Aquí estoy, luego de no mucho tiempo, con una nueva historia. Hace meses se me había ocurrido la trama, sin embargo, ustedes saben que el tiempo a veces escacea... Espero que les guste. Este capítulo puede parecer lento, pero luego se va a poner más interesante.

Espero que les guste... si es así o si lo encuentran una aberración me pueden rejar un review! ;)

Aquí va my new story!

DISCLAIMER: Si, si... Si esto fuera mío: Cho no existiría, Voldemort sería el lameculo de Dumbledore, Sirius estaría vivo al igual que James y Lily, y Harry se casaría conmigo!


ETERNAL SUNSHINE

CAPÍTULO I

I don't Know who I am

A veces…

En una bruma inquietante,

Puedo ver el brillo de una época olvidada.

Sombras que caminan en la noche,

Siluetas que se acercan en la oscuridad.

Y así en una danza incesante,

Así en un eterno resplandor

«Eternal Sunshine»- Personas Sin Memorias


—Vaya lío—murmuró Harry Potter, de mal humor, intentando que, al pasar por lo único que parecía un camino, no se convirtiera en un alfiletero humano cuando pasara junto a los arbustos llenos de espinas.

Había pasado toda la tarde de ese día, primero de Septiembre, dando vueltas sin sentido por el bosque en el que se había perdido. Ya comenzaba a sentir complejo de náufrago. Prácticamente ni siquiera sabía la diferencia entre un Roble y un Sauce… Menos sabría sobrevivir en la reserva natural y salvaje más grande de toda Europa, lugar en el que se hallaba perdido.

Quién lo mandaba a separarse del grupo de excursión para… «poder investigar más exhaustivamente»?

Se detuvo un segundo, intentando escuchar algún sonido que le indicara algo, pero lo único que oyó fue el susurro de los árboles.

Suspiró.

Los pies le dolían y sintió el cansancio caer sobre sus hombros. Sin embargo siguió andando, tenía que encontrar con urgencia un claro para poder pasar la noche, que ya comenzaba a caer.

Miró hacia abajo, distraídamente, observando las huellas del estrecho sendero y luego levantó la mirada para apartar una rama del camino.

Un momento…

HUELLAS!

—Oh, no!—exclamó.

Unas huellas se marcaban en el angosto camino. Curiosamente calzaban a la perfección con el calzado que ocupaba.

¡Había estado andando en círculos!

Resopló enfadado y se tomó la cabeza con las manos, hastiado de todo ese embrollo en el que tan estúpidamente se había metido.

Si tan sólo encontrara a algún otro grupo o a algún guardabosques…

Derrotado, se sentó sobre una roca grande que había a la orilla del camino y cerró los ojos. Una sombra quería dibujarse en la bruma de sus pensamientos… sin embargo no podía. Intentó concentrarse en ella, pero de pronto se deshizo en la maraña de sus recuerdos…

Entonces, sin previo aviso, sintió una angustia terrible… Siempre ocurría lo mismo! Por qué no podía recordar? Necesitaba saber como había sido su vida! Qué era lo que había dejado atrás? Lo estaría buscando alguna persona? Habría alguien que lo estuviera extrañando?

Qué había ocurrido para que olvidara todo lo que había vivido? Con todas las personas que había compartido?

Quería recordar… quería saber de su pasado… Se sentía tan solo, tan aparte de todos. Simplemente no calzaba con el común de las personas… Y tenía la extraña sensación de que había un mundo distinto esperándolo, un mundo que había perdido, y aún no lograba recuperar.

No tenía a nadie. Todas las personas amaban a alguien, tenían a alguien por quien preocuparse, por quien querer ser mejor, por quien soñar… Pero él…

No tenía a nadie.

Absolutamente solo en todo el mundo.

Y… No sabía porque, pero sentía que ese sentimiento ya lo había sentido antes.

Antes…

Lo que no recordaba.

Lo que quería recordar…

Lo que necesitaba… Porque necesitaba encontrar un motivo para despertar cada mañana.

Cómo se podía vivir sin tener a nadie? Sin tener amigos, una familia, una novia… nada?

Al parecer, sólo él lo sabía.

Sólo él.


º º º


La nieve que comenzó a caer lo alteró aún más.

—Está bien, todo va a terminar… Sólo debes encontrar el camino—se dijo Ron a sí mismo, frotándose las manos heladas.

Estaba todo oscuro, y lo único que tenía para alumbrar era una pequeña linterna. Cómo le había podido ocurrir eso?

Había sido culpa de esos malditos salteadores… Iba caminando por el sendero, cuando de pronto habían aparecido tres tipos para robarle y él había huido hacia el interior… No había tenido otra opción, en todo caso.

Lo único que tenía era una botella con agua y unos emparedados… y un saco de dormir, por si acaso… Pero… Como iba a dormir en un simple saco, en un bosque donde podían haber bichos y animales grandes… y carnívoros y venenosos?

Necesitaba una tienda!

