De antemano agradezco su visita, mas advertirle debo de la historia en la que usted será mí querido espectador. El presento escrito es una obra de fantasía obscura (sí, de esas en las que los desmembramientos y sangre abundan a montones) con misterio y horror, así como pequeño "crossover" con la serie "Devilman" (introduciendo en el universo al protagonista de la misma, Amon, y lo que sucedería con su llegada a dicho universo); necesario no es saber de esta última para disfrutar de este escrito, pero siempre quedan las dudas :).

Si usted es una persona sensible, le abstengo de proseguir con su lectura, los sucesos a tratar son fuertes y aunque son narrados con lenguaje un tanto refinado (no tan explícito en ocasiones) ello no le quita la pesadez moral que en algún momento tal vez lo conmueva.

Dadas las advertencia, prosigo adelante (sin ningún aparente fin de lucro, obviamente)...


MUROS PODEROSOS AQUELLOS cuan rascacielos erguidos y que tocaban el cielo, grandes titanes decadentes destrozados, aniquilados, cuyas piedras macizas sucumbiesen a las incesantes y encendidas lenguas demoniacas de fuego. ESTRUENDOSO EL GRITERÍO GENOCIDA de los aldeanos, quienes palidecían y sufrían a manos de los que alguna vez considerasen seres inferiores (arrebátese sus mejores tierras de arado y de cultivo), desterrándolos ellos al bosque, al lodo e inmundo frío. Oh, idónea sinfonía de destrucción. Oh, deleite insano (culposo el arrebato) que corre por mis venas y eclipsa mis sentires y limitantes…Aquellos que me impedían seguir más allá de la presente puerta ante mí.

Marchan sobre Mewni magno ejército sublevado

Guiados de mano por Amon, el inmisericorde

Esposo de Eclipsa. Padre de Meteora

Misterioso ente que más de un secreto esconde…

Me abro entrada a la habitación contigua, empujando los portones de madera con mis manos manchadas de sangre real. Este cuerpo a sufrido infinitas batallas y enfrentamientos para llegar a esto: la consumación de un territorio, de un dominio, el cual es neta y completamente mío. Nunca importase el tener que abrirme paso a través de un incesante sendero de espinas, tormentosos recuerdos cuyas eternas cicatrices reposan tanto en carne como en alma.

Alma cuyo hurto debiese para volver a existir.

Y es que a esto se vio forzado el gran Amon, terrateniente de Lucifer, temible demonio de un gran poder para concretar sus fines…


"Efímero el Final de los Tiempos conocidos (aquel que enfrento al Infierno contra el Paraíso), anticlimático e insípido su desenlace. Terminase este en un rotundo empate; una destrucción del mundo a sinsentido conflicto. Vida extinta y sin esperanza, esa que bajo la penumbra de la eterna noche se ahogaba: Primigenio retorno a la nada.

A cuanto odio se vio sometido uno de esos tantos entes, los que pelearon incesantes cual olímpicos dioses. Iracundo por haberlo perdido todo, por vano esfuerzo sometido a las Parcas. Amon, el último sobreviviente de los Demonios, se vio obligado a abrir nuevos caminos.

Con su magno poder huyo, de su tierra a otra dimensión. El Hado le llevo a arribar a Mewni, un reino desconocido para él, en las cercanías de los opulentos sauces. Herido, dormito durante nueve días…al décimo, despertó hambriento de carne fresca. Tanto aldeanos como monstruos lo llamaban la "Carnicería Alada", esto debido al estado en que resultaban sus víctimas una vez acaba con ellas. Así permaneció, oculto entre las sombras, recuperándose del Armagedón, de su enfrentamiento con el mismísimo Creador.

Recuperado una vez, el Demonio se levantó nuevamente con ansias de poder.

Lacayos eran los monstruos a Mewni noto, de ellos jamás esperase siquiera una triunfante rebelión. Varias eran las tribus que disputaban con los Mewhumanos los territorios de la isla, legítimos éxitos eran las que pocas lograban. Manera alguna de acercarse a los Mewhumanos buscaba, de tener parte del poder que tenían, de poseer el dominio que ellos ejercían. Varios eran ellos, Amon solo uno…el conflicto eclipsado quedase, ¡incierta fuera la idea para acercarse al Trono!

El Demonio espero 10 años hasta que la oportunidad se presentase frente a sus ojos.

