Disclaimer: Si Owari me perteneciera le daría los derechos a un estudio que adapte bien el manga e_e

*Ubicado entre los capítulos 39 y 40 del manga

*Un agradecimiento especial a Shadechu Nightray que me animó a escribir esta historia. Sin ti esto no existiría ( /)w(\)

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Primera parte

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Mika sabía bien como ocultar sus sentimientos, era algo que había aprendido al crecer siendo un vampiro en un lugar donde cualquiera podía usarte. Por eso, le fue muy fácil notar las verdaderas intenciones de la chica de cabello lavanda cuando le sonreía y le decía que cuidara de Yu mientras ella y su equipo se encargaba de los demás.

Sus ojos lo miraban con resentimiento, parecía que quería golpearlo con su guadaña, pero prefirió guardar todo eso con un simple parpadeo. Su cuerpo estaba visiblemente rígido y se preguntó si en realidad nadie se había dado cuenta o todos solo estaban demasiado cansados como para intentar calmarla.

Mirai… —el peli rosado no paraba de decir el nombre de su hermana. Tenía una gran herida y la sangre parecía querer seguir su camino de salida no importaba cuantos intentos hiciera el chico del arco.

—Kimizuki aguanta un poco más, por favor—las manos del chico temblaban, era tan menudo que se preguntaba cómo podía cargar un arco tan grande.

Espero que muera rápido, pensó. Le sería mucho más sencillo si dejaban a los humanos y el podía coger a Yu e irse. Cuando empezaron a ser atacados por el ejército y ese experimento, lo único que podía pensar era en mantener a salvo a Yu y lo hubiera logrado si no fuera porque él, aún medio inconsciente por su herida, le había dado una de sus miradas determinadas y con voz fuerte le obligó a volver por todos, no dejándole más opción que regresar para salvarlos y huir.

No había sido fácil, se sentía cansado, tenía cientos de heridas alrededor del cuerpo, aunque los humanos también lo ayudaron a pelear el que salió más lastimado había sido él.

Le dio una mirada a Yu y pudo sentir la rabia recorrer su cuerpo.

Porque debes ser tan bueno Yu. Ninguno de estos humanos es realmente tu familia, ¿por qué no puedes entenderlo?

—Yoichi, intentaré registrar todo lo más rápido que pueda. Mitsuba buscará medicina, intenta parar la hemorragia de Kimizuki hasta entonces. —habló la peli-lavanda viendo como su otra compañera salía corriendo por medicina. —Si sucede algo manda una señal, volveré en seguida. —Ella se fue, no sin antes darle una mirada a él. Sus ojos parecían advertirle que no hiciera nada que los pusiera en peligro. Mika apretó su mandíbula sin darse cuenta. Esa mujer ya lo irritaba y apenas habían compartido palabras.

Si yo fui quién los salvó. Sé un poco más agradecida.

Pudo ver como el chico asintió rápidamente con los ojos un poco llorosos a lo que le decía su compañera, para después fijar sus ojos en Yu, quién aún estaba inconsciente en los brazos de Mika.

— ¿Su herida no está infectada, verdad?

A Mika le tomó un momento darse cuenta que le hablaba a él.

—…No… —dijo muy lentamente, no seguro de que más decir. A diferencia de la chica, él se veía bastante calmado con su presencia, aunque seguía nervioso por el estado de Yu y el otro chico.

—Yu es muy fuerte, siempre se recupera de heridas muy rápido. No tienes que asustarte, Mitsuba encontrará medicina rápido y antes de que te des cuenta estarán en sus dos piernas peleándose como siempre.

Mika no dijo nada. No estaba seguro de cómo responderle o cómo actuar. Aún no se fiaba de ellos y se rehusaba a soltar a Yu por miedo que alguno pudiera atacarlo de repente.

—Soy Yoichi, por cierto. —Le dijo con una sonrisa aún llorosa, extendiendo su mano. Un poco aturdido por la familiaridad que lo trataba, Mika la sacudió.

—Bueno… sé que es difícil ver a Yu en esta situación, pero debemos ver su herida—al ver que Mika no cambiaba su expresión, Yoichi preguntó amablemente—: ¿Podrías dejarlo en el pavimento?

Parpadeó un poco, sintiéndose algo idiota por no haberlo hecho antes, necesitaba revisar la herida de Yu desde hace ya mucho. Ahora que lo pensaba, ni siquiera estaba seguro de si se había infectado o no. Apretando la mandíbula e impidiendo que el deseo de no soltar a Yu lo dominara, lo dejó suavemente donde se lo pidió y se alejó viendo como el llamado Yoichi abría la camisa de Yu para inspeccionar la herida.

—No se ve tan grave—le dijo después de unos minutos. —Al menos se ve mejor que la de Kimizuki—suspiró masajeándose los hombros—. Espero que Mitsuba no tarde mucho.

— ¿Mitsuba? —Yu le había mencionado varios nombres a Mika, pero este solo recordaba algunos y no sabía muy bien quién era quién— ¿Es ella la líder del escuadrón?

—No, creo que las estas confundiendo—respondió con una sonrisa—. Shinoa es la líder del escuadrón, Mitsuba es la segunda al mando—Mika mantuvo una expresión en blanco y Yoichi se apuró a explicar—. Veamos, Mitsuba es la que fue por medicina, Shinoa a recorrer el perímetro. —Terminó con una sonrisa.

—Ya veo—fue lo único que dijo.

El herido, Kimizuki. El que le hablaba tan familiarmente, Yoichi. La chica rubia, Mitsuba. Y la mujer molesta, Shinoa.

Así que Shinoa.

Recordaba haberla salvado hace mucho tiempo, cuando Yu estaba poseído por su demonio y Mika en un intento de que no matara a nadie recibió el golpe de su espada. Ahora se arrepentía un poco, quizás debió dejarla morir. Aunque, si lo pensaba mejor, ella le había devuelto el favor al dejarlo escapar con Yu.

Que molesto.

No le agradaba, su mera presencia le molestaba. Por alguna razón sus miradas de desprecio lo ponían nervioso, y no eran las primeras que recibía en su vida.

Yoichi al ver lo callado que Mika estaba, se puso a parlotear de un montón de cosas sin sentido que mayormente lo tenían sin cuidado. Sin embargo, este no pareció notarlo y siguió hablando normalmente mientras se movía de lado a lado para atender las heridas de Yu y Kimizuki.

Mika se acomodó mejor en el suelo y le dio una mirada al herido, no se veía mucho mejor, pero había dejado de balbucear. Observó a Yu que seguía durmiendo y a Yoichi quién relataba alegremente sus días en la escuela antes de entrar al ejército. Paró el impulso de callarlo y poner una cara de aburrimiento. Ese humano se veía en cierta forma agradable y sentía que se podía relajar con él, además no parecía que terminaría de hablar pronto.

Mika dio un ligerísimo suspiro de derrota.

Será un día largo.

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Casi dos horas, dos horas que Mika pudo aprovechar en irse lo suficientemente lejos con Yu para asegurarse que nadie los seguía y sin embargo, estaba ahí. Sentado, esperando, dependiendo de humanos que parecían tardar una eternidad.

—Quizás fueron atacadas y murieron—soltó, parando abruptamente a Yoichi que parecía haber tomado como objetivo hablar sin parar para distraerlo. Tenía que darle crédito, sino fuera por la sangre y las heridas podría haberse distraído lo suficiente con todas las cosas que ellos habían pasado en la escuela.

— ¡Claro que no! —contestó determinado. —Ellas son sumamente fuertes, si se hubieran encontrado con algo ya habrían mandado alguna señal.

— ¿Y si fueran atacadas de sorpresa? —preguntó casi despectivo.

—Te digo que ellas igual lo hubieran hecho, son muy fuertes—afirmó.

