Instituto Hokkaido

By: A n D s I

Aclaratoria: Esta historia está basada en un Fic escrito por Nayru A, llamada "Sueños de Adolescencia". En ningún momento he copiado/pegado ya que eso sería "plagio", todo a sido escrito por mí, ya que intento llevar la historia lo más diferente posible aún cuando mi inspiración surgió de ese Fic. Obviamente -como todos sabemos- los personajes no me pertenecen -excepto algunos, ya pronto sabrán cuales- denle todo el crédito a Toei Animation y a Nayru A, gracias a ellos la creación de esta historia se hizo posible.

¡Disfruten el viaje!


Capítulo 1

"Primer día de clases"

-Un primer día de clases poco peculiar-


¿Típica historia de Amor?

Sigan leyendo, pueden llevarse una sorpresa…

Aunque algo que SÍ es típico en las historias de Amor; es lo complicada que son… siempre, en TODA historia romántica, hay un contratiempo que es lo que nos amarra a leerlas, que nos llena de intriga por saber que sucederá. Digamos que es lo divertido de enamorarse, pero para algunas personas –específicamente; ella- cuando todas las estadísticas señalan que es un caso imposible, aún así…

Se enamoró.

Pero aún falta para eso, así que sigamos con la historia.

Todo empezó en un solitario día de verano, en el que una castaña se encontraba bajo una terrible depresión en su alcoba, acostada en su cama y reprimiendo las lágrimas con la almohada las cuales no querían detenerse.

La verdad, no tenía ninguna razón por llorar… su vida, para ser sinceros, era perfecta; había estudiado en los mejores colegios de Estados Unidos con excelentes notas, a pesar de su corta edad trabajaba como modelo siendo muy popular entre los chicos, sus padres eran reconocidos empresarios por lo que le daban todo, en fin… no le faltaba nada.

Entonces… ¿Por qué rayos estaba llorando?

La realidad era que… su padre le llegó con la noticia de una nueva mudanza ¡la novena en 5 años! Otra vez el cambio de ambiente, otra vez el cambio de amigos, y otra vez el cambio de vida. Al principio era simplemente mudarse, pero ahora era enfermizo…

Ya no podía más.

-¡¡Mimi…!!

La castaña miró la puerta deseando que no interrumpen su momento, incluso estaba preparada para lanzar uno de sus tantos peluches de osos al intruso; o sea, su madre.

-¡¿Mimi…?!- una mujer entró a la habitación, recibiendo un oso de peluche contra la puerta -¡Mimi Tachikawa, no toleraré esa actitud!

-¡entonces déjame sola!

-recuerda muy bien señorita que soy tu madre- entrando molesta y cerrando la puerta -¿Qué te sucede?

-deberías saberlo… ya que gracias a ustedes estoy así.

La castaña ojos miel se sentó en su cama y tomó el control remoto, cambiando de canal del televisor que ahora era su punto de concentración, y no una enojada madre que la miraba casi en erupción. ¿Cómo podría ser tan malcriada? Con sus 16 años debería estar conciente que el trabajo de sus padres se trataba de muchas mudanzas, han vivido esto desde que ella tenía 11 años… debería estar acostumbrada.

-¡Mimi te estoy hablando!- se interpone la mujer entre el televisor y la visión de la chica.

-¡no me importa! ¡estoy cansada de todo esto, justo cuando me siento tan feliz en un sitio otra vez me obligan a dejarlo! ¡ESTOY CANSADA!- su madre estuvo a punto de responderle con un buen regaño, hasta que la chica decidió continuar –…ustedes no entienden porque lo único que hacen es trabajar, no se dan cuenta de cuanto me afecta esta estúpida vida… nos mudamos, tengo que volver a empezar de nuevo, tengo que volver a ganarme nuevos amigos y en ese trayecto estoy completamente sola, ¡y cuando al fin logro tener un grupo de personas con quien compartir ustedes me lo quitan con otra estúpida mudanza!

-Mimi, no digas eso…

-¡es la verdad, mamá! ¡¿Por qué rayos tengo que tomar esas pastillas?! ¡es por el simple hecho que no soy feliz, y porque estoy cansada de vivir con unas personas que nunca están en casa!

-¡…!- la mujer quedó atónita, aquellas palabras habían atravesado su corazón… sintiendo pena por su hija.

-ya estoy cansada, mamá… no puedo más.

La mujer tras ver como Mimi le dedicaba una mirada como para romper un corazón, caminó hacia ella, sentándose a su lado y abrazándola fuertemente.

-no sabía que… sufrías tanto.

-…

-creo que es mejor… cambiar esas pastillas, mañana iremos a…

-¡no!- separándose de su madre -¡mamá, no son las pastillas! ¡SON USTEDES!

Ahora sí, eso fue lo necesario para hacer reaccionar a su madre… llámenla grosera o maleducada, pero necesitaba parar esa manía de cambiar las pastillas cada vez que se expresaba.

-Mi..mi…

-…yo- pausa –no quiero que nos mudemos.

Quizás aquello que había dicho era como para regalarle una buena cachetada en su mejilla, pero fueron las palabras más firmes y más seguras que había escuchado de su hija. Sin tener necesidad de responder, su madre bajó la mirada… tratando de buscar mentalmente una solución para hacer a su pequeña feliz.

-hija, ¿Qué podemos hacer? Si cancelamos la mudanza tendremos que cancelar nuestra nueva firma, y no solo perderemos dinero… sino una importante oportunidad por la cual hemos luchado todo este tiempo- la chica no respondió –te prometo que será la última vez…

-eso fue lo que dijiste en la 3era… y esta es la novena vez que nos mudaríamos.

-Mimi…- suspira –Dime que podemos hacer… prometo hacer lo posible por hacerte feliz.

La castaña pareció analizarlo…

-déjenme aquí…

-tú sabes que eso no es posible, Mimi… en ningún lugar del mundo está permitido que un menor de edad viva solo.

-…- la castaña se mantuvo en silencio, cuando en eso… dirige su mirada a un retrato de sus abuelos que tenía en su mesa de noche –iré con mis abuelos.

-¡¿QUÉ?!- pasmada -¡¿Mimi, te das cuenta en donde viven ellos?!

-sí…

-no lo puedo creer…- casi riéndose, parándose y con intención de salir del cuarto –debes estar soñando si crees que te mandaremos tan lejos.

-¿No quieres que sea feliz…?

Su madre se detiene.

-tus abuelos viven en un sitio muy alejado de la ciudad… muy alejado de los colegios.

-hay institutos para eso, los que son solamente para chicas en donde comen y duermen.

-…los conozco, pero para eso no tendrías que ir tan lejos.

-los de aquí ya empezaron hace un mes, tendría que esperar un año para entrar.

