El ángel del nuevo día
El Observador
"El mundo se transforma en sueño y el sueño se transforma en realidad"
Novalis
1
Fue una noche extraña, hacía tiempo que no había tenido un sueño tan bizarro.
En la oscuridad se le apareció un ser luminoso, inhumano e indefinible. Era un ángel. Le habló o al menos tuvo la impresión de que lo hizo. No podía recordar con precisión lo dicho, excepto que su percepción del mundo estaba por cambiar radicalmente y que el fin estaba cerca. Hacía años que él lo sentía cercano. Por demás tenía la impresión de que algo muy grande –para bien o para mal- estaba por venir. Esta revelación fue llamada por él de ahí en adelante la tesis de un ángel cruel.
…
El piloto de la fuerza aérea de las Naciones Unidas contempló al gigantesco ser que se aproximaba desde su ascenso de los mares a la ciudad de Berlín 3.
-Hacía tiempo que no estábamos tan ocupados. –Le comentó su colega de vuelo.
-Debe medir casi 100 metros. –Replicó el piloto.
Era absolutamente sui generis. Al centro de su cuerpo negro había una gran esfera roja rodeada de lo que parecían ser grandes tenazas. Sus extremidades superiores tenían algo de brazos y de alas. Su rostro, pequeño en proporción a su cuerpo y casi inexpresivo, parecía una máscara de ave.
-No sé por qué me parece que estamos alucinando. –Comentó el piloto.
-Será una ilusión óptica masiva. –Añadió el otro.
En los alrededores se habían apostado masivamente tanques, misiles y aviones de guerra. Casi al unísono iniciaron un feroz bombardeo. Las descargas habrían bastado para arrasar ciudades pero el monstruo fue inmune al ataque.
Éste lanzó un gigantesco rayo con forma de cruz que cayó sobre una batería e hizo volar por los aires a varios.
-¡Qué carajo! –Exclamó el piloto fuera de sí.
…
En el cuartel general de la agencia LOGOS en Berlín 3, el dasnetz, se vivía una gran agitación.
Varios mandos militares de las Naciones Unidas y de la Unión Europea estaban reunidos en la mesa de mandos observando desde la pantalla de la Estación Central los vanos intentos de su potente ejército para detener al monstruo.
-¡No puede ser! ¿Me dices que con las miles de tropas apostadas ahí no hemos podido hacer nada? –Dijo un general con cólera hablando por teléfono a un oficial.
Colgó.
-Apenas han logrado aturdirlo.
-¿A qué se puede deber? –Se preguntó otro general.
-Es un campo AB. Contrarresta sus ataques, todos esos misiles que fácilmente matarían a cualquiera le hacen un daño mínimo. –Le contestó un anciano científico.
-Creo que ha llegado la hora de que nos cedan la batuta. –Dijo el comandante en jefe de LOGOS quien se hallaba sentado frente al que había hablado antes y llevaba puestos lentes de sol y guantes blancos.
-Eso sería lo último que haríamos. Aún no hemos perdido el control de la situación.
Uno de los operarios se acercó a la junta y anunció que el invasor llegaría a Berlín 3 en 12 horas.
-¿Que piensa hacer mariscal? –Preguntó uno de los presentes.
-Creo que en vista de la situación no queda otra cosa. Debemos lanzar una bomba N2.
-¡¿Está loco?! –Dijo uno de los operarios. La explosión devastaría el medio ambiente y aniquilaría a la flora y fauna en su radio.
-Este no es momento para exquisiteces ecologistas. Ahora lo que importa es nuestra supervivencia.
Las bombas N2 eran uno de los grandes avances de la tecnología militar. A pesar de ser tan destructivas como una bomba atómica, su emisión de radioactividad era mínima, inofensiva para la población. Así era posible devastar regiones enteras sin volverlas por ello inhabitables.
La junta discutió un rato. La gravedad de la situación era evidente y si no se tomaban medidas urgentes el daño podía ser incalculable. Finalmente se pusieron de acuerdo sobre la absoluta necesidad de realizar el ataque.
-Las Naciones Unidas han autorizado el bombardeo. –Anunció un oficial un rato después.
-Bien, evacuen a todas las tropas, civiles y ganado de inmediato. En 2 horas se lanzará la bomba, con suerte estará fuera del alcance de Berlín 3.
Los militares esperaron con gran tensión el lanzamiento. Llegada la hora fijada la bomba fue lanzada y arrasó con todo en un radio de 50 km. El monstruo había desaparecido de los radares.
Al ver esto todos menos el comandante y su colega científico comenzaron a festejar eufóricamente.
Un general se subió a la mesa de mando y silbó a todos los presentes.
-¡Les dije que no podíamos fallar! Nada puede contra nuestra tecnología. ¡Estamos a salvo!
-No canten victoria tan rápido señores. –Dijo el comandante fríamente después de un rato.
Se fijaron en las pantallas satelitales. Para horror de los presentes, el monstruo, aunque notoriamente lastimado, seguía con vida y andando, aunque con mayor lentitud que antes.
¡No puede ser! –Dijo el mismo que antes celebraba
El pánico y el asombro cundieron entre todos los mandos.
-¿Qué podemos hacer?
-La bomba N2 lo ha herido, sin embargo aparentemente se autoregenera de sus heridas y dentro de entre 24 y 36 horas estará en Berlín 3 totalmente recuperado del daño. –Anunció un operario con evidente nerviosismo.