Mika estaba por contradecirlo, cuando su oído escuchó el sonido de personas corriendo. Se giró de donde estaba para ver pequeñas sombras a lo lejos.

— ¡Te lo dije! —Exclamó alegre — ¡No les podía pasar nada!

Si no fuera por la asombrosa vista que tenía hubiera confundido las siluetas y creído que un demonio las perseguía. Shinoa y Mitsuba llevaban consigo cientos y cientos de cosas encima. Parecía que habían encontrado una tienda y la traían consigo.

— ¿Pero qué…?

No pudo terminar de hablar, porque la chica de cabello rubio lo hizo a un lado de manera rápida y comenzó a desvestir a Yu y Kimizuki.

— ¿Qué crees que haces? —preguntó casi mostrando los colmillos.

— ¿Qué ves que hago? —le dijo sin mirarlo—. Yoichi, tráeme el esterilizador y alcohol de la bolsa.

Yoichi se vio sorprendido, pero asintió rápidamente y fue a buscar lo que le pedía. Shinoa ya tenía un montón de utensilios con ella y después de darle una mirada a los heridos se dirigió al lado del peli-rosado.

—Kimizuki tiene las peores heridas, debemos empezar con él.

Mitsuba asintió en acuerdo y comenzó a limpiarse las manos con el alcohol que tenía.

—Espera, espera—Mika cogió el brazo de Mitsuba y esta le dio una mirada un poco irritada por interrumpirle—. ¿Si quieres sabes lo que haces? Si no sabes usar nada de eso, lo pondrás peor. Si te atreves a tocar a Yu con eso—

—Mikaela. Cállate. —su cuerpo saltó un poco por la frialdad de las palabras y miró con los ojos abiertos a la persona que se le dijo. —Se que estas preocupado por Yu y nosotros también, pero si dejamos las heridas como están, ambos se pondrán peor. Mitsuba es la única que sabe de primeros auxilios, así que haz el favor de callarte y ayudar. —Shinoa le dio una mirada dura y Mika no pudo evitar mirarla con algo de resentimiento.

Tanto Mitsuba como Yoichi se quedaron sentados, sintiendo la tensión que corría en el ambiente. El chico no estaba seguro de que hacer, así que Mitsuba se decidió a terminarla hablando con voz clara.

—Kimizuki está más herido, enseguida terminemos con él atenderemos las heridas de Yu. Pero a penas y encontramos anestesia, así que ambos recibirán una dosis pequeña—volteó a mirar a Mika y habló con voz firme, una orden que debía seguir—. Tienes mucha más fuerza que nosotros. Cuando ellos se muevan por el dolor debes sujetarlos bien, no debes dejar que se muevan por nada del mundo o yo podría equivocarme ¿entendido?

Mika seguía enfadado pero asintió con la cabeza. Yoichi intentó ayudarlo sujetando a los heridos por las piernas o solo dando palabras de ánimos que ambos necesitaban cuando se movían por el dolor. Shinoa ayudaba a Mitsuba llevándole lo que necesitaba, haciendo todo lo que pedía de manera rápida y silenciosa. Un ceño de preocupación se acentuaba más y más en su rostro al pasar los minutos, podía ver sus manos temblar levemente cuando veía a Mitsuba operar y casi podía jurar que sus ojos parecían determinados a no llorar. Fue solo cuando terminaron de atenderlos y ambos por fin despertaron que mostró una ligera sonrisa que pareció alegrar todas sus facciones y de cierta forma, le hacía pensar que nada peor podía pasar.

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¡Mirai! ¡Llévenme con Mirai! ¡Ellos le hicieron algo! ¡Necesito rescatarla!

—Kimizuki, por favor. —Yoichi intentaba recostarlo de nuevo, pero este seguía gritando y gritando.

—No puedes hacer nada en tu estado. Si sigues gritando tu herida se abrirá de nuevo—Mitsuba parecía a punto de golpearlo con algo para que durmiera—. Recupérate rápido, entonces iremos por ella.

—Es cierto—secundó Shinoa sentándose a su lado—. Cuando Yu y tú estén sanos podremos idear un plan para rescatarla, pero ahora solo seremos un estorbo. Por favor, entiende.

— ¡Ustedes no lo entienden! —Se soltó de las manos de Yoichi y trató de empujar a Shinoa sin verdadero éxito— ¡Creí que eran mi familia! ¡Yo entre en esto para salvar a mi hermana y se la llevaron! ¡El propio ejército lastimó a mi familia! Debo salvarla, ¿Cómo no lo entienden? ¡Suéltame! ¡Suéltame ahora!

—Kimizuki, para. —Yu estaba a un par de metros descansando con Mika sentado a su lado, le había sido difícil hablar cuando despertó y viendo el estado alterado de Kimizuki creyeron que lo mejor sería separarlos un poco.

—Espera, no te levantes—Mika intentó detenerlo pero Yu golpeó su mano y se sentó con dificultad.

—Entiendo la impotencia que sientes por no estar con ella—Yu lo miraba seriamente e hizo que la mirada desesperada de Kimizuki se detuviera solo en él—. Lo entiendo perfectamente y lo sabes. Yo mismo destruiré a Kureto y a todos los que nos lo impidan, pero debemos recuperarnos. Es lo mismo que sucedió con Guren ¿recuerdas? —Su tono se volvió melancólico cuando lo nombró—. Sé que lo están utilizando y lo salvaré, así como a tu hermana, porque él es mi familia y tu hermana también lo es. Así que, por favor, entiende que en este estado no podemos hacer nada. Incluso si tomo el poder de Asuramaru lo más probable es que empeore como la otra vez.

Es imposible. Mika se había mantenido callado ante los planes de Yu y su equipo, sabía que era una misión suicida. Ellos tienen al serafín, el ejército es demasiado peligroso ahora. Además ahora que Krul tiene a Guren no lo soltará incluso si se lo pidiera de rodillas.

Podía ver la mirada de determinación que compartían. Incluso Yoichi y Mitsuba tenían la misma en sus ojos. Era como con esas simples palabras y su voluntad podrían hacer lo que sea.

¡No pueden ganar! Quería gritarles. Toda la escena hasta casi parecía graciosa. ¿Cómo podían ser tan insensatos? No tenían ninguna ventaja, habían sobrevivido gracias a él y no era ni por asomo más fuerte que un noble. A penas podía con Ferid y sabía que le daba ventaja para burlarse de él.

—Bueno, bueno~ —Shinoa soltó una voz bastante alegre, interrumpiendo el momento que se había creado—. Necesitamos que se recuperen rápido o simplemente estaremos aquí de inútiles. Esta va para ambos, nada de tratar de levantarse en un día, necesitan de mínimo una semana para caminar bien ¿Entendido? Así que pareja de enfermos, más les vale no intentar nada raro. —Lo dijo todo con un aire alegre y divertido, de alguna forma el ambiente se había vuelto ameno y tanto Kimizuki como Yu se habían relajado con sus palabras.

Mika agudizó su mirada sin que nadie lo notara.

No se le había pasado que ella no compartió las miradas de determinación de los demás hace unos momentos. Ahora sonreía y les decía que se recuperaran para pensar algo, pero a él no la engañaba.

Estás mintiendo. ¿Tampoco crees que puedan lograrlo, verdad?

—Shinoa tiene razón—dijo Mitsuba—. Con ustedes heridos no podemos hacer nada. Mañana podrán moverse lo suficiente como para ir a uno de los edificios, después pensaremos en algo.

Kimizuki parecía querer protestar, pero Shinoa se lo impidió tomándole de la mano, ella le hizo un gesto de negación con la cabeza, regalándole una ligera sonrisa. Era muy pequeña, pero real y él, después de mirarla unos segundos aceptó hacer lo que le decían.

