Bueno he aquí una rara ocurrencia, de las que solo se me ocurren a mi.
No es una historia escrita convencionalmente, en donde planeas la trama y como se desarrolla, asta llegar a un final; sino que se trato de una que prácticamente se desarrollo de forma improvisada. Claro tenia una idea al iniciar y podría decirse una temática, pero el desarrollo para el contenido fue espontaneo en su mayor parte y probablemente se den cuenta, principalmente en las narraciones que varían de tipo en ciertas partes.
Era una historia que tenia para pasar mis tiempos libres, principalmente cuando iba en el transporte, por lo que la empece ya hace mucho tiempo, y era del tipo que un día escribía un rato y luego, días después continuaba, de acurdo a lo que había escrito con anterioridad, en lo que respecta a las ultimas lineas, y de ahí pensaba en que podría continuar; es por ello que digo que fue un tanto improvisada.
De todas formas, por mas espontanea que fue, no puedo negar que disfrute escribiéndola; puede que no sea la mejor redacción o la mejor historia, pero aun así, hay cierto gusto por ella. Esta historia que empezó para ser un oneshot corto, solo por que deseaba escribir de una de las parejas que mas me gusta, termino alargándose a un punto que no imaginaba. Y ahora que esta terminada, no puedo evitar sentirme divertida, al ver lo extraño que resulto todo, por no decir que termino como otra cursileria de las que tanto me empalagan (aun no se por que mi mente se enfrasca en escribirlas .-.).
En fin... les dejo esta corta historia, y bueno, pese a todo, esperando que exista alguien que sea capaz de disfrutarla xD.
Por favor, dejen sus comentarios, puesto que me encantaría saber sus opiniones.. n_n
Todos conocerán la historia del patito feo… Es una que generalmente se nos cuenta desde niños o si no, la llegamos a leer o ver alguna ocasión.
Mi nombre es Hinata Hyuga pero todos me conocen por el nombre de "pato feo" o como muchos me han llegado a decir, "la gansa fea". No recuerdo como comenzó, ni quien fue el primero, pero, para cuando me di cuenta ya todos en la secundaria me conocían por ese nombre.
Me acababa de mudar a Konoha no hace mucho, por ello y porque tenía que organizar unos cuantos documentos termine Ingresando al Instituto ya habiendo comenzado el primer periodo. En ese instante fue inevitable que no llamara la atención de mi clase, pues era la nueva, tampoco era de la cuidad, la mayoría de la clase ya se conocía desde antes de iniciar el instituto. Al principio algunos se me acercaron para hablar pero con mi personalidad cohibida y torpe para socializar, los espante de inmediato.
Para cuando me di cuenta, a lo largo del mes ya era conocida como el Patito feo de la clase C. Dicho término me confundió, pero todo se aclaro un día en que estaba en el baño y unas compañeras comenzarán a hablar sin saber que yo me encontraba ahí.
Ese día me entere de las razones de por qué era llamada la patito feo; primero que nada, al parecer mi apariencia no era la mejor, aunque yo soy tímida siempre me sentí cómoda con mi aspecto, pero resulto ser que no era de lo más lindo; mi ropa, a diferencia del uniforme del resto de la comunidad femenina es muy leal a las normas del instituto, como la falda 5cm por debajo de la rodilla, medias blancas cortas, la camisa con el ultimo botón abrochado y el suéter por encima. Al parecer todo eso era lo que se tomaba como algo ridículo o pasado de moda. Por otra parte mi estilo de peinado decían era un desastre; yo siempre lo he mantenido atado y sujeto en un moño pues sentía que era más cómodo para mí que llevarlo siempre suelto; otro error que me condenaba como la chica fea, por si no fuera poco mis gafas tampoco parecían gustar a nadie.
Otro factor al parecer importante era la coloración de mis ojos, grises pero que rayaban a blancos, parecidos a los de un muerto… Así fue como los llamaron.
Por otra parte mi torpeza natural para todo fue otra razón; mi caminar es tardo y casi siempre caigo de alguna ridícula forma. Es por eso que muchos dicen que tengo dos pies izquierdos y así mismo mi andar se párese el tambaleo de un ganso torpe y sin gracia.
Finalmente, tras sus risas y burlas que reconocí que ciertamente yo era una "Patito feo", y no pude hacer mas nada que estar de acurdo con ellas, pues todo lo que habían dicho era verdad. Y creo que fue por eso que llego un punto en el que ese sobre nombre ya no tuvo ningún efecto en mi, ya no me avergonzaba ni me entristecía, solo era yo… Después de todo en algún momento, claro que sin mala intención, algunos de los profesores, los mas facundos, también comenzaron a llamarme por ese apodo, refiriéndose a mi usando tan solo el término "pato" o lo mas cariñosos "patito" aunque a mi parecer no había mucha diferencia.
Así pasaron los meses y no había nadie que me llamar por mi nombre. Tan solo los profesores al pedir una tarea o pasar lista, pero incluso ocurría que se confundían y me llamaban por ese sobre nombre; era en esos instantes que si sentía mucha vergüenza pues mis compañeros no perdían la oportunidad de reírse.
Incluso yo pienso que no se les pudo ocurrir un nombre más adecuado para mi persona, y no lo digo por todo lo que el resto piensa. En realidad hay otra parte de la historia del patito feo que se puede tomar, y es el rechazo que este sufrió por los suyos, por su aspecto diferente al común… Pues resulta ser que asta en mi casa, soy un patito feo.
Yo Hinata, a diferencia del resto de los Hyuga, tengo un carácter completamente fuera de lo común; cuando ellos son estrictos, severos y orgullosos, yo soy lo que se considera alguien de carácter apacible y tranquilo. Otros rasgos que provoca que se repudiada eran mis particulares gustos, que diferían ampliamente en los de mi familia, los cuales iban más asía la economía y la política; nada que ver con los míos orientados más asía el arte y sus exponentes.
Para mi mala suerte, solo soy el patito feo en esas aéreas… Pues el resto de la historia no se aplica… Lamentablemente no soy el pato que en realidad era cisne, ni tampoco lo seré… Solo soy un simple y real pato feo.
O eso creía.
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Había sido otro día en el colegio, y no había hecho nada de lo que pudiese hablar; todo tan normal como los anteriores días… A pesar de estar en un periodo alegre en el instituto, pues se acercaba el evento mas ansiado por todos… "El Baile de Primavera", como lo llamaron, conocido y anhelado por la comunidad estudiantil, por ser un evento único en el que es obligado asistir con una pareja y en traje de gala. Toda una fantasía para las chicas, incluso para mi…. Lamentablemente yo debía dejar esa ilusión y simplemente quedarme en casa. Después de todo, tener como obligación asistir con una pareja, era algo que definitivamente no podía cumplir… Necesariamente no tenía que ser un novio como lo hace sonar, puede ser un familiar o amigo también. Para mi mala suerte los dos únicos amigos que tenia y he tenido no están en esta escuela ni mucho menos en la ciudad, lo mismo para mi primo… Los había tenido que dejar el día que me mude, quedando en vernos solo para vacaciones.
En fin, apartándome de las pocas personas que quedaban aun en el instituto, sin nada mejor que hacer y sin deseo de regresar a casa temprano, camine con cierta alegría a mi espacio favorito… la biblioteca de la escuela.
La biblioteca, generalmente está vacía, casi nadie va ahí, por lo que es un lugar calmado y agradable para uno que desea relajarse. Y a pesar que había una bibliotecaria, quien es la profesora de lengua; esta generalmente distraída, leyendo alguno de los libros, por lo que ya no hace mucho caso de mi presencia.
Como normalmente hacia, salude a la bibliotecaria aunque sabía que es posible que esta no me respondería y me dirigí a mi típico asiento; la ultima silla de la ultima mesa de la biblioteca, en la parte de atrás y oculta por un estante de libros. El lugar perfecto para mí, y el cual nunca estarían más agradecida de haber encontrado, pues en días como ese, en el que deseaba tranquilidad era el espacio ideal para sentarse y apartarse del mundo exterior.
Sinceramente en ese espacio, era el único en el que podía sentirme como Hinata Hyuga y no la pato feo.
Suspire para relajarme y con emoción comencé a sacar mis materiales de trabajo de la mochila. Aunque no lo había mencionado, una de mis pocas aficiones es el dibujo, amo dibujar y también pintar. Hace años cuando era pequeña mi madre me llevo a un taller de dibujo; ella también pintaba y le pareció buena idea que yo lo intentase también. Mi mama me conocía bien, por lo que no se equivocó y tal como ella creyó que pasaría, termine por despertar un gran amor por las artes.
Entonces, desde niña, adquirí la costumbre de cargar siempre conmigo pequeño block de dibujo y un estuche con mis materiales favoritos para trabajar, lápices de dibujo, carboncillos, colores y marcadores, acuarelas, entre otros.
Con cuidado ordene lo que iba a usar en ese momento y con todo listo me dispuse a plasmar lo que había tenido en mi mente todo el día desde que llegue al instituto en la mañana.
No demore mucho en tener un boceto claro de la imagen que quería representar, y no pude evitar sonreír con cierta emoción, al ver que tenía buenos resultados, así como que este no estaba tan alejado de la realidad. Detalle los rasgos de la persona que había retratado, confiando tan solo en mi memoria y no pude evitar preguntarme como podía existir alguien tan hermoso y perfecto.
Ante mi pregunta, recordé entonces el día que lo vi por primera vez… Fue en la primera semana de mi ingreso, era de mañana y había llegado más temprano de lo normal. No había mucho que hacer así que me dirigía al patio para pasar el rato y esperar por que se hiciese la hora de la clase. Despacio camine admirando el buen clima que hacía y a los pájaros volar; pronto llegue a un árbol que era grande y frondoso, me pareció agradable, por lo que me senté en sus raíces, obviamente no perdí mi tiempo y saque mi block de dibujo; se tenía una bonita vista del patio desde ahí, así que inicie un bosquejo; pero estaba tan concentrada que no me di cuenta de la hora hasta que alguien me hablaba, y por poco no me dio un infarto… Me di cuenta de que la voz provenía anormal mente por sobre de mi, cuando levante la vista no puede evitar asombrarme, pues se trataba de la persona más hermosa que había visto hasta entonces… un chico de cabellera negra y larga atada a una coleta que reposaba en su hombro, un perfil aristocrático, y de penetrantes ojos azabaches; me observaban desde la altura, sentado en una gruesa rama, cómodamente apoyado de el tronco del árbol y con una pierna cayendo por fuera de la rama mientras la otra la mantenía flexionada, su brazo derecho reposaba sobre la rodilla; mantenía con él una ladina sonrisa... ¡Un Príncipe! Fue lo que pensé.
No supe en que momento, pero, para cuando reaccione el ya estaba de pie frente a mí. Y me sorprendí de ver lo alto que era…. _ "Llegaras tarde…" fue lo que me dijo. Su voz era profunda pero apacible, quede embelecada por varios segundos hasta que fui capaz de soltar un nervioso Gracias, el se rió ligeramente y luego me dio la espalda para irse. Después de varios segundos cuando el ya había desaparecido de mi vista, es que fui capaz de reaccionar correctamente, recogí mis cosas con rapidez y luego corrí a mi clase.
Días después supe su nombre, Uchiha Itachi… El era un estudiante de tercero quien se graduaría este año, también supe que era el presidente del consejo estudiantil. Reconocí también cuan popular era entre las chicas de mi año así como en el resto del plantel y lo respetado que era por todos por su inteligencia y habilidad para todo, no puede evitar sentirme honrada de haber sido capaz de "hablar" por así decirlo, con alguien tan sorprendente como él, aunque sea un simple intercambio de palabras.
Después de eso, solía notarlo a la lejanía, sonriente junto con sus amigos, siempre rodeado de muchas personas… todo lo contrario a mí, una sombra que vaga sola por los pasillos y que nadie reconoce su presencia.
Pero esta mañana más que notarlo a la distancia puede verlo de cerca nuevamente, aunque esta vez no me reconoció…
[Flash back]
_ No hay nadie... – Se dijo al ver el salón vacío… Suspiro y sonrió, era relajante cuando no había nadie que la mirase de mala forma.
Acomodo sus cosas en su puesto y miro la hora, aun quedaba tiempo. Había salido temprano de su casa pues se había parado antes de lo normal y sentía que no hacía nada con quedarse, pero ahora le quedaba media hora para el comienzo de clases.
Alzo la vista y miro por la ventana, todo se veía pacifico y brillante, apenas se notaban algunas personas por el patio y se le ocurrió una idea; sin demora tomo sus materiales de dibujo y se paro animada de su asiento.
Camino con rapidez por los pasillos, y luego bajo las escaleras. Pronto estuvo fuera del edificio en el patio de la escuela… Entonces comenzó a pensar que lugar seria el indicado para retratar. Comenzó a caminar por los alrededores en busca del lugar indicado, al rato llego hasta el jardín de la escuela; era pequeño pero en él había muchas flores hermosas y coloridas… justo lo que necesitaba.
Busco un espacio en donde acomodarse en el suelo, y sin preocuparse por ensuciar su uniforme de tierra, se sentó en un pequeño montículo. Estaba preparada para comenzar a dibujar cuando lo vio… Itachi Uchiha, estaba sentado a unos pocos metros de donde estaba ella; se encontraba con los ojos cerrados y parecía pensar en algo.
No pudo evitar ver como su cabellera azabache se revolvía en el viento y en lo hermoso que se veía… sonrió con melancolía… Nuevamente sentía envidia de la belleza y elegancia que profesaba ese sujeto.
[Fin del flash back]
Estaba tan ensimismada observándolo que no llegue ni a pensar en dibujarle… Por ello no había sido capaz de tranquilizarme en toda la mañana, pues me sentía impaciente. Ese era el por qué ahora, en ese momento, me encontraba dibujándolo.
Estaba por terminar, cuando una idea surco mi mente… Y pese a sonrojarme un poco, por lo osado que era dicha idea, no pude reprimirme, y tomando nuevamente el lápiz de dibujo, comencé a bocetar una nueva figura en el dibujo supuesta mente ya terminado.
Y al terminarlo solo pude ruborizarme aun más por lo que había hecho antes… pero tampoco pude reprimir una sonrisa emocionada, y no pude evitar la necesidad de tomar entre mis brazos el block de dibujo… como abrazándome a el, y al sueño que acababa de retratar… Porque eso era, un sueño o una fantasía, un deseo que nadie conocería… pero nada más….
_ Itachi- san… por favor acepta venir conmigo al baile. – pidió una linda y femenina chica con un tono dulzón mientras le sonreía coqueta mente y jugaba con uno de los mechones de su ondulado cabello castaño.
_ Lo siento, por favor pídeselo a otra persona. – Dijo este retirándose, antes insistiese más, dejando a la muchacha con expresión aturdida.
_ Como siempre tan popular. – se burlo su mejor amigo, acercándose a él.
_ Ya déjalo Kisame… sabes que no me interesa. – respondió este con expresión cansada.
_ Eso lo sé, por eso es que me divierte tanto… Ver a todas esas chicas buscarte y tu solo las alejas desinteresado. – se burlo este soltando algunas carcajadas.
_ Me alegra saber que alguien se divierte – dijo irónico el azabache.
