Nota: Antes de que comiencen a lanzar críticas a diestra y siniestra o a decir cosas malas sobre esto…quiero decirles una cosa, esto no es un fanfic como cualquier otro que he intentado escribir de Adventure Time durante los últimos cinco años. Esto vendría a ser…un fanfic que pronto se convertirá en un comic en las vacaciones de verano ¡SI! ¡Eso es!

Espero que les guste, para hacer este fanfic me base en un AU completamente diferente al de la serie original y que yo misma invente en mi cabeza…y…puede que me haya inspirado un poquito de la serie británica "Skins" por lo que habrá referencias a dicha serie y a diversos libros y películas que he leído y visto antes.

Para terminar, Adventure Time no me pertenece si no a Pendleton Ward quien también es el creador de la webserie "Bravest Warriors" pero el fanfic y su AU son de MI propiedad.


Capítulo 1: Finn.

La mañana se hizo presente y con ella se alejaba la noche para darle su aparición al sol, un chico de no más de dieciséis o diecisiete años dormía en su cama en su habitación. Pudo haber seguido durmiendo más tiempo pero el despertador de su teléfono comenzó a sonar lo que lo obligó a despertarse, levantarse de su cama e ir a buscar su teléfono para desbloquearlo y así apagar su despertador el cual programaba para poder despertarse a tiempo para ir a la escuela.

Look at the stars

Look how they shine for you…

Tomó su teléfono que había dejado en la mesita de noche, lo desbloqueo, apagó el despertador y vio la hora 7:00 a.m aún tenía unos minutos para ir al baño a lavarse los dientes, desayunar y luego irse a la escuela.

-Agh, no…no quiero ir a la escuela hoy…-pensó el chico volviendo a echarse en la cama con los ojos aún entrecerrados por el cansancio.

¡Hey! Este soy…yo, Finn. Bueno, mi nombre completo es Finn Mertens…tengo dieciséis años, voy a la escuela como todos los demás y vivo con mi mamá.

Después de arreglarse para ir a la escuela, Finn salió de su habitación con la mochila cargada en su hombro con los materiales que necesitaba para ese día y comenzó a bajar las escaleras para ir a la cocina a tomar el desayuno. Mientras se acercaba, su madre, se encontraba en la cocina colocando las cosas del desayuno en la mesa, ella también estaba lista para ir a trabajar, miró la hora en el reloj de pared y se le hizo extraño que su hijo aún no viniera.

-Finn, ¿Ya estás despierto? El desayuno está listo-lo llamó ella, de pronto Finn llegó haciendo su aparición en la entrada de la cocina.

-Sí, aquí estoy, mamá-le respondió el chico, se acercó a su mamá y la saludo con un abrazo como lo hacía a veces por las mañanas antes de que se fuera a la escuela.

Ella es mi mamá…su nombre es Minerva. Así que…ustedes se estarán preguntando "¿Dónde está mi papá?" um, es triste para mí decirlo pero mi papá está muerto, él intento protegernos de unos ladrones que entraron a nuestra casa. Mi mamá dice que no puedo recordar eso porque solo tenía tres años cuando eso ocurrió.

No hay fotografías de mi papá en casa, solo una con él cuando yo era pequeño…a veces…quisiera saber más de él pero mi mamá no quiere hablar de eso.

Finn ya había terminado de desayunar, salió de su casa y se quedó unos segundos parado en la entrada con la mano apoyada en el barandal de la pequeña escalera que daba a la puerta de la casa en la que ahora vivía con su madre, sus ojos se quedaron fijos en las nubes blancas que apenas cubrían el cielo, respiró hondo y comenzó a bajar las escaleras.

Después de desayunar voy a la escuela en autobús…pero…hoy es un día agradable así que…prefiero ir caminando a la escuela…

No muy lejos de la casa de Finn en un terreno deshabitado, un perro amarillo casi anaranjado dormía en un hueco que había hecho en la tierra con algo de césped brotando a su alrededor. Despertó al escuchar un silbido proveniente de su amigo, se despertó y se levantó sacudiéndose la tierra de su pelaje y comenzó a correr saliendo del terreno para reunirse con Finn.

-Buenos días, Jake. No puedo jugar contigo ahora, solo vine para saludarte-dijo Finn apenas vio al perro amarillo el cual salto sobre él esperando a que el chico jugara con él como solía hacerlo todos los días. Jake lo miró y sus ojos brillaron de tristeza al escuchar que su amigo no jugaría con él esa mañana-lo siento, pero debo ir a la escuela…tengo una idea…-soltó al perro y se levanto del suelo-vamos a jugar una carrera ¿estás de acuerdo?-

Jake solo ladró por respuesta, por suerte su amigo jugaría con él mientras iba de camino a la escuela.

-Bien, vámonos.

