Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de no sé quien y de WB.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic será YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas y punto, comprendo perfectamente esa postura. Chase/Jack

Capítulo 1. Un malévolo plan

Hannibal Roy Bean se consideraba una criatura paciente. Después de todo era una poderosa entidad maligna que se especializaba en extender el poder Heylin sobre la tierra y podía meditar durante meses su próximo movimiento. Y ahora todos sus esfuerzos tenían un único objetivo. Venganza, venganza sobre Chase Young. Sobre el desagradecido que le había encerrado durante siglos en la prisión del mundo Ying Yang.

La traición entre malvados no le sorprendía, pero esa no era la cuestión. Chase Young debería haber sido más cuidadoso con los enemigos que hacía. Pronto lamentaría el día que había decidido librarse de Hannibal Bean.

La diabólica legumbre rechinó los dientes en el interior del casco de su enorme armadura de batalla. La simple imagen de Chase Young le hacía hervir de venganza, con aquella pretenciosa sonrisa y aquel rostro eternamente joven y hermoso¡gracias a él! Aquella piel en la flor de juventud, la melena negra y espesa, la vida eterna de la que gozaba el guerrero había sido posible gracias a Hannibal Roy Bean, al igual que su fuerza y habilidades sobrenaturales.

Y como le quemaba aquel conocimiento. Hannibal había convertido a un joven Chase Young en el más poderoso guerrero Heylin, y había creado sin saberlo a su único enemigo y rival del lado Heylin. Un guerrero que de hecho le había derrotado y desterrado. Y que aun ahora se interponía en su camino.

- Alguien está de mal humor esta mañana.

Wuya. La bruja heylin. Hannibal saltó de su transporte armado para situarse en el hombro de la mujer, ah, esta si era una aliada que le gustaba, hermosa, maligna, traicionera, y sobre todo, más débil que él y por tanto nunca una amenaza. Cuando sumiera al mundo en el caos, la oscuridad y la muerte, le daría a Wuya un trato preferente... quizá muerte rápida en vez de agonía permanente.

- Oh, solo maduraba algunos planes para librarnos definitivamente de Chase Young y los monjes Xaolin.

- Mmmh.- Wuya se atusó el pelo vanidosamente.- Chase todavía me permite pasar por su fortaleza, decidió "olvidar" el incidente del eclipse Heylin.

Hannibal bajó del hombro para botar por el suelo con evidente rabia, aquella había sido la ocasión perfecta para destruir a Chase, pero se había chafado por culpa de los monjes Xaolin, estos parecían preferir que Chase siguiera en activo para ser su rival, aunque fuera un miembro del Heylin.

Si Chase Young no estuviera para molestarle... si nunca le hubiera entregado la sopa Lao Mang Long que le había transformado en un híbrido draconico...

- Después de que dejara que ese maldito dinosaurio tratara de devorarme no me siento muy segura de mi posición junto a Chase, no creo que su buena voluntad conmigo dure demasiado.- Continuó Wuya sin prestar atención a Hannibal.

- Un momento.- La maligna alubia sintió el brillo de un malévolo plan.- En esa ocasión os enfrentasteis por el Rio Reverso¿no es así?

- Así es.- Wuya examinó su manicura con aburrimiento.- Se lo quité al necio de Jack, pero después cayó en manos de los monjes. Una pena, quería usarlo para restaurar mis poderes Heylin.

Hannibal Roy Bean ya no escuchaba, el Rio Reverso era un shen gon wu con el poder de regresar a su forma original cualquier cosa, podía hacer que una tabla de madera volviera a ser un árbol o, como había descubierto Spicer, convertir el petróleo de los fósiles en un dinosaurio vivo. Aaaaah, un diabólico plan cobraba forma. Hannibal Bean llamó a su fiel aliado, el pájaro Ying Ying, para que le llevase hasta el templo Xaolin. Tenía un plan y lo pondría en acción de inmediato. Tenía cosas que susurrar a los oídos de cierto monje muy dedicado a la causa del bien.