_ Pues sí que lo hago… pero enserio… ¿no le dirás SI a ninguna?, eres el presidente y es tu obligación asistir al dichoso baile… Yo por suerte me libro de ese rollo, no voy a asistir.
_ Me alegro por ti. – dijo el azabache desganado por saber que lo que su amigo había dicho era cierto y el no podía faltar. Por si no fuera poco, tenían la obligación de ir acompañado, pues se trataba de un baile de pareja… Le resultaba realmente anticuada la idea de tener que asistir con una pareja y con traje de gala, pero esa era una de las tradiciones más conocidas de su academia y no podía ser eliminada del programa… Y eso era algo que certificaba, no por nada era su tercer año, aunque en los anteriores había logrado librarse de asistir gracias al destino… sin entrar en detalles.
_ Además no debe de ser difícil para ti… tienes a prácticamente toda la comunidad femenina del instituto tras de ti… Alguna debe de interesarte. – dijo este como tratando de animarlo, lo cual no fusiono, ciertamente saber que tenia a tantas persiguiendo no era algo que lo ilusionase tanto como muchos creerían.
_ Ya veré como hago…. Como dijiste es algo que estoy obligado a hacer.
En fin, el par de amigos continúo caminado hasta que la conversación y luego risas de otros llamo la atención del azabache.
_ Jajaja… Pato feo lo volvió a hacer. – dijo uno
_ ¿Cuántas veces han sido ya? – pregunto otro
_ No lo sé realmente, pero creo las suficiente para haber establecido un estrecho vinculo con el suelo... ¿no te parece? – respondió el primero.
_ En definitiva… - apoyo un tercero.
Los tres amigos siguieron riendo y miraban en una dirección… Itachi antes de saberlo ya estaba buscando con la vista a lo que se referían, entonces vio como una chica la cual se estaba llevando la mayor atención de los alumnos, se levantaba con lentitud del suelo…
_ Esa chica… - se dijo a sí mismo, con la sensación de haberla visto en algún lado. Trataba de recordar hasta que entonces escucho como Kisame se reía a su lado.
_ Pobre niña – dijo este algo divertido.
_ ¿A quién te refieres kisame? ¿La conoces? – pregunto interesado.
_ ¿Tú no? – pregunto mirándolo y con la ceja arqueada, pero al instante Itachi negó… _ No me extraña tu siempre te la pasas abstraído del mundo… Es Patito feo. – contesto señalando en dirección de la chica que ya se había levantado y se estaba retirando a otro lugar con el rostro gacho.
_ "¿Patito feo?" – repitió sin entender.
_ Así llaman a esa chica de primer año… Es algo desaliñada así que los de su curso comenzaron a llamarla así… Y hasta ahora, todo el instituto la conoce por ese sobre nombre.
_ Es ridículo - Dijo Itachi frunciendo el seño y comenzando a caminar. Kisame camino con rapidez para alcanzarle.
_ ¿Por qué lo dices? – cuestiono interesado.
_ Simplemente considero ridículas las personas que inventaron ese sobrenombre… Y no creo que ella sea alguien que este feliz con ser llamada así. – contesto mientras con la cabeza o la mano devolvía los saludos que le dirigían algunos estudiantes o profesores.
_ Bueno… la chica es muy torpe por lo que se, y de poca gracia… Creo que era inevitable que ese tipo de apodo saliera.
_ Hmp. – bufo este… queriendo dejar la conversación hasta ahí. De verdad consideraba infantiles a lo que seguían ese juego, de burlarse de alguien que no conocen y que obviamente tiene sentimientos.
Itachi al final tuvo que reconocer que realmente era abstraído… Comenzando por el hecho en que el resto del día, sin importar a donde fuese, solo oía burlas sobre la tal "patito feo"… Y lo peor es que eso le genero algo de curiosidad… se preguntaba como seria esa chica, en la mañana solo la había visto a lo lejos y no la había podido detallar.
Caminaba solo y estaba por entrar a la Biblioteca pues tenía unos libros que devolver a petición de un profesor; cuando al abrir la puerta sintió el impacto de chocar con alguien y esa persona parecía tener algo de apuro, pues el impacto fue lo suficientemente fuerte como para provocar que ambos cayesen al suelo.
Permaneció un segundo con los ojos cerrados, hasta que escucho una delicada y suave voz hablarle, abrió los ojos sorprendido y sus azabaches ojos por primera vez se encontraron con unos totalmente opuestos a los suyos.
_ D-de verdad que l-lo si-siento…. – susurro esta nuevamente y el no supo cómo reaccionar…. Su voz era suave, tan suave como un mormullo.
_ ¿Se encuentran ustedes bien? – de repente hablo una tercera voz y ambos levantaron la vista asía la personas que les había hablado y reconocieron a la bibliotecaria parada en la puerta mirándolos sorprendida.
Le estaba por responder que si lo estaban, pero se vio interrumpido por el rápido movimiento de la chica, la cual, sorpresivamente, no había hecho cuenta de que permanecía sobre él. Esta se paro y dando una exagerada inclinación se disculpo, antes de salir corriendo, sin darle tiempo de hablarle.
La bibliotecaria al comprobar que todo estaba bien se devolvió a su puesto, mientras que él permaneció un rato mas, observando el lugar a donde se había ido la extraña joven. Estaba recogiendo los libros que se le habían caído al momento, cuando su vista vislumbro una hoja de papel, con curiosidad levanto dicha hoja, preguntándose si se habría encontrado entre los libros y le pertenecería al profesor, pero se sorprendió con lo que encontró al otro lado del papel… Levanto la vista y miro al frente como esperando ver a alguien… No le parecía que aquello fuese del docente, ¿tal vez eso sería de ella? – se pregunto como una probabilidad, recordando gracias a su buena memoria, que la chica llevaba también cosas en la mano.
Tras correr lo más rápido que pude, me detuve y arregoste de uno de los muros del pasillo exterior… No perdía creer lo que había ocurrido ¿en verdad había sido él? Me pregunte aterrorizada y avergonzada… ¿Como he podido caerme sobre el chico que admiro?
No podía creerlo ¿de verdad tenía que ser tan torpe? Y justo el mismo día que se había arriesgado a hacer un dibujo como ese… Es como si la vida hubiese querido decirme que no tenía oportunidad y que mejor me rindiese.
Ante el pensamiento una lagrima se me escapo, me cubrí la boca con una mano y la otra me la afirme al pecho, todo con la intención de aguantarme un sollozo… Me sentía avergonzada y deprimida.
Después de haber pasado unos quince hora fue que me calme… al final no había aguantado y comencé a llorar, por suerte el lugar parecía vacio, así que nadie me oyó. Me pare con lentitud y comencé a caminar dirección a la salida del instituto con la cabeza gacha.
Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no note una elevación en el suelo y como era de esperarse de mí, tropecé… Estaba preparada para sentir el impacto contra le duro suelo, pero este nunca llego, en cambio no pude evitar a alarmarme al saber que había algo que me sujetaba de la cintura.
_ Eres algo torpe ¿verdad? – pregunto una voz profunda y reconocible para mi… Rogué con todas las fuerzas que no fuese quien creía que era, pero apenas me encontré con esos ojos azabache, confirme de quien se trataba.
El me libero su agarre de mi cintura, una vez recupere mi equilibrio y luego me brindo una sonrisa… Sentí que mi rostro se calentaba así que supe me había sonrojado, baje la cabeza apenada… ¿Es que el día no podía empeorar más?
_ ¿Esto es tuyo? - de repente me pregunto y sin saber a qué se refería levante nuevamente el rostro, entonces vi como me ofrecía una hoja con un dibujo…. Si era uno de mis dibujos, era uno que había hecho hace un tiempo de un gato que jugaba con una rama en un parque.
Me sorprendí al ver que lo tenía, me pregunte cuando lo abría de haber perdido, pero entonces recordé el accidente y supe que había sido en ese momento, pues en aquel instante llevaba mi block en manos, aun sin guardar.
Apenada de que llego a ver uno de mis pobres trabajos, asentí con la cabeza y luego extendí mi mano temblorosa con la intención de tomar el trozo de papel, pero para mi sorpresa este lo retiro lejos.
_ Me preguntaba… ¿Es posible parar usted regalármelo por favor? - me pregunto este tan amablemente, que no supe cómo reaccionar.
_ ¿Po-porque… lo-lo quiere? – pregunte, habiendo sacado todas mis fuerzas para hablar.
_ Porque en verdad me gusta- respondió este simple y llanamente… por lo que no puede evitar sorprenderme… ¿Le gustaba mi dibujo?
_ Pe-pero… f-fue de un mo-momento… n-no es un bu-buen trabajo. – le aclare tratando de hacerle desistir.
_ ¿En serio? Pues a mí me parece un buen trabajo… Tengo dos amigos cercanos que estudian arte y aunque no es mi especialidad, pienso que tus dibujos están muy bien.
Ante su respuesta no puede evitar mirarle sorprendida… ¿de verdad creía mis dibujos estaban bien?
_ Entonces, si no es una molestia ¿me lo da? – pregunto nuevamente y sencillamente no me sentí capaz de negar, por lo que asentí con nerviosismo.
_ Estupendo, te lo agradezco much… -agradeció pero luego se corto, poniendo una expresión que me sorprendí en reconocer, pues parecía ¿apenada?
_ Lo siento mucho, que descortés de mi parte… Mira que venir a pedirle algo y aun no he preguntado su nombre. - dijo finalmente y al instante tuve que hacerme con todo mi auto control por no gritar… No daba crédito a lo que oía, me estaba preguntando el nombre… ¡A Mí!
_ Mi nombre es Itachi Uchiha de tercero. – se presento este y sentí como me sonrojaba mas, ahora me tocaba presentarme… traguen saliva nerviosa y tome aire.
_ E-eto… m-mi nombre e-es Hi-Hina… Hinata Hyuga… d-de primero. – me presente como pude y me inclino queriendo ser educada.
Permanecí así varios segundos con los puños y los ojos apretados de los nervios. Pero me enderece al instante de oír como este reía.
_ Jaja… Lo siento Hinata-san… Es que eres muy educada. – le dijo al final ya recuperando un poco la compostura pero manteniendo en su rostro una divertida sonrisa.
Sentí mis mejillas arder de la vergüenza y con ganas de llorar por tal humillación, no di tiempo de que este me dijese mas nada y salí corriendo dejándolo a atrás… Le oí gritar mi nombre y aunque mi corazón salto de la emoción de escucharlo llamarme, no me di la vuelta, pues la vergüenza había sido mayor, y no quería avergonzarme más frente él.
Caminaba con lentitud… No había sido capaz de dejar de pensar en la chica del día anterior en toda la noche… Tal vez por la forma en que había huido de él. Se sentía lago molesto consigo mismo, pues era obvio que ella creía él se había burlado de ella, y eso no era algo que él deseaba, pues solo le resulto divertido el hecho que hubiese una chica tan educada; en su vida había conocido a alguien así, pero para nada le resultaba ridículo.
Al final tras pensar mucho en la noche… llego a la conclusión que debía de disculparse…. además, aun había algo que necesitaba de ella… Pensó mientras una sonrisa se posaba en su rostro, haciendo que muchas de las chicas del instituto volteasen a mirarle, pero él como siempre no hizo cuenta de aquello.
Con una idea en la cabeza, se dirigió al primer piso y camino entre los pasillos, muchos se le quedaron mirando pues esa era el área de los de primero, por lo que había mucha curiosidad de saber por qué el presidente del consejo andaría por esos lugares. Itachi finalmente se detuvo frente a una puerta, y al lado de esta había a un grupo de chicas que se encontraba agrupadas. Estas al reconocerlo no disimularon su atracción y emoción, comenzado a soltar chillidos excitados y algunas acercándose más de lo necesario.
_ Lo siento por molestar… Pero busco a alguien y me preguntaba si le conocerían – se explico este tomando distancia. Algunas fruncieron el ceño o hicieron muecas, preguntándose a quien buscaría, otras esperanzadas de que no se tratase de una invitación para el baile.
_ No es molestia – respondió una con sonrisa falsa y empalagosa… _ ¿A quien buscaba?... – pregunto deseando mostrarse amable y rogando en su interior de que este la notase y la invitase a asistir con él.
_ Su nombre es Hinata Hyuga y es de esta clase – dijo señalando el cartel de la puerta. Antes de ir en busca de la chica, había ido al consejo para averiguar a qué clase pertenecía; una de las ventajas de ser el presidente estudiantil, era tener acceso a ciertas informaciones y así mismo logro sorprenderse al saber que tenía un historial impecable por no decir que tenia las mejores notas de su grado.
_ ¿Buscas a pato feo? – pregunto una de las chicas al parecer muy sorprendida, por otra parte el también se había sorprendido pues no entendía a que venía la pregunta, pues él había dicho Hinata Hyuga si no se equivocaba.
_ No estoy seguro de si hablamos de la misma persona. – dijo y ante lo dicho noto que muchas le miraron sorprendidas y otras parecían algo divertidas.
_ Pues que yo sepa la única en nuestra clase con ese nombre es pato feo. – dijo esta con una sonrisa burlona y otras, a su lado comenzaron a reír también.
_ ¿Estás seguro que ese es el nombre de la persona que buscas? – pregunto otra algo divertida… _ Es decir, ¿por qué Itachi-sama buscaría a una ñoña como esa? – dijo y todas comenzaron a reírse. Pero el azabache permaneció en silencio analizando la información dada.
En eso el timbre comenzó a sonar y todos lograron reaccionar, Itachi suspiro, pues eso solo quería decir que tenía que regresar a su clase. Como pudo y rechazando sus improvisadas invitaciones para el baile, tomo aun mas distancia de las chicas y dando las gracias por su "ayuda" se alejo y comenzó a caminar asía las escaleras que le llevarían al tercer piso.
Al llegar a su clase y sentándose en su pupitre sin hacer caso a la atención que siempre recibía de todos, se concentro en pensar en lo que le habían dicho y sus anteriores experiencias. Comenzó a recordar esos breves momentos en los que vio a la supuesta pato feo a la distancia y luego a la particular chica que le había regalado tan hermoso dibujo; y entonces llego a una conclusión… Hinata Hyuga y pato feo realmente eran la misma persona… Ante esa respuesta, no reconoció que algo en su interior se revolvió.
Al final, el día paso y por varias razones que él no podía controlar se vio incapaz de realizar su cometido de encontrar a la peliazul. Por ello se había sentido un tanto frustrado, incluso sus amigos le habían llegado a decir que parecía algo tenso.
Suspiro ya que por ese día debería de rendirse, ya lo intentaría el día siguiente, se dijo. Estaba caminando por el pasillo y llego justo frente a la puerta de la biblioteca; en eso recordó el día anterior y como Hinata había caído sobre él, se rio consigo mismo ante la gracia.
Su mente quedo divagando ante el recuerdo de los ojos plata… tan extraños. Y no logro reaccionar a tiempo para apartarse cuando la puerta del salón de biblioteca se deslizo. Ante él nuevamente tenia la pequeña figura femenina de la Hyuga.
_ ¡U-Uchiha -sama! – Exclamo en un grito agudo... Realmente parecía sorprendida.
_ Hola Hyuga-san – dijo Itachi con una sonrisa.
_ ¿Po-porque está aquí?... Es decir ¿q-que lo trae po-por aquí ta-tan tarde? – dijo esta como siempre educada y con un tono de voz muy bajo; cosa que Itachi reconoció y constato que era común en su persona, pues el día anterior que la había conocido también le había hablado de la misma forma.
