer, mientras que esta simplemente me escuchaba con atención— Tú y yo seremos la pesadilla de Takeshi y Hiyori en algunos momentos, los haremos llorar, los haremos enojarse… los castigaremos y los corregiremos cuantas veces sean necesarias para que ellos crezcan de una manera correcta y educada…— seguía diciendo, mientras que Harumi simplemente volvía a desviar su mirada de la mía, para nuevamente ahora posar su mejilla en mí, mientras que yo la volvía a abrazar.
—Porque… los amamos, y es por ese mismo amor que te duele verlo así, lo entiendo… pero es necesario por lo mismo— reconocí finalmente, llamando la atención al instante de Harumi, a la vez que esta, luego de unos segundos, empieza a esbozar una pequeña sonrisa en su rostro, comenzando a separar su rostro de mí, para después verme a los ojos nuevamente.
Harumi simplemente se me quedó mirando por unos momentos, para después lentamente empezar a cerrar sus ojos y esbozar una pequeña sonrisa en respuesta…
—Será mejor que vuelva con Hiyori… está más ansiosa de que tú la veas a que salir esta noche en sí— declaró en algunas risas Harumi, a la vez que yo simplemente le respondía de la misma manera, observando cómo la misma volvía a entrar a la habitación de Takeru y Hanako, dejando con ello el lugar en silencio, mientras que yo simplemente volvía a escuchar luego de unos segundos los sollozos de mi hijo…
Simplemente suspiré levemente una vez que volví a escuchar los sollozos de Takeshi nuevamente, a la vez que yo simplemente entrecruzaba los brazos, pensando un poco más detenidamente la situación, mientras miraba al techo en son de duda.
—"Si hubiera sido yo en vez de Takeshi… ¿Qué hubieras hecho tú Hina?" — pensaba, a la vez que de igual manera como padre intentaba encontrar la manera de poder enseñarle a mi hijo.
—[Lo más probable es que te hubiese mandado a la casa de Arashi de una sola patada] — se escuchó pocos segundos después la voz de Takeru en mi cabeza, a lo que yo simplemente me encabrono ante lo obvio.
—[¡Nadie te preguntó metiche!] — declaré fastidiado, mientras que la risa era lo único que provenía del aura de mi amigo—[¡¿No que tienes un traje de mago que hacer con Hanako?!] — pregunté en forma de venganza, simplemente para lanzar unas cuantas carcajadas cuando dejo de escuchar la voz del Lucario, para después notar como el nerviosismo y un casi imperceptible toque de vergüenza lo abordaba.
Simplemente bufé victorioso, para después volver a girarme hacia la puerta cerrada de la habitación de Takeshi, a la vez que de esta los llantos habían dejado de escucharse…
Simplemente frunzo el ceño en son de la preocupación, para después decidirme y comenzar a caminar lentamente hacia la habitación de mi hijo.
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Takeshi no era un chico de hacer berrinches cuando lo retábamos… él simplemente derramó unas cuantas lágrimas por unos minutos, para después quedarse acostado de lado en su cama, a la vez que sus aún lagrimosos ojos seguían abiertos, observando al vacío, prácticamente devastado de que Harumi le hubiese prohibido el salir aquella noche con todos nosotros.
Mi hijo estaba completamente imbuido en sus pensamientos, sin embargo, el sonido de la puerta abriéndose lo exalta a lo que, sin girarse hacia la misma y con miedo, este simplemente se encorva en respuesta, sabiendo que era yo el que se encontraba a sus espaldas, ya que el mismo era capaz de sentir las auras a su alrededor por obvias razones.
Simplemente me senté en el borde de la cama en donde estaba mi hijo, mientras que Takeshi aún me daba la espalda… pasaron algunos cuantos segundos, hasta que finalmente fue mi mano sobre el pelo de Takeshi la cual rompió el silencio…
—Fue bastante feo como trataste a tu mamá, Takeshi…— dije en voz normal, a la vez que me giraba hacia el niño, mientras que este aún seguía apuntando su vista hacia adelante, sin chocar con la mía— No vendría aquí si supiera que estás triste por cómo te comportaste en vez de estarlo porque te quitaron la posibilidad de salir esta noche… notaría el berrinche de tu aura a kilómetros— reconocí en firmes palabras, mientras que Takeshi simplemente fruncía el ceño en son de los varios sentimientos que poseía en aquel instante.
Simplemente ahora era yo el que fruncía el ceño, denotando rasgos parecidos a los que mi propio hijo poseía en aquella reacción, ahora un poco más molesto, en respuesta al obvio y aún persistente actuar inmaduro e interesado que Takeshi seguía demostrando, a lo que simplemente aparto mi mano, para después volver a levantarme.
—Tienes a una madre y a un padre que te aman y se preocupan por ti… hermanos que te quieren y te cuidan, una cama caliente donde dormir y una casa donde estar— decía ahora delante de la puerta abierta, mientras que Takeshi simplemente seguía dándome la espalda— tienes bien merecido el castigo… y no acabará hasta que cambies esa actitud— fueron mis últimas palabras, a la vez que simplemente cerraba nuevamente la puerta de aquella habitación, dejándola nuevamente a oscuras, ya que ninguna luz estaba encendida y las cortinas tapaban las ventanas…
Takeshi, una vez que me retiré, simplemente empezó a apretar las sabanas de su cama, a la vez que comenzaba a morderse el labio en respuesta de las palabras que había escuchado de mí, simplemente para cerrar sus ojos, y nuevamente sumirse en sus pensamientos, derramando pequeñas lágrimas de igual manera.
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Luego de aquello no volví a centrar mi atención en Takeshi… estaba bastante molesto de que él aún estuviera presentando aquel disgusto única y llanamente por el mero hecho de que Harumi le prohibiera salir aquella noche, más que por la razón por la cual fue castigado, pensando en aquello incluso después de que sintiera mediante su aura que este ya se había quedado dormido entre leves lágrimas.
Simplemente volvía a tomar la bolsa con hielo, para después colocarla otra vez en mi mejilla, a lo que me sorprendo levemente cuando noto como la hinchazón ya había casi desaparecido… suspiro en respuesta, solamente para sentarme en la silla al lado de la mesa, encorvarme y apoyarme en la misma… esperando pacientemente a que Harumi junto con los demás terminaran, pero sin poder sacarme a Takeshi de la cabeza, empezando incluso a preocuparme de que no pudiese criarlo de la manera correcta…
Los largos minutos de pensamiento y espera terminaron por convertirse en horas, hasta que, ya llegados más o menos a las ocho de la noche, la puerta que daba a la habitación de mi amigo comenzó a abrirse, asustándome levemente debido a que ya me había empezado a quedar dormido ante tal larga espera, empezando a recomponerme rápidamente e intentando aparentar el mínimo sueño posible, ya que obviamente cierta niña iba a estar esperando ver a su enérgico padre listo para contemplarla disfrazada.
Lentamente Harumi empezaba a aparecer… a la vez que Yoshiro empezaba a seguirla junto con la misma Hiyori, a lo que yo casi al instante esbozo una gran sonrisa al notar como mi hija estaba disfrazada de una elegante chef, para después simplemente lanzar unas cuantas carcajadas al notar como el apenado Zoroark debutaba un disfraz de detective, demostrado en su pequeña boina y bufanda café, mientras que en su mano derecha sostenía una lupa.
Hiyori simplemente me observaba con una pequeña sonrisa y cristalinos ojos… demostrando su obvia felicidad en aquel momento…
Era obvio el que mi hija, junto con Yoshiro y Haruko estaban al tanto de que Takeshi no celebraría el Halloween con ellos, sin embargo, eso no evitaría que los mismos no disfrutasen como correspondía aquella ocasión… sabiendo que Takeshi se merecía aquel castigo...
Hiyori simplemente, a través de aquella mirada, buscaba saber mi respuesta ante su atuendo, a lo que yo simplemente me llevo la mano al mentón, aparentando analizar minuciosamente aquel pequeño disfraz.
—En toda mi vida nunca había visto un chef mejor que Harumi y Yoshiro… pero creo que alguien les está robando el puesto… ¡Y con creces! — grité al final a la vez que me abalanzaba hacia mi hija, tomándola al instante en brazos y haciéndole cosquillas, a la vez que esta simplemente reía y forcejeaba en juego como respuesta, mientras era atacada además con varios besos en su mejilla de mi parte.
—"¡Tío Ryo, que aún falto yo!" — un gran y alegre grito telepático se escucha, deteniendo mi actuar con mi hija por unos instantes, a lo que simplemente me giro hacia la puerta de aquella habitación…
Para después casi caerme de un susto… cuando veo a Haruko con su disfraz puesto, mientras que de esta un apenado Lucario salía, a la vez que miraba hacia otra dirección, acompañado de una avergonzada Lopunny, cuya única escapatoria para la misma era taparse el rostro con sus orejas, siendo el rubor lo único que se podía apreciar en la pokémon.
La Riolu tenía sobre la misma un pequeño sombrero de copa, el cual apenas y si podía ser considerado de aquella manera, ya que el mismo se hundía sobre su propio peso, quedando como resultado un deforme sombrero hecho con distintas telas mal cocidas, mientras que, por abajo, una pequeña chaqueta de telas igualmente mal unidas resaltaba, a la vez que la misma Haruko sostenía de manera imponente una pequeña vara de madera levemente torcida pintada de negro y la punta blanca, todo aquello mientras que una refulgente capa negra y arrugada estaba atada a su cuellito…
—"¡¿Verdad que me veo aterradora Tío Ryo?!" — Preguntaba por telepatía, complemente alegre la Riolu, a la vez que se paraba de puntitas y alzaba los brazos mientras que su imponente capa se ondeaba en son de sus movimientos.
Simplemente me quedé viendo el disfraz de aquella Riolu, a la vez que levantaba la ceja un poco en duda en son de la "calidad" de aquel disfraz…
Iba a decir algunas palabras, sin embargo, me quedo completamente congelado cuando de la nada tres miradas se posan sobre mí…
Para después notar claramente como Yoshiro, Takeru y Harumi me observaban con una seriedad y amenaza tal, que incluso mi cabello llegó a erizarse debido al miedo que los mismos demostraban en aquel mirar…
—"T-Tampoco le iba a decir que se veía mal…"— dije asustado en mi mente, a la vez que aquellas miradas seguían puestas sobre mí, dejándome en claro lo que me ocurriría si me atrevía a juzgar el disfraz de la Riolu, acto el cual no iba a hacer a pesar de todo, pero a fin de cuentas no pude evitar el no asustarme por lo obvio luego de que lo observara por primera vez, aunque claro… Haruko en su inocente pensar supuso que lo había hecho por lo "terrorífica" que se veía con su bonito disfraz…
—¡A-Acaso el corazón de tu pobre tío te hizo algo para que lo aterrorices de esa manera! — gritaba a la vez que me llevaba la mano libre al pecho, mientras que con la otra aún seguía alzando a una sonriente Hiyori—¡Ahora el pueblo me va a demandar por tanta gente que saldrá despavorida por tu tenebroso disfraz, mala Riolu! — grité obviamente en broma al final, acto el cual Haruko lo tomó de la misma manera, a la vez que esta sonreía satisfecha de mi respuesta, empezando a brincar alegre, soltando de vez en cuando pequeños "boo" hacia Hiyori una vez que yo la bajé de mis brazos.
Para después volver a sentir como los pelos se me ponían de punta una vez que nuevamente aquellas tres asesinas miradas se posaban sobre mí, mientras que yo simplemente sudaba ante lo obvio.
—"¿Qué les pasa?... no lo dije con esa intención…"— seguía pensando hacia mí, obviamente dando a entender lo fácil que se podía mal interpretar las palabras que había usado para describir el disfraz de la Riolu, mientras que Hanako seguía ocultando su apenada cara tras sus orejas ante todo aquello…
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—Supongo que ya todo está listo… los niños de las otras casas también empiezan a salir— reconocí ya más calmado, a la vez que mi hija y Haruko, junto con un aún levemente apenado Zoroark, ya tenían en su poder una pequeña calabaza en donde poder guardar todos los dulces que los esperaban.
—Papá… ¿Y tú disfraz? — preguntó tímidamente mi hija, mientras que yo simplemente me quedaba pensativo ante aquello— mi mami tampoco… y el Tío Takeru vio su disfraz pero no se lo puso, y la Tía Hanako igual— empezaba a inflar sus mejillas mi hija, a la vez que obviamente esperaba que todos nosotros nos disfrazáramos al igual a como lo habían hecho ellos.
—Bueno Hiyori… verás… aún no es momento para que tu padre haga su debut con su horripilante disfraz; les tenemos preparado una sorpresa… pero eso será cuando terminen de pedir dulces— decreté con una cara maliciosa y expectante, mientras que Hiyori simplemente seguía inflando sus mejillas, a la vez que Haruko de igual manera comenzaba a hacer el mismo gesto, obviamente aún queriendo el que nosotros nos disfrazáramos.
