Capítulo 1/29
Resumen: Habiendo caido en un estado de coma durante la guerra, lo último que Hyuuga Hinata espera al despertar es tener tres fantasmas Uchihas acechandola y pidiendo lo mismo: cuidar de Uchiha Sasuke.
Nota de la autora: Este fic toma lugar justo después de la Cuarta Gran Guerra Shinobi. Haciendo que sus edades sean entre 18-19 años.
Nota de la traductora: bien... este es un fic que comenzare a traducir... en ingles lleva el nombre de Haunted By The Uchihas, por deadly-chronicles, a la cual le pedi permiso para ke me dejase traducir, siendo este el resultado.
Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto. La historia no me pertenece, es de deadly-chronicles. ¡Lo que si me pertenece es la traducción!.. Aunque sea poco.. ¿es algo verdad?
Acechada por los Uchihas
Historia por: deadly-chronicles
Traducción por: LordKami
Muchos le habían dicho que la muerte era poco atractiva. Muchos le habían dicho que la muerte simplemente le traería una paz temporal, pero que después de un tiempo siemplemente sería desoladora. Aún así, muchas de esas veces, se había negado a creerles. Ella siempre creyó que la muerte sería una vía para el otro mundo, liberandola de todas las cargas del mundo de los vivos, pero ahora había comprobado que se encontraba mal, ahora comprendía por que muchos le temían a morir. Puesto que la muerte no te traía nada.
No tenía idea de cuanto tiempo llevaba flotando en esa blanca dimensión. De hecho ni siquiera se encontraba segura de si estaba muerta o cuanto tiempo tenía muerta, pero de lo que si se encontraba segura era de que no podía sentir nada. Se sentía vacia. No había dolor, tampoco había paz, simplemente había pura vacuidad. No podía recordar realmente que había ocurrido o como había llegado a ese lugar, pero podía recordar vagamente que se encontraba peleando en la Cuarta Gran Guerra Ninja. Recordaba vagamente la batalla final que habían sostenido en contra de Uchiha Madara, y que luego había ocurrido una explosión. Recordaba haber saltado frente a alguien para protegerlo, quien era esa persona, no lo podía recordar realmente. Lo siguiente que recordaba era una inminente oscuridad y que, cuando despertó, se encontraba flotando en esa extraña y blanca dimensión.
Entonces en realidad se encontraba muerta, ¿verdad? Entonces, había muerto intentado proteger a alguien, una persona a la cual ni siquiera podía recordar. Confundida por su situación actual, Hinata suspiró. Si ella en verdad de encontraba muerta, ¿por qué no podía cruzar al otro lado? En su próximo destino, sería capaz de ver de nuevo a su madre, incluso a su tío, y ella podría decirles lo mucho que los había extrañado, abrazarlos, ver sus sonrisas y talvez finalmene sentirse en paz, pero no, se encontraba atrapada en esa blanca dimensión, esa solitaria dimensión en la cual no sentía nada y todo lo que hacía era flotar.
Hinata se comenzaba a sentir frustrada. ¿Por qué no podía pasar a una mejor vida? De hecho ni siquiera le importaba si terminaba en el infierno si con eso lograba alejarse de ese lugar. No podía sentir nada en ese lugar y eso la comenzaba a enloquecer. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué demonios no podía simplemente pasar a una mejor vida?
― Porque hay algo que necesitas hacer― escuchó decir a una voz o voces en realidad.
― ¿Qué?― murmuró Hinata, claramente confundida. Esa era la primera vez que escuchaba voces en esa dimensión, pero no tuvo la oportunidad de escuchar una respuesta a su pregunta, puesto que de pronto sintió un fuerte dolor.
Un creciente dolor, una gran fuerza que se encontraba jalandola fuera de ese lugar, y que causaba querer gritar de agonía. De pronto, sintió dolor en cada parte de su cuerpo y que esa dimensión poco a poco comenzaba a desaparecer, siendo remplazada por la oscuridad. En dolor se tornó inaguantable y lo siguiente que supo fue que se encontraba jadeando en busca de aire y que alguien la llamaba por su nombre.
― ¡Hinata! ¡Hinata!
Hinata se forzó a si misma a abrir sus ojos, dando un vistazo a su nuevo entorno. Las luces la cegaron por un momento, pero pronto se acostumbró a estas al tiempo que su vista comenzó a aclararse. Su cuerpo aún dolía, su respiración era inestable y su cabeza dolía demasiado.
― ¡Hinata! ¡Hyuuga Hinata!
Inclinó su cabeza para ver quien era la persona que la llamaba. La voz le era conocida, femenina pero fuerte y poderosa.