Y Chase Young estaría acabado cuando terminara con él.

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- ¡Kimiko, Clay, Raimundo¡He tenido una idea iluminada!

- Brillante, Omi.

- ¡Eso también!

Los monjes Xaolin lograron finalmente detener la alocada carrera de Omi, el pequeño y cabezón monje del agua, para saber que era lo que le emocionaba tanto.

- ¿Recordáis mi búsqueda de una forma de evitar que Chase Young se uniese al lado Heylin?

- Como olvidarlo.- Murmuró Clay ajustándose el sombrero tejano.

Ninguno olvidaría jamás la increíble confusión que había provocado el desastroso viaje en el tiempo de Omi, primero al futuro distante, luego al pasado, luego a un futuro alternativo... para después unir las dimensiones... solo podían dar gracias de que todo hubiese vuelto a la normalidad. Nada había cambiado, excepto que ahora eran mas fuertes, y quizá mas sabios. Y decididos a enfrentar los grandes males del mundo, Wuya, Chase Young y Hannibal Roy Bean.

- Pues tengo otro plan que...

- No, no, no.- Raimundo agitó los brazos notablemente alarmado.- No más viajes con las Arenas del Tiempo y no más congelaciones de cien años, no quiero volver a saber nada de realidades alternativas ni futuros extraños donde Jack Spicer gobierna el mundo.

Omi dirigió a Raimundo una mirada avergonzada pero se recuperó inmediatamente, su espíritu era tan radiante como su amplia sonrisa.

- No, no se trata de viajes en el tiempo, mi buen amigo Raimundo, sino de otro astuto plan para hacer que Chase Young vuelva a estar del lado Xaolin y abandone sus malas artes.

Raimundo alzó la vista al cielo en un silencioso "¿por qué a mi?". Ser el líder de los guerreros wudai no era tan maravilloso como parecía, hizo un gesto a Omi para que continuara.

- ¡Podemos usar el Rio Reverso para hacer que Chase Young vuelva a su estado original!

Clay, Kimiko y Raimundo se quedaron de piedra, a veces, y solo a veces, Omi tenía destellos de astucia que asombraban a cualquiera, pues a veces sosprendia a todos dada su naturaleza ingenua.

- El Rio Reverso devuelve la forma original... - Kimiko dio un salto de alegría.- ¡Devolvería a Chase Young a su forma original como humano!

Los cuatro monjes sonrieron con complicidad, ahora necesitaban un plan para conseguir atacar a Chase con el Rio Reverso. Inmediatamente se sentaron en un corro sobre la hierba para meditar sobre ello.

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- Ella es de plexiglás y por eso me gusta más... está hecha de metaal y por eso me gusta más...

La interpretación, bastante mala todo fuese dicho, iba acompañada del sonido chirriante de tuercas apretadas y el zumbido bajo y constante de ordenadores encendidos. Aquella banda sonora era parte del ambiente que era el sótano de la Mansión Spicer.

- ... una sonrisa fluorescente, una descarga de corriente, una mirada incandescente, con expresión de televidente...

Pasando tras varios robots a medio hacer, con los circuitos al descubierto o extremidades en falta, se veía la larga mesa de coordenadas sobre la cual estaban desperdigadas herramientas y un ordenador portátil encendido y conectado a otra red de ordenadores en torre.

- ... un idilio incontrolado, que jamás hube soñado, una chica de metal, que nunca podré besar...

Había que admitir que Jack Spicer había conseguido que el sótano de su casa tuviera un tenebroso aire al estilo laboratorio de Frankenstein, con toda aquella tecnología diseñada en formas barrocas y oscuras, o las espirales que tanto gustaban al gótico. El efecto por supuesto quedaba desperdiciado al oír a Spicer cantando una canción pop de un grupo de la movida madrileña. El adolescente estaba haciendo un trabajo mecánico de precisión en el hardware del Camaleón Bot con un mini láser y otras herramientas.