—Y otra cosa… mientras nosotros hacemos dicha sorpresa… su tío Takeru las acompañará, y… ¡Adivinen quien más~!— empezaba a decir en son del suspenso… mientras que el pelaje de la Riolu y la cabellera de mi hija empezaban a erizarse de igual manera luego de sentir "aquella aura" acercándose hacia la casa, mientras que yo empezaba lentamente a caminar hacia la entrada de nuestro hogar…
—"Ay… no" — pensaron simultáneamente la chica y Riolu, a la vez que yo abría la puerta al instante…
Mostrando a un joven Sora disfrazado de pirata, mientras que una exaltada y alegre Narue disfrazada de Lopunny nos deja exaltado a todos nosotros, a la vez que esta de igual manera entraba a nuestro hogar.
—¡Exacto! ¡La más tenebrosa y sensual chica los va a acompañar a pedir dulces~! — decretaba alegre Narue a la vez que, su descubierto estómago, su corto short café junto con su ajustado brasier del mismo color, solamente nos hacía exaltarnos aún más a mi esposa y a mí, a la vez que las largas orejas que tenía encima junto con los esponjosos guantes y botas blancas de la misma textura solo agregaban aún más erotismo a la esponjosa y pequeña cola que Narue traía puesta en sus posaderas.
Un pequeño cosquilleo recorrió mi espalda y la de mi esposa, mientras que en Takeru un leve escalofrío lo abordó de igual manera, obviamente por la burda similitud que tenía la chica con su pareja, a la vez que Hanako simplemente se destapaba levemente su rostro para después observar extrañada a la mujer.
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—¡Narue! ¡Te dijimos que buscaras el disfraz de Lopunny más discreto posible! — mi grito y el de Harumi empezaron resonar en aquella habitación, a la vez que mi rostro y el de la misma únicamente demostraban el encabronamiento ante aquel atuendo tan provocativo que la misma Narue vestía.
La chica simplemente nos miró extrañada, a la vez que todo su cabello había quedado erizado ante el poderoso rugido que tanto yo como Harumi dimos luego de aquella "presentación".
—Pero… si este era el más discreto que había en la tienda…— empezaba a decir un poco apenada la mujer, la cual no pensaba verse tan provocativa…
Yo simplemente me quedé completamente congelado ante aquella respuesta, a la vez que un sinfín de pensamientos de mala interpretación empezaban a abordarme, mientras que un leve rubor comenzaba a emerger nuevamente en mis mejillas ante aquella cruel imaginación que las palabras de Narue habían causado.
No me dio ni tiempo para reaccionar o calmarme… cuando noto como Harumi se había girado hacia mí, observándome fijamente… a la vez que mi cabello se ponía de punta ante el obvio significado que su encabronada mirada comenzaba a representar, como si la misma fuera capaz de notar mis obvios pensamientos ante aquel seductor disfraz…
—¡Deja de mirarla, estúpido degenerado! — fue el grito mal infundado de mi esposa, a lo que su puñetazo llevándome hacia el otro extremo de la habitación deja a todos asustados, a la vez que Harumi, completamente enfurecida (celosa), rápidamente toma mi chaqueta de cuero café, para después colocársela a Narue.
—¡Y a ti más te vale ponerte esto al menos! ¡Hay niños presentes! — decretó aún sonrojada Harumi, a la vez que Narue no entendía del todo su actuar, mientras que mi esposa simplemente entrecruzaba sus brazos, complemente enfurecida ante el sonrojo que demostré tiempo atrás.
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—Bueno… — Takeru empezaba a hablar luego de que un incómodo silencio comenzó a formarse—Creo que es mejor que vayamos partiendo, ¡Los mejores dulces son los que se reparten primero! — decretó ahora alegre mi amigo hacia su hija y sobrina, las cuales saltaron alegres, para después empezar a correr hacia la salida.
—Pero… ¿Y qué hay de Ry…?— empezaba a preguntar Sora, a lo que Takeru junto con Yoshiro comenzaron a empujarlo levemente para que así se retirara, dejándolo en silencio ante su extraña actitud.
—Créeme… no quieres seguir aquí, mejor nos vamos— decretó completamente aterrado mi amigo por dentro, mientras que por fuera una sínica sonrisa de alegría se reflejaba entre las pequeñas gotas de sudor que recorrían su frente debido al miedo que de por sí Harumi reflejaba.
Y así, cuando estos se retiraron… solo yo, junto con Harumi y Hanako, además de Takeshi el cual aún se encontraba en su pieza dormido y castigado, nos encontrábamos en el lugar, mientras que un incómodo silencio volvía a formarse...
Aún estaba sentado y apoyado en la pared en donde había terminado por el golpe de Harumi, a la vez que me llevaba la mano a la cara, sobándomela levemente ante el dolor que de a poco desaparecía de la misma.
Harumi simplemente me seguía observando… a la vez que su serio mirar era difícil de apreciar ante la continua presencia del sonrojo en sus mejillas, los cuales solo reflejaban la vergüenza en la misma.
No alcancé a pronunciar su nombre, cuando la misma mujer se giró bruscamente, dándome la espalda, para después empezar a caminar hacia nuestra habitación.
—Voy a preparar mi disfraz— decretó aún fastidiada Harumi, a lo que yo me empiezo a levantar, solamente para sentir como la misma empezaba a correr, entrando a nuestro cuarto con la misma prisa, para después cerrar la puerta con brusquedad.
Me quedé estático por un momento luego de escuchar tal estruendo, a lo que simplemente me entristezco levemente ante lo obvio, a la vez que empezaba a escuchar como Hanako comenzaba a caminar hacia mí.
—"Sé que no estabas pensando en "eso"… pero ambos sabemos que Harumi solo aparenta ser de piedra, hay muchas cosas que le duelen…" — reconoció en un gruñido la Lopunny, a lo que yo me extraño levemente ante aquellas últimas palabras, simplemente para notar como la pokémon suspiraba y reía levemente ante mi reacción.
—"Deberías preguntarle y enterarte por ella… iré a preparar mi disfraz mientras; suerte…"— reconoció en un último gruñido la pokémon, a la vez que esta también se marchaba del lugar para después entrar a su habitación, cerrando lentamente y en silencio su puerta, dejándome solo en la sala.
Simplemente me quedé pensando un poco las palabras de la Lopunny… no pensaba que Harumi estuviera así por pensar que había visto a Narue con otros ojos, hacía falta más que un milagro para hacer que mis ojos se desviaran de mi esposa, sin embargo, no podía quedarme tranquilo luego de lo que Hanako me dijo, a lo que empiezo a caminar hacia nuestra habitación, para después intentar girar la perilla de la puerta, notando claramente como esta estaba cerrada desde dentro.
—Harumi… por favor… déjame pasar— pedí un poco decaído, mientras que el silencio era la única respuesta, a la vez que yo cada vez más empezaba a fruncir el ceño en son de la preocupación…
Seguía intentando abrir aquella puerta… obviamente podría haberla abierto con facilidad si entraba al estado aural, pero no lo quería así por obvias razones.
Pasados los segundos… terminé por apoyar mi frente en la puerta de nuestra habitación una vez que acepté el hecho de que Harumi no me abriría, sin embargo, no pasó mucho luego de eso hasta que el brusco sonido de un cuerpo callándose junto con otro de varias cosas chocando con el suelo me ponen alerta…
—¡Harumi! — fue lo único que alcancé a gritar, una vez que rompí la manilla de la puerta para poder así entrar a nuestra habitación, preocupándome obviamente, a lo que simplemente me quedo estático en el momento en el que entré…
Una vez que observé a Harumi sentada en el suelo al lado del armario… mientras que varios frascos estaban a su alrededor, a la vez que una pequeña silla a los pies del mencionado armario solo generaban más dudas de las que respondía.
—¿Qué es esto…?— empezaba a caminar aún preocupado hacia Harumi, mientras que esta lentamente empezaba a acercar sus rodillas hacia su rostro aún sentada, empezando a tapárselo con las mismas, mientras que un pequeño rubor ante la vergüenza empezaba a abordarla, únicamente causando solo más extrañez en mí, a lo que yo comienzo a ver uno de los pequeños frascos que estaba a su lado una vez que estuve delante ella, simplemente para abrir mis ojos, sorprendido en el momento en el que me di cuenta de lo que eran…
No era necesario el conocer el nombre de aquellos ungüentos y pastillas que yacían en aquellos frascos… las imágenes y especificaciones que en los mismos se mostraban eran lo suficientemente simples como para saber que aquello servía únicamente para "adelgazar y rejuvenecer" al usuario que las consumiera, obviamente centrado a un comprador femenino ante las incontables imágenes publicitarias de cuerpos de mujeres completamente delgadas y esbeltas.
Harumi no me decía nada… aún tapaba su rostro, mientras que yo simplemente dejaba de observar aquel frasco para después posar mi preocupada y ahora confundida mirada sobre mi mujer…
—Esto… no estaba antes, ¿Desde cuándo…?— empezaba a preguntar, mientras que ahora una preocupación aún mayor me abordaba una vez que observé como una pequeña lágrima empezaba a recorrer la mejilla descubierta de Harumi…
Aquello fue mi tope… a lo que casi al instante exalto a mi mujer ante el ruido que provoqué cuando activé el estado aural y, con dos brazos de aura saliendo de mi cuerpo, levanto el armario para después colocarlo contra la puerta y así evitar que la misma se abriese sola por obvias razones.
Harumi simplemente había alzado su rostro una vez que escuchó como yo movía el armario, a la vez que sus llorosos ojos finalmente comenzaban a ser demostrados hacia mí, mientras que mi serio mirar únicamente causaba una aún mayor vergüenza en la mirada de mi esposa.
Mis ojos nunca cambiaron… simplemente desactivé el estado aural una vez que bloqueé la puerta con el armario, para después sentarme de piernas cruzadas delante de Harumi, encorvándome levemente hacia la misma.
—Supongo que… hay cosas en las que se necesita privacidad— dije en voz baja , mientras que Harumi simplemente miraba hacia abajo, a la vez que esta seguía abrazando sus rodillas—Vida… ¿Qué es lo que ocurre? Sabes que nunca miraría a otra mujer que no fuera a ti, nunca pensaría esas cosas con Naru…— iba a seguir, sin embargo la voz de Harumi me deja en silencio.
—Sé que no… es que…— empezaba a decir la mujer, mientras que la misma aún se avergonzaba por las siguientes palabras que planeaba mencionar.
—¿Es que… qué? — pregunté ante la obvia tardanza, mientras que Harumi ahora empezaba a observar hacia otra dirección.
—Tsch… Harumi, no tienes nada que envidiarle a Narue, tú eres mil veces más hermo— nuevamente empezaba a intentar ayudar a mi esposa, suponiendo la razón de todo aquello, a lo que nuevamente la voz de la misma, ahora dicha a un volumen más alto, me detiene.
—¡No es eso! — dijo ahora un poco molesta Harumi, a la vez que fijaba sus levemente enrojecidos ojos hacia mí, mientras que yo no desviaba la mirada de la misma— Ella... tiene un vientre cuidado… sin estrías, su busto no está caído… sus piernas…— empezaba ahora a decir aquellas cosas cada vez más avergonzada, mientras que la pena mezclada con el sonrojo de sus mejillas era la única expresión en su rostro.
—Hace unos días vi mi primera cana… sé que no es nada pero… tú no tienes que preocuparte por esas cosas, es como si te hubieras congelado, mientras que yo sigo envejeciendo…— nuevamente Harumi empezaba a tapar su rostro con sus rodillas, a la vez que hipaba— Temo que ya no me desees por el simple hecho de ser una vieja y… — sus palabras se detuvieron por completo…
Cuando escucha como, con un brazo de aura, arrancaba y rasgaba toda mi ropa, quedando completamente desnudo delante de la misma, dejándola exaltada por lo obvio, a la vez que esta observaba las cicatrices que poseía en aquel entonces, las cuales eran alguna de las cosas que le resaltaban en aquel momento.
Harumi iba a decir algo, pero la misma queda completamente congelada en el momento en el que la agarro con una leve brusquedad con mis brazos de aura, para después dejarla sobre la cama de la misma manera, conmigo sobre la misma, mientras que mi aura la apresaba contra el colchón.
Harumi tenía sus ojos completamente abiertos, sin saber que expresión además del asombro demostrar ante mi serio y aun levemente enojado mirar.
—No quiero oírte decir semejante estupidez otra vez— declaré levemente dolido y enojado, a la vez que dos de los cuatro brazos de aura que sujetaban sus manos y tobillos desaparecían, para ser reemplazados por mis dos manos sosteniendo sus muñecas— Debo hacerte entender de una manera u otra a la mujer que tengo delante de mí… supongo que necesitas un poco de ayuda para que puedas ver… el cuerpo de la mujer que yo veo ahora y antes imaginaba y deseaba ver usando un disfraz aún más erótico que el que Narue traía…— declaré finalmente la razón de mi sonrojo en el momento en el que vi a Narue, a la vez que empezaba a acercarme lentamente al cuello de Harumi, comenzando a besarlo lentamente, mientras que de a poco en el ruborizado rostro de Harumi el placer…
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(Censured by Ryo el Lucario: no sé si seré el máximo troll para algunos, o simplemente un maldito Lucario censurador, pero creo que mejor eliminaré esta parte del relato para respetar la intimidad de mi abuelo e-e, ¡Continuemos!)