-…- incrédula -¿Estuviste averiguando?

-estoy hablando en serio cuando digo que no puedo tolerarlo más- su madre la mira sorprendida, escuchando atentamente cada palabra -¿Por qué Japón? Porque allá están mis abuelos, los institutos de chicas aún están ingresando alumnas y la verdad no es muy caro.

-…

-serán mis dos últimos años, por favor…

Su madre soltó un suspiro, después de todo… tenía entendido que ese tipo de institutos eran los mejores en donde vivían sus padres, e ingresarla uno aquí deberán esperar demasiado y no permitiría que su hija desperdicie algo tan valioso como el tiempo.

La mujer abrió la puerta, haciendo sentir a la castaña como si la idea hubiese sido absurda y que no estaría dispuesta a apoyarla.

-prepara tus cosas para la mudanza.

-no…- sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas, tenía razón… era demasiado increíble si estuviera de acuerdo.

-no te preocupes por tu padre, yo me encargaré que acepte que vivirás en Japón.


2 Semanas después.

Un chico cabellos castaños bastante cortos y de tez blanca corría desesperadamente hacia uno de los institutos más prestigiosos de Japón; Unidad Educativa Hokkaido, en el cual todos sus alumnos duermen y comen en él… era muy famoso por el deporte y por las áreas sociales, un sitio increíblemente grande.

El joven tras entrar al edificio de aulas corrió con todas sus fuerzas por el pasillo, era justamente su primer día de clases y ya llegaba tarde… ¿Qué pensaran de él? ¿Qué salón le tocará?

Y la pregunta más importante… ¿Cómo hará para que no se enteren de su secreto?

Pero lamentablemente por pensar en ello no pudo ver por donde iba, chocando con un chico provocando que ambos cayeran al suelo de trasero.

-¡augh!- adolorido, cuando en eso mira a la persona con la cual chocó.

Se trataba de un atractivo rubio ojos azules, blanca piel y de cuerpo fornido, vistiendo su uniforme algo desarreglado y con sus cabellos desordenados dándole un toque rebelde. El castaño no pudo despegar su mirada sobre él, de cierta forma sintió un cosquilleo en su estómago al detallarlo… ¡parecía el propio príncipe azul!

-…que… galán…

-¡demonios!

Se levantó del suelo sacudiendo sus ropas, ignorando por completo al castaño que aún se encontraba en el suelo

-¡lo lamento, es que...!

–¡mira por donde vas, imbecil!

-¡¿Eh?!- ofendido, haciendo que aquella imagen de chico perfecto se rompiera en mil pedazos…¿Por qué lo insulta si se estaba disculpando? -¡pero fue un accidente!

-como sea…- para luego dejarlo solo, y caminar por los pasillos.

El joven de ojos miel se quedó inmóvil con un coraje corriendo por su sangre, queriendo levantarse y plasmarle una soberana cachetada en la mejilla de aquel "chico bonito"… ¡por Dios, había sido un accidente! Quiso imaginarse las mil y un maneras para ubicar al rubio pero… en ese recuerda al razón por la cual había chocado con él, y era porque estaba corriendo… y estaba corriendo porque…

-¡Fuck!- levantándose desesperado, empezando a correr por los pasillos.


-…abran sus cuadernos y empiecen a anotar, comenzaremos con unos ejercicios para refrescar sus mentes.

-¡no…!

El salón estaba repleto por puros chicos quienes forzadamente prestaban atención al profesor, ubicados en mesas para dos con vista hacia la pizarra… se notaba a leguas que las matemáticas no eran su fuerte, y eso que era el primer día.

Pero un fuerte golpe contra la puerta del aula interrumpió la clase, asustando al viejo canoso que escribía en la pizarra y a todos los alumnos que se encontraban extrañados, sonó como si alguien hubiese chocado contra la puerta…

-¿Eh?- el hombre de apariencia sabelotodo abrió la puerta del salón, mirando extrañado a un chico que se encontraba en el suelo sobándose la frente -¿Eres el nuevo…?

-…- afirmó con vergüenza –perdone.

-tiene una manera extraña para tocar la puerta, jovencito…

Los chicos del salón empezaron a reír, haciendo sentir al castaño bastante incómodo y apenado… sin más el hombre lo ayudó a levantarse, invitándolo a pasar mientras que todos lo miraban estudiosos.

-preséntate por favor.

-Yo… bueno… mi nombre es Mi… ¡ehm! ¡Tachikawa Miso! …vengo de Estados Unidos y… ¡espero que podamos llevarnos bien!

Nadie dijo nada, solo lo miraron de manera despectiva.

-mmm, bueno Tachikawa… bienvenido a clases, esperemos que no se vuelva a repetir tu falta de responsabilidad.

-no, señor… ¡lo prometo!

-…- suspira, el chico era demasiado extraño –veamos… ¿Dónde podemos ubicarte?- en eso, detalla una silla vacía en una mesa, donde estaba sentado un rubio bastante sumido en sus pensamientos que miraba a través de un ventanal –siéntese al lado del joven Ishida- señalando el puesto.

-¡sí!

El chico obediente caminó hasta el lugar, sintiendo un escalofrío en su nuca por la cantidad de miradas que recibía por parte de sus compañeros de clases… se sentía tan incómodo, tan nervioso, que no sabía como ser ni como comportarse, reprochándose mentalmente cada segundo que todo esto era una terrible idea.

Con pasos torpes llegó hasta el puesto, notando como el rubio ni siquiera había notado su presencia.

-ehm… buenos… días.

-no molestes…

-¿uhm?- para su sorpresa, se trataba del mismo joven con el que había chocado… –¡pero si eres tú!- indignado, ahora tenía que compartir la mesa con el mismo arrogante.

-siéntese, joven Tachikawa…- el castaño obedece apenado, aunque bastante desacuerdo… simplemente se sentó ubicando sus cuadernos, ya la clase había empezado y por más que quisiese aclarar las cosas con aquel engendro que tenía como compañero de mesa no podía, era mejor ser lo más discreto posible, solo se someterá a estar con el rubio por esta clase nada más.

-¡pss!

-¿…?

El chico voltea hacia el llamado, encontrándose detrás de su puesto con un simpático moreno que lo saludaba alegre, haciéndole señas de bienvenida, junto con un pelirrojo que también le dedicaba una sonrisa.

-soy Taichi, ¡bienvenido a Hokkaido!- en susurro -¿Quieres desayunar con nosotros?

-¿eh…?- sorprendido -yo…

-¡genial!

Dejando extrañado al castaño, pues no le había dado una respuesta concreta como para entusiasmarse.

-¡joven Yagami! ¡por favor silencio! Y usted Tachikawa… de paso que llega tarde interrumpe mi clase, ¿debo sacarlo del salón?

