La historia a continuación es un espacio-tiempo alterno. Los personajes no me pertenecen pero la idea y la imaginación sí, mas o menos. No es completamente mi imaginación, sin embargo tendrá en mayoría mis ideas. Disculpen...

Basado en la película, "Baby and Me", pero con cambios drásticos en la historia.

La historia tendrá un poco de humor, romance y familia.

Demashitaa! Powerpuff Girls Z no me pertenecen.

Espero que les guste. Sin más preámbulos, la lectura comienza:


Soltó un suspiro en la entrada de su casa donde su esposa e hija lo esperaban como siempre y eso lo hacía olvidar todo cansancio. Abrió la puerta y se desabrochó la corbata cuando de la cocina salió una pelinaranja, su esposa, con la que compartiría toda su vida.

- Bienvenido Brick - dijo con un sonrisa, la misma sonrisa que lo enamoraba todos los días -, ¿cómo estuvo el trabajo?

- Cansado - respondió al mismo tiempo que la besaba apasionadamente.

Se separaron despacio dejando ver el sonrojo en el rostro delicado de su esposa, Momoko. Con su mano derecha acaricio sus mejillas y delineó suavemente su contorno, a pesar de los años su piel suave seguía intacta y cálida. La observó abrir los labios levemente como si intentara decir algo pero al último segundo no dijo nada.

- ¿Qué sucede? - se atrevió a indagar.

No era normal que Momoko titubeara, la conocía lo suficiente para saber que algo estaba preocupándola.

- Es Astrid...llegó de la casa de su abuela un poco extraña - dijo después de meditar sus palabras.

- ¿Cómo extraña?

- Me evita y pareciera que está enojada conmigo.

Ladeó la cabeza confundido, su madre no podía haber dicho algo malo de Momoko se suponía que tenían una buena relación desde que se conocieron. Le sonrió a la pelinaranja para que se tranquilizara y ella entendió su intención, pues se separó de él y se fue a la cocina, seguro para terminar de preparar la cena. Se dirigió a su habitación, se despojó de su ropa y la dejó en el cesto de ropa sucia o de ser lo contrario Momoko lo regañaría. Se metió a la ducha y después de unos diez minutos salió con una sola toalla cubriendo de sus caderas para abajo. Buscó en el armario ropa cómoda y rápidamente se cambió para dirigirse al cuarto de su hija.

Tocó la puerta blanca adornada con flores rosadas y escuhó un leve "Adelante", por parte de su hija para poder ingresar. La vio en su escritorio escribiendo, leyendo y volviendo a hacer anotaciones. Pareció ignorar su presencia pues no se detuvo a verlo. Con la vista estudió todo el cuarto, posters, CD´s, libros, revistas, accesorios, perfumes y eso le hizo recordar que tan rápido había pasado el tiempo. Su hija ya tenía 14 años y ya no podía llamarla "Bebé", como muchas veces lo había hecho, sin embargo, muy dentro de él, Astrid seguía siendo su pequeña a pesar de no gritarlo a los cuatro vientos. Sonrió al reconocer que era igual de estudiosa que Momoko, pero igual de arrogante que él.

- ¿Qué sucede, padre? - grave error.

Siempre lo llamaba así cuando estaba molesta, la segunda señal es que ni siquiera desvíaba la mirada del libro, tercero que haya tardado en hablarle. Sonrió con amabilidad y preguntó:

- ¿Algo que quieras compartir, Astrid?

La chica paró de escribir sin voltear a verlo, sin embargo, pudo percibir la sonrisa de ironía que adornaba el rostro de la menor.

- ¿Se supone que tenga algo que compartir? - atacó, igual que como lo haría su madre -, que yo sepa yo no escondo secretos.

Estudió sus palabras intentando descubrir una segunda intención dentro de estas pero de algo estaba seguro, y era que ella sabía algo que él desconocía.

- Astrid, Brick, la cena está lista - llamó su esposa.