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Mientras tanto… dentro de las decoradas y embrujadas calles de Hotaru, la vida y diversidad entre las personas que ahí se encontraban celebrando aquel día resaltaba como nunca antes, a la vez que un sinfín de niños, todos con diversos disfraces de distinta calidad y diseño caminaban y en algunos casos incluso corrían ante la felicidad que se sentía en el aire con los incontables adornos y por sobre todo ante los dulces que en cada puerta se entregaban a los que tocaban los timbres de las mismas.
El pequeño trío de pokémon no se quedaba atrás, a la vez que Narue, levemente fastidiada de tener que ir con mi chaqueta, de igual manera los acompañaba junto con Sora, el cual también demostraba el entusiasmo junto con Haruko y Hiyori, aunque obviamente de una manera mucho más tranquila que aquellas par de revoltosas, a la vez que Yoshiro de igual manera demostraba su alegría, pero este ya de una manera más madura a como lo hacían aquella pokémon y niños.
No pasó mucho tiempo hasta que el grupo diera con su primera casa… el pueblo ya conocía por completo a los integrantes de mi familia, y a estos no les extrañaba en lo más mínimo el que unos pokémon estuvieran pidiendo dulces a sus puertas durante aquella noche.
—¡Dulce o travesura! — fue el grito alegre de Narue, Sora y Hiyori, mientras que un gruñido de similar tono lo acompaña, proviniendo de Yoshiro y Haruko, mientras que Takeru simplemente se mantenía en silencio y con una sonrisa, ya habiendo finalmente empezado así a pedir dulces.
Las expresiones no variaban… algunos conocidos, otros vistos por primera vez… pero cada una de las personas con las que mi familia se topaba en cada casa los recibía con alegría y risas, junto con más de algún comentario acerca de la ternura que demostraban los pokémon junto con Sora y Hiyori, a la vez que en más de una ocasión Narue atraía la mirada de algunos de los hombres que ahí se encontraban acompañando ya sea a sus hijos más pequeños o incluso a sus hermanos menores durante aquella noche.
Fue más o menos durante la séptima casa… cuando Haruko y los demás decidieron empezar a "contabilizar su mercancía", a lo que no tardan más de algunos minutos, cuando finalmente Hiyori empieza a saltar alegre…
—¡Soy la que tiene más dulces! — decía alegre mi hija, mientras que Haruko la miraba bastante encabronada y con sus mejillas infladas ante su derrota, mientras que Sora y Yoshiro, junto con Takeru y Narue simplemente la observaban con una sonrisa levemente nerviosa ante su infantil y alegre actitud.
Sin embargo, la sonrisa de todos se vio interrumpida, cuando varias y extrañas risas empezaron a resaltar entre el barullo que ya de por sí se encontraba en aquella calle en la que estaban, a lo que todos se giran hacia el origen de dicho sonido, para después notar como un pequeño grupo adolecentes, no mayores a unos quince años de edad, se encontraba a pocos metros de los mismos.
—¡Miren el disfraz de esa tonta! — empezaba uno de los chicos a apuntarle con el dedo a Haruko, mientras que esta lo observaba extrañada—¿Lo sacaste de la basura? — preguntaba con tono burlón aquel chico, a lo que Haruko lentamente empezaba a fruncir el ceño, empezando a enfadarse obviamente por lo mismo.
Sin embargo, la reacción de Takeru y Narue no continuó por mucho… ya que casi justo después de que aquellas jóvenes voces se escucharan, nuevas empezaban a resonar en otra dirección.
—Miren a esa chica de allá, amigos…— una masculina voz a las espaldas de Narue y Takeru empezó a escucharse, a lo que estos se dan vuelta, para después notar como un grupo de jóvenes, no mayores a unos diecinueve años estaba observándolos, la mayoría con sonrisas no muy infantiles ni inocentes en sus rostros, a la vez que varios de los mismos silbaban o lanzaban uno que otro gemido asqueroso.
Mientras tanto, Haruko junto con Hiyori y Sora no prestaban atención a aquellos jóvenes, ya que los mismos estaban completamente concentrados en los niños que molestaban a Haruko.
—No la molesten…— dijo en serias palabras Sora, mientras que este se ponía delante de las pokémon, a lo que solo empiezan a escucharse más burlonas risas por parte de los niños ahí presentes.
—¡Miren quien vino...! ¡Pero si es Sora en persona! — nuevamente uno de los chicos empezaba a hablar de manera engreída, mientras que el mismo parecía no poder respirar bien por la descontrolada y molestosa risa que emitía— ¡¿Ahora te la das de defensor de los inocentes?! — preguntó, mientras que en la mirada de Sora solo el disgusto se demostraba.
—Anda a defender a tu abuela mejor…— fueron las palabras del joven, a la vez que el mismo lanzaba nuevamente sus continuas risas, tapándose levemente la boca de manera sínica ante lo cruel que había dicho adrede.
Sora en aquel momento se quedó estático… no se esperaba esas palabras, y mucho menos que aquel joven conociera su pasado, a la vez que en la mente de chico nuevamente varios recuerdos lo azotaban, solamente para dar como respuesta el apretar enojado de sus dientes…
—Ohhh lo siento, me pasé… de verdad que no fue mi intención~— volvía a decir nuevamente el chico, mientras que los amigos del mismo continuaban riéndose ante el obvio tono sarcástico de su voz.
Desde el otro lado… varias palabras mal sonantes ahora eran las que se escuchaban por parte de los otros abusivos de edades mayores, mientras que Narue simplemente intentaba ignorarlos, a la vez que la paciencia de Takeru cada vez se colmaba aún más entre cada palabra subida de tono que aquellos adolecentes emitían.
Proposiciones indecentes, piropos de mal gusto, entre otros sonidos petulantes… cada vez aquellas palabras, aunque Narue intentase ignorarlas, comenzaban a dolerle incluso, ya que la mayorías hasta se podían considerar como un insulto hacia su persona, sea cual sea el tipo de disfraz que la misma chica trajese.
Takeru se contenía de intervenir… deseaba golpearlos a más no poder, sin embargo, no era el correcto actuar el golpear a "civiles" por el simple hecho de escuchar una ofensa… y mucho menos ahora que yo era el alcalde.
—Vamos… ¡Aquí abajo tengo un dulce que te gustará probar! — fue un grito bastante alto el que uno de esos jóvenes tuvo el desafortunado destino de decir, siendo aquello escuchado por todos los que ahí se encontraban, a lo que los ojos enfurecidos de Takeru se abren al instante en son de aquello, mientras que una leve capa de aura empezaba a brotar de su piel…
Unos segundos atrás… cuando aquel niño burlón había mencionado a Hina, no pasó mucho tiempo hasta que el mismo recibiera de lleno en su cara una delgada "varita mágica" que fue lanzada hacia este, a lo que simplemente lanza un grito en son del dolor, para después girarse enojado hacia la Riolu que se colocaba delante de Sora, a la vez que esta empezaba a gruñirle al mismo.
—"Me importa un pepino lo que piensen de mi disfraz" — empezaba a decir enojada por telepatía la pokémon, mientras que en su rostro un ceño fruncido, bastante parecido al de su padre, se mostraba— "Pero no se atrevan a burlarse de mi abuelita y de Sora" — fueron las decisivas palabras de la Riolu, mientras que solo el enojo y la vergüenza se alcanzaban a apreciar en el rostro de aquel niño cuya nariz empezaba a gotear sangre debido al golpe recibido por aquella varita.
—Te arrepentirás de lo que hiciste estúpida— empezaba a decir en un enfadado tono aquel niño, mientras que el resto se hacían los rudos y tronaban sus pequeñas manitas en son de el "infierno" que se iba a desatar hacia la "indefensa" Riolu.
Takeru iba a actuar… lo iba a hacer luego de escuchar tales palabras…
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Pero bueno… había uno que aún no se hacía presente en ambas situaciones, y ya cuando colmaron la paciencia de este… no tardó mucho en responder…
Por lo que simplemente abrió sus azules ojos, a la vez que de estos un potente brillo empezaba a aparecer en consecuencia.
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Una enorme bestia… solo aquellos niños y adolescentes la veían… un enorme ser con características similares a las de un Zoroark, pero con facciones, tamaño y características tan aterradoras, que incluso me es difícil narrarlas ante lo horribles y espeluznantes que eran, recalcando sus enormes dientes… la sangre que recorría y goteaba de sus labios y ojos… las afiladas garras, junto con el gruñido que lentamente se tornó en un penetrante rugido deseoso por devorar la carne de los desafortunados seres a los cuales Yoshiro colocó en su ilusión una vez que estos se pasaron de la raya con sus familiares y amigos.
En aquellas personas… tan rudas y creídas, un agudo grito recorrió por la garganta de cada uno de ellos, algunos implorando por sus madres primordialmente, mientras que otros solo salían despavoridos derramando una gran cantidad de lágrimas ante lo obvio...
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Solo Yoshiro y aquellos hombres y niños fueron conscientes de aquella ilusión, mientras que Haruko, bufando y sonriendo ante lo cobardes que eran, creía junto con Hiyori y Sora, que la misma presencia de la pokémon terminó por asustarlos.
—¡Haruko, de verdad asustas a la gente! ¡Eres la mejor! — gritaba alegre Hiyori, la cual daba continuos saltitos de alegría, a la vez que abrazaba a su hermana mayor, mientras que esta simplemente sonreía victoriosa, pensando lo mismo que mi hija acerca de su disfraz.
Yoshiro simplemente lanzaba unas cuantas carcajadas ante lo obvio, mientras que Takeru, a su lado, lo sorprende cuando este simplemente comenzó a alzar su puño a un lado del mismo, acto el cual el Zoroark nota, simplemente para esbozar una pequeña sonrisa victoriosa de igual manera, para después alzar su puño y chocarlo levemente con la del Lucario, el cual obviamente tabién se había dado cuenta por el aura de Yoshiro el que este les había lanzado una ilusión.
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La noche así continuó… luego de aquel percance, todo transcurrió como debía ser: risas; uno que otro tropezón de Sora que causaba pequeñas burlas y risitas por parte de Hiyori y Haruko, causando un simple encabronamiento del mismo niño; Haruko robándose los dulces de Yoshiro y viceversa…
Ya eran más o menos las diez de la noche… mi hija y Haruko apenas y ya empezaban a demostrar aquella tenue característica del sueño, mientras que Yoshiro y Sora se mostraban más resistentes ante lo mismo.
Las temperaturas empezaban a bajar, y aquello solo mi hija empezaba a notarlo ante su delgado disfraz, mientras que en los otros casos… Sora tenía una chaqueta bastante abrigada, mientras que no hacía falta hablar del pelaje esponjoso y calientito de los pokémon. La tela del disfraz de Hiyori era bastante delgada, y no podía evitar el lanzar leves temblores ante lo anterior...
Faltaban unas tres casas antes de finalmente terminar de pedir dulces… Takeru junto con los demás estaban con normalidad a excepción de Hiyori, la cual simplemente caminaba junto a Haruko a su lado derecho, mientras que en el izquierdo, Takeru se encontraba.
Aquellas casas, como ya había mencionado, eran las últimas… a la vez que, al ser estas las que menos personas se encontraban, estaban bastante "abandonadas" en ese aspecto… ni siquiera las luces de las calles estaban encendidas, y muy pocos niños se encontraban, casi dando el indicio de que incluso ya no quedaban casas a las que pedir dulces, suponiendo obviamente que los dueños de las mismas no participaban en dicha celebración y estaban dormidos o haciendo otra cosa.
Hiyori simplemente miraba a su alrededor, empezando a asustarse levemente ante la oscuridad del área, a lo que esta no puede evitar inconscientemente el tomar la mano del ser que generalmente a su izquierda siempre se encontraba en aquellas situaciones…
Bueno… siempre acostumbraba a tener a Hiyori a mi derecha, y obviamente siempre le tomaba de la mano.
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Hiyori no lo pensó… simplemente actuó por reflejo y aquello, por la misma razón, se exaltó al notar la peluda y negra mano que agarró con sus dos manitas ante el miedo que le abordó, a lo que Takeru obviamente de igual manera notó aquel contacto, por lo que baja la mirada para después chocarla con la de mi hija, la cual la había levantado hacia el Lucario.
Hiyori simplemente bajó la mirada un poco apenada, para después simplemente soltar lentamente la mano del Lucario.
Takeru simplemente se quedó mirando a mi hija, a la vez que el mismo, mediante su aura, notaba su obvio sentimiento de confusión, dando por hecho el que Hiyori lo había confundido conmigo.
