Ann: ¡We're back baby °¬°!
Ro: xDD
Ann: Sencillamente no puedo evitar escribir sobre este anime °¬°, en verdad lo adoro n0n
Ro: Así como adoramos a Yukio y a Rin n-n
Ann: Hai °¬°
Ro: Por eso esperamos les guste y no sean muy duros, ya que Ann sigue siendo nueva con esta pareja Ne n-n. Yo no soy la que escribe oO, sólo estoy para hacer compañía n—n.
Ann: De acuerdo, el Fic tiene una pequeñas menciones del manga oO, pero no es nada particularmente importante n-n.
Ok, Ao No Exorcist no nos pertenece bla, bla, bla, no ganamos ni un peso con esto, y bueno todas esas cosas que siempre toca repetir -.-
Homo fóbicos ¡HUYAN! Advertencia incesto YukioxRin, luego no digan que no se los advertí ¬¬
CAPITULO UNO: TAKE IT OFF (KESHA)
Había algo que no estaba bien, pero no era un sentimiento nuevo. Más bien se trataba de una sensación antigua que había ignorado, y que ahora le caía en la cabeza como un baldado de agua fría, o una enorme baldosa. No hubo aviso ni anticipación, por lo que Yukio frunció el ceño mientras intentó concentrarse en el paisaje nocturno que desfiló a través de la ventana del automóvil.
Hace exactamente un par de semanas terminó ese maldito lio con su "abuelo", por lo que ahora siendo un demonio, el menor de los Okumura sabía que las cosas con su hermano cambiaron. Claro que no es como si supiera exactamente de que manera, pero el sentimiento fue suficiente para que resoplara por lo bajo y mirara de reojo a su gemelo. Él estaba hablando con los demás exorcistas, donde esa contagiosa energía consiguió que todos terminaran sonriendo, y hablando con calma sobre la misión asignada.
Sin embargo, recordar a su abuelo hizo que un tinte de melancolía surcara sus ojos. Esa noche ambos había dormido en la misma cama, no dijeron nada en particular, aunque Yukio se disculpo mil veces por haberlo lastimado. Rin lo perdono sin dudar, ni pensarlo demasiado. Pero en la oscuridad, cuando las heridas del mayor ya estaban mejor, se apoyaron juntos sin abrazarse porque quizás no lo dijeron en voz alta, pero el temor de perder al otro estaba tan presente y palpable, que la idea los aterro.
Rin podía ser el hijo de Satan, pero recibió un disparo, de esos que exterminan demonios (por eso se demoro tanto en sanar) Y Yukio…él no pudo evitarlo, sólo jaló el gatillo a traición. Porque aun siendo un demonio, podía ser poseído.
—Hn.
Quizás por eso, toda esa felicidad que casi hacia brillar el interior del vehículo, logro que rodara los ojos y apoyara el rostro en la palma de la mano. Su expresión fue de aburrida indiferencia en cuanto volvió a centrarse en la ventana. Tal vez estaba siendo algo exagerado, porque siendo un demonio, obviamente las cosa con Rin no podían ser iguales.
Nii-san ya estaba acostumbrado a sus poderes, pero para él eran nuevos y extraños. Cualquier descuido podía desatar las llamas azules, y casi juraba que su cola tenia mente propia, porque a veces se movía por su cuenta y terminaba enredándose con la de su hermano. Además tenia orejas puntiagudas, y unos colmillos que gracias a Dios, no los notaban los humanos o sus clases normales se habrían vuelto un infierno.
Transformarse definitivamente cambio muchas cosas, por lo que Yukio gruñó esta vez. Luego, miró de nuevo al peliazul. Sin embargo, su actitud apática e indiferente no podía ser tomada muy enserio, debido al bonito rubor que nació cuando el otro sonrió.
—Tks.