-n…no, señor…- avergonzado, nunca antes un profesor le había hablado de esa manera -¿Qué rayos le picó?

-ya te dijo, interrumpes su clase…- respondió un indiferente Ishida.

Nuevamente, con aquel tono despectivo… intimidando al joven castaño.

Dios… Tenía que haber detenido todo esto al principio, y no dudar ahora, lo cual era una agonía para él. En estos momentos podría estar tranquilamente en su hogar, y a pesar de que no era buena idea, ¡estar aquí era peor! Definitivamente no tenía palabras para lo estúpido que había sido al elegir el instituto Hokkaido, en el cual debería vivir por 2 años o hasta que su secreto salga a flote, lo cual lo más recomendable sea ocultarlo.

-¿En qué rayos te metiste, Mimi?- se dijo mentalmente, mirando a su nuevo profesor, a sus nuevos compañeros de clases y a su nuevo mundo…

Sí… Mimi Tachikawa, aquella chica de 16 años de edad, con una hermosa cabellera castaña y la perfecta definición de "femenina", se hacía pasar por un chico de la misma edad con cabellos cortos algo revueltos y, maravillosamente, sin ningún brillo en sus labios… y todo para cursar el instituto Hokkaido para varones.

Sí, lo que escucharon… para varones.

- Flash Back -

Mimi se encontraba acostada en su cama, llorando desconsoladamente -lo cual ya se había transformado en un hábito- y sin muchas ganas de volver a sonreír.

Después de que su madre había accedido a su petición en dejarla ir a Japón con sus abuelos, después de haber luchado por mantener un elevado promedio en todas sus materias y así ser aceptada en cualquier colegio, y después de haber viajado hasta Japón con intención de ingresar al instituto Hokkaido para chicas…

Ahora todo se había ido a la basura.

Hoy fue con sus abuelos al instituto Hokkaido, llevando todos los papeles listos para ingresar a la semana… pero habían recibido la mala noticia de que los cupos se hallaban agotados, y que no abrirán puertas sino para el próximo año. ¿Por qué no esperar entonces? El problema era que su madre le había puesto bastantes condiciones, y una de ellas era no perder tiempo… por lo tanto, eso significa que debía regresar a USA, y someterse a la emocionante vida nómada de su familia.

No lo podía creer… simplemente no lo podía creer. Él único instituto para chicas al que podía ingresar respetando su grado de secundaria la había rechazado súbitamente, los demás -que eran pocos- no querían hacerla cursar su grado correspondiente. ¿Y ahora qué? ¿Irse a su país dejando atrás tantas ilusiones? Aquello debía ser un chiste, tenía que buscar la forma de no regresar…

Cueste lo que le cueste.

Ti Ti, Ti Ti.

Su laptop que se encontraba encendida, pareció mandar señales de poca batería, parecía la propia mascota pidiendo que la alimenten. Suspiró, quiso ignorar el sonido pero era demasiado insistente… así que sin muchas ganas que digamos abrió la laptop con intención de apagarla y olvidar al mundo, cuando en eso ve la página del instituto de chicas abierta.

Lo que le faltaba, como si ya no tenía suficiente.

Quiso cerrar, pero apretó sin querer uno de los vínculos de la página… llevándola a una nueva donde decía "Instituto Educativo Hokkaido", con pequeñas letras abajo color azul, "…para chicos".

¿De varones? No sabía que el mismo plantel tenía para chicos también.

La verdad pocas ganas tenía para tocar su computadora, pero una extraña curiosidad la invadió obligándola a detallar un poco más la Web, prácticamente la misma cosa que la de chicas, solo que éste resaltaba más la parte deportiva. Click tras Click, vínculo por vínculo… había leído prácticamente todo, llegando a una parte donde decía claramente que para información de ingreso, llamar cierto número.

Mimi tras un impulso inexplicable tomó su celular, marcando el teléfono escrito y esperando pacientemente los repiques.

Espera un momento…

-¡¿Qué estoy haciendo…?!- se regaña colgando inmediatamente -¡es un instituto para chicos!

¿En qué rayos estaba pensando?

-¡Tu, Tu! Tienes un nuevo correo…- el aviso de su laptop atrajo la atención de Mimi, siguiendo el proceso para leer un Mail que había mandado su amiga en este momento.

-"¡Meens! ¡Crucé los deditos! Y estoy esperando ansiosamente por la positiva noticia… ¡estoy segura que te aceptaron! ¿Quién no lo haría? Bueno, lo que sea… la verdad quería escribirte amiga que siempre estaré apoyándote, sé lo mucho que sufres por la vida que llevan tus padres y por eso la idea de mudarte a Japón fue lo más conveniente, aparte… es un país maravilloso, de mente abierta y de muchas costumbres hermosas, ¡creo que fue una estupenda elección! Así que… ¡animo amiga! Lucha por tus sueños, y nunca te dejes vencer… ¡suerte! Atte. Sarah…"

Sarah Tinkermold era el nombre de su mejor amiga, la cual conocía desde hace muchos años… fue la única persona en aceptar su vida y en demostrar su amistad así sea por simples correos, era por ello que Mimi sentía un inmenso aprecio por ella, y cada vez que algo emocionante le ocurría no dudaba y le contaba a su amiga, siempre sintiendo su apoyo a donde quiera que vaya.

Pero… Sintió pesar no poder darle una excelente noticia, será doloroso contarle como el mundo que había pintado con emoción ahora se encontraba arrugado en un pote de basura.

-…pero- nuevamente miró su celular, bastante tentativa y a la vez sintiéndose ignorante, era absurdo si creía entrar a un instituto de hombres –...solo es una simple llamada, ¿no? …para saber no más.

¡Bah! ¿Qué más da? No tiene nada que perder…

-…- escuchó nerviosa el repique –que sea lo que Dios quiera.

- -Muy buenas tardes, Instituto Hokkaido para chicos, ¿En qué podemos ayudarle?

-ehm, sí… buenas tardes- imitando una voz madura, como la de su madre –llamo para preguntar si aún hay cupos para ingresar.

- -espere un momento, por favor…- esperó un segundo, esperó un minuto… y mientras MÁS esperaba MÁS se decía mentalmente que lo que estaba haciendo era lo MÁS estúpido que había hecho en su vida.

-¿Qué demonios haces, Mimi…? Es imposible que entres a un instituto para varones, y lo más seguro es que ya no quedan cupos- estuvo a punto de colgar, rindiéndose ante la inexplicable acción que estaba haciendo.

- -¿Buenas tardes? ¿Con quién hablo?

-¡…!- volviendo a su papel de madre -oh, bueno… habla la señora… Tachikawa, pregunté por…

-muy buenas tardes, señora Tachikawa… me notificaron que estaba interesada en esta institución.