Mi amigo solo lanzó un leve suspiro luego de aquello, a lo que esboza una pequeña sonrisa ante la actitud de mi hija, para después sorprenderla cuando el mismo simplemente posa su mano sobre la cabeza de la niña, acariciándola juguetonamente.
—"Calma… no muerdo…"— declaró secretamente por telepatía entre algunas risas el pokémon, a lo que Hiyori simplemente se queda nuevamente extrañada ante aquellas palabras, para después observar como Takeru retiraba su mano para después estirarla hacia la misma, dándole a entender el obvio significado de lo mismo.
—Creo que mejor regresamos… Ryo y los demás deben estar listos, y aquí por lo que veo no nos abrirán— declaró con calma Narue, a lo que el resto asiente, para después empezar a caminar nuevamente hacia el centro de Hotaru, a la vez que Haruko junto con Yoshiro y Sora empezaban a imaginarse la "sorpresa" que yo junto con Takeru, Hanako y Harumi les teníamos preparado…
A la vez que… ahora cierta niña también había vuelto a tomar la mano de un ahora extrañamente regalón Tío Lucario.
Vamos… Takeru no podía el evitar mostrarse blandón, cariñoso y regalón ante su hija… y ahora menos ante su pequeña sobrina.
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No era un largo camino hasta el centro de Hotaru, pero de igual manera aquel grupo caminó con calma y lentitud, mientras que Haruko y Sora no ponían objeciones debido a que los mismos glotones volvían a contabilizar lo "recaudado", a la vez que Yoshiro nuevamente volvía a contar sus dulces, no porque no supiera su número, sino más bien por temor a que cierta Riolu le hubiese vuelto a robar su "mercancía".
Estaban a unas cuantas cuadras del lugar donde Narue sabría donde estaríamos nosotros, a lo que la chica se gira hacia los pokémon junto a Sora y Hiyori, para avisarles e indicarles el lugar, sin embargo, los ojos de esta se abren en su totalidad cuando cierto "acontecimiento" los iluminó, mientras que las mejillas de esta empezaban a ruborizarse, a la vez que comenzaban a inflarse ante la pequeña risa que empezaba a contener…
Se podría decir que de igual manera yo comenzaba a reírme mediante nuestra conexión cuando me di cuenta de "aquello", sin embargo el ignorar de mi ahora ruborizado amigo era más que obvia, a la vez que sobre los hombros de este, una muy cómoda Hiyori reposaba… acto el cual Narue ni siquiera se había percatado debido a que la misma siempre les había dio la espalda, mientras que Takeru sostenía las dos piernecitas que colgaban de sus hombros con sus dos manos, a la vez que la ahora muy confianzuda de mi hija con su tío simplemente agarraba con firmeza a la vez que con delicadeza las orejas del pokémon.
Takeru simplemente miró hacia otra dirección una vez que Narue se dio cuenta de lo obvio… los demás habían notado aquello una vez que mi hija le pidió a Takeru que la llevara debido a que la misma se había cansado, y ello de igual manera fue tomado de la manera más tierna por parte de Haruko junto con Sora, mientras que obviamente el Zoroark no pudo evitar el no lanzar una risa escondida ante el obvio espectáculo que era el ver el orgullo de mi amigo corrompido por la ternura de mi hija.
Luego de que finalmente las risas fueran contenidas (o tenuemente liberadas) por parte de Narue, esta nuevamente empezó a recordar la razón original de su girar hacia los pokémon.
—A-Allí es do-donde se encuentra su sorpresa, niños— decreto alegre y con algunos rastros de su antigua risa, a la vez que apuntaba a una casa pintada completamente de negro, iluminada y adornada con una gran cantidad de telarañas sintéticas y otras decoraciones de la índole "Halloweenesca".
Todos, a excepción de Takeru, se quedaron extrañados una vez que Narue les señaló aquél lugar… no sabían lo que aquella casa significaba como "sorpresa" para los mismos, mientras que la amiga de mi esposa únicamente lanzaba otras nuevas risas debido a la ignorancia de los mismos pokémon junto con Sora y Hiyori.
—Ryo arrendó el lugar… pero me temo que es lo único que diré, para que vean la sorpresa tienen que entrar… booo~— decretó en una voz misteriosa y con un mal intento de ser "asustadora", a lo que los demás simplemente la miraron con un leve e inofensivo toque de vergüenza ajena.
Luego de aquello, Narue se despidió de los mismos una vez que los llevó a la fila que, extrañamente para los pokémon, se estaba formando a la entrada del antes mencionado lugar, mientras que Takeru, de manera dolorosa para el mismo ante el exceso de ternura, bajó a Hiyori de sus brazos para después decir que el mismo los esperaría dentro de la casa para la "sorpresa", mientras que los pokémon y niños no podían encontrarse más extrañados ante lo obvio.
Los minutos así pasaron… la fila que se había formado era bastante larga en el momento en que el grupo llegó, por lo que Yoshiro simplemente se cruzó de brazos de manera paciente, a la vez que se daba cuenta que tendrían que esperar bastante tiempo antes de poder entrar y ver la "sorpresa" que les teníamos, sin embargo, este se extraña en el momento en el que se siente observado, a lo que se exalta a la vez que levanta una ceja levemente avergonzada una vez que nota como Haruko, junto con Hiyori y Sora, se le quedaron mirando fijamente, con inocencia en sus rostros…
A lo que el Zoroark, pasados unos vergonzantes segundos, simplemente lanza un suspiro para después mirar levemente entristecido y "dominado" hacia aquellas miradas…
Debido al obvio significado que reflejaban las mismas...
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Hacía poco que Takeru había entrado a aquel lugar… a la vez que en este, el rápido movimiento de las distintas personas, con variados disfraces se hacía presente, a lo que no tarda mucho en dar conmigo, encontrándome dando instrucciones a la vez que arreglaba una de las cosas de la antes mencionada "sorpresa".
—Hanako tiene tu disfraz, Takeru… creo que se fue junto con otros a ver la pared de la segunda sala a la derecha… — declaré sin siquiera mirar a Takeru, debido a lo concentrado que estaba con todo en general, a la vez que anotaba unas cuantas cosas en un pequeño cuaderno que traía a mano.
—Hey…— Takeru empezaba a insistir, mientras que yo seguía pegado en aquel cuaderno, empezando a encabronar a mi amigo ante lo obvio.
Takeru simplemente suspira levemente, a lo que de un rápido y limpio movimiento saca de un tirón el cuaderno de mis manos, atrayendo mi mirada fastidiada con ello…
—¡Harumi! — gritó con bastante fuerza el Lucario, de tal manera que todos los que se encontraban en aquel sector escucharon, mientras que mi amigo suponía el que mi esposa no estaría muy lejos de mí como para ser necesario el hablarle por telepatía… a lo que este acierta, ya que Harumi no tardó mucho en responder, la cual, con su disfraz a medio poner, caminaba rápidamente hacia el origen de aquel que había pronunciado con tanta urgencia su nombre, extrañándose cuando observa a Takeru, obviamente no habiendo distinguido su voz ante el apuro que la misma tenía en aquel momento.
—¿Qué ocurre Takeru? ¿Está todo bien? — preguntó de manera rápida Harumi, mientras que en mi rostro, además del fastidio de que mi amigo me hubiera quitado el cuaderno, se reflejaba además las mismas preguntas, a la vez que en el de Takeru una leve e inquietante preocupación mezclada con enojo se reflejaba.
—¿Dónde está Takeshi?, no lo vi en la entrada, pensaba que al menos lo dejarían venir aquí, ¡¿Tanto tiempo lo dejarán castigado?! — empezó a hablar mi amigo, a lo que yo simplemente alzo una ceja en son de la actitud, mientras que Harumi simplemente empezaba a esbozar una clara seriedad en su rostro luego de escuchar el nombre de su hijo.
—Takeshi seguirá castigado, punto final… aún no aprende nada de lo que Harumi le dijo— declaré con total seriedad, mientras que Harumi asentía, apoyándome… debido a que le informé a la misma lo que había sentido en el aura de nuestro hijo la vez que entré a su habitación.
Takeru simplemente abrió levemente sus ojos una vez que escuchó aquellas palabras.
—En serio… hay un máximo nivel de estupidez y el tuyo, tarado— declaró bastante fastidiado Takeru, a lo que simplemente alcanzo a extrañarme, cuando el mismo nos toma por sorpresa cuando este posa su mano sobre mi cabeza y la de Harumi…
Haciéndo que abriésemos los ojos por completo al instante.
Estaba estático… lo que Takeru compartía mediante su aura me dejó prácticamente boquiabierto, a la vez que chocaba la mirada con la del mismo Lucario, mientras que este aún me observaba fastidiado
—"No puedo creer que hayas caído en un truco tan obvio como lo es el cambiar los sentimientos del aura… el chico simplemente quería llamar tu atención… ¡Mira sus sentimientos ahora, Tarado!" — reconoció finalmente ahora por telepatía Takeru, mientras que Harumi y yo ahora éramos conscientes del sentimiento de Takeshi el cual yo me había negado en percibir debido a que estaba completamente convencido en el que había sentido en antaño…
Arrepentimiento y soledad… en su más puro estado.
No sabía cómo reaccionar… ni siquiera estaba seguro en creer si de verdad aquel arrepentimiento venía de mi hijo… debido a su corta edad… siendo aquello algo de niveles mucho más "maduros" a lo que uno se encontraría con normalidad.
Simplemente me giré hacia Harumi la cual, habiendo hecho lo mismo, esta se sorprende a la vez que se enoja levemente cuando empieza a notar que voy a decirle "ciertas" palabras.
—Que ni siquiera se te ocurra… voy contigo— reconoció al instante mi esposa, una vez que presintió el que yo diría que esta se quedara mientras yo iba a hablar con Takeshi.
Simplemente lanzo un suspiro ante las palabras de Harumi, para después, con un serio mirar, empezar a comunicarme a través de telepatía con todos los que se encontraban presentes en aquel lugar.
—"Harumi y yo nos retiramos por unos momentos; dejo a Takeru a cargo; la habitación cuatro y seis aún falta por terminar de decorar, así que atentos con eso; recuerden estar listos con sus disfraces… ¡empezamos en veinte minutos!" — fue lo dicho de mi parte por telepatía, a lo que solo el asentir y la aprobación fue sentido como respuesta por parte de todas las personas que ahí se encontraban, a lo que Harumi y yo volvemos a chocar la mirada, para después asentir y empezar a salir del lugar.
—[Gracias amigo…]— fueron las palabras que Takeru escuchó mediante nuestra conexión una vez que me retiré junto con Harumi, a lo que el Lucario simplemente esbozaba una satisfecha y orgullosa sonrisa, sin embargo, este se extraña a la vez que se exalta cuando de la nada Hanako aparece para después lanzarle una bolsa con varias telas en su interior.
—"Tienes que prepararte, y que no se te olvide ir a ver las habitaciones que mencionó Ryo, ahora es tu responsabilidad" — reconoció apurada la Lopunny, a lo que la misma casi al instante luego de dichas aquellas palabras, se separa de su pareja para después continuar ayudando a las personas que se encontraban en otras habitaciones… mientras que Takeru simplemente bajaba sus orejas, cabizbajo una vez que este observaba nuevamente el disfraz que ahora posaba en su mano, a la vez que incluso algunas cremas de diversos colores resaltaba.
Mi amigo simplemente lanza un lamentado suspiro, para después recordar que aquello era para la felicidad de su hija y sobrina (y Yoshiro), junto con los demás niños del pueblo, a lo que junta el valor, para después finalmente comenzar a ponerse el susodicho disfraz.
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Ya eran más o menos las once de la noche… Haruko y los demás comenzaban recién a entrar a ver su sorpresa, mientras que Harumi y yo, ya habiendo llegado a nuestro hogar, simplemente estábamos afuera del mismo, sintiendo además el frío de aquella helada noche de otoño…
Lentamente empezamos a abrir la puerta de nuestra casa… a la vez que la tenue luz de la chimenea apenas con algunas brazas en su interior era lo único que resaltaba, mientras que de mi parte una pequeña aura era capaz de sentir en la habitación de mi hijo… a la vez que este simplemente se encontraba ahora despierto una vez que sintió la puerta abrirse.
Estaba en el mismo lugar… recostado en su cama a la vez que le daba la espalda a la entrada de su habitación.
Una vez que entramos a aquel lugar, notamos casi al instante como Takeshi empezaba a encorvarse levemente al sentir nuestra obvia presencia.
Harumi fue la primera en actuar… esta, al instante en el que entramos, camina hacia nuestro hijo para después empezar a acercarse hacia el mismo…
—Takeshi… date la vuelta, hijo…— fueron las palabras que mi esposa susurró al oído de Takeshi, a lo que el sonido del hipeo por parte del llanto escondido de nuestro hijo empezó a escucharse con mayor fuerza luego de aquello, para después asentir temblorosamente y girarse hacia nosotros, aún recostado…
Takeshi rompió en lágrimas una vez que sintió como nosotros habíamos llegado a la casa, a la vez que este intentaba taparlas mientras las limpiaba con la manga de su pijama.
