Era un hermoso día de verano en Odaiba, Japón. Un chico de tés morena, ojos color chocolate, pelo alborotado y de estatura media alta, corría por un parque que se encontraba cercas de su casa. Desde que era muy pequeño le ha gustado hacer ejercicio, de hecho fue capitán de su equipo de futbol en la primaria. Su nombre es Tai Kamiya y para algunos el exlíder de los niños elegidos de la generación pasada y hermano mayor de Kari. Sí, nuestro ex héroe de la anterior generación de niños tenía una vida muy pacifica gracias a que Davis y sus amigos lograron destruir los planes perversos de Malomyotismon y regresar la paz al mundo real y al digimundo. Y junto a nuestro joven ex elegido se encontraba su más fiel amigo y camarada, Agumon, el digimon anaranjado de apariencia de dinosaurio, no se encontraba nada contento con hacer ejercicio todas las mañanas, en eso difería mucho con su amo, a él le gusta más quedarse en casa viendo la tele o comiendo.
-¿Tai, podemos descansar?-Agumon ya no podía más, sus pequeñas piernas ya le temblaban y sus hermosos ojos verdes esmeralda casi se cerraban por el sudor y el cansancio que sentía.
-¿Qué te pasa, Agumon?-Tai miro hacia atrás y vio a su amigo a escasos metros de él-No más nos faltan tres vueltas más-Tai dejo de correr, se volteó y espero a que Agumon se acercara-Bueno, descansemos unos minutos.
-Gracias-Agumon cayó rendido a unos centímetros de su amigo.
-Parece que los años no pasan en balde, amigo-Tai tomo en brazos a su amigo y se dirigió a una banca que se encontraba cercas de ellos.
-Lo que pasa es que ya no hay peleas y eso repercute mucho en mi cuerpo al no digievolucionar-Agumon sintió la banca en donde lo deposito su amigo-Gracias, Tai.
-De nada-Tai se sentó a lado de su amigo y miro el hermoso cielo azul-Tienes razón, Agumon. Desde que Davis y los chicos derrotaron a Malomyotismon todo ha sido paz. Igual que hace siete años-Tai miro a Agumon que lo miraba-cuando derrotamos a Apocalymon.
-Es cierto-su amigo asintió.
-Esperemos que no haya otra pelea en puerta ya que si la hay, estaremos en graves problemas por tú condición-Tai toco la abultada panza de su amigo y río.
-Cómo eres, Tai-Agumon se abalanzo sobre su amigo ligeramente ofendido, pero riendo como él.
Tai y Agumon jugaban como siempre, parecía que él tiempo no había pasado en su amistad. Pero lo único que no sabían es que su temor por una nueva guerra se haría realidad en poco tiempo y que sería una de las más arriesgadas, más que la de hace siete años. Mientras eso sucedía, en un mundo alterno a la dimensión de Tai, en la ciudad de Shinjuku, en Japón. Un joven de pelo castaño, ojos color carmesí y de piel clara, festejaba su cumpleaños en compañía de sus amigos y familia.
-¡Feliz cumpleaños, Takato!-dijeron todos los presentes al mismo tiempo y aventaban serpentinas y confeti sobre el festejado.
-Muchas gracias-Takato vio a sus padres y amigos alrededor de la mesa en donde él se encontraba esperando su pastel.
-Ya eres todo un adolescente, Takato-dijo la madre de Takato mientras secaba una lágrima que salió repentinamente de sus ojos.
-Mamá, no llores, que me vas hacer llorar-dijo un Takato apenado y riendo nerviosamente.
-No todos los días cumples trece años, Takato-dijo una chica de piel clara, pelo y ojos castaños.
-Juri-Takato miro a su amiga que esbozaba una gran sonrisa-tienes razón.
-Vamos por el pastel-el padre de Takato miro a su esposa que asintió y se fueron por el pastel.
-Chicos, parece que fue ayer cuando viajamos al digimundo-dijo un chico alto, pelo castaño y parado, su piel es bronceada, sus ojos son grises y lleva una visera negra.
-Sí, ha pasado un año desde la partida de Guilmon y los demás-Takato desvió su vista al piso-Creí que él tiempo se iría lento, pero no-miro a sus amigos que se veían tristes al recordar los eventos del años pasado-ya ha pasado un año sin ellos.
-Y no sólo eso, también Rika, Ryo y Henry se fueron terminando sus estudios-Kenta es de estatura baja, piel clara, pelo verde, ojos oscuros y usa gafas-Sus familias no superaron lo que paso hace un año con lo del D-Reaper. Creí que tú también te irías con tu familia, Juri-Kenta miro a su amiga-Después de todo lo que te paso, creí que tu familia querría alejarte de esta ciudad o quizás del país.
-La verdad-Juri entrelazo sus manos y bajo su mirada-mi padre quería irse, pero me negué, le dije que en ninguna ciudad olvidaría lo que paso con Leomon y mi encierro dentro de D-Reaper-miro a Takato-Mi única cura sería quedarme aquí, con mis amigos, con Takato y toda la gente que vivió esto conmigo.
-Juri-Takato miro a su amiga con admiración y ternura, pero esa imagen se desvaneció al entrar sus padres con el pastel.
-Perdón por tardarnos-la mamá de Takato puso el pastel enfrente de su hijo sobre la mesa-espero que te guste, Takato.
-Sí-Takato miro a su madre y a su padre-Gracias-luego miro su pastel y le sorprendió mucho ver dibujado en él a su entrañable amigo dinosaurio-(Guilmon)-una ola de sentimientos llenaron su cuerpo y varias imágenes vinieron a su mente como la vez en que dibujo a Guilmon, cuando esté cobro vida, como digievoluciono y cuando pelearon juntos en su pelea final-(Amigo, hace un año que no te veo y parece como si hubiera pasado una eternidad).
-¿Pasa algo, hijo?-el padre de Takato miraba desconcertado a su primogénito congelado frente al pastel-¿Acaso no te gusto?-Al ver el dibujo del compañero de aventuras de su hijo comprendió lo que pasaba-Lo siento, Takato, creí que te alegraría ver, aunque sea en dibujo, a Guilmon-su hijo lo miro apenado y triste.
-¡No!-Takato negó con su cabeza y manos-no tienes por qué disculparte. Me gustó mucho, es solo que-Takato miro de nuevo el pastel-a veces sueño con que él y yo nos volveremos a ver algún día y tenerlo presente en mi cumpleaños, me hace pensar que ese día llegara muy pronto.
-Así será, Takato-Juri se puso a lado de su amigo-algún día los volveremos a ver.
Takato miro a su amiga y esto lo reconforto un poco. Mientras tanto, en el digimundo, ocurría un fenómeno sin precedentes y apenas perceptibles para algunos digimons. En un lugar oscuro, un cumulo de energía negativa tomaba forma y eso significaba la guerra que Tai temía tanto y la oportunidad que Takato anhelaba para ver a su amigo una vez más se acercaba. La guerra daría comienzo dentro de poco y nuestros dos héroes legendarios tendrían que luchar junto a sus camaradas una vez más para salvar ambos mundos.
-Me vengare de ustedes-decía una voz muy amenazadora y llena de odio-prepárense niños elegidos.
