DISCLAIMER: Se lo saben de memoria, estos personajes por mucho que queramos, no nos pertenecen, sino a JK Rowling

Esto tiene su origen en extraño sueño que tuve (--), ya saben que me proyecto ligeramente. Por cierto es una historia Yaoi/ Slash SS/LM/SB/RL (más lo que se acumule en la semana jejeje). Dejen muchos reviews, se valen tomatazos, opiniones, sentencias, amenazas varias y dictámenes

Capítulo I

Una noche

Tum-tum. Tum-tum. Tum-tum.

¿¿Alguien podría apagar esa maldita máquina??¡¡-, solo alcanzo a pensar antes de darme cuenta de que el aturdidor sonido que oigo son los propio latidos de mi corazón.

No puedo recordar donde estoy o como llegue aquí y por que tengo este intenso dolor de cabeza. Trato de hacer razonar a mi mente y de que traiga a flote los últimos vestigios de memoria, lo que acrecienta aun más este horrible dolor.

- Piense Severus, piensa- me digo a mi mismo, mientras intento abrir los ojos frente a la pálida luz del amanecer que parece que taladra mis córneas; cuando lo logro, reconozco el techo del dosel de mi recamara, negro, de seda, .

- Esta bien, al menos sé que llegué a mi habitación. Piensa Severus, piensa.

Lo ultimo que recuerdo, es que estuve en una fiesta que hubo en Hogwarts, en el Gran Comedor, a pesar de que aún no es temporada de clases, se estaban celebrando muchas fiestas, no en vano se derrota al Señor Tenebroso por segunda vez ( y espero que ya la definitiva) y si se es Miembro de la Orden del Fénix, se tiene la "obligación" (según Dumbledore) de aparecerse en esos eventos públicos y festejar - al cabo no lo merecemos, dijo Tonks en la ultima fiesta que la ví , donde iba vestida de bailarina de Conga (ridiculeces, para mi punto de vista) -.

Así que tuve que ir, aunque no tenia muchas ganas, ni disposición, ya que estoy un poco cansado y deprimido (un poco , si como no) por que acababa de pelear con Lucius, y es que últimamente, con la caída de Voldemort, se encontraba más irritable que nunca.

-Claro, sigan festejando, burlándose en mi cara -dijo cuando le avise que había una invitación para salir esta noche, por una celebración de la Orden, que consistía en un baile de disfraces.

-Lucius, sabes que no es eso y aparte no me estoy burlando, a fin de cuentas tú contribuiste a esto también, ¿Por qué no vienes tú también?

-Contribuir a este circo....no era precisamente mi idea de poder y gloria.

-No es eso y tu lo sabes; todo lo que hiciste lo hiciste por el bien de tu hijo y...y...

-¿Y que? Ahora ni siquiera terminas las malditas frases. ¿Qué no entiendes mi hastió, mi aburrimiento? En este momento prefiero que pase cualquier cosa, antes de seguir así, sin hacer nada, asistiendo a estúpidas reuniones, donde todos me ven como si fuera un animal de exhibición.

-Es por tu bien; recuerda que aun hay muchos mortifagos allá afuera (incluyendo a tu querida cuñada, que no se tentó el corazón para matar a su propia hermana en un intento de presionarte) y no ....

-No que?? Demonios, no entiendes que es estar encerrado aquí verdad?? Dime, no que??

-No te quiero perder ahora- dije con un susurro; nunca había sido fácil hablar de esto entre nosotros, supongo yo, que el orgullo era una de nuestras más grandes características.

-Por supuesto-replicó con un tono sarcástico- si ahora desapareciera de tu vida, donde quedaría tu merito para la causa, verdad?

Debió de haber visto mi cara de desconcierto, por que siguió hablando, como quien le explica a un niño chiquito.

-No mientas ahora, por favor, hemos pasado demasiado tiempo juntos y demasiadas cosas, como para empezar a mentirnos a estas altura; reconócelo , si me perdieras, tu gran obra se iría a la basura, no?

