En primera, no sé exactamente como llevar a cabo todo esto así que deséenme suerte.

Todo esto surgió mientras estaba drogada en mi cuarto fumando e inhalando crack… esta bien, no estaba haciendo eso, en realidad estaba viendo la película de "Chicas Pesadas" ya saben, esta peli que trata de una chica que llegó de África llamada Cady (Lindsay Lohan) que nunca había ido a una escuela, entra a la preparatoria y conoce a las típicas chicas popu, llamadas "Las plásticas", Regina (Rachel McAdams), Gretchen (Lacey Chabert) y Karen (Amanda Seyfried). Me llamó la atención porque dice muchas cosas sobre el temido "Mundo de las chicas" así que me puse a pensar: ¿Cómo un chico reaccionaría al saber todas estas reglas y maneras de pensar?

Definitivamente inspirado de igual manera en la canción GIRLS de Marina and the Diamonds.

GRACIAS, a todas las chicas que participan.


Disclaimer y Advertencias: Kuroko no Basuke no es de mi propiedad, si no de Tadatoshi Fujimaki, yo solo hago sufrir a Akashi-kun y Kuro-chan. Las OC's que participan tampoco son de mi propiedad, solo algunas que son parte de la trama. Este fic puede contener spoilers por participación de personajes que aun estan solo en el manga, leer bajo propio su riesgo, de igual manera no revelo nada de la serie (hablando de partidos futuros) de hecho paso de ellos. Tambien quiero decirles que este es un fic feminista y puede que use chistes o frases algo ofensivas a los hombres, o ridiculice algunas situaciones femeninas (como la menstruación), pero no lo hago con afán de ofender a nadie. Es parte de este humor negro amarillo de color arcoiris.


SUMMARY COMPLETO:

«En el mundo se mueven demasiados sentimientos malignos, estos son provocados por otras acciones creadas del mismo modo egoísta. Nadie escapa de sí mismo, lo que hagas hoy repercutirá en lo que seas mañana. "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo". Tal vez si Akashi Seijuuro hubiera dado más importancia a estas palabras no estaría atrapado en el cuerpo de una chica, junto con Kuroko; el encontrar al responsable de la maldición es su prioridad para poder jugarse de una vez por todas la copa de invierno, mientras tanto, el entrar al caótico mundo femenino será un verdadero reto, pues es que en el mundo femenino existen reglas y el que descubran sus identidades en ese estado no es para nada atractivo. Tetsuya y Seijuuro deberán cooperar entre ellos, ni siquiera sus compañeros de equipo pueden enterarse de ello y el que hayan desaparecido de un momento a otro ha generado una búsqueda exhaustiva por medio de la policía, una dificultad más. »


Dedicado a todas las chicas, por qué ser una no es fácil. Vivan más y sonrían más.


THE beginning

"Solía creer que sólo había gordos y flacos, pero al parecer hay muchas más cosas en tu cuerpo que pueden estar mal"

..

Ese día pintaba ser muy normal dentro de la vida de Akashi Seijuurou. Era la final de la Winter Cup y aunque jugaría contra aquel hombre sombra, Tetsuya y su nueva luz, Taiga, no temía de ellos. Para él ganar era como respirar y el resultado estaba dicho.

Respiró profundamente y se levantó imperioso de la cama en su habitación del hotel. Caminó hacia la ventana y la abrió para ventilar un poco el lugar. Paseó su vista, curioso, por toda la gente que podía observar, personas que iban a trabajar, madres con sus hijos, parejas paseando con sus perros y chicos obscenos besándose. Hizo una mueca de asco, no tenía nada contra ellos pero creía que había un lugar para todo y definitivamente no era ese. No entendía a las chicas, las consideraba unas criaturas muy simples y superficiales. Ni siquiera tenía tiempo para pensarlo demasiado.

Algo fastidiado se dispuso a darse un baño, si se hubiera quedado un poco más habría notado como una extraña chica veía directa y fijamente su ventana, mandando un avión de papel negro. El avioncito irrumpió en la habitación del hotel y se quedó flotando en medio de la habitación, se desdobló y quedó como una sola hoja repleta de letras doradas, estas comenzaron a brillar y un aura salió de ellas, inundando la habitación para después colarse por debajo de la puerta del baño. Entonces aquella extraña hoja voló hasta quedar sobre la cama, en espera de que alguien la leyera.

