Two-shot
Mayores de 18 años
Muerte de un Personaje - Lemon
Continuación de "Ónix Negro o Escarlata"
Letra cursiva: pensamientos directos del personaje.
Esta historia viene del tintero desde que termine "Ónix Negro o Escarlata" ya que muchas me habían pedido continuación. Espero no fallarles.
Dedicado a todas las fans de esta pareja y a aquellas que no dejan de leer mis historias. En verdad muchas gracias.
Sasuke consiguió la meta de Renacer su Clan.
Pero… ¿A qué precio?
Todo debía quedar en el olvido, sin embargo…
La vida le da una nueva oportunidad
¿Tendrá el coraje para tomarla o simplemente se despedirá de su único amor?
"Esta es mi decisión"
Naru—Sasu Sasu—Naru
Por una Familia
¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que hablamos de igual a igual? ¿Cuándo nos peleábamos por captar la atención del contrario? ¿O cuando nos escapábamos como novios enamorados hacia algún callejón para tocar la piel del otro?
Años.
Pero ¿Por qué ha ocurrido este distanciamiento?
Ahora que medito bien esa pregunta, la única contestación que se me ocurre es que… tenemos familia.
Una hermosa familia.
Pero, aun así, las cosas no son tan maravillosas como se ven.
Han pasado años desde la última vez que estuvimos solos cuerpo con cuerpo. Meses desde que nos hemos mirado a los ojos… y días de no hablarnos.
Pero, y me vuelvo a preguntar, ¿Por qué nos hemos distanciado?
Y otra vez se aparece la misma respuesta. Familia.
La suya y la mía.
Me casé con Sakura hace más de 6 años, tres semanas después de su ascenso como Hokage. No recuerdo nada de la boda, ni siquiera la entrega de los anillos. Estaba tan concentrado en parecer un témpano de hielo que ni observé mí alrededor. Sólo sé que cuando expresé "Sí, acepto" una parte de mi ser murió con ello… y seguramente, le ocurría lo mismo.
La fiesta fue un fiasco. Nunca me han gustado las celebraciones y el hecho de estar ahí celebrando mí supuesta "dicha" por casarme con Sakura era tremendamente espeluznante. Pero de entre todo el barullo, los gritos, ebrios y lujuriosos, algo me hizo parar de respirar… él, en una silla… con Hinata encima… besándose como posesos.
Si las miradas mataran yo ya habría sepultado a la Hyuga...
Cuando al fin recordaron que el oxígeno existe, desvió su vista y la posó en mí. Y al parecer estaba borracho porque de sus labios salió una frase inaudible, pero claramente visible.
"Tus besos son mejores"
¡Como detesto los efectos secundarios del Sharingan! ¡Mira que leerle los labios justo ahora!
Y después de tamaño teatro decidí quedarme sentado en una de las bancas del patio que quedaba oculta entre sombras de árboles grandes y frondosos los cuales impedían su ubicación, observando la nada mientras todos se divertían con el striptease de Ino y Kiba. Estaba pensando en tantas cosas que no noté como se acercaba hasta que su aliento chocó contra mi oído.
—¿En qué piensas, Teme? —murmuró deliberadamente sexy.
—En la "Noche de Bodas" que en un rato más tendré —contesté desabrido. Todavía recordaba como devoraba a la oji–blanca.
—Veo que estas furioso, ¿Por qué será? —preguntó, obviamente burlándose de mí.
—Vete al diablo, Naruto —Y me levanté presuroso tratando de evitarle, pero no contaba con que aún tenía buenos reflejos.
Agarró mi brazo y me acercó a su cuerpo. Los dos nos observamos, expectantes, nerviosos, calientes… hace apenas unas semanas que nos despedimos y, aun así, nuestra necesidad seguía siendo enorme.
Sus brazos presionaban mi cintura mientras los míos viajaban alrededor de su cuello.
—Para tu Noche de Bodas ¿Te hará falta un estímulo? —Me preguntó en susurros.
—Necesito apreciar una sensación placentera para recordarla en el acto —Hablé mientras delineaba sus labios con mi lengua. Sonrió complacido.
—Eso significa que pensarás en mí mientras te follas a Sakura–chan —Observó mientras sus manos bajaban por mi espalda y manoseaban suavemente mis nalgas.
—¿Tengo opciones? —Recriminé, resignado a sus caricias, obviando el tierno modo cuando habla de "esa".