-No entiendo de que hablas Lucius

-Vamos Severus, realmente crees que me engañarías, que no se que la razón que me cuidas tanto y no quieres que me exponga es simplemente por que soy tu preciado trofeo para que todos te admiren, tu premio en esta batalla que termino; Vamos, pasen a ver al líder de los Mortifagos, el asesino más implacable, el más cruel y despiadado villano, convertido en la mascota de un miembro de la Orden.

-No es así y tu lo sabes, que tu cambiaras de "opinión" sabes que fue para proteger a Draco y a fin de cuentas, saliste mejor parado de lo que hubieras pensado

-Si, como un desertor y un cobarde- dijo escupiendo con rabia las palabras

-No, como un defensor del bien- no podía creer lo ridículas que se oían estas palabras- y ve, también tuviste una compensación, se te borraron tus registros de que algún día estuviste en Azkaban y se te regresó íntegro el control de tu fortuna, aparte, Draco consiguió protección y lo aceptaron en Drumstang para que no corriera peligro quedándose en Inglaterra.

-Otro cobarde-murmuró con coraje.

-No, no y no, ¿Por qué estas siendo tan cabeza dura Malfoy? No entiendes que todo esto fue por tu bien y que si no hubiera sido así, probablemente te hubiera tenido que matar en alguna batalla, o tu hijo hubiera sufrido las consecuencias, como tu esposa, y no digas que Draco no te importa, por que te conozco demasiado para tragarme ese cuento de hombre invencible que quieres inventar; aparte, piensa que después de tanto tiempo al fin podremos estar juntos, sin tener el miedo (o el pavor, en mi caso) de que despertaremos con la noticia de que alguno de nosotros ha muerto en medio de una pelea. ¿Por qué no lo ves así?

- Habla por ti mismo, Snape (demonios, ya nos estábamos hablando por nuestros apellidos), que yo prefiero morir en una batalla, pelando por algo en que creo , que morir de aburrimiento en esta mazmorra; aparte, quien te dice que tu me hubieras matado en todo caso? No recuerdas que yo soy el mejor duelista de todos los que portamos la Marca Tenebrosa, ¿?¿quien entrenó a cada nuevo mortífago?¿quien mató a cada auror que quiso interponérsele en su camino? Yo lo hice, aun si tú ayuda -dijo en un tono pretencioso-. Recuerda solo una cosa, tuve una vida antes que esto y se que la puedo tener otra vez, no eres tan necesario.

Demonios, la "plática" se estaba tornando en una discusión muy agria, no era nada que antes no hubiera pasado, sólo que esta vez estaba muy cansado de argüir razones que no querías aceptar

-Lucius, yo..yo- no podía decírtelo, intentaba decirte todo lo que me preocupaba verte en medio del caos, que cuando estuviste en Azkaban, yo estuve detrás de todos los interminables trámites para intentar devolverte la libertad, que yo tuve que convencer a Dumbledore y a Fudge de que cambiarías de causa y serías de gran ayuda por que tenias grandes conocimientos del Lado Oscuro, que yo tuve que ir a apoyar la moción de cambio de escuela para tu hijo, certificándolo como si de un producto se tratara, pero tu no te dabas cuenta de esas cosas, como nunca te habías dado cuenta de que siempre que hiciste un gran plan, yo siempre estuve a tu lado para apoyarte, como nunca te darás cuenta de que lo que siento por ti es mas inmortal y eterno que todo el honor y gloria de este mundo, que si por mi fuera y tu lo pidieras, dejaría todo con tal de saber que me amabas de igual manera, pero esa en nuestra cruz o nuestro tormento, nunca lo harías, nunca me demostrarías que te importo al menos la décima parte de lo que tu me importas a mí, así que preferí callar y esperar.- No, nada solo olvídalo.

-Esta bien, lárgate a tu fiesta, disfruta ser el héroe de la temporada, que a fin de cuentas, volverás a ser el grasiento profesor de pociones que siempre has sido.

