Alan tiene somnifobia
Mientras a la noche todos duermen, Alan se mantiene despierto, esperando al amanecer para poder estar más seguro.
Nunca duerme, siempre se queda sentado encima de la cama cantando o jugando para no dormirse, ya que si se duerme piensa que alguien lo va a matar, que no volverá a despertar, que dejará de respirar o simplemente que le pasará algo muy malo.
A lo mejor el hecho de ser huérfano le impide dormir. Cuando tenía cinco años un ladrón armado entró en su casa por la noche pero sus padres lo descubrieron y escondieron a su único hijo en el sótano.
Horas después llegó la policía, que al descubrir al niño dormido le dijeron que sus padres habían tenido que marchar urgentemente de viaje en vez de decirle que estaban muertos.
Pero no fue solo eso, cuando fue enviado a la casa de sus abuelos en el sur, la noche de Navidad ocurrió un terrible incendio en el primer piso mientras él dormía en el segundo, que acabó con la vida del resto de familia que le quedaba.
Tras el incendio, Alan se despertó en la cama del hospital con todo su cuerpo vendado y rodeado de desconocidos. Comenzó a tener la certeza de que dormir solo le traía cosas malas. Desde entonces no duerme nunca, por eso siempre está nervioso, con ojeras y pálido.
A las cuidadoras del orfanato no les parece importar mucho, con tantos niños que hay nunca se van a fijar en una niño que para ellas es solo más horas de trabajo. Tienen un carácter frío y despreocupado, solo les interesa cobrar un sueldo a fin de mes.
Mientras nadie parece darse cuenta de su problema, Alan se queda mirando la pared o la ventana para que por fin salga un rayo de sol que indique un nuevo día.
Pero siempre despierto, con la esperanza de nunca quedar dormido.