—No, por ahora —Finalizó mientras me besaba con desesperación.
Nos trasladamos al baño del segundo piso, no sin antes asegurarnos que no había nadie en la casa. Sakura y los otros dormían rendidos en el pasto del patio aun cuando la música estaba a todo volumen.
Entramos a tropezones, comiéndonos la boca. La ansiedad era palpable en el ambiente. Su cuerpo respondía a mis caricias como si nunca le hubiesen hecho falta, mientras el mío desfallecía con el sólo roce de las yemas de sus dedos sobre mi piel. Me subió al lavamanos mientras que con sus pies cerró la puerta bastante apresurado. Devoraba mi cuello con desesperación al momento que yo adentraba mis manos en su camisa tocando su pecho. Sigues siendo igual de suave…
En un momento dado me abrazó con fuerza juntando más que sólo nuestros cuerpos. El roce de su pantalón en mi palpable miembro mandó a la mierda lo poco que me quedaba de cordura. Mi lengua acariciaba cada parte de su cuello y oído al paso que mis labios succionaban con fuerza su lóbulo. Él no se quedaba atrás. Sus gloriosas manos desabrocharon con prisa mi pantalón bajando de forma tan salvaje que creí que lo había rajado. Apretó mis muslos con fuerza imprimiendo sus huellas en mi blanca piel, y no satisfecho con eso inició un mar de caricias en mis piernas hasta llegar a la base de mi miembro que, de forma abrupta, comenzó a masturbar. Si no hubiese tenido mi boca ocupada con su lengua, el alarido lo hubiesen escuchado hasta en la aldea del mapache sin cejas.
—¿Qué pasa, gatito? ¿Estás ansioso? —preguntó malicioso.
Respiré con dificultad. Sus murmullos eran irresistibles. —Deja de hablar, Dobe —Rechiné mis dientes al sentir tamaña fricción en mi entrepierna. Sonrió.
—¿Quieres mi regalo de bodas, Teme? —Me preguntó sonriendo mientras sus ojos mostraban ese brillo lujurioso.
—No… —Me costaba hablar. Sus dedos se movían de forma frenética y placentera. Rodeaba con su pulgar la cabeza de mi miembro y presionaba fuerte, soltándola de vez en cuando, dejándome con ganas de más—. No me… recuerdes e–eso —Ya era oficial… me tenías loco.
—Te lo daré de todas formas —Dijiste mientras me volteaba frente al lavabo—. Observa tu reflejo —Ni siquiera había notado que tenía un espejo al frente—. Mira tu rostro, Sasuke —Insistía.
—¿Qué quieres que mire, idiota? —Me frustraba cuando te ponías en ese plan. Ese que me obligaba a mostrarme tal cual soy. Volvió a sonreír y se colocó tras de mí. Los dos observábamos nuestro reflejo. De pronto sus labios comenzaron a devorar mi cuello y no pude evitar gemir y sonrojarme al notar como mantenía fija su mirada en el reflejo.
—¿Lo notas? ¿Notas como soy capaz de quebrar esa muralla de frialdad… —Murmuró en mi oído—… y dejar mi marca en ti?
No quiero darle la razón y permanezco en silencio. El cual no dura mucho al sentir su mano devuelta en mi miembro ya despierto.
—Lo sé. Tu orgullo no te permite aseverar lo que digo. Pero… observa bien tu rostro. ¿Ves cómo gimes de placer al hacer este movimiento? —Susurró al tiempo que aceleró el vaivén de su mano, y no pude evitar gemir desesperado—. ¿Cómo te sonrojas al hacer esto? —Volvió a murmurar mientras uno de sus dedos rozaba mi entrada—. ¿O cómo te desesperas cuando hago esto? —Y ahora su dedo se adentraba violentamente, yendo y viniendo, al compás de su otra mano.
Desesperación.
No puedo describirlo de otra manera. Le deseaba con tanta vehemencia que me solté de su agarre y me agaché directo a sus pantalones que bajé de un tirón para tomar su miembro y tragarlo como poseso. Lo lamía, chupaba y mordía para continuar acariciando, besando y friccionando una y otra vez ese gran pedazo de carne que me volvía adicto. Buscando con fiereza extraer su esencia para embetunarme de ella y saborearla como si con ello alargara mi vida.
—Mi gatito… —Gemiste, mientras acariciabas mi cabello. No tenías necesidad de imponerme un ritmo, yo ya me lo había aprendido—. Levántate, me quiero correr dentro de ti —¡Demonios! ¡Porque siempre me dejas embobado!