Entornando los ojos, miró a su alrededor. Intentó ver algo, pero era imposible, lo único que había eran árboles a su alrededor… Si tan sólo encontrara un claro, al menos, para pasar la noche!

Caminó un par de metros más, tropezándose a cada rato hasta que, de pronto cayó al suelo cuan largo era.

Escupiendo hojas secas y completamente cubierto de tierra, se levantó, resoplando. No podía tener más mala suerte!

Se sacudió los pantalones y levantó la cabeza.

—Oh!

Un claro se abría ante él, como un oasis en medio del desierto.

Se introdujo en él y abrió su saco de dormir. Tomó un sorbo de agua y abrió uno de los emparedados.

—Uhgt!—exclamó, con asco.

Dejó el sándwich en el bolso y abrió otro.

Lo comió en un par de segundos y se introdujo al interior de su saco de dormir, quedando boca arriba, mirando el firmamento.

Había luna Llena aquella noche… Le encantaba mirar el cielo oscuro en momentos como aquel… Y si no estuviera a la fuerza en ese lugar, disfrutaría aquel instante aún más. Las estrellas tenían un brillo inusual, que invitaban a observarlas.

Miró una estrella en particular. Siempre le había dado una extraña sensación… Como si a través de ella pudiera estar junto a alguien, como si ella fuera el único recuerdo de algo que había perdido.

Tal vez… en ese mismo instante habría otra persona observándola… y se estaría acordando de él.

Tal vez…

Sintió un escozor en los ojos. Por qué todo era tan difícil? Por qué de entre todas las personas, él había tenido que perder la memoria? Perder todo rastro de su existencia?

Necesitaba saber quien era!

Apretó la mandíbula con fuerza y rabia… Si tan sólo tuviera alguna pista… Si tan sólo pudiera recordar algo…

Pero no. Lo único que le había venido a la mente cuando despertó en ese hospital en medio de EEUU, era un nombre. El nombre que tenía ahora. Ron Weasley.

Ni siquiera sabía si realmente era suyo.

Cerró los ojos, intentando retener las lágrimas. Lo único que se oía era el susurro de los árboles al rozarse unos con otros.

Abrió los ojos.

El corazón le dio un vuelco al ver la luz de una linterna.

Se levantó rápidamente, expectante. Ya podría salir de ahí…

—Hola! Menos mal que llegaron!—exclamó Ron, dirigiéndose a un hombre con cabello negro azabache—. Francamente no quería pasar la noche aquí a la intemperie…

—Eh… Perdón?—preguntó Harry confundido. Él era el perdido, no aquel pelirrojo—. Mmm… usted es guardabosques? Es que me perdí y me salí del camino…

Ron abrió la boca, desencantado.

—Estás perdido?—preguntó, desilusionado—. No vienes a rescatarme o algo por el estilo?

—Mmm… creo que no—repuso Harry, sonriéndole—. Bueno… al parecer seremos dos perdidos esta noche… Me llamo Harry, Harry Potter.

Harry extendió una mano, afablemente, que Ron apretó a modo de saludo.

—Yo soy… Ron, Ron Weasley, mucho gusto en conocerte—dijo, sonriendo. Por algún motivo, aquel tipo, Harry Potter, le sonaba de alguna parte.

—No nos conocemos, cierto?

Harry levantó la vista, extrañado que alguien le dijera eso. Era la primera vez que ocurría.

—Creo que no—repuso.

Se quedaron mirando un par de segundos.

—Bueno… sabes? Tengo una tienda—dijo Harry, rompiendo el silencio que se había formado—. Digo, no creo que te gustaría pasar la noche en un bosque y sin tienda de campaña.

—No, realmente no—dijo Ron, apartando su saco de dormir del centro del claro.

Estuvieron un par de minutos armando la tienda, en donde cabrían fácilmente cinco personas.

Ron introdujo su saco en la tienda y vio a Harry sacar el suyo.

—Entonces…—dijo Ron, buscando algo que decir—. Cómo es que llegaste hasta aquí?

Harry se sentó sobre el piso de plástico.

—Me separé del grupo de excursión, estaba viendo unas plantas y de repente no vi a nadie a mi alrededor—dijo el pelinegro—. Y tú?

—Estaba caminando cuando de repente aparecieron tres tipos que querían asaltarme—dijo Ron, sacando la comida de su bolso—. Y salí arrancando hacia el interior… después no pude encontrar el sendero.

—Por lo menos tu tienes a alguien que se preocupe por ti—dijo Harry, mirando un punto fijo en la tienda—. Lo que es yo… no tengo a absolutamente nadie…

Ron sonrió amargamente.

—No te lo creas—susurró, más para sí mismo que para su acompañante—. No tengo familia, ni amigos ni a nadie. Es una historia larga de contar.

Harry lo miró frunciendo el ceño.

—En serio?—preguntó, extrañado—. Pues estamos iguales…

Ron se apoyó en la pared de género impermeable.

—Quieres este sándwich?—preguntó, levantando un emparedado.