…Quizás todo seria más fácil si Nii-san no le complicara tanto la vida.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Es fácil apreciar un bonito día, en especial cuando el sol muere tras las montañas, y el cielo se tiñe de rojo carmín. Aunque, cierto muchacho de gafas, observó desinteresado el extenso firmamento una vez alzo la mirada. El trabajo como exorcista había sido lento y suave, como si sus superiores lo estuvieran evaluando. Y en realidad no podía tomarse la situación como algo personal, ya que básicamente era un gesto de protocolo, donde se aseguraban que no era un peligro para nadie.
Rin no podía tomar la responsabilidad de cuidar de su hermano como lo hizo Yukio porque, pues… él no es Yukio. El mayor de los Okumura tenía una manera muy salvaje de ayudar, por lo que el vaticano no iba a correr el riego de poner a un demonio a vigilar a otro.
No obstante, el pensamiento bastó para que sonriera ligeramente. Después de todo, el modo de ayudar de su gemelo podía ser muy peculiar.
—Tadaima (ya llegue)- dijo por mera costumbre, cuando cerró la puerta principal de los dormitorios.
—Okaerinasai (Bienvenido)
Eso fue suficiente para que se por inercia al oír la voz de su Nii-san en la cocina. Ahí, inevitablemente sonrió en cuanto lo vio con el delantal puesto, mientras iba de un lado a otro entre las ollas y los ingredientes que colocó en el mesón.
—¿Qué estas preparando?- preguntó Yukio mientras aflojó la corbata, y dejó el saco en uno de los asientos.
—Un postre- sonrió Rin—No esta listo, pero ¿quieres probar?
Sin mas, el peliazul vertió un poco en un platico. Aunque lo peculiar (pero no por ello extraño), fue verlo usar uno de sus dedos para tomar algo del dulce y llevárselo a la boca. Fue un gesto simple y cotidiano, pero Yukio se encontró siguiendo cada pequeño movimiento sin apenas parpadear.
—Toma- ofreció Rin de nuevo, sólo que tomó una cucharita y se la entregó al castaño que la recibió en silencio.
Yukio vio esos delgados labios entreabrirse de nuevo, y acobijar junto con una húmeda intrusa el dulce que albergaban sus dedos. Como ya dijo esto era normal, pero no se sentía así…de verdad había algo extraño, algo que cambio.
—¿Estas bien?- preguntó el mas bajito, y en menos de dos segundos estaba a un palmo de distancia— Estas rojo ¿Te sientes mal?
"Mu… ¡muy cerca, muy cerca!"
—Estoy bien- dijo al ponerse de pie y dejar la cuchara de lado. Después sencillamente dio media vuelta y se fue.
Eso logro que Rin parpadeara curioso un par de veces, mientras lo vio recoger sus cosas. Su gemelo parecía un poco inquieto últimamente, por lo que mantuvo la mirada fija hasta que ya no pudo verlo más. Sinceramente hubiera indagado mas en el asunto, pero todavía estaba cocinando, así que mas tarde investigaría (si es que no se le olvida, claro esta)
Por otro lado, el menor de lo Okumura subió rápido las escaleras, y cerró con mas fuerza de la necesaria la puerta de su habitación. No sabía exactamente porque se sentía tan intranquilo, pero se quedo quieto como si tuviera un serio conflicto mental. Al final tiró las cosas en la cama, y se apoyó en el escritorio, donde se llevó una mano a la cara.
De acuerdo, tranquilo…inhala, exhala. ¡Intenta que tú corazón se tranquilice maldita sea! Esta vez debió cerrar los ojos y respirar hondo, sin embargo pasados unos segundos se centro en algún punto de la nada, entre la puerta y las camas. Sabia que el hormigueo que sentía en el estomago no era algo nuevo, pero jamás pensó que ese suave sentimiento cambiara tan drásticamente.
