Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, pero la historia sí que es mía.
Malentendidos
Hinata estaba parada frente a la puerta del departamento de su amor no correspondido, intentando reunir un poco de valor, se encontraba muy nerviosa, se debatía por tocar el timbre, pero aún no se encontraba preparada, le sudaban las manos y el corazón le latía desenfrenado.
—Hola Naruto-kun, me preguntaba si querías ir por un café y tal vez luego podríamos ir a cenar, o al cine, lo que prefieras —decía ensayando no muy convencida. No le acababa de gustar como sonaba, temía que la rechazara. —Se directa y segura, intenta no tartamudear, solo pídele una cita, solo eso—se decía dándose ánimos a ella misma, justo cuando Sasuke llegaba por atrás.
—Hyuga—llamó él haciendo que volteara y se sonrojara ligeramente porque le hubiese escuchado hablar sola.
—U-Uchiha-san—saludó con un hilo de voz mientras se inclinaba ligeramente para saludarlo. —No debía oír eso—dijo con las mejillas sonrojadas y claramente avergonzada, haciendo que la penetrante mirada del azabache se centrara en ella. —Se preguntará por-porque
—¿Estas delante del apartamento hablando sola? —interrumpió burlonamente, solo logrando que el rubor en la chica se acrecentara más. —¿Quieres una cita? —preguntó poniendo más nerviosa a la chica que lo miraba avergonzada, casi echando humo por las orejas.
Ella sabía que no era un secreto sus sentimientos sobre el blondo, una vez el Uchiha se lo había comentado cuando había bebido de más. "Quieres al dobe", quitó esos pensamientos de su mente, le avergonzaba recordar como él se había acercado de más cuando se lo dijo.
—¿Qu-e-rra, o está ocupado? —preguntó ansiosa, sorprendiendo al azabache, que asimilaba su respuesta, ¿se lo pedía a él, no a Naruto?
Sasuke miró directamente hacia ella, buscando algún truco, pero era ella, con las mejillas sonrojas y sus ojos perlas. Siempre le había parecido interesante, pero nunca había hecho nada porque sabía que le gustaba el rubio. Pero si ahora ella tenía interés por él no pensaba desaprovechar la oportunidad, hacía tiempo que deseaba probar esos labios, pero no quería asustarla, por lo que le debía ir con calma.
—Ya te diré cuando tenga tiempo—dijo tranquilamente mientras una enorme sonrisa surcaba el rostro de la peliazul. No esperaba que Sasuke le iba a ayudar a conseguir una cita con su amado rubio, pero aún así le estaba muy agradecida, sentía que podía confiar en él.
—La verdad es que estoy un poco ansiosa, no hemos tenido tiempo ni siquiera para estar a solas—dijo sinceramente.
Sasuke le dio una socarrona sonrisa, él no esperaba que ese conejito asustadizo podría decir algo así, era inesperado, pero solo hacía que las ansias por la peliazul aumentasen, con ella las cosas nunca salían como él quería, así que mandó su autocontrol por la cañería.
—Bueno, con eso yo puedo ayudarte. ¿Qué tal hoy? Cena, para dos, en el departamento—dijo haciendo que ella lo mirara incrédula.
De verdad no podía creer que el orgulloso Uchiha le estuviera ofreciendo su ayuda sin pedirle nada a cambio, de verdad que podía confiar en él. El problema era que hoy le era imposible, le había prometido a su Nii-san que se encargaría de Yuta-kun.
—Pero hoy tengo que hacer de niñera, el hijo de mi primo se quedará conmigo esta noche y no lo puedo dejar solo—contestó tristemente.
Aquello era solo un pequeño bache, no iba a dejar escapar a la Hyuga tan fácilmente, podía soportar a un mocoso llorón durante unas horas si conseguía pasar toda la noche con ella. Quería ver que era lo que escondía debajo de esa holgada ropa.
—¿Y si voy a tu casa? —preguntó dejando sorprendida a la ojiluna, no esperaba que Sasuke se tomara tantas molestias solo para ayudarla.
—Sería increíble, gracias. Muchas gracias. ¿A qué hora? —preguntó con una dulce sonrisa.
—A las ocho—aclaró haciendo que la chica asintiera. No podía esperar por pasar un tiempo a solas con ella, en su pequeño departamento.
. . . . . . .
Sai y Naruto tomaban calmadamente un café, mientras el rubio devoraba con la mirada a la rubia camarera, quien era su amiga.
—Llevo queriendo salir con Shion desde que la vi aquí—dijo suspirando el rubio. —Ojalá pudiera saber que es lo que siente por mí.
Fue entonces cuando lo pensó, si él no podía… necesitaba que otro se lo preguntase, Sasuke quedaba descartado, sabía que jamás haría algo así por él, además él y Shion no tenía la mejor relación, por lo que la otra opción que le quedaba era Sai.
Lo miraba fijamente, no tenía que ser muy listo para saber lo que Naruto le iba a pedir, por lo que se negó rápidamente, pasaba de tener problemas, si decía algo de más y las cosas no salían como él esperaba no quería tener que oír ni las quejas ni los llantos del rubio.