Harumi, luego de aquello… simplemente se sentó al lado de nuestro hijo, a lo que esta empezó a levantarlo, para después sentarlo en sus piernas, a lo que yo me coloco al lado de los mismos, sentado en la cama de igual manera.
—¿Por qué lo hiciste Takeshi…?— empezaba a susurrar yo, refiriéndome al hecho de que mi hijo había cambiado los sentimientos de su aura a propósito, debido a que había sentido que este seguía enojado con Harumi por no dejarlo celebrar.
Takeshi simplemente se limpiaba ahora los mocos con su manga, a la vez que continuaba hipando ante el llanto.
—P-Po-Porque… querí-quería que entraras a mi pieza— empezaba a decir en acongojadas palabras mi hijo, mientras que yo lentamente empezaba a fruncir el ceño en son de la extrañez.
—No te enti…— iba a continuar yo… pero la voz de mi propio hijo me detiene…
—Siempre están con Hiyori…— fueron las primeras palabras de lo que se encontraba más oculto en el corazón de Takeshi, mientras que Harumi y yo abríamos los ojos casi al instante tras haber escuchado aquello…
—Ha-Haruko… Yoshiro… todos ellos siempre juegan con ella, la abrazan, mientras que a mí me dejan solo... — seguía soltando todo lo que tenía que decir mi hijo, mientras que el hipeo continuaba— siempre le dan cariño… la ayudan primero… le arreglan su disfraz primero… todo a ella primero…— fueron sus últimas palabras… antes de empezar nuevamente a llorar desconsoladamente una vez que liberó todo lo que tenía guardado dentro de sí, a la vez que este simplemente se encorvaba, tapando sus ojos con ambas manos…
Todo empezaba a tener sentido… la única razón por la que Takeshi hacía todo aquello era por el simple hecho de buscar atención, y no pude sentirme más preocupado al nunca haber sentido aquel sentimiento dentro de mi propio hijo… ya que el mismo lo ocultaba por su propia cuenta…
La envidia...
Harumi simplemente alzó su vista hacia mí una vez que mi hijo terminó de hablar, a lo que solo nota la preocupación en mi rostro, para después simplemente rodear con sus brazos a Takeshi… mientras que este seguía con ambas manos sobre su rostro…
—Takeshi… todos aquí te queremos y apreciamos al igual que a tu hermana... — empezaba a decir en normales palabras Harumi, a la vez que los llantos se volvían levemente más fuertes por parte de nuestro hijo— Hiyori simplemente juega más porque siempre lo anda haciendo y corriendo por toda la casa, tu eres más tranquilo… pero no por ello significa que Haruko o Yoshiro no quieran jugar contigo, estás muy mal si piensas que no te quieren o que te quieren menos a ti que a tu hermana… los quieren a los dos por igual— decía en sabias palabras mi mujer, mientras que yo alzaba mi mano para después posarla en el pelo de mi hijo, intentando reconfortarlo a la vez que lo acariciaba…
—Y ni hablar de nosotros… nunca en nuestra vida los amaremos por separado a ustedes dos, Takeshi… — decía ahora en un tono un poco más triste de los pensamientos de mi hijo, a lo que simplemente empiezo a acercarme hacia el mismo… para después chocar de manera delicada mi frente con la suya…
Abriendo los ojos de Takeshi de inmediato.
—Eres mi hijo… y daría la vida por ti… enano feo de ojos verdes— decreté con una pequeña carcajada ahora levemente mezclada con algunas lágrimas como respuesta luego de que le mostrara a mi hijo una parte de los sentimientos guardados que les tenía tanto a él como a Hiyori… a lo que Takeshi simplemente vuelve a empezar a derramar lágrimas una vez que recibió de lleno todas esas emociones, esta vez sin taparse el rostro, para después abrazar mi cuello con todas sus fuerzas, mientras que yo de igual manera lo abrazaba en son de lo mismo.
Así nos quedamos… no pasaron muchos segundos hasta que Harumi de igual manera se unió al abrazo, mientras que todos ahora adoptábamos aquella postura por bastante tiempo, sin querer separarnos, a gusto con el otro…
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La negra y decorada casa finalmente había sido abierta… de a poco, en la entrada de la misma, los grupos de niños empezaban a formarse, a la vez que de a cinco o a veces de a seis, estos entraban cada cuantos minutos. Pasaron más o menos unos quince… hasta que finalmente llegó el turno del grupo conformado por los pequeños seres que todos tienen en mente.
Narue era la que se encontraba en la puerta… ahora vestida con una larga y oscura túnica negra, a la vez que tenía una oz en su mano derecha, denotando su obviamente lúgubre apariencia, pero no para aquellos que obviamente ya sabían de quien se trataba.
Sin embargo, Narue se extraña en el momento en el que solo ve a Yoshiro delante de la misma, mientras que nadie más se encontraba atrás o delante del mismo, más que los otros niños del pueblo que se habían puesto en la antes mencionada fila.
—¿Qué pasó con los demás…? ¿Fueron al baño? — fue lo primero que pensó Narue, a la vez que su simple y alegre rostro desentonaba con el aterrador disfraz que ahora poseía, mientras que Yoshiro simplemente miraba hacia otra dirección, levemente sonrojado y "abusado" debido a que ya conocía la respuesta a aquella duda…
Por lo que este simplemente manda unos cuantos golpes a su cabellera… para después asustar levemente a Narue cuando de la misma Haruko, junto con Hiyori y Sora se bajaron del mismo.
Bueno… había bastante espacio ahí arriba, y no pasó mucho hasta que finalmente Haruko le pidió con esos ojos tan lindos que tiene el que la dejara subirse arriba del mismo… acto el cual fue seguido por Hiyori y, no queriendo dejar a Sora solo… bueno… ya saben lo que ocurrió.
—"El baño se quedó tapado amigo… Sora andaba mal del estómago" — bromeó por telepatía la Riolu, insinuando que existía un baño en la enorme cabellera del Zoroark, mientras que este simplemente la observó completamente encabronado, tanto por sus palabras como porque también lo volviera a llamar únicamente como su "amigo".
Y así, las niñas junto con Sora se bajaron del Zoroark, a lo que estos entraron al instante a aquella casa, mientras que Yoshiro era el último.
—"No digas una sola palabra…"— fue el gruñido encabronado que el Zoroark lanzó hacia Narue la cual, a pesar de no entender el significado del mismo, simplemente se llevaba la mano a la boca… aguantando con todas sus fuerzas la risa inminente que le causó el ver aquella chistosa a la vez de tierna escena.
Luego de aquello, los pokémon junto con Sora y Hiyori finalmente entraron todos a aquella casa, siendo lo primero en encontrarse una sala completamente oscura, a lo que más de alguno da un brusco y asustado brinco cuando sienten que la puerta que se encontraba a sus espaldas se cerró de la nada, dejándolos completamente en la oscuridad.
Yoshiro empezaba a ponerse en alerta… más cuando sintió como Hiyori y Haruko lentamente empezaban a acercarse hacia el mismo en son de la preocupación de estar completamente a oscuras… mientras que Sora de igual manera empezaba a cuestionarse ante la situación.
Y así... con el sorpresivo encender de la primera luz… la sorpresa finalmente comenzaba a aparecer…
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Lentamente… conforme los pokémon avanzaban por aquel poco iluminado pasillo, varios acontecimientos ocurrían…
De la nada, la misma pared a su lado comenzó a caer hacia los mismos, asustando de sobremanera a Hiyori, la cual sujetó la mano del Zoroark al instante, siendo aquel susto solo por unos milisegundos, ya que la pared se detuvo a medio camino durante su caída, para después volver a levantarse, siendo acompañado por el sonido de varias macabras risas, las cuales continuaron apareciendo en distintas secuencias y tonos, mientras que los pokémon seguían avanzando.
El pasillo se volvía cada vez más estrecho, al punto de que Yoshiro tuvo que encorvarse levemente para no chocar contra el techo, a lo que, en el momento en el que menos se lo esperaban, la luz se apaga para después prenderse las de una habitación al lado suyo, dando la visión de un enorme sarcófago el cual, en un abrupto movimiento, este se abre para después emerger a un apestoso y vendado Lucario-Zombi (Vamos… ya saben quién es…) a la vez que una seria y fantasmagórica Lopunny disfrazada de faraón con toques "calavéricos" en su pelaje se mostraba a su lado, dispuesta a ordenarle a aquel apestoso Zombi que atacase a los seres que se atreviesen a cruzarse por su camino.
Los sustos iban y venían… a pesar de lanzar más que algún grito debido a lo obvio, varias sonrisas aparecían ante la emoción que Yoshiro y los demás sentían, incluso por parte de Hiyori la cual, a pesar de estar bastante asustada al inicio, pasaron pocos segundos hasta que su miedo se transformase más en asombro y sorpresa que en miedo.
Eran doce habitaciones, de las cuales cada una estaba ambientada de distinta manera junto con otras personas que llevaban distintos disfraces… desde otros no tan apestosos zombis, hasta seres como fantasmas, brujas con calderos, asesinos con cuchillas manchadas con Kétchup, demonios con dientes y tridentes filosos, esqueletos aterradores que en más de alguna ocasión fingían el saltar hacia los niños que pasaban por aquel pasillo, volviendo a sus lugares de manera parecida a como fue aquella pared al inicio del recorrido…
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Todo aquello… las leves risas, los sustos, los leves tropezones debido a lo mismo… continuaron por unos quince minutos, terminando en la puerta trasera de aquella casa, a la vez que los pokémon junto con Sora y Hiyori empezaban a salir por la misma, mientras que Haruko y Hiyori estaban completamente emocionadas… ya incluso pidiendo una "segunda vuelta", siendo en Yoshiro y en Sora únicamente la alegría reflejada en su feliz rostro lo que se mostraba.
Pasaron unos cuantos segundos de silencio, sin embargo, de la nada, la voz de Takeru empezó a resonar en las mentes de los pokémon y niños…
—"Yo y Hanako vamos a salir antes que el resto… espérennos una media hora y nos iremos con ustedes… Yoshiro... cuídalas por favor" — la voz de Takeru fue la que se escuchó, a lo que nuevamente el silencio se propagó en el lugar tras aquel mensaje telepático.
—¡Hay que empezar de nuevo Haruko! — dijo feliz Hiyori, a la vez que esta daba varios brincos hacia la ahora enorme cola que se formó ante la nueva "atracción" que se había creado en aquella noche de Halloween, mientras que Haruko empezaba a actuar de la misma manera ante lo mismo.
Sin embargo… dos manos de rojos dedos las agarran de su camisa y capa correspondientemente, deteniendo sus felices brincos al instante, siendo Yoshiro… el que las había detenido.
—"No voy a volver a ser su transporte personal durante ahora tres horas… ¡Miren esa fila!, además… ya saben lo que dijo Takeru, solo media hora" — dijo levemente encabronado en gruñidos el pokémon, mientras que Hiyori y Haruko seguían tironeando de donde estaban agarradas, queriendo seguir brincando a pesar de todo, a la vez que ambas sacaban la lengua debido al enorme "esfuerzo" con el que querían escapar de su "apresador".
—"¿Quieren de verdad ver algo aterrador y en poco tiempo?" — preguntó el Zoroark una vez que aquellas chiquillas dejaron de tironear, mientras que estas simplemente lo observaban con duda y un poco de extrañez en sus ojos, a la vez que Yoshiro simplemente sonreía maliciosamente.
—Yo… tengo que ir a mi casa, mi mamá se va a preocupar si llego muy tarde— empezaba a decir Sora, a lo que las niñas y Yoshiro asienten, para después despedirse del mismo.
—¡Nos vemos mañana! — dijo el niño a la vez que alzaba alegre su mano mientras se iba, gesto el cual fue respondido de la misma manera por parte de Hiyori, Haruko y Yoshiro, a la vez que estos sonreían.
—Entonces… ¿Qué tienes pensado hacer, Yoshiro? — preguntó curiosa mi hija una vez que Sora se fue, a la vez que esta observaba al pokémon de la misma manera, mientras que Haruko hacía algo parecido hacia el Zoroark.
Yoshiro simplemente se las quedó mirando, a la vez que el mismo simplemente le sonreía de manera retadora…
—"Simplemente súbanse…"— dijo finalmente el Zoroark, a la vez que les daba la espalda a las niñas, gesto el cual fue entendido casi al instante, haciendo que Hiyori mandara un brinco animada hacia la cabellera del pokémon, quedándose acurrucada y calientita en el mismo, mientras que Haruko hacía lo mismo… pero de una manera un tanto extrañada ante la actitud de su amigo…
Luego de aquello, Haruko y Hiyori quedaron completamente inmersas en la roja cabellera del Zoroark, sujetándose del mismo a la vez que este empezaba a correr rápidamente, sin darles la posibilidad de ver hacia donde los llevaba… y apenas en el momento en el que las niñas se acostumbraron lo suficiente a la velocidad como para asomar sus cabezas y ver, el Zoroark había llegado a su destino…
El bosque.
