Disclaimer: Pokémon no me pertenece es propiedad de Satoshi Tajiri .

Notas de autor: Participante del "Reto Bonus: Junkebox, del foro DexHolders del prof. Oak" y mi nuevo longfic xd

SI, deberia terminar los otros, pero no me resisti uvu Igual ya tengo casi listas las demas actualizaciones. Me quede sin internet, pero ya tengo una laptop en mi poder :3

Basado en la canción "Corazón en la maleta" de Luis Fonsi. Con mi interpretacion, no sentido literal xd... a no ser...

Advertencias: Posible OoC. Universo Alterno

Alerta roja: Si vienes a joder porque no te gusta el yaoi considera que lanzaré una maldición sobre ti.

Gracias.


Para iniciar una historia, siempre se planea exactamente a donde se quiere ir o los retos que el personaje debe atravesar; pero en la verdadera historia de vida, nunca sabes que es lo que te deparará el futuro.

Por eso vuela y no dejes que el pasado te ate, porque un ave siempre va a querer cantar en libertad.

M.J. Hayden

—¡Ya te lo dije! ¡Seré el mejor cantante que el mundo conozca!

El grito del adolescente fue la sentencia con la que se despidió aquel día, con dieciséis años recién cumplidos; Ruby era un muchacho bien parecido, su pelo negro y liso escondido con un gorro la mayor parte del tiempo no podía sino mas que amplificar esa belleza natural que poseía, sumando su piel blanca parecida a la mas fina porcelana y sus ojos tan intensos como su nombre cualquiera pensaría que tenía el mundo a sus pies.

No podían estar mas equivocados.

Su familia compuesta por su padre Norman y su madre Caroline, vivía en un apartamento de aspecto medio y tenían las comodidades que una familia promedio tenía: luz, agua, teléfono e internet. Pero el chico no quería conformarse con solo esas cosas, sus sueños iban más allá de eso.

Quería convertirse en una estrella.

Por lo que iba a viajar a una audición de talentos para conseguir a un manager que lo guiara y lo lanzara al mundo del espectáculo. Le demostraría a su padre que él podía cumplir los sueños que tenía, no se quedaría encerrado en una pequeña oficina para ver pasar los días.

«Te lo demostraré, no regresaré hasta cumplirlo». Pensó mientras el autobús se detenía en la parada y subió sin vacilar.

Iba terriblemente temprano, podía notarlo nada mas llegar al lugar de la audición y solo ver a un hombre tomando un café distraídamente mientras miraba caminar a un puñado de palomas como si fuera un acosador. Ruby decidió que podía matar el tiempo con una corta charla, quien alimentaba palomas no podía ser mala persona.

Hitler no contaba, él solo estaba traumado.*

—Buenos días, ¿puedo sentarme?— Preguntó con una sonrisa, gesto que se congeló al ver los ojos azules que parecía como una fotografía del cielo con nubes blancas.
—Buenos días. —El extraño contestó devolviéndole el gesto en menor proporción señalando a su lado—. Adelante.
—Disculpa si te parece rudo— el adolescente dijo sentándose y empezando a rebuscar en su pequeña mochila—, ¿te molesta si hago un boceto tuyo?
—¿Perdona?

Ruby sabia que iba a lamentarlo, pero la manera en que los ojos del extraño estaban observándolo le provocaban un montón de cosquillas que no había sentido antes.

—Tus ojos, tienen un azul muy lindo.

El extraño frunció los labios, como si estuviera evitando reir ante aquel cumplido tan comprometedor para un par de extraños; Ruby lo notó por lo que enrojeció levantando las manos.

—¡Se que es innapropiado! Pero...
—Adelante.

El azabache no podía creer la suerte que tenía, mandando su lado primitivo que le daba señales de alerta cada tres segundos a callar y se dispuso a dibujar.

—Eres muy hábil. —Observó el extraño mientras de fondo se escuchaba el aleteó de las palomas que huían a buscar mas alimento—, ¿alguien te enseñó?
—No, lo aprendí solo— murmuró sin despegar la vista del cuadernillo—. Mi padre odia cualquier cosa relacionada con el arte, pero eso no me detendrá.
—¿Cantas?
—Si—, dijo con emoción palpable y volteó a ver al extraño, aquello podía servirle de calentamiento— ¿quieres escuchar?

Ruby dejó de lado su dibujo a medio terminar, infló el pecho y después carraspeó tomando un micrófono imaginario.

—Ya me cansé de tu tornillo suelto— empezó a caminar como si estuviera frente a una multitud, olvidando que solo había una persona mirándolo—, me atraganté el caramelo envuelto. No puedo mas, con tanto sube y baja, cerca de ti estoy en desventaja.

El aplauso repentino del extraño lo hizo volver a la realidad, sonrojándose tan intensamente que se escondió tras sus manos.

—Lo haces muy bien.
—Mi padre dice que no— admitió sentándose y tomando su cuaderno de bosquejos para apretujarlo—. Incluso me prohibió asistir a la audición.
—¿La que iba a hacer ahí?— El extraño señaló la puerta y Ruby asintió con una pequeña sonrisa—, escuché que se cancelo.
—¡¿QUE?!

El adolescente se incorporó, pero pasados un par de segundos volvió a sentarse completamente pálido. ¡El karma! No había otra explicación, todo había salido demasiado bien y ahora le mordía el trasero.

—¿Harías cualquier cosa por una audición? —La voz del extraño lo sacó de su estupor haciéndole fruncir el ceño.
—Eso se escucha a lo que un pedófilo diría.

El extraño se rió, alto y claro como si aquello fuera lo más divertido que había escuchado en mucho tiempo.

—Lo digo porque un amigo mío tiene una casa disquera y están buscando un cantante.
—¿Cómo sé que no es una trampa?
—¿Te suena el nombre de Devon?

«¡Demonios, si!» Ruby casi soltaba un chillido, era la súper casa disquera que había lanzado al estrellato a su cantante favorito.

—Cualquiera lo conoce. — Sentenció en cambio y puso sus brazos en jarras.

El extraño sacó su movil y con dedos ágiles marcó un número y se lo tendió sin decir una palabra.

—Aquí el presidente de Devon, ¿quien habla?
—Uh, ¿quién es? — Ruby preguntó balbuceando torpemente.
—¿Cómo consiguió este numero? Es línea privada y le juro que...
—Un chico, d-de ojos azules me prestó su movil y yo...—escuchó una larga pausa, ¿quizá habían colgado?—uh, ¿hola?
—Ah, ¿Steven está contigo?

Ruby asintió, mas no emitió palabra alguna y el extraño que ahora sabia se llamaba Steven le pidió su teléfono de vuelta.

El adolescente tenía un mal momento en pensar si aquello realmente estaba pasando o solo estaba teniendo otro de esos sueños y terminaría despertándose solo para encontrar a su Coco acostada en su costado y a Nana en la alfombra a un lado de su cara por caer de la cama.
Mas cuando vio la sonrisa en la cara del chico frente a él, toda su espina dorsal se sacudió como si hubiera metido un tenedor al toma corriente y una ola de energía eléctrica lo hubiera atravesado.

—Lo encontré, papá.


A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."

Hayden