Pero si había algo en lo que el Uzumaki resaltaba era la insistencia y la tozudez, por ello por más que Sai se negara él seguía insistiendo, recordándole todo lo que había hecho por él. Haciendo que de una manera u otra se comenzase a plantear el ayudarle.
—No sali con Ino por ti—dijo haciéndole sentir culpable, dándole un fuerte golpe mental. El rubio podía ser muy persuasivo si quería.
De verdad que odiaba que le recordase que su querida novia había estado detrás de un idiota como él. Por lo que, sin muchas más opciones y con la paciencia ya agotada acabó aceptando. Aunque sabía que posiblemente luego se iba a arrepentir, si no lo hacía ya.
—Hola—saludó con una de sus típicas sonrisas, llamando la atención a la rubia en la barra, que le devolvió el saludo. —Pensarías salir con un cliente habitual—preguntó serio haciendo que ella sonriera ligeramente, ya que además de ser un cliente habitual eran amigos. ¿Lo habría leído en alguno de sus libros? Es que le estaba intentando pedir una cita, a ella siempre le había atraído el azabache.
—Es poco profesional, así que depende de quién—dijo sugestivamente mientras toqueteaba un mechón de su pelo coquetamente.
—Vamos, lo dos sabemos lo que pasa aquí, la tensión sexual, el sutil coqueteo, las frases con tontillo—decía el haciendo que ella sonriera.
Aquello la impresionó, siempre había querido salir con él, pero aquella rubia le había ganado la partida. Y aunque no hablase mucho con la Yamanaka, no era una chica que se interpusiera en una relación, odiaba a las chicas que sí lo hacían.
—¿Y Ino? —preguntó mientras secaba una taza y lo miraba expectante, esperando su respuesta.
Sai no entendía del todo porque le preguntaba aquello, ya que lo de Ino con el idiota de Naruto había sido algo unilateral por parte de ella, de verdad que odiaba que su querida blonda hubiese ido detrás de él. Aunque no podía negar que el Uzumaki era un buen chico.
—Eso es agua pasada, nunca fue nada serio en verdad, solo amor unilateral por parte de ella—contestó seguro. —Una cena, hoy por la noche en el apartamento y si no te mola, puedes pasar—dijo sonriendo como siempre lo hacía.
—Está bien, por probar—contestó acercándose a él.
Le sonrió y se marchó a la mesa junto a su amigo, Naruto lo miraba expectante, esperando que le dijese algo, Sai suspiró y le dio que ella había aceptado quedar con él, que iban a cenar en su apartamento esta noche, haciendo que el rubio gritase eufórico.
. . . . . . .
Hinata tocó la puerta donde vivían los tres chicos, había conseguido que su amiga Karui cuidase de su pequeño sobrino, no quería darle más problemas al pelinegro, ya era suficiente con que la ayudase a tener una cita con el Uzumaki, no podía pedirle más.
—Pasa, está abierto, ven al balcón—gritó el rubio feliz al escuchar tocar la puerta, creyendo que se trataba de la blonda.
La peliazul ingresó y fue hacia donde le indicaba, sabía cuánto le gustaba a Naruto ese lugar, era como un pequeño refugio para él.
—He pensado que podíamos empezar—pero se calló al ver a Hinata delante, con ese vestido de color blanco. Se veía muy hermosa, nunca la había visto así, de la impresión por poco se le cae la copa de vino que estaba sirviendo. —Hi-hina-ta-ta-chan—tartamudeo.
—La verdad es que no bebo, pero esta es una ocasión especial—dijo tomando la copa que él sostenía en su mano.
La puerta volvió a tocar, pero como Sai salía de la ducha y estaba cerca abrió él, encontrandose con la "cita" de su amigo.
—Hola Shion—dijo sonriendo, y ella lo recorrió con la mirada, tenía el pelo mojado y llevaba una pequeña tolla alrededor de su cuello, señal que acababa de bañarse. —Una cena romántica para dos—dijo mostrándole la decorada mesa. —Idea de Naruto—explicó haciendo que sonriera complacida. —Ahora vuelvo, voy a buscarlo—habló extrañando un poco a la chica, pero no le dio mucha importancia.
Naruto se excusó un momento con la peliazul y se fue a la sala, allí estaba Shion, sentada esperando. Eso tenía muy mala pinta, no entendía porque Hinata estaba allí, pero sabía que debía hacer algo pronto o la rubia podía malinterpretar las cosas. Entonces la puerta se abrió y Sasuke entró, parecía bastante enfadado, parecía que podía matar a alguien con solo mirarlo.
—¿Dónde está Hinata? —preguntó buscándola con la mirada, haciendo que Naruto se confundiera más, ¿ella tenía una cita con él? eso podía explicar porque se veía tan arreglada y había querido tomar una copa, se encontraba nerviosa por salir con el teme.
—¿Uchiha-san? —dijo Hinata al escuchar la voz del morocho para salir del balcón y entra a la sala.
—¿Por qué no me avisaste? —preguntó enfadado, pero rápidamente cambió de cara al verla con ese hermoso vestido, parecía un ángel.