—Deberíamos hacer turnos para vigilar—dijo Yoichi, ya entrada la noche—. Puedo empezar yo, ustedes son los más cansados.

—Iré primero—lo interrumpió Mika—. Mis heridas ya están terminándose de curar—Inspeccionó de nuevo los lugares que Shinoa había marcado como seguros en el mapa— ¿Estás segura que estos lugares están libres?

Shinoa había estado casi toda la tarde revisando las heridas, y cuando Yu finalmente se durmió decidió atender solo a Kimizuki. No parecía interesada en responderle, por lo que solo hizo un vago asentimiento con la cabeza que él no hubiera visto si no fuera porque la estaba mirando.

Al menos podrías mirarme.

Arrugó el ceño. Bien no estaba de ánimos para pensar en la frialdad de ella. Ni pensar nada de ella. Caminó lo bastante lejos observando el lugar y no pudo evitar que sus ojos reflejaran la molestia que sentía. ¿Cómo alguien tan arrogante podría ser familia de ellos? Ni siquiera compartía su determinación, por más tonta que fuera.

Sin darse cuenta pateo una piedra. No quería aceptarlo, pero se sentía un poco decaído. Quizás era porque lo habían aceptado—aunque Mika se negara a terminar de confiar en ellos—incluso siendo un vampiro. Yoichi se veía muy animado hablándole y tanto Mitsuba como Kimizuki no parecían molestarse con su presencia. En cambio, ella lo único que había hecho era estar completamente alerta a su alrededor, lista para matarlo a la más mínima oportunidad. Su mirada se detuvo en un par de edificios destruidos y soltó un leve suspiro. No debería de estar dándole tantas vuelas al asunto. Él solo tenía una familia y no eran ellos, nunca serían ellos.

— ¡Oye! —su ceño se frunció cuando vio a Mitsuba correr hasta él. Después un olor entró a sus fosas nasales y sintió como sus dientes comenzaban a arder.

No había luna y apenas llegaban rastros de luz de la fogata que habían hecho. Si Mitsuba hubiera podido tener un poco más de iluminación o al menos ver el rostro de Mika, no hubiera dudado en huir.

— ¡Lo siento! Se suponía que te lo daría y se me olvidó—ella extendió los brazos y le entregó la bolsa que llevaba, o mejor dicho lo que había dentro de la bolsa.

Hasta ahora había reprimido su impulso de hambre. Con tantas heridas alimentarse sería lo mejor, pero con todas las cosas que pasaron no tenía tiempo para pensar en eso. Ahora que olía la sangre en su mano, pudo darse cuenta que era lo que olía en la tarde cuando hacían la operación. De cierta forma, lo aliviaba saber que su hambre no lo hacía alucinar con sangre.

— ¿De dónde lo sacaste?

—En el hospital de donde sacamos los medicamentos—pareció pensar bien sus palabras antes de seguir—. No sé cómo te alimentabas antes, pero esto es más fácil ¿no crees? Además tus heridas se pondrán mejor. —cuando pasaron unos minutos y él no contestaba, ella pareció verse incómoda. —Bueno, te dejo para que, ya sabes—se movió incómodamente y empezó a caminar hasta la fogata.

— ¿Mitsuba?

— ¿Si? —preguntó girándose a verlo.

—Gracias—dijo un poco inseguro—; y uh, lo siento… por cómo te grite.

Ella se sonrojó y negó rápidamente con la cabeza y las manos.

—N-No es nada, en serio. —ella se volteó y comenzó a caminar más rápido. Pero cuando él estaba por irse también ella se giró y habló lo suficientemente alto como para que escuchara.

—Lo de la sangre no deberías agradecérmelo a mí. —Ella intentaba ver su rostro pero la obscuridad se lo impedía—Shinoa fue la que buscó la sangre al llegar al hospital. A mí no se me había pasado por la cabeza que estuvieras hambriento, lo siento. —Dijo con una sonrisa—ella llenó un montón en su bolsa, dijo que seguramente necesitabas mucha con lo herido que estabas, pero dudo que puedas tener hambre en al menos un mes con todo lo que te trajo—soltó una pequeña risita—. Así que solo recibiré las disculpas por lo del grito ¿vale?

Ella se fue mucho más tranquila, dejando a Mika totalmente sorprendido. Parpadeó un poco y observó la sangre en sus manos sintiendo a su estómago rugir. Sin dudarlo mordió la bolsa y comenzó a succionar lo de adentro, era el tipo de sangre que no le gustaba, pero por alguna razón se sentía un poco dulce.

Recorrió el lugar varias veces durante la noche, pensando de vez en cuando en lo último que le dijo Mitsuba y sin que se diera cuenta, un muy, pero muy pequeño sonrojo invadió sus mejillas.

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Si no fuera porque ellos empezaron a gritarse de la nada al día siguiente, Mika podría haberse disculpado y agradecerle por la sangre. Quizás con ese pequeño intercambio de palabras ella no se sentiría tan incómoda como antes, podría llegar a sentirse bien con él lo suficiente como para bromear como lo hacía con todos. Quizás, si él hubiera tenido la oportunidad de hablar apropiadamente con ella las cosas no se hubieran puestos tan incomodas entre ambos.

Eso nunca paso, claro.

— ¿Cuál es tu problema? —a pesar de su actitud alegre su enojo había saltado en un tiempo bastante rápido, como si solo estuviera esperando ser molestada para explotar.

—Si no te hubieras tardado tanto ayer, la herida de Yu no estaría tan mal. La comida era lo de menos, debieron venir en seguida cuando encontraron las medicinas. —La expresión de Mika era igual que siempre, pero sus ojos reflejaban la rabia contenida.

—Quizás lo olvidaste, pero Yu es humano. Necesitamos comida para sobrevivir.

— ¿Y si llegaban demasiado tarde? ¿De qué les serviría?

—Llegamos a tiempo, ¿no es suficiente? —ella había empezado a levantar la voz a cada momento y los ojos de Mika se achicaban cada vez más.

—No, no lo es. Tu estupidez podría haber causado la muerte de Yu.

— Mi ¿qué?

—Chicos, cálmense. —Yoichi estaba en medio de ambos desde que empezó la discusión y estaba tan desesperado que casi empezaba a temblar. No entendía que había sucedido, hablaba normalmente con Shinoa y de repente al aparecer Mika comenzaron a discutir sin razón—. Mika solo está preocupado, Shinoa. Dejemos esta tonta pelea, debemos ir a ver a los chicos.

— ¿Tonta? —ella lo miró enojada y él retrocedió. —El que empezó todo fue él—dijo apuntando a Mika con un dedo—. No hagas que yo intente calmarme. —Parecía como si quisiera acercarse para golpearlo, pero algo le impedía hacerlo—Te sigues quejando de nosotros, pero solo te dedicas a hablar, desde que apareciste… ¡desde que apareciste solo nos has causado problemas!

Mika abrió los ojos y sintió como si algo se quebrara dentro de él. Su perfecta faceta tranquila se rompió, la cogió de los hombros, mostrando sus colmillos y la ira que cargaba desde que la conoció.

— ¡Ustedes son los que siempre generan problemas! ¡Soy yo es que debe cargar la responsabilidad de protegerlos a ustedes! ¿Crees que es algo fácil? —Dijo sacudiéndola—, la próxima vez dejare que te maten, ¡Tú, estúpida humana!

No sintió en qué momento ella se zafó de su agarre, y aunque la bofetada que le dio no se comparaba con la fuerza de un golpe de un vampiro, le dolió.

— ¡¿Qué demonios haces?! —Yu estaba apoyado de Mitsuba y miraba con ojos enojados a Shinoa— ¡¿Qué diablos te ocurre, idiota?!

Ella lo miró como si la traicionara y ante su mirada, la expresión de enojo de Yu se volvió confundida.