-No entiendo qué mierda es esto que nos ataca, pero la cosa está clara. Si esta bomba N2 lo ha herido hay que lanzarle tantas como sean necesarias para aniquilarlo. –Dijo el mariscal.
-No creo que sea conveniente, las bombas N2 aunque tienen poca radioactividad, si se las usa masivamente esta puede incrementar su efecto. Sin contar con que Berlín 3 podría sufrir graves daños. –Replicó un general.
El comandante miró con una sonrisa al resto de los asistentes, como si supiese exactamente el guión de todo lo que estaba pasando e iba a pasar.
-Es simple: Sus armas han fallado. Ahora deben dejarnos el trabajo a nosotros. Ha llegado el momento de usar a los Eones.
-Los tan famosos Eones. Es irónico que nuestra seguridad la pongamos en manos de unos robots gigantes.
-Pues deben empezar a hacerlo, si no gastarán sus municiones en vano.
Siguió un rato de silencio y absoluta tensión en la sala. Entre susurros los militares se dieron cuenta de la gravedad de la situación.
Uno de ellos habló en nombre del resto.
-Bueno, parece que el factor humano ha fracasado. De todos modos esos Eones nos han costado una fortuna y hay que ver para que nos sirven después de todo. Las Naciones Unidas le delegan la misión de destruir a los invasores a LOGOS. Espero que no nos decepcione. Comandante Schmith, le dejamos el futuro en sus manos.
Al poco rato de decir esto, la plataforma del piso comenzó a hundirse con los oficiales en su interior.
El científico observó al comandante con una sonrisa dibujada en la cara.
-El despertar de los siglos ha llegado.
…
Eusebio Rodríguez acababa de llegar a Berlín 3 con el fin de hacer una investigación sobre los extraños sucesos que estaban acaeciendo en esa ciudad.
Unos prodigiosos seres llamados ángeles venían lanzando ataques contra ella y ni las armas más sofisticadas habían servido de mucho contra ellos.
Por ello la organización internacional creada por las Naciones Unidas, LOGOS, con sede en Berlín 3, había recibido la misión de aniquilarlos. Sorprendentemente hasta el momento venían teniendo éxito, empleando unos gigantescos robots de combate llamados AEON (Automatic Electro Organic Navigator), mejor conocidos como Eones, unidades multipropósito que parecían ser la última esperanza en aquella batalla.
-¿Cómo mierda es que nos atacan los ángeles? –Se preguntaba a sí mismo. -¿Seremos en verdad los buenos de la película?
La cuestión le daba vueltas en la cabeza. Le costaba imaginar lo que ocurría pues parecía demasiado ilógico. Tenía la sensación de que todo fuese un sueño parecido a esas series o películas que solía ver.
Era una persona que solía ser susceptible y fantasiosa a pesar suyo. Se venía un día más y esos pensamientos y obsesiones no hacían más que alejarlo del mundo real.
El día estaba despejado. No sólo el clima. No había nada por hacer y a Eusebio le costaba emplear su tiempo útilmente sin presión encima.
Dedicaría el día a vagar y a conocer la ciudad. Tras leer un rato en su cama se dedicó a chatear y revisar su correo en su lap top.
Como otras tantas veces se le apareció en este un viejo amigo suyo, quien era tan talentoso como excéntrico. De momento trabajaba como traductor, labor en la cual una negligencia premeditada lo llevaba a hacer evidentes cambios en el contenido del material con el que trabajaba. Sencillamente le decía que no le gustaba como estaba y que se reservaba el derecho de mejorarlo.
El Observador: Hola.
Orfeo: Cómo va todo allá?
El Observador: Bien. Recién he podido desempacar. Me han alquilado un departamento muy simpático en el centro de la ciudad.
Orfeo: Qué envidia!
El Observador: Ni creas. El trabajo está jodido. En unos días tengo mi primera visita al dasnetz.
Orfeo: Mmm.
El Observador: Sí, me voy a entrevistar con la jefa de operaciones para que me dé unos informes de combate.
Orfeo: Quién como tú! Allá en el centro de la acción.
Orfeo: Y llevaste a la foquita?
El Observador: Claro.
-Orfeo: Qué loco! Y donde se supone que la vas a poner?
El Observador: Traje mi tanque de agua.
Eusebio tenía una extraña mascota, Basilio, una foca. La había encontrado tiempo atrás cuando era una cría abandonada en una playa y, movido por la compasión y por querer tener un pasatiempo, la había adoptado. Era muy amigable y juguetona, aunque la necesidad de un tanque de agua en todo momento para que desempeñase sus actividades diarias siempre traía problemas.
-El Observador: Justo me hiciste acordar que tengo que darle de comer.
Entró a la habitación de la foca, la cual había insistido que su apartamento debía tener. Por fortuna su exigencia había sido aceptada. El sitio consistía básicamente de un pequeño estanque de agua y un piso con algunos juguetes y una cama. Basilio dormía al borde la piscina. Eusebio colocó frente a ella un tazón con pescado crudo.
-¡Basilio! –Grito frente a la foca.
Basilio despertó emocionado, hizo ruidos, aplaudió un poco y se arrastró torpemente donde su amo, quien lo acarició y le puso un pez en la boca.
-¿Cómo has estado hoy?
-¡Arrgh! ¡Arrgh!
La foca devoró rápidamente su comida para luego arrastrarse hasta el borde del estanque y permanecer recostada ociosamente entre el piso y el agua. Eusebio retornó a su habitación.
Orfeo: La foca.