― ¿Tsunade-sama?― se las arregló Hinata para decir.
Vió una ola de alivió en la expresión de Tsunade, como si ella hubiese pensado que se había ido. Sintió como Tsunade tomaba su mano y Hinata parpadeó confusa ante las acciones de la Quinta Hokage.
― Gracias a Dios. Creímos que ibas a morir― dijo suavemente Tsunade―. Has estado en coma por meses y de pronto sus signos vitales decayeron. Creímos que no lo lograrías. No me hubiese perdonado que tú murieses y ese bastardo viviese, así que gracias Kami-sama. Gracias.
Hinata parpadeó de nuevo intentado asimilar lo que había sido dicho. Se encontraba definitivamente confundida, pero se las arregló para decir unas cuantas palabras.
― ¿Estoy viva?
Tsunade sonrió.
― Si.
Hinata parpadeó de nuevo y dió un vistazo a sus alrededores. Se dió cuenta de que estaba en el hospital. Las cortinas se encontraban corridas, dejando que la briza y la luz natural entrasen, había flores recien cortadas junto a su cama, y Hinata se encontraba segura de que significaba que había tenido visitantes. Sonrió ante ese pensamiento, cuando repentinamente, escuchó unas voces.
― ¿Crees que ella pueda vernos?
Hinata parpadeó confundida. Ella esta muy segura de que Tsunade era la única persona que se encontraba con ella en ese momento, entonces, ¿por qué había escuchado voces? Dando un vistazo se tensó cuando vió tres figuras en el lugar, dos hombres; uno de aspecto severo, de aproximadamente la edad de su padre, mientras que el otro extrañamente se parecía al único sobreviviente Uchiha, pero algo más grande que ella. La última era una mujer que tendría la edad de su madre si ella se encontrase viva. Ellos se parecía, por lo que concluyó que eran familiares. Se tensó de nuevo cuando todos ellos la miraron con atención, se removió incómoda debido a la intensidad de esas miradas.
― ¿Quiénes son ellos?― espetó Hinata.
― ¿Mande?― Tsunade la vió con confusión.
Tsunade miró fijamente a la dirección que Hinata apuntaba incredulamente antes de devolver su vista a pequeña y tímida chica en la cama. La expresión de la mayor se suavizó.
― Hinata creo que sigues cansada después de haber estado en coma por tanto tiempo. No hay nadie ahí. No hay nadie más en este cuarto a excepción de tú y yo.
Los ojos de Hinata se abrieron grandemente.
― Pe-pero...― tartamudeó, mientras les devolvía la mirada a las tres figuras junto a la ventana. Ellos se encontraban ahí. Ella los podía ver claramente pero Tsunade no podía. ¿Por qué? Continuó observando a las figuras y ellos le devolvieron el gesto, volvió a abrir los ojos cuan grandes eran al ver a la mujer caminar a través de la mesa y pararse junto a su cama.
― ¡Kami-sama! ¡Fugaku, Itachi, creo que ella nos puede ver!― exclamó la muejer al tiempo que se acercaba más a ella.
Hinata se petrificó. Esa mujer había caminado a través de una mesa, una maldita mesa. Cerró los ojos preguntandose si eso sólo era su imaginación, pero cuando los volvió a abrir, ellos aún se encontraban ahí y la mujer se había acercado aún más a ella, ahora con una sonrisa en su rostro.
― ¡Hola!― habló la mujer―. ¡Soy Uchiha Mikoto, y esos dos serios hombres de ahí son mo esposo, Uchiha Fugaku, y mi hijo mayor, Uchiha Itachi! ¡Es un placer conocerte Hyuuga!
― ¿U-Uchiha?― Hinata palideció. Por lo que ella recordaba sólo había un Uchiha restante, el creciente enigma que llevaba por nombre Uchiha Sasuke. Ella sabía que el resto de los Uchihas se encontraban bastante muertos debido a la masacre. Entonces, ¿por qué demonios había tres Uchihas de pie frente a ella y uno de ellos caminó a través de una maldita mesa? Salvo que esos tres fuesen...
― Madre, creo que la estas asustando― comentó Itachi al notar que el rostro de la Hyuuga palidecía a cada segundo.
― ¿Qué? De ninguna manera. Estoy segura de que no me veo aterradora. Somos fantasmas pero no creo que nos veamos ate...― argumentó Mikoto pero fue interrumpida por un ruido sordo. Se dió la vuelta y vió que la Hyuuga ya se encontraba inconciente de nuevo en su cama al tiempo que Tsunade rápidamente intentaba comprender que era lo que había ocurrido.
― Debimos de haberla asustado― comentó Fugaku secamente.