_ Solo estaba de paso… Me quede hasta tarde por una labor del consejo…. Pero debo decir que es una agradable coincidencia verla aquí… le he estado buscando. – confeso sin saber que había provocado que el corazón de Hinata saltase.
_ ¿Qu-que… quería verme? – pregunto con cierto ápice de sorpresa en su rostro. Itachi le sonrió devuelta.
_ Hai… Había algo que necesitaba hablar con usted. – dijo y Hinata se sintió a estremecer… ¿Itachi-sama quería verla?
Mire nerviosa asía arriba, y me sentí enrojecer al notar que Itachi me estaba mirando… ¿Qué querría?, aun no podía creer que este le hubiese dicho que tenía algo de lo que hablar con ella. Ya hora estaban sentados en una de las bancas del solitario patio.
_ ¿De-de que quería ha-hablarme? – me atreví a preguntar mientras comenzaba a jugar con la punta de mis dedos… estaba nerviosa.
_ Primero que nada, necesitaba disculparme con usted. – Ante tal confesión, no puede evitar levantar la cabeza y poder mirarle… debía de estar segura que realmente le había dicho eso.
_ ¿Po-porque tendría usted que… - iba a continuar pero este me interrumpió.
_ Ayer hice algo que pudo ser inapropiado… espero me perdone.- Continuo.
_¿Us-usted? – pregunte confundida sin entender a que se refería, en realidad, la que debería de disculparse era ella misma, pues quien lo había derribado y luego salido huyendo había sido ella, lo cual era muy grosero de su parte.
_ Sí, Yo ayer me reí de algo que no debía, y siento que eso la ha ofendido… Por ello quería aclarar que no lo hice con mala intención. –Dijo y nuevamente agache la cabeza, culpable, pues había huido sin haber averiguado primero las razones.
_ N-no… Usted no tiene por qué…Soy yo la que salió huyendo sin escucharle. – Me disculpe y me incline lo más que puede.
_No Hyuga-san, usted no tiene por que disculparse, no hay necesidad… Tampoco de inclinarse, no es nada grave. – dijo ofreciéndome una sonrisa que hizo que mi corazón latiese con más fuerza… Alguien debería decirle a Itashi-san que su sonrisa es peligrosa.
_ Pe-pero es que yo… - trate de rebatir pero Itachi negó.
_ No… no hay nada que decir… y para dejar las cosas tranquilas dejémoslo hasta aquí. – Me dijo, y yo solo asentí de acuerdo, más que nada porque deseaba terminar con esa incomoda charla.
Al concluir esto, permanecimos callados por unos segundos, Itachi aun sonreía y yo solo podía mirar asía otro lado, pues me sentía incapaz de devolverle la mirada… ¿Y ahora que decía?, me pregunte nerviosa, sin sabe si se suponía debía de decir algo o no, pero antes de que lograse articular cualquier estupidez, Itachi hablo…
_ También había otra cosa que quería decirte. – dijo este con vos serena, yo le mire expectante.
_ Vera el dibujo que me dio ayer. – dijo sacando dicho dibujo. Ante esto, me di cuenta… se estaba arrepintiendo de habérmelo pedido y ahora me lo regresaba.
Estire la mano para tomarlo, pero Itachi al igual que el día anterior mi lo impido.
_ No es para devolvérselo. – dijo comprendiendo mis intenciones, yo solo me apene por ser descubierta.
_ ¿E-entonces pa-para qué? - pregunte confundida y empecé a jugar con los dedos de mis manos.
_ Vera… El baile de primavera se acerca y… - comenzó y Sentí que mi corazón se me salía de la expectación… ¿El baile de primavera? ¿Qué sobre eso? Obviamente no podía tratarse de una invitación, pero entonces ¿por que salía el tema a flote?... ¿a no ser que realmente?...Me sentí enrojecer ante el ultimo pensamiento, sin embargo logre racionar cuando escuche la voz de Itachi…
_ Y me gustaría encargarle el afiche de presentación para el baile. – finalmente explico y por alguna razón, no pude evitar sentirme decepcionada.
_ ¿A-afiche? – Pregunte queriendo saber si realmente le había entendido bien, Itachi me sonrió en respuesta.
_ Si vera… Solo quedan un poco menos de tres semanas y aun hay muchas cosas por preparar, entre esas el afiche de bienvenida… Y ayer viendo su dibujo, se me ocurrió que… - trataba de explicarse y agache la cabeza, apenada al comprender lo que estaba sugiriendo.
_ No es que no me gustaría ayudarle Uchiha-san, pero… No creo tener la capacidad suficiente como para cumplir con tal tarea. – rechace realmente apenada, pero sabiendo que lo mejor era hacerlo.
_ Lo siento por contradecirle, pero a mi parecer su capacidad es más que suficiente… Y creo que lo aria excelente con el afiche…. No quiero sonar insistente, ni que la estoy presionando, pero no conozco a muchos que dibujen en esta escuela.
_ Es-estoy segura… de que… si pregunta… a-alguien podría. – le dije esta vez algo apanda por los exagerados halagos que me estaba dando.
_ Ya lo hice, le pregunte a usted y me ha dicho que no le importaría ayudarme, se de sus notas y tengo la esperanza de que no tendrá problemas con los estudios y en cumplir con el trabajo. – contraataco sonriente…trague grueso, el sabia que me había atrapado…. _ Además… - Siguió este… _ Yo creo que es una excelente dibujante, hasta mis amigos me lo dijeron. – opino y dicha información hizo que me alarmase.
_ ¿S-se lo mo-mostro a s-sus a-amigos? – pregunte aterrada y para mi vergüenza este asintió.
_ Pues sí, ayer cuando nos reunimos se los mostré. – me dijo con una sonrisa, pero en cambio yo me sentí enferma por la información, y humillada me cubrí el rostro con las manos.
_ Q-que vergüenza… - dije entre mis manos, de solo imaginar a varios ojos juzgando mi trabajo.
_ ¿Por qué deberías de avergonzarte?... Más bien deberías de estar orgullosa de lo que haces… Si supieras que lo único que recibiste fueron halagos. – ante lo dicho, no pude evitar negar con la cabeza.
_ Me-mentira… - susurre en vos baja no creyendo que me escuchara.
_ ¿Por qué he de mentirte? – pregunto y su tono de voz parecía serio. Y apartando un tanto mis manos de mi rostro, pude confirma que se había enojado de nuevo.
_ L-lo Siento. – dije y el negó.
_ Ellos dijeron que tenías un trazo muy limpio y que el dibujo parecía cobrar vida…. Dijeron que era un buen trabajo, e incluso me recomendaron pedirte que me firmaras el dibujo…Hablando de eso. – Explico mientras comenzaba hurgar entre sus bolcillos. De repente me extendió algo en su mano… Una pluma... Yo le mire confundida.
_ No te miento… Así que ¿lo harás? – me pregunto mirándome directamente a los ojos, y viéndome incapaz de negar nuevamente… asentí.
Sonriente, el me paso la pluma, fui a tomarla… pero aparte mi mano al instante… mi pecho salto y mi rostro se calentó, al sentir como una corriente recorría la punta de mis dedos al momento que estos hicieron contacto con los de Itachi.
Apenada por mi reacción lo mire, y este parecía encontrarse confundido ante mi extraña actitud; sonrojada, con rapidez tome nuevamente la pluma y antes de que dijese nada, tome el papel y lo firme. Habiendo cumplido, me dispuse a irme, apartándome con rapidez, pues de la vergüenza me sentía incapaz de permanecer más tiempo ante él; me despedí de el con una leve inclinación, y luego me aleje de la banca casi corriendo, y aunque Itachi volvió a llamarme simplemente le ignore y seguí.
A pesar de que ya habían pasado varios minutos el azabache aun permanecía sentado en la banca. Con lentitud levanto su mano y la observo por unos segundos... Cuando sus dedos habían rozado los de la hojiblanco había tenido una sensación que en su vida había llegado a sentir, pero que era parecida a una descarga.
Ladeo la cabeza y se encontró en el espacio donde hace unos momentos había estado la chica. Tomo el dibujo y la pluma y esbozo una sonrisa al ver la sencilla pero elegante firma…
_ "Hinata"… que chica tan interesante… - Se dijo en voz baja… Nada parecida a alguna que allá conocido antes… La chica era educada, igual o incluso más que el mismo, su voz a diferencia de todas las chicas que le llamaban, no era ni aguda o escandalosa, solo suave y apacible…. En verdad le hubiese gustado hablar más con la curiosa chica y comprender de donde provenía tan particular apodo, pues honestamente, desde su punto de vista el no veía la relación.
Sin más que hacer, se levanto de la banca y se adentro del edificio.
Al llegar al salón, este estaba vacío así que se acerco a su puesto el único el cual aun tenia cosas encima… Se dispuso acomodar sus macundales; estaba por guardar el dibujo en su mochila cuando este se le fue arrebatado de las manos. Itachi levanto la vista y miro ceñudo a Kisame, quien observaba con detenimiento la hoja de papel.
_ No sé mucho de estas cosas, pero hasta yo pienso que es un lindo dibujo… - dijo sonriente y pasándole la hoja de vuelta.
_ Lo es… - afirmó simplemente mientras sonería y lo tomaba, para por fin guardarlo.
_ Y ¿acepto? – pregunto pese a creer saber la respuesta… ¿qué chica se le negaría?, mas la respuesta de su mejor amigo lo dejo sorprendido por no decir atónito.
_ Se negó, mañana tratare de hablar con ella de nuevo. – dijo antes de ponerse de pie.
_ ¿Se negó? ¿Enserio? Qué extraño. – dijo, cosa por la que Itachi enarco una ceja.
_ Sí, pero ¿por qué extraño?- pregunto, pero en vez de recibir respuesta su amigo lo ignoro.
_ ¿Vienes? Los chicos quedamos en reunirnos hoy también en el Akatsuki. – dijo cambiando drásticamente de tema mientras sacaba su celular y revisaba algo.
_ Hoy no puedo Kisame, tengo temas que tratar del consejo tengo que llegar a mi casa para sentarme a organizar todo… Mándale saludos a los chicos y que será para la próxima. – Informo, y se puso de pie, caminado fuera del aula.
_ Lo digo enserio amigo… Ese consejo te va terminar arruinando… Es nuestro último año, algo que deberías de disfrutar o relajarte, y sin embargo andas estresando por tonterías como esas. – le dijo, mientras bostezaba.
_ No hay de otra Kisame, eso es lo que pasa cuando tus notas no bajan de 100 en ninguna materia. – le dijo también bostezando…. La ceja de Kisame tuvo un tic.
_ Amigo, no sé si enfurecerme y celar esa inteligencia tuya o sencillamente sentir lástima. – le dijo con cierta burla.
_ Pues preferiría que no fuese ninguna. – respondió el azabache, recibiendo en respuesta una carcajada de su amigo.
Caminaba a paso continuo por la solitaria calle, ya faltaba poco para llegar a su casa… Suspiro, agotado, pues ciertamente tenía muchas cosas que tratar y él vivía lejos del colegio; si no fuese porque no le gusta que su chofer, lo esté llevando de un lado para otro, y lo convenció para al menos dejarle caminar de la escuela a su casa y viceversa, ya estaría cómodamente en casa…. Por suerte, solo le quedaba atravesar un parque que le quedaba entre caminos.
Estaba iniciando su marcha a través del parque, cuando su vista capto una figura conocida. Disminuyo el paso se fijo mejor en la persona sentada en una banca a pocos metros de distancia… No haba duda, era la simpática Hinata quién se encontraba sentada y concentrada en el dibujo que parecía estar realizando.
La observo por varios segundos y admiro la concentración que esta poseía… curioso siguió la dirección que al parecer mantenían sus ojos, logrando dar con lo que creía, esta observaba. A unos metros de ahí, en otra banca del parque estaba una mujer cargando con un niño…. la mujer sonreía mientras mecía el infante… Itachi no pudo ignorar lo tierno que era esa escena. Se giro de nueva cuenta a ver a Hinata y esta seguía concentrada en su trabajo…. Sonrió.
Con lentitud y curiosidad se fue acercando a su persona y cuando estuvo lo suficientemente cerca, la llamo…
_ Hyuga-san… ¿Qué hace? – pregunto pese a saber lo que hacía, por pura educación… Esta levanto la vista y lo miro sorprendida, interrumpiendo su trabajo.
_ ¡¿Uchiha-san?!... ¿Qué h-hace a-aquí? – pregunto visiblemente nerviosa, cosa que le pareció particular y un tanto adorable a Itachi.
_ Iba de paso, regreso del colegio, cuando te vi aquí… ¿Puedo sentarme? – Pregunto señalando el espacio vacío de la banca… La ojiperla pareció dudosa al principio, pero luego asintió…
El azabache así se acercó para tomar asiento, mas, aprovecho para observar el trabajo de la chica… Un suspiro de asombros escapo de los labios del ojinegro al observar el bosquejo y lo que había en esa imagen era completamente sorprendente…
_ Parece una fotografía. – expreso este maravillado por el realismo y precisión del dibujo…. Hinata por su parte le miro confundida… _ me refiero a su dibujo, realmente se parecen. – dijo mirando en dirección a la madre que seguía con el niño en brazos….
Hinata, ante su afirmación. Sin pensarlo se llevo el dibujo al pecho, tapándolo.
_ E-es solo un boceto… Y-yo. – trato de decir esta pero Itachi la interrumpió.
_ Es usted una chica muy modesta ¿lo sabía?- dijo sonriente…. Hinata lo miro sin comprender… ¿Qué parte de ella era modesta?... Iba a decir algo cuando su celular comenzó a sonar. Nerviosa lo saco del bolsillo y comprobó que se trataba de un mensaje. Pidiendo permiso con la vista a Itachi comenzó a leerlo, y sus pupilas se agrandaron con pánico al ver lo que ahí estaba escrito. De prisa se puso a recoger sus cosas.
_ ¿Sucedió algo Hyuga-san? – pregunto mientras le pasaba su cartuchera que estaba a su alcance.
_ Yo… eto… Te-tengo que irme, me requieren en casa… - informo ya poniéndose de pie.
_ Le "requieren" – repitió este extrañado del término que esta había utilizado.
_ S-si… eto… Hasta luego Uchiha-san. – le dijo antes de darle la espalda. Iba a correr cuándo su muñeca fue atrapada, sorprendida se giro a ver al azabache que ahora la sujetaba.
_ Esto lo siento se que esta apurada pero… sobre la petición que le hice… - improviso este, realmente sin comprender por qué la había detenido, la libero al instante de su agarre. Hinata le miro asombrada y luego se sonrojo un poco.
_ Lo-lo pensare… - dijo esta tímida y tratando de ser amable le brindó una pequeña sonrisa antes de girarse y salir corriendo como antes tenía planeado.
Itachi se mantenía aun de pie, y de repente pareció reaccionar, miro su reloj y maldijo por segunda vez al notar lo tarde que era… Y luego se le ocurrió que debió de acompañar a la ojiperla.
Fue un alivio para Itachi cuando Hinata se apareció al día siguiente en el consejo estudiantil, para decirle que aceptaba ayudar con el cartel del baile… Ese mismo día hablo con el resto de los miembros del consejo y les informo de que ya había conseguido a alguien para que se encargase del trabajo… un problema menos que resolver.
