Ese hombre le mostró un camino donde su vida nunca mas volvería a ser la misma. Cuerdas, nudos, y la mas hermosa de las tentaciones.

¿Se dejaría llevar solo por sus instintos?

Es el arte de las ataduras.

Shibari.

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Advertencia: OoC en los personajes principales. Rating M, por consiguiente contenido sexual explícito.

Disclaimer: Naruto no me pertenece.


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Entre cuerdas y cerezos

por RoFer

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Nudo I: Invitación

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No sabía que estaba haciendo ahí.

El lugar era muy chic, demasiado lujoso para su gusto. No era su ambiente para nada. Una casa cinco veces más grande que su apartamento, asientos de cuero, cuadros colgados de Renoir y Van Gogh, alfombras persas y una enorme piscina que mas bien parecía un campo de fútbol. Por no decir de las enormes habitaciones, la cocina y los baños. Demasiado para ella.

―¡Sakuraaaaaaaa!

Pero todo lo hacía por esa rubia que gritaba. Ino Yamanaka, modelo profesional y su mejor amiga. Amiga de la infancia, de la escuela y casi casi una hermana.

Ino agitó los brazos saludándola mientras que a su lado se encontraba un fotógrafo de una revista conocida. George Smith era su nombre. Ambos estaban coordinando lo que sería su próxima sesión o algo por el estilo.

Suspiró cansada a la vez que respondía el saludo sonriéndole. Un brisa fría rozó sus largos cabellos rosas desordenándolos. Se peinó de forma mecánica en tanto que caminaba por el borde de la piscina. Ella, Sakura Haruno, una joven sencilla, trabajadora y dueña de pequeña pastelería no tenía razón de estar ahí. Sentía verdaderamente que debía estar trabajando, había tantas cosas por hacer. Y mas aún después de enterarse que un gran cargamento de valiosa mercancía de demoraría en llegar. Esas cerezas lo eran todo.

Viendo el agua cristalina de la piscina se puso a pensar en todo lo que había conseguido. Sweet Cherry era una pastelería que poco a poco se estaba haciendo un nombre en el barrio de Shibuya de la capital, Tokio. Las tartaletas de cerezas eran la especialidad de la casa. Gracias a las recetas que habían pasado de generación en generación por la familia Haruno, Sakura logró desarrollar sus dotes culinarias. Todo se lo debe a sus genes de familia y a la dedicación.

Aish, tenía que preparar ese pedido desde ahora. Toda la culpa la tenía Naruto, ese bocazas que no tenía reparos en meterse en donde no lo llaman.

―Ten cuidado.

Dio un respingo asustándose de sobremanera y provocando que diera un mal paso. Quizo darse la vuelta pero se dio cuenta que estaba a un paso del borde de la piscina. Lo sabía, estaba a punto de caerse en el agua, cerró los ojos esperando el impacto pero éste nunca llegó. El extraño fue más ágil de lo que se imaginó. Un brazo musculado la rodeó evitando que tropezara. Sentía como si tuviera un cinturón de seguridad alrededor de su pecho.

Se sentía extrañamente confortable. Protegida.

Tonto sentirlo, porque era la primera vez que lo veía. Mentira, aun no lo había visto y solo su tacto fue suficiente para que la desestabilizara.

Admiración, curiosidad y adrenalina aun corría por su cuerpo. Del mismo modo que un calor comenzaba a hervir dentro de su mismo centro. Era incorrecto pero ese extraño que aun la sujetaba tenía la fragancia mas maravillosa de todas. Era el mismo aroma de esos bombones de chocolate y menta que le gustaba preparar. Ese tipo de bombones que no te empalagan. Fresco, intenso con ese saborcito de menta que te deja con ganas de más.

Sintió la espalda chocar contra su pecho. La calidez de su torso la inundó dejando de lado todo vestigio de rigidez y miedo. Sin embargo, una mano de dedos largos y fuertes comenzó a moverse como si estuviera palpando todo lo que tocaba. Sakura aguantó la respiración demasiado impresionada, dejó que ese tacto extraño continuara su inspección. El brazo que la salvó ahora estaba tenso, acariciando toda la extensión de su piel cubierta por su camiseta. Pero no se detuvo, esos dedos sondearon el borde de uno de sus pechos. Sakura gimió demasiado ruborizada, ese acto fue demasiado atrevido incluso si resultaba muy tentador. Demasiado atrevido y tentador.

