Hola minna-san, aquí estoy yo con otro fic, un naruhina para ser mas específicos, podríamos decir que este es mi primer naruhina…

Hola minna-san, aquí estoy yo con otro fic, un naruhina para ser mas específicos, podríamos decir que este es mi primer naruhina… Espero que les guste, hace meses venía con esta idea en la mente, aunque al principio no iba a ser con esta pareja, pero por cuestiones de la vida, me sonó más con esta…

Como ya saben, ni naruto ni ninguno de sus personajes me pertenece…

Espero que disfruten este fic, ya que es un delirio de media noche después de escuchar a mis amigas sobre muchas cosas que no sabía…

Peca conmigo

Capitulo I

Dicen que el amor se da cuando uno menos piensa, de la forma en que uno menos piensa; dicen que el amor es ciego, que no se ve, que solo se siente… que el amor es una simple y magnifica pasión por diversas cosas o por varias personas…

Existe el amor fraternal, al que los seres humanos estamos acostumbrados a ver; está el amor que se le brinda a una persona, el cual se cree que es el mas importante… al cual las personas se someten, atados de pies, atados de manos… pero cuando se dan cuenta que han cometido un gran error, lo único que hacen es lamentarse y llorar… sufren, se martirizan por no haber encontrado a esa persona que realmente debían amar…

Claro, también existe otro amor, que es más bien pasión. Claro, pasión al trabajo, pasión a los que realmente nos gusta hacer… eso si se llama amor… ese amor que normalmente nos persigue desde pequeños, ese amor que no nos deja solos, ese amor tan dulce… el amor que cualquier ser humano siente y que puede profesar haciéndolo.

Por ejemplo yo, yo he vivido toda clase de amores. El fraternal con mi familia y con mis amigos…; el amor hacia una chica, y por supuesto el amor y la pasión que siento hacia escribir, hacia el mar… hacia los seres de la mitología griega…, en especial a las sirenas.

Mi abuelo Jiraiya me contaba sobre las Ninfas, Nereidas, Náyades, Ondinas, Duendes de agua y Sirenas…

La última fue la que mas me llamó la atención, me encantó aquella historia sobre ellas, ese mito fue el que mas me llamó la atención, mujeres mitad pez…

Al principio se decía que las sirenas eran aves con torso o rostro de mujer… su forma de cantar era la que las asociaba con las aves.

Dicen que las sirenas tienen una voz hermosa, que hipnotiza, esa voz que cualquier ser humano desea escuchar… cualquiera…

Pero yo, yo ya la escuché, no de una sirena, sino de una mujer, como anteriormente dije, he sentido toda clase de amor…

Y se preguntaran ¿Por qué estoy hablando sobre las sirenas y todo el cuento?... les respondo, porque… ambas cosas tienen que ver mucho.

Fue hace 3 años, cuando cumplí 18 años. Mi abuelo había muerto, mis padres hacía ya años atrás también habían fallecido… y mi abuela, pues ella era independiente y le encantaba apostar y tomar, cosa que yo no compartía.

En aquella época, mi sueño de convertirme en el mejor escritor del mundo era más fuerte, y quemaba con mucha intensidad mi corazón….

Antes de que muriera mi abuelo, le prometí cumplir mi sueño, le prometí que iba a realizar la mejor historia que cualquier ser humano pudiese leer…, esa fue mi promesa, y la quería cumplir a toda costa.

Mis estudios eran primarios, sabia escribir, leer, sumar, restar, multiplicar y dividir… lo básico. Mi abuelo me enseñó, ya que él en su juventud, fue escritor, pero cuando dejó embarazada a mi abuela Tsunade, le tocó que abandonar su sueño y se puso a trabajar en una mina.

