Capítulo beteado por Carlie Stoessel (Bella chica) ,
Betas FFAD.
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DISCLAIMER: Los personajes son de nuestra gran inspiracion Stephanie Meyer, la historia es totalmente mía, se prohibe su publicación sin mi autorizacion"
Los rayos de luz se colaban por la rejilla de la ventana. Boca abajo sobre la cama yacía ella, sintiendo los dedos de seda recorrer sobre su espalda baja el lugar donde se encontraba marcada. Marcada con tinta por decisión propia. Una serpiente arremolinada sobre la luna, complementado con rayos de un medio sol.
Marca que declaraba su vida independiente, dividida entre su pasado y su presente.
La media luna representa sus días oscuros y perdidos; el medio sol, la vida que su único hogar mantenía luz de su día a día.
Y esa víbora era ella... Hermosa y delicada, pero que cuando de proteger su ideal de libertad se trata, su veneno es eficaz y asfixiante.
CAPÍTULO 1
El destartalado despertador sonaba con su estridente sonido de todas las mañanas. Se levantó de la cama calientita, pero que aún no lograba darle esos sueños que cada noche al acostarse pedía a cualquiera de las deidades que en el mundo existía... Arrastrando los pies se metió al cuarto de baño, encendiendo la lámpara lista para el nuevo amanecer.
Después de haberse duchado, vestida con su camiseta de cuadros, sus pantalones cortos y sus botas se dispuso a ir al establo.
5:45 am
El viejo Billy estaba sentado fumando un cigarrillo a las puertas de su granero, cuando la vio cruzar con paso firme en dirección a los establos, vio a aquella mujer, que hasta un año atrás era una chiquilla inconforme con su vida, capaz de volver loco a cualquiera que se le acercase, con su carácter hasta ese día incorregible.
Y ahora... Ahora veía a una mujer decidida a tener una vida salvaje que combinaba con los parajes de su hogar. No sabía que había sucedido con esa niña rebelde, pero sea lo que haya pasado le sirvió para convertirla en una mujer con un corazón indomable y fiero.
Isabella con sus 24 años de vida, había experimentado el clásico dolor adolescente, un amor que estuvo sembrado en su corazón durante 8 largos años hasta que Él lo había arrancado y matado de raíz con la mayor de sus mentiras. Mantenía una vida infeliz al lado de su familia quebrantada por las infidelidades de su padre y la amargura de su madre, quien lo único que quería era casarla con cualquier tipo rico, por eso la obligaba a la tareas del hogar, para que el "día más feliz de su vida", como su madre lo llamaba, ella pueda ser digna de un buen matrimonio, como buena ama de casa que sería. Vivía en un lugar donde todo mundo juzgaba y estaba a tanto de cualquier tropiezo y ella, simplemente odiaba eso. Odiaba no tener decisión, odiaba ser títere de todos y de todo; quería ser libre, sin ataduras y por eso huyó. Ella soñaba con viajar por el mundo, recorrer calles desconocidas, cruzarse con gente diferente cada día, esa era su idea de libertad.
Decidida a olvidarlo todo por completo, huyó, pero no contaba con la cruel verdad de la libertad, y el precio que a veces se pagaba por ella. Las personas no siempre son lo que aparentan y más de una vez se tropezó con ellas, durante un año se dedicó vivir de pequeños trabajos hasta que se topó con un tipo que le había prometido, la luna y las estrellas, sin embargo en poco tiempo se encontraba sumergida en el alcohol, hasta que por casualidades del destino, en uno de sus tantos días ahogada y sin noción de nada, conoció a una chica que le había recordado para qué es la vida.
Lauren.
Ella le había platicado la maravillosa existencia que tenía a lado de su amado Eddie, como ella lo llamaba, le había abierto los ojos con el ideal de un amor puro, aunque más de una vez le aclaró que ya no creía en las fantasías del amor. Pero hubo algo en la actitud soñadora de aquella chica que le dio un poco de envidia, ella era feliz con lo que tenía, sabía que era libre por amar a quien había elegido, y sin más le dio las gracias por compartir aquello y huyó de nuevo.