-ehm, sí…

-bueno, me temo que será algo difícil.

Lo sabía. ¡Estúpida Mimi!

-nada más nos queda un cupo.

-…

Al escuchar aquello sintió unas mariposas en el estómago, y una inmensa felicidad.

-si está dispuesta a aprovechar quedaremos encantados, solo tendrá que venir a primeras horas de la mañana para encargarnos del papeleo. Si tiene complicaciones para venir, su hijo puede venir tranquilamente siempre y cuando traiga todo lo necesario para confirmar su estadía en el instituto, y comenzaría en…

Colgó, esto era una pérdida de tiempo.

- End of Flash Back -

Unas campanas avisaron que la clase de la mañana había terminado, ya la hora del desayuno había llegado haciendo que todos los jóvenes poblaran los pasillos y las cafeterías, aunque cada grado tenía una hora específica para la comida… simples reglas del instituto para evitar el colapso.

La castaña -ya que como ahora sabemos quien realmente es- se levantó de su puesto arreglando sus pertenencias… ¿La verdad? No había prestado ningún tipo de atención a las dos clases, su mente estaba volando en la estúpida idea de estar en un lugar como éste, incluso había pensado en retirarse inmediatamente.

Pero si hacía eso, debía regresar a USA.

-¡hola, Tachikawa!- el moreno se acercó a ella al fin, el cual era bastante alto -dos cabezas más que ella- y bien parecido, tenía pinta de ser el típico chico deportista alegre del salón… –Lamento el regaño que te hizo el prof de mate… es un amargado.

-no te preocupes…- sonriendo, imitando su débil pero masculina voz, lo cual se le hacía muy difícil.

-¿Y por qué llegaste tarde?

-no seas entrometido, Tai...- regañó un pelirrojo, quien anteriormente le había dedicado una sonrisa de bienvenida a la castaña -soy Koushiro, ¡mucho gusto!

-un placer...- sonríe -la verdad es que me perdí, no conseguía el aula.

-es que el instituto es muy grande... si quieres luego de clases te enseñamos las instalaciones.

-¿de verdad…?- en eso siente un pequeño empujón, dándose cuenta que el rubio había pasado por su lado chocando con el hombro de ella -¡OYE…!- la ignoró por completo, saliendo del salón.

-jajaja, al parecer no le caes bien a Yamato…

-¿Eh?

-se llama Yamato, pero es mejor que le digas Ishida… es muy busca pleitos- agrega el pelirrojo, ambos empezando a caminar hacia fuera del salón.

Busca pleitos es poco...

Caminando entre los pasillos, los tres compañeros charlaban un poco con respecto a sus vacaciones, las cuales fueron un misterio en la vida de la castaña, no dio muchos detalles al respecto.

Mimi se dio cuenta al caminar como las miradas de todos se posaban encima de ella, como si tuviera un bicho raro encima de su cabeza. La verdad no comprendía, estaba bien vestida y no había nada en ella que estuviera fuera de lugar.

¡Ah, solo una cosa! Su cabeza, solo una loca estaría en su situación.

-siempre ser el nuevo es pesado al principio… ¡pero tranquilo, solo la envidia colma a las chicas!- trata de reconfortar el moreno, quien se había dado cuenta de la sensación de la ojimiel al ser un punto de atención.

-¡¿Chicas?! ¡¿Quiénes?! ¡¿Yo?!- un extraño ataque de nervios invadió a la joven, haciendo que ambos chicos la miraran confundidos.

-…la verdad eres algo raro.

-¡Yagami…!

Un nuevo joven se incorporó, tratándose de un chico de cabellos mal peinados con googles, parecía ser de un grado menor por el color de su uniforme, el cual era azul claro mientras que el de ella era azul oscuro.

-¡Davis!

-¿Irán a desayunar?

-sí, luego le enseñaremos el lugar a Tachikawa…

-¿Tachikawa?- el de googles le dedica una mirada estudiosa a la castaña, quien se había puesto bastante nerviosa por ello -¡oye, eres lindo!

-¡¿EH?!

-no te preocupes, no soy gay… pero es que eres demasiado lindo para ser un chico.

¡¿Y se supone que eso debe reconfortarla?!

-vamos, Davis… déjalo en paz, ya lo pusiste nervioso…

-¡pero es la verdad!

-¿Y vienes de Estados Unidos, no?- esta vez le habla el pelirrojo.

-…sí, llegué hace dos semanas.

-Debe de ser un gran cambio para ti…

-bueno, solo un poco… ya que mi padre es japonés y todos los años veníamos a visitar a mis abuelos.

-pero se nota que te cuesta nuestro idioma...- opina el moreno, todos entrando a una cafetería y ubicándose en un puesto.

-algo- apenada.

-¿Y cual es tu habitación?

-…creo que la 201.

-¿Y ya sabes quién es tu compañero de habitación?- esta vez Davis.

-¿mi… qué?

¿Compañero de cuarto? Dios... si tan solo se hubiese quedado un poco más para escuchar las indicaciones de la directora, pero apenas terminó de decir todas las leyes del instituto -que parecían la propia Biblia- se excusó con que tenía que hacer unos encomendados, sin poder escuchar el resto.

Y el resto incluía "Tendrás un compañero de cuarto"

-¿Quién tiene hambre?

Un nuevo joven se había unido a la conversación, esta vez se trataba de un chico de la misma estatura que el moreno, solo que tenía el cabello negro y ojos cafés, llevando en sus manos una bolsa de tela repleta de emparedados, los cuales fueron aceptados por los chicos sin lugar a dudas.

-¡cumpliste!- agradece el moreno, sacando varios del saco.

-se los prometí por perder la apuesta...- orgulloso, a lo mejor había perdido pero sabe cumplir su palabra -¿Eh?

El pelinegro notó la presencia de la castaña, detallándola de pies a cabeza.

-¡vaya, eres nuevo! Soy Shitsuya, aunque todos me dicen Tokumori- sonriente -si quieres puedes agarrar...- dándole la bolsa de tela, siendo perseguida por el moreno.

-...gra...gracias- apenada.

-no te apenes, come si quieres... hay demasiado- sonriente -¿Cómo te llamas?

-Miso Tachikawa.

-¿Miso?

-Sí...

-Tienes nombre de sopa…- la castaña se vio sorprendida.

¿Qué rayos…?

-¿sopa?

-Miso es un tipo sopa, de pasta de soya fermentada…- explica el pelirrojo con su aire inteligente usando su dedo índice como si lo necesitara para hablar, y con la otra mano sosteniendo uno de los emparedados que había traído el pelinegro.

-¡¿QUÉ…?!- mostrando sus manos como puños, asustando a los chicos -¡¡Sarah…!!

- Flash Back -

-¡¿Qué hiciste que…?!

