Ojos que no ven, corazón que no siente.
Cap.1
Podía oír el trinito de los pájaros y también sentía como los rayos de luz golpeaban mis ojos con tanta intensidad, era de dia, al parecer un hermoso día pero….yo no lo podía ver.
-señorita Kagome levántese por favor, se nos va ha hacer tarde y no creo que le guste llegar tarde a su clase- me dijo mi nana kaede, al entrar por la puerta de mi casa, dando pisadas sonoras pero cortas, nunca la había visto, no sabia como era ella pero, sentía que era una persona de gran corazón, por su voz y los años que llevaba cuidándome podía decir que tenia 62 años, y para mi era la madre que nunca conocí, joven y hermosa, esa era la forma en que la veía dentro de mi.
-kaede…-susurre levantando mis brazos- aun es temprano….-aunque sinceramente no sabia la hora que seria-….
-claro que no-dijo mas que enojada, mientras oía como habría puertas y cajones, de lo que yo ya sabia, era mi ropero.-son las 8 y tiene clases a las 9, y aun no se a parado de esa cama-me grito mas que desesperada.
-vale, vale voy-dije resignada, mientras colocaba una de mis manos en el buro de afrente que ya conocía y con la otra me impulsaba, para así poder buscar caminar hacia el baño, siguiendo una trayectoria que yo ya conocía desde que era niña una trayectoria que no conocía.
Abrí la puerta y poniendo mis manos al frente, empecé a caminar, esperando no tropezar contra nada como usualmente lo hacia
-señorita espera-oí decir a mi nana mientras encendía el interruptor y me tomaba de la mano para llevarme a la tina, nada podía hacer sola.
-sonreí- kaede no era necesario que encendieras la luz…..después de todo no puedo ver-dije con algo de melancolía pero tratando de sonar graciosa.
-pues con la luz apagada menos veras-me dijo regañándome y haciendo que soltara una pequeña risa
-venga apurémonos
-maldiciones…-susurre mientras me tocaba mi cabeza, dolía peor que cualquier cosa, y lo peor es que aunque siempre tomaba de mas, nunca me acostumbraba a las malditas resacas de el dia siguiente.
-mmm…-oí susurrar a mi lada, para al voltear encontrarme con una mujer, de cabello negro hasta el cuello, piel blanca y pestañas largas, podía notar como el maquillaje se le había corrido un poco y…la sabana cubría lo demás. Era hermosa, pero no era nada para mi, ni esa ni todas las que habían estado en mi cama, eso si, siempre elegía a las mejores.
Me levante de la cama, necesitaba tomar algo para la cabeza antes de que el zumbido en ella terminara de perforar mis oídos, note que no llevaba nada puesto-feh!..-susurre, al parecer había sido una buena noche y no la recordaba.
-InuYasha…a donde vas- oí decir a la mujer de mi cama, mientras intentaba se acomodaba mejor en ella
- a tomar algo, y vístete quiero que te vayas-dije cortante, con todas tenia que ser lo mismo, nunca se podían ir por ellas mismas, uno tenia que sacarlas
-pero que te pasa-oí gritar a la mujer mientras se paraba y tomaba su ropa, esperaba poder tomar una pastilla antes de oírla gritar, pero al parecer se adelanto
-lo que oíste, vete-dije tangente mientras buscaba por todas partes la cajita- maldiciones…se acabó-mencioné mientras empezaba a cambiarme
- ¡quien te crees para decirme lo que tengo que hacer!- y empezábamos de nuevo….