—Como quieras Do… —Me cortó las palabras con un beso. Uno muy demandante, recorriendo mis labios con su lengua que se movía ansiosa por probar aún más mi cavidad bucal. Y qué decir de la mía que se movía a la par que la suya.
—Deja adentrarme Sasuke… —habló entre jadeos—. Deja que te marque con mi esencia… para que nadie ocupe mi lugar…
—Nadie puede ocupar tu lugar, Naruto —Reprimí con fuerza los deseos de llorar mientras me aferraba a su desordenada cabellera—. Fóllame, Zorro, fóllame y haz que te recuerde…
De pronto sentí que rompía mi agarre y bajó su rostro hasta dejarlo a la altura de mi polla que goteaba de excitación. Se acercaba lentamente, separando sus labios y mostrando esa lengua rosadita, brillando de saliva.
—Sujétate del lavabo —Masculló.
—¿Y yo soy el arrogante? —Pensé fastidiado, aunque jamás voy a admitir que esa actitud me ponía a mil.
Ya después de eso no quise pensar más. Su boca abarcando toda mi polla bastó para anularme.
Recuerdo que gemí como poseso mientras el vaivén aumentaba de velocidad. Sus manos no se quedaron quietas, incitándome a rozar su boca, sintiendo como sus labios se mojaban con mis fluidos. Poco a poco mi agarre fallaba de solidez, amenazando con caerme de no ser por sus gruesas manos afirmando mis caderas. Mis ojos se entrecerraban, entregándome a ese placer prohibido y buscando con desesperación un poco de cordura. Un cúmulo de placer comenzó a llenar mis entrañas, subiendo a mi cabeza, bloqueando todo pensamiento y dejándome en blanco. Oí como su nombre se me escapaba entre gemidos hasta sentir mi esencia escaparse de mi interior. A pesar de mi poca capacidad analítica, mis sentidos aún seguían al máximo, dejándome apreciar como lamía con deleite mi miembro semi–dormido.
—Sigues siendo una delicia —comentó sonriente y relamiéndose los labios con gula.
—Naruto… —Ya no quiero esperar más. Fueron tantos días, que no siento mis piernas de la ansiedad—. Fóllame —Expreso mientras giró lentamente, dándote la espalda—. Te necesito… Ahh… — Confieso y me sorprendo. Nunca esperé que lamiera mi entrada de una forma tan violenta.
Abría mis nalgas con sus dos manos, adentrando esa lengua hasta lo más recóndito de mi ser, tocando puntos por demás sensibles, calentándome en el proceso. Salía con fuerza y lamía alrededor. Estiraba mis nalgas dejando mi culo lo más expuesto posible y volvía a entrar con fuerza. Ese vaivén y su miembro bucal, me tenían alterado.
—Más… más despacio… Naruto —Trataba de hablar entremedio de mis gemidos. Es que, el sólo hecho de sentirlo así, desesperado, salvaje, necesitado de mí, me hacía creer el hombre más feliz del planeta…y eso era algo que deseaba recordar con todo mí ser—. Onegai… Naruto… tra–tranquilo…
—Pides que me tranquilice después de verte así —musitó al tiempo que me volteaba con rudeza. Su rostro se veía serio, demasiado para mi gusto—. No me gusta que supliques, odio que te muestres de esta manera… —Se levantó y con una de sus manos agarró firme mis cabellos, obligando a mi rostro viajar hacia el suyo, fundiéndome en un beso exasperante. Su otro brazo rodeó mi cintura, alzando levemente mis caderas y sin miramientos… me penetró.
Hubo dolor, no lo negaré. Sentir mis paredes abrirse de forma tan brusca y lenta. Sin un dejo de indecisión. Seguro y firme. Palpitante y grande. El pinchazo de dolor que recorrió mi espalda se anuló de sólo notar como su miembro tocaba todos aquellos puntos que me retorcían de placer. De forma mecánica, pausada. Mis piernas se adhirieron como cuerdas a sus caderas y mis brazos rodearon súbitamente su cuello. Mi boca dejó escapar un profundo gemido mientras el suyo, que llevaba mi nombre, se oía ronco en mi cuello.
—Te amo tanto, Sasuke.
—Te amo demasiado, Naruto.