Por otra parte solo necesito dos días para conseguir todos los materiales requeridos que la misma Hinata dijo se necesitarían, claro que le costó mucho sacarle esa información, pues esta insistía en decir que se encargaría de conseguirlos por sí misma. El se negó alegando que pese a habérselo pedido como un favor, ese favor más que para él, era para el instituto y por lo mismo, era el instituto el que se encargarían de los gastos por los materiales.
Así, con los materiales en manos, el azabache se dirigía al lugar donde sabia se conseguiría a la ojiperla… Entro a la biblioteca y miro en todas las direcciones, estaba vacía, o eso era lo que parecía, pero solo tuvo que ir hasta el fondo, para encontrarse a Hinata sentada apoyada de la mesa, dibujando…
_ Buenos días Hyuga-san – saludo él; sonrió al ver que la susodicha se sorprendía y luego agachaba la cabeza, inclinándose un poco para saludarle.
_ Bu-buenos días Uchiha-san. – dijo esta en voz baja, pero lo suficientemente fuerte para ser oída.
_ ¿Ya almorzó? – pregunto educado, pues se encontraban en la hora del almuerzo; tomando asiento, colocando los materiales sobre la meza. La vio asentir con la cabeza.
_ S-si, y ¿usted?
_ Yo igual. – respondió sonriéndole. Hinata se sonrojo y agacho la cabeza pero a los segundos la alzo, viendo con curiosidad la bolsa que había sobre la meza.
_ ¿E-eso es? – pregunto curiosa, señalando con su tembloroso dedo. Itachi sonrió.
_ Son los materiales que dijo necesitaba… Compre todo lo que había en la lista que me dio así que no tiene que preocuparse por que le falte algo.
_ Bi-bien… gracias.
_ Gracias a usted… después de todo es quien me está ayudando… Dígame ¿ya sabe que plasmara?... disculpe mis tosquedad pero debo de admitir que no se mucho de estas cosas, Incluso le pedí a mis amigos, que le mencione, para que me acompañasen a comprar todo. - dijo sonriente mientras se pasaba una mano a la cabeza algo apenado por su ignorancia. Hinata hizo una mueca ante la información dada.
_ Siento haberle causado tantas molestia a usted e incluso a sus amigos. – dijo ella agachando la cabeza, lo que menos quería era ser una molestia para la gente.
_ No fue ninguna molestia y a mis amigos tampoco les importo, incluso ellos tenían que comprar unos materiales. Así que se podría decir y que yo solo aproveche para acompañarlos. – le explico sonriente a lo que ella asintió algo aliviada.
_ Entonces… ¿ya tiene una idea para el cartel? – pregunto haciendo recordar a Hinata que hace un momento le había preguntado lo mismo y ella no le había respondido.
_ Bu-bueno yo… hice unos cuantos bo-bocetos… ¿qu-quiere verlos? – pregunto y nerviosa mientras mostraba unas pocas hojas que estaban giradas boca abajo.
_ Pues claro… Pásamelas por favor. – dijo realmente emocionado… era agradable ver que la chica fuese tan responsable, como para haber realizado bocetos sin habérselos pedido antes. Así mismo, le encantaba ver los dibujos que la azabache realizaba, pese a haber visto pocos, sabia cuan talentosa esta era, le daba curiosidad saber que le mostraría ahora.
Tomo de las hojas que se le fueron amablemente ofrecidas y comenzó a ojearlas ante la atenta mirada de la ojiperla, que de apoco se iba sonrojando.
Una sonrisa más grande se esbozo en sus labios al apreciar aquellos "bocetos" que mas parecían el trabajo final… Se dijo que si se llevaba eso y con solo escanearlos y agrandarlos un poco, estarían listos. Cada boceto era distinto al otro, sin embargo todos hermosos y agradables a la vista. Miro cada uno con detenimiento, a sabiendas de que lamentablemente tendría que escoger nada más uno de ellos. Sin embargo, no tardó mucho en extender uno de los bocetos.
_ Todos son excelentes… mas creo que este ira perfecto para el baile. – le dijo, asiendo sonrojar a Hinata.
_ Co-como siempre Uchiha-san exagera. – le dijo esta pese a estar apenada, sonriente de que su trabajo sea agradado.
_ Y como le he dicho antes… llámeme Itachi solamente. – le contesto este con una ladina sonrisa.
_ E-en ese caso… Uch- digo Itachi-sempai, también puede decirme Hinata… Cla-claro si no le molesta. – dijo esta, haciendo reír a Itachi…
_ Sería un honor… - dijo a lo que la ojiperla le miro escéptica.
Tras esa charla, ambos se pusieron a discutir sobre el cartel, Itachi le indico las medidas que requerían y esta iba asintiendo a sus indicaciones… Lamentablemente el timbre que indicaba el fin del receso sonó, y ambos supieron que debían de regresar a sus salones respectivos.
_ Hinata-san… - llamo este sorprendiéndola, pese haberle pedido que la llamase por su nombre, realmente no se acostumbraba ello.
_ Ha-hai Itachi-sempai… - respondió esta respectivamente.
_ Me preguntaba… ¿En dónde piensa realizar el trabajo? Hay unos cuantos salones que están desocupados y poca gente va a ellos. – informo.
_ Si no le molesta… pre-preferiría trabajar aquí en la biblioteca. – pidió esta… el solo saber qué poca gente asistía a esos salones, le daba pánico, no quería ser vista.
_ No me molesta para nada y si usted está cómoda aquí está bien. – dijo y la ojiperla asintió confirmado que así era.
Permanecieron en silencio durante un rato… un silencio que no era incomodo para ninguno en realidad… Más Itachi fue el primero en interrumpirlo.
_ Me he estado preguntando… ¿A usted le molestaría que la acompañe a lo largo del trabajo? – pregunto y sonrió al notar la confusión en el rostro de la joven. _ Me refiero a que me gustaría venir a acompañarla los días que vaya a trabajar en el cartel. – dijo y observo curioso como esta se sonrojaba un poco. No lo había dicho pero había adquirido cierto gusto por aquellos sonrojos, le resultaban algo refrescantes en cierta forma. No había conocido chica que mostrase tales inocentes y honestas respuestas.
_ N-no me molestaría pe-pero… - iba a decir algo esta, pero él la interrumpió sabiendo que sería una forma de negarse.
_ En ese caso, ya que no le molesta, aquí estaré. – dijo e internamente sonrió victorioso al ver que esta no rebatiría.
_ Bu-bueno… Yo estaba pensando venir aquí todos los días a partir de hoy… después de clases. – explico esta con su usual tono suave. El asintió de acuerdo con ella.
_ En ese caso… Nos vemos mas tarde. – dijo antes de despedirse de ella. Ambos ya estaban en el pasillo, pero cada uno iba en direcciones diferentes.
Las clases pasaron rápidas para Hinata y especialmente lentas para Itachi.
Recogía las cosas rápidamente sabiendo que ahora iría a la biblioteca para comenzar con el trabajo. Había terminado de recoger todo y me puse de pie, estaba por salir cuando sentí que me tropezaba con algo y sin poder evitarlo caí de bruces contra el suelo, provocando que algunas de mis cosas se regasen. Al instante la gente que aun quedaba en el salón comenzó a reír estrepitosamente, unos aplaudían y otros repetían "Pato feo es la mejor". Levante la vista avergonzada y vi a una chica detrás de mí, observe su postura y supe lo que había pasado, me habían metido el pie. Quería preguntar que había hecho para merecer aquel trato, mas me quede callada solo aceptando las burlas y palabras que lanzaban, con rapidez recogí mis cosas, luego me puse de pie, y ante la intenta mirada de todos, salí apresurada de aquel salón.
Baje la velocidad una vez llegue a las escaleras, lo reconocía, era torpe y lo que menos quería era tener un accidente por correr en las escaleras. Camine despacio y deje la mano deslizarse por el pasamano, una vez abajo camine con parsimonia y sonreí al ver la puerta de la biblioteca. Entre y comprobé como siempre que estaba vacío, ni si quiera la bibliotecaria estaba, camine asta al fondo del salón y llegue mi mesa predilecta. Me senté y comencé a sacar mi cartuchera de lápices entre otras cosas, o eso trataba cuando mi vista se vio nublada por las lágrimas que se estaban empezando a acumular. Cerré los ojos con fuerza y respire hondo, no quería llorar no me gustaba dejarme ver tan débil. Pero ante todo deseo, unas cuantas gotas se me escaparon. Que tonta era me recordé, era ridículo llorar por algo que no valía la pena y lo sabía, sin embargo para mi desagrado, soy una llorona de primera…
Respingue cuando escuche la puerta del salón ser abierta, rogué por que se tratase de la bibliotecaria y al instante hice lo que pude para borrar todo rastro de las lágrimas, más casi grito al oír la masculina voz hablarme.
_ Hinata-san… ¿se encuentra bien? – le escuche preguntarme con cierto tono precavido. ¿Se dio cuenta que lloraba? Al instante pensé rápido en busca de una excusa.
_ S- Si… So- solo tenía basura en el ojo... ya e-estoy bien. – explico mientras sonreía, tratando de demostrarle que no pasaba nada. Era obvio que esa sería la única excusa que se me ocurriría.
_ Si eso es cierto, deje me ver. – le escucho decir y me sorprendí al sentir como tomaba mi rostro y lo envolvía entre sus grandes y cálidas manos. Mis ojos se abrieron a más no poder y me quedo sin aliento al ver el rostro de Itachi tan cerca. Este me dirigía una mirada seria, pero tras unos segundos me libero.
_ No pareces tener algo.- comento mientras miraba en otra dirección.
_ L-le di-dije que es-estaba bien. – respondí tartamudéate mientras me limpiaba mejor el rostro aprovechando que no me veía. Sentía mis mejillas arder… nunca pensé tener esa clase de cercanía con él, sentía que el corazón podría salírsele del pecho en cualquier momento por la fuerza en la que latía…. Aquello no debía de ser sano.
Estaba tan pérdida en mis pensamientos mientras me reacomodaba mis anteojos, que respingue cuando escuche a Itachi aclarándose la garganta.
_ ¿Necesita algo antes de comenzar? – le escucho preguntar y aunque confundida en un principio supe que se refería al cartel.
_ No… hoy solo are el boceto en grande. – explico y vi a Itachi asentir.
Decidida en empezar acomode el gran pliego de cartulina blanca que había pedido y al instante comencé a sacar medidas y para que el dibujo quedase bien proporcionado. Suspire, no había mentido al decir que podía no salir bien, pocas veces había hecho un trabajo de aquellas proporciones, el formato era muy grande y siempre había tenido problemas para proporcionar correctamente. Rogaba a que todo saliese bien y no tenga que borrar mucho.
Estaba concentrada en lo que me había propuesto cuando solo por casualidad levante la vista. Mi corazón dio otro brinco con lo que me encontré.
Itachi me miraba atento sin perderse ninguno de mis movimientos, a los segundos le vi devolverme la mirada.
_ ¿Sucede algo malo Hinata-san? - Me habrá preguntado posiblemente por la cara de desconcierto que debía de tener en ese momento. Trague saliva antes de hablar.
_ Eto… Itachi-sempai, ¿no tiene nada que hacer? – logre preguntar, tratando de no sonar grosera.
_ ¿Por qué? ¿Necesita ayuda con algo? – me pregunto poniéndose de pie. Al instante negué con la cabeza varias veces.
_ Solo preguntaba por curiosidad… es decir, ¿no preferiría adelantar la tarea ya que no se encuentra ocupado?… dije, pero al instante me arrepentí al ver la mirada que me dirigía... Pero para su sorpresa de repente este comenzó a reír.
_ ¿Di-dije algo malo? – pregunto avergonzada y vio a Itachi negar.
_ Jaja… no, solo que me pareció curioso que me preguntase eso nada mas…Por otra parte, los de último año no recibimos muchas tareas, puesto que nuestro deber es dedicarnos a estudiar. – me explico y al instante me sentí enrojecer por ser tan ignorante.
_ Ya… de alguna forma suena difícil. – dijo y escucho a Itachi reírse nuevamente.
_ Es la primera vez que lo veo de esa forma. – dijo y sonaba divertido, por mi parte me sentí tonta por mis palabras. Como medio de escape trate de concentrarme nuevamente en lo que estaba haciendo, pero a los segundos volvía a flaquear al sentir su atenta mirada sobre mí.
_ ¿D- de verdad no ti- tiene que hacer nada?. – pregunte de nuevo apenada pero no sabía que mas hacer. Itachi me miro atento unos segundos antes de ponerse de pie.
_ Ahora que lo pienso, aquí hay muchos libros, tal vez consiga algo interesante. – comento mientras comenzaba a caminar entre los estantes. Al escucharlo no pude evitar suspirar aliviada.
Sonrió al ver a la ojiperla concentrada. Debió de suponerlo; era una chica tímida y el hubo de adivinar lo que quería desde su primera pregunta, y al ver lo incomoda que estaba… Era obvio que se había sentido intimidada, al tenerlo mirándola tan atentamente como lo estaba haciendo.
En su defensa, se sentía muy curioso como para apartar la mirada… verla concentrada sacando medidas y dibujando le parecía interesante, aunque lo que más atraía su atención en ese instante eran aquellos perlados ojos. Ya los había apreciado con anterioridad, pero fue en un momento de shock por la caída. Por otra parte no podía dejar de pensar que aquel rostro se veía muy diferente sin aquellos anteojos.
Admitía había sido algo impropio de su parte el haberla tomado del rostro de aquella forma, pero cuando lo hizo simplemente no había pensado (algo que se le esta haciendo común). Para colmo, se había quedado embelesado apreciando aquel rostro que se ocultaba bajo aquellos cristales con marcos de plástico. Sus ojos se veían más grandes y brillosos, tal vez por las lágrimas; sus pestañas eran largas y risadas, casi como espesas cortinas; sus mejillas estaban sonrosadas, así como la punta de su nariz; y sus labios…. Se golpeo mentalmente por lo que estaba pensando, en fin, se había quedado impactado, menos mal siempre fue bueno simulando sus emociones, por lo que no dio muestra de mayor incomodidad, solo miro en otra dirección una vez la había liberado.
Reviso los estantes como había dicho que aria y consiguió un libro que considero remotamente interesante, lo tomo y regreso con él a la mesa donde Hinata trabajaba, no la observaría tan atentamente como antes, pero aunque sea permanecería cerca para ver el trabajo.
Iba por la pagina 180 cuando se le ocurrió levantar la vista; el libro había resultado más entretenido de lo que pensaba y siendo versión del bolsillo era muy rápido de leer. Observo a Hinata y esta seguía concentrada en su trabajo, abrió los ojos sorprendidos de que aquel dibujo ya había tomado forma y más que un bosquejo, podía decir que lo único que hacía falta era echarle color.
Su vista entonces capto la ventana y a través de esta el cielo, se sorprendió de ver que estaba atardeciendo y ellos seguían ahí. Sin pensar mucho soltó una propuesta.
_ ¿Qué tal si te acompaño a casa Hinata-san? – dijo sonriendo amablemente, la ojiperla le miro muy sorprendida.
_ ¡¿A-acompañarme?¡… - pregunto esta y casi parecía alarmada.
