01 - Let's wade in the water

Acomodó su corbata con un movimiento fluido, y con un último vistazo en el espejo de la sala tomó su chaqueta, las llaves, cerró la puerta con fuerza, y sin haber entrado en el ascensor ya tenía los audífonos puestos. Apenas oyó las primeras notas de ese jazz callejero que tanto le gustaba, su cuerpo se relajó contra la madera pulida del pasillo.

Era su primer día de trabajo y una especie de ansias le invadían, siempre había sido su sueño dar clase y tener algo de valor que enseñar a los más jóvenes; y ahora pocas a horas de su primera práctica, no podía sino sentirse nervioso de la nueva vida que estaba a punto de comenzar. Después de cinco años de estudio genético en la Universidad de Jóvenes Talentos y tres más de post-grado en Oxford, Inglaterra; no podía más que sentirse satisfecho de volver a su antigua facultad, ahora no como estudiante, sino como profesor; un cambio de roles bastante satisfactorio, debía acotar, tal vez extrañaría un poco las jergas que se montaban pero no lo creía un gran sacrificio a cambio de lo que ahora tenía. Charles Xavier, profesor – por ahora contratado- en genética.

Entre las cavilaciones y la voz de Marlena Shaw diciéndole que su amor era irresistible puesta en repetición, los veinte minutos que tardaba en llegar se hicieron bastante cortos; y pronto estaba ahí, ante la puerta que rezaba con amplias letras doradas FACULTAD DE CIENCIAS. Tenía tres años sin ver ese arco y como lo había extrañado, el lugar que siempre había considerado como un hogar ahora se abría de nuevo para él; y con una gran sonrisa y la voz de mujer aún resonando en sus oídos entró a una nueva etapa de su vida.

Su primera clase era a las diez en el aula 213, por tanto tenía tiempo de pasarse un rato por el salón de profesores, ordenar su escritorio, meter algunas cosas en su casillero y por favor, tomarse un café, latte preferiblemente. Caminó algunos metros tratando de identificar a algún viejo conocido, mientras se retiraba los audífonos guardándolos en su maletín; peo al girar a la derecha cerca de la escuela de matemática una voz lo sacó de su especie de ensoñación.

- ¡Empollón! - escuchó que gritaban en uno de los pasillos laterales que conducían al área docente; en seguida giró su vista para encontrar una escena que más recordaba a un pre-escolar que a una universidad.

Un chico rubio de no más de 20 años y mirada amenazante, sostenía por la camisa a otro de la misma edad y totalmente aterrorizado, le sorprendía que no se hubiera meado encima por la mueca que tenía.

- ¡¿Que te dije? Qué no quería ver a sabelotodos como tú cerca del campo de entrenamiento. O será que también eres marica y te encanta vernos los culos – El rubio lo zarandeó un poco más mientras alzaba su otro puño con clara intensión golpearle, y por lo menos romperle la nariz.

- ¡Hey, tú! ¿Cuál es tu nombre? - Tanto el rubio como el otro voltearon a ver al hombre parado a unos metros de ellos, mirándolos con una condescendencia que los hacía sentir unos críos.

- Y a ti qué carajo te importa, no te metas en problemas que no son tuyos si no quieres acabar también sin cara. – Le espetó el rubio, más como si estuviera mordiendo el aire que hablando.

Se acercó un par de metros dispuesto a detener al niñito abusador y pedirle firmar acta por acoso e insulto a las autoridades, pero la presencia de una tercera persona lo hizo detenerse de repente.

- Señor Summer, me imagino que con esta escena sólo busca que le suspendan para el inicio de temporada y evitarse la vergüenza de la temporada pasada – Una tercera voz se oyó en el pasillo, haciendo que todos los rostros se giraran hacia el hombre alto y rubio que les observaba desde el pasillo principal.

- No, director Lensherr – dijo el rubio con una sonrisa bastante forzada mientras soltaba al otro del un empujón, no sin antes dirigirle una mirada amenazadora al que ahora se veía claramente más aliviado, y desaparecía al final del pasillo.

- Y usted, joven McCoy trate de no meterse en tantos problemas, mi trabajo no es detener peleas callejeras – Y sin más, el alto hombre continuó caminando por el pasillo sin dirigirle ni por un segundo la mirada a un paralizado Charles.

- ¿Director Lensherr? – Se preguntó Charles, más para si mismo que para el estudiante que trataba plancharse las arrugas de la camisa sólo con las manos.

- S-si, director de la escuela de física. Mucho gusto, Hank… McCoy… y gracias, por lo de Summer, digo, sabes…– dijo el joven extendiendo su mano como si no supiera muy bien que hacer con ella.

- El gusto es mío, Charles Xavier; no creo que haya sido de mucha ayuda, creo que más hizo el director – sonrió el profesor mientras estrechaba su mano con gesto amable.

- Es poco común… ¡Me refiero a tu apellido! Eres la segunda persona, bueno tercera, que conozco que lo tiene… Aunque una está muerta, digo… no lo conocí vivo… Eres nuevo de nuevo ingreso, ¿verdad? - Dijo un sonrojado Hank después de tantas tonterías, intentando arreglar sus meteduras de pata.

Charles amplió aún más la sonrisa, era un chico bastante amable pero tímido.