Shinoa ni siquiera se giró a ver a Mika, pasó de largo, ignorando los gritos de explicación que le pedía Yu y las llamadas de Yoichi y Mitsuba.

Mika no la vio irse, pero podía sentir un peso que caía sobre sus hombros a cada paso que ella daba.

Podía detenerla. Voltearse y pedir perdón por lo que dijo.

Pero no lo hizo.

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Tres días.

Tres días hablando con Yoichi sobre cosas sin importancia. Le resultaba fácil soltarse con él y sin darse cuenta hablaba casi con una sonrisa.

Tres días viendo a Mitsuba mandarle a Yu que dejara de intentar moverse o sus heridas se pondrían peor. Aunque al principio le molestaba que ella le gritara, llegó el punto en que le pareció divertido. Ella no hablaba con tanta facilidad como Yoichi, pero era buena escuchando.

Tres días viendo a Yu y Kimizuki pelear por sobre quién se recuperaría más pronto e iría a salvar a todos. Mika no habían intercambiado muchas palabras con el mencionado, pero cada vez que se veían él le daba un asentimiento con su cabeza, como un tipo de saludo extraño que de cierta forma le gustaba.

Tres días hablando con Yu de los años perdidos, recordando a la familia que ellos tanto amaban. Hacían planes, lo que harían cuando la guerra terminará. Volverían al orfanato Hyakuya para darle un entierro apropiado a sus hermanos y después podrían seguir adelante con su nueva familia.

Mika no recordaba la última vez que se sintió en paz, y estar con todos de alguna forma lo hacía sentir de esa manera.

Y aún así…

La miró desde lo alto del árbol. Ya era de noche y él hacía la vigilancia, todos dormían en el edificio ahora, aunque solo ella y Kimizuki estaban en el mismo cuarto, estaban sentados al lado del otro y ninguno parecía querer hablar. La atmosfera alrededor de ellos era bastante sombría en comparación a la otra habitación.

Tres días sin que le dirigiera la palabra.

Shinoa no parecía reconocer su presencia como algo importante por lo que se pasaba la mayor tiempo atendiendo a Kimizuki o hablando con los demás excepto Yu. Él seguía molesto con ella por la bofetada "sin fundamentos" que le dio a Mika. No importaban cuantas veces le preguntara, Mika se mantendría callado y le pediría a Yu que sólo lo olvidara. Tan obstinado como lo recordaba, este se mantuvo molesto en nombre de Mika y no se dignaba a dirigirle la palabra a Shinoa hasta que ella se disculpara.

Podía recordar la cara de incredulidad que ella hizo ante su reclamo. Sus demás amigos querían saber que había pasado exactamente, pero el único que sabía lo que sucedió era Yoichi y el parecía no querer entrometerse en lo que sea que sucedía entre Shinoa y él. Le estaba agradecido, ya se sentía de cierta forma culpable por hacer que Yu se peleara con ella, que no se viera molesto y que no le presionara con preguntas le aliviaba el peso que ya sentía.

— ¿Qué demonios se cree Shinoa para haber hecho eso? —Yu estaba exactamente en un piso arriba de donde se encontraba Kimizuki, se la había pasado la última hora hablando de como mataría a los nobles que manipulaban a Guren y ahora—como ya se había hecho costumbre desde aquel golpe—se dedicaba a gritar sobre Shinoa.

—Ella debe tener sus razones—respondió Mitsuba un poco dudosa, a pesar de escuchar la misma pregunta tres días aún se sentía preocupada por como actuaba su amiga.

—Démosle espacio—Yoichi parecía ser la voz de la razón en cada momento, era demasiado tranquilo. No se sorprendía porque Shinoa siempre lo hacía víctima de sus burlas. —Todos estamos muy cansados, no podemos ser tan optimistas con todo. —Se veía decaído—. En unos días todo se arreglara y podremos ser la familia que tanto queremos, ya lo verán.

Mitsuba, Yu y Mika sonrieron ante las palabras de Yoichi. Una familia alegre y un tanto torpe. Eso era lo que realmente quería.

— ¿Te siguen doliendo las heridas? —dejó de observar a los demás y movió su atención a Shinoa, se había abrazado las piernas y tenía su mentón sobre sus rodillas. Se veía muy indefensa de esa forma.

—Estoy bien. —Él no hizo ningún movimiento, casi como una estatua, continuó observando la luz proveniente de la pequeña vela.

Ninguno de los dos dijo nada hasta que escucharon un estruendo viniendo del piso de arriba seguido por un par de gritos. Mika roló los ojos, ya casi se acostumbraba a esas peleas.

Pudo notar la sonrisa de Shinoa, aunque fue muy pequeña.

—Espero que Mitsuba pueda controlar bien a Yu o sus heridas se abrirán de nuevo—soltó una pequeña risita—me pregunto si Mitsu aprovechara esta oportunidad—empezó reírse en voz baja— ¡oh! ~ Todo lo que podría pasar ~ ¡Pero espera! Yoichi está con ellos, eso significa que los tres…

La ceja de Kimizuki empezó a temblar levemente. Pero siguió sin decir nada.

— ¡Ya me lo puedo imaginar! Mitsuba intentando declararse, pero Yoichi lo hace primero que ella—sus piernas ahora estaban estiradas contra el suelo y con ambos brazos se abrazó el cuerpo en una forma exagerada, relatando con voz muy fina—. Yu entrará en un dilema porque no puede decidir con quién quedarse, pero entonces dirá: "¡Estemos los tres juntos! ¡Para siempre!" y poco a poco se empezaran a acercar y…

— ¡Shinoa! —el rostro de Kimizuki estaba sonrojado y la miraba con reproche. Su fuerte carcajada pareció mitigar el ambiente pesado que ellos tenían encima.

Mika se estremeció un poco. A veces Shinoa daba más miedo que Ferid.

—Vamos, Kimizuki~ apuesto que tu también estas intrigado.

—Por supuesto que no—como un niño, se cruzó de brazos y volteó su mirada lejos de la de ella, pero solo sirvió para que Shinoa riera más.

—Me alegra ver que aún puedes estar como antes—dijo ella suavemente.

Su respuesta tardó un poco, sin embargo, ese breve silencio en el que no dijo nada pareció decir mucho.

—Solo quiero que todo esto termine—esta vez la encaró y Mika vio como la vela iluminaba brevemente sus rostros—. Quiero a mi hermana de vuelta, sana y salva. Quiero que todos estemos seguros y… podamos… —su voz murió en eso último y ella se acercó hasta él para reposar su cabeza en su hombro bueno.

—No sé cómo terminara todo—dijo suavemente—, pero yo… dudo que podamos hacer algo. No somos tan fuertes como los nobles… estoy, estoy realmente asustada—terminó.

—Shinoa…

—Tengo miedo Kimizuki, les prometí que me volvería una buena líder, pero al final solo deje que murieran un montón de personas y escapamos ante la menor posibilidad ¿Si murieron todos? ¿O si los tienen como prisioneros? —Ella apretó sus puños—Ni si quiera sé, si Shinya está vivo o no…

—Lo está—le dijo seguro. Tomó su mano entre las suyas y ambos se aferraron el uno al otro. Mika se movió inquietamente desde el árbol—. Es un Hiragi después de todo, lo encontraremos y juntos patearemos el trasero de todos esos vampiros. Yo tampoco sé cómo, pero la esperanza es lo único que nos queda, no lo olvides.

Ella solo asintió en su hombro y él de manera suave dejó reposar su mejilla sobre su cabeza. Mika apartó la mirada, se empezaba a sentir incómodo con la nueva atmósfera que los rodeaba. Quizás debería irme a vigilar a otra parte.

—Lamento que tuvieras que estar en un cuarto lejos de todos—Shinoa se veía bastante relajada en la posición que estaba, parecía que se estaba quedando dormida—. Creí que te irías a donde estaban los demás.