El Observador: Sí, ese Basilio se pone bien despierto apenas ve comida.
Orfeo: En verdad estás loco
La conversación cesó por un largo rato –lo cual era inusual pues estas eran siempre fructíferas- mientras Eusebio meditaba.
El Observador: Tengo la sensación de que algo no está bien con todo lo que está pasando.
Orfeo: A qué te refieres?
El Observador: Estos seres no se parecen a nada. He oído que son gigantescos, tienen poderes prodigiosos y ni todo un ejército puede con ellos.
Orfeo: Y?
El Observador: Pueden ser criaturas divinas, no se parecen a ningún ser vivo.
Orfeo: De cuando aquí eres tan religioso?
Era verdad, Eusebio hacía tiempo que había perdido la fe en la religión. A veces anhelaba tenerla, siquiera un principio cósmico que lo guiase, pero incapaz de aceptar dogmas y el pensar en esas cosas solía angustiarlo, como ahora pudo notar que le pasaba.
El Observador: Estoy preocupado. Ha pasado tanto y ahora nos viene esto. Habrá salvación? Quizás la humanidad no tenga otra oportunidad sobre la Tierra, quizás esto sea el fin.
A medida que iba escribiendo una creciente angustia se iba apoderando de Eusebio. Todos sus temores y malos presentimientos se le acumularon encima.
Orfeo: Estás alterado. Relájate un poco y sal a conocer la ciudad.
El Observador: Sí, eso haré. Así aprovecho para hacer turismo.
Orfeo: Sácale el jugo a tus viáticos.
…
Un rato después Eusebio salió a conocer la ciudad esperando que el andar las calles y el aire fresco lo ayudasen a descargar la tensión. Sin embargo Berlín 3 era nueva y no había muchos monumentos para mirar.
Ya era la tercera ciudad edificada. La original había sido en gran parte destruida por los bombardeos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. Berlín 3, una moderna ciudad de más de 3 millones de habitantes sufrió un destino análogo en el Gran Impacto.
Sentado en un café frente a la calle a mediodía rememoró aquellos terribles tiempos.
El 21 de Agosto del 2000 una misteriosa catástrofe en la Antártica –según la versión oficial debido a la caída de un asteroide- ocasionó que sus hielos se derritiesen, variase el eje de rotación de la Tierra y se alterasen dramáticamente las condiciones climáticas.
El nivel del mar se elevó hasta 200 metros y muchas regiones –incluyendo aquella de la que procedía- fueron inundadas, quedando arrasadas ciudades enteras. Los maremotos y terremotos que se desataron fueron acompañados por sequías y a la interrupción de la mayor parte del comercio marítimo. Esto llevó al desabastecimiento y a la hambruna y junto con el colapso económico estallaron guerras masivas por todo el mundo. En éstas se emplearon nuevas armas nucleares que causaron incontables muertes y cuyo único atenuante era no dejar radiación significativa. Sería imposible resumir los hechos, sencillamente fue un infierno. En solo unos años la mitad de la población mundial había perecido y la otra mitad había perdido las ganas de seguir viviendo.
-Y ya han pasado 15 años de todo eso. –Pensó mientras tomaba un sorbo de café y veía a unas palomas caminando en la acera.
Era el año 2015. Tras 3 o 5 años de caos y destrucción inimaginables la humanidad había empezado a recuperarse hasta cierto punto. Era verdad que ya no se vivía tan bien ni con tanta facilidad como antes pero las cosas andaban y había expectativas a futuro.
Eusebio paseó por las calles. La ciudad era muy ordenada. Se veían modernas tiendas, almacenes y supermercados bien surtidos y elevados rascacielos. Había asimismo enormes paneles que pasaban secuencias de publicidad en 3D como si fuesen pantallas electrónicas, semáforos, máquinas controladoras de tránsito y recogedores de basura completamente automatizados, entre muchas otras cosas. Todo levantado en apenas 10 años.
-Estos alemanes nunca me han caído bien, pero sería mezquino negar que se las arreglan para levantarse de sus cenizas.
A pesar de todo Eusebio podía considerarse afortunado. No sólo había sobrevivido al Gran Impacto, sino que las había arreglado para tener en su mesa mantequilla, carne y menestras con aceite de oliva mientras muchos otros pasaban hambre. Estaba lejos de la ciudad cuando ocurrió el desastre y aunque perdió a algunos familiares, él y sus padres estuvieron sanos y salvos. Sus capacidades, sus contactos y el mercado negro garantizaron un cierto confort en medio de la penuria.
Consciente de su posición, Eusebio siempre quiso ser el mejor. Se sentía además naturalmente privilegiado y no había dudado en explotar los más diversos medios y vínculos para ascender hasta su posición. Y sabía que la investigación a LOGOS sería algo importante, una oportunidad sin precedentes.
…
Llegó finalmente el día de la primera visita al dasnetz, cuartel general de LOGOS. Eusebio se despertó temprano esa mañana sin poder ocultar su ansiedad. Aún no amanecía (el alba demoraba en llegar en esas tierras) por lo que se quedó observando la salida del Sol desde su ventana.
Se sirvió unos cereales, dio de comer a Basilio –quien estaba nadando animadamente en su pequeño estanque-, jugó un rato con él y regresó a su contemplación.
Antes del mediodía debía estar en el dasnetz. Tenía arreglada una inspección a las instalaciones y a los Eones y una entrevista con la jefa de operaciones. Poco esperaba obtener de esta visita bastante controlada, pero le permitiría reconocer el terreno. La agenda de LOGOS levantaba sospechas debido al alto costo y misterio de su programa.