―¡N-no…!

Sin pensar y totalmente avergonzada, Sakura se alejó empujándolo. Volteó el cuerpo lo suficientemente rápido para poder encararlo pero en consecuencia se metió en otro embrollo. En su afán por librarse del extraño, perdió el equilibrio otra vez. Tonta de ella al no darse cuenta del suelo resbaladizo, ahora ambos caerían al agua. Espléndido, Sakura.

Por inercia y agarrándose de lo primero que encontró, no dudó en abrazarse del cuerpo que tenía mas cerca. Sorpresa suya fue sentir que antes de lo que esperaba estaba siendo abrazada y protegida del agua.

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―¿Dónde está Sakura?

―¿De quién hablas Ino? Ah, tu amiga. ¿No estaba por la piscina?

―Sí, estaba. Pero ya no la veo. ¿Qué estará hacien…? OH POR DIOS….

Sakura escuchó los gritos de Ino mientras trataba de acercase al borde de la piscina. Infelizmente no sabía nadar ni michi. Algo que Ino siempre le advirtió que sucedería y ella jamás se dio el trabajo de aprender. Sin embargo, alguien la ayudó: el extraño. Gracias a él llegó a una de las escalerillas de la piscina logrando salir. Estaba empapada y toda su ropa estaba traslúcida. Chaqueta, Camiseta, vaqueros, botines…felizmente su morral estaba a salvo en la sala de estar.

Helada hasta los huesos, vio como Ino iba corriendo a su encuentro. Había cogido una toalla para resguardarla del frío espantoso que comenzaba a tener. Mientras se secaba, Sakura intentó ver al extraño con olor a menta y chocolate. Nunca antes alguien la había ayudado de esa forma. Sentía tanto fastidio como curiosidad. Se sentía orgullosa de ser lo suficientemente independiente para no depender de nadie (excepto en el agua) Pero no podía dejar de agradecerle.

La figura de George, el amigo fotógrafo de Ino de cabello castaño y ojos caramelo, se acercó preocupado.

―¿Te encuentras bien?

―Sí, gracias.

―Felizmente Sasuke estaba cerca. Iré a ver como está.

―¿Sasuke? ―repitió Ino un tanto sorprendida

George sonrió amigablemente mientras se dirigía hacia el moreno. Sakura sintió como todo lo que se encontraba su alrededor desaparecía.

Ahora sabía su nombre. Sasuke.

Ese moreno de figura increíble se volvió el centro de todo. Jalaba tanto la vista que resultaba aturdidor. Era como cuando conocía una nueva receta de cocina y necesitara descubrirla, prepararla…y finalmente probarla.

Ok, Sakura, eso fue demasiado en…doble sentido. Demasiado tiempo con Naruto y se te pega lo idiota.

Sin embargo, no era ciega y sabía aceptar que la belleza, muy rara vez vista en su círculo de amigos, era mejor apreciarla lo mas que se pudiera. Hombres apuestos como él eran…diferentes. Cabellos revoltosos y tan negros como las alas de un cuervo la dejaron sin aliento. Nunca había visto un tono tan puro como ese. Era más alto de lo que parecía y mojado de pies a cabeza no dejaba de lucir fuerte, intimidante, doblemente oscuro y atractivo.

Definitivamente era modelo. Sin dudas.

Ino murmuró el nombre de nuevo dubitativa. Como si necesitara corroborarlo de alguna forma. Suspiró aun preocupada―¿Pero qué pasó frentona? ¡Casi me matas del susto!

―Nada Ino, tropecé y ese hombre, Sasuke, me ayudó. ―alzó una ceja viendo el ceño arrugado de su amiga. Lucía un tanto inquieta. Raro, muy raro. Ino nunca está inquieta a no ser que sea por una buena razón.

La risa estridente de George interrumpió su conversación. Estaba mofándose del moreno todo campante. Se notaba que eran amigos.

―Si quieres nadar en la piscina mínimo quítate la ropa.

―Lo intentaré, la próxima vez.

