Yoo mina-san ^^ Hoy he tenido una fabulosa epifania y me gustaria compartila con vosotros. Está historia ha salido de mi propia mente basandome en una experiencia mia (pero no con tanta acción) Contine yaoi (boyxboy) entre ellos ItaDei, NaruSasu y otros que saldran mas tarde. Hay mas personajes de los que menciono al principio. Es un fic con el principio de una canción. Be Somebody de Thousand Foot Krutch. Si la escuchais lo vereis mucho mas clarito. Asi que ha disfrutar!


HOW TO BE AN AVENGER

Parada del Tren

¿Ser alguien? No ser nada. Es exactamente lo mismo.

Eres un pequeño grano de arena en medio de un inmenso desierto. A nadie le importa si vives o mueres. Nadie vendrá en tu encuentro. Sé exactamente qué es lo que piensas que soy.

Todas estas lamentaciones son ni más ni menos que los apuntes de un joven estudiante, sentado, en la plena soledad de un vacio vagón de tren.

Llovía torrencialmente, inmensas gotas golpeaban los cristales del último tren de la semana. A esa última hora, ya nadie cogía el tren que paraba en vía muerta.

La voz femenina por defecto anunció el final de trayecto y el joven rubio se levanto desganado, y arrastrando los pies de dirigía a la salida. Llevaba todo el recorrido con los cascos puestos, sumido en lo que pueden ser sus lamentaciones. Cansado de la rutina, con un aspecto desaliñado, el uniforme desabrochado y sin dos de los botones superiores. Los zapatos embarrados y con los cordones atados a nudos, exteriorizaba su estado de ánimo. Gruñendo en vez de hablar, se despidió del maquinista. La lluvia le mojó por completo y no vio la necesidad de cubrirse. Con los huesos totalmente calados sé quedo plantado en la soledad, quieto ahí con los ojos cerrados. El tren partió y el viento le envió una señal de la que se percató demasiado tarde. El tren había estallado y mil trozos de chatarra en llamas volaban hacia él. Entonces su cuerpo reaccionó como nunca antes. Aun podía oír sus propios latidos cuando abrió los ojos. En un instante, se encontraba rodeado por aquellos puntiagudos misiles pero todos fuera de lo que parecía un circulo a su alrededor.

Alzó la vista y se sorprendió. El tren que estalló instantes atrás se había llevado una parte importante de la vía, levantado consigo los raíles al cielo, trozos enormes de cemento convertidos en pequeños escombros y enormes trozos de carrocería esparcidos algunos en llamas y otros totalmente torcidos.

Como si hubiera despertado de un largo sueño, Naruto que ahora se daba cuenta de que podía haber muerto, abrió los ojos con demasía. Sus manos antes sangrando habían sanado por completo y a su alrededor se encontraba un cráter que le había protegido momentos atrás.

-J-oder- pudo articular, no acabando de creerse lo sucedido.

Algo volvió ha estallar detrás de él, y un golpe sordo le llamo la atención.

Dando un brusco brinco volteo y enfrento aquello, fuera lo que fuera que quisiera dañarle otra vez.

-Parece que estás vivo aun...-Una sombra salió de entre el humo levantado por el aterrizaje de aquel extraño personaje.

Llevaba, al parecer, una especie de bata con nubes rojas, ese tío de pelo azul, con dientes afilados y todos triangulares se reía de él.

Aquel extraño de mal gusto, levantó algo envuelto de su espalda y le apunto con eso.

-Deberías rendirte si no quieres convertirte en mi cena, ñejejejej.

-Quien eres y que quieres!- mas que preguntar, le gritó y el otro solo alzó la ceja y dejo de reírse.

-En serio Jinchuuriki, esas preguntas no se hacen... Me llamo Kisame no te acuerdas idiota?- Ese tipo le pone los pelos de punta y a Naruto no le insulta nadie.

-Escúchame bien cara de pez...-no terminó la frase porque le propinó una buena patada giratoria en toda la jeta.

Ese tal Kisame salió disparado hacia tras causando un buen alboroto en la calle de enfrente.

El joven Naruto empezó a correr en la dirección opuesta para no volvérselo a encontrar.

Mientras corría, estuvo dando vueltas al asunto. Ese tipo tan raro le había llamado Jinchuuriki, no es que le hubiera interesado pero le llamo la atención.

Jinchuuriki son aquellos, de las viejas leyendas japonesas, que tenían en su interior una bestia de equis colas. Lo más raro del asunto era:

-Primero: aquel tipo llevaba un pijama con nubes rojas, de muy mal gusto, pero

lo peor es que su aura era horrible.

Segundo: no me había parado a pensar en mi apellido, Naruto que mas?

Y tercero porque me quería muerto esa sardina?

-"Tu apellido es Uzumaki, estúpido mocoso insolente, sin memoria e irresponsable."

Y ahora si un cuarto, de quien es esa voz?

