Viva La Vida.
Es extraño como el tiempo parece dividirse en fracciones minúsculas que no pensó que existiesen. Después de tantísimos años, de presenciar todo un siglo, nunca imaginó que en los minutos que preceden a la muerte, la de verdad, todo fuese tan lento. Porque desde que ha sabido que ella ha muerto, es como si el tiempo le hubiese dado mil bofetadas en el poco alma que le quedaba. No es que tuviese una antes, pero ella le había dado esperanzas de tener la milésima parte de la que tuvo cuando era humano.
Las voces que le rodean han dejado de existir. Es consciente de sus cuerpos, del olor de su sangre que le invade todo el cuerpo y palpita en sus propias venas. Pero ha decidido hacer las cosas de otro modo. Más poético y romántico. Quiere brillar por última vez. Que su último momento sobre el que tiene absoluta voluntad no esté manchado sangre, gritos y el pánico filtrándose con cada gota de sangre que podría beber. De algún modo es lo más acertado.
Oye como ecos lejanos las campanadas del reloj y sonríe con los ojos cerrados, como si saludase el final con una educación de la que no es capaz de prescindir ni el peor y más trágico de los momentos. Decir hola es mucho más fácil que una despedida. No hay recuerdos, ni palabras emotivas ni la sensación de que toda su vida pasa ante sus ojos. Da un paso hacia adelante. Luego otro.
Ya está. Es rápido e indoloro. Le sorprende y maravilla que no haya sentido nada. Que ella esté allí para recibirle. Que sea tan real y no un recuerdo vaporoso de lo que fue y pueda tocar su cuerpo casi con la misma seguridad con la que lo hizo en el pasado. Abre los ojos y la descubre como el ángel que siempre fue. Su voz suena igual y todo su olor parece más vivido y embriagador. Aprieta los labios contra su pelo y no sabe si es fruto de todo el tiempo que ha pasado, de que ya están en otra parte donde, irónicamente sus sentidos parecen más alerta que nunca. Un lugar donde ella no le pedirá lo imposible porque ya ha ocurrido.
'Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza.'
Es posible que estén en el infierno porque él nunca podría obtener un perdón redentor.
'No estoy muerta. ¡Y tampoco tú! Por favor, Edward, tenemos que movernos. ¡No pueden estar muy lejos!
Ella se mueve inquieta entre sus brazos y forcejea para soltarse. Si no están muertos, si ella aún está viva y él sigue siendo un muerto en vida, ¿dónde están?
'¿Qué estás diciendo?'
'¡No estamos muertos, al menos no todavía! Pero tenemos que salir de aquí antes de que los Vulturis…'
No están muertos. Están en Volterra. Ella está en Volterra. Bella Swan está viva y su corazón late tan desbocado que golpea su pecho sin vida como si quisiese empujarle por ese callejón. Quiere llevarle a la oscuridad antes de que sea demasiado tarde.
Entonces vuelve a ser el vampiro que lee los pensamientos de los demás y lo que oye no le gusta.
Puede que por ahora no estén muertos.
Fin.