Eso último dolió demasiado, estabas jugando sucio, así que como siempre, preferí evitar la discusión.

-¿Sabes que? Olvídalo, si, iré y disfrutaré ser la persona que todos quieren felicitar, al cabo es algo que al menos por un tiempo tu no tendrás y quédate aquí, pudriéndote en vida, viendo como yo disfruto mi turno. Apártate de la puerta, que tengo que arreglarme antes de irme- dije mientras entraba al baño, viendo tu cara de desconcierto, ya que nunca te había hablado así, pero te lo habías ganado, ya estaba harto de tus reproches y enojos. Cuando salí de bañarme, ya no estabas ahí, probablemente te habías ido a pasear por la colina cercana a la casa.

-Mejor, así no soportaré otra vez tu berrinche- dije en voz baja, aunque realmente solo quería verte y pedirte disculpas por lo que había dicho. Lentamente comencé a vestirme, pero como suponía que harías tu gran entrada triunfal en la fiesta, apareciéndote en medio del baile, con el disfraz más cautivante que encontraras como siempre lo haces, causando conmoción, como todo el Malfoy que eres, me esmeré bastante en mi arreglo personal, y me decidí poner las ropas que más te gustaban como se me veían, el tuxedo negro de importación (que tu me regalaste) con la capa, levita y sombrero de copa alta que hacían juego, complementando el atuendo con guantes negros de piel de dragón (muy raros ) y para terminar una careta plateada,(que ocultaba todos mis rasgos hasta el nivel de la nariz) y bastón con empuñadura de plata, en lo demás decidí recogerme el cabello con un simple lazo de terciopelo negro (algo que aprendí de ti) y así salí de la casa rumbo a Hogwarts por la red flu privada que daba directamente a mi despacho ahí; tenía la confianza suficiente para saber que ibas a estar ahí así que decidí no preocuparme más y empezar a disfrutar la fiesta.

Y vaya que la disfrute- dije con un suspiro, mientras intentaba levantarme de la cama- ahora se que el infernal dolor de cabeza es solo una resaca de tanto tomar, -y es que a Dumbledore en lugar de llevar las tradicionales bebidas (mantequilla de cerveza, whisky de fuego, alas de ninfa) se le ocurrió proporcionar un brebaje muggle llamado tequila y vodka, que por engañosos que fueran sus sabores, embriagaban más rápido que cualquier poción que haya probado.

Tenia que levantarme, necesitaba darme un buen baño que me quitara de encima la sensación tan bochornosa que tenia encima, necesita realmente despertar, por que a duras penas lograba entreabrir los ojos.

Me incorporé, lo que tomó más minutos de lo que esperaba, ya que la sensación de nauseas y vértigo era solo comparada con la de caer de la escoba a una gran altura, al lograr levantarme de la cama me di cuenta de otra cosa, ¡Estaba completamente desnudo ¡ lo peor era que no podía recordar siquiera el momento de que me desvestí (por que ¿si lo hice yo? ¿O fue Lucius?).

Intentando no chocar con todo lo que se ponía en frente seguí mi acostumbrado camino al baño, entre y mientras la tina se empezaba a llenar de agua caliente, trataba de recordar todo lo acontecido la noche pasada.

Severus,-(y este como me reconoció?)- que gusto que hayas venido¡¡¡- dijo Dumbledore con una enorme sonrisa en su cara (que para mi gusto ya andaba medio ebrio)-¿Pero por que solo? No, que cosas, uno no puede estar solo en un baile de disfraces solo, no señor solo no, no, no, no- dijo mientras se apoyaba en mi hombro y contemplaba a la "distinguida concurrencia", (que consistía en una serie de magos achispados y brujas "alegres") que todos convivían con los disfraces más extraños que puedan encontrar, donde elfos de orejas postizas bailaban con vampiresas seductoras, donde las vestimentas "típicas" de trabajo muggle fueron lo más socorrido, había enfermeras ( creo que reconocí a McGonagall con una bata blanca miniatura, miniatura por todo atuendo), leñadores, bomberos (que si mal no reconocí era Fudge), uno que otro disfrazado de veela y como tres personas más vestidas de animales.