Demonios, realmente no quería pensar en ello, no quería indagar en lo que significaba; y aun cuando sabia que estaba siendo irracional, no le importo en lo más mínimo. Porque la gentil sensación que surgía cuando tocaba a su Nii-san, ahora no parecía tener sentido. Y si, era consiente que no era muy normal sentirse así cerca de él, pero podría atribuírselo a su extraña vida (aunque eso tampoco tenia mucho sentido)
Cansado, se masajeó el puente de la nariz luego de alzar las gafas. Necesitaba buscar una manera de distraerse, así que se quitó la corbata y fue por algunas cosas para bañarse. La acción no fue inusual, ya que estaba dentro de los parámetros de su rutina. Por ello se desabotonó la camisa con una mano, mientras la otra llevaba el cambio de ropa bajo el brazo.
—¿Uh?
Sin embargo apenas abrió la puerta, un delgado cuerpo chocó contra el suyo. Aparentemente Rin tenía intenciones de entrar, porque su mano todavía sujetaba la perilla, mas el inesperado tirón lo obligó a irse hacia adelante. Además, cuando quiso darse cuenta, tenía el rostro contra un pecho semidesnudo, así que aturdido en un principio, alzó la mirada sin alejarse ni un centímetro.
Yukio también se veía algo sorprendido de la repentina posición, pero sólo pudo enarcar una ceja cuando vio a su Nii-san apoyar las manos en su pecho para ganar distancia. El ligero roce y la estrecha cercanía lo erizaron, pero definitivamente se sonrojo cuando el otro sonrió con ese tipo de genuina felicidad, que no parecía notar nada extraño.
—Hey Yukio- saludo- La cena esta lista.
—Voy a bañarme y ya bajo.
El castaño estuvo tentado a soltar la perilla para rodearlo de la cintura, y así tenerlo mas cerca; pero apenas la idea cruzó por su cabeza, se alejó rápido y pasó junto a su Nii-san sin mirlarlo una segunda vez.
Rin se movió para verlo, hubiera pensando que algo pasaba con Yukio, pero es difícil saberlo. Curioso por ello, enarcó una ceja aunque hubo una sensación incierta que le hizo bajar la mirada. Ahí colocó una mano en su pecho, como si intentara identificar el problema.
…Oh bueno, quizás era su imaginación, así que restándole importancia, terminó encogiéndose de hombros.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Estar en el medio del bosque durante la noche no fue premeditado. Estaban cenando cuando su celular sonó, y antes de siquiera poder pensar en otra cosa, ya estaban en el automóvil con dirección a una parte boscosa de las montañas (aunque siendo honesto, la llamada era para él, pero Rin insistió en acompañarlo) Según se le informó, un enjambre de demonios se salió de control y atacó a los humanos cerca de la zona. Los Tamer ya se habían encargado de casi todo el trabajo, pero había pequeños grupos que aun merodeaban los alrededores.
—¡Por aquí!- exclamó alguien entre los arbustos, y en respuesta el resto corrió hacia lo que suponían, era el líder del enjambre.
Moverse en la oscuridad es difícil, pero encender las linternas alertaría a los demonios, así que debían maniobrar en un terreno irregular donde se les atravesaban ramas, arbustos y tantas piedras y raíces que cada tanto saltaban y esquivaban lo que se les cruzaba en el camino.
—¡Waaaaaaa!
No obstante, el gritó de la izquierda los frenó casi de inmediato. Precavidos y alerta, el pequeño grupo de exorcistas se acercó donde se suponía que debería estar uno de ellos. Tres casi resbalan, así que Rin y Yukio debieron sujetarlos para evitar la caída. Pero, al final pudieron ver el enorme agujero que se mimetizaba fácilmente entre la noche y la maleza.
—¿Estas bien?- preguntó Shura. Todos se inclinaron, pero difícilmente podían verlo. Por ello estuvieron tentados a prender una linterna, pero por fortuna lo escucharon quejarse.
—Estoy bien. Sigan, ya los alcanzo- dijo desde abajo.
—Los aldeanos debieron hacerlo por los demonios- informó Shura- Tengan cuidado.
Como si eso fuera suficiente, reanudaron la marcha. Una pareja seguía adelante, y a cambio les dejó un rastro para seguir. De esa manera avanzaron, hasta que pudieron distinguir una monstruosa criatura que tenía forma de araña.