_ Oh lo siento, no creí que le perturbase tanto la idea, solo lo decía ya que esta atardeciendo y sería mejor que dejarla ir sola.- se explico este algo incomodo por su anterior rechazo.
_ ¿Y… es que acaso a usted no le molesta? – pregunto esta agachando la cabeza ¿no le incomodaba la idea andar con la pato feo?, pensó.
_ ¿Acaso debería de hacer algo que me incomode? – pregunto con la ceja arqueada, lo ojiperla le miro sorprendida… ¿en verdad era serio con lo de acompañarla?
Itachi me miraba insistente, de verdad parecía ser honesto con lo de acompañarme, baje la cabeza y trate de pensar en las posibilidades. Al final me decidí por negar la propuesta, no quería ni imaginar lo que pasaría si alguien del colegio los viese; estaba por hacerlo pero Itachi me detuvo diciendo que mejor se iban o los cogería la noche y antes de que pudiese detenerlo, este ya había salido del salón, mientras decía que iría a guardar los materiales de trabajo en el salón del consejo. Permanecí unos segundos ahí de pie, pensando si todo lo que había pasado era cierto…
Aun incomoda por la idea, pero sin desear hacerlo esperar, salí con rapidez. No pude evitar esbozar una sonrisa, después de todo, a pesar que aun creía que no era una buena idea, me hacía mucha ilusión caminar por fin con alguien a casa. Baje las escaleras lo más rápido que puede (sin correr, sin embargo) y llegue hasta las taquillas, busque mi loquer y lo abrí para sacar mis zapatos, una vez con ellos en manos, me los calce con rapidez, no deseando hacerlo esperar más tiempo.
_ ¿Lista? – Me pregunta acercándose.
Me giro nerviosa y creo que casi me da algo cuando me encuentro con alegre sonrisa plasmada en el rosto… Vuelvo y repito, alguien debe decirle a esta persona que su sonrisa es peligrosa…
_ S-si ya estoy lista. – dije como pude aun bajo los efectos de su sonrisa.
_ Bien, entonces vamos. – dijo y comenzó a caminar en dirección a la salida. Observe que ya llevaba sus zapatos puestos y entonces solo puede preguntarme en qué momento se los abría colocado.
Una vez fuera del instituto Itachi se detuvo….
_ ¿Por cuál dirección? – me pregunto amablemente… yo alce la mano y apunte con mi tembloroso dedo dirección al Sur.
_ Es cerca del parque central… Vivo algo le-lejos… L-lo siento. – me disculpe pues ero obvio que ahora se arrepentía de haberme pedido acompañar. Levante la vista y efectivamente parecía sorprendido, no era mucho realmente sin embargo seguía siendo lejos del instituto y puede que le tocase caminar de mas para llegar a su casa.
_ ¿Hasta allá? – me pregunto y solo agache la cabeza…
_ De-de verdad siento no haberlo dicho antes y… que te-tenga que acompañarme. – me disculpe, pues en verdad debía haberle avisado antes.
_ ¿De qué se disculpa Hinata-san?... Estoy sorprendido, la verdad es que me parece no haberla visto antes… pues yo vivo en esa dirección.
_ ¿E-en serio? – cuestione sorprendida… nunca me hubiese esperado aquello… Me pregunte entonces como es que no lo había visto antes.
_ Si… que sorpresa ¿no?... Aunque eso explica el habérmela encontrado en el parque.
_ Ciertamente – dije concordando con él.
Iba tan distraída con el tema de nuestras direcciones, que termine sobre reaccionando, cuando, justo en el momento que iba a cruzar en una de las calles, un muchacho salió de la nada, venia en patineta y sin poder esquivarlo, termine perdiendo el equilibrio. Cerré los ojos con fuerza esperando el golpe, que de nueva cuenta ni llego, en cambio, al abrir los ojos me encontré con hermoso rostro de Itachi.
Paralizada… estuvimos así unos cuantos segundos hasta que el me enderezo y dejo libre de su seguro y acogedor agarre.
_ ¿Se encuentra bien Hinata-san? – pregunto este con tono preocupado, girándome, le di la cara y asentí nerviosa… _ Menos mal, ese chico fue muy imprudente. – dijo con tono reprobatorio girando asía atrás como mirando por donde se había ido.
Ante eso me le quede mirando su perfecto perfil, detallando sus rasgos de la cara y también su ancha espalda. Estaba en eso cuando él, soltando un suspiro se volteo y nerviosa desvié la mirada, avergonzada de ser encontrada observándole tan fijamente… Ahora pensaría que era una acosadora.
Le vi sonreír y me dije que era inevitable que se riese por mi torpeza, pero cuando este se acerco y tomo de mi mano no pude evitar sentir que mi corazón pegaba un brinco para luego retumbar con fuerza, tanto que casi podía escucharlo. Creo que me sonroje como nunca antes, por su acción y sin querer ser grosera trate de librar mi mano, pero él me la apretó con fuerza provocando que lo mirara interrogante, en eso logre apreciar algo que no creí que vería nunca en alguien como él… un leve rubor cubría sus mejillas.
_ Puede que esto pueda sonar algo atrevido e inapropiado de mi parte… pero, creo que es una buena idea, al menos por ahora. – dijo él y lo mire sin comprender el soltó un suspiro y comenzó a caminar, conmigo un poco más atrás…. _ No se ofenda por favor, pero tal parece que es propensa a los tropiezos… Así podremos evitar que se caiga de nuevo. – dijo sorprendiéndome.
¿Lo hizo por esa razón?... ¿por eso me tomaba la mano de esa manera?... le mire a los ojos esperando ver una sonrisa burlona, pero no era ninguna broma, el realmente pensaba caminar conmigo así el resto del camino; al instante un sonrojo se manifestó en mis mejillas, así como el resto de mi cara y rogué porque mis nervios no fuesen tan evidentes, aunque probablemente era imposible con tal evidencia plasmada por todo mi rostro.
Seguimos avanzando y a unos diez minutos fuimos capaces de apreciar la entrada del parque…
_ Hinata-san ¿puedo hacerle una pregunta? – hablo, sorprendiéndome, pues hace rato que íbamos en silencio y por otra parte no había podido concentrarse correctamente pues no paraba de pensar en nuestras manos enlazadas.
_ Di-disculpe… no lo estaba prestando atención. – admití apenada.
_ ¿Qué si me permite preguntarle algo? – me dijo sonriente, a lo que yo asentí. _ ¿Cuándo comenzó a dibujar? – ante su duda no pude evitar dirigir la mirada a él, quien me observaba expectante, en verdad parecía interesado en la respuesta.
_ Pu-pues… de eso hace mucho, creo que cuando tenía unos ocho. – le conteste un tanto meditativa, pues realmente no recordaba que edad tenia.
_ Si que debe de tener tiempo… no me sorprende que sea tan buena… Claro que también debemos de contar su talento. – le dijo y sonriente asiéndome enrojecer… ¿Por qué tenía siempre que decirle cosas tan lindas? Aquello no ayudaba a que su corazón se tranquilizase.
_ N-no soy tan buena… Ya se lo había dicho… Aun hay muchas cosas que necesito aprender y mejorar. – le aclaro.
_ Si usted lo dice, no te lo reprochare… Pese a que la conozco desde hace poco, e comprendido parte de su personalidad… He constatado que es una persona muy modesta, así que no me molestare en decirle las cosas que ya sabemos. – dijo algo alegre y yo por mi parte me quede muda, sin saber que contestar ante eso.
Al no responderle se giro a verme y yo agache la cabeza a penada. Itachi no menciono mas nada, y solo seguimos caminando a lo largo del parque.
El resto del camino fue en silencio, no uno incomodo o desagradable, solo apacible… o así lo sentí yo. Le indique a medida que avanzábamos con mi mano libre, en qué dirección ir y el asentía; mientras, me decía también, en qué dirección quedaba su casa. Resultaba ser que no vivíamos realmente separados, era un misterio el que nunca antes nos hallásemos visto. Sin embargo me resultaba más sorprendente o desconcertante, el ser consciente de que en ese instante me estaba acompañando el chico a quien admiraba.
Tras ese día, los demás fueron pasando, y así se cumplió una semana de haber comenzado con el trabajo. Tanto Itachi como Hinata no podían negar que su relación se había estrechado de una manera inexplicable en lo que respecta al poco tiempo que tenían de conocerse. No es que fuesen los mejores amigos que hablaban de todo, pero si, sus conversaciones resultaban ser agradables y cómodas, a ninguno le costaba poder abrirse con el otro, en lo que refería en expresar una opinión o pensar. Pronto se dieron cuenta de que muchas cosas entre ellos coincidían, otras no tanto, sin embargo no quitaba que ambos mantenían una buena armonía. Y eso era algo que en definitiva ninguno esperaba.
Por otra parte, así como los días iban corriendo, la fecha para el baile también se acercaba. Muchas chicas de otros grados no dejaban de aparecer en la puerta del salón de Itachi esperando invitarle, así cómo montones de cartas llegaban todos los días a su escritorio o taquilla. El azabache como todo caballero seguía rechazándolas adecuadamente, sin ofenderles, así como también se dispuso de buscar y dar respuesta a todas las que le mandaron cartas; debía de admitir que se encontraba muy agotado, pero ignorarlas y no responder eran cosas que no se podía permitir… Su madre lo había educado muy bien para su malestar.
Ya solo quedaba una semana para el renombrado evento y el solo rogaba porque todo eso terminara pronto, para así poder quitarse esa carga de trabajo, como también descansar de las dichosas invitaciones.
Estaban en las últimas horas de clases y el salón se encontraba en desorden mientras el último profesor del día aparecía. Itachi iba entrando al salón tras haber salido rechazar a una chica de segundo, cuando sintió a una llave en su cuello, por lo que soltó un gruñido en respuesta.
_ Amigo dime… ¿solucionaste aquel problema? – me pregunto Kisame liberando el agarre que mantenía en su cuello.
_ ¿A qué te refieres? – pregunto masajeándose el cuello, ahora adolorido, con la mano.
_ Me refiero a tu cita para el baile, solo queda una semana. – dijo mientras se sentaba en su asiento frente al de él, sentándose al revés con la piernas abiertas, dejándolas a los costados de la cilla y apoyando su brazos del espaldar.
_ ¿Por qué tanto interés en eso? – pregunto también sentándose en su puesto, pero de forma correcta, sin embargo apoyando sus codos en el escritorio.
_ No es interés… es curiosidad… de cómo será la chica que escojas. – dijo mientras le mostraba su blanca y puntiaguda dentadura en una sonrisa.
_ Pues no creo que se algo tan interesante. – dijo mientras bostezaba un poco y cerraba los ojos.
_ Pues yo creo que si… Nunca te he visto salir con una chica y me intriga saber cual será tu tipo, después de ver tus largos años rechazando cuan mujer que se te confiese… No puedes negarme que resulta intrigante, por no decir que si no fuese yo que te conozco de toda la vida, pensaría amigo mío que eres gay.
Itachi ante su suposición, le dirigió una mirada fría y retadora… Kisame comprendió su significado… "repítelo y te mato"… Tal vez no tan al extremo pero algo así era… en realidad se arriesgaría apostar en que era así; pocos lo sabían pero el, que lo conoce de toda la vida, sabe que en Itachi duerme un ser violento y sediento de sangre… Con solo recordar la vez que un busca pleitos que golpeo a Sasuke, su hermano menor, y fue gravemente herido por la mano de su amigo; era algo que le dejaba con los pelos de punta… Itachi podía ser cruel cuando se metían con los que le importan.
_ Amigo, sabes que lo dije bromeando. – dijo Kisme rascándose la cabeza.
_ Que no saliera con ninguna chica no quiere decir que no me gusten. – dijo para luego concentrarse en el profesor que acaba de entrar.
_ Lo sé… Por eso te digo que no puedo esperar a ver al tipo de chica que te gusta. – lo escucho decir de ultimo antes de comenzar aprestar atención a la clase que empezaba.
La clase termino…, el día como tal ya estaba terminado y él se preparaba para dirigirse a la biblioteca en donde se encontraría con la ojiperla. Una vez concluida las clases oficialmente, no perdió el tiempo en salir del salón queriendo llegar pronto, mas su cometido se vio interrumpido cuando un grupo de chicas lo rodearon; solo pudo preguntarse entonteces, si aquello nunca se acabaría.
Finalmente llego al salón de la biblioteca y como siempre al entrar, saludo primero con educación a la profesora que hacía de bibliotecaria, esta le devolvió el saludo y continúo con lo que estuviese haciendo en la computadora. El avanzo y una vez atravesado el breve pasillo logro divisar la silueta de la ojiperla quien se movía fluidamente. Esta ya estaba concentrada en su trabajo y pintaba (a su parecer) elegantemente aquel dibujo que hace unos días estaba terminado y que ya llevaba varias zonas de color.
En silencio, no queriendo interrumpir su concentración, se arregosto en uno de los estantes y la siguió observando… para ser honesto, parecía que se estaba volviendo un nuevo habito aquello de verla; de alguna forma le costaba separar su vista de la pequeña silueta de la peliazul, que pese a su torpeza, lograba moverse con gracia… la verdad aun no lograba comprender como lo hacía.
_ ¿Qué tal esta hoy Hinata-san? – hablo con la intención de dar a conocer su presencia, aprovechando que esta se había detenido, buscando algo en la bolsa.
Esta al oírlo levanto la mirada y sonrió al instante que sus ojos lo encontraron.
_ Muy bien, ¿Qué tal el suyo? – respondió como siempre educada, aunque de forma más amigable.
_ Igual. – contesto simplemente antes de acercarse a donde estaba ella y poder observar el trabajo… Un extraño sentir dio en la boca de su estomago, cuando se percato de lo poco que faltaba para que aquel dibujo estuviese terminado.
_ ¿Qu-que opina? – pregunto tímidamente.
_ Esta increíble, toda una obra digna de mostrar. – dijo despegando su vista del trabajo y fijándola en ella, justo a tiempo para apreciar uno de sus encantadores sonrojos.
_ Exagerado… - susurro esta mas una leve sonrisa era visible en sus labios. Itachi sonrió ante ello; la chica pareciera cada vez más positiva asía los halagos. _ Puede que hasta hoy. – la escucho decir bajito.
_ ¿Perdón? – cuestiono este sin comprender, de repente pudo vislumbrar un brillo deprimido en los ojos perlas.
_ Tal vez hoy lo termine. – se explico mientras señalaba el cartel, y entonces, al igual que ella una sombra de decepción se reflejo en los ojos de Itachi, mas sin embargo fue capaz de ocultarlo rápido.
_ Lo hizo muy bien esta semana. – felicito, reconociendo el esfuerzo.
_ Gra-gracias.
Ambos nos miramos… espere a que él le dijese algo mas, pero simplemente se mantuvo en silencio, no queriendo soportar más aquella penetrante y confusa mirada por parte del azabache, me gire y continúe con lo que hacía, al rato escucho como Itachi rodaba una silla y se sentaba.
Tal y como sospeche, en hora y media el trabajo estaba terminado… por mas que había hecho lo posible por retrasarlo. Con un suspiro, cerré las pinturas y deje los pinceles dentro del vaso con agua (ya en un rato iría a lavarlos), tome los demás útiles y comencé a guardarlos, a los segundos un escalofrió recorrió mi espalda y la misma comenzó a calentarse a sentir la cercanía del azabache.