George le lanzó la toalla mientras seguía partiéndose de la risa. Sasuke comenzó a secarse eficazmente con rápidas pasadas. El agua acumulada en su cabello y cuello fueron secándose dejando ver su rostro al descubierto. Esto hizo que la boca de Sakura se secara. Maldita sea, sin duda era más atractivo de lo que llegó a imaginar. Muchísimo más.

―Y trata también de no gilearte(1) a mis visitas―señaló George señalando de forma obvia a la aún húmeda Sakura.

―Eso es algo que no podré cumplir.

El moreno fijó su mirada en unos brillantes ojos verdes que no habían dejado de observarlo en todo momento. Mayormente mostraba indiferencia y fastidio ante esa fijación que tenían las personas en verlo sin parpadear. Especialmente mujeres. Era tan molesto ser algo parecido como un raro espécimen de feria, que lo irritaba de sobremanera. Pero esa mirada era distinta.

Directa, con una pizca de admiración y sin miedo de por medio.

Curiosa.

Algo dentro de él se agitó.

George arqueó una ceja extrañado. Su amigo no tendía a actuar así y mas por una extraña, a no ser que…

―Mierda, la cámara.―el fotógrafo se meció los cabellos asustado. ―No me digas… Mierda, mierda. Quieres decir que te lanzaste con la amiga de mi modelo a la piscina y ¡¿no te quitaste el maletín con la cámara?!

Sasuke no perdió el contacto visual con la pequeña mujer a solo unos pasos de distancia. Solo atinó a encoger un hombro como si haber perdido una cámara profesional fuera un objeto sin valor, como botar al tacho un lapicero de punta rota. Sin embargo, George sabía que sí era mas de lo que el moreno revelaba.

―Puta…lo siento amigo. Esa cámara era especial no?

―Disculpen, ¿sucedió algo?

Sakura se había acercado a ellos rodeada aun por la toalla. Si había escuchado correctamente había pasado una desgracia. La cara de George lo decía todo.

―Eh, Sakura. Pues sí, aquí mi colega perdió algo de mucho valor.

―¡¿Qué?!

Sakura vio de reojo el rostro de Sasuke que no había dejado de observarla. Un hombre sexy pero estoico. Nada se dejaba traslucir a través su mirada, pero ella podía percibir algo en sus ojos. Ahora debía por todos los medios tratar de recuperar lo perdido. Se lo debía después de haberla ayudado. Grandioso, Sakura. Grandioso.

―Es cierto, aun no se conocen. ―George hizo las presentaciones del caso―Muchachas, éste es Sasuke Uchiha.

―¡¿Sa-Sasuke Uchi-Uchiha?!

Sakura vio confundida a su amiga ¿Y ahora que le pasaba?

―Sasuke, ellas son Ino Yamanaka―George señaló a la rubia tan confundido como Sakura por su actitud― y su amiga, Sakura…

―Sakura Haruno―completó la pelirrosa― Yo te agradezco que me salvaras…y ahora debo saber que fue lo que sucedió.

George miró a Sakura bastante pensativo.

―Ehm…Sakura no creo que puedas resolver esto. ―caminó hasta el borde de la piscina viendo en el fondo el maletín negro donde se encontraba la cámara ya arruinada.

―Insisto en saberlo.

No podía dejar de preocuparse. Tendía a cumplir con sus dudas costara lo que costara.

Resignado, George le contestó―Una cámara profesional se encontraba en un maletín negro con varios lentes fotográficos.

Sakura tragó saliva un tanto nerviosa―Y no me digas que el maletín…

―Se hundió.

Oh mierda.

―Pe-pero no hay nada que pueda hacerse…

―No, Sakura. Esas cámaras son muy delicadas y por supuesto que no son aprueba de agua.

Ella se meció los cabellos aun húmedos. Necesitaba pensar y saber cómo solucionarlo. Ella siempre era buena buscando salidas y logrando resultados.

―Saben creo que podemos discutir esto en otro lugar. Sakura te estás congelando.

La mencionada tembló ligeramente. No lo había notado pero de verdad que estaba sintiendo un frío espantoso.

George intervino preocupándose de sus invitadas―Mierda. Cierto, cierto. Disculpen, entren a la casa.

Los dirigió hacia una de las entradas que conectaba con la sala de estar. Así como todas las estancias del lugar, era grande y extremamente lujosa.

―Llamaré a María para que se encargue de secar sus ropas. Sasuke, Sakura vengan.

