Este fic participa en el reto 'El séptimo arte' del foro Alas Negras, Palabras Negras".

Ni ASOIAF ni sus personajes me pertenecen. El título tampoco me pertenece, puesto que está relacionado con la película ¡olvídate de mí! (Eternal susnshine of the spotless mind) que además de formar parte del reto ha inspirado un poco este drabble.


Arya abrió los ojos cuidadosamente, no sabía dónde estaba o qué le había ocurrido. En su mente no había grandes recuerdos más allá de algún momento en el que había decidido embarcarse de vuelta a poniente. Creía ser Arya de la casa Stark, creía tener una sensación clara de cómo había sufrido la pérdida de su familia y creía estar segura de esas cosas, pero todo era una especie telaraña organizada con los pequeños fragmentos que había podido juntar en una difícil investigación.

— ¿Estás bien? — le preguntó una voz. Sonaba cargada de preocupación, así que ella se preguntó si tal vez no era la voz de alguien de su familia —. Has estado un par de días inconsciente...

Se incorporó, miró a su alrededor y vio al propietario de aquella voz. Alto y fuerte, tenia el pelo oscuro y los ojos azules, y había algo en él que la calmaba, como si le conociera, a pesar de no tener ni idea de quién era.

— ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?

— Solía ser una posada, ahora solo es un edificio viejo, puedes llamarme Toro, supongo — dijo él levantándose de la silla en la que se encontraba sentado. Parecía centrado en observarla como si la conociera —. Estabas a pocos pasos de aquí, parecías haberte desmayado. ¿Cual es tu nombre?

La chica vaciló y no era propio en ella, no después de todo lo que había vivido. Estaba casi segura de que él sabía algo que no le decía y aunque su cabeza le decía que no era seguro, tenía un presentimiento sobre no inventar un nombre en aquella ocasión.

— Arya, Arya Sta...— empezó a decir quedándose callada al instante. No, Arya ya era suficientemente comprometedor —. Statham.

Él la miró confuso y seguidamente sonrió de forma sutil. Sus ojos estaban fijos en ella y eso la incómodo ligeramente.

— ¿Te conozco de algo? — preguntó rápidamente al ver su reacción. Era confuso y la dejaba algo pasmada, no se llamaba Arya Statham. Nadie podía conocerla por ese nombre.

— Supongo que al igual que tú he cambiado un poco — admitió el chico al darse cuenta de que ella no era capaz de reconocerle —. Soy yo, Gendry. Pensé que tal vez...

Arya frunció el ceño, no recordaba a ningún Gendry. Era consciente de que había mucho que faltaba en su memoria, pero no podía evitar tener aquella sensación. Sí podía ser que hubiera un Gendry entre todos esos recuerdos que había perdido.

—¿Podrías hablarme sobre cómo nos conocemos? Es importante para mí, es una larga historia...