Los Eones eran gigantescos robots de combate que parecían ser la única arma útil contra los ángeles. Se habían comenzado a construir años antes de estos ataques, poco después del Gran Impacto, como si todo eso hubiese sido previsto de antemano. Su fabricación –que había implicado a las principales potencias mundiales- había significado gastos multimillonarios.
-Ahora la guerra parece ser la prioridad. Todo se invierte en desarrollar armas y esta misma ciudad es una fortaleza. –Pensó con amargura.
Se distrajo luego leyendo las peripecias detectivescas y cabalísticas del cuento "La muerte y la brújula" de Jorge Luis Borges. Se sintió en algún modo similar a su protagonista y las circunstancias que vivían le sugerían lejanamente otras ya narradas.
Eusebio se consideraba a sí mismo un razonador puro. Sin embargo en él había algo de aventurero y hasta de tahúr, como un Lupin III. Esa mezcla de buenas maneras, intelectualismo y astucia siempre habían estado entre las armas que había usado para abrirse paso en su profesión. Era por demás consciente de que debía valerse de todas estas cosas y muchas más si quería llegar lejos.
Viendo que ya era hora, salió de su apartamento con su cámara fotográfica y un maletín. Saludó con inusual efusividad al frío portero y después de un rato salió en su carro.
Recorrió ágilmente las autopistas de Berlín 3. A pesar de la violencia que golpeaba a la ciudad, la actividad en ella seguía a toda máquina. Pudo ver a lo largo del camino numerosos edificios en construcción y las obras para reparar los daños sufridos por la infraestructura tras los últimos combates.
Meditando sobre la situación pensó que era imposible razonar que lo que venía ocurriendo fuese voluntad de Dios, pues de ser así ¿Cómo en la misma naturaleza podía existir tanto mal y Él no hacer nada por remediarlo? Si realmente existía esa fuerza suprema debía estar en su cielo, indiferente a las vicisitudes humanas, obrando un superior y secreto orden. Lo inmediato, los libertinajes y depredaciones de los hombres, en suma, le eran indiferentes.
Sus cavilaciones fueron interrumpidas al darse cuenta de que estaba por llegar a los cuarteles.
El sitio estaba en las afueras de la ciudad, cerca del bosque. Había algunas instalaciones que al parecer eran laboratorios y torres. Eusebio sintió una ligera decepción.
-Pase. Casi toda la base se encuentra bajo tierra. –Dijo un empleado de LOGOS que se le acercó.
Entraron a un discreto edificio blanco de un solo piso. Al llegar fondo del sitio el empleado colocó su identificación en una pantalla que había, con lo que se abrió de inmediato una compuerta que llevaba a una escalera mecánica.
En la entrada pudo ver el emblema de la organización: la imagen de una manzana, con el nombre LOGOS corriendo transversalmente frente a ella y en media luna debajo la imagen la frase "Knowledge is power".
Encima suyo pudo notar lo que era una gran pirámide. Las proporciones del lugar lo aturdieron a medida que iban descendiendo a lo largo del laberinto de escaleras mecánicas que se multiplicaban en la oscuridad y el silencio.
-A usted lo han enviado del diario El Observador, ¿no? –preguntó el empleado cortando repentinamente el silencio.
-Sí.
-Jamás había oído hablar de él.
-Que raro, no debe leer muchos periódicos.
-¿Para que leer o ver las noticias si nosotros somos la noticia? –Replicó el empleado mientras que abrían las compuertas, llevando a un gran pasillo.
Mientras caminaban el hombre interrogó a Eusebio sobre su labor.
-Me han enviado a inspeccionar las instalaciones y los Eones y hablar con los técnicos y con la jefa de operaciones.
-La coronel Armstad.
Al poco rato entraron al centro de mandos de LOGOS. Era un gigantesco salón en el que fácilmente cabían miles de personas, aunque solo había unos cientos. Aparte de su extensión, el sitio era tremendamente elevado (el techo estaba a decenas de metros del suelo) y se podían observar a lo largo de las paredes pantallas, mapas y radares junto con modernas máquinas. Había la sensación de un continuo ajetreo. A distintas alturas y niveles se veían varias mesas y al centro una gran estructura con tres plantas de diferentes alturas en las que se hallaban oficiales, científicos y operarios. El escenario era digno de una película de ciencia ficción.
-¡Bienvenido a LOGOS!
Una joven y agradable empleada se le acercó.
-Usted debe ser el del diario El Observador.
Eusebio asintió y mostró su identificación de visitante.
-Debe saber que pocos fuera de esta organización tienen el honor de conocer este lugar.
Dos miembros uniformados del personal se le acercaron para iniciar la inspección a las instalaciones.
-Estamos en la Estación Central. Desde aquí se dirigen y se coordinan las operaciones de LOGOS. Últimamente hemos estado muy ocupados. –Dijo uno de ellos.
-Me extraña, LOGOS lleva más de 5 años desde su fundación y el proyecto de construir los EONES varios más ¿Cómo pudieron prever el ataque de los ángeles?
Surgió una situación incómoda mientras caminaban bajo las inmensas y macizas estructuras del lugar.
-Nosotros no somos lo más autorizados para decirlo. Solo digamos que desde el Gran Impacto han ocurrido tantas cosas que más vale la pena estar preparados.