Seijuurou se miró al espejo, nada fuera de lo normal, entonces entró a la tina y comenzó a mojar su cabello tranquilamente. Se dejó llevar por el vapor que tenía un extraño color relajante que atribuyó a las sales de baño, todo iba perfecto, hasta que decidió enjabonarse el pecho, había algo flácido, lo sentía, de pronto sus pectorales le pesaban, como si estuvieran inflamados. Bajó su mirada, extrañado, buscando una explicación.

Su torso era totalmente femenino. Tenía senos. Lo comprobó al verlos y luego al tocarles.

La alarma llegó como bomba a la mente de Seijuurou. Por primera vez después de mucho tiempo, bajó su mano, temeroso, buscando un amiguito que debería estar allí, no supo si asustarse o llorar al tocar una alargada ranura cubierta de vello.

—Por todos los kamis, tengo vagina… —susurró sorprendido y fue aún más grande la sorpresa al oír su propia voz. Femenina.

Salió exaltadísimo de la bañera buscando su reflejo, pero no era él. Era una chica la que lo miraba. Sus ojos eran los mismos, sin embargo unas grandes pestañas adornaban sus parpados y largas hebras de cabellos rojos caian como ríos de sangre más allá de sus hombros. Su silueta era totalmente femenina, delgada de pequeña cintura y firme trasero. ¿Qué se suponía que hiciera ahora?

Bueno, buscar ropa, para empezar.

Seijuurou salió del baño con toda la intención de revolver todo su equipaje. Escogió la ropa más holgada que tenía y se maldijo por no tener alguna gorra. Tuvo la intención de lanzar la ropa a la cama cuando una extraña hoja de papel negro llamó su atención, estaba seguro de que no había dejado eso allí. La tomó extrañado, estrechando su mirada bicolor.

"El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo."

Esa frase coronaba la carta. El texto estaba en japonés antiguo lleno de complicados kanji. Si él hubiera sido cualquier otra persona, necesitaría un diccionario para identificar los kanji, pero como era un Akashi, se sabía todo eso al derecho y al revés.

"Para Shi-chan y Ko-chan."—desde el saludo supo que algo iba mal, solo conocía a una persona que le llamaba así. El otro detalle era el Ko-chan, se refería a Kuroko, lo cual lo hacía más perturbador.

"He encontrado una manera de mostrarles su propia crueldad. Espero que se diviertan y me amen. Yo los amo tanto. Si ustedes no me aman no me dejan más opción que tomar medidas para que ninguna otra chica los ame. Son tantos asuntos pendientes que he decidido esforzarme para hacerlos frustrarse. Les doy todo mi cariño. Veinticinco semanas mágicas, ese es su mágico limite."

Y venía firmado con "O. S."

Seijuurou pudo haber dedicado todas las maldiciones existentes a aquella persona, que según él conocía su identidad.

Solo quedaba algo que hacer, ir a buscar a Tetsuya.

.

.

.

Sintió como Nigou pasaba la lengua por su cara varias veces, Tetsuya se giró en el colchón para seguir durmiendo pero Nigou era persistente y saltó arriba de la cama comenzando a ladrar.

—Ya basta… quiero dormir. —se quejó, no le dio importancia a su voz que sonaba diferente.

Nigou siguió ladrando, pero esta vez alcanzó a escuchar un ruido en su ventana. Abrió los ojos extrañado, la ventana estaba abierta.

—Arriba, Tetsuya. —se quedó congelado en su sitio. La manera de hablar era igual a la de Akashi, se parecía a Akashi, pero la voz era de chica. Giró la cabeza algo asustado y la vio.

Pelirroja, delgada, de piel blanca, ojos bicolor, pero más bajita que su excapitán.

—¿Quién eres? —preguntó Kuroko y esta vez sí se extrañó ante su propia voz, más fue su sorpresa cuando al levantarse del colchón una larga cortina de celestes cabellos le impidió la visión.

—Creo que llegué tarde. —suspiró la chica pelirroja. —Soy Akashi Seijuurou.