Efectivamente la habían asustado, puesto que justo después de haber entendido que ellos eran tres fantasmas, Hyuuga Hinata hizo la única cosa que siempre hacía.
Se desmayó.
( ~ •w•)~
No podía describir el inmenso alivio que sentió cuando ella se encontró finalmente dada de alta ese día.. De acuerdo a Tsunade, ella había estado en coma por tres largos meses y ellos había comenzado a perder la esperanza. Tsunade la había dicho también como sus compañeros de equipo, Kiba y Shino, iban todos los días a visitarla para hablarle de cosas al azar, esperando que fuese a despertar. Su primo, Neji, también la había visitado diario, pero él no hablaba mucho, simplemente la observaba en silencio. Debido a eso, cuando después de tres largos meses recuperó la conciencia, no se sorprendió en lo absoluto que los primeros tres en llegar a su cuarto de hospital al día siguiente fuesen esos tres chicos, a los cuales consideraba como sus hermanos.
Se dió cuenta de cuanto había extrañado sus voces y el sentir sus abrazos cuando Kiba prácticamente gritó su nombre y la abrazó fuertemente como si acabase de volver de la muerte, mientras que Neji le dedicaba al castaño una mirada asesina y Shino simplemente permanecía en la esquina. A su vez, el resto de sus amigos la visitaron, pero no tanto como esos tres. Tsunade no le permitió que volviese a su casa inmediatamente debido a su repentino desmayó cuando recién había salido del coma, gracias a los tres espíritus Uchihas que vió; de ahí que Tsunade la forzase a permanecer en el hospital otras tres semanas.
Tres semanas eran una tortura, por gracias a Dios para ella, esas tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos gracias a Kiba y sus constantes balbuceos. Respecto a los tres espíritus Uchihas que vió, nunca se lo mencionó a nadie, puesto que sabía que pensarían se encontraba loca. También, nunca los volvió a ver después del primer encuentro así creyó que realmente había sido sólo su imaginación. Después de todo se había encontrado en un mundo entre el mundo de los vivos y los muertos justo antes de despertar, por lo tanto no sería una sorpresa que su mente no funcionase correctamente por un tiempo y le causase esa clase de visiones. Lo que fuerese que ocurrió, se encontraba definitivamente feliz de no verlos de nuevo o comenzaría dudar de su cordura.
― Hinata-sama.
Salió de sus pensamientos cuand escuchó una voz familiar. Volteando su rostro a él sonrió.
― Neji-niisan.
Neji respondió su sonrisa con una pequeña de su parte mientras tomaba su mano derecha.
― Estoy aquí para llevarla de vuelta a casa. Vamonos.
Hinata sintió al tiempo que Neji la guiaba fuera del hospital, se encontraba feliz de finalmente encontrarse fuera de este después de tanto tiempo. Debido a que se encontró encerrada en el hospital por un largo periodo de tiempo, el aire fresco casi le parecía extraño, pero se encontraba realmente agradecida de poder finalmente sentir los rayos del Sol, así como la brisa que recorría la aldea. Hinata observó el pueblo. Aún si muchas cosas se veían relativamente iguales, notó que la reconstrucción de la aldea había traido unos cuantos cambios sutiles.
Neji no dejó ir su mano mientras caminaban a casa, no era como si le importase en realidad. Ella sabía que su primo se preocupaba mucho por ella y que más bien era protector, pero era terrible para poder expresarse, así que una manera de demostrar que se preocupaba por ella. El viaje a casa fue relativamente silencioso, pero a ninguno de ellos les importaba debido a que ninguno de ellos dos eran de mucho hablar. Si bien algunos podrían encontrar esa clase de silencio sofocante, personas como ellos lo apreciaban.
― Hemos llegado― dijo Neji mientras se detenian fuera del complejo Hyuuga. Honestamente, no sabía como sentirse en ese momento. Si bien ese era su hogar, le dolía saber que ninguno se había molestado en visitarla cuando se encontraba hospitalizaba a excepción de Neji, Ko y Hanabi. Bueno, su padre en una ocación la había visitado de acuerdo a Tsunade, lo que era algo sorprendente, pero a parte de eso, nadie más había ido. Ella no se hubiese asombrado si algunos de ellos hubiesen deseado que no saliese del coma. Después de todo, no muchos eran aficionados a la tímida heredera.
Hinata suspiró y entró desganada. Una vez dentro, fueron saludados por las sirvientas y después de que Hinata les respondiese educadamente a cada una de ellas, Neji la acompaño el camino a su cuarto en donde ella murmuró un genuino "gracias" antes de entrar a la comodidad de su habitación.
