Igualmente diferentes
Géneros: Romance, Hurt/Comfort, Drama y un poco de Humor (No puedo evitarlo XD).
Advertencias: Ninguna.
Descargo de responsabilidad: Naruto y sus personajes no me pertenecen, yo sólo los utilizo para el entretenimiento de ustedes, sin ánimos de lucro; las ocurrencias y demás, así como la historia, sí son producto de mi descabellada imaginación.
Capítulo 1: Vacía.
¿Por qué? Se preguntaba una y otra vez, cerrando los ojos con bastante fuerza. ¿Era esto lo que Naruto quería? Él ya había hecho muchas cosas malas, había dañado a muchos, y quitado la vida a otros; y conocía las consecuencias por todo lo que había hecho.
Merecía un castigo, él lo sabía y lo había aceptado. Él había decidido volver a Konoha, y seguiría la voluntad de su hermano, protegiendo la aldea que tanto amaba. Itachi había sacrificado todo de sí por ella, y por eso él no había decidido destruirla.
Tsunade, la quinta Hokage, había tomado su decisión final: La cárcel.
Claro que Sasuke no se opuso. Y en ese momento, Naruto actuó, saltando a la defensiva de su amigo. De alguna manera, se las había ingeniado para convencer a la testaruda rubia y sólo tuvo que hacer algo de servicio comunitario... por un mes.
El Uchiha no se quejó, pero eso no significaba que no estaba agradecido con el Uzumaki. La cárcel hubiese sido un infierno, aunque no es que le importara de todos modos.
A pesar de que sentía que los había estafado a todos con ese trabajo tan estúpido que le habían asignado, finalmente, había sufrido el castigo más cruel.
Un año y medio había transcurrido luego de la Cuarta Guerra Ninja; los aldeanos estaban en paz y armonía y las Cinco Grandes Naciones Shinobi eran ahora aliadas. Y él, Sasuke Uchiha, finalmente se confesaría a Sakura.
Le había tomado una gran cantidad de tiempo para decidirse; hasta había creado un discurso y todo. Entonces, con confianza grabada en sus ojos, se dirigió a la florería Yamanaka y compró unas flores. Claro, los guiños y concejos de Ino no se hicieron faltar.
Luego de prácticamente escapar de la tienda, suspiró con irritación y miró las flores que cargaba; flores de Sakura. Sip, estaba seguro de que le gustaría. Y pese a que el sentimentalismo no era lo suyo, trataría de esforzarse para hacerlo bien.
La gente a su alrededor lo miraban con curiosidad y miedo. Ellos aún le temían, y aquello le causaba cierto dolor también, aunque trataba de no demostrarlo. Él se había ganado la desconfianza de la aldea, y sabía que aquello no se solucionaría tan fácil, a menos que les demostrara de alguna forma que él ya no quería dañar su aldea.
Sus pies casi se movieron solos, y se detuvo frente a la casa de su pelirrosa compañera de equipo. Suspirando por quinta vez, se acercó lentamente a la entrada principal y manteniendo su semblante serio, finalmente llamó a la puerta golpeando de una manera casi exagerada y desesperada.
Pudo oír unos extraños ruidos desde el interior de la casa; como si algo rompiera y un leve quejido de dolor.
La puerta finalmente se abrió revelando a la Haruno, quien ladeó la cabeza al verlo parado allí.
—¿Sasuke-kun?
—Sakura...
Ella parpadeó y sonrió —¿Qué te trae por aquí?
El Uchiha le quedó mirando, pensando en una forma de decirle a la mujer lo que sentía —Bueno yo...
—¿Que tal si entras?— sugirió Sakura sonriente—. Estamos preparando un pastel, te aseguro que será delicioso.
Sasuke alzó una ceja —¿Estamos?— repitió, sosteniendo firmemente el ramo de flores a un lado, el cual ella no notó.
—Sí— asintió la pelirrosa, mostrándose emocionada—. Naruto y yo lo estamos haciendo para festejar— exclamó—. Aunque la idea del pastel ha sido de él, yo creo que es demasiado exagerado, pero tierno de su parte y...
—¿De qué estás hablando?— le interrumpió el pelinegro, algo irritado por lo parlanchina que se había puesto Sakura. ¿Y qué tenía que ver Naruto en esto?
Ella bajó la vista al suelo mientras miraba sus pies descalzos, tratando de ocultar el rubor que se había formado en su rostro —Oh...— hizo una pausa mientras pensaba en algo— ¿No te lo he dicho?— lo miró de repente; sus brillantes ojos Jade reflejaban emoción—. Naruto y yo estamos saliendo...
Sasuke se quedó en blanco. Aquello fue como un balde de agua fría, o peor aún, una estaca en el corazón. —¿N-Naruto y tú están...?
Sakura asintió —Sí, desde hace dos semanas ya— sonrió—. He íbamos a festejar porque me pidió ser su novia, ¿No es genial?
Y el Uchiha se quedó en blanco, sin responder a la pregunta que él consideraba estúpida en exceso.
—No, no lo es...