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Hiyori y Haruko lentamente empezaron a asomar sus pequeñas cabezas… a la vez que la luz de la luna alcanzaba a iluminar casi por completo aquel sector del bosque, notándose un claro sendero en el mismo… mientras que la sombra de las hojas y ramas se mostraban en el suelo en un vaivén provocado por las frías brisas de aquella noche.
—"Quiero ir a ver a mi mamá… ¿Les da mucho miedo… o se atreven a caminar?" — preguntó de manera burlona el Zoroark, a lo que simplemente lanza un par de carcajadas al notar como su cabellera empezó a menearse bruscamente… signo característico de cuando dos pequeñas orgullosas se bajan del mismo pelo del pokémon, a la vez que estas miraban encabronadas al mismo luego de haberlas obligado a bajarse en aquel aterrador lugar, ya que obviamente ambas pequeñas niña y pokémon les daba bastante miedo aquel bosque nocturno.
—¡N-No tengo miedo!/ "¡N-No t-tengo miedo!" — dijeron ambas (Haruko un poco más asustada) simultáneamente, a lo que casi al instante Yoshiro vuelve a lanzar una inevitable carcajada cuando las dos niñas, luego de dicho aquello, se acercan al Zoroark cuando el sonido del aleteo de un pequeño Hoothoot las tomó desprevenidas… ambas tomando las manos de Yoshiro, a la vez que miraban hacia todas direcciones para encontrar el origen del "aterrador" sonido…
Las pobres niñas fueron víctimas de la oscuridad nocturna de aquel bosque mezclado con el constante sonido de los pokémon nocturnos que ahí empezaban a despertar… a la vez que Yoshiro simplemente caminaba con completa calma, ya habiéndose acostumbrado años atrás durante su vida en el bosque con su madre.
Pasaron a lo más unos diez minutos hasta que, en un pequeño claro a lo lejos, Yoshiro y las demás empezaban a detectar el lugar donde la mamá de Zoroark reposaba.
Yoshiro estaba en completa calma en aquel entonces… simplemente sonreía luego de recordar momentos de antaño con su mamá, a la vez que de vez en cuando miraba al estrellado cielo nocturno que era capaz de divisarse entre las copas de los arboles…
Caso completamente contrario era el de Haruko y Hiyori, las cuales, con sus pelos y cabello completamente de puntas, estaban totalmente asustadas y con la presión al máximo luego de todos los sonidos misteriosos que durante todo el viaje tuvieron que soportar.
Las pobres estaban al punto del miedo total… aguantando el no entrar a la cabellera de aquel Zoroark únicamente por su orgullo, a la vez que las mismas, con sus ojos completamente abiertos en son del miedo, miraban rápidamente hacia todas direcciones.
Cuando de la nada… varias ramas rompiéndose cerca de los mismos empieza a resonar con fuerza y rapidez.
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Incluso Yoshiro se puso alerta luego de aquello… lo normal era escuchar unas cuantas pequeñas ramitas romperse en son de algún pokémon que estuviera caminando por ahí, sin embargo, caso muy distinto era el brusco sonido que aquellas pisadas, acercándose hacia los mismos, resonaba.
Yoshiro empezaba a preocuparse, sin embargo, este se exalta completamente cuando una aterrada Haruko salta hacia su rostro, abrazándolo y tapando todos su ojos y cara con su panza… mientras que Hiyori hacía lo mismo pero en la pierna del mismo pokémon, no pudiendo saltar tan alto como la Riolu, a la vez que ambas gritaban y derramaban constantes y cómicas lágrimas debido al miedo que colapsó su orgullo completamente.
La seriedad de Yoshiro era más que clara… aquello, aunque lo distrajo levemente, no evitó que el mismo agarrara con fuerza a Haruko y a Hiyori, para después colocarlas sobre su cabello, a la vez que en los ojos del mismo el brillo azul característico empezaba a emanar, listo para cualquier cosa.
—"¡Muéstrate!" —gritó en un gruñido el rojinegro pokémon, a la vez que, con una postura lo suficientemente apreciable y de señales fácilmente identificables, este empieza a escuchar como los "pasos" empezaban a detenerse a pocos metros del mismo, mientras que este claramente notaba con una acechante presencia se encontraba escondida tras las sombras de unos árboles a su lado.
—"No deberías estar aquí…"— un tenue gruñido empieza a escucharse, exaltando a Yoshiro nuevamente.
—"Este… es un lugar de descanso… será mejor que te vayas…"— nuevamente los gruñidos aparecían, mientras que el ceño fruncido levemente enojado de Yoshiro empezaba a ser la respuesta ante aquellas palabras.
—"No busco problemas… simplemente vengo a ver a alguien, nada más" — fue la respuesta final de Yoshiro, a la vez que este empezaba nuevamente a retomar su camino hacia la tumba de su mamá, estando alerta de igual manera hacia aquel sector donde los gruñidos resonaron.
Haruko y Hiyori escuchaban atentas a pesar de todo, a la vez que la curiosidad de las mismas las llevó a sacar sus cabezas levemente para observar a su alrededor… a lo que ambas casi al instante vuelven a asustarse…
Cuando estas sienten como un aura empezaba a acercarse hacia los mismos desde arriba.
—"¡Arriba de ti, Yoshiro!" — Haruko gritó por telepatía a la vez que lanzaba un fuerte gruñido en son de la sorpresa, mientras que Hiyori nuevamente se metía dentro de la cabellera en son del miedo que sentía.
Yoshiro apenas y pudo reaccionar gracias a las palabras de su amiga, evitando por poco el cuerpo que cayó desde los árboles, a la vez que del mismo Zoroark un sinfín de sombras aún más oscuras que la misma noche formaba comenzaban a brotar de sus pies, empezando a adentrar a todo lo que se encontrase dentro de aquel sector en una ilusión…
Asustándose cuando… confiándose de que finalmente había apresado a aquel ser que lo atacaba, ahora se encontraba a sus espaldas… a la vez que, de un rápido movimiento, toma la mano de Yoshiro para después colocarla contra su espalda, a la vez que la mano de aquel ser se coloca contra su cuello, sujetándolo de aquella manera…
—"Nunca pensé que tú y yo nos encontraríamos entre… "visitas""— un gruñido, ahora más fuerte, empezaba a escucharse… a lo que Yoshiro simplemente estaba estático por unos segundos tras la sorpresa que fue para él el que la ilusión que había lanzado no hubiese afectado a aquel ser.
Sin embargo… su sorpresa no pudo durar demasiado, ya que al instante el brazo que lo sujetaba del cuello lo suelta abruptamente, a la vez que un femenino gruñido empezaba a resonar en el ambiente…
Siendo aquel gruñido el de la Zoroark que se encontraba a sus espaldas… una vez que Haruko se lanzó hacia la misma y mordía con todas sus fuerzas la punta de su nariz.
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—"¡Duele!" — fue lo único que dijo la pokémon, a la vez que agarraba e intentaba sacarse a la Riolu que aún mordía con todas sus fuerzas su nariz.
—"¡N-N-No!" — se alcanzaba a entender en un gruñido por parte de Haruko, la cual obviamente no podía hablar bien debido a que sus dientes estaban ocupados con otra cosa...
—"¡N-No dejaré que los las-lastimes!" — seguía diciendo determinante la Riolu, a lo que la Zoroark se extraña levemente luego de escuchar tales palabras, a lo que finalmente logra separarse de la misma pokémon, cayéndose en consecuencia, mientras que Haruko salía expulsada hacia adelante sin querer debido a la misma fuerza que se requirió para soltarla, a lo que esta es alcanzada por Yoshiro, el cual aún seguía extrañado ante lo obvio.
—Tsch…— un fastidioso gruñido por parte de la Zoroark era lo único que se escuchaba, a la vez que la misma, aún sentada en el suelo, simplemente se sobaba varias veces su pobre y afectada nariz, la cual estaba incluso hasta roja y palpitante debido a la mordedura de la Riolu.
—"Simplemente quería que se fueran… no era mi intención atacarlos" — empezaba a decir la pokémon, a la vez que esta empezaba a erguirse— "Aunque… nunca pensé que me toparía contigo… Yoshiro" —declaró finalmente con una pequeña sonrisa la pokémon, a lo que Yoshiro la observa entre asustado y sorprendido tras haber escuchado su nombre.
—"¿C-Cómo sabes mi nombre?" — preguntó el pokémon, a la vez que simplemente una cara sonriente se reflejaba en el de aquella Zoroark…
Quedando completamente abrumado y sin saber cómo responder… cuando la Zoroark se abalanza hacia el mismo, botándolo contra el suelo, a la vez que Haruko por suerte había alcanzado a sacar a Hiyori de la cabellera de Zoroark, el cual dándose cuenta de aquello, se preocupó menos al momento de ser derribado por la misma pokémon.
—"¡Pues porque eres el hijo de mi mejor amiga!" — reconoció alegre la pokémon, mientras que esta simplemente agitaba los hombros de Yoshiro una y otra vez—"Esa ilusión… es la misma que hacía ella, definitivamente eres su hijo" — seguía diciendo, completamente emocionada y feliz la pokémon, mientras que Yoshiro no sabía siquiera como responder ante los tratos.
Haruko, una vez sacudida ella y a Hiyori, simplemente se queda estupefacta una vez que observa como alguien estaba arriba de su amigo.
—"¡Nunca pensé que ya estarías tan grande!" —seguía diciendo la pokémon, mientras que esta empezaba a acercarse cada vez más al rostro de Yoshiro, incomodándolo una enormidad ante lo obvio una vez que la misma empieza a olfatearlo— "¿Hace cuánto que no estás con los tuyos? ¿Sabías que las pulgas nos atacan más que a cualquiera?" — decía en un tono más serio la pokémon a la vez que seguía olfateando ahora entre las axilas y el torso de un ahora completamente avergonzado Yoshiro… buscando las pulgas solo con su aroma.
A lo que este junto con Haruko, abren totalmente sus ojos y bocas, completamente anonadados cuando de la nada la Zoroark comienza a picar y "acariciar" el pelaje del pokémon.
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—"E-Esto… no es necesario…"— decía en un bajo gruñido el pokémon, conteniéndose levemente ante el trato, a la vez que la pokémon simplemente seguía en su animada y pequeña limpieza.
Sin embargo… solo cuando de la nada la Zoroark comienza a bajar hacia ciertas "partes"… es cuando Yoshiro realmente se coloca de piedra… (Por favor… no malinterpretar…)
—"¡HEY!" — gritó ahora completamente encabronada y furiosa Haruko luego de ver como aquella pokémon "fisgoneaba" a todo su amigo, llegando a su clímax máximo de "furia" cuando esta empieza a acercarse a las antes insinuadas zonas del Zoroark… mientras que Hiyori observaba curiosa, sin saber mucho la razón de la furia de su hermana por el simple hecho de que a Yoshiro lo estuvieran despulgando...
Sin embargo, no fue necesario que la Riolu interviniera, cuando fue el mismo Zoroark el que, a punto de explotar de la vergüenza, empieza a apartarse de su "lavadora".
—"D-De esa parte m-me encargo yo me-mejor" — dijo en nerviosos gruñidos el pokémon, a la vez que ahora se encontraba abrazando sus rodillas, obviamente ocultando y prohibiendo cualquier tipo de contacto en aquellas partes…
La Zoroark simplemente la miró extrañada, sin saber el porqué de su extrañes ya que, para ella y el resto de los de su especie que vivían en el bosque, el despulgar a un compañero era un fiel afecto de confianza.
—"Oye… sé que di una mala primera impresión, pero de verdad era una antigua amiga de tu mamá… ¡Y también de Hisame!... pero apenas supe que te habían tenido cuando Hiyori escapó de ese hombre y tu papá…"— decía ahora un poco triste la Zoroark, recordando el claro hecho de que Hisame había fallecido.
Yoshiro lentamente empezaba a pararse una vez que la conversación se tornó a esos temas, mientras que el rostro de aquella Zoroark se mantenía ahora en la seriedad.
—"Pero bueno… ¡Déjame despulgarte entonces!" — dijo ahora, cambiando completamente su actitud la Zoroark, a la vez que ahora le sonreía nuevamente, extrañando nuevamente al pokémon, el cual volvía a incomodarse ante aquellos tratos…
La pokémon iba a empezar a acercarse hacia el inofensivo pokémon, sin embargo, esta se extraña cuando una Riolu rápidamente se coloca entre esta y Yoshiro.
—"¡Ya te dijo que él se limpiaba solo! ¡Deja de acosarlo! ¡Acosadora!" — dijo completamente encabronada ahora en gruñidos la Riolu—"¡Eres una cochina! ¡Sucia! ¡Abusadora! ¡Hedionda!" — La Riolu no se detenía…—"¡Mala! ¡Sinvergüenza! ¡Explotadora! ¡Manipuladora! ¡Fisgona!" — Y siguió… y siguió…— "¡Malpensada! ¡Tonta! ¡Loca! ¡Acosadora! ¡Cochina! ¡Sucia!" — empezaba incluso a repetir las mismas palabras debido que a la misma Riolu no se le ocurrían nuevas, a la vez que la Zoroark se la había quedado mirando completamente curiosa a la vez de extrañada y sorprendida.