Ni bien se fue George con Sasuke, Ino cogió del brazo a Sakura llamando su atención. La rubia seguía teniendo una mirada llena de preocupación.

―Ay, Ino. ¿Qué te pasa?

―Sakura, escúchame. Y por favor, escúchame en serio.

Desconcertada, la pelirrosa solo pudo observar a su amiga. ¿Qué lo que le estaba pasando?

―Es Sasuke. Ten mucho cuidado con él.

―¿Qué?

―Te estoy diciendo que no te confíes tanto, Sakura. Sasuke es…

―Espera, espera.

Ahora que Sakura estaba perdida. ¿Tener cuidado? Pero…¿Qué tiene Sasuke?

―¿Estás loca? ―Sakura negó con la cabeza rotundamente― Ino, realmente…

―Sakura, no seas tan terca ―la rubia siguió hablando interrumpiéndola. Necesitaba que Sakura la entendiera― Soy modelo. Conozco este mundo, tu misma me repites que aquí estás fuera de tu elemento. Y por eso te digo que Sasuke no es lo que parece.

Sakura bufó―Ino, por favor. ¿Eres mi madre para decirme que tengo que hacer?

―¡Pero, Sakura…!

―Tranquila. No va a pasar nada. Él no es el cuco o algo por el estilo. ―Sakura suspiró un tanto irritada― Voy a cambiarme.

Ino trató de seguir convenciéndola pero fue inútil. Sakura siguió el camino que la llevaría a estar a solas con Sasuke Uchiha.

Obstinada idiota.

Mordiéndose el labio empezó a deambular por la sala hasta que George apareció. De forma abrupta lo tomó del brazo, era necesaria una conversación con él.

―Se puede saber cómo demonios conoces a Sasuke.

―Pero que diablos, Ino. ¿Qué pregunta es esa? ―su amigo bufó― Mas bien debería preguntar quién no conoce a Sasuke Uchiha. ¿Acaso tu no?

―Claro que si, todos los que estamos en el medio hemos oído sobre él…y su reputación.

―Es uno de los mejores fotógrafos del mercado. Un ídolo. Como modelo, seguro que sería más famoso como lo es como fotógrafo.

Ahora le tocó a Ino bufar― No me digas. Estoy segura que ganaría mas dinero como modelito de revista. GQ(2) rompería su record de ventas con solo una portada suya. No ves como las tipas se mueren por él.

―Los modelos en general piden que solo él los fotografíe. Hasta hacen reservas, a ojos cerrados se entregan a sus manos. ―George se encogió de hombros―Pocos tienen su talento.

―Dinero, atractivo y talento. La perfecta mezcla llamada Sasuke Uchiha.

―Cierto. Me gusta codearme con colegas de su reputación. Además es buena onda, a pesar de ser un poco…reservado.

―Si, pero aparte de eso no has escuchado sobre él y bueno, sus…

Puso los ojos en blanco―Ino, no seas prejuiciosa. Nunca creía que fueras tan cucufata.(3)

Ino se sonrojó avergonzada―No lo soy. Sasuke Uchiha es sinónimo de problemas. Me da mala espina.

Ella no era cucufata. Solo temía por Sakura y como solita se había metido en la boca del lobo.

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Pensativa, Sakura entró a la habitación de invitados. Era muchísimo mas grande que su propio cuarto. Elegante y con toda esa onda chic que la dejaba fuera de su elemento, como bien se lo dijo a Ino. Siguió caminando hacia el cuarto de baño pero se detuvo. Escuchó correr la ducha y de forma abrupta detenerse. Sin duda Sasuke había tomado un baño y ya había acabado.

Sasuke no es lo que parece.

Sacudió la cabeza fastidiada, Ino le había metido a la cabeza tontería y media. ¿Acaso conocía a Sasuke? ¿Cómo puede ser tan peligroso?

Y es cuando se dio cuenta que su mejor amiga podría tener la razón. Esta vez.

La puerta se abrió y dejó paso a uno de los cuerpos mas increíbles que había visto. Gotas de agua recorrían un torso esculpido de piel clara pero ligeramente bronceada por el sol. Cada hondonada, cada curva denotaba vitalidad, virilidad y la mas peligrosa de las tentaciones. Una floja toalla que se encontraba alrededor de sus caderas no permitía apreciar mas el paisaje. Sin embargo podía imaginárselo, provocando que se sonrojara tontamente.