—¿Sasuke?— llamó preocupada la pelirrosa al verlo parado allí, sin decir una palabra. Siquiera podía ver nada en sus ojos; aunque tampoco se acostumbraba el ver al Rinnegan sustituyendo su ojo izquierdo, normalmente negro.
—No lo es...
Sakura lo miró sin entender. ¿Acaso no era eso una buena noticia?
—¡Sakura-chan!— llamó alguien desde el interior. Y entonces, Naruto apareció detrás de Sakura como por arte de magia; con sus ropas y delantal lleno de harina al igual que su cabello y rostro—.¡Oi, Sasuke!— exclamó, feliz de verlo.
Éste lo miró con una expresión que no supo identificar. Era tan fría, pero a la vez parecía reflejar dolor. El rubio no lo supo hasta ese momento.
—¿Quieres pastel...?— sugirió con una sonrisa tímida por la expresión de su mejor amigo.
—No— dijo rotundamente el Uchiha, sobresaltando al Uzumaki. Sakura lo miró, y luego lo hizo con el rubio.
—¿E-estás seguro?— insistió, esta vez nervioso— Es de chocolate...
—Sí, estoy seguro...
—Ah...— Naruto se rascó la mejilla—, entonces... ¿Qué te trae por aquí?
Sasuke apretó el ramo de flores que tenía bien a un costado y les dio la espalda— No... vine para nada, olvídenlo— bajó los tres escalones que conducía a la casa de la Haruno y se alejó de ellos sin mirar atrás, dejando a sus compañeros de equipo desconcertados.
Se miraron entre sí con diferentes expresiones grabadas en sus rostros.
—¿Qué le pasa...?— murmuró Sakura, pensativa y preocupada.
Naruto la miró y se pasó una mano por su cabello rubio— Sakura-chan...— llamó y ésta lo miró distraidamente—, el pastel se quema.
Sus ojos Jade se agrandaron —¡¿Por qué no me lo dijiste antes shannaro?!
El rubio temió por su vida.
—¿Q-que tal si vamos al parque?— sugirió tímidamente el Uzumaki.
*~o*O*o~*
Sasuke dobló en una esquina mientras caminaba con rapidez y así estuvo hasta llegar a un campo de entrenamiento. Se detuvo bruscamente y se dejó caer pesadamente contra el tronco de un árbol. Bajo la vista hasta el ramo de flores; lo contempló por un momento, frunció el ceño y lo arrojó al suelo con mucha fuerza, haciendo que el mismo se destrozara en pequeños pétalos ahora esparcidos por la tierra.
Lo pisó y gruñó con furia, dándose la vuelta para posicionarse frente al árbol en el que anteriormente se encontraba apoyado. Lo observó con el ceño fruncido, como si fuese su peor enemigo.
Seguido de un gruñido, plantó un puñetazo en la corteza del tronco, destruyéndolo por la fuerza ejercida, luego otro y otro frenéticamente, ignorando el dolor que recorría su brazo izquierdo vendado, ya que unos dos meses atrás, le había sido colocada la prótesis hecha a partir de las Oh tan veneradas células de Hashirama, el cual aún no se acostumbraba del todo.
Pero dejó de lado ello y continuó desquitándose con el árbol. Apretó los dientes y cerró sus ojos con fuerza, destrozando la corteza.
—¡Desearía que todos se fuesen al infierno!— exclamó antes de acertarle el último golpe y apoyar su cabeza en lo que quedaba del árbol.
Ésta era su primera vez, la primera vez que se fijaba en una mujer y su mejor amigo lo traiciona. Tal vez había cometido un error en abrirle su corazón a alguien, después de todo, el amor algunas veces puede ser mucho más doloroso que su propia existencia, y él era un completo novato en el tema.
Algunas veces, la vida puede llegar a ser muy despiadada.
—Agh ¡Maldito idiota!— chilló con pesar— ¡Ngh!
Se mordió la comisura de los labios con frustración, ignorando sus nudillos ahora sangrando y la lenta llegada de la noche.
*~o*O*o~*
—¡Hinata! ¡Hinata!— la aludida se sobresaltó ante tal escandaloso grito, el cual parecía desesperado. Se asomó por la ventana de su habitación, encontrando allí a sus dos mejores amigas: Tenten e Ino. Ambas la esperaban fuera.
—No me tardo— avisó la Hyuuga antes de cerrar la ventana y correr hacia su armario para cambiarse a sus ropas habituales con bastante prisa.
Una vez que ya estaba preparada, salió corriendo del complejo para luego ver a sus dos amigas discutiendo con uno de los guardias Hyuuga, el cual trataba por todos los medios posibles hacer que ambas dejaran de gritar.
—¡Que falta de consideración!— exclamó Ino con un puchero. Tenten a su lado, asintió de acuerdo.
El pobre hombre trataba de mostrarse tranquilo, pero claramente se podía notar que era una bomba de tiempo.
—Además, usted no puede echarnos de esa manera tan brusca ¿Que no tiene modales eh?
La castaña no podía dejar de estar de acuerdo con ella.
