¿Qué tal? Hoy les dejo un pequeño drabble que salió de la nada mientras estaba pensando en… ciertas cosas.
Ha pasado mucho tiempo desde mi último, pero sinceramente no he planeado salir de mi retiro, de vez en cuando vendré y subiré algo, pero realmente no pienso retomarlo como antes.
Aprovecho para agradecerles los comentarios, los mensajes y los reviews que me han dejado en los últimos meses. Me llena de placer saber que les gusta el trabajo que con tanto amor he hecho.
Y bueno, después de este largo comentario, les dejo el fic de hoy y ya.
Inazuma Eleven no me pertenece y no me pertenecerá a menos que me dieran un trabajo en Level 5 desde donde conspiraría para comprarlo… y ya se saben este asunto.
Ella estaba segura de que su regalo era tonto y que seguramente Fubuki se reiría en su cara, pero quería dárselo antes de que los demás llegaran al salón de clases. Él era mayor que ella, estaba en la clase de su hermano y ella se había rendido ante el peli plata como una tonta. Era lindo, gracioso, un buen amigo y… atraía a las chicas como una gran luz a los insectos.
Miró al reloj que estaba sobre el pizarrón y se dio cuenta de que pronto llegarían los compañeros de clase de Fubuki, quien solía llegar 10 minutos antes que los demás. Suspiró y se dirigió a la salida pensando en su idea.
Su padre había comprado una gran caja de chocolate blanco. Ella recordó instantáneamente que unos días atrás Fubuki le había confesado que prefería el chocolate blanco ante el normal y pensó en hacerle un regalo especial.
Se sentó durante horas admirando su blanca materia prima y a pesar de que quería moldearlo de manera que resultara linda y comestible, nada llegaba a su mente. Se levantó de su asiento y dio vueltas por su casa. Después de mucho pensarlo, comenzó a derretir el chocolate y lo moldeó hasta hacer pequeños lobitos, los cuales decoró con un poco de nueces.
Y ahí estaba, caminando derrotada por el pasillo de la escuela, llevando la bolsita colgando de su mano, pensando en lo tonta que se veía cuando de repente la voz que más esperaba oir llegó a sus oídos.
—Otonashi, buenos días—saludó el peli plata sonrientemente, ella escondió inmediatamente la bolsa detrás de sí.
—Buenos días Fubuki-kun ¿qué tal? ¿todo bien?—dijo ella sonrientemente, ocultando los nervios que estaba sintiendo.
—Pues, digamos que algo así ¿y tú?—preguntó Fubuki acercándose a ella comenzando a caminar a su lado.
—Pues, sí…—dijo con un dejo de nerviosismo. El chico la miró con extrañeza y alcanzó a ver la bolsita que llevaba su amiga; ella se percató de lo que sucedía y suspiró profundamente—. Tengo un pequeño regalo para ti—comenzó a decir deteniéndose. El chico sonrió con un leve rosa en sus mejillas. Ella le enseñó la bolsita y se la entregó—, espero que te guste… sé que te gusta el chocolate blanco, así que…—agregó desviando la mirada mientras el chico abría la bolsa. Sacó una de las figuras y dejó escapar una risita.
—¿Es un lobo?—dijo sonriendo.
—Sí… o eso intenta ser. Realmente no soy tan buena moldeando chocolate…
—Está bien—el chico mordió el chocolate y sonrió aún más— ¡Está increíble! ¿De dónde lo sacaste?
—Papá lo compró, él ha de saber de dónde salió, pero según me dijo es natural y no sé qué más…—dijo ella ocultando su sonrojo.
—Eres muy amable conmigo Otonashi—dijo dándole una palmada en la cabeza—, cuando tengas un novio será muy afortunado.
La chica sonrió, con un poco de melancolía, pero estaba feliz. A Fubuki le había gustado su regalo y la había elogiado.
Los dos caminaron juntos hasta que tuvieron que separarse. El chico se despidió mientras disfrutaba otra de las figuritas y ella subió las escaleras sintiendo que volaba.
Como dije, era un drabble. Espero que les haya gustado ^^ Y por leer, hay una figurita de chocolate virtual para cada uno :D
Recuerden, no tomatazos.
¡Nos vemos!
