Nota 1: Ninguno de los personajes me pertenece, son creación de Sir. Arthur Conan Doyle y en su versión moderna de Steven Moffat, Mark Gatiss y la BBC, yo solo me divierto con ellos sin animo de lucro.
Nota 2: Este fanfic forma parte del intercambio "Valentino Slash" y es un regalo para Andrew Testa, espero sea de tu agrado.
Nota 3: Se hará mención a violencia, muertes y es muy posible que haya sexo también.
SECRETOS.
Parte I
John salió del 221 B de la calle Baker azotando la puerta, últimamente él y Sherlock discutían casi a diario por cualquier tontería, desde hace algunas semanas John tenía más citas que de costumbre y eso parecía irritar al detective, por otro lado, tenía casi dos meses que Sherlock le había confesado a John que Irene estaba viva, que aquella ocasión en la que le dijo que tenía que ir a Francia por un caso era mentira, ya que en realidad había estado en medio oriente salvando a "La mujer" de morir decapitada a manos de una célula terrorista, John había montado en cólera, no solo se había burlado de su hermano y de él, si no que además no le tenía la suficiente confianza como para decirle lo que pensaba hacer, Sherlock se defendió diciendo que el motivo por el cual se lo había ocultado era porque sabía que se enojaría, y además se preocuparía, pero que se sentía con el deber de hacerlo, ya que al quitarle el celular a Irene la había puesto en peligro, pues éste era su único seguro de vida.
Desde entonces su relación de amistad se había visto seriamente afectada, además y por si fuera poco, Sherlock salía constantemente sin decirle a John a donde iba, no es que tuviera que darle santo y seña de lo que hacía, digo ni que fuera su novio, pero el doctor sospechaba que estaba trabajando sobre algún caso al cual no estaba invitado y que nuevamente lo estaba dejando fuera de algo.
Sherlock no entendía porque después de casi dos meses John seguía tan enojado, no se lo decía pero era obvio que todas esas discusiones eran resultado del resentimiento que le guardaba, aunque por el momento había un asunto que lo tenía más preocupado, se asomó a la ventana y en cuanto vio que el Doctor doblaba en la esquina tomó su abrigo y salió.
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John había salido a cenar con una enfermera de la clínica en la que trabajaba, pero el pleito con Sherlock lo tenía muy distraído, por lo que en toda la cena no le prestó la debida atención a la chica, no se trataba solamente de la falta de confianza de Sherlock, si no que además no podía borrar de su mente la imagen del detective desnudo en la cama con Irene después de haberla rescatado, aun cuando Sherlock le había asegurado que nada pasó entre ellos, habían pasado la noche un hotel, si, pero solo para hacer tiempo y en cuanto amaneció cada quien tomó rumbos diferentes, pero el doctor no se lo creía, ¿cómo podría?, después de todas las cosas que le ha ocultado, y las que posiblemente le seguía ocultando, tampoco entendía porque esa imagen le molestaba tanto.
-O-O-O-O-O-
John no había vuelto a ver a Sherlock desde aquella tarde en la que discutieran, sabía que no había dormido en el departamento la noche anterior, y no estaba seguro de que hubiera llegado a dormir el viernes.
El rubio había estado hablando y mandando mensajes al celular del detective, de los cuales no había recibido respuesta alguna, tenía un mal presentimiento y eso lo estaba asustando, por lo que decidió hablarle a Mycroft, él siempre sabía en donde se encontraba su hermano, o al menos en que estaba metido.
- Hola Mycroft.
- John ¿en que puedo ayudarte?
- Hace dos días que no sé nada de Sherlock –al no recibir respuesta inmediata supo que algo andaba muy mal.
- Voy para allá.
Veinte minutos más tarde Mycroft Holmes subía las escaleras al piso de John y su hermano, sin saludar si quiera, el político comenzó a interrogar a John.
- ¿Cuándo fue la última vez que viste a mi hermano?
- El viernes a las seis de la tarde…. Mycroft, por favor dime que sabes donde está.
El político solo suspiró y desvió la mirada.
- ¿Y hasta hoy te diste cuenta de que no estaba? –no era un reclamo, era una pregunta sincera.
- Si, el viernes tuvimos una discusión antes de que saliera a una cita, la verdad es que cuando estuve de vuelta no me fijé si estaba el abrigo de Sherlock, solo subí directo a mi habitación, al día siguiente salí muy temprano, estuve todo el día fuera, regresé como a las seis pero casi de inmediato volví a salir, fue cuando noté que no estaba el abrigo de tu hermano, regresé cuatro horas más tarde, venía algo tomado, pasé a la cocina para tomar un vaso de agua pero éste se me resbaló de las manos y se estrelló en el piso, me sentía muy mareado así que no lo recogí, pero por la mañana me llamó la atención que los vidrios continuaran en el suelo, Sherlock podrá no ser muy hacendoso, pero si ve vidrios en el piso los levanta inmediatamente ya que muchas veces acostumbra estar descalzo, esperaba que llegara más tarde pero al ver que no era así empecé a llamarle a su celular y a mandarle mensajes, pero no ha contestado a ninguno de ellos.
Mycroft observaba al doctor sin decir nada, pero en su rostro se podía ver claramente la preocupación.
- Mira, últimamente hemos discutido mucho, pero aún así sé que Sherlock jamás dejaría de contestar una llamada o un mensaje mío, él sabe que me preocupo –dijo John.
- Te dijo lo de Irene ¿no es así? –Mycroft dedujo que el motivo de las discusiones entre su hermano y el doctor eran por ella.
- ¿Lo sabes?
- Me enteré hace tres semanas, su cuerpo fue encontrado sin vida cerca de los acantilados de Dover, supe entonces que Sherlock debió de haberla ayudado hace tres años cuando la creí muerta, ya que él sería el único que podría engañarme.
- Oh Dios –John no soportaba a Irene, pero tampoco le deseaba nada malo, mucho menos que la mataran.
- Pero ahora mi mayor preocupación es Sherlock.
- Mycroft ¿de verdad no sabes en donde está Sherlock? –John vio como el mayor de los Holmes pasaba saliva con dificultad y juraría que estaba más pálido que de costumbre-, ¿En que estaba metido? Poco después de que me confesará lo de Irene comenzó a comportarse muy raro, a veces salía todo el día y cuando le preguntaba nunca me decía en donde había estado, ni que estaba haciendo.
Mycroft tardó un poco en contestar, parecía que no sabía como decir lo siguiente o tal vez tener el valor para hacerlo.
- John, hace poco nos enteramos de algo realmente preocupante, resulta que tanto Moriarty, como su red, no están muertos.