Viendo su cuarto, no sintió como si ella se hubiese encontrado ausente. Todo permanecía de la misma manera y nada se encontraba fuera del lugar para su gusto. Tarareando alegremente se sentó en la cama que hubo extrañado, disfrutando la comodidad que su cama le ortorgaba.
― Bienvenida― escuchó.
― Gracias― respondió con una sonrisa antes de pretrificarse. Ella sabía que se encontraba sola en su habitación, entonces...
Vacilante, volteó su cabeza hacia su derecha, de donde había escuchado provenir a la voz. Sus ojos se abrieron con terror y literalmente calló de su cama con un chillido, golpeando su cabeza contra el suelo en el proceso, todo debido a que vió a los tres Uchihas en su habitación.
Corrección: Tres Uchihas muertos en su habitación.
― ¡Hinata-sama! ¿Se encuentra bien?― dijo Neji mientras irrumpía en su cuarto al momento que escuchó el grito de su prima. Sus ojos se abrieron aún más cuando vió como Neji atravesaba a los Uchihas muertos. Comprendió que su primo no podía verlos. Solo ella podía.
― ¿Hinata-sama?― preguntó Neji, preocupado por la expresión de horror en su rostro.
― Me-me encuentro bien― tartamudeó algo aturdida.
Neji la observó incredulo, pero ella no parecía que fuese a decirle nada. El castaño soltó un suspiro y le tendió su mano para poderla ayudar a levantarse. Con una sonrisa, ella aceptó.
― Gr-gracias― dijo con un leve sonrojo y Neji simplemente asintió.
― ¿Se encontrará bien sola? Tengo una misión pronto, pero usted me preocupa mucho― dijo Neji de nuevo, aún consternado.
― Estaré bien― respondió con una sonrisa y aunque él se encontraba algo renuente, no tenía otra opción de dejar la habitación de su prima debido a que tenía una misión.
Una vez que su primo la dejó sola en su cuarto, Hinata bajó la mirada y se frotó los ojos mascullandose que sólo era su imaginación. Después de cinco minutos, finalmente encontró el valor para alzar la vista de nuevo, para inmediatamente entre tropiezos encontrarse contra la pared mientras los tres Uchihas continuaban observandola desde su lugar.
― Oh, oh, ¿volvimos a asustarte cariño?― murmuró Uchiha Mikoto con un preocupado semblante―. Te desmayaste la primera vez que nos viste, por lo que pensamos darte tu espacio y saludarte una vez que volvieses a tu casa.
― ¿Có-cómo? ¿Por-por qué? ¿Po..?― espetó Hinata. Su respiración era irregular y casi parecía que había olvidado respirar. Talvez era por que se encontraba hiperventilando.
― Esta hiperventilando― comentó impasible Uchiha Itachi.
― ¡Cariño! Cálmate. ¡No estamos aquí para lastimarte!― dijo Uchiha Mikoto intentando calmar a la pobre chica.
― Hmp, sabía que esta era una mala idea― murmuró secamente Fugaku.
Hinata intentó respirar mientras observaba a los tres Uchihas con terror.
― ¿E-estoy muerta?
― No. Pero nosotros si― respondió Itachi―. Y por favor no te desmayes de nuevo.
No se desmayó, pero si calló al suelo, sentandose pero sus ojos aún permanecían en los tres.
― ¿Po-por qué? ¿Cómo?
― Hyuuga Hinata, ¿verdad?― preguntó Mikoto. Hinata asintió y la mujer sonrió antes de reir entre dientes―. Dios santo Hinata-chan, ¡te has convertido en una dama!
Inmediatamente Hinata se sonrojó.
― Probablemente no me puedas recordar. Creo que tenías sólo cuatro años la primera vez que me viste― dijo Mikoto para después reir entre dientes.
― Oh― respondió. Hinata luchó para encontrar las palabras correctas―. E-eh, ¿por qué están aquí? E-es decir ustedes tres están...
― No podemos pasar al otro lado― le respondió Fugaku. Se estremeció levemente debido a que su voz era severa y demandante, justo como la de su padre.
― ¿Po-por qué?― se maldijo a si misma por tartamudear, pero al menos se las había arreglado para hablar. En una situación normal, ella se hubiese desmayado.
― Parece ser que los tres aún tenemos remordimientos― explicó Itachi.
― ¿Qué remordimientos?
La chica notó como las expresiones de los tres Uchihas se ensombresieron antes de que los tres respondiesen al mismo tiempo.
― Uchiha Sasuke
― E-eh...
Mikoto suspiró.