—No, gracias… ya tengo comida, ahórrate la tuya—repuso Harry.

—No te preocupes… es de Corned Beef—dijo el pelirrojo—. Lo compré sin querer… Odio el corned beef.

Harry alcanzó el emparedado que le alcanzaba Ron, con una leve impresión de Déja Vuh, pero no le prestó atención.

De pronto escucharon un ruido desde afuera.

—Será…?—comenzó Harry, levantándose de un salto.

—Por supuesto que si—exclamó Ron, contento.

Harry abrió el cierre de la tienda y salió con Ron a sus espaldas.

—Hola! Soy Hermione! Ustedes deben ser guardabosques, verdad?

Ron y Harry intercambiaron una mirada de incredulidad.

—Déjame adivinar… estás perdida?—preguntó Ron.

—Si! Oh, gracias a Dios! Por fin los encuentro!—exclamó la chica, alegremente. De pronto su cara cambió a una expresión de seriedad rayando en el miedo, pareció confundida, sin embargo de inmediato volvió a su expresión inicial—. Saben? Este bosque debería tener algunas señalizaciones, cuando una persona se pierde es imposible regresar al camino! No se ve ni un alma!

—Y que lo digas—dijo Harry—. Lamento decirte,… como era tu nombre?

—Hermione—dijo ella, rápidamente.

—Bueno…—prosiguió Harry—. Lamentamos comunicarte, Hermione… que nosotros también estamos perdidos.

La chica de pelo castaño abrió la boca, con incredulidad.

—Qué!

—Lo que escuchaste—repuso Ron, yendo hacia ella y tomando uno de sus bolsos, que eran enormes—. Ahora, bienvenida a nuestra tienda, el club de las personas perdidas en el bosque.

El chico de pelo rojo fue hacia la tienda con el bolso de la chica.

—Hey!—lo paró Hermione, antes de que se metiera a la tienda—. No pensarás que dormiré allí, verdad? Qué tal si son una pareja de psicópatas violadores?

Ron y Harry se miraron, con extrañeza.

—Como quieras—dijo Ron, dejando caer el bolso de la chica—. Vamos, Harry.

Los dos se introdujeron en la tienda, dejando afuera a la castaña.

—Qué ocurre que de pronto todos se pierden?—preguntó Harry, extrañado, pensando en voz alta.

—Ron lo miró con el ceño fruncido y una expresión pensativa en la cara.

—Realmente no lo sé… Pero no sé porque me parece que todo esto no es una coincidencia—dijo—. Además… es raro. Siento como si todo esto que está ocurriendo ya lo hubiese vivido.

Se recostó en el suelo duro y miró a Harry.

—Ira a llegar alguien más?—preguntó Ron, observando el rostro del pelinegro.

Harry reflexionó un segundo.

—Si todo esto fuera mera coincidencia, te diría que no—respondió Harry—. Pero… tengo la extraña sensación de que alguien más aparecerá…


º º º


Paf, Paf!

Ron se estremeció en el interior de su saco. Pestañeó, aturdido, y miró a su alrededor. Todo estaba oscuro.

Cerró los ojos, pensando que tal vez sería algún animal.

Paf, paf!

Abrió Los ojos completamente, pensando en quien sería ahora. Con un escalofrío salió de su saco y fue hacia la entrada de la tienda. Entornó los ojos y vio la silueta de una persona.

Abrió el cierre y la cara de la chica llamada Hermione apareció en la entrada. Tenía algo redondo bajo el brazo y estaba pálida de frío.

—Pue-puedo quedarme aquí esta noche?—preguntó, tiritando—. No he podido armar esa maldita tienda y afuera estoy congelándome… por favor.

Ron se hizo a un lado, dejando pasar a la chica.

Cerró rápidamente la tienda, ya que afuera estaba heladísimo. Luego se volvió a la chica.

—No necesitas algo?—preguntó cortésmente.

Hermione se volvió hacia él.

—No… gracias—repuso, introduciéndose en su saco, aún tiritando.

Ron se encogió de hombros y se metió en su saco de dormir.

Cerró los ojos.

—Oye…

La voz de Hermione interrumpió sus sueños. Irritado ya con ella, Ron hizo rodar los ojos de exasperamiento en la oscuridad.

—Si?—preguntó, con un tono forzosamente amable.

—Cual es el nombre de ustedes?—preguntó la chica.

—El que me acompaña es Harry—dijo Ron, ahogando un bostezo—. Y yo… yo me llamo Ron. Ron Weasley.

Cerró los ojos una vez más, y se quedó dormido al instante.

En la oscuridad, Hermione Granger cerró los ojos con inquietud.

Algo en su interior le decía que ese viaje no iba a ser como los demás.

Algo le decía que ya nada volvería a ser como antes.


y? Qué Tal?

Espero críticas, sugerencias, comentarios y todo lo que se les ocurra.

Me gustaría saber si les gusta, para continuarlo o no.

Déjenme reviews y sean buenos, si?

Hopes anf kisses for everybody

Quid Morgan