_ Quedo hermoso. – lo escucho decir… aguanto la respiración, al momento que supe que aquella voz había salido muy cerca de mi oído.
_ Gra-gracias. – vuelvo a decir tartamudearte y ruego internamente a que Itachi se despegue de mi, antes de que me diese por desmayarme, para mi alivio este así lo hizo.
_ Déjeme ayudarla a recoger. – y tal como dijo comenzó a guardar las pinturas en la bolsa en donde estaban el resto.
En pocos minutos ya teníamos todo recogido y limpio. Yo, ya un tanto decaída observo el área en donde había estado compartiendo con Itachi, sintiendo un ligero dolor en el pecho al pensar que aquello no se repetiría. Al parecer lo único que nos quedaba era salir y despedirnos.
Íbamos caminando por las calles como siempre, tomados de la mano, a lo que debo agregar no había sido una tontería, pues hasta la actualidad, me he tropezado unas ocho veces y si no fuera por la mano que me sujetaba, estaba segura que todas esas coacciones hubiese terminado de plano en el suelo.…
En fin, hasta el momento ninguno de los dos habíamos dicho algo fuera de lo estrictamente necesario y aquello me deprimía. Pronto pasamos al parque, y cuando estábamos casi llegando a mí casa; consciente de que aquello era algo que sabía inevitable y queriendo terminar las cosas lo mejor posible, me ubique en frente de mi sempai y como mejor pude, le brinde una sonrisa antes de inclinarme y dar las gracias…
_ Gra-gracias por todo. – dije y al levantar la visita me pudo dar cuenta de que lo había sorprendido… Me estaba terminando de enderezar, cuando algo aun más sorprendente ocurrió.
_ Gracias a usted por su ayuda. – dijo mientras se inclinaba ante mí levemente. Este se enderezo rápido y al encontrarse sus ojos con los mimos, me brindo una de sus agradables sonrisas.
Ambos permanecimos mirándonos de esa forma, sin separar la mirada del otro, hasta que supongo nos dimos cuenta ya era suficiente y de forma renuente (por lo menos de mi parte) ambos no despedimos con la mano… Mientras Itachi se alejaba por fin de mi lado.
Tal vez, para alguien externo podría considerar que aquella despedida había sido sobre actuada pues seguíamos estudiando en el mismo instituto por no decir que vivíamos en la misma zona, pero yo no soy tonta y sabia que Itachi ya no tendría razón para verme o saludarme, por otra parte, el era de tercero, por los que algún encuentro entre ellos, pocas veces podrían darse…. Por ende, estaba segura que aquella sería la última vez que compartiríamos.
Y no me equivoque…
Los días pasaron y no había habido ocasión en que ambos llegásemos a encontrarnos. Pronto me hice la idea de que lo ocurrido había sido un buen sueño y como tal era hora de despertar, por lo que seguiría mi vida con esas semanas como un grato recuerdo. Así mismo los días corrían y el baile se acercaba; las pocas personas que quedaban aun sin pareja buscaban una cita de último momento.
El instituto se veía y sentía más animado de lo usual por la misma expectación del baile, mas yo a sabiendas de que aquel tema ya no me concernía me mantuve lo más apartada posible, siendo honesta me deprimía no ser capaz de asistir, pero no podía hacer mas nada.
Era miércoles, y acababa de terminar la primera hora de clases, y como tal empezaba la hora del almuerzo. Como otros días, me decidí por salir a comer afuera; así que tome mi caja de comida y con calma me puse de pie y salí del salón con intenciones de ir al patio.
Una vez la clases se vieron terminadas se puso de pie para al almorzar, Kisame lo llamo y le aviso que tenía algo que hacer, por lo que le propuso a que se adelantara para comer, el desinteresado a lo que podría mantener ocupado a su amigo, acepto y camino asía le patio donde usualmente compartía su comida con su compañero. Una vez fuera se sentó en una de las bancas que consiguió libre, dejo la bebida recién comprada en la cafetería así como el pan que portaba en su mano y sin demora destapo el alimento envuelto por el plástico protector, para comenzar a comerlo con parsimonia.
Fue en una inspección rápida de su entorno que enfoco una silueta reconocible caminando a pocos metros de él a un destino incierto, sin meditarlo hizo algo que pocas veces haría; alzo la voz y grito… _ ¡Hianta-san! – llamo y se alegro al reconocer que esta le había escuchado y que se giraba, buscando su ubicación, al hacerlo, cuando su vista lo enfoco; primero pareció sorprendida pero luego esbozo una suave sonrisa; que al verla él, se quedo inmóvil y su respiración se profundizo, antes de sentir que su corazón daba un brinco… ¿Qué había sido eso?
Recuperándose, le devolvió la sonrisa y con una mano le hizo indicaciones para que se acercara; esta, aunque no de inmediato, captando su seña, comenzó a caminar en su dirección.
_ Bu, buenos días Itachi-san ¿Cómo ha estado?… - saludo esta una vez estuvo frente a él, reconoció que parecía nerviosa.
_ Muy buenos días Hinata-san… Yo me encuentro bien y ¿usted como ha estado?- contesto sonriéndole de vuelta.
_ Bi-bien… Esto ¿necesitaba algo? – cuestiono esta dudosamente, a lo que el azabache frunció un tanto el ceño confundido.
_ ¿Por qué lo dices?
_ Me llamo para algo, ¿no es así?- dijo esta tímida.
_ Pues sí, lo hice… pero no era para nada, en realidad, solo… ¿ya comió?
_ Esto, la verdad es que iba a eso. – dijo mostrando la pequeña caja de comida que llevaba en sus manos y que él no había reconocido.
_ ¿En ese caso, gustaría acompañarme?... hoy como solo. – Ante su pregunta la vio sorprenderse y se cuestiono qué tan extraño podría resultar que la invitase, para su alegría esta asintió y lentamente se sentó a su lado.
Una vez sentada le sonrió y comenzó a destapar su comida, el simplemente no pudo reprimir mostrar una expresión de sorpresa ante tal caja de almuerzo; se veía completamente apetitosa, por no decir que todo parecía haber sido cocinado por un excelente cocinero.
_ Su comida se ve increíble, quien lo cocino debe de ser muy bueno en la materia. – opino antes de mirarla, enarco una ceja al verla totalmente sonrojada; siendo el tan listo como es y bueno atando cavos, mas con esta chica que puede decir aprendió a conocerla muy bien; supo adivinar el motivo. _ ¿No me dirá que lo cocino usted, verdad? – cuestiono sintiéndose un tanto incrédulo y emocionado (por alguna razón).
_ Pu-pues si… la verdad. – admitió esta y aquello lo dejo anonado.
_ Usted en verdad es una chica muy talentosa. - dijo y la vio encogerse de hombros, mientras sus mejillas se coloreaban encantadora mente.
_ E-esta, exagerando de nuevo…. Itachi-san. – susurro esta y como tratando de distraerse le dio un pequeño bocado a su comida
_ Y usted tan modesta como siempre. – dijo sonriente y la vio sonrojarse más.
Itachi tras decir eso, continuo con su comida y Hinata hacia igual, ninguno dijo mas nada solo comieron en silencio… mas se trataba de uno de esos silencios agradables, que transmitan cierta calma. A lo largo del breve almuerzo no pudo evitar repetirse mentalmente que le gustaría repetirlo en alguna otra ocasión; y se hubiese quedado ahí por más tiempo si no fuese porque el timbre había sonado y tenía que estar de vuelta. Hinata fue la primera en ponerse de pie y como siempre educada, se inclino y se despidió.
Itachi al ver que se retiraba sintió la necesidad de llamarla, pero se reprimió al darse cuenta que no tenia motivo para hacerlo. Así que solo se pudo conformar con verla irse dirección a la entrada del edificio.
No era consciente de que se había mantenido ahí quieto, mirando la nada, hasta que la fuerte voz de su mejor amigo lo hizo reaccionar…
_ Lo veo y no lo creo… - soltó el sujeto, antes de sentarse a su lado un momento.
_ ¿De qué hablas Kisame? – cuestión sin comprender, ¿a qué venía eso?
_ Vengo a buscarte y resulta que termino confirmando los rumores… Te juro que no lo creería su no lo hubiese visto… pensar que te atrae ese tipo – dijo el confundiéndole más.
_ Rumores… ¿de qué rumores hablas?... ¿Atraerme qué? – pregunto confundido
_ Vamos… Hablo de los rumores sobre ti…
_ No sé de qué hablas… - informo.
_ Es sobre lo tuyo con el pato feo… – soltó, y aquello termino por llamar la a atención del azabache.
_ ¿Qué?... no entiendo a que te refieres. – expreso ahora realimente interesado… por que salía Hinata a relucir
_ No te hagas el desentendido…. Alguna idea te debes de estarte haciendo… Además yo lo acabo de ver- manifestó sonriente.
_ No, ninguna…. ¿Qué tiene que ver Hinata-san? – cuestión y se incomodo al reconocer la mirada picara que se mostraba ahora en su amigo
_ Pero si hasta la llamas "Hinata" – dijo este burlón.
_ Ese es su nombre, ¿hay algo malo en que la llame por tal? – dijo algo molesto, pensando que su amigo se estaría refiriendo al apodo por el cual todos la conocían, pero se sorprendió de ver que Kisame comenzaba reírse divertido.
_ Sé que es su nombre… Lo que digo es que es extraño, tú nunca habías llamado a una chica por su nombre hasta ahora. – Dijo finalmente algo más serio, y sonrió satisfecho al ver como Itachi se sorprendía, era obvio que el azabache no se había dado cuenta de ello hasta ese momento. – Por otra parte, eso solo hace que los rumores parezcan ser más ciertos.
_ Si dices eso… ¿Me puedes ilustrar de una vez, de lo que tratan aquellos supuestos rumores? – cuestiono ya impaciente, cosa anormal en el.
_ Pues obviamente sobre un amorío… Existen muchos testimonios que afirman haberte visto tomado de la mano de la chica, así mismo, de salir juntos de la biblioteca terminando las clases. – explico y aquello de alguna forma relajo a Itachi, pensó que se trataría de alguna otra cosa pero solo se trataba de eso; ciertamente la palabra "amorío" lo enervo un poco pero no era algo que le molestase.
_ No tengo un amorío con Hinata-san… - manifestó pero su seño se frunció al reconocer a Kisame reír.
_ Amigo no lo niegues… asta yo mismo acabo de verlo… Te despediste de ella y de te le quedaste viendo como un idiota… tanto que ni me notaste acercarme. – le manifestó haciéndolo sorprenderse… ¿de verdad había sido así?
_ No tengo un amorío con Hinata-san… - volvió a expresar esta vez con más fuerza… pues seguía siendo esa la verdad.
_ No tienes que negarlo con tanto afán… Si la chica te gusta deberías admitirlo… aunque para serte sincero no imagine que ella seria de tu tipo… aunque eso explica mucho sobre porque nunca prestaste atención a las otras chicas. – le dijo mientas se ponía de pie y le hacia una seña a Itachi para que le siguiera, después de todo ya hace varios minutos que el timbre había sonado y ellos permanecían ahí.
_ Ella no…. Ella no me gusta… bueno no de ese modo… ciertamente me agrada pero. – trataba de explicarse pero la verdad es que ni el mismo se entendía…
_ Si… ya lo veo… Sabes que… mejor déjalo así… Comprendo que te cueste admitirlo… después de todo no se puede ser perfecto en todo… y pensar que serias de lo que tienen esa clase de gusto… - decía, pero no termino de hablar, por que Itachi le pateo en la espinilla, haciéndolo caer de rodillas. El azabache continuo caminando solo por el pasillo dejando a un sorprendido y adolorido Kisame atrás, quien se repetía a si mismo tener cuidado la próxima vez que diga algo sobre la chica que le guste…
_ Hinata- san no tiene nada de malo. – expreso una vez Kisame lo hubiese alcanzado. Estaba entrando al su salón de clases y él se acercaba a su puesto para tomar asiento tal como su amigo.
_ Dicen que el amor es ciego. – dijo Kisame sonriente, pero se vio obligado a borrar su sonrisa al reconocer el seño fruncido de su amigo.
_ No lo digo porque me guste… A lo que me refiero es… que si alguien se enamora de Hyuga-san, no será porque tenga gustos extraños… como tú has dejado entender. – manifestó cruzándose de brazos, como no permitiendo alguna queja antes su manifiesto.
_ Ok… Bien, ya entendí… No dije nada. - se rindió el pelinegro alzando las manos al aire, como muestra de su rendición.
_ La gente debería aprender a ver más allá de las apariencias. – susurro Itachi a lo que Kisame que llego a oírlo asintió.
_ Tienes razón, me disculpo. – acepto y se dispuso a sacar su libro al reconocer como el profesor de la hora entraba por la puerta.
El profesor no tardo mucho en iniciar sus clases y la mayoría de los estudiantes presto atención a lo que el hombre mayor decía. Sin embargo, para quien lo supiese, se sorprendería de saber que Itachi no se veía capaz de escuchar correctamente lo que su maestro decía, su mente no dejaba de divagar en su conversación con Kisame y lo que el mismo había dicho… Primero que nada, le resultaba curioso que un rumor como aquel se esparciese, el ciertamente no se había dado por enterado y podía darse el lujo de suponer que la pequeña ojiperla tampoco era consciente de ello, pero que Kisame le dijera que al verlo lo había comprobado le resultaba de laguna forma insólito… ¿En verdad daba ese aire de estar interesado en la niña? siendo honesto Hinata san no le desagradaba nada. A decir verdad, así como la aparente opinión que tenía su amigo de su amiga, el que la ojiperla anduviera sola y no contara con mas amigos resultaba para él, ser uno de los más grandes misterios. Solo había necesitado de unos pocos días para saber cuan agradable y buena compañía resultaba ser, por no decir que era muy encantadora, inteligente y con interesantes puntos de vista. Cuando pensaba en ella solo hallaba puntos buenos, entre escasos detalles que no manchaban su opinión por Hinata, y por ello mismo es que había tomado una decisión que sabía era la más sabia.
Antes de que el mismo pudiese dar cuenta las clases habían terminado y Kisame le hablaba para ponerse en marcha asía la salida. Por ese día podría irse temprano, pues todo lo requerido para el baile por fin se veía listo y lo único que faltaba era que el comité diese los últimos detalles a la decoración del salón, el cual sería el mismo gimnasio que tuvieron que dejar en desuso para actividades escolares desde hace dos semanas, a causa de la preparaciones. En fin… el ya no tendría que preocuparse más por eso, puesto que esa misma mañana se había pasado para cerciorarse de que todo estuviese listo y para su alivio así era. Los jóvenes encargados habían hecho un excelente trabajo con las decoraciones; habiendo ambientado el gimnasio con grandes esferas de papel que colgaban de los techos y cientos de coloridas flores de papel distribuidas por todo el espacio. Había cortinas de seda blanca cubriendo las ventanas y se habían juntado varias mesas que se usaban para los eventos deportivos, formado así un gran mesón en donde iría ubicada la comida la cual sería donada por varios estudiantes y la misma escuela; dispuestos sobre la mesas que irían recubiertas por manteles. Abrían sillas dispersas alrededor del amplio espacio, para los que prefiriesen mantenerse sentados. En la tarima que generalmente se usaba por los profesores en las mañanas de charlas matutinas; se habían ubicado los supuestos "tronos" del Rey y la Reina que al parecer no pueden faltar para ese tipo de eventos. Los dos tronos se conformaban por dos sillas mullidas y decoradas, pertenecientes a la oficina del director y que fueron prestados por el mismo. Por otra parte, más allá de la decoración, también estaba las cornetas y equipos de sonido proporcionados y preparados por el club de audiovisuales; quienes se encargaran de todo lo referente a la música y los altavoces para los micrófonos, así como las iluminaciones dispersas por el lugar.