Los dos comenzaron a correr trazando el camino que Finn hacia por las mañanas cuando iba a la escuela, Finn podía correr rápido pero no tanto como Jake, el perro amarillo le estaba tomando la delantera. Después de unos minutos corriendo Jake llegó primero y Finn se detuvo apoyando las manos en las rodillas para descansar un momento y recuperar la respiración.

-Me ganaste, viejo…estoy agotado…-dijo Finn, cuando su respiración se torno normal, se arrodillo frente al perro-bien, tengo que ir a clases…entonces…te prometo que jugaré contigo más tarde-

Mientras Finn hablaba con Jake, una chica con el cabello largo recogido en una coleta se encontraba ahí afuera del edificio observando la escena, de la nada otra chica (quien probablemente era su amiga) camino hacia ella y se detuvo al verla con una expresión de extrañeza en el rostro.

-Hey ¿viste a ese chico?-le pregunto ella intentando llamar la atención de su amiga.

-Sí, lo veo…-respondió ella sin mirarla, solo veía a Finn y a aquel perro amarillo alejarse de él hasta que lo perdió de vista-estaba hablando con un perro-

-Jajaja, ¡Sí! ¿Puedes creer eso? Es muy extraño…no tiene amigos de verdad.

-Su único amigo es ese perro jajaja.

Finn se levantó al escuchar lo que decían aquellas chicas, se sintió un poco avergonzado así que entró rápidamente al edificio para no seguir escuchándolas.

En toda mi vida nunca me importó lo que digan los demás…pero esas chicas de verdad me lastimaron…

Al entrar a la escuela, Finn fue a la primera clase del día, hoy era lunes por lo tanto las primeras dos horas tenía clases de Química. No se podía decir que el chico destacaba en la materia, porque no era muy bueno en Química y mucho menos en matemáticas pero hacía un esfuerzo por prestar atención en la clase, a veces…

-Bien, clase…hoy vamos a aprender acerca de los átomos-dijo la profesora Bonnibel quien era la que impartía esa materia, señalando el pizarrón donde había escrito el nombre de la lección que tendrían ese día-¿Alguien puede darme una definición por favor?-

-Un átomo es una pequeña cantidad de sustancias que si tú las fusionas…um…ellas se convierten en un átomo-dijo uno de los chicos de la clase.

-No, Mark. Esa no es la definición correcta ¿Alguien puede darme otra definición?-preguntó Bonnie mirando a los chicos y chicas en el salón, la mayoría conversaba entre ellos o estaba sumido en otras cosas pendientes, su vista se fijo en Finn-¡Finn!-

-¿Eh? ¿Qué?-dijo Finn saliendo de su trance, al parecer no estaba prestando atención y se quedo mirando hacia la ventana-um…yo…l-lo siento, profesora. No estaba escuchando ¿podría repetir la pregunta por favor?-

-Concéntrate, Finn. Es la quinta vez que te llamo la atención en mi clase-dijo Bonnie un poco frustrada de tener que lidiar siempre con él cada vez que se distraía durante una lección, volvió a fijar la vista en sus alumnos-ahora…se que a muchos de ustedes les parece "aburrido" estar aquí pero si se esfuerzan y se concentran podrán verle el lado entretenido a esta lección…ahora ¿Quién más quiere darme una definición clara de lo que es un átomo?-


Las horas de clase de Química junto con las de las demás clases pasaron rápido, a las 12:00 tocó el timbre anunciando que era hora de ir a almorzar. Los chicos guardaron sus cosas y salieron al comedor, Finn no tenía tanta prisa por ir a comer porque después de todo nadie lo estaba esperando, podía ir unos minutos más tarde y luego tendría tiempo para llegar a la última lección del día. Comenzó a guardar las cosas y mientras lo hacía las dos chicas que habían estado hablando de él esa mañana cuando llegó con Jake a la escuela caminaron en dirección a la salida mientras hablaban entre ellas y se reían pero al ver al rubio dejaron de reírse.

-¡Hola, Finn!-lo saludo la chica con el cabello recogido en una coleta intentando mostrarse amable con él-oye, escucha…si nos escuchaste hablar de ti y de tu perro, um…mi amiga y yo queríamos disculparnos-

-Sí, no tendrías que haber tomado esa conversación en serio. De verdad nos da un poco de envidia que tengas un perro como amigo, si pudiera yo también lo tendría-dijo la otra chica también queriendo aparentar que estaba apenada por lo que dijo esa mañana.

-No era necesario venir y decirme que están apenadas por lo que dijeron-dijo Finn terminando de guardar sus cosas, se levantó y se cargó la mochila en la espalda-porque veo que no lo están, además…Jake no es mi perro, es un perro que vive en la calle y aún así lo considero mi mejor amigo-

No sé cuando comencé a ver a Jake como mi mejor amigo, lo cuido desde que tengo memoria…cuando lo encontré estaba dentro de una bolsa de basura, herido y maltratado, nunca supe como terminó así. A veces pienso que mi papá envió a Jake para que me cuide y siento que puedo verlo a través de sus ojos, aunque eso es imposible.