Eusebio notó que en los varios niveles de los pasillos que rodeaban al lugar había personas que los observaban. Desde un punto alejado que supuso servía como puente de mando vio a un hombre con lentes de sol sentado en un escritorio con un científico detrás de él. Por las fotos que había visto dedujo que se trataba del jefe de LOGOS.
Ascendieron a través de la gran estructura que se encontraba al medio de la Estación Central. Observó a un grupo de técnicos operando unas computadoras encabezados por una mujer rubia con bata de científico y expresión seria, quien de pie supervisaba el trabajo.
-La doctora Rosenberg, jefa de la sección científica de LOGOS.
-Encantado. Eusebio Rodríguez del diario El Observador. –Dijo estrechándole la mano.
-Ha venido a conocer nuestro sistema informático, ¿no es así? Dijo la doctora con frialdad.
-Así es. Conque estas son las supercomputadoras Architect.
-¿Sabía de ellas? –Preguntó con cierta sorpresa la doctora.
-¿Cómo no? Existen más máquinas conectadas a este sistema en otros lados.
-Todo el dasnetz funciona de acuerdo a las instrucciones de la máquina. La forman tres computadoras: Ego, Super Ego y Psique. –Dijo uno de los operarios.
-Que como su nombre indica representan el Yo, el Super Yo y el Ello. –Anotó con ironía sobre la nomenclatura psicoanalítica del sistema.
-Exactamente. Las 3 computadoras razonan autónomamente y coordinan sus acciones. –Dijo el mismo operario.
-No me imaginaba que pudiesen hacer que las máquinas pensasen por sí solas.
-Esta tecnología es milagrosa. –Dijo una operaria con una sonrisa.
En efecto, las supercomputadoras Architect constituían una proeza de la tecnología informática. Casi todos los sistemas que operaban en el dasnetz y en la red defensiva de de Berlín 3 funcionaban desde ellas. Su inteligencia parecía ser autónoma, pues la misma máquina realizaba la toma de decisiones vitales.
-Las supercomputadoras Architect. –Añadió la doctora Rosenberg- realizan la toma de decisiones coordinadamente tras deliberar entre ellas. Asimismo cuando es necesario se les puede consultar para ver su opinión sobre una determinada acción, para lo cual las máquinas nuevamente deliberan entre sí hasta llegar a una conclusión.
-Ésta es entonces la matriz. –Dijo Eusebio trayéndose a la mente historias de ciencia ficción.
-No sé a qué se referirá exactamente pero está en lo cierto. –Dijo la doctora Rosenberg.
Tras esto la científica invitó a Eusebio a conocer el resto de las instalaciones. Éste salió acompañado por los mismos miembros del personal que lo habían recibido a su llegada a la Estación Central.
Recorrieron interminables pasillos, niveles y salones. Pasó por varios laboratorios, talleres y almacenes; un moderno hospital perfectamente equipado; oficinas de dependencias que iban de las Relaciones Públicas la investigación genética; centros de esparcimiento como bares, billares, casinos, cabinas de computadoras y bibliotecas; asépticos comedores y una gran área deportiva con piscinas, saunas, campos deportivos y gimnasios.
-Apenas hemos visto las dependencias civiles. Esto es solo una fracción del dasnetz. –Dijo uno de los guías a Eusebio mientras este se entretenía levantando pesas.
-¿Cuán grande es éste sitio? –Preguntó admirado.
-No estamos seguros, pero probablemente tanto o más que la propia Berlín 3.
En verdad era impresionante. El mismo personal parecía perderse en el laberinto de pasillos, ascensores y escaleras mecánicas, repetidos y multiplicados hasta la insensatez.
A Eusebio le habían explicado que el término dasnetz (telaraña) designaba a un área completamente autosuficiente construida bajo la superficie de la Tierra, lo cual se correspondía muy bien con la gigantesca y laberíntica red que estaba recorriendo.
Pasaron después a una inmensa área que reproducía a la perfección los viejos bosques alemanes y que resultaba tan agradable para pasar el rato como un inmenso jardín. Había varias bancas con algunos huertos dispersos cerca en un mirador desde el cual se podía disfrutar de la vista un lago azul que dominaba el mapa.
-Aunque Berlín 3 fuese borrada del mapa, quizás hasta si ocurriese el mismo fin del mundo, aquí tendríamos recursos para sobrevivir. –Dijo en ese punto de la visita a Eusebio un funcionario de LOGOS al que entrevistaba.
-A veces da la sensación de que se creyesen Dios. –Comentó Eusebio.
-Todo es posible ¿Acaso no has leído nuestro lema? Saber es poder.
¡Ay del ingenio de Bacon! ¿Habría sido acaso aquel sabio del XVI capaz de prever lo que llevaría su ciencia al hombre?
Descendieron a la cámara donde se encontraban los Eones. Eran tres y cada uno tenía la altura –calculó- de un edificio de 15 pisos. A pesar de su estructura mecánica, en ellos había algo de monstruoso y demoníaco. Uno era azul y con un solo ojo en la cara, el otro púrpura, con un cuerno y una prominente quijada y el último rojo, con 4 ojos y 2 bocas.
-Me recuerda al Barón Rojo. –Dijo para sí distraído al ver a éste último.
-Su diseño está inspirado en los Barones del Infierno. –Dijo el científico.
-Claro, a eso me refería. –Dijo Eusebio intentado disfrazar su ignorancia.
Los barones del infierno pertenecían a los mitos de la Alemania medieval. Se trataba de monstruosos gigantes semejantes a demonios y, en efecto, su descripción se correspondía bastante con el aspecto de los Eones.