Chase Young se cruzó de brazos esperando a que Jack terminase. El poderoso guerrero miró a su alrededor con aire aburrido, la primera y última vez que había dignado a Jack con su presencia allí había sido el año del mono verde, el lugar no había cambiado desde entonces. Un poco de orden no le habría venido mal, sin duda era un reflejo de Jack Spicer, un indisciplinado.

Y el muchacho tenía un cuerpo curioso, por decirlo de alguna manera, la palabra que mejor le describía era desgarbado. Delgado, todo fibra, sus piernas y brazos eran delgados y demasiado largos y eso le hacía moverse de un modo curioso, parecía que iba a tropezar y caerse en cualquier momento. Para completar tan peculiar físico Jack Spicer era poseedor de la pigmentación mas asombrosa posible, por la piel blanca y los ojos carmesí se hubiera jurado que era albino, pero eso era inmediatamente contradicho por el pelo, de un rojo tan intenso que no podía ser natural.

- ¡Aja!.- Aparentemente satisfecho, Spicer se apartó con los brazos en jarras para admirar su obra.

Chase decidió que ya había esperado lo suficiente, con una sonrisa maliciosa se adelantó silenciosamente y se plantó a la espalda del autoproclamado genio del mal.

- Ejem.

- ¡Whaaaaaaaaaaaa!

Los chillidos de Jack sin duda debían ser capaces de fragmentar el cristal. Chase siseó irritado esperando que la vibración del agudo grito no le hubiera dañado los tímpanos.

- Cha... Chase Young... eh… ¿hola?

Asustado… bueno, era una reacción mejor que el acostumbrado grito de bienvenida ofreciendo comida y tirándose a sus pies como una fan enloquecida. El cambio se agradecía, Chase se cruzó de brazos con la tranquilidad de no tener que quitarse de encima al tembloroso muchacho. El terror era una reacción mucho mejor.

- Levántate, Spicer.

Jack obedeció, aunque seguía oliendo a pánico y mantenía una distancia prudencial, y por supuesto llevaba el miedo escrito en la cara.

- Euh... ¿en que puedo ayudarte?.- Sonreía falsa y débilmente y añadió un agudo "no me hagas daño" al final de la frase.

- Esto no es una visita de cortesía, ciertamente, necesito algo de ti, Spicer.

Jack se pegó a la pared. Tenía miedo, mucho miedo, no era para menos estando en presencia de Chase Young. Las últimas dos ocasiones en que se habían visto no había sido agradable, ser entregado a un tiranosaurio como cena y después atacado con una enorme roca eran prueba suficiente de que el guerrero inmortal no era una compañía saludable para él.

Dolía. Pero mas le valía hacerse a la idea y tratar de salir de aquella situación lo mas ileso posible. Hacer aliados quedaba fuera del esquema, Hannibal Bean había sido la última prueba de ello.

- Algo de mi... aja... ¿qué?

Chase enarcó una ceja con curiosidad, sorprendente, realmente Jack había superado el hábito de adoración. Una gran mejora.

- Sé que tienes robots espías en el templo Xaolin.- Jack abrió la boca para replicar pero Chase le acalló con una mirada asesina.- Quiero que construyas otro robot que pueda mantener vigilado a Hannibal Bean.

Jack se quedó anonadado, por unos instantes su primer instinto fue abrazarse a Chase y agradecer en doce idiomas la posibilidad de hacer algo por el magnífico Chase Young, pero sofocó rápidamente la sensación bajo el helado peso de la realidad y el recuerdo de todas las ocasiones en que había hecho exactamente eso... solo para recibir desprecio y la posibilidad de perder los dedos.

- ¿Un espía sobre Hannibal Bean? Eso es... - Jack alzó las manos y negó categóricamente.- ¿Por qué debería hacerlo? No quiero mas problemas con ese demonio.

Chase apretó los dientes con amenaza clara y se adelantó amedrentando eficazmente a Jack sin necesidad siquiera de tocarle.

- Lo harás porque yo te lo ordeno, Spicer.

- Pero pero... ¡La última vez esa alubia me transformó en un zombie y me duplicó y me obligó a crear unas máquinas y...!