-feh!-dije, mientras tomaba mis llaves y mi mochila para comenzar a caminar hacia la puerta, ignorando lo que la mujer decía-cierras la puerta antes de salir –mencione mientras salía de mi departamento-que mujer..-dije mientras tomaba mi cabeza con mi mano y comenzaba a caminar hacia la farmacia
-¿vaya noche, no InuYasha?-dijeron por atrás de mi mientras escogía mis pastillas de siempre en la farmacia
-que quieres kuoga -mencioné enojado y cogiendo la caja
-vaya-dijo en forma de burla mientras el compraba la misma caja- se ve que esta ves no fue buena
-cállate-dije cortante- no se supone que deberías estar ya en clases-dije en forma de burla
-lo mismo digo, o es que el hijo de un empresario también puede comprar sus calificaciones-pregunto con sorna
-idiota-mencioné enojado mientras lo tomaba del cuello de su camisa y el tomaba el mío- no sabes nada, así que cierra tu maldita boca
-vaya-dijo sonriendo- no puedo creer que también sufras en eso-menciono mientras comenzaba a reír- pero vale, no continuare por oi-dijo soltando mi cuello mientras yo soltaba el de el- solo por que la señorita se ha asustado-dijo al ver a la enfermera que tenia la medicina en sus manos- hasta luego-mencionó al tomar la caja y dejar el dinero
-estúpido-susurre al hacer las mismas acciones que el-gracias… y disculpe-mencione mientras tomaba una pequeña pastilla y la metía a mi boca
-vaya al menos terminamos antes y te ver hermosa con la ropa que te trajo tu papa-mencionó mi nana mientras preparaba mi desayuno, no sabia de que color llevaba puesta la ropa, pero era un conjunto de una falda hasta las rodillas y una blusa con tirantes junto con unas zapatillas, aunque la verdad, no le ponía atención o si combinaba o si era la moda, por que kaede siempre había tenido un buen sentido de la moda, ya que ella había sido modelo en sus años.
-vaya..-mencioné, como si le estuviera poniendo atención a mi nana, mientras llegaba a mi el olor de mi desayuno al frente de mi
-vamos mi niña, come rápido que se nos hace tarde-dijo al volverse a la cocina
-vale…-susurre.
-maldito kuoga, maldita escuela, maldito padre-dije mientras caminaba
-creo que falto yo en la lista-dijo en forma de burla
-feh!, maldito Miroku-dije con una sonrisa arrogante
- bien ya nadie falta-dijo comenzándose a reír- mala noche-pregunto mientras saludaba a cuenta mujer se le ponía al frente
-cállate-dije riendo- otra mas en mi cama, así que no, fue como siempre
-deberías de ser estable-menciono reprochándome
-cállate-le conteste tangente- ya estoy estable con mi relación con Kikio, ¿no?-dije aburrido de esa platica
-riendo- eso si tiene que ser una burla, los dos se acuestan con cualquier desesperado o desesperada que tenga cuerpo
-bien-dije bostezando- entonces digamos que estoy estable con ella por mi padre
-es mas lógico-dijo riendo
-venga apúrate que tenemos clases-dije cansado
-y eso desde cuando te importa mi querido amigo-dijo en forma de burla
-desde que vi a Kikio dirigiéndose aquí-dije con fastidio
-InuYasha-me llamo la susodicha
-que-pregunte con simpleza
-se supone que tenias que pasar oí la noche con migo, ¿Dónde se supone que te metiste? Te estuve esperando,-reprochaba la mujer, mientras ponía sus manos en mi pecho y me comenzaba a besar, yo solo la rodeaba con los brazos, cierto era que no nos respetábamos, pero era hermosa la mujer: piel blanca como la nieve, los ojos negros, profundos y hermosos, el cabello largo y lacio hasta la cintura y un cuerpo, que nunca me cansaba de tener en las mañanas, noches y tardes- trabajo,- dije mientras le regalaba una sonrisa, al parecer el mar humor se había ido
-tontito-dijo en forma de juego- vamos acompáñame a mi salón-dijo arrastrándome
-y si te acompaño a la parte trasera de la escuela-le mencioné mientras la abrazaba por atrás y caminábamos dentro del instituto, sentía que la pastilla ya estaba haciendo efecto.
