IRÁ

En definitiva había llegado el momento de actuar. El gran alquimista de la llama debía hacer algo, antes de que su cordura colapsara. Hecho que logro sorprender a todos sus hombres, que Roy Mustang no estallará cual olla a presión ese día fue todo un milagro, y muchos de ellos ya se habían anticipado a su reacción.

Fuery y Havoc por ejemplo, cinco minutos antes de que su Coronel entrara a la oficina ya se encontraban resguardados debajo de su escritorio; implorando a los cielos que no fueran blanco de su poder alquímico. Otros menos osados como Breda y Falman, ni siquiera se atrevieron a entrar ese día a la oficina. Hawkeye por su parte entro radiante y con una sonrisa que hubiera podido calmar la ira del hombre, claro de no ser porque esa sonrisa era la causa de dicho mal humor.

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Hace tres días todos recibieron la tradicional invitación para asistir al cumpleaños del fuhrer, y como era de esperarse a esos bailes se iba en pareja.

-"Y bien Coronel ya sabe a quien invitara este año" –fue la pregunta que dio inició a ese conflicto bélico, denominado: "Mustang – Hawkeye".

-"No, últimamente no he conocido a una mujer que cumpla mis exigencias"

-"En ese caso podría invitar a la Teniente Hawkeye" –respondió Havoc, sin ninguna mala intención en mente.

-"Hawkeye... si puede que tengas razón, ella es una mujer después de todo" –Despego la vista del papel y enfoco a su Teniente, cayendo en la cuenta por primera vez que Riza Hawkeye, no solo era un militar mas a su servició, si no que además era mujer. –"Que dice Hawkeye, irá conmigo al baile"

Aunque poco diplomática fue la mejor respuesta que la joven mujer pudo darle. Se puso de pie, camino hasta donde se encontraba Roy , se coloco a una distancia peligrosa de él y con voz pausada pero que bien sirvió para intimidar todos los ahí presentes, hablo.

-"Vera Coronel existen hombres menos estúpidos que saben que soy una mujer"

Con el orgullo herido por haber sido llamado estúpido y por que por primera vez una mujer lo despreciaba. Se puso de pie tomándola fuertemente de la muñeca, recordándole quien mandaba ahí. –"Eres mi teniente y acataras mis ordenes Hawkeye". – Todo dialogo quedo en el olvido, se soltó de él y estampo su mano en el rostro de su superior, fulminándolo con la mirada. Dejando su mano plasmada en su mejilla al rojo vivo.

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Y desde ese incidente, Riza Hawkeye había procurado estar rodeaba del mayor numero posible de hombres. Esos tres días su escritorio se había transformado en una mesa de regalos. El personal femenino, nunca antes había tan celosas de Riza, por no mencionar que Roy Mustang nunca antes había deseado llevar a cabo una masacre dentro de Central.

Aunque frente a ella trataba de parecer sereno, cualquier movimiento en falso bastaba para hacerlo gritar y maldecir a los cuatro vientos.

Tres días de no pensar en nada que no fuera Riza Hawkeye, lo podía superar. Pero ver como otro nombre que no era el le había robado un beso frente sus ojos, habían desatado toda esa irá y celos que ya no podía controlar.

Entro a la oficina detrás de ella, les ordeno a los 4 ahombres que salieran... ellos obedecieron sin objetar nada... la voz y rostro hecho una furia ayudo. Cerro de un golpe la puerta y aseguro. Estando los dos a solas hablo sin importar que su voz traspasara las paredes.

-"Riza... se puede saber quien era ese imbecil que te estaba besando"

-"No es ningún imbecil... por lo menos el se dio cuenta que soy una mujer y no como usted. Y con quien me bese no creo que sea de su incumbencia"- le hablo sin verlo.

-"¡Basta!"

Riza quien se encontraba de pie frente su escritorio alzo por primera vez la vista al escuchar ese "basta" de manera desesperada y no lleno de cólera como últimamente se expresaba. Pero para su sorpresa Roy Mustang ya no se encontraba en la puerta, había caminado hasta quedar frente a ella haciéndola retroceder un paso topando con la pared y quedando en medio del muro y del hombre; que así como podía impresionarla de la misma manera podía hacerla temblar.

Fuera de si le alzó la barbilla y sin importarle que mas tarde se enfrentaría a sus armas, la beso desenfrenadamente. Cuando se separaron, ella tenía los labios ligeramente enrojecidos y el aún la miraba molesto.

-"Dime que beso mejor que ese desgraciado. Crees que teniéndote todos los días cerca de mí, puedo olvidar que eres la única mujer que me produce celos. Maldita sea Riza no puedo soportar que otros te miren y mucho menos besen a mi mujer"

La sorprendida no solo fue Riza, que había hecho hasta la imposible por escuchar esas simples palabras. Ahora Roy también quedo sorprendido por la reacción de ella. Con un brusco jalón lo atrajo hacía ella, devolviéndole con el mismo frenesí ese beso.

La tomó entre sus brazos y llevo hasta su escritorio, sin apartar sus labios de los de ella se deshizo de todo cuanto había sobre el. Mientras ella ya ocupaba sus manos en algo mas. Quedando como testigos; que Riza Hawkeye solo le pertenecía al alquimista de la llama quedaron los insipientes presentes.

Al poco tiempo mientras jugueteaba con sus rubios cabellos sueltos, alcanzo a susurrarle –"Riza júrame que siempre serás mi mujer" . Ella solo puedo darle de respuesta un débil quejido de placer.

Entonces ahí tenemos que para calmar la irá del futuro Fuhrer Roy Mustang; no se necesita otra cosa que no sean los labios de la única persona que lograba hacerle perder la razón.


Pues bien decidí poner estas historías por separado,ya que no se que se venga en los demás pecados, puede que sean como estos o mas subidos de tono.

Por lo pronto trabajare en mis demás hist, y pensare en los demás pecados; aunque no se con cual seguir: alguna sugerencia venga; además estoy pensando en un pecado en especifico para Riza. Y trabajo en una buena idea para la lujuria.

Opiniones, quejas, sujerencias, elogíos o lo que sea los espero.

HATSHEPSUTH