- Llegado el caso de que la legumbre busque retribución yo me ocuparé de ella¿eso te tranquiliza?.- Concedió.

- Ni lo mas mínimo.

Aquello si consiguió que Chase sintiera encenderse al dragón dentro de él.

- ¿Cómo!

Jack emitió un chillido aterrorizado y se encogió cubriéndose con una placa de metal.

- La... ¡La ultima vez me lanzaste a las garras de un dinosaurio con una invitación a cenar!

Chase exhaló lentamente, hubiera sido mejor confiar en sus cuervos para espiar, pero por desgracia estos solo podían seguir a Wuya. El pájaro Ying Ying, fiel aliado de Hannibal Bean, podía sentir a los cuervos y los ahuyentaba. No podía contar con sus espías para controlar a su peor enemigo y eso no le tranquilizaba. Pero los robots de Jack, uno diminuto podría seguir el rastro de aquel pájaro. No le gustaba confiar en Jack para algo tan importante pero no tenía otra opción. El pelirrojo no tenía palabra ni lealtad, lo único que parecía haber aprendido de Wuya era la capacidad para la traición, habiéndolo demostrado en multitud de ocasiones.

Había dado a Jack su oportunidad para demostrar su valía en el enfrentamiento con las arañas subterráneas, y el mocoso la había desperdiciado traicionándoles a todos y abandonándoles allá abajo y rodeados de enemigos. El hecho de arrojar a Jack a los pies del dinosaurio había sido una pequeña venganza, y no había sido para tanto, sabía que sus shen gon wus le serían de ayuda para huir, e incluso de otro modo no dudaba que Omi, el noble Omi, le hubiese rescatado de ser preciso.

- No tengo tiempo para tu cobardía, Spicer, haz lo que te digo y consideraré el perdonar tu ataque durante el eclipse Heylin.

Si Jack no hubiese sido blanco como el marfil sin duda habría palidecido. No era que hubiese conseguido hacer nada ese día, pero cierto era que había intentado atacar a Chase... y a Wuya... y a Hannibal... realmente ese día no había estado pensando con serenidad.

- Euh... ¿empezaré a trabajar inmediatamente?

- Excelente.

Chase Young se marchó en un abrir y cerrar de ojos, dejando a Jack Spicer temblando y pensando en cuanto podían empeorar las cosas. Por supuesto no podía imaginar lo que iba a ocurrir.

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Aquella misma tarde el guerrero inmortal sorbía tranquilamente su sopa de dragón sobre una roca en el desierto australiano. Chase no tenía interés en el Shen gon wu que se había activado, pero Wuya si, y Chase no iba a dejar libertad de acción a la bruja de modo que no tuvo mas opción que viajar con ella hasta el lugar. Los monjes Xaolin no tardaron en acudir a la cita. La lucha era por el Guante de Midas, que convertía todo cuanto tocaba en oro.

Inmediatamente notó algo fuera de lugar... Wuya parecía distraída y los monjes Xaolin... estos prestaban mas atención a su presencia que a buscar el Guante. Algo ocurría y no estaba seguro de qué... era una sensación desagradable.

Cuando parecía que tanto Wuya como el ágil dragón del viento, Raimundo, iban a tocar a la vez el shen gon wu y desafiarse al predecible duelo Xiaolin Showdown, este retrocedió de un salto, sacó un shen gon wu de su bolsillo y... ¡le apuntó con él!

Chase no pudo reaccionar a tiempo y el poder mágico impactó contra él con fuerza, después solo quedó oscuridad. Mientras se desmayaba oyó la risa de Wuya, alta y clara, unida a otra que despreciaba aun más. Hannibal Roy Bean.

Nota de la autora: He vueltooooo, y aquí está un nuevo fanfic de Xiaolin Showdown, era inevitable después de la avalancha de buenas críticas y ánimos para hacer otro. Además tras ver toda la serie (gracias Youtube) no podía sino llamar a la musa.

La canción de Spicer es "Ella es de Plexiglas" del grupo "Aviador Dro"