—Como si fuera a seguirle el juego a ese idiota. ¿Exigir que duermas en un cuarto separado hasta que te disculparas? Es como un niño. Debe alegrarse de que Mitsuba y Yoichi aceptaron cuidarlo mientras hace su berrinche.

Ella soltó una risita.

—Es como un bebé ¿verdad? —suspiró—. Sé que quiere una explicación, pero no estoy de humor para hablar. No creo que llegue a estarlo.

—No es el único que quiere saber qué pasó. Estaba esperando que Mitsuba volviera para ayudarme a entrar al edificio cuando escuche todo ese griterío. Creí que un vampiro había aparecido.

—Lo siento—se disculpó. —Haré las paces con Yu mañana, lo prometo.

—Tampoco quería estar cerca de Yu y sus tonterías—se encogió de hombros, parecía querer reconfortarla—, además necesitaba estar solo para pensar, prefiero tu compañía que la de los demás.

—Oh~ ¿quién diría que me querías tanto? —preguntó con una burla.

—Cierra la boca.

Mika se fue corriendo lo más rápido que podía y aún así, a pesar de estar lo suficientemente lejos como para no oírlos, podía seguir escuchando los pequeños murmullos que compartían en secreto y la suave risa que ella emitía, gravándose lentamente en su cabeza.

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Casi dos semanas desde que seguían sin rumbo. Las heridas persistían en tardar en sanar y ya se podía sentir como la ansiedad flotaba por su pequeño grupo. Ellos querían ir a pelear, querían ver cómo estaban todos. Pero no podían, y eso les carcomía la mente lentamente.

¿Qué si todos ya están muertos? ¿Qué si es ya tarde? ¿Qué si al final todos sus esfuerzos no valieron absolutamente nada?

Todos querían volver de una u otra forma. Excepto Mika.

A pesar de la tristeza que todos traían consigo, siempre había tiempo para que ellos estuvieran juntos. Se escondían y buscaban más provisiones cuando estas se agotaban, pero todos se cuidaban de cierta forma. No lo demostraba y dudaba que pudiera hacerlo, pero le gustaba cuando todos se sentaban en una fogata y comenzaban a hablar de cosas que si bien le parecían sin importancia al principio, le encantaba escuchar ahora. Momentos breves, pero divertidos que habían tenido, sus experiencias y las cosas que querían hacer, las bromas que se hacían y las risas que compartían. Podrían hablar de cualquier cosa y se sentiría correcto.

No quería perder eso, por más egoísta que fuera.

Se acostumbró a que Mitsuba le dijera que hacer y el aceptaba con casi una sonrisa. Le gustaba participar en las bromas de Kimizuki hacía Yu y de vez en cuando contaba cosas vergonzosas sobre él, recibiendo leves golpeas amistosos por eso. Pasear con Yoichi haciendo las rondas se volvió un momento cómodo y; aunque ella seguía sin hablarle las cosas se habían relajado entre ellos, más no para mejor.

La observó como empezaba a ser usual durante sus noches en que hacía vigilancia solo y casi rodó sus ojos ante el pensamiento que le cruzó por la cabeza. Gracias a él, Yu y ella hicieron las paces, debería sentirse bien por eso. No lo contrario.

—Yu, deja de hacerle eso—le había dicho a la mañana siguiente que encontraron un edificio con la suficiente agua como para poder asearse. Las chicas habían ido primero y Yoichi se fue a traer para los heridos.

—Mika, te golpeó. Debe entender que no pueda jugar con ese tipo de cosas. —Yu lo miró determinado.

—No es como si no pudiera defenderme—intentó razonar—. Además, se puede decir que también fue mi culpa— Nunca se atrevería a decirle la razón de su pelea, pero al menos podía mitigar el enojo de su amigo. —Todo fue una pelea sin sentido. Ya olvídala.

— ¿Y cuál fue la razón? —preguntó. Cuando los minutos se extendieron y Mika no se dignó a hablar Yu gritó.

— ¡Maldición! ¡Vale! ¡Entiendo! no preguntaré, pero más les vale a los dos llevarse bien pronto ¿entendido? Ambos son mi familia y no quiero que se estén peleando por ahí. — Se levantó con dificultad y la expresión de alivio de Mika se esfumó de su cara.

¿Qué haces?

—Calma, calma. Estoy bien, pero si voy a disculpar a Shinoa ya no es necesario que estemos separados ¿no? —dijo alegremente. Tuvo el impulso de decirle que era un idiota, pero no lo hizo. Lo siguió cuando caminó entre los escombros para ir a buscar a Kimizuki en el piso de abajo y miró cada movimiento que hacía para que no se lastimara al bajar. —Espero que no salga con uno de sus chistes—dijo cuando bajaba—, aunque es lo más posible.

—Quizás haga un drama y luego te abrace. —se burló escuchando la risa de Yu.

—Lo más probable, aunque no me abrazara. No te dejes engañar por su forma de ser, a Shinoa no le gusta el contacto físico.

Sin que se diera cuenta su rostro se ensombreció, su cuerpo poniéndose un poco rígido.

Eso no parecía importarle la otra noche.

Ya dos semanas de eso, Mika podía confirmar las palabras de Yu ahora. Desde que se amistaron ella parecía tener el camino libre de hacer sus bromas. No parecía importarle entrar el espacio personal de los demás antes de salir con alguna de sus burlas. Shinoa se reía de la expresión de todos cuando salía con alguno de sus dramas, sin embargo, nunca se acercaba más de lo necesario. Como si tocarlos en alguna de sus payasadas fuera algo terminantemente prohibido.

No entendía la razón y estuvo varia veces pensando en la respuesta. El lugar de donde provenían solo existían tiranos que experimentaban con ellos. Lo más seguro era que ella pasó por una experiencia como esa y ahí su razón del rechazo a ser tocada. Incluso podía ser la razón de sus perfectas sonrisas falsas que engañaban a todos.

Aún metido en sus pensamientos, la observó sentarse al lado de Kimizuki y entregarle alegremente una botella de agua. Chasqueó la lengua ante el gesto. Se sentiría mejor si ella se fuera a dormir a otro sitio. Donde no la tuviera que ver, le molestaba tenerla frente a él, le recordaba todas las veces en que lo ignoraba yendo con los demás, dejándolo con un sentimiento de vacío.

No es que le agradara su presencia exactamente, para nada. Solamente, no le gustaba cuando pasaba mucho tiempo con Yu, o cuando posaba despreocupadamente su cabeza sobre el hombro de Kimizuki y le mostraba esas sonrisas que tanto se negaba a ofrecerle.

No era algo que quisiera, no quería nada de ella. Los demás lo aceptaban y no la necesitaba para sentirse bien. La observó con una mueca que más se asemejaba a una mirada triste y no pudo detener que sus pensamientos se dirigieran solo a ella. Se preguntaba como seria recibir una de esas sonrisas, esas que no eran falsas para tranquilizar y que no eran para engañar. Solo una de sus sonrisas que iluminaban su cara y las mostraba felizmente a las personas que le agradaban.

Eso estaría bien, pensó.

Solo ella sonriéndome a mí.

Solamente a mí.

o.o.o.o

— ¿Te sientes bien?

—Sí, solo estoy algo cansado. —Yoichi le sonrió cansadamente. No estaba pálido ni nada, pero el cansancio se hacía claro en su rostro.

—Puedo terminar de hacer la guardia solo—se ofreció.

—No, no. Solo es que las últimas dos noches no dormí bien, es todo—viendo la expresión de Mika accedió a volver con los demás solo para coger algo de comer.

—Deberías quedarte—insistió cuando llegaron.

— ¿Qué sucede? —preguntó Mitsuba, quién salía del edificio junto a Shinoa con un montón de vendas sucias en las manos.