Eusebio sabía que la construcción de éstos era una hazaña de la tecnología bélica. Ella había tomado varios años y sumas exorbitantes de dinero. En ella participaron las grandes potencias mundiales: Los países de la Unión Europea (sobretodo Alemania), Estados Unidos, Brasil, la Comunidad Sudamericana, China y la India, dirigidos por las Naciones Unidas.
-He oído que miles han muerto de hambre en las naciones más pobres por no atenderse sus necesidades debido a estos gastos. –Hizo notar Eusebio al funcionario.
-Mil muertos más, ¿qué más da? –Le replicó despectivamente- La miseria de algunos o muchos no es nada comparado con lo que implica esta guerra contra los ángeles. El destino de toda la humanidad podría estar en juego.
-Creo que a muchos no les molestaría estar muertos después de todo. Desde el Gran Impacto la tasa de natalidad ha caído dramáticamente y la de suicidios ha crecido inversamente.
-Su pesimismo no tiene lugar aquí. Así que por favor no colme nuestra paciencia.
Eusebio se quejó entre dientes de las maneras de los alemanes.
-Por el momento los Eones se encuentran en estado de criogenia en sus jaulas. Nuestros sistemas de activación los hacen funcionar cuando deben entrar en combate.
Eusebio iba tomando nota con atención.
-Los Eones funcionan con energía eléctrica suministrada por cables de varios Km. Son más ágiles y flexibles que cualquier ser humano. Su forma de combatir es como la de guerreros gigantes, usan puños y patadas, cuchillos y armas de fuego.
-¿Y eso puede más que una bomba N2?
-Por increíble que parezca. Los campos AB de los ángeles solo pueden ser completamente contrarestados por los Eones que producen otros.
-Pero no entiendo como máquinas de este peso y tamaño pueden moverse tan rápido, ¿qué hay con las leyes de la física?
-Es por esos mismos campos AB. Los Eones generan campos AB al igual que los ángeles y estos permiten reducir la atracción gravitatoria.
-Todo esto es interesante, pero dígame ¿Por qué estas prodigiosas armas de las que depende nuestro futuro son manejadas por niños de 14 años?
-Le puedo asegurar que nuestros pilotos han pasado por el más riguroso proceso de selección. El Instituto Harmmonia ha emprendido una investigación por todo el mundo para hallar a los jóvenes más dotados. –Dijo el científico sin poder disimular su irritación frente al visitante que lo importunaba con sus preguntas.
-Mmm, ¿y cómo así el tercer piloto es el hijo del jefe de LOGOS?
-No cuestione nuestras decisiones. El que el piloto sea hijo del comandante no es coincidencia, su destino era ser eso y de dónde viene es fundamental ¿Quién mejor que alguien del medio para ser parte del proyecto?
A pesar de todas las conquistas en la evolución del hombre mediante el desarrollo de la tecnología y el conocimiento, viejos vicios como el nepotismo se resistían a morir. Eusebio se había dado cuenta de que mucha gente importante en LOGOS (la doctora Rosenberg, la coronel Armstad y dos de los tres pilotos) eran hijos de personalidades científicas, varias de las cuales habían estado envueltas en la creación de la organización. Era como si la labor se heredase de padres a hijos.
-En todo caso no me parece correcto emplear a menores de edad para una misión como ésta.
-No importa lo que usted diga. Los experimentos demuestran que ellos alcanzan la mayor sincronización mental con sus unidades. Por tanto son lo más aptos y su actuación está rindiendo frutos.
-¿Cómo es eso de la sincronización? –Preguntó Eusebio mientras caminaban por los puentes del lugar y observaba su reloj, aguardando su siguiente entrevista.
-Los Eones no pueden funcionar a menos que sus pilotos alcancen un grado de sincronización mental suficiente con ellos.
-¿Me dice que tienen que sincronizarse con un arma?
La idea le parecía absurda. Era como imaginarse un tanque o un avión con el que el que lo manejase tuviese que coordinarse mentalmente.
-Lo crea o no. –Dijo el científico. –Los Eones no funcionan como cualquier aparato mecánico, son una extensión de la mente y el alma del piloto. De hecho con un grado lo suficientemente alto de sincro pueden sentir dolor cuando el Eon es agredido.
-Eso parece sacado de la ciencia ficción.
-Bueno, esto es el mundo real.
En el transcurso de la visita Eusebio tuvo la extraña sensación de que aquello que estaba viendo se parecía demasiado a otras cosas que ya había visto antes ¿Sería premeditado? ¿Acaso la gente de LOGOS imitaba deliberadamente las historias de ciencia ficción?
Se fijó en que ya era hora de la reunión. La coronel Armstad debía entregarle los informes de los pilotos y de los ataques de los ángeles. Tras consultar a un empleado, el cual estaba enterado de su visita, este lo condujo a su oficina.
-Coronel Armstad, el corresponsal de El Observador ya está aquí. Anunció el empleado frente a la puerta.
-Que pase.
La coronel estaba sentada tras su escritorio. En la espaciosa oficina se veían archivos amontonados en los estantes y el escritorio. Eusebio notó algunas botellas de licor vacías y vasos en un sitio de la oficina.
-Tome asiento.
-¿Cómo van las cosas por acá? -Preguntó Eusebio mientras se sentaba.
-Todo bajo control.