Mimi se mostró muy avergonzada, hablando por Skype -un programa de computadora con cámara- con su mejor amiga, una chica de cabellos rubios cortos y amarrados en dos coletas, ojos amarillos y demasiado blanca como para estar expuesta al sol. A pesar de vivir en Estados Unidos, su inglés británico es reconocible, tenía una cómica manera de pronunciar ciertas palabras, único en los ingleses.

-Por favor, Sarah… no digas nada, eres la única que lo sabe…

-¡Mimi Tachikawa! ¡¿No te das cuenta de lo que acabas de hacer?! ¡SOLO MIRA TU PELO!

-no seas tonta, es una peluca…- sacándosela, provocando un gran suspiro en la rubia que estaba en la computadora.

-demonios, Mimi… por poco me da un infarto. Casi me creo lo del instituto para chicos…

-la broma era el pelo, lo del instituto es verdad…

-¡¿QUÉ?!

-¡Sarah, no seas dramática!

-¡¿Qué no sea dramática?! Mi mejor amiga se fue a Japón de la nada, se esta haciendo pasar por un chico y ¡claro! Estudiará en un instituto de chicos.

-…

-¡no, no soy dramática!- cruzando los brazos -¿En qué estabas pensando, Meens…?

-es que… de verdad no quería volver a USA…

-¿Y entrar a un instituto de varones es la solución?- silencio –amiga, creo que hay varias cosas que te lo impiden, y no solo hablo de porque seas mujer…- mirando el pecho de la chica –no sé como rayos trataras de ocultar esas… son más grandes que las mías.

-¡Sarah!- sonrojada, tapando su pecho con sus brazos.

Y la verdad sí, para este caso ser una chica tan desarrollada como ella era desventajoso.

-…jum- suspira –aún no lo puedo creer.

-…

-¿Por qué Hokkaido?

-porque tiene el mismo nombre que el de chicas, es para que nadie despierte sospechas… convencí a mis abuelos que a la final me llamaron y me aceptaron.

-¿Y crees que esa peluca no será peligrosa? Si se te cae, quedarás out.

-¡es obvio que no se me va a caer!

-¿Y qué harás con la ropa?

-ya gasté mi mensualidad en ropa para chicos…

-¿Y con esos días…? No me digas que conseguiste una forma para no mancharte, me gustaría escucharlo.

-…aún no, pero ya se me ocurrirá algo.

Tras varios minutos de silencio la rubia ojos amarillos pareció convencida, ya no le quedaba otra… lo mejor era tratar de ayudarla.

-hay amiga…

-¿Qué?

-no sé si animarte o detenerte…

-por favor, no lo hagas…

-pero…

-Sarah, de verdad no quiero regresar… ¿Sabes que es vivir en una casa completamente sola? Mis padres nunca están, y como siempre me estoy mudando no tengo con quien compartir, ¡me siento sola!

-…

-…sé que mi elección no fue la más adecuada pero… con tal de…

-ya, ya… te entiendo- vuelve a suspirar -¿Cómo harás con tu nombre? Recuerda que Mimi no es muy masculino que digamos…

-ahí es cuando entras tú…- la chica la mira confundida –tú tienes experiencia para cambiar documentos… por eso te pido que cambies mi nombre por uno que se parezca... pero que sea de hombre.

-¡¿Qué?!

-mañana tendré que ir a inscribirme, pero debo cambiar algunos datos y no sé hacerlo, ¡por favor!

-…

-te lo pido…

La chica solo calló por unos minutos, mientras la castaña le dedicaba una mirada con ojitos de borreguito, la mejor técnica que tenía la castaña para convencer.

-…está bien. Mándame en correo los papeles y los cambiaré…

-¡GRACIAS SARAH!

-agradece que tenga mis Mangas.

-¿Para qué los necesitas?

-para elegir tu nombre, claro…

-ehm… creo que es mejor que yo…

-¡tú decides! ¡yo lo elijo o te quedas sin documentos!

-…- pensándolo dos veces, algo le olía mal –bueno…

- End of Flash Back -

La castaña mostró una venita en su frente, con unas inmensas ganas de regresar a USA y asesinar a aquella rubia que le había puesto nombre de sopa… -seguramente lo sacó de un libro de cocina japonesa- ¡que cruel! Ahora no solo tendría fama de "chico raro", sino por su nombre de sopa. La verdad su día no iba muy bien que digamos...

Solo esperaba que no empeorara.

-ese es su nombre, Tokumori… no lo fastidies- defendiéndola, tras terminarse de comer el 5to emparedado –Oye Tachikawa, ¿Quieres ir a conocer las instalaciones?

-¿Ya?

-claro, aprovechemos el descanso…- la castaña se levanta de su mesa, acompañando al castaño para salir de la cafetería.

-¡hey, sopa!- Mimi voltea a verlo con la vena más crecida, mientras que los otros chicos reían por el nuevo apodo -¡cuidado con Yagami, es un pervertido!

-¡mira quien lo dice!

Por alguna extraña razón el resto de los chicos se empezaron a reír en burla de Tokumori, al parecer había sucedido algo con el pelinegro que ahora lo perseguía...

-¿Siempre es así de molesto?

-sí, pero es bueno… cuando aprenda a respetarte dejará de llamarte sopa.

-¿O sea que me dirá sopa por un largo tiempo?

-…- ríe –acostúmbrate.

-rayos…

El moreno conversó con Mimi por un rato, explicándole las reglas del sitio (de profesores y de alumnos) para que no se le haga difícil adaptarse… la verdad era demasiado atento, quizás era la primera vez que conocía a un chico como él, además, lo mejor de todo era que en ningún momento le había dado "esas miradas", ya saben… las que desnudan, confortando a la castaña ya que sentía que estaba con un caballero.

O mejor dicho, con un chico que no tenía porque mirarla así, ya que ella ahora es hombre… ¿no?

La mañana pasó con rapidez, había llegado la hora de regresar a los dormitorios para que en la tarde empiecen las clases deportivas o culturales, digamos que eran las más anheladas para todos los alumnos que odian ciencias.

Como en la mañana, el moreno acompañó a la castaña para seguir enseñándole lo básico de todo, y en ningún momento sospechó de ella lo cual era buena señal, sería fatal que alguien se enterara… aparte se notaba ser un despistado de primera, y lo que más necesitaba Mimi era amigarse de chicos que no tienen referencia por los detectives y que sean lo más "caídos de la mata" posible.

Sí, Taichi se mostraba el indicado para ser su amigo.

Caminaron por los pasillos que llevaban hacia los dormitorios, los cuales estaban separados por grupos que se basaban tanto en el grado como en el promedio, mayormente ubicaban al más inteligente con el más bruto con excusa de "ayudarlo" -cuando realmente es un castigo, ya que siempre el sobresaliente es un adicto al orden y el despistado es un desordenado, tremendo contraste-, como en el caso de Yagami, que tenía como compañero a Koushiro...