Los segundos así pasaron… hasta que incluso Haruko terminó por cansarse luego de decir repetidas veces las palabras antes mencionadas, a la vez que esta simplemente respiraba con brusquedad debido al mismo agotamiento, siendo la cara de la Zoroark la misma de antes…
—"Esto…"— empezaba a hablar la rojinegra pokémon, aún extrañada—"¿Es tu mascota?" —… Ay…
Pobre Yoshiro…
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El resto ocurrió demasiado rápido… Haruko se iba a lanzar a morder nuevamente a aquella pokémon luego de cómo esta la llamó, sin embargo, Yoshiro alcanzó a sujetarla y evitar que surgiera un problema mayor, causando únicamente risas por parte de la Zoroark.
—"Ya le dejé flores nuevas a Hiyori… así que será mejor que vuelvan con Ryo, ya se está haciendo tarde" — reconoció en sus finales gruñidos la pokémon, la cual alzaba su mano en son de despido mientras que esta comenzaba a alejarse a paso lento de Yoshiro y las demás, mientras que el Zoroark seguía extrañado a pesar de todo… a la vez que este simplemente mantenía aún apresada a la salvaje y asesina Riolu.
—"¡Espera! ¡¿Cómo sabes de él?!... ¡¿Y cómo te llama…?!"— alcanzó a gritar en gruñidos… antes de que la imagen de aquella Zoroark se perdiera por completo de su vista.
El lugar simplemente se quedó en silencio… tan rápido como aquella Zoroark apareció, de la misma manera se fue, dando tan pocos pero a la vez de consistentes datos, que Yoshiro simplemente anhelaba el haber podido conocer de mejor manera a aquella pokémon, obviamente por el haber tenido una conexión con su familia…
Y, a pesar que en el rostro del Zoroark solamente la extrañez resaltaba, una encabronada Riolu aún seguía siendo apresada por el mismo pokémon, a la vez que este tapaba la boca de la pokémon por obvias razones… queriendo evitar que la Riolu soltara el sin fin de improperios que poco o nada conocía.
Yoshiro terminó por suspirar levemente tras pasados unos segundos, dándose cuenta que obviamente aquella Zoroark no la volvería a ver, al menos no por ahora… a lo que, dejando a la revoltosa Riolu junto con una aún extrañada Hiyori sobre su espalda, este empieza a devolverse una vez que notó a lo lejos como aquella rojinegra pokémon no había mentido sobre lo de las flores en la tumba de su madre, viéndose estas sanas y puestas sobre el antes mencionado lugar.
El ahora confundido pokémon simplemente volvió por donde llegó, apurándose debido al tiempo que había pasado… ya sabiendo que Takeru y Hanako los estarían esperando, por lo que este empezó a saltar entre las ramas de los árboles para poder así avanzar de manera más rápida hacia Hotaru.
Lentamente… conforme los segundos se transformaron en minutos… el tenue bullicio del mismo bosque terminó por apoderarse del lugar mientras que, lejos sobre la rama de un árbol aledaño, una Zoroark simplemente se encontraba sentada en la misma, observándose una extraña tristeza reflejada en su mirar, mientras que esta simplemente tenía sus ojos puestos donde Yoshiro había retomado su camino…
—Al final no le dijiste…— una voz se hizo presente al lado de la misma, mientras que esta no se exaltaba en lo más mínimo…
Debido a que ya conocía el timbre de mi voz...
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—"Sí que eres rápido..." — dijo con una pequeña sonrisa al final la pokémon una vez que yo aparecí y me sentaba a su lado—"Supongo que… simplemente no era el momento para decírselo, tuve que inventarle sobre que sus ilusiones me recordaban a las de su mamá para que no sospechara…" — decretó ahora nuevamente con aquella pequeña pizca de tristeza reflejada en su rostro, mientras que yo simplemente lanzaba un leve suspiro…
—Cuando sentí el miedo de Hiyori vine al instante… pero cuando vi que eras tú, entonces simplemente quise observar…— reconocí al final, mientras que nuevamente la Zoroark volvía a lanzar unas cuantas risas apesadumbradas debido a lo obvio—Y… ¿Cuándo crees que sea el momento para decírselo…? que Hiyori y tú eran…— empezaba a preguntar, a la vez que la Zoroark simplemente entrecerraba sus ojos, pasando unos cuantos segundos antes de que la misma volviese a hablar.
—"Cuando evolucioné… simplemente me separé de mi familia… era lo normal, pero… cuando supe que algo les había pasado, solo pude ver como llegaba tarde… mi hermana ya se había encontrado con Hisame… empezaba a tener una familia y por eso mismo preferí no inmiscuirme… ni siquiera supo que yo fui su hermana, mis padres la tuvieron después de que yo me fui" — seguía hablando la Zoroark… contándome una parte de su historia que no me había relatado la primera vez que me la encontré…
Llorando de rodillas al frente de la tumba de Hiyori… habiéndose dado cuenta debido a que la Zoroark sabía que aquel lugar era donde siempre vivía…
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—"Una vez que los vi… felices… simplemente me volví a ir, y… nuevamente cuando volvieron a ocurrir cosas e intento ir a buscarla, me encuentro con esto…"— decretaba ahora en unas leves lágrimas la pokémon, volviendo a recordar angustiosos momentos, a la vez que yo simplemente posaba mi mano sobre la espalda de la misma.
—Sabes que no fue tu culpa Kiyomi… las cosas que se dieron por Ryuji no fueron por la culpa de nadie más que de él— reconocí en voz seria, mientras que Kiyomi simplemente inspiraba de manera brusca ante el pequeño llanto que nacía de ella.
—"Si me hubiera atrevido a hablarle cuando aún tenía el tiempo… quizás las cosas hubiesen sido distintas…" — reconocía la pokémon en dolidas palabras, mientras que yo empezaba a fruncir levemente el ceño, triste de igual manera.
—Muchas cosas pudieron haber ocurrido… pero ya no hay vuelta atrás… y lo único que nos queda ahora es ver las cosas buenas que se encuentran frente a nosotros— fueron mis palabras de aliento… a la vez que en el rostro de la pokémon una pequeña sonrisa empezó a nacer con el pasar de los segundos de silencio…
—"Gracias por cuidarlo… nunca pensé verlo tan feliz luego de todas las cosas que me dijiste que le pasaron… es lo último de Hiyori que me queda, pero creo que si ella te lo dejó a ti, entonces puedo estar tranquila también de lo mismo…"— dijo en bajos gruñidos la pokémon, mientras que yo simplemente esbozaba una pequeña sonrisa al recordar nuevamente a Hiyori, sin embargo, mi pensamiento se ve interrumpido cuando recibo un rápido pero a la vez cálido abrazo por parte de Kiyomi.
—"Tengo que regresar… intentaré volver y encontrarme con Yoshiro en algún momento, pero por ahora mi lugar es con los míos… lejos de aquí… y Yoshiro ya lo tiene contigo y tu familia" — decía ahora en alegres gruñidos la pokémon, mientras que yo le sonreía de igual manera—"Toma un poco de mi aura… ya sé que puedes comunicarte a través de ella, me gustaría que me mantuvieras al tanto o si algo importante pasase" — pedía amablemente la Zoroark, a lo que yo lanzo unas cuantas carcajadas ante aquello, para después dar varias palmadas a su mano, tomando una pequeña porción de su aura, guardándola y sellándola sin mezclarla con la mía.
—Yo también tengo que volver a mi casa… estaba durmiendo cuando todo ocurrió, y aún ando algo somnoliento la verdad— declaré entre algunas pequeñas risas, a la vez que bostezaba levemente en respuesta, a lo que Kiyomi simplemente vuelve a reír por lo mismo, dejando de abrazarme para después ambos levantarnos e irnos después de un último adiós… saltando hacia opuestas direcciones, retirándonos así finalmente de aquel lugar.
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Todo ocurrió con normalidad luego de aquel suceso… Yoshiro no tardó mucho en llegar a la casa donde Takeru y Hanako aún se encontraban, llegando poco antes de que estos salieran del lugar, empezando al instante a caminar hacia nuestro hogar luego de aquello… sin embargo, Yoshiro empieza a notar como del mismo Haruko empezaba a bajarse, mostrando aún su obvio enojo ante lo ocurrido en antaño, pero no siendo aquello la razón de su deseo de bajarse del pelo de su amigo…
Ya que Hiyori se había quedado completamente dormida durante el viaje de regreso al pueblo… y obviamente ya no era capaz de sujetarse de Yoshiro.
—"¿La pueden llevar?... ya se volvió bastante pesada para mí, la verdad" — dijo por telepatía en una sonrisa apenada la Riolu, a lo que Takeru toma la iniciativa… para después este empezar a cargar a mi hija con gusto… obviamente nada de esto expresado en su sonrojada y seria cara, ya que Yoshiro había sido el primero en ofrecerse para llevarla en brazos, sin embargo, cierto apestoso personaje insistió.
Luego de aquello… Hiyori casi al instante se agarró inconscientemente del pelaje amarillento del cuello de Takeru, a la vez que esta dejaba caer su mentón sobre aquella punta de hueso que sobresalía del torso del lucario, mientras que este la sujetaba con ambas manos…
No pasó mucho hasta que finalmente todos llegaron a nuestro hogar… notando como todas las habitaciones se encontraban sumidas en la oscuridad luego de que las últimas llamas de la chimenea se exterminasen… Hanako empezó a colocar algunos leños, empezando de a poco a encenderse debido a las pequeñas brasas que aún existían por debajo de las cenizas.
Yoshiro simplemente empezaba a entrar a su habitación a la vez que bostezaba en son del sueño, mientras que Haruko aún andaba con la vista levemente enojada, pero no hacia Yoshiro ni mucho menos, su enojo "inexplicable" ni siquiera ella conocía la razón… simplemente estaba enojada con aquella Zoroark que había tratado de aquella manera a su amigo, a pesar de que aquellos tratos no fueran en lo mínimo dañinos o molestosos…
Vamos… era obvio que la Riolu empezaba a sentir lo que eran los celos por primera vez...
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Haruko simplemente se quedaba parada en el centro de la habitación principal, mientras que Takeru lentamente empezaba a entrar a la habitación de Hiyori y su hija, sin embargo, Hanako lo interrumpe en el momento en el que esta lo llama, mientras que la misma se encontraba en la puerta que daba a mi habitación, debido a que necesitaba sacar unas cuantas frazadas que guardábamos en mi armario, a lo que Takeru, aún con Hiyori en sus brazos, simplemente empieza a caminar extrañado, exaltándose levemente para después esbozar una pequeña sonrisa luego de notar a todos los que nos encontrábamos en mi cuarto…
Ya que Harumi y Takeshi se encontraban conmigo, ambos durmiendo plácidamente en nuestra habitación… con Takeshi entre nosotros dos.
—"Creo que sería mejor si la dejas con ellos…"— aconsejó Hanako en un gruñido, a lo que Takeru asiente con la misma sonrisa, para después a pasos lentos empezar a acercarse hacia nuestra cama, empezando a tironear con delicadeza a Hiyori, para que la misma se soltara del mismo…
Primero fue un tirón simple… luego fueron varios con el mismo nivel de fuerza… pero ya cuando Takeru se ponía un poco más serio en la situación luego del décimo tirón, se empezó a dar cuenta que Hiyori, como buena Haruko en sus primeros años, se negaba a soltar inconscientemente el pelaje del Lucario, estando dormida incluso ante todos los tirones que el pokémon mandaba hacia la misma…
Takeru simplemente empezó a salir de mi cuarto… completamente resignado ante la fuerza y la ternura que mi propia hija expelía ante el tierno (y fuerte) abrazo que la misma le daba, a lo que este, con sus orejas decaídas, empieza a caminar lentamente hacia su cuarto junto con Hanako, la cual simplemente lo miraba con una leve sonrisa apenada ante lo que su pareja padecía en aquel instante… sabiendo la clara intención que tendría el Lucario.
Aceptaría… dormir con Hiyori.
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Y así… solo Haruko fue la última en aquel lugar… viendo como todos empezaban a acostarse a dormir, prestando en especial atención como su padre y madre dormirían con mi hija, mientras que Harumi y yo ya nos encontrábamos acurrucados y calientitos junto con Takeshi…
Haruko simplemente se empezaba a abrazar a sí misma, a la vez que los leves escalofríos debido a las bajas temperaturas de aquella noche, a pesar de estar la chimenea ahora encendida, la abordaban…
La pequeña Riolu sabía que tenía que ir a acostarse en las frías sábanas de su cama… lamentando lo antes mencionado por lo obvio…
Solo una pequeña mirada… una tenue idea cruzó por su mente una vez que el frío parecía ser un enemigo lo suficientemente formidable como para hacerla pensar en aquello…
Una vez que se giró hacia la puerta cerrada que daba a la habitación en donde Yoshiro ya se había recostado a dormir…
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Un leve rubor empezó a emerger en el rostro ahora serio de la Riolu una vez que sus ojos se posaron en aquella puerta… a la vez que sentía el aura del mismo ser que ahora abordaba sus pensamientos...