El que más llamo mi atención fue un vampiro de larga capa roja obscura, con rubia cabellera (Lucius??), solo llevaba de traje una amplia camisa antigua de un blanco inmaculado que resaltaba su pálida tez, con mangas anchas como de encaje, sin botones, solo entreabierta, con un lazo negro atravesándola, unos pantalones ceñidos negros y zapatos ricamente adornados.

Lo que más me llamaba la atención era su mirada. Profunda. Intensa. Enmarcada por un suave antifaz negro que le cubría más de la mitad del rostro y unos suaves labios rojos que se divertía torturando mordiéndolos sensualmente

Podría ser Lucius, aunque su larga cabellera es completamente lacia, como lluvia, y esta era suavemente ondulada y a diferencia de la de él, que es de un rubio casi plateado, esta presentaba suaves destellos dorados, como si el sol se hubiera quedado atrapado ahí; pero de todas maneras se que con una simple poción se puede alterar el aspecto de cualquier cabello.

Deje a Dumbledore hablando solo, ( total ya se conseguiría una nueva recargadera), y empecé a avanzar a ese fascinante ser, pensando en que Lucius si había aparecido al fin en la fiesta.

Pero al irme acercando, pude percibir otras sutiles diferencias entre la imagen que se presentaba y las del recuerdo de mi amado; Este "vampiro" no era tan alto como el, sino medía aproximadamente lo mismo que yo, y su cuerpo era más constituido, como con más forma, no tan etéreo; pero los ojos eran fascinantes, tenia una manera de mirar que derretía todo en lo que se posara, como si su sola mirada abrasara todo lo que veía.

Me situé al lado del vampiro (que me recordaba demasiado a los de una literatura muggle que había tenido ocasión de conocer), y él, sin palabras, solo inclino su cabeza y me dio una bebida.

Cuando ya me iba a terminar el extraño brebaje muggle que me había obsequiado oí lo que menos esperaba

-Solo conozco una persona capaz de vestir como mortífago para una fiesta de disfraces de la Orden del Fénix y tiene que ser Severus Snape.-dijo la voz que más irritación me causa en toda esta tierra.

-Black, pedazo de presidiario,¿Qué estas haciendo aquí?

-¿Qué creías que después de haber vencido a la muerte y regresar de ultratumba-dijo con sorna- me iba a quedar quietecito en mi casa? Jajaja, si como no- replicó con su atronadora y característica carcajada, mientras tomaba otra bebida.

-Lo que hagas con tu vida, realmente me tiene sin cuidado, Black.

-Y créeme que eres la última persona a la que le rendiría cuentas.

-Hablando de rendir cuentas-dije aprovechando la oportunidad de usar el sarcasmo-¿Por qué el presidiario no trajo a su "lobo guardián"?, si aun no es luna llena, aparte, con toda la poción matalobos que le hice por adelantado, creo que tiene todas las noches de luna de llena cubiertas –y disfrutando la cara de enojo que se iba dibujando en la cara de Black- No me digas que ahora las disfruta con alguien más, jejeje

-Y a ti que te importa Snivellius??¡¡¡. –dijo al borde de la histeria-Aparte quien eres para criticar si tu adorado criminal, ya que no esta contigo, de seguro ha de estar en brazos de un de los "arrepentidos" mortifagos que tanto abundan en estos días no?

Era demasiado reciente la discusión que tuve con Lucius y respirando hondo decidí dejar pasar el comentario de Black. Este al ver que no respondía dijo: -Esta bien, creo que los dos ,por el momento, no debemos hablar de estas idioteces.-

-Tienes razón, ya parecemos estúpidos niños de 4 año

- Primera vez que coincido contigo en algo jejeje.- pero realmente le debía haber afectado la pelea con su licántropo ya que tomo otra bebida nueva.