Sorprendido fue Amon por Eclipsa Butterfly, princesa de Mewni, en uno de sus tantos recorridos en inhóspitos bosques. La princesa se acercó a las catacumbas guiada por meros rumores, aterradores relatos a la "Bestia demoledora de carne" …una vez allí el Demonio se acercó, se acercó, se acercó…podía sentir su respiración, aquel dulcineo y deleitoso perfume, su esponjoso cabello verdoso sobre ese par de azabaches relucientes piedras, su figura divina, sus carnosos y tentadores labios…y ese olor tan raro (que provenía) de sus pechos y sus trenzas (*).

Fortuito encuentro el cual definiría el resto de sus vidas.

*¿Quién? ¿Quién eres? * -preguntase ella.

*Soy la "Bestia demoledora de carne", la "Furia del bosque", el sigilo de la noche…mi hermosa dama, usted ha de llamarme por como en mi tierra me conocieron*

Presentase ante la fémina en cordial saludo, reposando su mano junto a la suya.

Seductor, le diese un osado beso en la mejilla.

*Amon, el señor de las tinieblas* "


Realmente no sé si alguna vez la ame. Distinguir tedioso es los anhelos de los placeres…yo solo quería su Reino, pero ella me quería devotamente a mí. En más de un momento aparecía en mi mente la maquiavélica idea de arrebatarle esa poderosa varita mágica a sus gélidas manos, y volverme así en el señor supremo del universo…

Pero cada vez que lo intentaba su voz y su sonrisa me detenían, me cautivaban, me hechizaban en un dulce sueño del cuál deseaba nunca jamás despertar; igual embrujo al que Lucifer me tuviese cautivo en algún momento. Cansado, ya de conflictos sin fin cercano, decidí esperar a que todo cayera por su cuenta. En algún momento exhalaría su último aliento vitalicio, en ese instante (y solo en ese instante) yo sería el "Amo de la Creación".

Poco a poco nos fuimos conociendo, al punto de vivir como marido y mujer. De nuestra secreta unión naciese una pequeña niña de cabello negro esponjado y piel grisácea un tanto escamosa. Jugueteaba inocente con su demoniaca cola, en su cuna, mientras su madre decidía ponerle el nombre de Meteora.

Con su nacimiento una era iniciaba. Un reinado marcado por un Demonio al mando, conmigo dueño de todo y de todos. Ya no viviendo a las sombras de Lucifer, ni temeroso a las luminosas lanzas de los ángeles. Un algo "mío" …solo "mío". Algo seguro por lo que tal vez no tuviese que volver a luchar. Un gran número de súbditos a mi mando, una hermosa mujer que me amaba a pasión ciega, ¡una cariñosa y tierna niña de idénticos ojos a los de su madre que reía al verme pasar a su lado!...

que en primera instancia me acerque a Eclipsa con mundanos fines.

que ese cambio aparente de ideales debiese solo a la satisfacción egoísta de mis anhelos y mis deseos.

que incontables vidas sacrificasen en honor a esas negruzcas garras, pero…

Pero…

Pero…

Durante ese lapsus de tiempo, decidido realmente estaba a acontecer de pacífico modo mi vida.

Más nefastos, ¡NEFASTOS!, los siguientes hechos que prosiguieron (cuales con carmesí sangre sofocaron mi naciente imperio).

Despojado de lo legítimo

Viese morir a sus allegados y a su reinado

Traicionado por sus cónsules

Encerrado para siempre en perpetuo cristal fatuo.

Eclipsa murió, con la pequeña Meteora en sus brazos, a manos de los miembros de la "Alta Comisión de Magia". Despojada de su único medio de defensa, ¡cobardes!, las asesinaron mientras estas dormían.

La acusaron de mancillar el trono con paría estirpe, olvidar sus principios y entregarse a lo prohibido. Cínicos, corrieron rumores sobre mi autoría tras tal descorazonada pérdida.

Solo eso basto para que los Mewhumanos, junto a la comisión, se abalanzaran todos contra mí en los ominosos bosques.


