Hola a todos/as queridos/as *.*

Disclaimer: Los personajes usados no me pertenecen, pertenecen a Marvel y a la mitología nórdica.

Una estela luminosa caía a toda velocidad iluminando la oscura y lluviosa noche a las afueras de la ciudad de Nueva York, donde la joven pasante Darcy Lewis manejaba su jeep con destino a tomar unas fotografías de estudio meteorológico para la astrofísica Jane Foster, pero la joven chica de apenas 23 años de edad no esperaba desde luego encontrarse con un aparente meteorito bajando a toda velocidad a una distancia bastante corta de su automóvil, tal y como había sucedido con Thor un año atrás, emocionada pensó que tal vez era el rubio asgardiano que tenía a su amiga hundida en un mar de lágrimas por su ausencia.

Manejo hasta llegar al lugar donde la luz impactó, apenas lográndolo debido a la gran cantidad de humo y luz que había, bajo del auto sin preocuparse de la extraña situación, después de lo sucedido hace un año con los tres guerreros, y Thor, y luego más tarde con la invasión del hermano demente del rubio, ya nada podía extrañarle.

-¿Thor?- preguntó, más nadie respondió, un poco más de miedo siguió avanzando hasta ver una silueta delgada y malherida en el suelo del lugar, definitivamente ese no era Thor, pensó en huir del lugar, pero algo la impulso a acercarse aún más.

-¿Quién eres tú?- preguntó llegando hasta donde la silueta se encontraba, y pudo ver a un hombre de tez blanca, y largos cabellos negros que le caían hasta un poco más arriba de los hombros, sin duda no era de la tierra, y se podía notar que estaba bastante malherido.

Otra vez su conciencia le dijo que debía huir, pero no podía dejar a un hombre morir en la mitad de la nada fuera de la tierra o no, no quiso pensar en las consecuencias de lo que haría, solamente actuó por instinto rogando no arrepentirse de nada.

Se acercó lo suficiente para poder mirarlo de cerca y pudo darse cuenta de quien se trataba, era nada más ni nada menos que Loki el maniaco megalómano hermano de Thor que había intentado conquistar el planeta años atrás, decidida a correr y huir lo más pronto posible se dio la media vuelta pero era tarde, pues la mano del pelinegro la aferró por la muñeca impidiéndole moverse siquiera unos centímetros.

-¿Quién eres tú?- gruñó el hombre tratando de incorporarse

-Soy Darcy Lewis, por favor no me hagas dañó- pidió aterrada

-¿Qué haces acá?- preguntó mirándola extrañado

-¿No debería ser esa mi pregunta?- dijo exaltada- se quién eres, eres el hermano de Thor, intentaste conquistar la tierra, ¿vienes a matarnos nuevamente?- preguntó tratando de soltarse, buscando con la otra mano encontrar su tan preciada Taser recordando con pesar que la había dejado dentro del jeep.

-No sería una mala idea- sonrió de forma sarcástica el hombre incorporándose sin soltar a la chica

-Estas herido- murmuró al ver la dificultad con la que el hombre se ponía de pie

-No es nada, estaré bien- gruñó molesto porque una simple humana le recordara su estado

-Oh Dios ¿qué es esa herida en tu abdomen?- gritó apuntando una gigantesca herida que sangraba profusamente en el costado derecho del hombre

-No es de tu incumbencia

-Qué gentil eres, pues disculpa por preocuparme

-¿Una humana preocupada por el hombre que intento dominaros? No me hagas reír mortal

-Ignorando todo, lo que eres y lo que soy, necesitas atención médica

-No, nadie puede saber dónde estoy, ahora que lo pienso debería matarte

-Si claro, ¿Cómo lo harías? si apenas puedes moverte

-No oses insultarme mortal- gruñó con furia Loki pero muy a su pesar sus fuerzas le fallaron y de no ser por un impulso de la chica habría caído de forma estrepitosa al suelo

-Morirás si no te tratas esa herida

-No soy tan débil como ustedes

-No pero está claro que los dioses también sangran y tu estas sangrando demasiado – dijo mientras Loki la miraba con gesto iracundo

-Estaré bien- dijo el hombre soltándola- vete antes de que cambie de opinión

Pero la chica no se movió, se quedó ahí mirando malherido no era necesario ser un genio para saber que el hombre estaba en sus últimas fuerzas, y juntando toda su valentía y estupidez se puso a su lado, indicándole que se afirmara de ella para caminar.

-¿Por qué intentas ayudarme?- preguntó Loki desconcertado

-Ni yo misma lo sé- dijo la chica indignada vaya que el hombre era difícil de tratar- solo vayámonos, los locos de S.H.I.E.L.D no tardarán en llegar y te pondrán las manos encima, y sea de donde sea que vienes, se nota que no te defenderán de ellos

-¿No deberías alegrarte de que me atrapen?- insistió

-Solo vayámonos- pidió la chica tomándolo del brazo y tirando de él, furioso Loki quiso apartarla, no dejaría que ninguna mortal le diera ordenes, pero pudo ver la preocupación en los ojos de la chica, y esta tenía razón, moriría si no se atendía, pero no podía arriesgarse a ir a un hospital, lo delatarían y el inútil de Thor sabría su paradero.

-¿ A dónde?- preguntó sarcástico- si tu idea es entregarme a un estúpido sanatorio Midgardiano, me quedaré aquí

-Te atenderé yo maldita sea, solo mueve tu estúpido trasero de Dios hasta mi estúpido carro- gritó furiosa Darcy

Si cualquiera viera la situación diría que se trataba de dos adolescentes bastante crecidos, con claros problemas de temperamento, y una testarudez digna de los peores cataclismos mundiales, pero nada de eso tenía sentido Loki un asesino masivo que huía de algún lugar desconocido, y Darcy una chica demasiado impulsiva que tendría muchos por no decir infinitos problemas por lo que estaba haciendo.