A cada trago iba platicando más y más incoherencias ("tu crees Sniv, que si cuando Peter era una rata lo hubiera aplastado crees que gritaría mucho?", "Oye Sev, crees que el pelo rubio si me queda bien?") que vi que ya tenia un alto grado de ebriedad y no iba a poder llegar ni a la esquina en esas condiciones, menos a su casa o el intento de guarida que compartiera con su licántropo así que mejor traté de llevarle a la cocina, para prepararle un café (el mas maravilloso invento muggle que conocía) o algo que le bajara la borrachera

- ¿Y a donde vamos Sev?-dijo con una estúpida sonrisa en la cara, mientras lo intentaba conducir por los pasillos a la cocina.

Después de hacerle cosquillas a la pera que obstruía el camino (estupideces) llegamos, donde todos los elfos salieron en nuestro encuentro.

-Que le podemos servir señor.-

-Solo diga que quiere- .decían mientras nos rodeaban y nos ofrecían canastos de comida y copas con bebida

-Solo denme dos grandes tazas de café y déjenos solos. Lo que inmediatamente hicieron, haciéndonos pasar a una especie de estancia donde había un par de sillones y una chimenea que desprendía un fuego muy agradable. Deposite a Black en un sillón, retirándole suavemente el antifaz de su rostro y me senté en el cercano, mientras retiraba mi careta e intentaba relajarme al lado del crepitante calor.

-¿y tu crees que Moony regrese Severus?-dijo después de un rato. La pregunta me asombro, no era normal estar sentados en una sala caliente, el y yo, discutiendo de asuntos sentimentales, cuando habíamos sido enemigos encarnizados durante tanto tiempo.

-No lo sé Black, eso es algo que solo tu puedes averiguar.

-No me digas Black, me llamo Sirius- dijo con cara de reproche, como si un berrinche de niño se tratara.

-Esta bien, Sirius- dije con una mueca de cansancio,- lo que tú digas.

De pronto se levantó y poniéndose a un lado de la chimenea empezó a sollozar quedamente; esta bien que soy una persona fría pero no podía ver llorar a alguien como escuincle desvalido sin hacer nada, así que me levanté, le pase un brazo por los hombros, lo que ocasionó que se refugiara en mis brazos. Me quedé sin saber que hacer, era una situación demasiado extraña, Sirius Black, la persona que más sufrimiento me trajo en mis años de escuela, ahora lloraba en silencio en mis brazos.

Así nos quedamos un rato, el suspirando tristemente, con la cabeza recargada en mi pecho, yo callado, sin nada que decir o más bien sin saber que decir. De pronto, él con voz queda dijo –Sabes una cosa Severus?, yo siempre te veía.

Extrañado por ese insólito cometario, solo acerté a decir,-pues yo también, siempre con tus amigos.

-No, no de esa manera- dijo con un suspiro y luego...................

Nada, no podía recordar otra cosa más allá del extraño comentario de Black,

-Demonios, que paso, que paso???

Asumiendo que de alguna manera llegue a mi habitación, no creo que hubiera pasado nada malo en el resto de la noche, me decía a mi mismo mientras salía de la bañera. Ya estaba un poco más despejado, pero el dolor en las sienes aun era insoportable, así que decidí regresar a la cama, al menos hasta que Lucius regresara.

Después de secarme me puse una bata de seda negra encima, y regrese a mi alcoba, dispuesto a conciliar el sueño otra vez.

Cuando iba a acostarme, vi. que había una figura rubia recostada también,- al menos me reconcilie con Lucius llegando de la fiesta, ¿o en la fiesta?, - pensé, al parecer ya habíamos hecho las pases. Y vaya que nos habíamos reconciliado a juzgar por el dolor en mi espalda baja (y en otras "partes")

Me deslicé a su lado levantando un poco la sabana, dejando ver un pedazo de su espalda desnuda, él al sentir el peso caer en la cama voltea y....

- QUE CH&-᥀DOS HACES EN MI CAMA SIRIUS BLACK????¡¡¡¡¡¡

Continuara

Kenny Black

Miembro de la Orden Severusiana