¡Hola! Para todos aquellos que estén leyendo esto y que también estén siguiendo mi fic Johnlock "Daybreak" les pido que por favor me esperen un poquito; no lo he olvidado ni lo pienso abandonar, es solo que la musa me está dando mensajes encontrados y entre ellos venía el de este fic el cual necesitaba sacar de una buena vez (antes de volverme más loca de lo que ya estoy XD) En breve subiré otro capítulo de ese fic, solo por favor, ténganme paciencia =)
Disclaimer: Los juegos del hambre y Las Tortugas Ninja, situaciones, personajes y demás no me pertenecen a mí, sino a sus respectivos autores.
PROLOGO
Hace más de setenta y cuatro años, grandes catástrofes naturales destruyeron la mayor parte del planeta. Sobre lo que había quedado de lo que un día fue Estados Unidos nació un nuevo país, Panem, formado por una ciudad central, El Capitolio, hogar del gobierno, y sus trece distritos que se encargaban de proveer los recursos necesarios, todo en una aparente armonía y paz.
Pero el gobierno del Capitolio se volvió corrupto y oprimía a los distritos tratando a su gente como esclavos, lo que provocó que se levantaran en armas en su contra; todo iniciado por la gente del distrito trece, el último de Panem, quienes animaron a los otros y se lanzaron a la batalla contra El Capitolio en busca de igualdad e iniciando así lo que se conoció como "Los Días Oscuros".
Y aunque El Capitolio tenía un ejército más preparado, los rebeldes no desistían e incluso llegaron a ganar algunas batallas; esto obligó al gobierno a mejorar sus armas y usar la última tecnología de punta tanto armamentista como genética para iniciar el contra ataque; de esa forma, los rebeldes vieron estrellarse sus escasas fuerzas contra los tanques de guerra de vanguardia, los aero deslizadores que podían bombardear un área en pocos minutos y una de sus armas más terribles, los mutos.
Mutos o mutantes, eran animales, ya sea alterados o mezclados para ser mejorados, o un animal base convertido en humanoide, creados por los ingenieros genéticos del Capitolio con el fin de enfrentar a los rebeldes; estos científicos podían convertir a un gato común en una terrible fiera come hombres, o crear aves que pudieran repetir las conversaciones humanas, o incluso tomar cuerpos humanos y mutarlos a bestias sanguinarias; así, El Capitolio aumentó el grueso de sus ejércitos y obtuvo la ventaja.
Una de estas criaturas fue una rata humanoide designada con el código 4264, creado en un laboratorio en base a una rata común, sus habilidades naturales le permitían infiltrarse en casi cualquier lugar; su cerebro fue alimentado con todos los conocimientos sobre artes marciales que habían sido rescatados por maestros sobrevivientes que los habían dejado para la posteridad, lo cual le hacía un arma de cuidado. Sin embargo, El Capitolio no contaba con el hecho de que estas criaturas poseían inteligencia y que con ella venía el razonamiento. El horror de la guerra, la sangre inocente en sus manos y el dolor de los humanos y sus hermanos mutantes, ablandaron el corazón del espécimen 4264, a lo igual que el de otros mutos, haciéndolo rebelarse ante sus creadores y uniéndose a la rebelión. El ingreso de varios mutos a las fuerzas de los distritos casi niveló la situación y los rebeldes se creyeron capaces de ganar la guerra. Por desgracia El Capitolio no iba a rendirse tan fácilmente; incrementó su arsenal y sus ejércitos arrasando con varios rebeldes y destruyendo el distrito trece, el iniciador de la guerra, haciendo que los otros lo vieran y dejándoles claro que, con esa misma facilidad eran capaces de destruirlos a ellos si no se rendían.
Los ejércitos rebeldes dejaron las armas, los distritos volvieron a reorganizarse y la gente volvió a sus antiguos puestos como campesinos y obreros; los mutos sobrevivientes no fueron destruidos por el Capitolio, sino que se integraron a la vida en los distritos, creándose así una población mixta entre humanos y mutantes que compartían el trabajo y el pan mientras que El Capitolio retomaba el poder.
A partir de ahí el yugo del Capitolio hacia los distritos fue aún más severo; se crearon fuerzas de "Agentes de la paz", hombres y mutos entrenados en la gran ciudad para servir de policía militar, haciendo valer las leyes ahora más rígidas del gobierno, autorizados a torturar o incluso a ejecutar en las plazas públicas a aquellos que se atrevieran a infringirlas; los racionamientos de comida para cada distrito fueron aún más reducidas, y en una sed de venganza, para hacerles pagar por cada vida del Capitolio que habían tomado en la guerra, se instauraron los "Juegos Del Hambre", una "competencia", donde un chico y una chica de cada distrito, humano o mutante, de entre doce y dieciocho años de edad, serían entregados por su gente como tributos al capitolio, para ser lanzados a un campo de batalla en el que lucharían hasta la muerte y donde solo debía quedar un sobreviviente al cual lo colmarían de fama y riqueza, pues para el gobierno esto era como una festividad, un evento que incluso era televisado para diversión de los ricos y tratado como una gran celebración; el pueblo no podía quejarse al respecto y debían cooperar completamente a menos que quisieran ser destruidos en maza, solo podían observar y comprender el mensaje: "miren como nos llevamos a sus hijos para matarlos frente a sus ojos".
El espécimen 4264 tomó el nombre de Hamato Yoshi (en honor a uno de los principales maestros de quienes obtuvo sus conocimientos), aunque sus amigos le conocían como "Splinter"; se integró al distrito doce después de la guerra, comenzando así una nueva vida y trabajando como minero en una de las tantas minas de carbón de aquel lugar; pero no perdía la esperanza de retomar la rebelión, uniéndose en secreto con un grupo de humanos y mutos que aun pretendían tomar las armas.
Pero esos deseos se apagaron tras muchos años.
¿La razón?
Splinter adoptó a cuatro mutos bebés; unas tortugas, hijos de unos de sus viejos compañeros de guerra que también se habían instalado en el distrito doce; la madre murió dando a luz y el padre, quien pertenecía al mismo grupo de Splinter que pretendía reiniciar la guerra, fue descubierto como conspirador y ejecutado. Splinter, horrorizado y dolido por la suerte de los pequeños los tomó bajo su tutela antes de que fueran llevados al orfanato, apartándose del grupo de conspiradores; desde entonces, el viejo guerrero se dedicó de lleno a aquellos niños, criándolos como si fueran suyos, trabajando para evitar que les faltara nada y lo lograba en lo posible; olvidó por completo sus ideas de una nueva revolución, sin embargo, le enseñó a sus niños, en secreto, todo lo que sabía sobre artes marciales para autoprotección, esperando que llegaran sanos y salvos a los diecinueve años y así salir libres de los juegos del hambre.
