Hola después de mucho tiempo. No pude tolerar el final tan absurdo que se le dio una seriedad es horriblemente espantoso. No he tenido problemas con la muerte de Daenerys, tampoco con los motivos, pero lo qué pasó después de su muerte fue ridículo y absurdo. Los dothraki aceptaron irse así como si nada? Lo más obvio era que se separaran en diferentes Khalassares y se dispersaran por Poniente causando muerte y destrucción, o con los Inmaculados aceptando la palabra de un rey extraño a ellos. Y lo más horrible de todo, el maldito libro que Sam titula Canción de Hielo y Fuego, una burla directa en los libros y la profecía sobre que comenzó la historia. Puff pero bueno, para eso están los fanfic.
Amo a Daenerys y es obvio, y esta será una historia un poco larga, o intentaré que lo sea, pero voy a hacer todo lo posible por no hacer una Mary Sue.
Descargo de responsabilidad: No poseo Game of Thrones
Fue el dragón lo que hizo que cambiara de opinión.
¿En qué demonios estaba pensando al siquiera considerar hacer lo que Tyrion había sugerido? No lo había dicho directamente por supuesto, incluso en ese momento, en el que estaba en la peor situación de todas, el último Lannister era lo suficientemente sabio y astuto para no decir directamente que debía matar a Daenerys. Esas últimas palabras serían la peor traición de todas, y una ejecución por fuego sería sustituido por algo mucho peor, la Reina que había crucificado a los amos no se tentaría el corazón para ejecutar un traidor de tal magnitud.
Además, él, Jon Snow nunca habría considerado siquiera asesinar a su Reina si cualquier persona se lo hubiera pedido directamente, sin importar los argumentos que usaran. Su propio sentido del deber y el honor le habrían impedido actuar en contra de su legítima Reina, la mujer ante la que había doblado la rodilla voluntariamente.
¿Qué había dicho el Maestre Aemon? El amor es la muerte del deber, uno no podía servir adecuadamente cuando había amor de por medio, el honor no era nada comparado con el amor de una mujer, sólo somos humanos, y los dioses nos hicieron para el amor. Es nuestra mayor gloria y nuestra peor tragedia.
Tyrion Lannister le había dicho que el deber es la muerte del amor, pero tal vez él nunca había amado a alguien lo suficiente. Su propio padre, o tío después de todo, había hecho a un lado el honor en dos ocasiones, la primera vez cuando ocultó su origen ante Robert Baratheon a pesar de haberle jurado lealtad y saber las consecuencias que podía tener para el reinado de su Rey si se sabía su origen, todo por amor a su hermana moribunda. La segunda vez fue para salvar a sus hijas, proclamó su culpabilidad por conspiración, a pesar de saber que Joffrey no era el hijo del Rey y no tenía derecho a sucederlo en el trono.
¿Qué pasaba cuando deber y amor coincidían y a la vez eran tan diferentes? Amaba a Dany, la amaba como nunca pensó poder amar alguien, pero ese amor lo confundía, la amaba como mujer, la deseaba apasionadamente, pero también se horrorizaba cuando pesaba a profundidad en que era su tía, aunque también la amara por eso, ella era su sangre, el ser más cercano por líneas de sangre. ¿Era su deber detenerla? ¿matarla para que no continuara matando? o ¿era su deber obedecerla como había jurado hacer? como dictaba su honor. Su deber era seguirla y su amor le dictaba apoyarla en lo que hiciera.
Ella había tenido razón, le había pedido, rogado, que no le dijera su origen a sus hermanas, o primas más bien, sobre sus orígenes, y él había ignorado sus súplicas, pensando tontamente que sus hermanas serías leales como él lo era. Sansa quería el poder, él lo sabía bien, la conocía desde que nació y no dudaba de eso, pero después de todo lo que había pasado no creyó que lo intentaría conseguir a expensas de él.
Intentó ser amable y compasiva, envió a su ejército al Norte para defenderlo y sacrificó uno de sus amados dragones en el proceso, y los norteños le respondieron con desprecio y fría indiferencia. Intentó recuperar el trono que su familia creó sin dañar a los ciudadanos, y mataron a otro de sus hijos y a su amiga y consejera más cercana en el proceso. El trono de hierro era de ella por derecho, de sangre y de conquista, pero no dudaba que le había costado todo de sí misma obtenerlo.
Drogon le recordó su propio origen, el derecho que se le había arrebatado al nacer y la tragedia que había pasado toda su vida. ¿Debía traicionar a su legítima Reina porque él creía tener la razón? Tal como sus propios hombres lo había traicionado cuando él hizo algo que ellos creían incorrecto. Los Stark nunca habían sido su familia, Ned fue el hombre que le robó su derecho de nacimiento, quien lo hizo un bastardo y quien indirectamente lo sometió a humillaciones toda su vida, quien permitió que su esposa dirigiera hacia un niño indefenso toda la ira y odio que no pudo dirigir hacia su propio marido. Sansa, ella siempre lo había maltratado y despreciado, y sólo cambió cuando él fue todo lo que le quedaba, y después lo traicionó.