—¡WWWWAAAAAAAAAAA!
PUM
El golpe fue más duro de lo esperado, aunque eso podría atribuírselo al cuerpo que le cayó encima. Yukio gruñó entre dientes, e intentó acomodarse inútilmente.
—¡Estamos bien, sigan adelante!- aseguró entre la oscuridad. Y arriba escuchó como todos se alejaba.
—Hn.
Mas, sólo cuando reparo en ese quejido, fue realmente consiente de la situación. Por el momento, no sabia cual de los dos fue el que cayó en el agujero y arrastro al otro, quizás fueron ambos, pero todo paso tan rápido, que lo siguiente que noto es que estaba de espaldas, en un lugar que era insuficiente para poder estirarse por completo. El golpe tras la cabeza tampoco fue agradable, mucho menos cuando sintió las piedras incrustársele en la espalda; sin embargo lo llamativo del asunto, fue el cuerpo que comenzó a moverse en busca de una posición mas cómoda.
Así que quieto como una tabla, Yukio escuchó a Rin quejarse de mala gana. Mentalmente maldijo el momento en que noto el precioso roce sobre la ropa, donde apenas y se tocaban. Y aunque estaban en la mitad de una misión, en realidad el rango bajo le permitió distraerse ligeramente. No tanto como para no estar pendiente del entorno (porque sabia que no debía confiarse) pero si lo suficiente, como para ahogar un suspiro una vez su Nii-san acomodo las piernas a cada lado de su cadera.
Había una gentil y efímera cercanía donde Rin evitó sentarse en su regazo, pero mantuvo esa marcada distancia que erizó al menor.
—Eso dolió- dijo el peliazul- ¿Estas bien?
—….
Fue casi obsceno verlo gatear sobre su cuerpo, para que sus ojos se encontraran. El mayor también apoyó las manos en su pecho, y se inclinó de tal manera que podía verlo perfectamente. Después de todo su hermano no le respondía, así que sólo pudo asumir que algo no iba bien.
Yukio no estaba completamente acostado porque el espacio no lo permitía, así que su espalda se dobló en una posición incomoda, y como acto reflejo flexionó las piernas quizás en busca de mejor posición, aunque eso consiguió que su Nii-san se moviera. Por ello creo una sutil presión con la cadera, que sencillamente hizo latir su corazón como si hubiera corrido una maratón.
—Yu…-empezó Rin en voz baja. Pero antes de siquiera poder terminar, un destello azul explotó sin aviso. Asustado en un principio, se fue hacia atrás por verse envuelto por las indomables llamas. Pasados unos segundos, se dio cuenta que no se sentían realmente calientes, aunque eso no logro que su corazón palpitara más despacio— ¿Qué…?
Cuando el fuego se extinguió, Rin se encontró en ropa interior. No es como si esto fue inusual considerando que le había pasado lo mismo con su hermano y Shura, pero a diferencia de Yukio, él estuvo practicando con las velas en ese instante, así que ahora no había nada que justificara el repentino fulgor.
Sorprendido, vio al otro y se sentó descuidadamente en su regazo. Yukio por otro lado, se sonrojo violentamente una vez observó el delgado cuerpo, ahora semidesnudo sobre el suyo. Sus ojos inevitablemente viajaron por el pecho descubierto hacia la estrecha cintura, y terminaron en el elástico de los boxers negros. Desde ahí, los suaves muslos lucían malditamente atrayentes a cada lado de su cadera. Y eso…esa pequeña imagen, le cortó la respiración.
—¡¿Qué paso?- preguntó Shura una vez se vio obligada a acercarse por el destello, que distinguió en la distancia- ¡¿Están bien?