—Yoichi no se siente bien—en vista que él volvería a protestar se apresuró—: dile algo.

Sintió a Shinoa soltar una risa, pero cuando la vio estaba tosiendo. Qué extraño.

—Te quedas—ordenó Mitsuba.

— ¿Qué? Pero debemos hacer guardia esta noche, no puedo dejar a Mika solo.

—Tonterías—respondió ella, Mika creyó que eso sería suficiente. Estaba por retomar su camino cuando escuchó—. Shinoa hará vigilancia con él entonces, la última vez fue hace casi cuatro días, estará bien.

— ¿Q-Qué? —Shinoa la vio sorprendida y hasta algo ofendida. Mitsuba solo le quitó las bandas y le hizo un asentimiento a Yoichi para que la siguiera.

—Lo que escuchaste. Yoichi se siente mal y en vista que te volviste a pelear con Yu no te dejará cambiar sus heridas—ninguno se movió hasta que ella les dio una mirada molesta— ¿Qué siguen haciendo aquí? Ya váyanse.

Yoichi se había mantenido callado hasta ese momento y les dio una mirada a ambos preguntándoles si estarían bien. Shinoa solo resopló dirigiéndose al camino por donde Mika y él llegaron. No le dio ninguna mirada para que lo siguiera, que estuviera acostumbrado a su comportamiento no significaba que estaba menos enojado cuando lo hacía. Caminó detrás suyo mirando su espalda con tanta dureza que esperaba que se tropezara con algo y se golpeara su rostro indiferente.

Yoichi y Mitsuba los observaron irse y se dieron una sonrisa cómplice.

o.o.o.o

Incómodo.

Todo era sumamente incómodo.

¿Cuánto había pasado? ¿Una hora? ¿Más?

No hacían mucho. Caminaban alrededor, buscaban algún signo de peligro, se iban, comenzaban desde el principio. Era como la cuarta vez que pasaban por el mismo árbol, si lo veía una vez más sentía que comenzaría a patearlo.

—Regresa. —Mika se interpuso en su camino para que ella no tuviera oportunidad de hacer como si no lo escuchara, pero Shinoa solo lo rodeo. — ¿Eres sorda? —la cogió del brazo y ella se alejó como si la hubiera golpeado.

—Te escuche perfectamente—se giró y volvió a caminar—, pero no hay razón para volver, hazlo tu si quieres.

Mika chasqueó la boca.

Suficiente. Ya tuve suficiente.

— ¿Cuál es tu maldito problema? —siseó haciendo que ella se detuviera. —Desde que llegue no has hecho nada más que hacer como si no existiera. Deja de actuar de forma tan estúpida y dime si tienes algún tipo de problema conmigo.

—Ya te lo había dicho ¿no? —su tono era frío, cortante, lo hacía enojarse más.

— ¿Crees de verdad que eso es mi culpa? —Ella no contestó—Yo no hice nada…

—Exacto—ella volteó a mirarlo y podía sentir los insultos que no salían de su boca salir por sus ojos—. No hiciste nada, finges que todos te agradan y te acerca a ellos, pero eres un maldito mentiroso.

—Yo no…

— ¡Mientes! —gritó. Mika abrió los ojos, sorprendido de su arrebato—Te vi. Cuando los vampiros nos atacaban tú cogiste a Yu y te fuiste—retrocedió, sintiéndose aprisionado—. Ibas a abandonarnos, no te importaba si moríamos o no y ahora es igual. Si ni siquiera te importan, deja de actuar tan natural con ellos si piensas dejarlos morir al segundo que pase algo.

— ¡No es así! —se excusó, acercándose a ella haciendo que por reflejo se alejara—Yu era mi única familia, creí que… creí que solo lo usaban y no valía la pena…

— ¿Usarlo? —Su tono era incrédulo— ¿Cómo íbamos a usarlo si estábamos siendo asesinados? ¿Qué está mal contigo?

— ¡Tú no viste lo que yo!—gritó cogiéndola de los brazos y sacudiéndola— ¿Qué si le hacían lo mismo a Yu? Él es mi única familia, ¡Tú no sabes lo que es perder a alguien importante!

Shinoa abrió los ojos y la boca para responderle, pero al final la cerró con un chasquido e intentó quitarse el agarre que Mika tenía sobre ella. Pero él sólo apretó más fuerte sus dedos sobre sus hombros sin importarle si le dolía o no.

— ¿Qué pasa? ¿No puedes hablar? Te quejas de que yo los engaño, pero tú siempre los engañas también—escupió colérico.

Los ojos de Shinoa se abrieron más y comenzó a empujarlo para que la soltara, había una desesperación palpable en ella y comenzó a mover su cabeza para que él no pudiera ver su cara.

— ¡Suéltame! —Gritó mirando a cualquier lado menos a él—Gritare, te juro que gritare más fuerte que nunca ¡Suéltame! —Intentó golpearlo con sus piernas, su agarre se intensificó— ¡Suéltame! —ella empezó a soltar leves gimoteos de dolor, pero no le importo. Quería verla de rodillas suplicando perdón, lo suficiente como para que él pudiera burlarse de ella y hacerla sentir tan mal como ella lo hizo sentir a él las últimas semanas. Pero más que nada, quería que gritara, todo lo que se guardaba dentro. Gritara hasta que su garganta quedara seca y no tuviera necesidad de guardarse nada dentro— ¡Que me sueltes! —. Sus lastimeros golpes eran cada vez más pequeños y podía escucharla sollozar de forma muy baja— ¿Qué es lo que quieres? —ella lo miró, pequeñas lágrimas caían de sus ojos y Mika finalmente la soltó. Shinoa solo se quedó ahí, se tapó el rostro con las manos y sus hombros se movían por el llanto que quería ocultar. Viéndola de esa forma Mika se sintió como la peor criatura del mundo.

Ambos se quedaron de esa forma. Shinoa llorando silenciosamente y Mika mirándola con ojos tristes, inseguro de lo que debía hacer.

—Lo siento—se disculpó después de varios minutos. Ella ya no lloraba, pero sus manos seguían cubriendo su rostro—. Por todo. No quería gritarte esa vez, solo quería agradecerte por la sangre. Tampoco quería insultarte, pero tocaste un nervio cuando me gritaste. No suelo perder la compostura.

Ella no respondió y él, quizás por el nerviosismo o solo porque no quería seguir con tanto silencio, continuó hablando.

—También lamento que Yu dejara de hablarte por eso, fue muy excesivo, es así desde pequeño, pero a veces es muy idiota—ella aún no hablaba—y… lamento esto último, solo que… —apretó sus puños sintiéndose idiota por no poder hablar—quería, realmente quería que tú—

—Mika—se calló abruptamente. Shinoa siempre lo llamaba por su nombre completo, nunca lo abreviaba. Ella quitó sus manos de su rostro y lo vio con los ojos hinchados y las mejillas rojas. —Ya cállate—le dijo suavemente, sin molestia en su voz.

Él resopló, pero se sentía más relajado.

—No recibirás ninguna disculpa mía después de esto.

—No necesitas disculparte—nunca lo había mirado directamente a los ojos por más de dos segundos. Solo ahora—y gracias a su buena vista—podía apreciar sus ojos, le gustaba el color chocolate que tenían, parecía que lo atrapaban y no le permitían apartar su vista—Yo también, uhm… lamento como te he tratado casi todo este mes, estaba enojada contigo, pero más que nada conmigo misma y… —sus ojos se volvieron tristes y las palabras parecieron morir en su boca.

—No necesitas decir nada más. No nos conocemos tanto—se movió incómodo—, supongo que fue tonto de mi parte querer que hicieras esto y… lo siento. —terminó mirando al suelo.

—Eh, entonces esta intervención fue solo para satisfacer tu ego de vampiro.