Todos aquellos contactos que tuvo aquella Zoroark con su amigo… aquellos pequeños tirones que la chica le daba a su pelaje… sus olfateos… sus sonrisas…
Haruko empezaba a imaginarse a ella misma haciendo dichas acciones con el mismo…
Solo el silencio se demostraba en aquella, prácticamente "hipnotizada", Riolu… sin embargo, una pequeña explosión en la leña de la chimenea la distrae, haciendo que la misma se exaltase ante lo obvio, empezando a sonrojarse aún más, mientras que la misma negaba varias veces con su cabeza por lo mismo, intentando controlar sus ideas…
Para después empezar a correr rápidamente hacia su habitación, metiéndose con la misma brusquedad entre las sabanas de su cama, tapándose con las mismas por completo.
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Las horas pasaron… eran más o menos las dos de la mañana… y la fría brisa que recorría los sectores solo era el leve reflejo de la temperatura que en cada habitación se reflejaba en aquel entonces…
Una vez que la chimenea dio su última llama… y ya las brasas ni siquiera eran lo suficientemente fuertes como para mantener la temperatura… el frío comenzó lentamente a abordar cada una de las habitaciones aledañas mientras que, aquellos que por buena fortuna dormían acompañados, el calor que los mismos mantenían unos con otros los salvaban de las heladas garras del frío de aquella noche.
Aunque bueno… era obvio el pensar que una pequeña Riolu, a pesar de tener todas las mantas de su cama puestas sobre la misma, empezara a temblar continuamente debido a lo que todos están pensando en este momento.
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Yoshiro simplemente, intentando conciliar el sueño, se daba vuelta entre las sabanas de su cama, obviamente costándole el dormirse debido a que el frío de igual manera lo abordaba a pesar de todo, usando incluso su pelo como propia manta ante las bajas temperaturas que aquella noche alcanzaba…
Nada servía… incluso el mismo pokémon pensaba en ir a encender nuevamente la chimenea para después acostarse al lado de esta y quedarse dormido en el suelo, sin embargo, ya fuese por flojera u obstinación, el mismo pokémon se quedaba en su cama… intentando seguir luchando contra el frío que lo molestaba…
Yoshiro en aquel momento estaba acostado de lado… a la vez que el mismo le daba la espalda hacia su puerta, lanzando continuos gruñidos ante la molestia que el frío cada vez se convertía más y más para el mismo…
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Sin embargo… el sonido de aquella puerta abriéndose lo exalta por completo, deteniendo incluso sus temblores…
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El Zoroark quedó completamente estático luego de aquello… ni siquiera se daba la vuelta, no cuando empezó a escuchar como aquellos característicos y pequeños pasos comenzaban a producirse hacia el mismo, reconociéndolos casi al instante debido a lo acostumbrado que estaba el mismo debido al singular sonido que producían las pequeñas patitas de Haruko en contacto con la madera del suelo…
Lentamente la tensión empezaba a emerger en el Zoroark, a la vez que el mismo tenía sus ojos completamente abiertos ante lo obvio, empezando a temblar, esta vez no por frío, una vez que sentía como cada vez más la Riolu se encontraba cerca de su cama…
Llegando al clímax máximo del nerviosismo… en el momento en el que Haruko empezó a subirse al colchón de su cama.
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Ni siquiera se molestó en no hacerse notar… el orgullo de la ahora sonrojada y fastidiada Haruko había sido roto completamente por el frío, a la vez que esta se acostaba de lado, dándole la espalda a Yoshiro, mientras que este hacía el intento por dejar de temblar ante los nervios de estar acostado al lado de su amiga…
—"Sé que sigues despierto…"— dijo fastidiada por telepatía la Riolu, deteniendo por completo el corazón de Yoshiro luego de aquello—"No te hagas una idea errónea… hace mucho frío; papá ronca mucho y el tío Ryo se tira unos gases muy feos, no podía dormir con ellos" — mintió fatalmente la Riolu, ya que Yoshiro fue su primera opción desde un principio, sin embargo, el Zoroark de igual manera se creía en parte aquellas palabras, a la vez que el mismo tragaba un poco de saliva ante la situación.
—"Simplemente…"— ahora Haruko empezaba a hablar en bajos gruñidos, llamando la atención de Yoshiro por lo obvio, mientras que la Riolu entrecerraba sus ojos, levemente decaída a la vez que se tapaba con las sabanas—"Déjame dormir por esta noche aquí… ya mañana podrás ir a conocer a quien quiera que fuera esa manoseadora en el bosque…"— decía en muy bajos gruñidos Haruko, hablando de más sin querer, obviamente diciendo las cosas que pensaba, pero obviamente no deseando que Yoshiro las escuchara, sin poder evitar el soltarlas ante todos los pensamientos que la abordaron luego de que su orgullo se derrumbara nuevamente…
Yoshiro simplemente se quedó en silencio luego de aquello, a la vez que su rostro nervioso y su cuerpo tembloroso habían sido completamente remplazados por uno preocupado y tranquilo.
Haruko simplemente intentaba ocultarse cada vez más en las sabanas de la cama de su amigo, sin siquiera atreverse a entrar en contacto con el mismo debido a la vergüenza, sin embargo, el pelaje de la misma Riolu se queda completamente de punta…
Una vez que sintió el estómago y torso de Yoshiro en contacto con su espalda…
Fue demasiado rápido a la vez que silencioso… Yoshiro simplemente se giró hacia su amiga, para después acercarse hacia la misma, colocando su cabeza un poco más arriba del de la Riolu, mientras que esta tenía los ojos completamente abiertos ante aquello, a la vez que Yoshiro empezaba a cerrarlos.
—"No eres la única con frío… y tampoco te hagas tú una idea errónea, no volveré a buscar a esa chica, no me agrada la gente que se mete a tu espacio personal de esa manera, además… sé que no te cayó muy bien…"— dijo en finales gruñidos el Zoroark, a lo que Haruko casi al instante se exaltó luego de escuchar lo último, a pesar de haber escuchado el que Yoshiro ya no buscaría a aquella Zoroark la hubiese calmado, su orgullo le hacía imposible el no negar el hecho de que de verdad le había caído mal aquella pokémon, a lo que esta rápidamente se da la vuela…
—"¡Eso no es cier…!"— decía ahora por telepatía la Riolu, sin embargo esta se queda completamente de hielo…
Una vez que la misma se dio cuenta que su rostro junto con el de Yoshiro habían quedado a pocos centímetros del uno con el otro, formándose así el silencio de lo obvio…
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Ambos pokémon simplemente se observaban… Yoshiro había vuelto a abrir sus ojos una vez que sintió a la Riolu dándose la vuelta, a lo que la seriedad del mismo seguía manteniéndose, mostrándose sin querer un pequeño y casi indetectable rubor emergiendo en sus mejillas, mientras que, en el caso de Haruko, sus ojos completamente abiertos solo podían ser el reflejo de lo sorpresivo de la situación, a la vez que en las mejillas de la misma nuevamente un rubor un poco más notorio empezaba a aparecer.
Haruko simplemente desvió la mirada luego de unos segundos, a la vez que volvía a malhumorarse debido a su condenado orgullo, mientras que en el rostro de Yoshiro seguía estando presente aquella seriedad.
—"No me cayó mal… simplemente no me agradaba que intentase atacar a mi amig…"— los ahora gruñidos de la pokémon se detuvieron…
En el momento en el que Yoshiro posa su mano en la nuca de la Riolu… para después acercarla y esconderla en el pelaje de su torso, mientras que con la mano libre empezaba a arrastrar su pelo para después cubrir a ambos con el mismo.
—"No me gusta que me llames así… simplemente dime "pulgoso"… se siente muy frío cuando me llamas como tu "amigo"" — reconoció en bajos gruñidos el pokémon, mientras que Haruko estaba completamente anonadada ante el nuevo contacto que ahora tenía, teniendo su pequeña nariz completamente enterrada en el pelaje de su amigo.
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Haruko simplemente estaba congelada… apenas si podía respirar ante tales acciones, mientras que el rubor de la misma crecía en grandes cantidades, a la vez que el tenue y calmado palpitar que la misma sentía en el pecho de su amigo, solo hacía que el suyo aumentara…
Yoshiro lentamente empezaba a caer rendido ante el sueño y aquel cómodo estar, mientras apoyaba cada vez más su mentón sobre la cabeza de la Riolu, debido únicamente al cansancio que poco a poco abordaba al Zoroark.
Haruko simplemente guardaba silencio… pensando de igual manera aquellas palabras, a la vez que la misma empezaba a subir delicadamente sus pequeñas manos, agarrando suavemente el pelaje del pokémon, concentrándose en su aroma ante tal cercano contacto, empezando de a poco a cerrar sus ojos ante aquello, quedándose cada vez más dormida de igual manera, sumiéndose en su mundo de pensamientos y sentimientos, a la vez que lentamente empezaba a alzar sus brazos alrededor del torso de Yoshiro, queriendo abrazarlo con ello…
Haruko simplemente esbozaba una pequeña sonrisa… a la vez que hundía cada vez más su cara en el pelaje del Zoroark… ocultando incluso el mismo rubor dentro del mismo.
No lo iba a escuchar… sabía que su amigo estaba dormido, por lo que no le daba miedo el decirle aquellas palabras…
—"Siempre serás mi pulgoso…"— decía en tenues y cada vez más apagados gruñidos Haruko, a la vez que la respiración de la misma se hacía cada vez más lenta y pausada…
—"Mi pulgoso…"— volvía a repetir los mismos gruñidos… ya casi imperceptibles la Riolu, mientras que lo único que quedó reflejado en su ahora solo levemente ruborizado rostro, era la pequeña sonrisa de la misma… quedándose así finalmente dormida en el tibio pelaje del Zoroark.
Mientras que este… lentamente empezaba a esbozar una gran sonrisa luego de escuchar tales palabras, para después simplemente quedarse esta vez de verdad dormido… a gusto y acurrucado al lado de la pokémon que quería…
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—"Pulgoso…"— una delicada voz empezó a resonar una vez que la oscuridad del dormir lo abordó…
—"Pulgoso…"— la voz volvía a hacerse presente, mientras que el Zoroark hacia intentos de no despertar ante aquella voz, debido a lo cómodo que se sentía.
—"Yoshiro… ¡Despierta!" — un pequeño grito vuelve a hacer que el pokémon abriera los ojos, a lo que este lo hace en un pequeño susto ante lo obvio, aún en su cama…
A la vez que una Lucario se encontraba recostada a su lado, a altas horas de la noche…
—"Estabas moviéndote mucho… incluso casi me botas de la cama… ¿Estás bien amor?" — preguntó levemente somnolienta la Lucario, mientras que la misma se restregaba el ojo en son de lo mismo, mientras que Yoshiro simplemente mantenía sus ojos abiertos ante lo obvio…
—"Sí Haruko… simplemente…"— se quedaba en silencio por unos momentos el pokémon, a la vez que el mismo volvía a recordar los lindos momentos de antaño…
—"Tuve un lindo sueño…" — reconoció en bajos gruñidos el pokémon, mientras que Haruko simplemente empezaba a volver a recostarse sobre el hombro del Zoroark una vez que este volvió a apoyar su cara contra la almohada de su cama.
—"Uh… lo siento… no quise pararlo adrede" — decía un poco cabizbaja la pokémon, a lo que la sonrisa y el negar con la cabeza del Zoroark la deja más tranquila, empezando a acurrucarse al lado del pokémon
—"¿Y… de qué se trató?" — preguntó curiosa la pokémon, a la vez que, con sus ojos cerrados, simplemente empezaba a acariciar el torso de su pareja, mientras que el mismo jugaba y acariciaba las orejas de la misma, empezando a sonreír ante la pregunta.
—"No lo sé…"— empezaba a actuar de una manera más animada el Zoroark, extrañando a Haruko ante lo obvio, mientras que la misma empezaba a abrir sus ojos en son de lo obvio—"Pero… creo que me podrías ayudar a recordarlo~" — dijo ahora en gruñidos más altos el ahora sonrojado y risueño pokémon, a la vez que el mismo sorprende y exalta a la Lucario cuando este la abraza y se da vueltas con ella en la cama, empezando a darle pequeños besos en la mejilla, mientras le hacía suaves y cariñosas cosquillas a la pokémon, mientras que esta simplemente se oponía levemente a los tratos a la vez que sonreía ante lo inevitable.
Ambos pokémon simplemente se quedaron así… estaban completamente sumidos en la compañía del otro… a gusto...
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Dejando en claro… el amor resultante de su elección.
