"Cuando los personajes hablan"

Los personajes piensan.

Recuerdos del pasado

Sin daños a terceros

"¡Kagome! ¿Ya estas lista?" se escucho el grito por toda la casa.

"¡Ya!" Cerrando la maleta, suspiro con exasperación, había oído gritarle esa pregunta unas quince veces. Chasqueando la lengua, se pregunto por enésima vez como es que le aguantaba. Colocando la maleta en el piso la comenzó a arrastrar.

"Déjame te ayudo" Un brazo varonil alzo con facilidad la mochila mientras bajaban al primer piso.

"Creo que ya es la última a menos que hayas olvidado empacar lo tuyo" mirándolo con sus ojos zafiros.

"Lo mio esta listo, tu que tardas mucho" Quejo. Cerrando la cajuela del coche e ingresando al lado del conductor.

Abriendo la puerta del copiloto "Lo que sucede es que tu tienes mucha prisa" ingresando al auto, mientras rugía con vida "¿Me vas a decir que es lo que te tiene tan ansioso?" pregunto al sentir el movimiento y volteando a la ventana para ver los edificios que pasaban con rapidez.

Colocando una sonrisa picara en su rostro "Sucede que pasaremos este fin de semanas con mis padres"

"¿Tus padres?" cuestiono sorprendida, mientras lo miraba.

"Si, este fin se la pasaran en la casa de campo, y ya que nos queda a treinta minutos pensé en que estemos con ellos, además mi oka-san y otou-san están ansiosos de verte"

Apretando un poco el mango de la puerta "Si, la última vez que los vimos fue en la boda" viendo su mano izquierda y dedo anular para ver brillar el diamante sobre una banda de oro "Ya quiero verlos"

"Si" encendiendo la radio para ambientar.

Mirando nuevamente a la ventana, guardo silencio, estaba emocionada de ver a sus suegros eran unas personas dulces y con un gran corazón que la habían recibido muy bien al ser presentada como la novia de su esposo hace algunos años, pero, al mismo tiempo estaba nerviosa. Ellos esperaban nietos, después de tres años de noviazgo y uno de casados, ya con cuatro años juntos era normal que esperaban varios pasitos y risas de niños alrededor de ellos.

Cambiando el panorama a grandes arboles, césped, flores y animales, cerro lo ojos mientras ponía su frente en el cristal frio, disfrutando la calma. Le sudaban las manos un poco, no solo estaba nerviosa por sus deseos del suegro, aunque ya se imagina las indirectas que estarían diciendo. Aun recordaba cada momento en los que se los decían.

"Toga no te parece que la casa ya tiene mucho tiempo tranquila" con una sonrisa inocente en su rostro, volteando a ver a su marido, provocando que cierto par se removiera en su asiento por el pequeño comentario.

Riendo sobre su pequeño recuerdo, separando su cara del cristal, se paso una mano sobre su cabello para mantener todavía sus ondas acomodadas en su lugar.

"¿De que te ríes?" mirándola de reojo.

"Recordando las indirectas de tus padres cuando éramos novios"

"Ni me lo recuerdes" dando un gemido "Ya llegamos"

"¿Tan rápido?" pregunto sorprendida.

"¿Cuánto tiempo crees que estuviste perdida en tus pensamientos? Hasta creo que te dormiste por un momento" estacionando y apagando el coche.

"Si tu lo dices" murmuro, saliendo.

Temblando sus brazos por un momento, miro el convertible azul al lado de su auto verde, anudándose por un momento su garganta, trato de mantener su respiración en un ritmo normal. Sobándose los brazos, calmo el suave temblor sobre ellos. Quizás cambiaron de coche pensó animándose.

"¿Estas bien?" tomándole el hombro.

"S-si" tartamudeo, maldiciendo por dentro por su falta de control en el habla.

"¿Segura?" preocupado.

"Claro" con la sonrisa mas brillante que podía conseguir.

Agarrando su mano pequeña con la suya grande, la llevo a la entrada de la casa de dos pisos de alto color melocotón con las orillas pintadas de amarilla. Mordiéndose el labio inferior nerviosa, sabía que no faltaba mucho para llegar a la entrada principal y pasara quizás su peor pesadilla. Sintiendo como su pareja se detenía y tocaba el timbre, dejo de respirar.

Por favor, por favor, por favor, por favor rogo dentro de su mente.

"¡Hijo!" escucho el grito emocionado.

Abriendo los ojos, que no había notado que cerro, vio a un hombre alto de cabellos plateados-grisáceos, en su cara, con rastros de los años que tenía encima, una gran sonrisa que provocaba hoyuelos sobre sus cachetes.

"Otou-san" abrazándolo.

"¡Ah! ¡Hija mía!" soltando al varón para acercarse a la azabache y abrazarla con igual pasión.

"Hola" devolviéndoselo.