Entre discusiones, insultos y maldiciones Darcy logró que el malherido asgardiano entrara en el asiento de copiloto de su jeep, advirtiéndole que si intentaba entregarlo a la justicia Midgardiana la mataría en un abrir y cerrar de ojos, la chica solo rodo los ojos y tragó pesado, no esperaba menos de un asesino serial, de hecho ni siquiera sabía que haría.

Loki permaneció callado todo el trayecto con la desconfianza brillando en sus ojos, era curioso que el mismo Dios del engaño temiera ser engañado, Darcy podía ver como la herida no paraba de sangrar, aceleró todo lo que pudo sin exceder los límites, notando la visible palidez en el rostro del hombre, se dirigió hacía su apartamento, la herida debía ser tratada en un hospital, pero Loki tenía razón, no tardarían en encontrarlo, y ella ni siquiera sabía de qué huía él, pero al ver las heridas no pudo pensar en nada más que en salvarlo, sin importar si se metía en muchos líos o no.

Cuando llegaron al apartamento Loki bajo del auto y se dispuso a caminar, pero apenas estuvieron en la puerta sus fuerzas fallaron de forma humillante para él, y cayó de forma estrepitosa al suelo, ante la mirada aterrada de Darcy que corrió a levantarlo.

No entendía como alguien tan delgado podía pesar tanto, a tropiezos y descansos logró llevarlo hasta la habitación de huéspedes de su apartamento, no era la gran cosa, pero al menos estaría cómodo, lo recostó con cuidado, el hombre variaba entre la conciencia y la inconsciencia, y Darcy pudo notar que ardía en fiebre, la chica tenía algo de conocimientos en primeros auxilios pero no tenía idea de si sería suficiente.

-Ey tú- dijo tocando el hombro de Loki- ¿puedes decirme al menos como te hirieron?- preguntó preocupada

-Una espada- respondió Loki volviendo a caer en la inconsciencia, al menos ya no la trataba con arrogancia.

La herida era limpia y profunda, por lo que aprovechando la inconciencia de Loki hecho alcohol en la herida, viendo la mueca de dolor que Loki hizo a pesar de su inconciencia, luego presionó fuerte con un paño esterilizado para limpiar los restos de sangre, necesitaba coser esa herida, y de seguro Loki la mataría si algo salía mal. Haciendo memoria de todo lo aprendido en sus años de exploradora, cosió la herida con los materiales necesarios en su botiquín, y se felicitó a si misma por el buen trabajo efectuado, la herida había quedado cerrada y ya no sangraba, solo esperaba que no se infectara, pero ¿podía pasarle eso a un Dios?, la cubrió con una gasa y luego se dedicó a curar cada una de las heridas en el cuerpo del asgardiano, sonrojándose al tener que desvestirlo casi por completo. Debía admitir que el chico tenía todo correctamente bien puesto, un cuerpo no demasiado fornido como el de Thor, pero definitivamente tentador, se reprendió mentalmente por estar alimentando sus lascivos pensamientos con un hombre que rayaba entre la vida y la muerte.

Una vez que hubo terminado su labor, le acomodo las almohadas y le tapó, dándose cuenta que la fiebre solo parecía aumentar, estaba bastante cansada pero no dejaría morir a su inesperado huésped, por lo que corrió a la cocina a traer hielo, agua y compresas en una fuente, poniendo las compresas en la frente del asgardiano, mojándolas cada vez que estas se calentaban, podía notar como el rostro de Loki se contraía, estaba sufriendo, no sabía si sobrevivía pero deseaba con todas sus fuerzas que lo hiciera.

En alguna hora de la noche Darcy se quedó dormida de rodillas al lado de la cama con el rostro apoyado encima de los brazos del asgardiano, la fiebre había bajado considerablemente, y parecía descansar en paz, con una sonrisa preocupada Darcy se entregó al mundo de los sueños sin darse cuenta que su mano estaba peligrosamente cerca de la del asgardiano.

Ninguno de los dos se dio cuenta de que una presencia femenina los miraba de forma melancólica, no era real, era solo una ilusión creada en otra parte del universo, totalmente preocupada por el asgardiano, lágrimas caían de sus ojos, era Frigga la dulce madre de Loki, que pese a todos los crímenes de su hijo, había estado preocupadísima cuando supo que este había escapado de los calabozos de Asgard y cuando lo habían intentado detener lo habían herido de forma grave, no sabía dónde podía estar, pero su magia era fuerte y le permitió encontrarlo, no lo delataría era obvio, pero deseaba que aquella bondadosa chica que lo había ayudado tampoco lo delatara, no soportaría ver a su amado hijo sufrir nuevamente en los calabozos a los que su marido Odín lo había confinado, el merecía el perdón por sus pecados, y ahora el mismo buscaba esa oportunidad para vivir, solo deseaba que se recuperara, más tranquila al ver a su hijo descansar la ilusión desapareció no sin antes caminar hasta besarle la frente.

Muchas gracias por darme la oportunidad de ser leída por ustedes hace años que no publicaba una historia, pero pretendo volver a hacerlo más seguido.

Retomaré también mis trabajos pendientes por si alguna lectora de ellos anda por acá.

Esta historia la llevaré a cabo durante todo este año y será uno de mis más largos trabajos.

Sin duda esta es mi pareja favorita y escribiré mucho sobre ellos.

Saludos y si me dejan un review con su opinión me harán muy feliz.

Abrazos psicológicos.