Aclaración: Este trabajo no me pertenece, es propiedad de Goldfishlover73 (.net/u/692367/goldfishlover73) quien, amablemente, me dio el permiso para traducirlo al español. Por lo demás, los personajes de esta historia, son propiedad de Bisco Hatori.

Espero que disfruten de este pequeño, pero encantador, relato, tanto como lo hice yo.

Letra cursiva=pensamientos

"..." = diálogos.


"Necesitas ser honesto contigo mismo"

Tienes que estar bromeando. Lo único que quería era frotar mis sienes, respirar hondo y estrangular al idiota que tenía frente a mí, limpiando esa estúpida sonrisa de su rostro.

Como si él supiera. Honestidad.

Cuán honesta, inocente y devota era su pequeña novia-en-el-altar, que sería su esposa en veinte minutos.

Cómo hace tres días nos encontramos para no vernos más. "Esta tiene que ser la última vez, Kyouya", dijo ella. Entonces, la hice retorcerse, gemir y gritar mi nombre. Y pude ver su hermoso rostro iluminado por el placer, en una forma que que ese idiota nunca podría hacerle sentir.

Esa suave sonrisa estúpida, realmente me enferma.

Él sólo movió ligeramente su cabeza, antes de volverse ante el espejo, para acomodar su corbatín. "Sé lo que sientes por ella. No soy estúpido."

Eso lo dices tú.

"Y, a pesar de que odie decir esto, deberías confesárselo."

No podía soportarlo más. "¿De qué hablas, Tamaki?" Suspiré un poco molesto, intentando mantener mi cabeza erguida. Él solo se giró y me miró, se acercó en dos pasos y me tomó de los hombros.

"Tú también la amas".

Mi corazón dio un pequeño salto, pero intenté ignorarlo, mientras me quitaba sus manos de encima. "No tengo idea a lo que te refieres. Pero ya casi es la hora de irnos". Él solo rió, mientras caminaba hacia la puerta.

"Tú sabes, siempre has sacrificado lo que quieres, en pos de los demás. Sobretodo, por mí".

Abrió entonces la puerta, miró hacia donde yo estaba, con una sonrisa triste. "Soy un romántico empedernido. Haz lo que necesitar hacer."

"No la amo". Dije firmemente, ignorando los flashes de nuestros encuentros en mi mente. La calidez que me llenaba cuando ella sonreía, mientras hacíamos el amor.

Él solo sacudió la cabeza.

Quería matarlo.

"Vamos", dije. "Ya es la hora". Me adelanté a él, acompañándolo mientras cruzábamos la gran iglesia de tipo occidental. ¡Yo no la amo!

Cuando el órgano comenzó a sonar, la multitud se puso de pie y la mujer más hermosa que jamás ví, comenzó a acercarse lentamente. Tamaki volteó a verme, con una sonrisa brillante en su rostro, aunque sus ojos parecían decir otra cosa. "Has perdido tu oportunidad", me susurró.

Rodé mis ojos, indicándole, molesto, que debía mirar hacia la novia.

Cuando ella comenzó a subir los pequeños escalones, sus ojos se posaron en mí.

Con dificultad, tragué saliva. No la amo.

Yo no la amo.


Akari


10 / 05 / 2011


"Nuestro ojos son testigos: el amor existe...Todo es tan real, pero nada es normal"