La chica se levantó de su lugar y salió de la habitación siendo seguida por el mayor. Se sentaron en el comedor y agradecieron por los alimentos pero la tensión del lugar seguía igual. Momoko comía como siempre, delicada y elegante, muy característico de ella. Sin embargo, su hija solamente jugaba con el plato y hacía muecas de asco.

- Con la comida no se juega - advirtió Brick.

- Tampoco con las personas - atacó.

Momoko dejó el cubierto sobre el plato y con lentitud apoyó sus brazos a ambos lados del plato, posó su mentón sobre sus manos entralazadas y sonrió.

- ¿Problemas de chicos? - dijo su suave voz.

El tema lo hizo tensarse, no quería que su pequeña ya tuviera citas, después de todo era el típico padre celoso. Astrid dejó los cubiertos a un lado e imitó a su madre, silenció varios segundos y una sonrisa amarga adorno su rostro.

- No, madre - dijo después de ver de reojo a su padre -, si es que tú eres mi madre.

Momoko abrió los ojos sorprendida y su sonrisa, anteriormente amable, se deformó. Abrió sus labios levemente,anonadada de lo que acababa de decir la pequeña pelirroja, una lágrima delineó sus mejillas y sus ojos rosas brillaron por las lágrimas que a continuación iban a empezar a fluir. Se la secó con el dorso de su mano derecha y dijo:

- Lo siento, no me siento bien, dejen los platos en el lavado y mañana los limpio, que descansen - se levantó de su lugar y se encerró en su habitación.

- No debiste hacer eso, no sabes por lo que tu madre ha pasado por mi culpa - comentó Brick enojado pero sin demostrarlo realmente.

Ver a su esposa llorar lo hizo recordar el pasado, miles de sentimientos y recuerdos regresaron a su memoria y quería ir a consolarla, pedirle perdón por todo lo que le había hecho pasar pero primero tendría una plática con Astrid, la manera en la que expresó la duda sobre su origen lo había incómodado pero no más que a Momoko que le había dolido más que a él.

- Entonces es verdad, no soy su hija - afirmó con los ojos llorosos.

- Si lo eres, eres nuestra hija - cerró los puños.

Los castaños ojos de su hija lo hicieron recordar una etapa muy difícil pero muy bella de su juventud. Se limpió la boca con la servilleta y se levantó de la mesa para recoger los tres platos de comida aun intactos. Los dejó en el lavado y salió para sentarse en el sofá, a un lado de su hija donde lo había estado esperando para hablar.

- Muy bien, ¿qué quieres saber? - preguntó al intentar abrazarla, pero la pequeña se alejó.

- ¿Quiénes son mis padres?

- Nosotros somos tus padres - dijo tranquilamente.

- ¡No! - elevó la voz -. ¡Mis verdaderos padres!

Brick quedó en silencio por varios minutos observando a su hija desesperada por escuchar la verdad, desesperada por llegar a una horrible conclusión destructiva, sin embargo, sus ojos mostraban duda y curiosidad, ya no habían rastros de querer llorar.

Por otro lado, él se secó las lágrimas que habían traicionado su ego masculino y abrió la boca dispuesto a contar la historia desde el principio.

- Todo comenzó cuando yo tenía 18 años...

"Y así comencé mi historia, la historia de un amor profundo por una pequeña personita que llegó inesperadamente a mi vida y que gracias a ella conocí a la que hoy en día sería mí esposa, aunque la haya hecho sufrir de muchas maneras..."


Eso es todo por hoy, dejen sus Reviews, se los agradecería de corazón.

Para que se den una idea de los capítulos, estaré subiendo un dibujo por cada capítulo subido. Podrán verlos en mi página de Facebook que podrán encontrar en el link de mi perfil. Solo como anticipación, no soy muy buena dibujando pero me estoy esforzando para que ustedes puedan disfrutar de la historia al máximo.

El primer dibujo es de Astrid, cuando espera a Brick para hablar del pasado.

Hasta luego y que tengan un feliz comienzo de año 2015.