-si claro, nos vemos en clase-oi decir al tonto de Miroku- que tu y Kikio tengan lindo sexo- grito mas fuerte
-tonto-susurre
-idiota-dijo mi compañera, mientras nos desviábamos de su salón, había ganado.
La limosina seguía su curso, sentía como daba muchas vueltas, pero no sabia por donde íbamos.
-llegamos mi niña-me dijo mi nana al oír como habrían mi puerta, busque una mano que me ayudara a levantar y así poder empezar a caminar, mientras oía a mi nana despedirse de mi, para posterior mente dejarme sola la persona que me había ayudado. Me encontraba en una preparatoria "especial", era para gente sorda, muda y…ciega, lo curioso de esta es que se encontraba a un lado de otra preparatoria, solo que esta era "normal", así que emprendí mi camino que ya me había memorizado, caminaba, subía 4 escalones, doblaba a la izquierda y continuaba hasta topar con pared, para después buscar una puerta a la derecha, ese era mi salón de siempre, y aunque por ser hija de un famoso empresario, tenia la libertad de no cargar mis libros y dejarlos en el loquer, creía que así era peor, por que me tardaba en buscarlos y aunque era experta leyendo braille.
-Kagome, ¿eres tu?-escuché que preguntaban a mi lado
-si Ayumi,-dije mostrando una sonrisa, aunque era inútil, ella también era ciega
-que alegría, pensé que no vendrías-escuche que me decía de una forma mas relajada, mientras sentía como ella habría su loquer al lado de mi y empezaba a buscar sus libros
-chicas!-escuche a alguien mencionar a tras de nosotras- me alegra verlas- dijo Eri con una voz alta, ella era sorda..
-sonreí, mientras en un papel escribía, "a mi también me da gusto verte", y aunque sabia escribir en braille también había aprendido a escribir en "español" solo que…chueco
-y aquí esta Yuka-dijo grito mas que emocionada, ella era muda….."hola, buenos días", le escribí a Yuka.
-venga ahí que apurarnos-dijo Eri mientras nos ayudaba a buscar nuestros libros y nos guiaba hasta nuestros lugares, ella era nuestros ojos y a veces boca, por eso le tenia un carillo grande, era lo mas normal con nosotros…o eso creía
Por mas que buscaba no podía encontrar nada en que distraerme, teníamos examen de trigonometría y ya había acabado, y aunque era un donjuán que se acostaba con cuan chica le gustaba, también era listo, era por eso que nadie podía decirme nada, solo mi maldito padre.
Puse mi atención en la escuela de alado, era para gente "especial" como se decía aquí, la verdad es que sentía pena por ellos, vivir a expensas de otros y no poder ser aceptado, aunque siempre que veía, ellos Vivian una vida como la nuestra, solo que mas dura, y no entendía por que simplemente no se implementaban o operaban lo que tenían mal, estas eran escuelas de empresarios, presidentes y políticos, ¿Qué les faltaba?.
-feh!-susurre, mientras me estiraba y volvía a posar mis ojos en la ventana, me estaba aburriendo, y eso que apenas empezábamos el año, el ultimo año.
Mientras seguía perdiendo mi tiempo, pude notar como una mujer se ponía a la misma altura que yo, tenia el cabello azabache, vestía una falda azul claro con un cinturón negro de cuero y una blusa rosa de tirantes, que dejaba mucho a la vista…demasiado, aunque por ser días de calor, estaba perfecto…. Y sin contar que era hermosa….un poco parecido a Kikio….pero ella tenia un aire mas inocente, mas calmado y siempre sonreía, hermosa.
-señor Taisho, ha terminado-me pregunto el maestro mientras se paraba en frente de mi-
-si-dije con simpleza, mientras volvía a posar mi mirada en aquella chica, y notar que ella ya se estaba yendo del salón, mire mi reloj, ya había terminado la clase- me retiro-dije mientras aun estaba el maestro al frente de mi, ahí esta mi examen- dije mientras salía caminando del salón para después correr y tratar de ver a donde se dirigía ella, tenia que conocerla.