Pasados los años, él ya se había metido tanto en el negocio de la minería que cuando mi padre estaba casado, Jiraiya quiso volver a incursionarse en el mundo de la escritura, pero él me contaba que cuando me miró a los ojos, cuando intentó ignorarme, no pudo y se encariñó mucho conmigo y no pudo volver a escribir, ya que la mayor parte de su tiempo se la pasaba cuidándome, contándome historias, enseñándome…

Cuando me dijo eso, me sentí muy culpable, pero él me dijo que estaba orgulloso de haberme conocido, de haberme enseñado todo lo que sabía…, él era el mejor abuelo que cualquier ser humano podía tener, él era mi amado y querido abuelito…

Como iba diciendo anteriormente, a los 18 años, mi corazón quería experimentar nuevas cosas, quería encontrar y entender el mundo de las hadas, quería realizar una excelente historia sobre las sirenas, quería llegar a escuchar sus bellas voces entonando sus bellos cánticos, deseaba poder escuchar algún día una voz que me hiciese experimentar el cielo y hasta mas… pero yo sabía que eso era imposible, las sirenas son simples sirenas, son un mito, no era real, la fantasía y la realidad son mundos distintos que los separa una cortina muy delgada y transparente.

Después de enterrar a mi abuelo, yo me fui de mi querido pueblo, dejé a mi abuela con mi tía Shizune y emprendí un viaje, un viaje a un lugar donde se pudiese apreciar la magnificencia del mar.

Llegué a un pueblo muy bonito, allí se notaba gradualmente, el estado social de nuestro país. Se notaba que las personas ricas tenían casas enormes, con esclavos y todo lo demás… se notaba que los pobres como yo sólo tenían sueños y una mínima esperanza… eso se notaba.

Pero mi familia siempre me había criado de una manera única que simplemente no me hacía desear bienes y cosas materiales, mas bien me hacían desear el poder aprender, saber todo, para así, por mi propia cuenta, conseguir todo.

En aquel lugar, conocí a una persona muy amable, la cual me mostró una vieja choza; no estaba del todo buena, pero…mientras conseguía trabajo, mientras conseguía un lugar mejor, esa pequeña y dañada choza, serviría para algo, para cualquier cosa. Para mi fortuna, aquel lugar, quedaba lejos de la sociedad, pero quedaba cerca al mar. Me encantaba ese lugar, se veía tan claro el cielo, las estrellas al brillar dejaban ver un hermoso y magnifico espectáculo… todo eso me inspiraba para realizar aquella obra, en donde pondría todo esos sentimientos que me envolvían, que me enloquecían. Cuando era más pequeño, mi padre, para tranquilizarme me llevaba al jardín de nuestra casa, y ambos contemplábamos el cielo….

Y aunque no lo crean, cuando yo era mas pequeño, era muy diferente a lo que soy ahora, los golpes de la vida van cambiando a las personas, y a mi me habían cambiado mucho… antes, recuerdo que yo saltaba como loco por mi casa, hacía bulla y me gustaba que me notasen; cuando murió mamá, dejé de saltar…, al poco tiempo, mi padre murió y dejé de hacer bulla… y empecé a cuidar mas a mis abuelos, se veían cansados, se veían agotados, pero siempre con una bella sonrisa, la cual me encantaba, esa sonrisa de 'todo está bien', esa sonrisa me agradaba, y yo, por ser su único nieto, era el que siempre notaban.

Mi abuela, siempre había sido una mujer muy fuerte, al igual que mi abuelo, ellos siempre llevaban el peso de todo con parsimonia, no como yo, quien siempre me ponía mal al saber alguna mala noticia, hacía un tornado en un vaso de agua.

Conforme pasaba el tiempo, en aquel pueblo… del cual el nombre no me acuerdo ahora, conseguí un trabajo, aunque no me gustase debía estar allí, atento a lo que pasaba…, de todos modos soy un ser humano, y tengo que vivir de algo.

Empecé a frecuentar en las noches el mar, el salado viento que se aproximaba en aquellas bahías era calido y al tiempo frío, mis ganas de seguir la búsqueda y la recolecta de información era genial, lo necesitaba.

Digo que los primeros días en aquel puerto fueron geniales, no me importaban los señores feudales, no me importaba nada de eso, aunque yo no tuviese dinero para comprar uno de esos pomposos y caros vestuarios que llevaba la burguesía, tenía la suficiente imaginación como para crear historias fantásticas en mi mente y disfrutar de lo poco que tenía…

Cuando pasaba por aquellos lugares, donde se negociaban a los esclavos me sentía triste, me sentía muy mal… las personas vendían su vida a los burgueses sólo para seguir viviendo en este mundo…, me sentía tan impotente cuando les veía ser analizados por aquellas manos que en vez de pureza, representaban el amargo y cruel desden de la vida… ellos representaban la muerte propia, ellos eran la muerte. Uno de esos días en donde no tenía trabajo por cumplir, ya que era temporada de lluvias…

Ah… cierto, aún no les he mencionado en lo que yo trabajaba, yo era el cartero de aquel pueblo, era el único que se había puesto en la misión de entregar cartas en cada casa…, no era un trabajo gratificante, pero al menos aún conservaba mi dignidad, jamás me vendería a cualquier persona para que me pisotease, además, mi sueño de ser el mejor escritor de todo el mundo, debía cumplirse.