Un tic se formó en el ojo del Hyuuga —Yo sólo les dije que se callaran.
—...— Ino le quedó mirando—, ¡Estás mintiendo!— gritó como maniatica, y estaba a punto de lanzarse a él pero Tenten la interceptó a tiempo.
—¡Oye! no exageres ¿Sí? Sabes que es muy tarde para actuar de esa forma y menos con el miembro de uno de los Clanes más prestijiosos de la aldea.
Ino simplemente bufó molesta.
—Hola— saludó amablemente Hinata, llegando a la escena con una mirada más que preocupada en su rostro. El guardia no perdió tiempo y se fue de allí con mucha rapidéz.
—¡Eh! Hasta que te dignas en aparecer— la Yamanaka se cruzó de brazos—. Vamos Hinata, daremos un paseo.
La peliazul ladeó la cabeza —¿Pero no es muy tarde para eso?
—Hinata...— Tenten la miró seriamente—, Nunca es tarde para nada.
—Oh.
—¡Vamos entonces!— Ino la tomó de la mano y comenzó a arrastrarla lejos del complejo. Hinata pidió a Kami que su padre no se enfadara por haber salido tan tarde en la noche.
La Hyuuga miró al cielo. La luna estaba hermosa, muy brillante al igual que las estrellas. Suspiró.
—Hey Hinata— llamó Ino soltando su mano finalmente mientras caminaban por las ahora deciertas calles de la aldea— ¿En qué estás pensando?— preguntó curiosa la rubia.
—Yo... no es nada— negó con la cabeza la peliazul—. Sólo... pensé que la luna se veía linda— siguió mirándola.
—Sí, lo es...
Ino se detuvo de repente con la vista fija al frente, haciendo que distraídamente Tenten y Hinata chocaran entre sí.
—Uff...— la castaña se frotó la cabeza— ¿Qué ocurre...?— cuestionó, haciedo que Hinata se preguntara lo mismo.
La Yamanaka se mantuvo en silencio mientras miraba el pequeño parque donde solían jugar cuando eran niños —¿... Por qué no me lo dijo...?— pensó en voz alta, en un tono angustiado.
—¿Eh?— Tenten no entendía.
La Hyuuga se asomó desde detrás de la castaña, y ahí fue cuando lo vio. Se quedó estática y palideció de una manera casi insana, si era posible.
Allí los vio. Observó como Naruto tiraba de Sakura en un beso apasionado, gesto que mostraba lo mucho que ambos se amaban.
Y ella... ella se sintió idiota, estúpida. Su corazón se rompió en millones de fragmentos cristalinos de una forma que hasta pudo haberse oído. Cayó de rodillas al suelo mientra saladas lágrimas se escurrían por su mejillas —Na-Naruto... kun...
Tenten se mordió la comisura de sus lados y se dio la vuelta. ¿A caso Naruto no sabía lo mucho que Hinata lo amaba? ¿No se había dado cuenta, a pesar de que ésta se le había confesado con anterioridad?
La Hyuuga desde ese momento estuvo esperando una respuesta, pero nunca pensó que fuera tan lastimosa, a pesar de que ella se había prometido que aceptaría fuese lo que fuese que éste le dijera.
Ella lo amaba... y él, amaba a Sakura.
Ino le dio la espalda a Naruto y Sakura, quienes no habían notado la presencia de las tres mujeres en el lugar, y cerró los ojos. Debería estar feliz, feliz porque la Haruno finalmente estaba con alguien, al igual que Naruto. Pero ésto no era justo para Hinata.
Y Sasuke...
Ella, probablemente era la única persona en la aldea que conocía los sentimientos de él hacia la pelirrosa.
Hinata no lo soportó más, no podía seguir allí. Se puso de pie y se echó a correr en el sentido contrario por el que iban, dejando a su paso nada más que pequeñas gotas de lágrimas, dándoles la apariencia de cristales que brillaban al contacto con la luz.
—Hinata...— Tenten sólo pudo lamentarse en silencio.
*~o*O*o~*
La vida es despiadada, pensaba Hinata.
… Se burlaba de ella... o simplemente la odiaba, era algo que no podía saber, pero le gustaba hacerla sufrir.
Tenía preferencias con ella, o tal vez estaba siendo paranoica. No le importaba, sólo quería gritar de agonía.
Lo único que sabía era que su corazón se había roto... y que ahora se sentía vacía.
N/A: ¡Hola a todos, regresé! *Le tiran tomates* ¡Lo siento, no debería PARA NADA estar escribiendo esto, pero como más de una vez había dicho, las ideas en mi cabeza sólo duran una vez! Mi memoria es muy pequeña, además de que es realmente molesto tener una idea y no escribirla, sería un completo desperdicio.
Soy nueva escribiendo sobre esta pareja je... espero les haya gustado, y por favor ¡Háganme saber lo que piensan! En verdad sería una pérdida de tiempo si yo continuara con un nuevo proyecto que nadie va a leer, ya saben.
En fin, muchas gracias por leer y llegar hasta aquí.
Sayonara! Y que estén bien... n_n/