—¿No leyó mi mensaje? Le dije que una amiga se quedaría con el bebé, no quería darle más problemas—habló la Hyuga.
—Aquí estabas—interrumpió Sai, que salía del cuarto del rubio, ya que lo había ido a buscar. —Shion ya llegó—clarificó dejando a todos en total silencio, haciéndolo sentir incómodo, ya que no sabía que era lo que ocurría.
—Sai, porque no mejor nos vamos a cenar a otro lado, no deseo interrumpir la cita entre Hinata y Sasuke—dijo ella tranquilamente mientras le sonreía con complicidad a la ojiluna que comenzaba a negar como loca.
—¡No, Uchiha-san no es mi cita, sino Naruto-kun! —aclaró la peliazul al borde del colapso.
Sasuke quedo frio ante las palabras de la chica, ¿es que todo había sido un malentendido? Ahora mismo sentía mucha vergüenza, jamás lo habían humillado de aquella manera. Mientras que el rubio se encontraba impresionado. ¡Lo era él! Ahora sí que no entendía nada.
Entonces, para acabar de complicar las cosas la puerta volvió a abrirse y esta vez entro Ino, la novia de Sai.
—Cari apúrate, la reserva la tenemos hasta la ocho y media—se quejó ella porque fuera más lento que ella en arreglarse.
—¡¿Sales con ella?! —bramó molesta Shion al ver que la había engañado. —¡Y nuestra cita! —exclamó llena de rabia.
—¡Cita! —gritaron exaltados la ojiazul y Naruto, que se había despejado un poco del shock ocasionado por las palabras de la peliazul.
—¡Sai! —grito molesto el rubio. Tal vez debió haber seguido la advertencia que su amigo le había hecho y no dejarle que él hablase. Tendría que haber pensado en el confuso carácter de él —La cita era para mí y para ti—trató de explicar delicadamente a Shion.
—Co-contigo—habló entrecortadamente Hinata, haciendo que el rubio la mirara avergonzado, no sabía qué hacer. —Pero Uchiha-san me dijo que…—entonces se quedó callada, no quería hacer más el ridículo, no soportaba que Naruto la mirara con pena, no él.
—¡Basta! —gritó enfadada Ino. —Alguien que me explique qué pasa—exigió al no entender nada.
—Naruto me obligó a ayudarlo a que saliera con Shion, pero creo que ella pensó que yo le pedía una cita. Y creo también que Hinata quería una cita con el idiota de Naruto—explicó mononamente sorprendiendo a todos, de verdad que Sai carecía de tacto.
El Uchiha se quería enterrar vivo, nunca había tenido una metedura de pata de tremenda magnitud. Nunca, jamás, y ahora su orgullo al verse tan herido le impedía articular palabra por si solo lo empeoraba. Pero ver a Hinata de esa manera, con una cara tan afligida y avergonzada, no podía ignorarlo, sabía que era muy probable que luego se arrepentiría, pero debía hacer algo.
—Creí que querías una cita conmigo—dijo de repente la voz del Uchiha, llamando la atención de todos. —Tal vez porque yo era el que quería salir contigo malinterpreté tus palabras—dijo con cara seria, pero se le notaba que estaba avergonzado.
La ojiluna lo miró asombrada, no esperaba semejante declaración de parte del morocho, pero de alguna manera la hacía sentir ansiosa.
—¡Teme, te gusta Hinata-chan! —exclamó el exagerado rubio haciendo que la cara de la Hyuga pareciera un semáforo, mientras que Sasuke trataba de controlar su ira por no ir y zurrar a su mejor amigo.
—¡Y que, a ti te gusta Shion! —dijo molesto. —Así que vete a tener tu cita con ella en otra parte—dijo señalándole la puerta. —Y vosotros dos, ¿no tenían una reserva? —dijo refiriéndose a Ino y Sai.
—¡Es verdad! Y se nos va hacer tarde—dijo la rubia apresuradamente para tomar la mano de su novio y salir de allí.
Los cuatro se quedaron en silencio cuando la otra pareja se hubo marchado. Shion no sabía muy bien que hacer, parecía que había malinterpretado las palabras de pálido pelinegro. Y aunque no había pensado en salir con el rubio, ahora no le parecía tan mala idea.
—¿Nos vamos también? —preguntó la rubia al Uzumaki, que solo asintió para luego seguirla.
Otra vez la habitación se quedó en silencio después de la partida de otra pareja. Ninguno de los dos se atrevía a decir nada.
—Discúlpame—habló primero el morocho sorprendiéndola. —Lo entendí mal y te hice pasar vergüenza—se excusó con su estoico rostro, pero aun así ella notaba que había algo diferente.
—No, yo también lo malinterprete—dijo nerviosa. —Le quería agradecer por lo que dijo—contestó acomodándose un mechón de pelo.
Entonces, en un segundo ella le dio un cálido y fugaz beso en su mejilla, para luego salir despavorida del departamento, dejando atrás a un Uchiha con el corazón extremadamente acelerado y un fuerte sonrojo.
Notas de la autora: Espero que le haya gustado, esta vez quise hacer un historia más cómica, espero que se haya reído.
