Hola de nuevo traigo una historia algo diferente.
Es una idea que he tenido desde hace tiempo y bueno este será uno de mis mayores proyectos, por el potencial que tiene, además de que el protagonista es un personaje bastante complicado. En fin que la disfruten.
Prologo
"Para protegerte."
Habían pasado dos años desde que Regulus Black se convirtiera en mortifago, con 18 años cumplidos trataba de llevar una vida normal, algo no tan simple obviamente.
Un día el señor tenebroso le pidió un elfo doméstico, así que envió a Kreacher con él, un elfo a quien estimaba, le ordenó regresar y contarle lo que ocurrió.
Al oír las palabras del elfo, supo del gran secreto del señor tenebroso, supo de la existencia del horrocrux.
Al día siguiente del suceso, mientras terminaba de escribir la nota e introducirla en el relicario falso, una elfina de nombre Mixie, apareció frente a él y supo que algo había pasado.
Observó el anillo que llevaba en su dedo centro de la mano izquierda, a ojos de todos sólo era un anillo, pero en realidad era su anillo de matrimonio, algo que nadie sabía.
Un año antes él se había casado en secreto con una joven bruja sangre pura a la cual amaba con toda su alma, a la cual conoció en Howgarts.
Amelia Naunet Weald, después de casarse consumaron su matrimonio y en consecuencia ella queda embarazada.
El temió por ella, pues al ser un mortifago ella estaba en peligro, le pidió ocultarse en su casa a las afueras de Londres sólo en compañía de Mixie y una mujer que había contratado de San Mungo para que la cuidara, los padres de ella habían muerto un mes antes así que no había problema alguno. La casa estaba bajo el hechizo fidelio y él era el guardián.
Mixie le dijo que había entrado en trabajo de parto, así que Regulus inmediatamente se apareció en las afueras de la casa y entro, corrió a su habitación donde escuchó un fuerte llanto infantil al entrar vio una mujer de cabellos negros usando una bata blanca, ella sostenía un bebé, al verlo la mujer negó mientras sus ojos se cristalizaban por las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos.
El comprendido y se acercó a la bruja la cual estaba postrada en la cama.
—Nació 8 semanas antes, es un bebe prematuro. Y a ella le queda poco tiempo pues el embarazo también fue de alto riesgo.
Fueron las palabras de la mujer pero él no dijo nada, cuando estuvo a su lado la vio intentar sonreír.
—Protégelo.
Fue lo único que salió de sus labios y sus ojos se cerraron para siempre.
El asintió prometiendo en silencio, se giro hacia la mujer y tomo al bebe.
Un precioso niño de cabellos azabaches iguales a los de él, un par de ojos azul zafiro iguales a los de Amelia, de mejillas sonrosadas y piel clara.
Lanzo la mujer un obliviate, llamó a Krecher y Mixie, les ordenó enterrar el cuerpo de Amelia en el cementerio privado de su familia, devolver a la mujer a San Mungo sin los recuerdos de lo sucedido ni la existencia del niño.
Tomó un cofre que se encontraba en el tocador de ella, Amelia había tenido la precaución de hacer preparativos para cuando su hijo naciera, lo abrió y encontró un pergamino, en este mencionaba la existencia de dos mundos.
Los dos mundos existían de forma independiente, pero al mismo tiempo estaban conectados entre sí como el frente y reverso de una hoja de papel, el pergamino parecía haber sido arrancado de un libro antiguo. Mixie le dijo que era de un libro que había estado en la familia de la madre de Amelia por generaciones y era el único en existencia, su esposa había arrancado la hoja y quemado el libro.
Sólo había una forma de ir a ese mundo, y era a través de una especie translador el cual debía crear a partir de un artículo antiguo y sagrado, además de un complicado ritual, en el cual se manejaban runas antiguas, pociones y encantamientos.
Al mirar en el cofre observó otro objeto una cadena negra de la cual colgaba un dije formado por tres óvalos con los extremos en punta unidos por uno de sus extremos y rodeado por un círculo cerrado de color plateado, lo reconoció era el emblema de la familia Weald.
Lo tomo y bajo a la sala donde los elfos despejaron la sala, Regulus entrego momentáneamente el bebe a la elfina.
Encendió una serie de 35 velas doradas formando círculo siguiendo la dirección de las agujas del reloj, cada una estaba sobre una piedra de cuarzo blanco.
En el suelo dentro del círculo dibujo el símbolo de los Weald hecho de cenizas de fénix, polvo de diamantes, sangre de dragón hembra, lágrimas de unicornio, colmillos de basilisco pulverizados y 35 gotas de plata liquida.
En el centro convoco un pedestal de cristal con un platón ovalado encima también de cristal.
Coloco en el platón la cadena y Kreacher le entrego 4 frascos de pociones en formas de gota y los fue vaciando.
El primero color violeta-azulado, el segundo de un negro profundo, el tercero transparente y el último dorado.
Kreacher le entrego una pequeña copa que contenía un poco de la sangre de Amelia, con una daga corto una de sus palmas y el liquido carmesí goteo en la copa, revolvió la sangre y también lo vertió en el platón ungiendo el dije.
La mezcla brillo de forma enigmática, el respiro y con su varita apunto al dije recitando un conjuro en latín antiguo, y entonces todo ocurrió.