"Pasen, pasen, Izayoi esta esperando en la sala" cerrando tras ellos "Toda la familia reunida al fin"

"¿Toda?" pregunto la ojos zafiros, anchos.

"Si, será como los viejos tiempos con el par de mis hijos juntos" conduciéndolos por un pasillo hacía otra puerta "nada mas que los dos casados, asique ahora somos seis y no cuatro" dando vuelta a la manija y abriendo "aunque deberíamos ser mas" con un brillo en la mirada.

Kagome detrás de los dos hombres, el temblor que había tenido comenzó a formarse nuevamente pero por todo su cuerpo, mientras su estomago sentía un hoyo, inconscientemente se mordía nuevamente el labio inferior, las palmas le sudaban. Entrando en la sala tras ellos, bajo la mirada, pasando sus manos sobre su vestido purpura de tirantes para secarlas.

Un jalón en su brazo la despertó de lo que hacía, tratando de poner una sonrisa normal, alzo la mirada y su corazón dio un vuelco. Dos ojos de oro la miraban con atención e intensidad. Movió sus labios, apenas un susurro que con trabajo y pudo oír ella.

"…Sesshomaru…"

"¡Inuyasha!" el llamado de una voz femenina grande con largos cabellos negros y ojos de mismo color con una esbelta figura a pesar de su edad.

Su mente se puso en blanco y las cosas transcurrieron en cámara rápida, lo siguiente que sabía es que todos estaban sentados tomando sake y ella cabizbaja evitando la mirada de todos, tomando algo rápido el alcohol sobre su vaso.

"¿Entonces quien va a ser el primero por darme nietos?" descaradamente expreso el hombre mayor.

"¡Toga!" reprendió su compañera.

"¿Qué? Estoy hablando enserio, principalmente a ti Sesshomaru, tengo tres años esperando un nieto desde que te casaste" le dijo al mayor de sus hijos.

"Hn" tomando una cantidad del líquido blanco.

"Sesshomaru no seas así" se quejo, la cual fue ignorada "No tenemos en planes todavía, tu me entiendes verdad Kagome-chan"

La susodicha se quedo muda al ser introducida en la plática, sintiendo la pesada mirada de los ojos carmín sobre ella, acompañada de labios rojos y cabello negro en un bollo, decorados con plumas de colores.

"Ah, si Kagura-san"

"Por favor Kagome-chan, nada de honoríficos, después de todo somos concuñas" una sonrisa sobre sus labios, una que la cabello azabache vio con maldad "¿Y cuando piensan ustedes tener hijos?"

"Feh, Kagome y yo todavía no tendremos, hay mucho trabajo" cruzando los brazos.

"Te vas a parecer a Sesshomaru que solo piensa en el trabajo" menciono Kagura.

"No me compares con ese bastardo" gruño.

"Inuyasha cálmate" tranquilizo a su marido.

"Si, hermanito, tienes que escucharla mas, entiende mejor que tu" se burlo.

Sabiendo por donde iba el rumbo, la cabello azabache relleno su vaso de sake.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Dando un gemido, se dio la vuelta y enterró la cabeza debajo de la almohada, sentía como si la hubiera arrollado un tren y para torturarla la mantuvo viva. Al menos recordaba el motivo por el cual detestaba el alcohol. Tomando un profundo respiro, se alzó de la cama para sentir un repentino mareo, falta de fuerza y su estomago revuelto, sin mas cayo nuevamente como si jamás se hubiera intentado levantar.

Palpando al lado suyo para despertar a Inuyasha y le trajera algunas aspirinas o le cortara mejor la cabeza para detener el aguijón que estaba picándole cada segundo en las sienes, encontró el lugar vacío. Abriendo un ojo, observo las sabanas blancas y grises que cubrían el espacio, pero no al ojo-cobre. Maldiciendo en voz baja, se pregunto donde estaba y porque no le había dicho nada.

¡Diablos! ¡Me dejo Inuyasha sola con esta jaqueca! Soltando un suspiro de resignación, se sentó con cuidado sobre la cama, cerró los ojos. Sintiéndose mas controlada, se levanto, haciendo todo en automático, tomó un baño y se vistió en un vestido de verano blanco con flores rojas. Estando lista, no perdió tiempo en salir de la habitación e irse recto a la cocina, quería solucionar el palpitar de su cabeza ¡Ya!

Una vez en la cocina, comenzó su registro por las aspirinas, se supone que las pastillas deben estar en los baños, pero Izayoi decía que era más fácil allí, debido a que se toman con agua tenían que estar en la cocina para no desviar su camino.

"Buscabas esto"

Estática se quedo su mano a medio subir de uno de los estantes al oír una voz de barítono detrás de ella. Dejando de respirar, sintió el malestar de cabeza aumentar, su estomago hizo un hoyo en donde debía estar revuelto. Dando la vuelta lentamente, vio a su peor pesadilla parado en frente de ella con un pequeño bote blanco en la mano y una ceja de plata alzada.