Esperé a que te decidieras. Al fin y al cabo mi cuerpo ya estaba acostumbrado a ti. A tus arrebatos y salvajismo, y a la vez a tu cariño y ternura. Siempre esperabas que me sintiera bien y seguro para continuar.
Comenzó con besos cortos y dulces que parecían roces a mi piel expuesta. Lamía mi cuello con precisión, pero de forma suave, succionando mi lóbulo con deleite y fue ahí cuando empezó a moverse. Pausado, suave, algo tosco combinado con afecto.
Mi entrada se contraía cada vez que salía y podía percibir su desesperación al tener esa sensación de asfixia en su miembro. Entraba y mi culo se expandía al calor de su sexo, que palpitaba gustoso por los estremecimientos que le otorgaba.
—Naruto… —No quería rogar pero… ¡Es que contigo todo es distinto!...—. Si sigues…mmm… Si sigues con e–ese ritmo, acabaremos mañana —Si al final me encanta picarte en el orgullo…
—Ni lo intentes, quiero disfrutarlo —… pero también olvido que siempre me dejas callado.
Su ritmo no cambió bajo ningún concepto. A pesar de que se veía desesperado, decidió obviar ese hecho y abrazarme con fuerza. Sus cálidas manos acariciaban con dulzura mi espalda, que se arqueaba de la sensación tan placentera. Sus labios se fijaban a los míos como imanes y el vaivén lograba que los entreabriera para que pudiera colar su lengua a gusto. Abrí un poco los ojos para observar su semblante notando con sorpresa que no era el único. Sus bellos zafiros me observaban con tanto amor que me sentí aún más desnudo de lo que estaba. A pesar de los años, su mirada fija en la mía lograba la bochornosa tarea de sonrojarme como "quinceañera enamorada". Me separé de sus labios, avergonzado de mi estúpida reacción. Pero no pensé que al hacer eso aumentaría la intensidad de sus embestidas. Gemí extasiado y volví a cerrar mis labios sellándolo con los suyos, pero al hacer eso las embestidas menguaron y retornó a lo anterior. No me separé de sus labios, ya había entendido el juego.
—Imbécil —murmuré sin despegarme de su boca.
—También te amo —Sonreíste con burla.
—¿Yo decido? —Pregunté algo bastante obvio… y ciertamente humillante.
—Así es, gatito.
—Te odio Naruto.
—Y te lo volveré a repetir, también te amo, Sasuke.
Y decidí. Separé mis labios de él y me aferré a su cuello con fuerza para jadear a gusto. Sus embestidas aumentaron de velocidad, tanto que me causaron vértigo. Notaba su miembro más duro de lo que acostumbraba a apreciar, que incluso llegué a pensar que era un pedazo de palo adentrándose con fuerza. Mis dedos se crispaban de tanta intensidad. El mete y saca no parecía más que un zumbido. Mis nalgas chocaban duramente contra la cerámica y podía sentir sus testículos golpeando aún más mi piel. Mi miembro se fregaba sobre su duro vientre causando una fricción exquisita y torturante.
—Nadie te tendrá como yo —dijiste mientras me cogías duramente—. Nadie será capaz de obtener lo mismo que yo.
—Nadie te tendrá como yo —Confesé ido mientras que apretaba los músculos de mi entrada con fuerza sacándote más de un jadeo—. Nadie será capaz de hacerte gozar como yo.
—Te amo, Sasuke —Gemiste extasiado.
—Naruto…
—Córrete, Sasuke —murmuraste ya con el velo de la lujuria en tus ojos—. Mánchame con tu leche —Gemiste con tus manos apresando mi miembro—. Moja mis manos con tu esperma…
—Como me calienta… que hables así…
—Apresa mi polla más fuerte… como te enseñe, mi gatito… —No espero más órdenes. Tensé mis músculos lo más que pude, sintiendo su miembro aún más grande y penetrante.
—Naruto, ya no puedo más…
Y era cierto. Su verga, tan dura, entrando y saliendo de forma frenética, su mano alrededor de mi miembro… masturbándome… ¡Dios! ¡Esto es gloria!
—Juntos, ahora…
No esperé más. El calor de su cuerpo, las sensaciones que me embriagaban subieron con fuerza a mi cabeza y recorrieron todo mi cuerpo hasta la punta de los pies, como pequeños choques eléctricos, bajando de súbito, tensando todo mi cuerpo y descargando mi semilla con fuerza en las manos de mí amante. Al poco tiempo sentí una descarga vibrante y percibí su esencia salir disparada hacia mi cuerpo.