- Sí, se puede decir que es mi primer día aquí. – Un rápido vistazo al reloj que colgaba de una de las paredes y torció la boca en gesto de dolor, tenía quince minutos antes de su clase; tendría que dejar ese latte para después y apurarse si quería pasar por el salón de profesores antes.- Eres muy simpático Hank, pero tengo una clase en quince minutos y antes debo pasar por la oficina de docentes. Nos vemos en los pasillos.

- Cl-claro… lo siento, hasta luego – y con un rápido asentimiento McCoy entró a uno de los salones que estaban a la derecha. Charles sonrió para si y continuó caminando y tarareando alguna melodía perdida.

Por más prisa que se dio, llegó en punto para la clase que decir rebosaba de alumnos sería totalmente exagerado; era un salón medio para unos cuarenta estudiantes pero apenas y había diez, pero eso lejos de desanimarlo le hizo sonreír un poco más, si estaban ahí era porque amaban la genética, como él; un leve encogimiento de hombros y se dispuso a pasar al estrado.

- Buenos días, mi nombre es Charles Xavier y a partir de hoy seré su profesor de genética. –


Horas más tarde, aunque algo cansado, un satisfecho Charles se encontraba en el cafetín central tomándose su merecido latte. Suspiró de satisfacción al sentir el ligero sabor a vainilla en su paladar; ciertamente el té en Inglaterra era bastante bueno pero ningún sustituto para el cremoso sabor del café, sería perfecto si pudiera encontrar alguien que viajara al sur del continente y así poder abastecerse con una buena lata de granos de café de excelente calidad como los que se daban en esos países más cálidos, se rió para sus adentros, podría ser su forma de darse la bienvenida a América.

Dio otro sorbo mientras observaba por el amplio ventanal de su derecha y arrugó un poco los labios, Raven estaba tardando. Desde que había pisado el país, hacía apenas una semana, estaba ansioso por verla, tres años de separación con llamadas y correos ocasionales eran suficiente para dos hermanos; él suponía que ella estaba igual de deseosa de verlo, pero ya tenía quince minutos de retraso y no daba señales de vida y la escuela de periodismo tampoco estaba tan lejos. Revisó una vez más su móvil por si tenía algún mensaje de ella y aprovechó para activar su iPod, la reproducción en aleatorio comenzó y le extraño que repitiera la misma de esa mañana; pero ahí estaba de nuevo Marlena Shaw…

Let's wade in the water,
Wade in the water,
Listen to me now, wade in the water.
I wanna know that you're mine,
Because your love is so fine.

Y Erik Lensherr, sus ojos pudieron distinguirlo en el campo tras la ventana, a unos escasos diez metros; le intrigaba ese hombre, director de la escuela de física y, según había averiguado a lo largo del día, también jefe de un laboratorio especializado en electromagnetismo que hacía vida dentro del campus; sólo tres años ahí y ya era sumamente reconocido, un portento, de seguro. Continúo viéndolo atravesar el campus por una de las caminerías hasta que unas estudiantes de cara coqueta lo detuvieron, seguro era muy popular entre la población femenina.

You know, baby, that you've got me uptight,
Because your brand of loving feels so right.
I'm like a ship in a stormy sea,
So wade in the water, daddy, and rescue me.

Después de que las estudiantes se fueron entre risitas, Lensherr continuó parado en el mismo lugar viendo hacia unos edificios al lado contrario de la cafetería, hasta que de un solo movimiento como si éste hubiera sido premeditado, dio un giro de ciento ochenta grados y quedo viendo directo hacia él; Charles retiró la mirada en seguida sintiéndose avergonzado de ser descubierto en pleno escrutinio.

- ¡Mierda! – masculló mientras bajaba la cabeza; la mantuvo baja hasta que se dio cuenta que por los vidrios semi-polarizados de la cafetería, no había forma que el director supiera que estaba ahí, pero aún así miraba directamente hacia él. La mirada sólo duró unos segundos, pero fue suficiente para notar la intensidad de ésta, es como si estuviera retándole a algo que Charles desconocía; como si esa sonrisa de medio lado que parecía de burla le estuviera insinuando a actuar.

- ¿Qué es lo que quieres, Erik Lensherr? – preguntó sonriendo para si mismo mientras le daba otro trago a su latte, le parecía intrigante la fiereza de esa mirada. Y qué había de malo en aceptar ese reto que Erik probablemente ni sabía que estaba ofreciéndole.

I mean wade in the water, wade in the water.
Wade in the water,
I wanna know that you're mine,
Because your love is so fine.

Hey daddy, you really got me uptight,
Even though I love it, because you're so right.

~~~ Continuará

Bueno, esto es un total homenaje al genio que se le ocurrió desarrollar la amistad de estos dos así de cercana en la película; y a ese anónimo de la comunidad (xmengeneracion1 livejournal) quien pidió un fanfic AU de instituto con Erik y Charles de profesores, más o menos estos siguiendo esas pautas… máaaaas o menos jejeje pero espero que lo disfruten. Tengo varios capítulos escritos, no tan flojos como éste, por suerte, pero no permitan que me desanime; háganme creer con sus comentarios que este fandom tiene larga vida y no es la fiebre por una película.

Un agradecimiento especial a Marlena Shaw por cantar para mi.

Con amor,

E.