¡Hola a todos! Este es mi primer fic, ¡espero que les guste! Dejen reviews ¿ok?

Disclaimer: Todo lo relacionado a Zatch Bell le pertenece a Makotu Raiku, en cambio, algunos personajes fueron creados de mi imaginación.


Capítulo 1: La batalla comienza.

La vida de una niña iba a cambiar por completo durante este nuevo año escolar.

Cymbeline, una chica de 14 años de edad, muy bonita a su aspecto, melena de color castaño claro y unos grandes y hermosos ojos verdes, tuvo unas vacaciones muy duras, cambió totalmente su forma de ser, volviéndose fría y olvidándose de toda la alegría y felicidad que había tenido junto con sus amigos y familiares durante años pasados.

Ya no sonreía, ya no reía, ya no se inmutaba ante la presencia de sus amigos, la mayoría del tiempo no mostraba emoción alguna, más que seriedad y en ocasiones…tristeza.

Una de sus mejores amigas le preguntó que qué le pasaba y Cymbeline simplemente respondía:

-No me pasa nada, así que déjame en paz y punto.

Un día, Cymbeline estaba harta de que sus compañeros le preguntaran que es lo que le ocurría, sobretodo Sheridan, así que decidió separarse de su grupo durante los recreos.

-Cymbeline, ¿a dónde vas? –preguntó su amiga.

-A un lugar donde pueda estar sola y nadie me moleste –respondía ella duramente.

-Pero Cymbeline…

-Sólo déjame, ¿sí?, iré a… a… a tocar la guitarra. ¬¬

Eso dijo sin siquiera pensarlo pues ella no tenía ganas de tocar un instrumento pero sabía que si no lo hacía, sus amigas descubrirían que sólo les inventó una excusa para alejarse de ellas.

Así, fue por una de sus guitarras que estaba en el salón de música y se puso a tocarla, música que no tenía sentido con todo lo que había aprendido, estaba tocando, como si nada más lo hiciera por obligación.

Lo que nadie sabía era lo que estaba por ocurrir en el mundo humano, estaba por desencadenarse la batalla de los 100 niños mamodos.

Algunos mamodos ya habían encontrado a sus guardianes del libro, mientras que uno de ellos, Brago, considerado como el más fuerte de todos por los demás sentía una presencia inusual en un humano cerca de la zona donde estaba Cymbeline y supuso que aquel era su lector del libro. Fue a llegar hasta la escuela donde estaba ella, la encontró, había encontrado a la guardiana de su libro negro. Esperó un momento para ver como era esa humana y lo primero que notó era que no estaba igual a los demás humanos en esa escuela. Ella estaba seria, parecía molesta, mientras que observaba a los demás chicos y chicas que se reían y se preguntaba:

-¿Por qué están tan felices?

Brago se "alegraba" de que su compañera humana no fuera como los demás o al menos eso creía y pensaba que sería mejor si ella era igual o parecida a él (lo que muchos dirían como personas amargadas xD).

Cymbeline también conocía todo sobre los mamodos, pues en aquel mundo se había hablado sobre estos seres, una historia que se había desarrollado en varias páginas de Internet, todos creían que estos "monstruos" eran falsos, pero no tanto para lo que le esperaba a la chica.

Cymbeline se iba cuando de pronto un libro negro cayó en frente de ella y se le quedó viendo mientras pensaba:

-Este libro…que...imposible…es igual al de… ¿Que me está pasando? ¿Por qué lo estoy viendo?, los mamodos…no son reales, por dios, ¿estoy delirando?, no estoy enferma, no tengo fiebre ni nada parecido, ¿acaso es sólo una broma? O_O

Todo esto se preguntaba Cymbeline mientras estaba parada allí, inmovilizada ante el objeto que yacía en el suelo.

Y fue cuando volteó hacia arriba y allí estaba el mamodo que tanto conocía.

-Tú, trata de leer este libro.

Cymbeline lo tomó en sus manos y lo abrió, cuando se dio cuenta de que podía leer una sola cosa que estaba escrita en él y pronunció, no muy fuerte pero de una manera en que Brago la alcanzara a oír:

-Reisu.