La castaña quiso imaginarse que su compañero sea por lo menos agradable, y que no sea un entrometido, ya que si revisaba sus cosas sería el fin de todo, por tratar de aparentar ser un chico eso quiere decir que debía dejar de ser una chica ¿no? sus novelas románticas, su ropa interior indiscutiblemente rosada... ¡Dios! moriría si alguien descubriera el lado "oscuro/verdadero" de sus pertenencias.

Y si no la llegasen a pillar, sería el hazme reír de todo el instituto.

Demonios, en serio necesitaba ser escuchada por Dios.

-Con que la 201...

-sí.

-mmm…

-¿mmm?- extrañada -¿Qué se supone que significa ese "mmm"?

-Pues, nada… que tu compañero de cuarto no es muy divertido que digamos- la castaña lo mira aún insatisfecha, pero por lo menos no ser divertido es mejor que ser un metiche –ni agradable ni conversador…

¿Conversador? Le daba Xs... pero sí le preocupaba que no sea agradable.

-Me dejaste en lo mismo…

-¡olvídalo!- sonríe, tratando de darle animo –pero creo que tendrás que aprender a llevártela bien con él…

-¿Quién es él?- llegando a la habitación.

-bueno…

El moreno abre la puerta, mostrando una pequeña habitación de colores fríos -azules en varios tonos- con dos camas y espacios distintos para ubicar sus pertenencias. Parecía tener un solo baño, aunque fue lo que menos le importó al detallar sus ordenadas maletas que fueron traídas por el servicio del instituto -ya que era demasiado debil para cargar con ellas en todo el día, así que les pidió el favor- y un poco de cosas tiradas en el suelo, eso sí, todas de lado de la cama de su nuevo compañero.

-¡oye, Yamato!

-¿Qué…?

En eso, de la nada… un rubio sale del baño vestido nada más con una toalla que le amarraba a la cintura y dejando al descubierto todos sus pectorales, con el cabello revuelto y aún húmedo. Y para ser más específicos, estaba como quería… tenía un cuerpo demasiado trabajado, y ni se diga esos brazos, ¡sus brazos!

-¡¡¡¡¡Dios…!!!!!- sonrojada hasta decir ya basta… Mimi estaba como un tomate de rojo, tapándose los ojos inmediatamente provocando desconcierto en los chicos.

¡¿Cómo ese idiota podría tener tan BUEN cuerpo?!

-…nada, es para que conozcas a tu nuevo compañero de cuarto…- sonriente, no le importaba lo extraña que era su nuevo "amigo".

-no me interesa…- volviendo entrar al baño.

-…típico- jalando a la chica con él, ya que estaba tan ida tras aquella obra de arte que no reaccionaba -¿Tachikawa?

-…

-¿Sopa?

-¡hey!- ofendida, volviendo en sí.

-¡jajaja! tranquilo… solo bromeaba- dándole un amistoso golpe en el brazo de la chica, la cual no dudó en soltar un alarido -¿estás bien…?

-sí… ¡claro que no, me golpeaste!- sobándose, ¿Por qué los hombres tenían esa rústica manera de demostrarse aprecio?

-oye… si quieres puedes venir a ver nuestros partidos en la tarde… habrá un juego de Soccer, quizás pueda interesarte en meterte.

-no, gracias… la verdad prefiero ordenar mis cosas, y si te soy sincero… soy muy mala en el deporte.

-¿Mala?

-¿Eh?

-te dijiste mala…

-¡¡¿¿Qué…??!! ¡no, quise decir MALO…! ¡malo, hombre… ¿Entiendes?!

Nuevamente, ataque de nervios, imitando al moreno al tratar de darle un golpe de amigos, pero su mano terminó adolorida… ¿Acaso tenía brazos de piedra?

-jajajaja, de verdad eres muy raro, Tachikawa…- con intención de salir –cualquier cosa búscame ¿sí? …prometo ayudarte en lo que pueda.

-…gracias, Tai.

-no hay de que, ¡nos vemos!- guiñándole un ojo, para luego irse.

Mimi se quedó pensativa por unos momentos… mirando la puerta por donde se había ido el moreno, verdaderamente se mostraba un buen chico.

En eso, recuerda algo sumamente importante.

¡¿COMPARTIRÁ EL CUARTO CON YAMATO ISHIDA?!

-oye…

-¡¿…?!

El rubio había salido del baño, ya vestido -gracias a Dios ya que no podría ocultar otro sonrojo- dedicándole aquella mirada fría de siempre. Era tan neutro, no expresaba emoción alguna y eso frustraba a la castaña…

-…si vas a ser mi compañero de cuarto solo te diré 3 cosas- la chica lo espera curiosa –no toques mis cosas, no uses mis cosas y NO te metas en mi vida, no creas porque compartamos el mismo cuarto debemos ser amigos, ¿de acuerdo?

La castaña había quedado pasmada con aquello, ¿Quién rayos se creía? Había llegado a su límite en soportarlo, era demasiado grosero y antipático, nunca antes alguien había sido así con ella, ¿Por qué querría tratarla mal?

El chico estuvo a punto de salir de la habitación, cuando en eso es detenido por unas enfadadas palabras.

-¿Qué te hice?

-¿eh…?- extrañado, volteando a ver a Mimi -¿De qué hablas?

-que desde que llegué lo único que haces es tratarme como a una basura- silencio -¿Acaso estás así porque tropecé contigo? ya te dije que fue un accidente.

-...

-¿Por qué eres así conmigo?

-porque me da la gana…

-¡…!

-oye, niño… no se a que bando perteneces, pero de verdad no me interesa lidiar con chicos como tú.

-¡¿Cómo que con chicos como yo?!

-…ya sabes.

-¿…?

-¿Gay?

-¡¡¿¿Qué??!!

Mimi estaba a punto de lanzarse encima del chico y ahorcarlo, ¿Con qué derecho tenía de juzgarla antes de conocerla?

-no me digas que no lo eres, incluso medio instituto lo dice…

-¡¡no me conoces!!

-no hace falta… aparte de que no me interesa.

Nuevamente, con necesidad de salir.

-idiota…- en susurro.

-¿Cómo…?- cerrando la puerta, no podía creer que había sido insultado... pues nadie antes lo había hecho.

-¡QUE ERES UN IDIOTA!

-¿…?

Ahora sí, estaba pasmado... ¿Acaso no sabe porque nadie se mete con Yamato Ishida?

-¡...se nota que eres el típico chico rebelde que le gusta estar solo y se caga en los demás!- marcando un paso con el pie, imponiendo aún más su tono de voz -¡incluso seguramente tu familia te internó en este lugar porque no te soportan!