"Salvajes golpeteos chirriantes metálicos, armaduras estoicas que caían en mis garras, cercenadas parte por parte, allí corriendo sus sangres, cuan fluyentes ríos que reposan sus aguas a la mar. Sus lanzas y sus espadas no eran rival para mi ímpetu guerrero, mi sed de venganza, mi deseo frustrado y arrebatado. Suplicaban por sus vidas bajo mis suelas, después de venir socarronamente a asesinarme a causa de inmundas mentiras…no temí en lo más mínimo en arrancarles la cabeza, y deleitarme con la ambrosía de sus entrañas desparramadas.

Con sumo recelo sus hechiceros lanzaban su magia sobre mi incólume figura. Esa que se erguía indomable ante su poderío, ¡y los hacia huir desbordantes de pavura! Sofocados fueron estos ante mis llameantes lenguas de fuego, quienes alegres cual inocentes infantes danzaban sobre su mísera y cada vez más carbonizada carne.

A mis espaldas me sorprendieron sus Paladines, quienes con sus sacros sables atravesasen mi robusto pecho de lado a lado, sangrar haciéndome a borbotones. Hábil, extendiese mis alas emprendiendo el vuelo y llevándome a todos esos ingratos en mi paseo por elevadas alturas. Uno a uno soltasen sus armas y duramente al suelo cayesen. Pues muertos terminasen…como todos ellos, ¡COMO TODOS LOS QUE ANTE MÍ ATREVIESEN A INTERPONERSE!

Millares de soldados asediaban al Rey Demonio, el cual los hacia retroceder por su fuerza y su ígneo dominio. Imparable parecía la inigualable bestia, siquiera doliente o cesada enérgicamente. La acometida por los Mewhumanos perdida fuese.

Al menos hasta que sus salvadores aparecieron.

Detenida fuese por Omnitraxus, el guardián del espacio-tiempo: Inmunda neblina que opacase mi vista, detuviera mis incesantes zarpazos, volviera inmune mi aliento de fuego.

Herida a manos de Hekapoo, con sus tijeras dimensionales: Ramera maldita que clavase sus doradas navajas en distintos puntos de mi ser, inmovilizando mis acometidas, abriéndole paso a un increíble dolor y agonía

Mermados sus poderes por Lekmet, el gran canciller: Quién aprovecho mi debilidad y hurto mis poderes, ya siendo solo un mero mortal el cual caía, y caía, y seguiría cayendo.

Encerrada por Rombulus, señor de los mágicos cristales: Cuando ya herido de muerte fuese, y mi conciencia suprimida para siempre "

Después de eso, todo se volvió negro.


Despertase una vez solo transcurridas varias eras, en un mundo distinto al que recordaba, al que por derecho me pertenecía.

Liberado fui (curioso) por los mismos quienes me encerraron. Desperté debilitado, incapaz de moverme u oponerme ante la voluntad de mis oponentes; ¿Qué era lo que deseaban de mí?, ¿humillarme?, ¿burlarse?, ¿acabar con mi miserable existencia de una vez por todas y librarme finalmente de mi horripilante infortunio? No lo sabía, ¡no lo sabía!, solo me hallé allí, expuesto, mientras estos me rodeaban formando un círculo y esbozaban misteriosos cánticos al cielo.

Por un momento creía reconocer sus palabras, pero…ellos no habrían por que saber el significado intrínseco de estas.

SEGUÍAN CANTANDO sus voces, emitiendo guturales sonidos en lo que más cada vez asemejaba a pagano ritual. De entre ellos emergió un delgado chico de 15 años, un joven moreno vestido con unos jeans oscuros y una chaqueta rojiza. En su mirada se percibía un notable temor a lo que acontecía, a lo que sucedería.

Y sus cánticos seguían y seguían, ya sabiendo a razones claras yo lo que se pretendía.

Imposible para mí era el desconocer las antiguas letras, "El Ritual de la Posesión".

Más para siempre nunca resultase duradero

Pues su poder hizo falta ante la aparición inesperada de un nuevo enemigo

Tofee, el "Septariano inmortal"

Aquel quien en jaque al universo y a Mewni tuviese.


[Y DE ARCILLA DIOS CREASE AL HOMBRE, Y A LOS ÁNGELES, Y A LOS DEMONIOS. DEL POLVO PROVIENEN, ¡RETORNARÁN AL POLVO SIEMPRE! ]


Subyugado fui al alma de aquel miserable muchacho, un mero chico llamado Marco. Recordase como este se retorcía y aullaba (agonizando en claro dolor) mientras mi ser era introducido forzoso al interior de sus delgadas e hiposas carnes. Abrupto, perdía mi físico cuerpo, ya pudiendo solo permanecer inerte en su mente, delegado a ser humilde espectador a través de su angustiada mirada, ¡todos mis infinitos poderes hurtados por un paupérrimo carcelero!