― Verás, Sasuke a permanecido en la oscuridad por tanto tiempo. Aún ahora con la derrota de Madara y la guerra terminada, aún se encuentra dolido. Parece ser que no podremos cruzar al otro lado hasta que Sasuke encuentra algo de felicidad.
― E-eh, perdón si suena agresivo― dijo algo vacilante Hinata―. ¿Por qué me están diciendo todo esto?
― ¡Porque tú eres la única que puede vernos!― exclamó Mikoto―. Por favor Hinata-chan, no sabemos con quien más ir puesto que tu eres la única persona que nos puede ver. ¿Nos ayudarás?
Todo eso parecía tan irreal. Para ella era difícil creer que tres fantasmas se encontraban frente a ella y saber que se encontraban pidiendole ayuda debudo a que nadie mas podía verlos. Decir que se encontraba confundida era minimizarlo. Aún así, ella no podía negarse a quienes le pedían ayufa, especialmente cuando se lo habían pedido tan amablemente, aún sí le dieron el susto de su vida. Ellos eran fantasmas después de todo.
Hinata juntó algo de valor antes de hablar de nuevo.
― ¿Qu-qué es lo que quieren que haga?
― Simple― dijo Fugaku―. Salva a Sasuke.
― ¿Salvarlo?― Hinata ladeó su cabeza confundida―. Pero, el ya ha sido salvado. Es decir, se encuentra en Konoha en este momento. N-Naruto-kun lo trajo de vuelta― les comunicó Hinata, recordando vagamente a Kiba diciendole que Uchiha Sasuke había sido traido de vuelta a Konoha después de la guerra y había permanecido ahí por tres meses, en contra de su voluntad, claro está.
― Sabemos eso. Mi hermano menor de hecho se encuentra aquí. Lo que nosotros deseamos, es que tú lo cuides― explicó Itachi―. Tú sabes, hacer a mi hermano menor feliz.
Escuchando la petición, inmediatamente se sonrojó fuertemente.
― ¡N-no puedo!
― ¿Por qué no?― preguntó Fugaku claramente molesto.
― ¡Nu-nunca he hablado con él antes! Ni siquiera una vez. ¿Cómo es que podría hacerlo feliz? ¿No sería mejor pedirle esto a alguien se encuentre cómodo con él? ¿Có-cómo Naruto-kun o Sakura-san?
― Lo hariamos si nos pudiesen ver―escupió Fugaku―. Pero hay un problema Hyuuga, sólo tú nos puedes ver.
― Mi padre tiene razón. Hemos volado alrededor de toda Konoha, pero nadie a sido capaz de vernos, excepto tú― dijo Itachi.
Hinata se encontraba aturdida por esas palabras. ¿Por qué sólo ella podía verlos? Ella ni siquiera fue cercana a ningún Uchiha antes, ¿entonces por qué? ¿Qué estaba pasando? Demonios, en ese momento se encontraba más que confundida.
― Por favor Hinata-chan, tú eres nuestra única esperanza por ahora. No podemos pasar a mejor vida hasta que Sasuke encuentre la felicidad. Por favor ayudalo― rogó Mikoto mientras hacía repetidamente una reverencia―. Siempre podrás tratar de ser su amiga o algo así. Sólo, por favor ayudanos. Ayudalo.
Ver a Uchiha Mikoto rogarle de esa manera, Hinata no tuvo el corazón para decir no. Ella podía ver que sus intenciones eran puras, ellos sólo querían que el último Uchiha encontrase la felicidad, y hasta que lo lograse, ellos no serían capaces de continuar, pero ¿cómo lo lograría? Ella nunca jamás le había hablado a Sasuke. En realidad, ellos se encontraban en lo correcto, ella podría sólo intentar ser su amiga, pero ¿siquiera la dejaría? Por lo que recordaba, Uchiha Sasuke no era en realidad una persona muy sociable, ni siquiera pensar amigable.
― Por favor Hinata-chan. Está bien si fallas, ¿podrías al menos intentarlo? ¿Intentar al menos conocer a mi hijo?― pidió Mikoto de nuevo.
Si, en verdad no podía negarse a esa mujer. Se veía tan deshecha. Se veían tan deshechos. En contra de su lógica, decidió aceptar.
― E-está bien. Daré lo mejor de mí― respondió, sintiendose feliz de ver unas pequeñas sonrisas en sus rostros. Parecía que un enorme peso había sido retirado de sus hombros sólo por que ella había aceptado.
Aún así, cuando la realidad la golpeó con fuerza, haciendole ver que ahora debía hacerse amiga y conocer al frío, hostil, violento y temperamental Uchiha Sasuke, Hyuuga Hinata se preguntó en que demonios de había metido.
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