—Si, no es nada- gritó Rin tras alzar la mirada para intentar verla. En el proceso se movió contra el menor, en un gesto inconsciente y descuidado que presionó su regazo-…
Pero eso desató otra ola de calor, que obligó a la mujer a irse hacia atrás. Pasados unos segundos, Shura escuchó a Rin ordenarle que se detuviera, y luego hubo que sonó como un golpe. Pero además de eso, ella no se movió. Permaneció sentada junto a los demás exorcistas, porque acabar con el demonio tomó menos tiempo del esperado. La rubia estaba ahí para vigilar a Yukio, pero por el momento necesito unos segundos antes de asomarse de nuevo. Después de todo, lo último que quería era quemarse las cejas por precipitarse.
—Kirigakure-san- llamó alguien tras la espalda en un intento por detenerla.
—¿Uh?
Sin embargo, a pesar de acercarse, retrocedió cuando Rin salió refunfuñando hasta que pudo ponerse de pie. Él sólo traía una camisa…pero no la suya, esto le quedaba grande, así que parpadeo curiosa un par de veces antes de reparar en Yukio, que apenas salía junto al bajito.
Para nadie fue difícil notar que el castaño únicamente traía el abrigo, porque la camisa la llevaba su hermano mayor. Sin embargo, Shura se relajo cuando vio al de gafas sobarse la cabeza (en lo que identifico como un golpe de Rin)
—¿Qué paso?- se rio antes de ponerse de pie. Eso también logro que los demás se relajaran, y comenzaran a caminar.
—Nada- mascullaron los dos.
—Yo creo que si es algo- sonrió ella mientras siguió al grupo mas grande, junto con los Okumura.
—Hn.
Rin intentó no rodar los ojos, pero no dijo nada. No es como si estuviera enojado con su gemelo, ya que él también pasó por el mismo proceso de controlar sus llamas, es sólo que estar en bóxer no es precisamente agradable.
—¿Qué?- áspero cuando la risita de Shura lo distrajo.
—Te vez tan lindo- sonrió la rubia al pasarle un brazo sobre los hombros, y halarlo mas cerca.
—¡¿De que estas hablando? ¡Estas loca!
Caminar mientras él se movía era difícil, pero la voluptuosa mujer no lo soltó. Siguió riéndose, mientras ambos comenzaron una discusión que el otro gemelo no pudo, ni intento escuchar. El golpe de su Nii-san en verdad le dolió, pero al menos logro detener sus llamas. No obstante, eso no evitó que resoplara de mala gana, y caminara detrás de ellos. La posición le permitió ver a su hermano, y con la cabeza ligeramente agachada reparo en las bonitas piernas.
Le hubiera dado su gabardina si no le quedara tan grande, además el mismo Rin le exigió que le entregara la camisa, así que no pudo negarse. Por ello, ahora podía ver la cola demoniaca balancearse de un lado a otro, donde el constante movimiento alzó un poco la prenda que cubría casi hasta la rodilla. Eso fue suficiente para estuviera tentado a ladear la cabeza, para poder ver mejor. Claro que al final negó un par de veces y se acomodó las gafas que resbalaban por su nariz.
De esa manera, luego de lo que parecieron 15 minutos de una interminable caminata, se subió en el auto sin decir nada. Todos lucían mucho mas relajados con las risas de Shura, y los intentos infructuosos del demonio por quitársela de encima, así que se unieron a la conversación hasta que debieron separarse en dos grupos. Los Exwire deberían estar ayudando en el pueblo, pero pensar en eso ahora le pareció innecesario.
—Hn.
Contando con el chofer, había cuatro personas en el auto. Pero sólo cuando el vehículo se comenzó a mover, reino un silencio cómodo. Yukio no le prestó demasiada atención, después de todo Rin estaba mascullando cosas que hacían reír a la exorcista. Él no sabia de que estaban hablando, pero debía de ser algo molesto para hacer que su Nii-san frunciera el ceño, y moviera la cola de un lado a otro en fastidio.
Quizás por eso lo observó otro poco, preguntándose si acaso Rin se daba cuenta que su cola delataba su estado de ánimo. El pensamiento rondo su cabeza un momento más, hasta que chasqueó la lengua y decidió centrarse en la ventana.
