Sí, lo sé, el título suena como la serie animada pero no tiene nada que ver xD. En verdad me dolió mucho no escribir un fic de los clásicos -Lizzy&Darcy y Jane&Bingley, xD-, pero la idea me llegó de repente y no pude evitar escribirla. Sé que ya hay algunos fics con este tema ya escritos, pero créanme que no pude evitarlo, cuando escribo una historia no puedo evitar publicarla para saber que opinan los demás sobre mis historias, porque me importa mucho conocer la opinión de la gente. Este es un capítulo piloto solamente, pero espero que les guste y comenten al respecto. Espero y nos veamos pronto, xD.

Summary: El señor Bingley nunca alquila Netherfield Park. En cambio, alquila una mansión en otro campo cercano. La vida de las familias que allí habitan cambiará para siempre cuando llegue al pueblo acompañado de sus sofisticados amigos, sobre todo el serio, orgulloso y arrogante señor Darcy.

Disclaimer: Los personajes de Orgullo y Prejuicio que aquí aparezcan son propiedad de Jane Austen, el resto son de mi propia invención.


Capítulo I

Alquilando South Park

Un coche de caballos paró justo frente a una mansión suntuosa, que andaba erguida, amenazante, sobre éste como si fuera un insecto de color crema. Un hombre bajo, rechoncho y de mirada inquisidora pero bondadosa e inocente a la vez se apresuró a abrir la puerta, mientras un caballero más alto, más robusto y de figura más estrecha, se acercaba con palpable nerviosismo en la mirada. Sus facciones estaban algo tensas, y sus ojos grises, generalmente fríos, buscaban la elegante figura del caballero que había dentro del coche. El caballero, que era alto y muy apuesto, con facciones muy finas y agradables, se levantó y salió del coche con aire solemne pero alegre, lo cual parecía natural en su rostro. Junto a él, un caballero sin duda mucho menos agradable miraba con desconfianza al hombre de ojos grises, sin duda reflexionando sobre si su amigo debía en verdad hacer un trato con él o no. El hombre de ojos grises tragó saliva, sin duda deseando que el otro caballero, de ojos muy azules, apartara la mirada, pero él era testarudo y al ver que lo asustaba solo lo miró con más fijeza. Su amigo, alto, apuesto y de cabello corto de color rojo fuego, sonrió efusivamente, mostrando dos hileras de blancos dientes, mirando al caballero de ojos grises con sus hermosos ojos azules.

-¡Buenos días, señor Morris! -lo saludó.

-Deberíamos dejar las formalidades para después, señor... -dijo el señor Morris esforzándose por sonreír y se detuvo, todavía intimidado ante la evidente distinción de los dos compradores. Eran apuestos, elegantes y ricos. No dudaba que, si llegaban a un trato, todas las familias del lugar, especialmente las mujeres, enloquecerían.

-Bingley, señor Morris, Charles Bingley -contestó el hombre pelirrojo, sonriendo amablemente-. Y este hombre que ve aquí -señaló al caballero más apuesto, de cabello oscuro y ojos azules muy profundos-, es mi mejor amigo, el señor Fitzwilliam Darcy. Estuvimos recorriendo sus mejores mansiones para alquilar, y nos ha llamado la atención una llamada Netherfield Park.

-Oh, sí -confirmó el señor Morris, sonriendo paulatinamente-. Netherfield Park es una de mis mejores mansiones, sin duda. Pero, si lo que quiere usted es una casa distinguida, yo le sugeriría South Park. La sociedad allí es más pequeña, y me imagino, por tanto, que más tranquila. Además, hay muy pocos caballeros en el pueblo donde se localiza Netherfield Park y dudo que usted se salve allí de las cazafortunas, señor Bingley -En realidad, en South Park el señor Bingley estaba en mucho más riesgo de que las damas del lugar clavaran la vista en él. Era demasiado apuesto, demasiado rico para dejarlo pasar. Y South Park era más cara. Y en South Park estaban dos de las familias más estimadas y numerosas que el señor Morris conocía: los Scott y los Hale, y ambas tenían varias hijas. Sí, con seguridad el señor Bingley debía irse a vivir a South Park.

-¿Cree usted que la población de Netherfield mevea de esa manera, señor Morris? -preguntó el señor Bingley riendo.

-Llámeme Harrison señor Bingley y sí, sí lo creo. Últimamente ha habido una escasez de caballeros en Netherfield y allí usted llega como caído del cielo -Igual que en South Park. El señor Darcy lo miró suspicaz, pero Morris estaba demasiado tranquilo para mentir, ¿verdad?

-¡Cielos! -El señor Bingley abrió muchos los ojos, sorprendido-. Si es ese el caso... Dígame, señor Mo... Perdón, Harrison, ¿cuánto costaría alquilar South Park?

-Tiene usted muy buen ojo, señor Bingley. Es una casa muy grande y más elegante que Netherfield, créame. Y como usted es un caballero tan importante, y su amigo tan distinguido, le haré un descuento especial. Cada mes alquilado en Netherfield le costará treinta mil libras, ¿está usted de acuerdo con eso?

-¿Cuántas eran originalmente?

-Cerca de sesenta mil.

-¡Vaya! En ese caso, acepto. Me parece un buen trato por una casa tan preciosa como me imagino que será South Park.

-Mucho, créame -asintió el señor Morris.

-En ese caso, ¡le agradezco! Nos trasladaremos a South Park pasado mañana por la tarde, con el dinero listo y todo preparado.

-De acuerdo.

Entonces el señor Morris y el señor Bingley estrecharon la mano. El señor Darcy no la aceptó también cuando el señor Morris se la tendió. Desconfiaba de él, pero no sabía su plan. Harrison Morris fue demasiado sutil para que Bingley se diera cuenta, y Darcy no conseguía ver, por mucho que forzara la vista, que les ocultaba el señor Morris. Así, Charles Bingley y su amigo Fitzwilliam Darcy alquilaron South Park la tarde del 05 de marzo de 1896 y se instalaron allí dos días después, con las dos hermanas de Bingley: Caroline y Louisa.

El día que se cerró el trato, el señor Morris se dirigió corriendo, sonriente, a la oficina de correos. Tenía que decirle a sus amigos Claude y Frank que dos forasteros llegaron a South Park, que eran muy jóvenes, muy apuestos y muy ricos, y que se alegraba mucho por sus hijas. Y todo era verdad.