Las flama de las velas se intensifico una por una, el símbolo dibujado brillo y la mezcla de pociones y sangre fue absorbida por el dije, un torrente de magia se arremolino alrededor de Regulus.
Al segundo siguiente las velas se derritieron, el símbolo desapareció y el pedestal con el platón se rompió en pedazos.
El joven mago cayó de bruces al suelo, había usado casi toda su magia, con dificultad se levanto y tomo el dije, se acerco a Mixie y ella le entrego al bebe.
Salió fuera de la mansión junto con los elfos, ordeno a ambos colocar distintos hechizos elficos a la casa y sellarla de manera de que solo un Weald legitimo pudiera ingresar.
Ambos lo hicieron, Mixie desapareció y se fue a Hogwarts a vivir, guardando el secreto de todo aquello.
Kreacher también desapareció volviendo a la casa Black.
Regulus envolvió a su hijo en las cobijas blancas y se oculto a ambos en una capa oscura que conjuro, tomo la cadena y la envolvió en su mano y la de su hijo.
Pensó en el lugar al que quería ir, un mundo diferente a ese, pero al mismo tiempo igual; ambos desaparecieron en una ráfaga de humo blanco.
Cuando sus pies tocaron tierra, se encontró en un bosque camino y vio a lo lejos las puertas de un pueblo bastante peculiar, coloco un hechizo desilusionador en los dos y entro en la aldea, todo era diferente, el idioma, las personas, costumbres y cultura.
Recorrió las calles ocultas de todos, hasta que se topo con una mujer muy hermosa saliendo de una tienda. Su apariencia, porte, elegancia y gracia de sus movimientos le recordó a su familia, los Black.
Sonrió y la siguió hasta llegar a una especie de complejo con un gran número de personas que se parecían, la vio entrar y en el jardín principal vio a un pequeño de 5 años parecido a ella y junto a él un hombre maduro, seguramente su padre.
Alzo su varita y les lanzó un hechizo a los dos específicamente el imperio, ambos obligados por la magia entraron y se sentaron en lo que parecían cojines, la mujer también fue hechizada y se sentó junto a ellos.
Deciso el hechizo desilusionador y miró fijamente a los tres, por un segundo dudo pero se obligó a hacerlo. Se tomó unos segundos para observar a su hijo y después de besar su frente alzo y apunto su varita contra él, cambiando el color de sus ojos a ónix del mismo color de la familia, tomó un poco de sangre de los tres y la dio a beber a su hijo que junto con un hechizo logro unirlos sanguíneamente.
Se acercó a la mujer y le entregó a su hijo, ella lo tomó y lo abrazó fuertemente contra su pecho.
—Obliviate— susurro y modificó sus memorias.
Los hizo creer que él era su hijo que había nacido hace poco y nadie sabía nada porque ellos así lo habían decidido.
Al pequeño de 5 años lo hizo creer que él era su hermano, además de que en su mente el bebé siempre sería lo más valioso para él y que debía protegerlo contra todos y todo a cualquier precio.
Regulus de nuevo se colocó el hechizo desilusionador sobre sí mismo, unos cuantos segundos después los vio parpadear cómo si despertaran de un sueño, la vio a ella mirar con adoración al bebé, al hombre lo vio mirarlo con orgullo y al niño lo vio mirarlo con gran amor.
Se giro y sin mirar atrás regresó al bosque donde desapareció en un torrente de humo blanco, regresando al lugar donde había estado, desapareció de nuevo y llego a la mansión Black, aprovecharía que sus padres no estaban.
—Kreacher —llamo y el elfo apareció. —Deberás ocultarlo y protegerlo, a nadie contaras nada sin importar que.
El elfo tomo el collar, que el joven mago le dio y asintió fervientemente.
—Exactamente en 15 años, deberás ir de nuevo a ese lugar y lo buscaras, al llegar aquí le entregaras el cofre de Amelia, en el está todo lo que el necesitara y este collar el cual solo podrá usarlo él. He puesto un hechizo en el que te permitirá usarlo a ti solo una vez, solo una. ¿Entendiste Kreacher?
—Kreacher lo promete amo Regulus, en 15 años Kreacher buscara al joven amo.
—Bien, ahora llévame a la cueva a la cual fuiste ayer.
Regulus fue llevado por Kreacher a la cueva donde Voldemort escondió el horrocrux, la misma cueva donde encontró su muerte a manos de los inferís del lugar, de nueva cuenta el elfo desapareció llevándose con él un secreto mas junto con él el verdadero horrocrux.
Mientras su cuerpo se hundía en las tormentosas aguas oscuras, recordó a su dulce Amelia y él rostro de su pequeño hijo, sonrió al recordar el nombre que aquella mujer había dado a su bebe.
Uchiha Sasuke.
Cumplió la promesa que hizo a su amada, oculto a su hijo, protegiéndolo de la oscuridad del mundo mágico, estaba a salvo en otro mundo, solo esperaba que en el momento en que su pequeño regresara al mundo mágico todo haya acabado.
Cerró sus ojos y se dejo ir.
Fin del prologo, espero les haya gustado y no olviden comentar.
Hasta la próxima.
Bye bye.