— ¡Claro que no! —chilló apresuradamente, mirándola de nuevo y sintiendo el calor cubrir sus mejillas. Ella detuvo el comentario que iba hacer al verlo reaccionar de esa manera y él se cubrió el rostro con una de sus manos, sintiéndose avergonzado.

Hubo otro de esos momentos de silencio característico de ellos, hasta que Shinoa lo rompió con una pequeña risita.

—Creo que deberíamos volver, hemos registrado todo un montón de veces.

—Sí—concedió—lo mejor es regresar.

Ambos se vieron unos momentos, no muy seguros de que hacer. Al final soltaran suspiros agotados y volvieron silenciosamente al edificio. No quisieron explicar por qué volvían tan rápido y solo se fueron por su lado, cada uno en una esquina del cuarto. Fue cuando él estaba recostándose contra la pared para dormir que vio la diminuta sonrisa que le daba.

Era casi el fantasma de una sonrisa. No se parecía en nada a las grandes que le dedicaba a Mitsuba o las cálidas que le daba a Kimizuki, pero era una dirigida a él.

Solo para él.

o.o.o.o

—Déjame entender esto. Tú no eras un vampiro completo, pero luego te dio un ataque y bebiste la sangre de Yu directamente de su cuello en lugar de hacerlo de manera más sencilla como, no sé ¿su muñeca? y te convertiste en un chupasangre completo ¿Así de fácil?

Mika se movió incómodamente bajo la mirada que le daba.

—No es que quisiera atacar a Yu, solo estaba muy hambriento—

— ¿Pero era necesario morderlo en su cuello? —Shinoa tenía una de esas sonrisas que indicaban peligro y no sabía si entrar en pánico o no.

—Te digo que estaba en un estado—

—Vamos, vamos, Mika~ —su sonrisa se extendió por toda su cara y Mika se sintió como un niño a punto de ser molestado por su hermano mayor. —No te hagas el difícil, esto era algo que ya me había preguntado desde hace mucho—ella empezó a caminar y dar vueltas mientras hablaba con voz divertida—. Pero tú siempre estas Yu esto, Yu lo otro. ¡No puedes ocultar tus verdaderos sentimientos de la grandiosa Shinoa! —Ella lo señaló con un dedo y exclamó alegremente—: Porque tú Mika, ¡estas enamorado de Yu!

¡¿Qué?! —sintió su rostro volverse pálido para que después se le subieran todos los colores al ver como ella estallaba en carcajadas y caía de rodillas sujetándose el estómago. — ¡No es así! —Gritó en un intento de defenderse, su cuerpo entero ardía de vergüenza y comenzó a agitar sus brazos y manos como un niño pequeño que intenta que le crean— ¡Es mi familia! ¡Mi familia! Por años creí que lo usaban, ¡Es todo! ¡No estoy enamorado de él ni nada! ¿Cómo puedes creer algo así?

Ella seguía riéndose y él solo pudo sonrojarse más de lo que ya estaba, no obstante, sonrió ante la escena que ambos hacían.

Las cosas cambiaban bastante rápido o al menos, casi bastante rápido.

No se volvieron los mejores amigos de la noche a la mañana, la mayoría del tiempo ella se la pasaría entrenando con Mitsuba, atendiendo las heridas que ya empezaban a sanar y charlando hasta tarde con Kimizuki. Todo era como siempre, salvo que ella ahora le hablaba. No era algo muy grande al principio, solo pequeños asentimientos de cabeza entre ambos, intercambiar breves palabras. Nada del otro mundo, nada que debería emocionar ni nada.

Todos se veían bastante felices por cómo estaba la relación de ambos ahora, sin embargo. Yu sonreía como un niño cuando los veía hablar de manera relajada, Yoichi le daba miradas de ánimo y Mitsuba le ordenaba a ambos patrullar de noche, extrañaba las charlas nocturnas que tenía con Yoichi, pero con el pasar del tiempo se acostumbró a estar con Shinoa. Ella había hecho pequeños chistes sobre él y decía pequeñas cosas sobre ella que no le había mencionado, le habló brevemente de tener una hermana que fue asesinada y él de los hermanos que perdió cuando estaba en Sanguinem. Le sorprendió de lo feliz que se sintió cuando hacían eso, solo era compartir pequeños momentos de su vida, era una alegría que no lograba entender.

O cuando le hablaba o lo miraba directamente a sus ojos, sin asustarse de que fueran de un color tan aterrador, tampoco parecía aterrarse cuando sus colmillos sobresalían mucho, Shinoa actuaba normal a su alrededor y con el tiempo, comenzó a sonreírle alegremente hasta que eran sonrisas tan grandes como las que le daba a Kimizuki.

Una parte de él ansiaba que ella lo mirara de la misma forma que a Kimizuki. Quería que lo mirara tan cálidamente y se recostara contra él para que pudiera abrazarla. Muchas veces se encontró pensando en cómo sería tener su pequeño cuerpo contra el suyo y sentir que ella le devolvía el abrazo con todas sus fuerzas.

Su rostro que estaba recobrándose de la vergüenza adquirió una tonalidad sonrosada cuando la vio tan cerca de él. Sería muy fácil abrir sus brazos y traerla a su pecho. Pero eso sería raro y ellos a penas eran amigos.

—La sangre que te traje se está acabando—Shinoa dijo cuando regresaban de su ronda— ¿Tomarás un poco de la sangre de Yu? ~ —trató que su cara permaneciera estoico ante el tono sugestivo que ella hacía, pero últimamente se le hacía difícil.

—Buscaré otro hospital.

—El que encontramos estaba casi totalmente destruido, fue suerte que aún tuviera un par de cosas—sintió que lo miraba—. Cogí toda la sangre que encontré conmigo, no creo que haya más.

—Encontraré la forma—le dijo serio—, no quiero tomar la sangre de Yu nunca más—la escuchó reír—. Hablo en serio.

—Lo sé, solo que nosotros ya lo decidimos. Cuando se te acabe la sangre puedes tomar de nosotros. Sé que solo tomas pequeños tragos de las bolsas, entonces no será un problema. Cuando regresemos a la batalla debes… ¿Mika?

Él había dejado de caminar y la miraba estupefacto.

— ¿Hablas en serio? —Mika negó con la cabeza, se sentía mareado—No puedo hacer eso.

—Ya lo decidimos. Es algo de lo que hablamos el otro día, pensábamos decírtelo juntos, pero no veo el motivo de esperar. Todos aceptaron donar un poco de sangre para ricitos de oro~

— ¿Incluso tú? —preguntó dudoso.

—Incluso yo—le dio una pequeña sonrisa tímida que le pareció sumamente atractiva. Mika no estuvo seguro de que lo dominó en ese momento, pero su mano se movió por cuenta propia y rozó levemente sus labios.

Pudo escuchar el corazón de Shinoa correr sumamente rápido, su olfato pudo sentir el olor de su nerviosismo y rápidamente separó su brazo. Shinoa lo veía anonadada, pero Mika se decidió a no disculparse por eso.

—Gracias—le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Sus mejillas se colorearon un poco al decirlo, pero ella apartó la mirada y dio un pequeño asentimiento con la cabeza.

—No es nada.

Ambos regresaron. Mika se sentía bastante animado, sentía que nada podría borrar la pequeña sonrisa que adornaba sus labios, hasta que, cuando dejo de hablar con Mitsuba y giró su cabeza, vio a Shinoa recostada contra Kimizuki.

Él solo había sentido recelo de Guren cuando Yu lo mencionaba con tanta familiaridad, algo dentro suyo temía por ser reemplazado. Ese sentimiento había muerto hace mucho y creía nunca lo volvería a sentir. Sin embargo, ahora que los veía tan cerca pudo sentir un sentimiento que lo carcomía por dentro. Tuvo que apretar su mandíbula para que sus colmillos no se notaran por el gruñido que quería salir de su garganta.