Uff...

No tuvo que haber dicho eso.

Yamato solo se mantuvo en silencio, tras haber dicho lo último su mirada cambió completamente de disgustado a... ¿Nada? ¡no reflejaba nada! aquello erizó la piel de Mimi, tenía la sensación de que de verdad estaba molesto, y una señal era la reacción "no reacción" que poseía el rubio.

Se tapó sus labios reconociendo que habló de más... ¿Por qué había dicho todas esas cosas? Estaba hablando con un extraño, con una persona que no conoce, no tenía ningún derecho de dirigirse a él de esa manera, y mucho menos incluyendo personas allegadas a él.

Cometió un grave error, bastante inoportuno considerando las circunstancias.

-...- bajando sus manos, y mordiendo sus labios al darse cuenta que una disculpa es algo tarde -...yo...

Pero no pudo terminar, el ojiazul le había dado la espalda para salir de la habitación, dejando completamente sola a Tachikawa.

-Dios...

Suspiró, solo necesitó de pocos minutos para analizar que oficialmente la había cagado.

Se acaba de pelear con la peor persona como para pelearse, ahora no solo le caía mal, ¡ahora la odiaba! Y convivir con él será mucho más dificil por ello, y más aún cuando no solo es tu compañero de mesa, sino que también era su compañero de cuarto.

Rayos... tiene que buscar urgentemente un manual que se titule "Cuando saber cerrar la boca...", y por favor, que sea dedicado a ella.

-¡TONTA, TONTA, TONTA!- dando pequeños saltos, haciéndola ver más cómica que enfadada consigo misma.

Se tiró sobre su cama, tratando de buscar mentalmente la solución para solucionarse con el Ishida, pero se concentró en la habitación, detallando cada rincón. En su habitación anterior predominaba la palabra "Rosado", y lo digo en serio... ya que no había nada en su antigua alcoba que no fuera de ese color, reflejando su personalidad, reflejando su forma de pensar.

Prácticamente era una princesa disfrazada de sapo.

Fue entonces en que se dio cuenta en serio... de que todo el asunto parecía provenir de la propia película o de esas historietas románticas y extrañas que su mejor amiga leía, Sarah era fanática del Manga gracias a su fanatismo por Japón, el cual era mucho mayor que el que tenía la castaña -y eso que tenía descendencia japonesa-, y ahora que lo piensa... nunca supo de donde salió el interés de la rubia por su país.

Bah... ya luego le preguntará.

Quiso mejor no pensar más en boberías o en la discusión que había tenido con Yamato, así que se levantó de su cama queriendo empezar a vaciar las maletas y ordenar un poco su nueva habitación… la cual estaba increíblemente sucia.

-Asco...- esta vez mirando la cama del rubio, repleta de migajas y de ropa sucia.

Sacó una escoba del closet y empezó a barrer, limpiando cada rincón sin tocar "la zona prohibida", la mataría si lo hiciera... así que simplemente se limitó a limpiar por encima, ordenando sus pertenencias hasta dejar su habitación mucho más decente que antes.

Sonrió, estaba orgullosa de ser considerada una chica tan femenina y ordenada, gracias a ello el cuarto ahora era mucho más bonito, lo único malo es que las cosas de él seguían intactas, aunque la verdad no eran muchas... objetos mal ubicados, ropas desordenadas, y ni se diga la repisa que tenía el rubio tras su cama -incrustada en la pared, encima de la cabecera de la cama sin estorbar-, llena de polvo y con algunas prendas de cuero y metal en ella... nada más.

-¿Eh?- buscó con la mirada un retrato, como uno que ella tenía en la repisa, pero no lo consiguió...

Aquello extrañó a Mimi, imaginando que lo que había dicho era cierto... y que por eso él no guardaba nada que le recordara a su familia.

-será mejor... que me disculpe con él apenas tenga la oportunidad...


El rubio caminaba firmemente con un rostro peor que el todos los días, llevándose por delante a cualquiera que se le atraviese… estaba tan pero TAN molesto con la idea de compartir una habitación con aquel chico, que toda la paz que había mantenido desde que se fue su último compañero se esfumó. Sentía que invadían su espacio, y no solo eso... nada más en la forma en como le habló hizo hervir su sangre, nunca antes le habían hablado así, aunque realmente no debería importarle... es más, ¡no le importa!

¡Dios! ¡¿Entonces por qué rayos estaba tan encabronado?!

Tras caminar medio instituto, pudo sentir la calma nuevamente en su vida… sintiéndose estúpido por haberse puesto así.

Ya que... todo lo que había dicho ella era verdad; su familia lo había internado en Hokkaido porque no lo soportaban, adora la soledad y es demasiado reservado como para ser "el amigo que todos quieren". Siempre había sido así y nadie le reclamó por ello, y la verdad nunca le importó.

Hasta ahora.

-¡BOO!

Yamato se bufó de la imitación barata de fantasma por parte de Tokumori, quien había aparecido de la nada con intención de asustarlo.

Tan típico de él...

-¿Cuando aprenderás que nunca vas a asustarme?

-...algún día lo lograré.

-te reto.

Yamato era más amigo de Tokumori que del resto de sus compañeros, en realidad tenía más cosas en común con él que con los demás, y nunca le importó la fría y "antiparabólica" personalidad del rubio, quizás era la única persona del instituto que lo aceptaba tal y como es.

-¿Por qué andas con esa cara?- empezando a caminar, ambos al mismo paso.

-¿Qué cara?

-pareces como si hubieses peleado con tu novia…

-¡él no es mi novia!- sonrojado.

Tokumori se asustó, lo había dicho en broma.

–relájate, man… no la pagues conmigo.

-es que tus comentarios son tan oportunos, Shitsuya...- sarcástico, diciéndose mentalmente que de verdad debía calmarse.

-¿Con quién te peleaste?

-con el nuevo…

-¿Eh? ¿Sopa?- Yamato no logra entenderlo -¡jajaja, es el chico lindo! ¿no te diste cuenta que su nombre significa sopa?

-no me interesa.

-es demasiado lindo que asusta… si le creciera el pelo parecería una chica.

-si tanto te gusta cambiemos de habitación.

-¡¿Qué?!- sorprendido -No me digas que te tocó como compañero de cuarto...

-…

-¡jajaja!- dándole una palmada –al parecer estás bien acompañado, Yama...

-¡no seas molesto!- defendiéndose con un codazo -...esto pareciera ser un instituto de gays…

-es que parece una chica, ¡es más! ¿Te imaginas que sea una chica disfrazada de chico?

-...tú y tus novelas baratas.

Que ironía, ¿no?