Se abofeteó mentalmente.

Deja de babear delante del hombre, Sakura.

Alzo la vista sin dejarse intimidar por sus notables atributos físicos y siguió inspeccionando su rostro. Y qué rostro. Penetrantes ojos negros, una cincelada nariz y unos labios hechos para el pecado.

Era guapo, pero al mismo tiempo con un toque tan masculino que daba gusto a la vista. Si tan solo escuchando su voz era impresionante, tenerlo frente a frente era devastador.

Sakura no solía toparse con hombres tan…así. Tan sensuales. Sus amigos nunca lucían tan buenos como los postres que preparaba. Era un milagro que ella tuviera la preciosa vista de ahora. Así que, aun sonrojada pero con la suficiente valentía tomó la decisión de no dejarse intimidar por tremendo hombre.

Sasuke avanzó pasando por su lado. Menta y chocolate olfateó su nariz. Irresistible.

―Es tu turno.

Sakura tragó saliva mientras un pequeño escalofrío la recorrió. Un placentero escalofrío.

―Gracias.

Lentamente se hizo paso hasta llegar al cuarto de baño, del cual cerró con pestillo. Solo por si acaso.

Sakura se apoyó contra la puerta dando un largo suspiro. No estuvo mal. Simplemente se cambiaría de ropa y muy tranquilos ambos hablarían y se pondrían de acuerdo.

Sí, Sakura. Todo va a estar bien.

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Le intrigaba.

Era diferente, tan fresca e inusual. No el tipo de siempre, pero sabía que desde que puso los ojos en ella sería la siguiente.

Solo faltaba un detalle más…

Sasuke le dio una pitada al cigarrillo que tenía entre los labios mientras daba un vistazo a los jardines que George se vanagloriaba de tener en su casa. Sonrió ligeramente por lo pomposo y divertido que podía resultar ser. Un norteamericano con sentido del humor, chispa y un lenguaje vulgar de lo mas amplio. Buen fotógrafo y agradable compañía. Le agradecería después la ropa prestada y tendría que darle una nueva cámara para su próximo proyecto…

Lástima por el aparato, no es que le importara. Nunca se apegaba a las cosas materiales. Jamás.

Pero siempre habían excepciones a la regla, porque había cosas que siempre serían parte de él. Íntimos momentos que nunca se repiten dos veces.

Y esos momentos era lo que más apreciable. Solían ser tan efímeros que era una pena que no duraran mas. Sin embargo él podía lograr que perduraran...para siempre.

Escuchó cerrarse el grifo del baño dándole la señal para comenzar a ponerse cómodo. Se sentó en uno de los sillones de cuero de la habitación y dejó que el humo del cigarro lo entretuviera. Ya lo tenía todo planeado. Tan solo veremos que tan bien la pequeña Sakura Haruno reaccionaba.

Sonrió se medio lado sabiendo de antemano que ganaría. Porque el nunca perdía y mucho menos comenzaría ahora.

Cerezo, ya eres mía.

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Nudo I: Invitación

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(1)gilear: seducir de forma descarada, coquetear.

(2)GQ: revista mensual para hombres que se enfoca en la moda, el estilo y la cultura masculina.

(3)Cucufata: santurrona, chapada a la antigua


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RoFer reportándose.

Pues sí, heme aquí con otra historia. Espero que hayan disfrutado con este inicio bastante directo. Adelanto que no es mi plan hacer un fic largo, claro que todo depende de sus comentarios y mi imaginación ;)
El Shibari siempre me ha parecido un topic interesante y que, así mismo, me ha causado mucha curiosidad. Viendo mas allá del trasfondo erótico, admiro toda clase de belleza y el Shibari es belleza en todo el sentido de la palabra.

Fue irresistible la idea de volverlo un fic sasusaku. No puedo dejar de pensar en Sasuke, cuerdas, y todas esas cosas picantes xD
Anyway, esperaré con ansias sus comentarios. Sean sinceras y no me hagan tanto bullying. LOL

Nos vemos gente linda.

PD. Lo sé, lo sé, no me he olvidado de los otros fics. Tranquilos todos :)

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