Dejo de correr y arrugo la camiseta cerca del corazón cuando le atizó un repentino pinchazo. Recuperando la respiración, poco a poco, se fue sentado en un banco cercano. Se dejo caer y un repentino mareo lo envolvió todo. Una espiral, sangre, una mujer de cabello dorado y una hoja.

Salió de su trance con otro estallido muy cerca de él.

Abriendo los ojos pudo ver a ese tipo otra vez, que realmente cabreado se acercaba corriendo a gran velocidad.

Se quejó al levantarse y le crujió la espalda. No estaba para ostias, a si que de un salto se plantó delante del recorrido de Kisame y lo freno de un puñetazo en el estomago y este se desplomó.

Calma antes de la tormenta, se dijo, cuando sintió más auras como la de ese tío. Molesto, chasqueo la lengua y decidió encarar a aquellos malditos, ahora dos, uno rubio y el otro de pelo largo y recogido con una coleta.

Lo miraban como si se hubiese vuelto loco y después miraban a su compañero tirado al suelo inconsciente. Todos llevaban esa horrible bata y le estaban acabando de estropear su día de mierda.

-Vamos a encargarnos de esto rápido y luego a cenar- Digo sonriendo arrogantemente mientras crujía sus nudillos. Tenía un brillo peligroso en los ojos que denotaban que no se iría de chiquitas.

Los dos otros tipos no se creían lo que veían.

-Ha tumbado a Kisame de un golpe, Itachi- Cometó el rubio con el flequillo delante de un ojo.

-Imposible- Exclamó el de la cola, cambiando semblante inexpresivo por otro de asombro.

Naruto echó a correr hacia ellos con el puño alzado que ellos esquivaron fácilmente. Lo estrello contra el suelo y este se partió con solo el contacto con los nudillos.

Los otros dos detectaron que el rubio, desconocidamente cabreado los iba a reducir a nada, decidieron retirarse como solo un Akatsuki sabe hacerlo, dejando al rubio solo.

Él salió de trance en el que se encontraba. El ahora Kurama, que acaba de conocer le había revelado todo.

El era Uzumaki Naruto de Konoha de hace 700 años. Era un ninja, rango Bajo, Genin según el monstruo parlante. Él era su contenedor, un Jinchuuriki.

No era la reencarnación ni tampoco un clon sino el mismo que fue transportado durante la 3ra Guerra Shinobi para salvarle de ellos.

-"Eso tipos son Akatsuki y nos quieren, me quieren extraer y dominarme junto los otros 8 para el Genjutsu definitivo"-

El zorro seguía hablando mientras entraba en casa. Su departamento era pequeño, bien iluminado y bastante naranja. Era demasiado asimilar que era todo eso en un par de horas, cuando habías vivido una vida mediocre de estudiante pensando que eras una persona normal.

-A sí que "me has hecho despertar porque nos han encontrado"?

Preguntaba a Kurama mientras se metía en el baño. Se estaba enjabonando la espalda cuando el zorro salió y se materializo encima del retrete.

Asintiendo, el zorro le siguió contando cosas hasta que oscureció.

Después de cenar se metió en la cama y mirando al techo empezó a reflexionar.

"Soy el héroe perdido y debo volver para salvar a todos", "Chico de la leyenda"

Y pensando se durmió.

A la mañana siguiente se levanto sobresaltado sudando y se cayó de la cama.

Estirándose felinamente y luego incorporándose se dirigió a la cocina, pues tenía hambre pero no antes sin pasar por delante del espejo. Su aspecto había cambiado bastante. Ahora que se sentía bien y se veía bien. Se paso un mano por su cabello rubio y mirándose de arriba abajo y fijándose que iba en ropa interior, sonrió; cosa que no había hecho en mucho tiempo.

-Que guapo te has puesto, dobe.- Sintió una voz que le sobresaltó y se giro de golpe chocando la espalda contra el espejo.

Había un chico, sentado en el alfeizar de la ventana, !de un cuarto piso! que le miraba fijamente y sonreía.

Su aspecto era discreto, con pantalones oscuros largos, jersey de media manga y unas sandalias, con un protector en la frente.

Se le veía realmente altivo y arrogante con sus largas piernas cruzadas y los brazos a la altura del pecho. De un salto puso los pies en el piso, caminando silenciosamente y en eses se fue acercando al sorprendido rubio que lo miraba con ojos centelleantes.

-S-sasuke- dijo no muy bien porque, pero hizo que la sonrisa de mencionado se ensanchara.

No había visto ese chico en su vida, no muy bien en esta pero puede que si en su otra, pero su cuerpo reacciono como quiso sin hacer caso a su suplicante cerebro.

El susodicho se sentó en la cama encarando al rubio, sonriendo con cierta burla pero alegre porque se acordase a medias de él.

Un pensamiento le cruzo la mente y el azabache se preocupó, si Tsunade le había sellado los recuerdos antes de salvarle de su propia estupidez y ahora se acordara de todo de él también se acordara de lo que el daño que le hizo?

Ahora Sasuke tenía 17 años y ya había superado su periodo de venganza ciega y desenfrenada, Naruto hacia un par de años que fue "eliminado", para mantenerlo a salvo.


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