Primer beso
Edward vacilo….no como un hombre vacila antes de besar a una mujer para saber como lo recibiría. Se detuvo a si mismo para probarse a si mismo que era seguro, para cerciorarse de que aun mantenía el control.
Entonces sus fríos labios de mármol presionaron suavemente los míos.
Estos eran fríos y duros, pero a la vez de una dulzura infinita y estaban perfectamente amoldados a los míos, provocándome que me quemara donde me tocaba.
Estuve a punto de perder el control y arrojarme a sus brazos con toda la poca fuerza que tenia en comparación suya pero recordé que debía portarme bien, así que me dedique a disfrutar el saborde su boca. Muy lenta y suavemente, envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo sujete un poco mas fuerte, pero el no rompió el beso; de hecho quito sus manos de mi cara, sin despegarse de mi, y las traslado a mi cintura, la cual rodeo con sus brazos con mucho cuidado. Deje de respirar.
Perdí la cuenta de cuanto tiempo estuvimos besándonos (y yo sin respirar), muy abrazados, cuando el despego mis labios de los suyos para depositar un pequeño beso en mi mejilla y yo intentaba recuperar mi respiración. Mientras soltaba pequeños jadeos, respiro contra mi piel dándome un escalofrío y rompió el silencio que se había formado entre ambos.
-Soy más fuerte de lo que pensaba. Es bueno saberlo- dijo sonriéndome y mirándome directamente a los ojos mientras yo aclaraba mi respiración.
-Me alegra poder decir lo mismo- dije entrecortadamente.
-Lo has hecho muy bien para una humana.
-Muchas gracias- dije de modo mordaz.
Me sonrío más ampliamente con un brillo de felicidad en los ojos y volvió a depositar otro pequeño beso en mis labios siendo tan cuidadoso y delicioso como el anterior.
Se levanto y me tendió la mano para ayudarme a levantarme y se la acepte con una sonrisa, un poco sorprendida ya que estaba acostumbrada a nuestra regla de nulo contacto. Me tambalee un poco debido a mi sutil torpeza, agregado a lo que su contacto me provocaba, y el se río. ¡Que desenfadado y humano se veía su angelical y apacible rostro cuando se reía! Era un Edward diferente al que yo conocía, y estaba loca por el.