Lamentándose por no haber cumplido con su propósito, recordó que tenía a alguien más a quien recurrir, pero no sabía si la recibiría o despreciaría y fue así como llegó a la hacienda de su abuelo Joseph Swan. Ahí el viejo que un día había decidido retirarle todo el apoyo a su hijo Charlie, la recibió con la peor de las miradas y ella decidida a demostrarle que podía ser una persona fría como él, prometió ser todo aquello que su padre no había sido, valiente y capaz de enfrentarse al mundo, dejar de lado las tontas fantasías de un amor de princesa, dejar los sueños de un ideal imposible, ir contra los vientos más torrenciales, luchar contra todo y todos. Nunca más le volverían a ver la cara de niña tonta. Y jamás dejaría que nadie tome decisiones por ella.
Con sus pasos decididos llegó a la caballeriza, agarró la silla de montar y se dispuso a dar su corrido junto a Thunder, por campo abierto e iría al pequeño lago para ver surgir el sol, las nubes anunciaban su llegada al teñirse de tonos naranjas, amarillos y rojizos...
El semental, como si de una conexión se tratara, se acercó a la puerta de su casilla donde descansaba, para esperarla.
—Hola mi chico bello... —susurró, dándole un beso en la cabeza al caballo azabache— listo para el día. —éste como saludo, dio un resoplido.
Thunder, un caballo que hasta hacía 1 año -el mismo tiempo que Isabella llevaba en la hacienda- era considerado el más rebelde, imparable, condenadamente bestial y que todos tenían temor hasta para alimentarlo.
Apenas cruzó mirada con la chica de ojos cafés, surgió un efecto en ambos, la conexión entre el chocolate y la noche.
Esa mañana el viejo Joseph, había ido a la habitación de su nieta para llevarla a conocer los pastizales donde sus reses descansaban, entraron al establo mientras el abuelo explicaba las tareas de los peones y la iba presentando a todo el servicio, hasta que pararon en las casillas de 4 caballos de diferentes colores.
—Y bien Isabella, ahora conocerás a mis 4 orgullos —dijo con voz altanera el viejo Joseph mientras se acercaba a la yegua marrón de hermoso pelaje— ésta de aquí es mí yegua Molly.
Después se pasó al siguiente casillero.
—Éste de aquí se llama Silver —dijo con media sonrisa en la boca y su nieta alzaba la ceja izquierda en señal de pregunta- se llama así porque según tu abuela Vivian, tiene el color grisáceo de la plata y es brillante bajo el sol —le dio una palmada en la cabeza y se dispuso a pasar a la siguiente casilla— .Éste chico se llama Rocky. —cuando el abuelo mencionó su nombre dio un pequeño relincho —Muy fuerte y macho dominante, pero eso si, —pausó— nadie más terco que nuestro Thunder— caminó sin esperar a Isabella que estaba admirando al caballo café oscuro— Y éste muchachón, mi rebelde, es Thunder...
Y como si de imanes se tratara, el semental azabache y ella se acercaron sin atisbo de temor por ninguna de las dos partes...
El anciano Joseph admiró fascinado la manera en como Isabella y su fiera -que nunca dejaba que nadie se le acercara- se aproximaban, estuvo tentado a gritarle que no lo hiciera porque podría ser peligroso, y se alegró de no haberlo hecho, cuando el mismo Thunder relinchó de manera queda al contacto de la mano de su nieta.
Y así desde ese día, dos almas que peleaban por su vida, su independencia, y su libertad se forjó un corazón de acero que haría hasta lo imposible por no quebrantarse.
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N/A: Bueno aqui apareciendo por primera vez y dando el banderazo de salida a mi aventura por las palabras, quiero expresar mi agradecimiento a mis chicas, mis hermanas que apesar de no haber visto nada de esto, me apoyan para estar aqui con esta esta historia, espero que sea de su agrado.
Y muchas gracias