Kuroko quedó inmóvil, si no fuera porque estaba mirando su propio aspecto, creería que aquella pelirroja le estaba jugando una broma. Pero, ahí estaba Tetsuya, viendo sus largos cabellos, sus facciones aún más delicadas y notando que tenía pechos.

—Debe haber una explicación para esto. —dijo él. Akashi avanzó con un semblante molesto y sin ningún reparo jaló el elástico del bóxer para asegurarse que Kuroko estuviera en sus mismas condiciones.

—No tienes pene. Claro que hay una explicación, aunque me gustaría que fuera una lógica. Si no es mucho pedir. —Kuroko nunca había visto a Akashi tan enojado.

—Creo que no estoy entendiendo, Akashi-kun. —dijo el peliceleste. Como respuesta solo recibió una hoja de papel negro.

Kuroko vio los kanjis tratando de comprenderlos, sí los entendía pero tomaba tiempo hacerlo completamente.

—Esa niñata ha pasado los límites. —dijo el pelirrojo.

—O. S. ¿Veinticinco semanas mágicas? ¿A qué se refiere? ¿Sabes quién podría ser?—a cada pregunta hecha por el chico fantasma, Akashi sentía como perdía la paciencia.

—Es tu culpa en primer lugar. —dijo Akashi. Kuroko abrió los ojos sorprendido. —Si no hubieras conocido a aquel chico no estaríamos en este problema.

—¿Qué?

—O. S. Ogiwara Sakura. La hermana de tu amigo, ese, Ogiwara Shigehiro. —dijo el pelirrojo. Kuroko sintió un escalofrío por toda su columna. Frunció el ceño.

—No es mi culpa. En ese caso sería culpa de Akashi-kun por haber provocado a Ogiwara-san. Yo no le hice nada a Ogiwara-kun.

Akashi se abalanzó contra Kuroko, ambos rodaron por el suelo de la habitación de este último. Se jalaban los cabellos y aruñaban.

—Tenemos vagina, Tetsuya. ¿Cómo quieres que lo tome? —Kuroko entendía que Akashi se sintiera desesperado, pero no aprobaba que le echara toda la culpa. Después de todo lo que había pasado con Shigehiro había sido culpa suya precisamente.

—¡Suéltame, Akashi-kun! Yo no le hice nada a Ogiwara-kun, en todo caso ¿no deberían ser todos ustedes las chicas? ¿Yo que tengo que ver? —eso pareció detener a Akashi.

Kuroko lo pensó detenidamente, ¿eso quería decir que Murasakibara, Midorima, Kise y Aomine también eran chicas?

No pudieron pensarlo más porque escucharon unos toques en la puerta.

—Tetsuya, cielo, ¿estás bien? —era la madre de Kuroko que de seguro había oído el pequeño percance entre ambos chicos.

Kuroko miró a Akashi y este le advirtió con la mirada.

—Ehh… si, solo… me caí. —dijo engrosando lo más que pudo la voz, para hacerla un poco más masculina. La madre del peliceleste suspiró y pareció creerle.

—Ten cuidado, cariño. Ya ve a lavarte la cara que tienes juego hoy. —se escuchó del otro lado y luego pasos alejándose.

Ambos se quedaron sentados en el piso. En espera de una idea para solucionar aquello.

—No podemos presentarnos así. Además tenemos que asegurarnos de que los demás no son chicas también. —dijo Akashi.

—¿Qué haremos?

—Escondernos por supuesto. Pero primero debemos asegurarnos… —así ambos vestidos lo más masculinamente con las cabezas cubiertas salieron a las calles de Tokio para buscar a sus excompañeros.

Mientras tanto los miembros de Rakuzan y Seirin ya se habían movilizado para encontrar a sus respectivos compañeros.

Cerca del auditorio lo comprobaron, ellos eran los únicos en ese apuro. Vieron a los de Rakuzan discutir por la ausencia de Akashi y a Kagami como loco por no encontrar a Kuroko.

—¿Qué hacemos ahora, Akashi-kun? Estamos solos.

—Huir.

¿A dónde? ¿Cómo? ¿Con quién?

Eso era lo de menos, debían descifrar la carta de aquella loca.