Las dos chicas se miraron entre ellas sin poder creer lo que escuchaban y se fueron sin decir nada más. Finn rodó los ojos y salió del salón de clases para ir a la cafetería a comer algo antes de la próxima (y última) clase del día. Cuando llego a la cafetería tomó un sándwich y una soda y fue a sentarse lo más lejos que podía, la última vez que se sentó solo en algún lugar cerca de la entrada estuvieron molestándolo un largo rato hasta que se fue, esperaba que esa situación no se volviera a repetir hoy pero estaba equivocado.

Apenas se sentó cuando escuchó unos pasos aproximarse al lugar donde estaba sentado, levantó la mirada y vio a un grupo de cuatro chicos parados frente a él.

-¿Qué?-dijo Finn, ninguno de los chicos le respondió-¿Qué me miran? Si quieren sentarse, lo siento pero…este lugar está ocupado-

-Buenas tardes, fenómeno-le dijo uno de los chicos con cierto deje de sarcasmo-¿acaso ya no nos vas a saludar?-

-No, ya no tengo ningún interés en hacerlo y…si me disculpas, quiero tranquilidad, muchas gracias-dijo Finn, tomó su sándwich y su soda dispuesto a irse de la cafetería pero otro de los chicos del grupo lo detuvo haciendo que volviera a sentarse en su lugar.

-Oh, lo siento mucho… no sabía que los fenómenos necesitaban tranquilidad-exclamó el chico teniéndolo del hombro, vio la lata de soda y la tomo sin darle tiempo a Finn para detenerlo

-Espera ¿Qué vas a hacer? Esa es mi soda.

-Escucha, tú…quieres tranquilidad ¿no es así?-preguntó el chico, Finn no dijo nada y solo se limitó a asentir-bien ¡te daré tu tranquilidad!-

Acto seguido el chico echó la soda mojando el gorro, el rostro y parte de la ropa de Finn. El rubio se quedo quieto sin decir nada, sin moverse, por un segundo tenía deseos de levantarse y querer defenderse de lo que ese chico le había hecho pero no podía hacerlo, algo se lo impedía y no podía descubrir que era, escuchó la lata de soda caer al piso. Con el sonido del aluminio cayendo al suelo todos se voltearon para ver que había pasado, ahora Finn estaba más avergonzado que de costumbre y más con los demás estudiantes viendo la situación.

-Creo que se me resbaló-comentó el chico con las manos arriba, se echó a reír a carcajadas, dio un golpe fuerte en la mesa con ambas manos asustando a Finn y se acercó peligrosamente a él-lárgate, no te quiero ver por aquí ¿me oíste, fenómeno?-

Finn miro al chico, luego vio a los demás estudiantes que lo miraban sin entender que había pasado en realidad y esperaban a que él les dijera algo, enseguida se levanto, tomó su mochila y salió corriendo de ahí. Una vez afuera de la cafetería, comenzó a bajar las escaleras que lo llevarían a la planta baja, corrió por el pasillo hasta llegar a la salida, abrió la puerta y salió de la escuela pero cuando salió miro a los dos lados de la calle y se quedo parado ahí por unos minutos sin saber qué hacer.

Estaba perdido, no sabía qué hacer apenas salí de la escuela…no tenía a donde ir y además no podía volver a casa hasta dentro de dos horas y si volvía antes estaría solo, mamá no saldría de trabajar hasta más tarde…

Al final dobló a la derecha y comenzó a correr alejándose de la escuela, necesitaba ir a otro sitio, estar solo con sus pensamientos sin que nadie lo molestara y también necesitaba calmarse pero parece que hoy el destino estaba en su contra porque se chocó con alguien provocando que cayera al suelo y se lastimara.

-Agh...

-¡Oye! ¿Qué te pasa? Fijate por donde andas, casi rompes mi guitarra-le dijo la persona con la que se chocó, Finn comenzó a levantarse sin mirar a esa persona a los ojos.

-L-Lo siento, no quise hacerlo…-se disculpó el chico, terminó de levantarse caminó hacia la persona con la que se chocó y levantó su mirada-me llamo Finn ¿tú quién eres?-

-No me interesaba saber tu nombre y tampoco te interesa a ti saber el mío así que no te lo diré-la persona misteriosa acomodó su guitarra que era de color verde y blanco detrás de su espalda y se sacudió el polvo de su chaqueta negra pero apenas vio a aquel chico con el que se había chocado pudo notar que estaba triste-oye ¿qué te pasa? ¿a-acaso te afecto lo que dije? Por favor, no fue para tanto…-

-¡No es por eso! no quiero hablarlo contigo, es más apenas te conozco… ¿sabes qué? Déjame en paz-Finn comenzó a caminar alejándose de aquel chico empujándolo levemente, este solo se quedo viéndolo alejarse, sacudió la cabeza para salir de su pequeño trance y se fue.