Disclamier: Todo lo que reconozcas es propiedad de JK Rowling.
Aviso: Este fic participa en la Tarea #4: "Familia Friki" del foro Hogwarts a través de los años.
Viktor Krum era el buscador del equipo de Bulgaria y el campeón de Durmstrang en el Trofeo de los Tres Magos. Era guapo, popular y atlético, pero tenía un gran problema: no era capaz de pedirle a la chica que le gustaba una cita.
Si fuera como las demás, sería muy fácil; solo tendría que dedicarle un par de sonrisas, acercarse a ella y preguntar, pero aquella chica era diferente. No había hablado con ella y, estaba seguro, ella apenas lo había mirado más de lo necesario, pero sabía que era especial. Y por eso no podía dejarla escapar, ni fastidiar la única oportunidad que tendría –porque, siendo sinceros, si le decía que no, no volvería a intentarlo (tanto por su orgullo, como porque sabía que no serviría de nada, que su «no» no se transformaría en un «sí» y él quedaría como un arrastrado y un pesado. Era Viktor Krum no podía permitirse aquello)–. Solo podría preguntar una vez y tenía que conseguir una respuesta afirmativa.
Aquella tarde la contemplaba, como hacía desde su primera semana en el castillo. Siempre cogía un montón de libros y se sentaba en la misma mesa, donde pasaba horas y horas sumergida en sus estudios, sin dejar de escribir y leer. Lo que estaba haciendo aquel día debía ser muy interesante o, al menos, eso le parecía a él porque tenía una enorme sonrisa dibujada en sus labios mientras consultaba un manual y escribía. Debía gustarle mucho aquella asignatura, a lo mejor podría acercarse a ella y preguntarle algo relacionado con esta. Suspiró. Si su inglés fuera mejor podría hablar con ella sin miedo a meter la pata y quedar como un estúpido.
Y, entonces, la solución a sus problemas apareció en forma de pelirroja. Ginny Weasley acababa de convertirse en su salvación.