A decir verdad, debía decir que era sorprendente lo organización y el trabajo que había tenido lugar y en mano de estudiantes. Todo sería perfecto, si no fuera por que requerían de su directa supervisión para constatar de que nada salga mal. Así como también, tubo que asegurarse de que el cartel pintado por Hinata estuviese correctamente enmarcado, para luego ser acomodado en el lugar asignado… aunque eso realmente no fue algo que le molestase, pues en verdad deseaba que el esfuerzo de quien consideraba su nueva amiga se viese bien reconocido.
En fin… caminaban por los pasillos de la planta baja, junto con Kisame, cuando el bullicio llego a sus oídos. Se detuvo al instante y por ende su amigo hiso lo mismo, mirando en la misma dirección que él veía.
_ ¿Qué crees que sea ese alboroto? – cuestiono su compañero mientras le dirigía una expresión confusa a los pasillos vacios, pero de los cuales resonaban aquellas voces.
_ No tengo idea… pero supongo me corresponde averiguarlo… vamos. – dijo y al instante se puso en marcha siendo seguido de cerca por Kisame.
A medida que avanzaban las voces se hacían más claras, tanto femeninas como masculinas conformaban aquel alboroto. Llegaron al pasillo de los de primer año y se sorprendió al ver una gran cantidad de estudiantes aglomerados en ese estrecho espacio; de forma tal que parecían rodear algo que desde su punto no era capaz de ver de qué se trataba. Las burlas y las rizas eran cada vez más claras, pero también los insultos despectivos a quien suponía se encontraban en medio de todo eso. Estaba pro preguntar, exigir una explicación sobre lo que se suponía ocurría ahí, cuando su nombre salió a relucir entre las voces, sobresaliendo del resto… siendo pronunciado por una chica que seguía hablando con su voz chillona:
_ ¿Quién te crees que eres como para acercarte a Itachi-sama? – exigía… una segunda vos sonó….
_ ¿No te dijimos hace una semana que te alejaras de él? – Escupió de forma parecida a una amenaza-
_ Y no lo niegues… Yo misma te vi saliendo de la biblioteca con sempai hace apenas unos días – manifestó una tercera.
_ Y para colmo, hoy te has dignado a compartir un almuerzo con él. – acuso lo que pareció ser la primera.
_ Alguien como tú no tiene derecho ni siquiera a compartir el aire con alguien tan maravilloso como lo es Itachi-sama. – dijo otra y ante sus palabras la mayoría de los ahí presentes comenzaron a reír nuevamente.
_ Es por eso que Itachi-sama no te invitaría al baile… ningún chico lo hará. – sentencio otra y con esto trajo más risas y burlas.
El por su parte no podía creer lo que oía… Permanecía inmóvil en su lugar hasta que Kisame se le acerco por la espalda.
_ Amigo… creo quien está en el medio es tu patito feo. – informo mientras apuntaba a un espacio en donde se lograba ver a un apersona derrumbada en el suelo, junto a ella, varios materiales se veían regados por la superficie, cosas que obviamente se trataban de los materiales de estudio de la joven y los cuales muchos no tenían consideración y pisaban sin mayor miramiento. Se seño se frunció ante eso; iba a decir algo cuando una aflautada voz, una que bien conocida, broto entre todo ese bullicio, dejándolo atónito ante sus palabras.
_ Y-yo sé… yo se que… no merezco estar junto a alguien como él. – la escucho decir, y al instante, como si ya no tuviese suficiente, como un detonante, afinco sus pasos y se impulso dentro de aquel marullo.
Se abrió paso con aparente facilidad, siendo que los que lo reconocían al instante se rodaban dejándole espacio, muchos se reconocían sorprendidos y otras empezaron a llamarle con absurda emoción. Rápidamente se vio en medio de todo ello y su vista fue directo aquel trió de chicas que se mantenían en pie, justo al frente de la delicada silueta que se mantenía encogida en el suelo… Las tres chicas se giraron en su dirección una vez las voces que lo llamaban se hicieron lo suficientemente fuertes para captar su atención; y las tres parecían estar emocionadas de tenerle al frente, esbozando cada una amplia sonrisa, pero que se les fue borrando al ver que no obtendrían respuesta alguna de él.
_ ¿Puedo saber que está ocurriendo aquí? – exigió saber con voz firme, a lo que reconoció dos de ellas retrocedieron nerviosas.
_ Itachi-sama… nosotras solo le dábamos entender algo a nuestra compañera. – manifestó la que estaba en el medio y la que reconoció como la primera voz que escucho llamar su nombre al llegar.
_ ¿Así? – comento con tono irónico, y entonces, haciendo caso omiso de quienes lo rodeaban, se puso en cuclillas y fijo su vista en el rostro de Hinata quien hacia lo posible de cubrirse con las manos. Su seño se frunció al reconocer el brillo de la humedad deslizarse por su mentón. No lo pensó mucho entonces, cuando estiro su brazo y poso su mano en el hombro de ella atrayéndolo a él. Escucho varias exclamaciones ante su acción pero no hiso caso. La ojiperla por su parte había alzado el rosto y lo miraba completamente sorprendida, prácticamente entre sus brazos.
_ Itachi-sama, no se moleste… esa chica no vale la pena. – manifestó una chica, no del trió sino del publico espectador y escuchó como un muchacho apoyaba lo dicho.
_ ¿Y quién decide si vale la pena o no? – cuestiono y tal como creyó muchos agacharon la cabeza sin saber que responder. Más aun, quedaban a su parecer, como alguien idiota, quien aún se viese capaz de contestarle, así como la chica que en ese instante hablaba.
_ Solo hay que verla para saberlo. – espeto segura y sonriente.
_ ¿Y que se supone debo ver para confirmarlo? – le devolvió la pregunta dejándola callada. Lo más probable era que no se esperase una contestación como aquella.
_ Es una chica sin ninguna gracia… no es nada que merezca ser digno de mención. – expreso un joven a quien le dirigió la mirada mas hostil que tenia.
_ ¿Acaso la conoces para decir eso? – pregunto y como suponía no hubo confirmación. _ No me tomare la molestia en decirles cuan maravillosa persona es Hinata-san, a personas que no se han tomado la molestia de conocerla ni un poco. – espeto y noto a los pocos que quedaban observarlo atónitos.
_ ¿Entonces… acaso Itachi-sama… son cierto los rumores? – cuestiono agitada, una chica. Cosa que él, al principio no comprendió pero rápidamente logro hacerse una idea, entones… sin saber porque, esbozo una sonrisa.
_ No voy a negarlos. – espeto y al instante varios de los alumnos ahí presentes soltaron amplias exclamaciones de sorpresa. Entonces, para poner la fresa al pastel, se puso de pie, ayudando a al mismo tiempo a la ojiperla, quien una vez enderezada, llevo un brazo a su cintura y la rodeo apegándola a él. La sintió flaquear, como si sus piernas no la sostuvieran así que reafirmo su agarre. Comenzó a avanzar de esa manera y Hinata se dejo llevar por él.
Observo a Kisame y le mando un mensaje silencioso, el cual su amigo supo entender, puesto que el muchacho se acerco a él y rápidamente tomo de Hinata tal y como él lo hacía.
_ Sácala de aquí Kisame… yo tengo que recoger unas cosas. – dijo mientras apuntaba con su pulgar los materiales de Hinata que aun se encontraban regados. Kisame al comprender asintió y se dio la vuelta para comenzar a alejarse con Hinata quien no puso objeción ante su amigo.
Al instante se dio la vuelta y el azabache regreso al espacio en el cual ya no quedaba tanta gente como antes, puesto algunos se habían retirado al momento. Sin fijarse en nadie se agacho y de esa forma comenzó a recolectar las cosas tiradas. Muchos se rodaron al ver lo que hacía, dejándole libre camino para tomar todo. Una vez listo, busco con la mirada el bolso, el cual no encontró por ninguna parte; frunció el seño y alzo la vista para observar a las tres chicas que aun permanecían en ese lugar; parecían paralizadas y sin poder de reaccionar.
_ En donde está la bolsa de Hinata-san – cuestiono y tuvo que esperar unos segundos hasta que una de las chicas se atreviese a responder.
_ Ahí… - dijo con voz temblorosa mientras apuntaba con el dedo en dirección a una de las papeleras del pasillo… Debió suponerlo.
Se puso en pie, sin dar las gracias se acercó al bote, donde al instante vio, justo en la cima de todo, la bolsa de la cual tomo en sus manos y luego sacudió, quitándole los rastros de suciedad más evidente, aliviado de que el interior estuviese intacto; para luego acomodar todo lo que había recogido y que llevaba prácticamente reposando en uno de sus brazos, cuidando de que nada se le cayese. Una vez tuvo todo guardado, se enderezo y luego y se giró al pasillo con intenciones de retirarse, no tenía planeado decir más nada a esas personas, más se vio obligado a detenerse cuando escucho que una chica le preguntaba:
_ ¿Itachi-sama, piensa ir con pato feo al baile? – fue su pregunta y el ladeado un poco el rostro para observarla; parecía expectante y algo esperanzada; no le costaba saber que esperando una negativa. No había necesidad u obligación de decirle, mas se decidió por contestarle.
_ Si. – y sin esperar a ver su reaccione se termino de girar y comenzó a avanzar por el pasillo, alejándose cada vez mas de la gente que aun quedaba.
Mire mis manos nerviosa… ¿Qué había pasado? Como terminaron así las cosas. Levante la vista y me encontré con el perfil de chico a quien Itachi le pidió me sacara. Todo estaba siendo tan confuso que aun lo lograba captar todo. Apenas y entendía que una vez terminaron las clases unas chicas de su clase me retuvieron en el pasillo y me mantuvieron ahí hasta que los profesores se hubiesen ido. Una vez solas fue que empezaron a soltarme un montón de cosas, como que no querían que me acercara a Itachi sempai… lo mismo que llevan diciéndome desde la semana pasada. La verdad no espere que me acorralaran de esa manera; luego me quitaron la mochila, arrojándola al suelo y esparciendo su contenido; luego una me propicio una cachetada que provoco que girara mi rostro, continúo esto una me golpeo en un brazo y otra me empujo con fuerza contra la pared. Para cuando quise darme cuenta ya me encontraba rodeada por un tumulto de gente…. Todos riéndose y soltándome insultos.
A partir de ahí trate de hacer oídos sordos y perdí un tanto la noción de lo que ocurría a mi alrededor, solo deseaba que todo se acabara pronto. Siendo sincera, aun pienso que fue un sueño cuando Itachi-sempai se apreció en frente de mí y luego me puso de pie. Creí que caería de los nervios si no fuese porque el rodeo mi cintura con su brazo, manteniéndome a pegada a él.
Y de repente… de un momento a otro, me encontraba en brazos de un desconocido quien me había sacado del instituto… Ahora esperábamos a quien suponía era el sempai.
_ ¿Todo solucionado? – cuestiono el chico que estaba junto a mí, y al seguir la dirección de su mirada me encuentro con la firme y elegante silueta del sempai, quien caminaba asía nosotros, acercándose rápidamente.
_ Creo que recogí todo. – comento al parecer como respuesta a la pregunta anteriormente echa. De repente, este fijo su vista en mí, asiéndome respingar.
_ Sus cosas. – comento y para mi sorpresa me extendió mi mochila la cual no recordaba había dejado. Apenada extendí mis manos para recibirla, una vez la tuve me la acomode, colgándomela de un hombro.
_ Mu-muchas Gracias. – susurre y observe a Itachi asentir.
_ No hay de qué… Además, creo que deberá lavarla al llegar a casa, pues la he encontrado en la basura... En todo caso, he sacudido lo más que he podido del sucio – lo escuche decir, yo solo agache la cabeza nerviosa… no sé muy bien que decir en esta situación.
_ No puedo creer que te hayan pegado. – comento de repente una voz a la que apenas me estaba acostumbrando. Inconscientemente me lleve una mano a mi mejilla que supongo estaría hinchada por al cachetada que me dieron.
_ Déjame ver. – dijo de repente Iachi y sin poder esperármelo me tomo del rostro y lo ladeo un poco dejando mi mejilla expuesta. Este la observo un poco antes de liberarme. _ ¿Qué clase de niñas anda dando cachetadas a diestra y siniestra? – cuestiono Itachi (le parecía a ella) indignado.
_ No sé cómo te sorprendes Itachi- comento el chico extraño a quien miro, y para mi sorpresa, recibo una puntiaguda sonrisa de vuelta. _ Me presento, soy Kisame, mejor amigo de Itachi. – se presento y extendiéndome la mano, la cual sostuve al instante para devolver el saludo.
_ Hi-Hinata – me presente un tanto nerviosa, mientras me inclinaba levemente en signo de respeto por mi superior.
_ Ow… eres tan tierna... Ya entiendo todo – comento mi sempai de repente haciéndome sonrojar. Pero mi vergüenza paso a sorpresa cuando Itachi separo nuestro saludo interponiéndose entre ambos.
_ Bien Kisame… gracias por tu ayuda. – lo escuche decir y al instante yo me incline.
_ Muchas Gracias por ayudarme. – dije recordando que Kisame-sempai también había partido por así decirlo.
_ No es nada pequeña… por cierto, creo que ustedes necesitan hablar, así que me retiro. – dijo este de repente, y sin darme tiempo de despedirme correctamente, el sempai comenzó a caminar por la calle.
_ Hinata. – escuche mi nombre y tuve que girarme para encontrándome con la penetrante mirada color azabache.
Retrocedí un poco; ahora nos habíamos quedado solos y temía a lo que tenía por decirme. Hasta ahora nadie se había molestado en defenderme o rescatarme, y para ser honesta nunca desee ser visita en esa situación por el azabache.
_ Ya es tarde, hablamos en el camino. – comento y sin que yo pudiese asimilarlo, me tomo de la mano y la templo un poco asiéndome caminar junto con él.
Avanzamos por las silenciosas calles, tan solo podía escuchar el ruido del alerta de los pájaros, y la fría brisa golpeado y agitando las ramas de los arboles, así mismo como el sonido de nuestros pasos sobre el concreto y el crujir de lagunas ramas y hojas bajo nuestros zapatos.
Apreté los labios nerviosa… ¿Qué estaría pensando Itachi en ese momento? Me había dicho que hablarían en el camino pero hasta al momento no había soltado ni una palabra, y aunque me daba pavor de saber lo que diría, también me resultaba un tormento aquella espera.
_ Hinata… ¿puedo saber que fue lo que ocurrió hoy? – escucho por fin su pregunta y nerviosa, miro asía el suelo.