Mis entrañas se llenaban de él…
—Éste es mi regalo.
—Naruto… —No pude continuar, un mareo me dejó aferrado a su cuerpo mientras mi vista se nublaba.
—Éste es mi regalo… recuérdame… Sasuke…
Lo último que vi, fue su rostro y una hermosa sonrisa… una triste sonrisa…
Al despertar lo primero que sentí fue un cuerpo a mi lado. El sopor del sueño forzado era insoportable para mis ojos, y con la luz de sol que se colaba de la ventana, se cerraron raudos. El calor corporal era distinto al que recordaba de anoche. Tanteé con suavidad para reconocerlo y apresarlo bajo mis brazos. A pesar de que él es el seme, me gusta sentir que lo protejo. Lo recogí con suavidad notando una diferencia al instante de posar mis dedos sobre su piel.
Seca.
Me gustaba mucho tocar la piel de Naruto porque tenía una suavidad única al tacto. Te daban unas ganas infinitas de lamerla. Pero la piel que tocaba ahora era… seca.
No le hice mucho caso y seguí tomándola con dulzura para depositarla en mi pecho. Pero otra diferencia me hizo tensar.
Pechos.
Redondeados y grandes pechos.
Cuando noté que el cuerpo a mi lado no era lo que recordaba abrí mis ojos de lleno.
Sakura. A mi lado. Desnuda.
Y al verla así, junto a mí… dormida y desnuda… no pude evitar llorar.
No estabas conmigo…
Había sido un sueño…
—Sasuke–kun…
Yo no escuchaba nada, reprimí mis lágrimas lo mejor que pude, tratando por todos los medios que no se notara. Te amo tanto Naruto… y si te amo tanto… ¿Por qué hago esto?
Y otra vez esa misma respuesta… Familia.
Ya había tomado una decisión. No me podía echar atrás. Había hecho todo este teatro con el fin de renacer mi clan… ya no había otro camino…
Uno contigo…
Mis ojos se cerraron, y mis manos viajaron por su cuerpo sin sentimiento alguno, buscando otra piel, otros deseos… deseando escuchar gemidos de otros labios… otro sabor…
Y como si un haz de luz me iluminara, su imagen se me apareció.
Sentía su piel contra la mía, mis ojos observando los suyos. Sus manos viajando por mi cuerpo… su boca besándome con locura y sensualidad. Mis manos se aferraron a sus piernas y con mi miembro alzado me dispuse a entrar…
Su piel era distinta… sus ojos se volvían acuosos, mi mente no podía diferenciar la fantasía de la realidad y terminé murmurando las palabras vetadas en un matrimonio…
—Naruto…
…El nombre de otro.
A pesar de ello no me detuve, tampoco vi reniego por parte de Sakura, pero yo sabía que era por el shock y la duda sembrada por mis palabras. Ya no puedo esconderlo más, te deseo a ti… no a ella.
—Naruto… Naruto…
Sentía sus manos recorriendo mi espalda, mi entrada dilatada esperando ser perforada por su miembro. A pesar de que la sensación era completamente diferente, sólo me enfocaba en recordarte. A ti y a tu esencia. A ti y lo que vivimos hace poco.
Percibía con claridad su aliento en mi espalda, sus caricias en mis nalgas… el murmullo de sus palabras calientes y llenas de lujuria acabando con mi juicio y anhelando más.
—Sólo un poco más…
Sus manos recorrían mis nalgas, abriéndolas de forma suave, masajeándolas con cariño. Su miembro rozaba mi entrada y el clímax estaba por llegar…
—Mío… mío…
Mis nervios se tensaron, mis manos se crisparon y no pude soportarlo más. Mi leche brotó con fuerza. Nublándome el sentido. El sólo imaginar que me poseías me hizo llegar más rápido.
Que haces de mí, Naruto…
Continuará…
Buenas…
Al principio era un One-shot… y corto… pero se me alargó pues los puntos de vista de Sasuke son mas analíticos y… bueno… como él no se expresa en palabras decidí escribir por el… la segunda parte ya está casi lista, así que no esperaran mucho.
Seguirá siendo desde el punto de vista de Sasuke, sin embargo… habrá un pequeño cambio. El relato será dirigido a Naruto, como si fuera un diario. Espero me entiendan.
Cuídense mucho y espero nos leamos pronto.
Los que esperan Lemon Sasu-Naru… el próximo lo tendrá. De veras.