Ya, sin embargo, una vez dentro, del porque me enterase a tan insólito hecho: Rescatar a Star Butterfly, la actual Reina de Mewni, de las fauces de Tofee, el "Emperador de Septaria".

A la muerte de Eclipsa y Meteora, encargada la comisión fuese de buscar una nueva dinastía, aquella ilegitima sangre que con maldad usurpase el real trono; puñado de mujeres que en distintos periodos contra los monstruos sus disputan siguieron. Incontables veces fueron las que los Mewhumanos (a rastras, en ocasiones) vencieron.

Mas no eterno la victoria tuvieron.

Horripilante y sombrío fuese aquel penoso día, el día cual (por primera vez en muchos años) sufrieron una hecatombe gran derrota.

Comet, su monarca de entonces, asesinada fuese en un atentado, una última jugada por la tribu de "Septarianos"**. Liderados por Tofee, su poderoso e invencible general, asediado al reino de Mewni tuviesen, ¡ya al borde de un fin inminente! Su hija Moon de nada sirviese para impedir su irrefrenable avance. Acorralados, obligados fuesen a huir con magia junto a sus tierras, levitándolas por los aires, cual implacables navíos cursando los siete cielos. No aún del todo acabados, reanudaron sus conflictos con el ahora nuevo "Imperio de Septaria". Fueron más de 60 años desde aquel acontecimiento.

Así lo fue hasta que la reina Moon falleciese finalmente, y la rebelión Mewhumana en riesgo a ser diezmada estuviese.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, fuese su descendencia, la joven e inexperimentada Star Butterfly quien contra los Septarianos el mando tomase, retornada esta de su exilio en el planeta Tierra, acompañada de su escudero y acérrimo amante, Marco Díaz (el muchacho al que en ese entonces a servir estaba ligado).

Desde aquí es cuando el presente se hace evidente.

Tras fallar en su final asalto al "Palacio de las Alcantarillas", Star fuera capturada, ¡y esa misma noche sería sacrificada! La comisión no tuvo otra salida que recurrir a mí como última alternativa, tanto como para salvar a la princesa cautiva, como para recuperar de los Septarianos la magna varita.

Inigualable oportunidad fuera esa, ¡libertad que a mi alma hiciera remecer! Aquel momento sería el preámbulo tan inesperado…

Renovado vestigio, ¡un nuevo nacimiento!


Entro cauteloso a la habitación del trono, donde mi destino me esperaba temeroso.


EL REY DEMONIO SE ABRIA PASO a través de los obscuros pasillos de cadáveres poblados, insufribles bastardos que impedir su avance intentaron a esfuerzo vano. La ominosa y titánica figura se desplazaba lenta y pesada en su recorrido, feliz, jactado, grato a que todo haya salido a su pedido.

De sus colmillos se elucidaban vestigios sangrientos de carne blanca, testamentos fúnebres dejados por Hekapoo mientras cruel este la violaba. Añoraba con lujuria su expresión dolida, arrepentida, cadavérico gesto suplicante a un fin cercano y no correspondido siquiera mientras viva la devoraba. Tremenda equivocación la comisión tomase: Despertar de su letargo a aquel iracundo diablo. Decisión pagada con sus vidas, arrebatadas una a una por aquel quien osaron encerrar.

Ya sin embargo fuese gracias a ella que su "Destinada" el tiempo suficiente encontrase para huir y esconderse lo mejor que pudiese, aunque ello de nada sirviera: Estaba indefensa, sola, y nadie vendría en su socorro por más imponente fuera su griterío.

Amon abriese las puertas de la sala del Trono, no hallando a primeras a nadie, dudoso. Una segunda entidad detrás suyo entrase, siguiendo a su violento amo en su implacable masacre. Sus azabaches y vacías piedras relucían bajo la luz de la luna, y su deleitoso perfume, ¡y su idónea figura!, y sus carnosos y tentadores labios... ¡y ese olor tan raro (que provenía) de sus pechos y sus trenzas!