De la mano de Brago salió el conjuró, mientras que Cymbeline se preguntaba si esto era solo un sueño.

-Así que tú eres la lectora de mi libro –habló el mamodo.

-¿Qué? –preguntó Cymbeline aún sumida en sus pensamientos.

-Te lo explicaré todo. Mira, cada 1000 años, 100 niños mamodos, parecidos a mí, -pero no más fuertes (pensaba)- vienen a librar una batalla para elegir a un nuevo rey de nuestro mundo, "el rey mamodo".

Cymbeline estaba asombrada de que en verdad esto fuera real, no podía creer que los mamodos existieran, simplemente pensaba que tarde o temprano iba a despertar en su cama.

-Como verás, cada uno de los mamodos vienen con un libro, como el que tú tienes en las manos, cada uno con un color que los identifica de los demás. Este libro es como las instrucciones, cada vez que yo y tú nos hagamos fuertes aparecerán nuevas palabras que podrás ir leyendo, lo que son los conjuros, para poder eliminar los demás libros. Una vez que un mamodo es derrotado, su libro se quema y así, desaparece y vuelve al mundo mamodo. El objetivo de esta batalla es quemar todos los libros posibles y el último que quede se convertirá en…

-El rey mamodo –interrumpió la chica.

-Exacto, tú eres la única que puedes leer mi libro, así que tendrás que ser mi compañera para esta batalla.

-De acuerdo, pero…tú…

-Si, casi lo olvido, mi nombre es…

Y antes de que Brago pudiera terminar de hablar.

-Brago –respondió ella.

-¿Qué? ¿Cómo rayos sabes quién soy? –inquirió el mamodo algo confundido.

-Conozco todo sobre ustedes, los mamodos y mucho más de ti de lo que tú crees, pensé que sólo era una historia de fantasía común y corriente como los demás programas de televisión.

-¿De que estás hablando?

-Ven conmigo, tenemos que salir de aquí, hay que ir a mi casa.

Y sin decir ni una palabra más, Brago la tomó y la sacó de esa escuela.

-Bien, ¿por dónde dices que es tu casa?

Cymbeline le fue dando las direcciones hasta que llegaron a una gran mansión donde la "mayordomo" Ariadna recibió con gusto a Cymbeline y a su nuevo "amigo".

-Vaya señorita Cymbeline parece que está haciendo nuevos amigos este año, ¿no lo cree?

Cymbeline no le contestó nada y subió las escaleras junto con Brago directamente hacia su habitación, donde Cymbeline encendió una de sus laptops y buscó algunas imágenes que tenía guardadas.

-Brago, quiero que veas esto.

Brago se acercó a donde estaba ella y se sorprendió por lo que vio, era como verse en un espejo. Cymbeline le mostró información, imágenes y hasta algunos videos de él junto con otros mamodos.

-¿Cómo puede existir eso si los humanos que no tienen nuestros libros no sabes lo qué somos o por qué estamos aquí? –cuestionó él.

-Es exactamente lo que yo creía acerca de todos ustedes los mamodos, que no existían, así que muchos de nosotros, incluso aunque no tengan un libro conocen mucho sobre ustedes, pero no tienes de que preocuparte, pues como tú lo dices, lo único que les interesa es seguir luchando para coronar al nuevo rey.

Continuará...


Pronto subiré el próximo capítulo, pero primero quiero ver si les gusto este fic. ¡Gracias a todos! n.n

Ah, también les aclaro algo, aquí, como verán la compañera de Brago es Cymbeline, decidí cambiar el nombre de este personaje, es que como siempre leía en otros fic Sherry y Brago, Brago y Sherry, decidí hacer este cambio, espero que aún así les guste.

Otra cosa, a lo largo del capítulo, pueden haber frases escritas en letra cursiva, si están allí, eso quiere decir que un personaje está pensando la frase, no la dice, pero en cambio, cuando las frases están entre paréntesis, soy yo la que puede hacer un comentario. Espero haberme aclarado.

Arigato y Sayonara.