El trono era de los Targaryen y de nadie más, ellos unieron Poniente en un solo reino y pusieron fin a las guerras entre los siete reinos. Robert Baratheon tomó el trono en una revuelta, sin tener derecho y sin tener razones. Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen provocaron la guerra, pero fue una sublevación sin motivos, sus padres se amaban y se escaparon y se casaron, todos creyeron que su padre había secuestrado y violado a su madre y eso provocó todo.
Los Baratheon no pudieron conservar el poder por mucho tiempo, ni tampoco los Lannister, tal vez por que no estaban destinados al trono.
Los dragones le devolvieron la magia al este del mundo, y ellos había nacido de Daenerys, debía haber una razón por la cual la magia estaba ligada a la última familia Valyria y por la cual ella había traído a la vida a los dragones.
Él había sido conocido como Jon Snow por la usurpación del trono, pero su legítimo nombre era Aegon Targaryen y Daenerys su tía, era la última de su familia, ella sólo lo tenía a él y él nunca podría traicionarla.
Cuando Daenerys volteó a verlo y lo miró con esa sonrisa después de lo que ella había hecho y ordenado que sus Inmaculados hicieran, y se sintió tentado, y aún más cuando le habló de extender la guerra por el mundo, de eliminar a todos los tiranos y tomar el control. Deseó matarla por unos breves instantes cuando la abrazó, incluso llegó a tomar su espada para penetrar su abdomen, pero cuando sus labios se tocaron no pudo pensar en nada más que en la sensación de tener entre sus brazos a la mujer que amaba.
Lo que siguió después no pudo haberlo visto venir. Probablemente era la primera vez que se le daba al trono un uso tan agradable y placentero. Era la primera vez que estaban juntos desde que se enteraron de su parentesco, a él le costó mucho trabajo aceptarlo. Entrar dentro de ella de nuevo era como la primavera después de un largo invierno, como comer una fruta fresca después de una vida comiendo pudrición.
–Aegon, debemos estar juntos, y deseo que permanezcas a mi lado de todas las formas posibles, te necesito.– Jon ni siquiera sabía que caso tenía preguntarle cuando ella sabía perfectamente que lo haría. –Varys mandó mensajes a las principales casas de Poniente diciéndoles la verdad de tu origen.
–Perdóname Dany, no sabía lo que Sansa haría, no tuve intenciones de ocasionarte problemas.– Le dijo Jon tras besarla y comenzar a acariciar su rostro.
–Te perdono, entiendo que querías ser sincero con tus primas y no debí ponerte en esa posición.– Le dijo Daenerys mientras le acariciaba el pelo con amor. –Tal vez al final nos hicieron un favor.
Jon detuvo sus caricias y la miró con asombro y extrañeza. –Ya no seré la única Targaryen.
–¿Quieres… casarte conmigo?– Le preguntó, creyendo que había malentendido sus palabras, e intentado que le explicara a qué se refería.
–¿Es eso una propuesta?– Dijo Daenerys sonriendo mientras Jon le dirigía una leve sonrisa, no lo había visto sonreír en mucho tiempo. –Proclamaré tu verdadera y legítima ascendencia y tu nombre verdadero será conocido. Eres el hijo del príncipe Rhaegar, hijo de su matrimonio legítimo con la hija de la casa Stark, eres el Príncipe Aegon Targaryen y serás reconocido como tal. Como último miembro masculino de la casa Targaryen el matrimonio podrá realizarse.
Jon se sorprendió, nunca hubiera esperado que ella cediera tanto de repente, y eso ¿casarse? Nunca lo había pensado seriamente, pero era lo más lógico y natural, a pesar de lo horrible que pudo haber pensado en el pasado sobre el incesto. Si ellos se unían en matrimonio nadie podría provocar un ruptura por el poder, no habría sublevaciones para apoyar a uno u a otro, serían una entidad en común.
–No quiero ser Aegon, toda mi vida quise ser un Stark, pero nunca lo he sido, soy un Snow a pesar de que nunca he querido serlo, y acepto ser un Targaryen a pesar de nunca haber deseado serlo. Pero siempre he sido Jon, sólo te pido eso Dany…– Jon se separó de ella, dejándola sentada sola en el Trono de Hierro, y se subió rápido el pantalón para después hacer una genuflexión formal. –Le ruego, Su Gracia, que me permita conservar el nombre que ha sido mío desde que tengo memoria.
Daenerys bajó sus faldas y se sentó derecha en el Trono, un poco avergonzada por su estado después del sexo, pero acostumbrada a la desnudez. –Lo permitiré, a partir de este momento y hasta el fin de sus días, será conocido como Jon de la Casa Targaryen, Príncipe de Poniente.
La Reina se levantó de su trono y con un gesto de la mano hizo que Jon se levantara. –No es necesario que se vuelva a arrodillar ante mí, Alteza, su lugar es a mi lado, no a mis pies.
Jon se levantó y se acercó a ella, tomando su mano derecha para besarla.
Había hecho su elección y debería vivir el resto de su vida con esa decisión.
Había elegido a su Reina.
Escribí el capítulo en un impulso, pero intentaré actualizar lo más posible.
No revisé la historia con cuidado, si hay faltas de ortografía no duden en decírmelo.
Gracias por leer :)