_ …
_ ¿No piensa contestar? ¿Aun cuando mi nombre salió a relucir mucho? Creo que tengo derecho a saber. – comento y aquello me hizo apretar los labios a un mas…
_ Yo… ellas… A ellas no les gusta que yo hable con usted. – confesé con la voz entrecortada, no valía la pena mentir, no a estas alturas.
_ ¿Y por eso fueron capaces de darle una cachetada? – cuestiono al parecer atónito mientras detenía su marcha obligándome a hacer lo mismo.
_ E-esto no es nada… no es su culpa… siempre lo hacen. – susurro tratando de quitarle importancia, aperando que Itachi me creyese, pero supe que me había equivocado al escuchar lo que dijo.
_ ¿Siempre? ¿Qué quieres decir con siempre? ¿Acaso se la viven dando cachetadas? – le hiso una pregunta tras de otra, a las que negué con la cabeza repetidas veces.
_ No siempre, solo algunas… es decir. – balbuceaba en busca de lo más indicado que decir, pero pronto me di cuenta que lo único que hacía era empeorarlo.
_ Así que te pegan de vez en cuando. – afirmo el, a lo que solo me vi en condición de agachar la cabeza incapaz de encontrarme con aquellos ojos azabache, los cuales quien sabe podrían estar expresando.
_ ¿Por qué no me lo dijo? – le escucho preguntarme, a lo que alzo la cabeza sin contenerme, mirándola atónita… ¿Cómo pude creer que iría a contarle? ellos no son nada… apenas y conocidos ¿verdad?... Itachi pareció comprender mis interrogantes no dichas pues esta vez fue su turno de rehuir a mi mirada.
_ L-lo siento… me sobre pase… Es solo que… me molesta ¿sabes? Soy el presidente del consejo estudiantil, se supone que velo porque esas cosas no pases… y por otra parte… Tú no has sido capaz de decirme. – se explico provocando que mi corazón se oprimiese… lo que menos quería era molestarlo…
_ Yo… yo, solo no deseaba causarle molestias. – me excuse y lo mires esperando me comprendiese, mas solo vi su seño fruncido.
_ ¿Tan poco confiable me cree? – pregunto y negué con la cabeza desesperada.
_ ¡No es eso!... yo… yo solo no quería ser una molestia…
_ Bien… no quiero seguir hablando de eso ahora, por otra parte ¿desde cuándo? ¿Desde cuándo la molestan? – exigió saber y a sabiendas de que no sería capaz de mentirle, acepte contarle.
_ Desde siempre… es decir, soy la torpe pato feo… es de esperarse. – confieso y lo noto un tanto atónito, como si no creyera lo que le dijera.
_ ¿Pero qué pasa con nuestro instituto y sus estudiantes? - cuestiono al parecer, nuevamente indignado, confundiéndome… ¿a qué venía aquella pregunta? _ ¿Y desde cuando te molestan por mi causa? – le escucho preguntar, lo que me provoca retroceder… ¿debía decirle? Me pregunte al tanto, de que tal vez, podía genera malestar en Itachi… el es un chico amable, lo más probable es que se sienta culpable… Es por esa conclusión que me quede callada.
_ ¿No piensa decirme? – cuestiono y pudo percibir una nota de decepción en sus ojos. ¿Acaso había tomado la decisión incorrecta?
_ Itachi-san… no tiene por qué preocuparse por cosas que ya pasaron… no es su culpa. – le digo esperando con eso aliviarlo, mas no pareció surtir efecto.
_ Eres muy amable y fuerte… ¿lo sabías? – dijo y con una voz tan suave que me resulto ilógico aquel cambio…
_ ¿Po-por qué? – cuestione mirándolo expectante… queriendo saber por qué su rumbo de conversación se desvió tanto; al instante me encontré con la amable mirada de Itachi que creí nunca mas vería, tras lo que estaba ocurriendo.
_ Escuche a las chicas que le molestaban decir que llevaban una semana advirtiéndole, solo le pregunte para confirmarlo, mas creo si fue así. Por otra parte, me resulta increíble que haya soportado sus actos sin decirme nada de ello y por otra parte aun sea capaz de decir que no es mi culpa. – expreso este dejándome atónita.
_ Es que yo… - balbuce sin saber que contestar.
_ Supongo, debo disculparme. – comento con una sonrisa que no supe descifrar.
_ Usted, no debe disculparse por nada. – exprese algo alarmada, mas no pareció gustarle pues su expresión cambio nuevamente a una seria.
_ ¿"Usted?" pensé que ya habíamos superado esa etapa… Hinata, sé que no quieres culparme, pero comprende que por mi parte no es así… Se supone que soy tu sempai, para colmo el presidente estudiantil… y el que te pasaran estas cosas, son algo que sin duda debí ser consiente y detener.
_ No era posible que supiese… antes… n-ni siquiera nos conocíamos. – exprese sabiendo que estaba en lo correcto.
_ Pero ahora lo hago... y como tal… a partir de ahora, no permitiré que cosas así se repitan… es una promesa.
Ante sus palabras, quise contestar pero no puede; Itachi me miraba con una expresión tan seria e intensa, que no me sentía capaz de decirle algo… podía sentir como mi garganta se cerraba, incluso como las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos. Agache la cabeza intimidada ante su penetrante mirada y espere porque el momento incomodo terminase. ¿Qué hacer? Nunca espere encontrarme en tal situación con Itachi-sama, mucho menos espere que mi situación pudiese afectarle… ¿Por qué?... Resulta vergonzoso, pensar que he terminado siendo una molestia para la persona que admiro… Incluso le he hecho decir semejantes palabras.
_ L-lo siento… Perdón por darle tantas molestias… - me disculpo con la voz entre cortada por el llanto que quería surgir, mas no debía dejarlo, no podía darle más molestias de las que ya había dado.
_ No llores. – dijo, a lo que al instante le di la espalda… yo aún mantenía la mirada gacha ¿Cómo lo supo?
_ N-no lloro… solo… - trate de explicarme, pero de repente, sentí como perdía el aliento cuando su mano se posó en mi hombro y con cierta presión, me hizo girar.
_ Si lo haces. – espeto y sin que pudiese evitarlo su mano se acercó a mi rostro y limpio una de las lágrimas que amenazaba con caer. Pude entonces, apreciar una de sus sonrisas amables.
_ L-lo siento… - balbucee nuevamente, pero el negó con la cabeza.
_ No te disculpes… no me importa, además…. Hinata, no eres una molestia… para nada.
_ Pe-pero… he hecho que se preocupe, además… ha causado que se enfrentase a aquellos chicos. – le recordé apenada.
_ Esos chicos necesitaban que alguien les regañase, además era mi trabajo, nada por lo que usted deba sentirse responsable… Y sin tanto le preocupa, un simple gracias es suficiente. – dijo, y para finalizar me brindo una de sus brillantes sonrisas… en verdad Itachi era un ser único…. Y entonces, comprendiendo sus palabras le dije lo que se debía.
_ ¡Muchas Gracias! – agradecí honestamente, y me incline ante él, esperando que mis gracias fuesen bien recibidas.
_ ¿Qué te dije de inclinarte?... Está bien Hinata, acepto tus agradecimientos. – me dijo y nerviosa alce la vista para encontrarme con una serena expresión en el rostro del sempai.
Tras esto, nuevamente un silencio nos envolvió a ambos; tanto Itachi como yo, únicamente nos mirábamos el uno al otro. A decir verdad comencé a sentirme incomoda, inevitablemente por su tan penetrante mirada, así que al poco tiempo me vi en la necesidad de desviar la vista asía otro punto; al hacerlo, me percaté de que ya estaba atardeciendo y que dentro de poco, anochecería. No pensé que nuestra discusión haya tomado tanto tiempo, más las horas habían pasado volando sin tomarnos en cuenta. Era hora de regresar a casa….
_ Tal parece que ya ha atardecido. – comento de forma suave, aunque parecía que Itachi ya se había percatado de lo mismo que yo.
_ Cre-creo que es hora de volver. – opine y lo que el asintió. De repente vi su mano extenderse así a mí.
_ ¿Vamos? – pregunto y comprendiendo lo que me pedía, nerviosa, extendí mi mano asta posarla en la suya, la sostuvo al instante; formando así un cálido agarre.
Llevábamos caminado en silencio desde entonces. Y al rato pude apreciar mi casa a la distancia; al poco tiempo ya estábamos justo en la entrada, listos para despedirnos.
Pese que eso sería todo hasta que escuche como me llamaba.
_ Hinata-san. – le escucho, y cuando me giro, me sorprendo por reconocerlo nervioso.
_ ¿Ocurre algo Itachi-san? – cuestión, un tanto preocupada, por lo fuese que pudiese provocarle alguna inquietud.
_ Vera… esto puede ser inesperado… pero, hay algo que no le he contado. – me informo dejándome algo confundida… ¿que podría ser aquello de lo cual necesitase hablarme?
_ ¿D-e que se trata? – me atreví a preguntar, ante la expectativa, de que lo que me dijese. Al escucharme, lo noto ponerse algo más serio; recuperando algo de su compostura… A decir verdad no pensé que se tratase de algo muy grave, pero no sabría cuan equivocada estaba.
_ Vera… A decir verdad, hace un rato, en el colegio… he dicho frente a todos… que asistiríamos juntos para el baile de primavera. – Una vez lo escucho, siento que todo se detiene de repente… ni siquiera sé si estoy respirando… por un momento me dan ganas de reír, pero se por su expresión que no se trata de ninguna broma.
_ ¿por- porque habría de? – cuestione una vez conseguí mi voz.
_ Sé que he sido irresponsable y que no tuve consideración contigo… quiero que sepas que no estas obligada a nada. – expreso, con cierta pena expuesta en su rostro… dejándome anonada con su suposición… era ilógico.
_ Pe-pero es que yo. – No sabía que decir… estaba ahora, realmente sin palabras. ¿En verdad Uchiha Iatchi, me había invitado al baile... a mí, el pato feo?
_ Ha decir verdad… una chica de las que le molestaban me lo ha preguntado y yo he terminado diciendo que Si, pese a que no estaba presente… en verdad me disculpo con usted por tomarme tal derecho. – me explico dejándome impactada…. Entonces las cosas se habían dado de esa forma… ahora comprendía. Agache la cabeza… a decir verdad me sentía decepcionada…. Aunque debí saberlo…
_ Con-comprendo… en ese caso… por favor no tiene que preocuparse… no debe verse en la obligación de venir conmigo. – le notifique… debí en verdad suponerlo, Itachi no podría querer asistir conmigo, era obvio que debía de tratarse de su sentido de la responsabilidad y tal vez algo de lastima para conmigo.
_ ¿Obligado yo? ¿No debería ser usted en cambio quien se sienta obligada? Después de todo, lo di por echo… - Expreso, con cierto desconcierto en su voz.
_ Pero es que… Itachi-san debe de tener a alguien con quien realmente quisiese ir. – dije totalmente segura de que mi conclusión era correcta.
_ No… pese a que se dio de esta manera, no fue algo improvisado, así no hay necesidad de que te disculpes, puesto que se trataba de algo que pensaba hacer de igual forma. – Admitió dejándome anonada.
_ ¿Algo... algo que pensaba hacer? ¿A qué se refiere? – cuestione creyendo no haber entendido la verdad de sus palabras.
_ Me refiero exactamente eso… Como dije, sé que no se trató del mejor momento, pero siendo algo que llevaba tiempo de haber decidido. Quiero que sepa, que era mi plan el pedirle, que por favor, me conceda el honor de asistir con migo al baile de primavera.
Una vez el azabache dijo aquellas palabras, hubo de permanecer expectante ante la respuesta de la fémina, puesto que la ojiperla no había mostrado reacción ante sus palabras. En un principio creyó que le rechazaría por haberla forzado a ello con haber hecho aquel anuncio público. Pero le sorprendió ver que ella se sonrojaba al extremo, y de que en un momento a otro, comenzó a negar con la cabeza, mientras repetía constantemente que ella no tenía el derecho ni la capacidad para asistir con alguien como él.
Entonces supo que en conclusión, no se estaban negando a asistir con él, pero tampoco lo creía indicado. A decir verdad, quiso gritar de frustración, por escuchar la posición en la que ella misma se ponía ante él y los demás. Debió de hacer de mucho esfuerzo para no mostrar su desagrado, y en cambio, se decidió por sonreír para calmarla. Sabía bien que Hinata tenía ciertos problemas en lo que se refería a su auto estima y que no podía ser algo que se curase de un día a la mañana. Lo único que podía hacer, por el momento, era pasarlo y lograr convencerla de forma calma. No llevaba mucho conociéndola pero no fue muy difícil para el azabache saber que uno de sus mayores deseos, se había formado, y ese era hacer que aquella espectacular, grandiosa, dulce y amable chica, se formase una mejor opinión de sí misma.
Dispuesto a empezar con ese objetivo, decidió que por el momento se dignaría en acorralarla.
_ No deseo a nadie más para ir conmigo al baile… Y por su respuesta, debo intuir que no le importaría asistir conmigo. – le dijo sonriente y ante sus palabras, pudo notarla nerviosa.
_ Y-yo… yo… - Balbuceaba sin saber que decir y al instante pudo sentir una especie de déjà vu, por encontrarse anterior mente en una situación parecida. Así mismo, tuvo que reconocer que igual que en el pasado, tal parecía, no tenía como refutar sus palabras, puesto que ella misma, con las propias, se había dejado en esa posición.
_ Para mí, sería un honor que aceptase mi invitación… en verdad considero que será una noche agradable si vienes conmigo. – confeso siendo completamente honesto con ella… En verdad el azabache esperaba que sus palabras fuesen capaces de convencerla.
_ Pe-pero los demás. – balbuceo y supo que había dicho algo indebido, cuando noto cierta molestia en las facciones del Uchiha.
_ No estoy preguntando por lo que opinen los demás… Que es lo que tú deseas, es lo que estoy preguntando. – expreso dejándola impactada por la dureza de su palabras… cohibida y temiendo recibir más duras miras, por alguien que consideraba generalmente amable, termino por decir la verdad sobre lo que deseaba.
_ A mí… a mí me encantaría. – confeso a punto de estallar en lágrimas por la pena; agachando el rostro no queriéndose humillar más. Pero grande fue su sorpresa al sentir su mano ser sujeta por una ajena.
_ Entonces, no hay más nada que discutir. – dijo, dejando por tajando la discusión, y sonriendo de una forma que hiso que el corazón de Hinata brincase… se trataba de una de sus más brillantes y cálidas sonrisas.
Hinata sintió sus piernas flaquear y pensó que caería cualquier momento al suelo. Mas logro mantenerse en pie, pero incapaz de despegar su mirada de la profunda de Itachi. ¿En verdad asistiría junto con su sempai al baile? Se cuestionó incrédula, pero aquella discusión, aquella mirada y aquella calidez transmitida hasta su mano le decían que todo eso era real…
Itachi por su parte, no se quedaba atrás. Un extraño regocijo surgía desde su interior al ver que esta había renunciado a rechazarle, y admitía querer asistir con él, al que consideraba un ridículo baile.
Estando ya en la puerta de la casa, y con la llegada del anochecer cerca, Itachi se despidió de Hinata, no sin antes de asegurarle que al dia siguiente seguirían con su platica. Hinata aun incrédula, e insegura, solo asintió y se despidió del mayor con un ligero movimiento de la mano.
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