Como iba diciendo anteriormente, en uno de esos días de lluvia, cuando el trabajo por fin había cesado, yo estaba de vuelta a mi humilde choza, esperaba poder dormir bien, sin ninguna interrupción, sin ninguna molestia… además como el día estaba nublado, no creo pudiese ver el cielo y las hermosas estrellas, que siempre adornaban el cielo con su dulce presencia…. Pero ese no es el caso, aquella vez, cuando pasaba por el lugar donde vendían a los esclavos, me crucé con un joven señor…. Él me miró y miró mis vestimentas, simplemente me ignoró, era obvio, no llevaba ropa de burgués o de feudal, era un pobre muerto de hambre, de seguro si me ensuciaba un poco mas, parecería un joven vago que muere en las penumbras de la desolación. Yo ignoré su mirada ofensiva y seguí con mi camino, pero antes de seguir, observé de soslayo la "mercancía" que el señor daba a conocer; allí, me topé con unos ojos, tan blancos como un bello cristal, tan dulces y tristes, tan llenos de amor, tan llenos de soledad, era una completa adicción mirarlos, era un completo y magnifico espectáculo poder ver aquellos ojos…

Lentamente fui degustando con mi mirada, cada parte de aquella persona a la cual le pertenecían esos ojos…, primero vi su piel, era tan blanca como la nieve; su cabello azabache, su cuerpo semi desnudo, el cual solo se cubría con algunos harapos…, su delicada y blanca piel era adornada tristemente con algunos moretones…

Para mí, era un cruel y desalmado espectáculo, era triste verla así, a aquella chica, no pasaba de los 15 años, era joven y hermosa, era la chica mas bonita que alguna vez había podido ver, de seguro era la reencarnación de alguna diosa, o quizás de alguna y hermosa Sirena.

Mis ojos fueron estudiando cada parte de su cuerpo, al principio sus expuestas y débiles piernas, que temblaban por el frió; fui subiendo mi mirada y me concentré en su torso, en sus grandes y atrayentes pechos, en su pequeña cintura, en su ombligo el cual se podía ver…; seguí subiendo y me encontré de nuevo con su rostro, se le veía tan frágil, tan débil, se veía tan asustada, que daban ganas de ir hasta donde ella y abrazarla, protegerla… eso fue lo que sentí al verla, deseos de tenerla, de estar con ella…. El dueño de ella me miró muy mal y simplemente me espantó de allí, me dijo que si seguía allí, asustaría a los compradores, que triste… realmente me daba mucho pesar ver a las personas vendiéndose simplemente para poder vivir. Pero había algo, que no se si sea verdad, pero así lo creo yo: cuando algún ser humano pierde su libertad, es como si ya estuviese muerto… ¿o me equivoco?...

Al llegar a mi casa, no pude pegar un ojo en toda la noche, pensado en aquella figura, en aquella esclava, sé que no debí fijarme en ella, que no debí verla, que no debí desearla, pero, no me pude contener, ella era tan hermosa, tanto como una diosa caída del cielo…, era un bello ángel…

No creo que pueda describir y poner todo lo que sentía por aquella chica, ya que es imposible plasmar en esta hoja de papel el deseo que me había provocado, tan magnifico y ejemplar espécimen de mujer…

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Bueno… ¿Qué les pareció?...

No soy muy buena con historia, así que simplemente digamos que era el siglo XVI…

Si quieren pueden corregirme en las cosas que me equivoqué o si les gustó, no se… en lo que deseen, ya que es mi primer naruhina, y aparte también es la primera historia que hago fuera de lo que vivimos actualmente, nunca antes había escrito sobre mitología y/o esclavos y siglos pasados… pero me avisan si quieren que la continué

atte.: Midori n.nU