Por primera vez, sentía lo que era estar verdaderamente celoso; y lo odiaba.

o.o.o.o

No pensaba en la verdadera razón de sus celos, solo sabía que le molestaba cuando los veía juntos. Buscaba excusas para irse cuando ella revisaba sus heridas y se mordía los labios cuando la veía reírse por algo que Kimizuki le decía.

Ya había pasado una semana desde eso. Más de un mes de ellos atrapados en esos edificios. Yu y Kimizuki ya podían caminar, pero si intentaban movimientos bruscos las heridas se abrían y aún estaban débiles. Maldecía cuando eso pasaba, no solo por el bien de Yu, sino que le molestaba que Kimizuki de repente estuviera igual de mal que antes y Shinoa se pasara todo el tiempo con él. A Mika le agradaba, en serio, solo que cuando estaba mucho tiempo con ella su cuerpo reaccionaba de manera extraña y ya empezaba a ser molesto que Yoichi le diera miradas interrogantes por eso. Se alegraba que los demás fueran tan despistados.

— ¿Estas molesto conmigo? —Shinoa se inclinó contra él y Mika alejó su rostro, ella parecía haber dejado de molestarse en la barrera entre ellos y se acercaba mucho a su espacio personal. Antes le hubiera parecido bien, pero desde que se ponía celoso e irritable prefería que se mantuviera alejada.

—No.

—Se nota—dijo con los ojos en blanco. Mika no le hizo caso y siguió caminando en busca de algo sospechoso, como todas las noches, todo se veía tranquilo. —Entonces, ¿por qué estas molesto?

—No estoy molesto.

—Sí lo estas.

—No.

—Sí.

La miró con ojos molestos y ella soltó una de sus carcajadas.

—Estoy cansado, es todo.

—Puedes ir con los demás si quieres, no me importa hacer la guardia sola.

Las noches de vigilancia eran las únicas en que podía pasar verdadero tiempo con ella, por nada las desperdiciaría.

—Yoichi seguro se sentirá culpable por cambiar turnos contigo y querrá venir—ella lo miraba atentamente, así que Mika intentó no verla cuando dijo—: además, parece que aún no duerme bien, puedo sentir que sus defensas están bajas, quizás llegue a enfermarse.

— ¿Eh? ¿Los vampiros pueden sentir cuando alguien está por enfermarse?

—Sí—mintió—. Nuestro olfato es muy bueno, podemos oler la enfermedad antes que suceda—no mentía totalmente, pero solo podía saberlo cuando la persona ya estaba mal, no antes.

Ella tenía la boca abierta.

— ¡Eso es genial! ¡Eres como un tipo de doctor, con eso podríamos ahorrarnos muchas cosas! —Mika quería decirle la verdad, pero se veía tan animada que no se atrevía.

Pasó como una hora cuando decidieron detenerse a descansar. Shinoa se recostó contra una pared al lado suyo aún hablando de las cosas que Mika podría hacer cuando regresaran, hablaba de los soldados que podía salvar y la ventaja que sacarían con eso. Contuvo un suspiro, por eso no hablaba mucho sobre cosas de vampiros. Ahora lo utilizarían como doctor, genial.

— ¡Vamos, Mika! —Intentó animarlo ante su falta de ánimo—. Con esto les será más fácil aceptarte y perderte el miedo—ella tenía una sonrisa tan alegre y pacífica en su rostro que su respiración se cortó durante un momento al mirarla. La luna solo reflejaba un poco de luz entre todas las nubes que la rodeaban, pero el pequeño brillo la hacía ver a sus ojos increíblemente linda. Parpadeó un poco sintiéndose abrumado por sus sentimientos, pero su cuerpo no pareció escuchar lo que le decía, porque su rostro se había acercado lentamente al de ella.

— ¿Mika?

Ella había volteado su rostro hacía su dirección, su mirada estaba sorprendida por la cercanía de él. A su mente sólo se le ocurrió algo para excusarse, así que Mika con la cara más sería que pudo hizo como si la olfateara muy despacio.

—Shinoa creo que puedo sentir algo en ti.

— ¿Qué? —su cuerpo volteó hasta estar frente a él y Mika aprovechó para acercarse más a ella, aún haciendo como si la olfateara. — ¿Sientes algo? —preguntó levemente preocupada.

—Sí—mintió—. No te muevas, creo… creo que puedo averiguar de dónde viene.

Ella asintió y mantuvo su cuerpo quieto dándole un mejor acceso para que pudiera revisarla.

Eres tan ingenua, pensó. Tan fácil de engañar.

— ¿Dónde?

—No estoy seguro…—contestó levemente, su nariz rozando levemente su frente. Pudo sentirla tragar, sus ojos rojos parecieron resplandecer al verla tan indefensa contra él.

Shinoa era tan pequeña, nunca había estado tan cerca de ella y se sorprendió de lo fácil que podía ser recorrer su rostro. Posó su nariz sobre sus parpados, sobre sus mejillas levemente acaloradas, y cuando se cansó de eso, su rostro comenzó a bajar por su mentón hasta que sus labios se animaron a recorrer su pequeño cuello que parecía tan sumamente frágil. La sintió temblar muy ligeramente soltando una pequeña respiración. Su cuerpo estaba muy quieto, como si no estuviera segura de lo que debía hacer.

Mika no podía detenerse, sus labios recorrieron todo, una dos, tres veces; con sus manos aún firmemente pegadas a lado de su cuerpo, obligándose a no tocarla.

Fue solo cuando sus labios resbalaron sobre los de ella, sintiéndola respirar sobre los de él, tan despacio que a penas y parecían que se tocaban, que decidió separarse abruptamente.

Ella parpadeó varias veces, no muy segura de que lo había pasado.

—Yo…—Mika la miraba igual de sorprendido que ella.

Sus ojos no parecían juzgarlo esta vez, sino que lo miraban genuinamente interrogativos. Nada pasaba por su cabeza, no tenía excusas, lo único que podía sentir era vergüenza llegar a él. Sin siquiera detenerse a darle una segunda mirada, salió huyendo. Corrió tan rápido como pudo y no miro atrás. Mañana encontraría una forma de explicarse, y todo volvería a la normalidad ¿cierto?

¿Cierto?

o.o.o.o

xD

Okey, primero ¿por qué esto salió tan grande? *tira todo por la ventana* de verdad esperaba que fuera algo más pequeño *llora* lamento si esperaban algo más chiquito, pero quería describir su relación, no solo con Shinoa sino con los demás. Espero que Mika no estuviera OOC, hice mi mejor esfuerzo T_T

En fin, ¿les gustó? XD amo a Yoichi y después de hablar con Shadechu necesitaba que el apareciera más y hablara con Mika, él necesitaba alguien con quién sentirse cómodo y ¿quién más que este hermoso chico? *u* Muy aparte de como se enrolla con Shinoa *guiño, guiño* quería que se mostrara como se siente realmente con todo lo que está pasando, así como con los demás, la guerra puede dejarte marca y es muy difícil vivir con eso T_T

Bueno, aún queda una segunda parte, pensaba ponerla todo junto, pero aún no está acabada y sentí que sería demasiado grande D': en el próximo habrá mucho más de Shinoa, ya que aquí se enfocó un poquito más en los demás y como Mika se fijaba en ella, en el próximo ya podremos ver como sufre nuestro rubio favorito en entender lo que siente y por supuesto más interacciones con Kimizuki –o eso creo-. No es mi intención hacer un triángulo, pero también lo shippeo con Shinoa *se muere*

Hasta la próxima criaturitas, dejen un review o las heridas de Yu y Kimizuki nunca sanaran, okey no XD pero puedes dejar tu review y decirme que te pareció ;D

Hasta la otra ::DDDD