Miró a la coronel. Era bastante atractiva. Su cabellera, negra y larga, era entre lacia y encrespada; su piel era blanca pero sin el desagradable rosáceo nórdico, sus ojos grandes y profundos eran de un pardo oscuro. Su cuerpo en conjunto era escultural y de una generosa voluptuosidad, pero al mismo tiempo se notaba esbelto y trabajado. Sobre el uniforme tenía una chaqueta roja con insignias y debajo llevaba una sugerente minifalda que rompía con lo marcial del conjunto.
-¿No le parece extraño que estemos combatiendo contra los ángeles?
-¿Por qué me va a parecer?
-¿Pero no saben qué son? ¿No podrían ser seres divinos?
-¿Eso también lo va a incluir en su entrevista? –Preguntó con extrañeza la coronel.
-No, no se preocupe. Pero dígame ¿Saben algo acerca de la naturaleza de los ángeles?
-Lo que importa es que nos están atacando y tenemos que defendernos.
Eusebio se había enterado de que un ángel había sido hallado en estado de casi perfecta conservación tras haber caído derrotado y que se le habían hecho análisis en laboratorios.
-¿No podría hablarme de los resultados de la investigación en ese ángel?
-Todavía no se puede comentar sobre esos resultados, falta corroborarlos.
-Ya veo, ¿pero no me podrá dar una copia de esos informes?
-De momento es información clasificada.
Observó a la coronel fijamente por un rato. Ésta se dejó impresionar por su expresión inquisidora.
-¿Qué me puede decir de ese robot manejado con energía nuclear que estaban probando y que casi ocasiona una catástrofe el día de su activación?
La máquina en cuestión había sido construida por una importante corporación fabricante de armas y evidentemente representaba una seria competencia para LOGOS. Era semejante a los Eones, aunque más pesada. Sin embargo, tenía la ventaja aparente de emplear energía nuclear para su batería, con lo que podía funcionar por 6 meses sin ser recargada, además de no requerir de pilotos y no salirse nunca de control como Eusebio sabía que había ocurrido con el Eón 01 en su pelea contra el primer ángel que atacó la ciudad.
La extraña coincidencia de que justamente en la ceremonia de inauguración se saliese de control y por poco ocasionase un desastre nuclear dejaba mucho que pensar.
Sin embargo Eusebio tampoco llegó a nada con esta pregunta. Las causas del accidente eran desconocidas. Pasaron a discutir sobre los pilotos, su desempeño e informes de sincronización.
-Es muy interesante eso de la sincronización. –Comentó Eusebio.
-Uno de estos días podemos arreglarle una visita para que vea uno de los experimentos.
La coronel le entregó los expedientes de los pilotos y los informes de sincronización de estos y de los combates con los ángeles. Eran dos mujeres y un hombre, este último hijo del comandante. De la primera, sin embargo, había muy poca información. Demoró más de 6 meses en sincronizar con su Eón y recientemente había resultado seriamente herida en un accidente.
La conversación fue súbitamente interrumpida por el ruido de las alarmas que resonaron por todo el dasnetz.
-¡Un ángel! –Exclamó la coronel.
Eusebio agradeció para sí la ocasión en la que, entre otras cosas, podría presenciar a los Eones en acción.
Salieron apresuradamente y subiendo por los ascensores llegaron hasta la Estación Central. Una vez ahí la coronel consultó a los operarios sobre el estado de la batalla.
-Hemos detectado Patrón Azúl, hay un ángel atacando. –Anunció un operario a su llegada.
-Los Eones 01 y 02 ya han sido enviados al frente de combate.
-Perfecto. Pongan en las pantallas al ángel. –Ordenó la coronel enfrente de Eusebio, quien asistía como espectador privilegiado de los hechos.
La agitación en la Estación Central era total. Los empleados iban y venían de un sitio a otro. Al centro de todo había un gigantesco holograma que reproducía un mapa con la topografía de la zona. Sentado en un rincón junto con varios oficiales de las Naciones Unidas y el Ejército de la Unión Europea se podía ver al comandante y al subcomandante de LOGOS.
En las pantallas apareció la imagen del ángel. Estaba muy lejos del concepto convencional de criaturas celestiales. Era gigantesco y monstruoso y, sin embargo, parecía instalado tanto en lo material como en lo inmaterial.
-¿Ya se realizó la evacuación de los civiles? –Preguntó Armstad.
-Sí coronel.
-Bien, ahora pongan en posición defensiva los sectores 3, 4 y 5.
Los edificios de una vasta área de la ciudad comenzaron entonces a enterrarse bajo la superficie, descendiendo en plataformas mecánicas. En las calles comenzaron a aparecer baterías de misiles y una serie de edificios y estructuras defensivas fueron ascendiendo. Una vez esto de dos de ellas salieron los Eones 01 y 02.
La batalla comenzó. El ángel tenía un poder prodigioso. De él salían rayos que al explotar cobraban forma de cruz. De no ser por la posición adoptada era evidente que amplias áreas urbanas habrían sido arrasadas por estos ataques.
-Establezca contacto visual con los pilotos. –Ordenó la coronel a los operarios de la Architect.
En la pantalla aparecieron las imágenes de los pilotos. Estos usaban un traje semejante al de un astronauta, aunque sin casco y mucho más ceñido y flexible. El chico –el tercer piloto, quien pilotaba el Eón 1- tenía un aspecto delgado y débil que contrastaba con su misión y con el de la segunda piloto, cuya cabellera de un vivo rojo iba a tono con el color de su uniforme. La actitud sumisa de éste también contrastaba con la arrogancia y temeridad que mostraba la segunda.