Desfalcaron la cuenta de Seijuurou, o al menos una gran parte. Volvieron de incognito al hotel y a la casa de Kuroko para sacar algunas cosas, metiendo el dinero en sobres, entre la ropa, debajo de tapas, camuflado en el equipaje. Una mochila para cada uno. En la estación de tren compraron el boleto más próximo que tuvieran. Y como una gran broma del destino Shizuoka era el más próximo. Sin detenerse a pensar en las consecuencias, abordaron.

Todo el viaje estuvieron nerviosos, más Kuroko. Y tratando de parecer normales, no se percataron de que dos asientos atrás estaba la misma chica del avioncito observando que su juego fuera como debería.

Sonriendo, los vio huir de sus amigos.

Claro que al ser Seijuurou un chico adinerado de una familia importante, no tardaron en iniciar la búsqueda pasadas las 24 horas de desaparición, igualmente con Tetsuya por ser "amigo" del pelirrojo.

La final de la Winter Cup se pospuso hasta nuevo aviso por aquella misteriosa desaparición que causó revuelo en los medios y en los integrantes de todos los equipos.

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—¡¿Cómo que no han sabido nada?! ¡Casi vaciaron una cuenta! ¿Qué clase de investigación es esta? —Kagami Taiga estaba más que molesto. Ya habían pasado cinco días de la desaparición de Akashi y Kuroko y la policía no sacaba nada nuevo. Ni siquiera por los Akashi, que nadaban en dinero. Era como si nunca hubiesen existido.

—Tranquilizate, Kagami. Todos aquí estamos preocupados e impotentes, pero no podemos intervenir. —trató de calmarlo Hyuga. Estaban reunidos en el gimnasio de Seirin.

—Sin embargo, podemos iniciar una búsqueda por nuestra parte. —sugirió Reo. Los integrantes de Rakuzan habían decidido quedarse a buscar en los alrededores de Tokio.

—Nosotros ayudaremos también. —en la entrada del gimnasio estaban los miembros de la Generación Milagrosa con sus respectivos miembros regulares de sus actuales equipos.

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—Me temo que no hay nada que se pueda hacer. Es una maldición extraña. —era la quinta bruja que veían y ninguna les estaba dando resultados. No podían seguir despilfarrando el dinero de aquella manera.

Ambos salieron molestos de la casucha de aquella bruja y caminaron hacia su departamento. Tenían dos semanas de haber llegado Shizuoka y tuvieron que arrendar un departamento básico donde no les pidieran referencias ni les hicieran preguntas por ser ambos menores, además de no poseer documentación.

Ni siquiera se habían inscrito a alguna escuela. Y se veía que la situación duraría. Habían visto sus nombres y sus antiguas caras en periódicos, noticieros y tabloides, al parecer los buscaban. Pero no podían volver. Aún no.

—¿Ramen para hoy? —preguntó Akashi. Kuroko asintió. Se desviaron un poco de su habitual camino para llegar a un puesto ambulante de ramen.

Si dos semanas atrás le hubieran dicho a Seijuurou que comería ramen en un puestucho, en compañía de Tetsuya y con apariencia de chica definitivamente le hubiera metido una cuchillada al gracioso. Pero ahí estaba, haciendo exactamente eso.

Órdenes sencillas, las más económicas. Pero no dejaban de ser deliciosas. Esperando su pedido en la barra una chica entro sacudiéndose la nieve y tomando asiento junto a ellos.

—¡Especial con maíz! —le pidió al cocinero, este le sonrió y asintió. Ambos la miraron levemente.

La chica era de aproximadamente 1.60, cabello azul eléctrico y ojos miel. Su piel clara tenía un leve todo rojizo por el frío y el gran abrigo la hacía ver graciosa.

—¿Cómo se encuentran? ¿No pasan frío? —preguntó ella de pronto. Ambos la miraron. —Mírense, si hasta parecen amigas. ¿Sakura se ha portado mal, verdad?

Tanto Akashi, como Kuroko quedaron sin palabras. La conocían. Antes no tenía el cabello de ese color, así que no la reconocieron.

Era Ogiwara Katsura. Prima de Sakura, la bruja culpable de su suplicio.


Esto es el prólogo se podría decir. Para que entiendan como llegaron hasta allí, no ha aparecido ninguna OC pero a partir del próximo aparecerán varias (creo que tres).

Espero que les haya agradado tan siquiera un poco. Y espero sus hermosos review's.

Los ama, Ce.