"…S-si" respondió temblorosamente.

"Siéntate" ordeno.

Haciendo un recordatorio, un punzón atravesó su cabeza, no dudo en seguir lo dicho. Se sentó sobre los bancos, recargo la cabeza y los brazos sobre el desayunador, tratando de no lamentarse por las vueltas que sentía en su mente. Un vaso de agua se coloco frente a ella con una pastilla blanca al lado, no dudando tomo el pequeño objeto junto con el agua, ya se había torturado suficiente.

"Eso sucede cuando tomas mas de lo que aguantas"

Bajando la cara, asintió levemente. A través de su cerraduras azabaches observo la cara aristócrata que no le quitaba la mirada de encima "Gracias" murmuro, consiguiendo un movimiento de cabeza en reconocimiento.

"Entonces…Sesshomaru…" saboreando su nombre, pasando por alto el puño que apretó el susodicho "Sabes… ¿Dónde esta…" no atreviéndose a terminar.

"Salió con todos a andar a caballo"

"¿To…Todos?" nerviosa cuestiona "¿Hasta Kagura?" un asentimiento fue su respuesta "Entonces…estamos solos" Nunca debió haber salido de su cama.

Un momento de silencio transcurrió entre los dos "Kagome…" suavemente le hablo, notando el color de su vestido.

Brincando sobre su asiento al oír su nombre salir de él "Am… ¿Si?" últimamente era una de las palabras que mas decía, a su alrededor su cerebro parecía una pulpa.

Dando un salto, otra vez, miró sus dedos envueltos con unos largos y elegantes, alzando la cara, observo dos perlas de oro brillando y cerca "…Yo…" trago el nudo sobre su garganta "…no podemos" chillo.

Entrecerrando los ojos, la soltó para dejarla salir del lugar, mientras él se quedaba en el mismo punto. Maldiciendo lo tarde que al fin encontró lo que soñó.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Dando un gemido la cabello azabache, miro alrededor, insultándose dentro de su mente una y otra vez por su insensatez. Inuyasha le había advertido sobre entrar ha esta parte de los jardines, que era fácil extraviarse, y hay va ella a hacer lo que le habían dicho que no hiciera por ver la famosa flor de luna que solo nacería en la noche por eso se encontraba en medio del laberinto de arboles y césped. De por sí se preguntaba porque tenían un jardín enorme. Pero en ese momento la pregunta era lo de menos.

"¡Oh kami!" grito furiosa "¡Auxilio! ¡Me perdí!" a ver si alguien la oía.

"Silencio" una voz dijo llamando su atención. Vio a un hombre de cabellos platinados hasta mediados de espalda, alto, de ojos dorados y características aristócratas. Cargaba puesta una camisa blanca con rojo resaltando sus musculosos brazos, unos jeans que disimulaban sus piernas y tenis blancos. Vestía cómodamente.

Mirando de arriba abajo a la joven en frente suyo, que había oído gritar, encontró largos cabellos negro-azulados, estatura baja, características suaves y grandes ojos azul profundo. Vestía una blusa amarilla con las mangas en los hombros, acentuando sus curvas, un pantalón mezclilla ajustado, mostrando su bien torneadas piernas y tenis azules.

Chocando azul con ámbar una corriente eléctrica paso por los dos, sintiendo como su alma se conectaba y un vacío se llenaba por la presencia del otro. Una comodidad empezó a rodearlos, sin poder apartar la vista.

"¿Qué haces aquí?" pregunto.

"Vine a ver la flor de luna, pero me perdí" con un sonrojo.

"Me llamo Sesshomaru ¿Cómo te llamas?" acercándose a ella, hipnotizado. No sabía porque no le había corrido o al menos no dirigirle la palabra.

"Soy Kagome" sonriendo dulcemente con el corazón a mil por hora.

"Asique viniste a ver la flor de luna" a un paso de ella, sintiendo su olor a rosas en una lluvia.

"Si" inconscientemente hacer lo mismo que su acompañante, pinos y menta.

"Hn" alzando su mano, mostrando los pétalos plateados, que brillaban como escarcha a la luz de la luna, con centro blanco-amarillento.

Abriendo los ojos sorprendida junto con un exclamo "Oh mi…" maravillada "es hermosa"

Moviendo un poco sus cabellos, coloco la flor detrás de su oreja "Viven ocho horas, cuando la toque el sol marchitara" mirando sus profundos ojos.

Suspirando románticamente "Yo-"

"¡Aquí estas!" grito una voz, provocando que la ojos zafiros brincara y el ojos oro se alejara.

"¿Inuyasha?" pregunto la joven.

