Sí, lo sé. Llevo mil sin escribir y publicar nada. Y va a seguir así un buen rato. Mi inspiración está de años sabáticos. Estoy escribiendo un fic desde el año pasado y aún me quedan unos cuantos capítulos para terminarlo. Es bastante frustrante...

El caso es que, por marzo, Miruru vino a visitarme a mi casa durante un finde. YAAAAAAAY. Todo un finde de fangirleo! Lo pasamos awesomente. Y en un ratillo escribí este drabble. La idea surgió del primer rol UA que hicimos ella y yo. Ahí el hermano de España llamaba a Francis satélite porque estaba rondando todo el rato a su alrededor. Y desde entonces llevaba rondándome esa idea en la cabeza.

La dedicatoria, a Miru. Que rolea conmigo me consiente y es adorable.

DISCLAIMER: Ninguno de los personajes me pertenece... Por desgracia.


Era redondito, maravilloso y de un verde y un marrón hipnotizante. Francis llevaba toda la eternidad observándolo, admirándolo a cierta distancia. Le parecía frustrante. Más de tres millones de años y aún no había hablado con él. Ni media palabra. Suponía que era su destino. Antonio era un gran planeta, con moradores en su superficie, mientras que él era un mero satélite.

Para Antonio era justo lo contrario. Estaba tan alto.. Y era tan dorado y azul que no podía evitar desear alcanzarle. Eso se manifestó en los seres que en él habitaban. Desde que dieron sus primeros pasos dedicaron poemas, odas y canciones al satélite, mostrando así el anhelo de su propio planeta.

Hasta que un día, los moradores de Antonio, pisaron tierra en Francis y abrieron vía de comunicación. Aquel día ambos creyeron morir por la mera posibilidad de hablar con aquel a quien amaban en siencio.

Sabían que nada podría separarles. Ni siquiera la muerte de su estrella, blanca y roja, grande y brilante.

Caería el uno. Le seguiria el otro.

Siempre estarían juntos.


Reviews?