One Day: Celebrations
Un delicado pastel de fresas se encontraba frente a él, eran tan hermoso que daba lastima hasta comerlo, pero una bola de pelos en su regazo no dejaba de estirar su suave patita para coger un pedazo de él, se sonrió por aquello, inclinó su cabeza hasta que sus ojos fueron tapados por su cabellos, sentía como miles de lágrimas se acumulaban en los bordes de estos, no sabía cómo reaccionar ante aquel detalle, muchos menos a todos esas personas a su alrededor que con una sonrisa esperaban a que apagara las velas encendidas sobre aquel pastel.
Entonces la mirada de Nyanko-Sensei le hizo reaccionar, era una celebración, no podía llorar en ese momento, se pasó su antebrazos por sus ojos para secar las pequeñas lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos, levantó su rostro y sonrió con esa suavidad y sinceridad que era característica en él, todos los presentes sonrieron con él, y los invitados no eran solo sus amigos, sino que tras la ventana podía ver varios youkais reunidos para felicitarlo por sus cumpleaños, parecían traer raros regalos entre sus manos o entre algo parecida a ellas.
— Natsume-Kun, feliz cumpleaños. —Le dijo Taki extendiendo una pequeña cajita hacía él, aquella cajita tenía hermosos dibujos de flores, parecían hechas a mano, la tomó con cuidado y asintiendo con su cabeza agradeció por ella.
— ¡Antes de abrirlo debes apagar las velas! —Exclamó casi molesto su amigo, Nishimura.
— Pero antes pide un deseo, Natsume-kun. — Agregó Tanuma con un tono de voz más gentil.
Finalmente, Natsume abrazó a Nyanko y se levantó un poco para inclinarse hacia el pastel, pensó un momento en que debería pedir, y luego sopló con fuerza apagando todas las velas que representaban los años que cumplía ese día. Todos aplaudieron con amplias sonrisas en sus rostros, más tarde, Touko-san se encargó de darle una porción a cada uno de los invitados, aunque Nyanko se negó aceptar aquel trozo de pastel, saltó a la mesa y comió directamente casi la mitad de pastel que había quedado.
— ¡Sensei! —Exclamó Natsume avergonzado tratando de bajarlo de allí, pero Shigeru-San lo tomó de los hombros para alejarlo de la traviesa "mascota". — Pero…
— Esta bien, Natsume-kun, tenemos otras cosas para compartir, además, parece estar disfrutándolo. —Dijo el hombre casi en gracia, los demás rieron viendo al animal comer sin tener la más mínima intención de detenerse, todos sus bigotes se habían llenado de crema.
Natsume cambió su expresión, tenían razón, el estómago de Sensei necesitaba demasiado para quedar realmente satisfecho, rio junto a los demás, aunque en un momento se detuvo, nadie notó aquello por lo divertido del ambiente, nadie se percató de que estaba agradeciendo en silencio por aquella modesta fiesta, que para él era demasiado y si quiera se sentía merecedor de todo aquello, pero ese día iba a creer que como cualquier persona tenía derecho a ser feliz, al menos un poco…
— Natsume, ¿qué pediste?
— No debo decirlo, Sensei.
— Idiota…
— Pedí…
"Que esta felicidad dure para siempre".