"Te dije que no vinieras acá, pero eres terca mujer… ¿Sesshomaru?"

"Inuyasha" reconoció.

"¿Se conocen?" pregunto a los dos.

Mirando a Kagome como si le hubiera crecido una segunda cabeza "Es mi hermano"

"Medio hermano" corrigió Sesshomaru.

"Feh, como sea" gruño.

"…Hermanos…" susurro pasmada ¿Cómo no lo había notado? El color del cabello y los ojos, a excepción que los de Sesshomaru eran mas claros pero aun así esos rasgos no los tenía cualquiera. Palideció, sino mal recordaba Inuyasha había mencionado que tenía año y medio casado, había estado pasando un momento de ensueño con…

"Aprovechando que estas aquí, Sesshomaru" abrazando por la cintura a la cabello azabache "Te presento a Kagome…

mi prometida"

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Con la sabana debajo de su mirada, cerró los ojos con picazón sobre ellos, quería llorar. Todos los encuentros que había tenido con el cabello plateado serían cada vez más difíciles, ya que, aparecían sentimientos a flote. Más de una ocasión intento tirar aun lado lo que sentía pero cuando lo volvía a ver la pared que había construido se rompía en pedazos aunque sabia que era equitativo, más de una vez vio la mirada del ojo dorado igual a la de ella.

Anhelo.

Volviendo a recordar cuando se conocieron, una sola mirada basto para que supiera que era el amor de su vida, era lo que había estado buscando, se habían reconocido enseguida, pero ya era tarde, ella estaba prometida con Inuyasha y él estaba casado con Kagura, todo por tener miedo a estar solos.

Entrando en un ligero sueño, su nariz se arrugo, el olor a humo invadió sus fosas nasales. Cuando en eso se azoto la puerta del cuarto, sentándose en la cama de un brinco, lo que observo la sorprendió. En la entrada se encontraba Sesshomaru con su cara alarmada y el cabello levemente revuelto.

"¿Sesshomaru?" pregunto, volteándola a ver y suavizar su mirada.

"Kagome hay que irnos" agarrándola del brazo.

"¿Qué?" estupefacta "¡Espera! ¡No puedo ir a ningún lado contigo!" reacciono. ¿Quiere que huyamos?

"Escúchame, la casa se esta quemando" sujetándola de los hombros.

"¿Y los demás?" preocupada

"Siguen fuera en su paseo" tratando de salir.

Detuvieron su andar al ver las llamas revoloteando por las escaleras y acercándose. "¿Qué hacemos?" abrazándose a él por protección.

Rodeándola con su brazos fuertemente, busco una forma de escape "No sé" respondió con sinceridad.

"Sesshomaru… ¿Moriremos?" alzando la mirada.

Haciendo contacto con sus profundos ojos azul profundo, rozando una de sus mejillas, bajo su cara a la suya, mordiendo el interior de su boca, observo a lo lejos un escape "Si llegamos a la ventana…puedes sobrevivir"

"¿Puedo? ¿Y tu?" haciendo puño las manos sobre su camisa beige.

"Solo dará tiempo a que uno salga" decidido "vamos"

"¡No!" grito "Si tu no vives…" con agua en los ojos "mi vida no tendría sentido" cayeron algunas lagrimas.

"Kagome…Te amo…por eso tienes que vivir"

"¡Sin ti no!" soltando mas lagrimas "…Yo igual te amo"

El calor entrando por sus poros, y el humo haciéndose mas fuerte, comenzaron a ahogarse al respirar. Tos era lo que se centro sobre sus pulmones ansiosos por oxigeno, las llamas visibles a sus ojos, bailando colores rojos, naranjas y amarillos. La muerte tanteándolos, jugando con cada crujido de quemadura.

Al mismo tiempo el par de amantes se devoraron en un beso apasionado.

"Vamos a la cama" al alejarse. Mientras asentía de acuerdo su pareja.

¿Cuánto tiempo dolerá? Acostándose junto a él, abrazándolo. Abriendo los labios, que fueron cubiertos por otros sin espera No importa, mientras estemos juntos Fue el final de sus pensamientos, dejándose llevar por la necesidad de los dos de rosarse y besarse hasta su último respiro.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

pero llegamos tarde

te vi

me viste

nos reconocimos enseguida pero tarde

tu ibas con el

yo iba con ella

jugando a ser felices por desesperados

quizás en otras vidas

quizás en otras muertes...

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Espero que sea de su agrado y no me maten, léanlo mientras escuchan el link de esta canción watch?v=cnEGdXUx2Wo es Ricardo Arjona, sin daños a terceros, la estuve escuchando mientras la escribía, fue la que me inspiro. Moví la letra de la canción para que quedara parecido a lo que escribí, por eso no se preocupen si ven virado lo que dice la canción a como lo acomode. Espero sus comentarios.

Kigami Aizawa