Acompañando al rey demonio se hallaba SU mágica varita, quien con su estrella desbordante en su izquierdista palma la forma de Eclipsa Butterfly mantenía. La "forma elegida", la forma que representaba la absoluta voluntad y el alma de su amo: Amon, "Supremo señor de las tinieblas".

Dominio que fuese afirmado una vez batiese en duelo con Star Butterfly, ocasionándole tremenda herida cual cuantiosa sangre desprendía de muñeca sin mano.

Amon, a tanta tranquilidad hasta su hartazgo, rugiese en potente llamado:

*¡Sal de una vez Star, la "Batalla por Mewni" haz perdido! ¡Ni la comisión ni tu madre vendrán a salvarte! ¡Bien sabes desde que hicieron mi llamado tu destino habría sido firmado! ¡Desde siquiera antes que Tofee y los Septarianos fueron asesinados por mi autoría este reino erase legítimamente mío! ¡Y ahora preséntate! ¡PRESÉNTATE! ¡PRESÉNTATE ANTE TU NUEVO REY!*

La mencionada no se presentó. No hacía falta, él podía sentir su temor.

Amon salto a rienda suelta sobre el trono, empujándolo hacia abajo y obligando salir a su víctima de su escondite. De inmediato se abalanzo sobre ella y la inmovilizo en el suelo, no tardasen en surgir en sus extremidades oxidas cadenas, provenientes por la magia de la varita. Un solo rugido de su captor basto para hacerle entender su soberano dominio sobre ella.

Ya sin escapatoria, Star Butterfly se entregó al completo llanto…

…Trágico su destino, el ser asesinada por aquel a quien había amado tanto…

¿Qué restaba de su amado Marco en el cuerpo de aquella bestia, gigantesca y peluda, con escamas grisáceas y azulinas, poseedora de incontables púas y cortantes alas? ¿Qué restaba de Marco en aquel vil ser que a los monstruos convencido hubiera a rebelarse todos en su contra? ¿Qué restaba de Marco en Amon, ese demonio que control de su alma tomo? …y la descorazonada respuesta era simple.

De Marco Díaz, desdichado, no restaba ya nada…


[Falsedad, falsedad incierta…]


Lo único que esperaba ahora era la muerte que este inmundo ser le propinaría, ya desarmada, herida y completamente humillada.

Inquieta, percatase como sus robustas manos retiraban de su cuerpo las ropas…

*¿Qué…qué estás haciendo? *-entrecortada su voz sonaba, dantescas fantasías azotaban por Hekapoo siendo ultrajada a su cabeza.

Su destino no sería tan placentero...

*La voluntad, la voluntad de Marco* - ingrato, robase (aparente) su voz por la de su amado-*¿Recuerdas acaso nuestros votos, los de permanecer siempre unidos al lado del otro? ¿Amor eterno, desbordante beldad perpetúa? No me digas que has olvidado tus promesas, querida…Bien sabes tú lo que sucede a quienes fallarme atreven…Seré yo el Rey, TU REY, mas siempre hay algo que este necesita…*

Con horror, sintió su hombría penetrar su virginal feminidad.

*Una reina. Star Butterfly, tú serás mi "Reina"…*

Solo pudiera gemir del dolor inminente, mientras torrentosas lágrimas emergían de sus ojos a mares. Una tortura que siguiera hasta el final de sus días…

Siguiese su abuso, no cesando siquiera al amanecer…


[Y seriase así, la "Serenata del Fin", con la canción que ustedes ya conocen, el retumbar de la Tierra: "La Canción del Alma Hurtada"]


Ello sería todo, agradeciendo su tiempo y su atención como siempre, no olviden comentarla, compartirla, agregarla a favoritos, ello significaría un buen apoyo a mi causa :D. La responsabilidad de sus pesadillas no solo es mía, también lo es de "TheDevilZero", amigo con el cuál esta fantasía surgiese en una conversación a comienzos de Octubre, en verdad no esperaba que esto se publicará, y creo que él tampoco jeje. En fin, en caso leyeses esto, un rotundo abrazo Devil, esto no pudiera ser lo mismo sin ti.

Nos veremos tal vez en alguna otra ocasión, un gusto, hasta pronto...


*Final de la frase similar a un fragmento de García Lorca, "Bodas de Sangre".

**Raza de monstruos a la que pertenecía Tofee.