—….
Claro que, el peliazul dejo de hablar, y se erizó sin razón aparente. En seguida un bonito rubor cubrió sus mejillas producto de un amable roce, que lo obligó a abrir los labios un par de veces sin saber que decir.
Ambos gemelos estaban separados por esa pequeña distancia, que le permitía a cada uno tener una ventana. Pero tal vez lo importante de la situación, era la cola demoniaca de Yukio que se deslizó para tocar la suya. Fue un gesto suave y delicado, como si se tomaran tímidamente de las manos. Tenía la misma inseguridad que alejaba y acercaba las extremidades, hasta que al final se enredaron.
Resultaba casi obvio que el mayor se sonrojara, porque después de todo ese es el punto débil de todo demonio y se sentía extraño, pero al mismo tiempo producía un hormigueo incierto en su pecho, y agitaba su corazón hasta el punto en que comenzó a sentirse inquieto. De reojo vio a su hermano, pero él parecía concentrado en el paisaje de la ventana, por lo que podía atribuir su comportamiento a su poca experiencia como demonio.
Así que concentrado en ello, intentó hablar de nuevo; aunque apenas giró para hacerlo, un violento escalofrió lo sacudió ya que la cola Yukio se deslizó de tal manera, que le puso la piel de gallina.
—Yu…- trató una ultima vez, sin lograr que su voz fuera lo suficientemente alta para que alguien la escuchara. Por eso tembló y agachó la mirada sin saber que hacer.
El castaño por otro lado, podía verlo gracias al reflejo del vidrio. Donde ese rostro sonrojado agitó su corazón con tanta fuerza, que casi fue doloroso. Además avivo esa extraña sensación que se sentía tan malditamente bien, que sólo pudo sonrojarse.
Él también estaba tenso, y lo único que podía hacer era fingir indiferencia por la manera como ambas extremidades se rozaban, subían, bajaban, y se enroscaban de tal forma que comenzó a hacer calor. Además, esto se sentía increíblemente íntimo, porque conforme se sujetaban con más fuerza generaba lo que suponía, era caricia cerca de la entrepierna.
…de acuerdo, oficialmente tenía un problema. La pregunta quizás era que tan malo es, y como podría solucionarlo. Aunque por el momento ambos miraron en direcciones opuestas, y mantuvieron el ceño graciosamente fruncido, con un enojo que en realidad no sentían. Porque tercos como sólo ellos podían ser, a veces resulta difícil hablar, en especial cuando se desconoce el tema a tratar.
Claro que buscar una respuesta no significa que se conoce la pregunta. Shura se rio al verlos por el espejo retrovisor. Ellos eran tan lindos mientras fingían indiferencia, así que sonrió ampliamente. Tal vez…algo de ayuda no les vendría mal ¿cierto?
CONTINUARA:
Ann: ¡Wiiiiiiiiiiii °¬°! Soy feliz como lombriz que se ha comido una perdiz xDDDD
Ro: xDDD Para quienes se han estado preguntando si Ann actualizara "Toxic" hasta ahora no ha dado señales de hacerlo oO, así que lo mas probables es que lo deje como un one-shot n—n
Ann: Happy, happy °¬°
Ro: xD
Ann: Espero les haya gustado Ne n-n, hice lo mejor que pude u¬uUU
Ro: Por ahora nos despedimos.
Ann: ¡Hai °¬°!
Para dejarme un Reviewer presionan donde dice: "Reviewer this histoy/chapter" no hay necesidad de estar registrado en el Fanfiction, para hacerlo u.u, o si prefieren me escriben a mis e-mails los cuales encontraran en mi Profile, donde dice "Ann Saotomo" en la parte de arriba.
Se despiden:
Ann: (Happy Dance) ヘ(*¬*ヘ) (ノ*¬*)ノ ヘ(*¬*ヘ) (ノ*¬*)ノ
Ro: xDDDD