Ambos chicos llegaron hasta el salón de música, en el que normalmente ensayan con la banda del instituto, y no me refiero a un grupo de alumnos tocando trompetas y tambores ni todas esas cosas, sino una banda más moderna, donde el rubio interpreta el guitarrista y vocalista, Shitsuya el bajo y otros dos integrantes el resto de los instrumentos, conformados por 4 chicos nada más pero increíblemente talentosos.

La conocían como la "Banda Hokkaido", la cual siempre toca en todos los eventos festivos de Hokkaido, uno de ellos muy próximo a la fecha y por ello deben ir preparándose, ya que a diferencia de los otros eventos este era el más importante.

Y si es el más importante, debían exigirse más.

-¡al fin llegan!

Un chico de baja estatura y de cabello oscuro trenzado como rapero recibió a los jovenes algo molesto, en compañía de otro rubio cabellos cortos con un pasamontañas negro.

-¡justo cuando hoy llego temprano ustedes se dan el postín!- se queja esta vez el rubio, lanzándole a los chicos un palillo de su batería.

-¡hey, Louis! no es mi culpa que Yamato se haya peleado con su novia...

-¡¡Shitsuya!!

-¿Tu novia?- el chico rapero y el rubio se acercaron interesados.

-no lo escuchen... se fumó una hace rato y por eso dice cosas sin sentido.

-cuanto quisiera...- ríe -se trata del chico nuevo de nuestro salón.

-¿Chico nuevo? ¿Qué pasó?

-nada, Sato...

Queriendo cortar la conversación, sentándose sobre un banco y tomando su guitarra eléctrica color azul rey.

-es gay...

-Tokumori...- en advertencia, si seguía hablando lo iban a fastidiar en toda la noche.

-y no solo eso...- Yamato se levantó con intención de cerrarle la boca -¡¡es su compañero de cuarto!!

Demasiado tarde.

-¡¿Cómo?!- el rapero japonés no aguantó la gracia, riéndose en compañía de Louis y Tokumori -¡¡debes estar bromeando!!

-¡maldita sea, SHITSUYA!- enfadado.

-¡jajaja, no pude evitarlo!- ya calmándose, poco a poco dejando en silencio el salón.

-...no me causa gracia.

-bueno, está bien...- poco a poco en silencio.

Pero es obvio que no podían aguantar las ganas de reirse, llenando sus cachetes de aire y explotando en risas nuevamente.

-¡¡hey!!

-oh... vamos- secándose una lágrima, esta vez Louis... -mírale el lado bueno…

-¿Qué tiene bueno...?

-te quitará el frío en las noches.

-¡¡¡¡jajajajajajajajajajajajajaja!!!!

-¡¡BASTA!!


Yamato ahora regresaba a su habitación bastante agotado... más que ensayar lo único que hizo fue perseguir a Tokumori por todo el salón de música, mientras que sus dos "amigos" se burlaban de él aún por la nueva información llegada a sus oídos.

Demonios... este había sido el peor ensayo de todos.

Andaba caminando por los pasillos de los dormitorios, con la cabeza en otro lado que no sea en sus pies. Daría lo que fuera por cambiar de habitación en estos momentos, pero las estúpidas reglas del instituto no se lo permiten... sintiéndose cada vez más incómodo con la idea de compartir su cuarto con un chico que tenía dobles intenciones con él.

-ugh...- sintiendo un escalofrío.

Al llegar a su habitación, abrió la puerta encontrándose con las luces apagadas y las del baño encendidas. Se sorprendió al notar un extremo orden que se hallaba en la parte de la castaña, donde todas sus cosas ya estaban ubicadas en incluso en orden de tamaño, contrastando con la parte de Yamato, que parecía como si un tornado hubiese pasado por ahí.

Esperen... ¿Acaso también usó aromatizador?

No lo podía creer... era como si su madre hubiese entrado al dormitorio para hacer de las suyas.

Notó que la castaña dormía en su cama, completamente arropada dejando ver nada más su revoltoso castaño cabello. Prefirió no hacer ruido, cerrando la puerta y apagando la luz del baño... era algo tarde y tenía demasiado sueño como para ordenar su cuarto -que ahora al comparar su cama con la de ella le dio envidia- ya tendrá el día siguiente para encargarse de papeles maternales.

Tenía intención de sacarse su ropa para acostarse a dormir pero... una extraña cajita de pastillas que estaba tirada en el suelo atrajo su atención. Pensó que era de él, por eso se acercó para tomarla y darse cuenta que no era así, al parecer eran de ella, capaz se le habían caído sin percatarse... leyó el nombre del medicamento, el cual nunca antes había conocido, aunque poco sabía de que se trataba.

Al darle la vuelta a la caja se encontró con unas pequeñas indicaciones, en las que resaltaban todas las precauciones y todo eso... y para que servían las pastillas.

-Un... ¿Anti-Depresivo?- extrañado, dedicándole esta vez la mirada a la castaña que aún dormía.

¿Es en serio...? ¿anti-depresivos? Parecía ser mentira, ya que Tachikawa no se mostraba ser una persona con problemas emocionales, todo lo contrario...

Ubicó las pastillas en la repisa de la castaña, tratando de ser cauteloso para nos despertarla. Se metió en su cama, se arropó con su sucia sábana y se dedicó a mirar el techo como su forma de buscar el sueño.

El cual fue difícil de conciliar.

To be Continue…


Comentarios de la autora:

¡Hellow there!

Aquí Andsi, reportándose con una nueva historia... Y como aclaré allá arriba, es inspirada en un Fic de Nayru A, si ya la conocen seguramente se dieron cuenta que no se parece mucho que digamos, solo en que una chica se escabulle en un instituto para chicos. También si se dieron cuenta -los que ya leyeron Even Angels Fall- que participan algunos personas de mi primera historia; Sarah, Tokumori, Sato y Louis... y otros más que seguro cuadraran perfectamente.

Bueno... había publicado el primer capítulo ayer, pero sentí que le faltó sazón y por eso lo reedité, ahora que estaba a tiempo ya que luego es un fastidio! y en cuanto a un "capitulo 2 que desaparecio misteriosamente" fui yo de despistada que me equivoq!xD disculpen el malentendido! aunque ya estan en progreso el segundo!:)

En fin... ¿Qué piensan? Estaré encantada con sus Reviews, y si piensan preguntarme por JLRJ, tranquilos, no la he abandonado -todo lo contrario- estoy a punto de terminar el capítulo 7, ya saben... perfeccionándolo -soy demasiado perfeccionista u.u- así que estén pendiente, mañana sin duda estará publicado!;)

De verdad espero que hayan disfrutado el Opening de esta historia, estoy muy entusiasmada con la idea y espero mostrarselo al pasar los capítulos!:) así que espero sus opiniones, que siempre son bienvenidas!

¡Feliz fin de semana!

Atte.

A n D s I