A Eusebio le costó seguir la acción. La coronel iba dando instrucciones a los pilotos para que montasen un ataque coordinado contra el ángel. Se mostraba rápida y eficiente en su labor. Primero, un bombardeo de misiles aturdió al ángel. Tras esto los Eones comenzaron a luchar con una agilidad que más parecía de atleta que de robot. Corriendo y saltando a gran velocidad, pudieron evitar la mayor parte de los ataques directos y rayos del enemigo.
Era prodigioso verlos con sus gigantescas ametralladoras semiautomáticas disparando. Aún más cuando se iniciaba el combate cuerpo a cuerpo en el que, literalmente, como a Eusebio le habían dicho, los Eones peleaban a golpes. El Eón 02 sacó un gigantesco sable, éste era el Progressive Knife, un arma de potente filo y con capacidad de autoregenarse rápida y continuamente. Pudo observar una especie de campo magnético rodeando el cuerpo del ángel.
-Desplieguen los campos AB de los Eones. –Anunció un megáfono.
La razón por la que los ángeles eran resistentes a las armas convencionales, se debían a este campo que generaban (Absolute Barrier Field) capaz de inutilizar estos ataques. Al poder los Eones generar un campo idéntico podían contrarrestar al de los primeros.
Al penetrar los Eones el cuerpo del ángel se entabló un combate feroz.
-Los pilotos no coordinan bien sus acciones. –Dijo el mismo operario.
-Esa chica tiene demasiado carácter y el otro todo lo contrario. -Lamentó Armstad.
Sin embargo, al poco rato el ángel recibía una puñalada del Progressive Knife en su núcleo, un gran círculo rojo en el centro de su cuerpo. Chilló agonizante y finalmente estalló con una gran potencia. Sin embargo los Eones quedaron intactos.
El personal de LOGOS no tardó en festejar la victoria mientras que la coronel felicitaba a los pilotos. Sin embargo Eusebio no pudo evitar sentir cierta piedad por el ser mientras veía el espectáculo. En el fondo de sí lo sintió. Aislado del bullicio pensaba para sus adentros.
-Ese ser es como el que me habló esa noche.
Palabras del autor: Bueno, este es mi primer fanfic. Ya he escrito bastantes cosas antes y me encanta la literatura. Soy un fan reciente de Eva –me enteré de ella hará unos meses- y mientras la veía me enteré de cómo era la onda de los fanfics. La cosa me parece bien interesante pues te permite trabajar con un mundo que ya existe y dejar volar tu imaginación con esa base dándole cuantos giros se te imaginen.
En mi caso esto es básicamente un experimento literario. Sé que algunos escritores pensarán que este género los degrada y tiene escaso valor, pero la verdad el fanfiction es algo mucho más antiguo de lo que muchos creerían. Es decir, ¿no eran todas las obras que se hacían alterando los mitos griegos o la Iliada y la Odisea acaso eso? Sobretodo si pensamos que los héroes mitológicos griegos eran en aquel tiempo como los del anime y el cómic hoy en día. Yo, personalmente, siempre he hecho algo parecido al fanfiction. Mi primera obra, una tragicomedia mitológica sobre Hércules y el Rey Minos (con el segundo de protagonista) surgió de mi insatisfacción con los mitos de los dioses y las películas en las que estos salían, así que me lancé a cambiarlos a mi gusto y antojo. Lo mismo he hecho en varias otras obras teatrales posteriores, donde altero o invento hechos históricos (poniendo al héroe incaico Ollantay de último inca y luchando con los españoles, metiendo al Rey Salomón a comerciar condones con Sodoma y Gomorra e inventando una rebelión imaginaria en los tiempos de decadencia de Roma) e inclusive la gran novela que espero algún día escribir "La guerra de las falacias" está inspirada en Star Wars aunque aspiro a que sea muy superior a esta.
De todos modos nunca me había metido tan en serio en el fanfic como ahora lo estoy haciendo. Como digo, pienso que casi todo género tiene sus posibilidades y de él se puede sacar algo bueno. Por ejemplo, dicen que todo lo que es de terror es malo y sin embargo Poe, quien escribía cuentos de horror, es el padre de la literatura norteamericana, del cuento tal y como lo conocemos y el maestro de los escritores modernos. No creo personalmente por ello que deba despreciarse al fanfic. El asunto es dar lo mejor de uno y escribirlo con la misma dedicación con la que estuvieses escribiendo una gran novela.
Ahora pasando a mi fanfic, sé que por el momento no parece muy original pero ya les iré dando varios sorpresas que le darán a esta historia una vuelca de tuerca. Aún no sé adonde llevar la historia, pero me basta por ahora con decir que esto es más que una simple imitación de Eva.
Una cosa que me gusta especialmente de lo que estoy haciendo es que me parece que este tipo de narración se ajusta muy bien al formato literario, a diferencia de otros fanfics, que se concentran más en la acción, cuando las mejores posibilidades para esa clase de tramas están en el manga y el anime que son más gráficos y por tanto en esos caso dicen más que mil palabras. Cuando dibuje mejor también me gustaría hacer algún doujinshi.
Bueno, ya no digo más porque sino le quito la intriga, y dado que esta es una narración de suspenso la malograría. Espero que varios lean este fic y dejen sus opiniones. Tal vez algunas me den buenas ideas para proseguir con la historia. Calculo que en unas 2 semanas pondré el segundo capítulo así que están a tiempo para opinar.
Gracias a mis prelectores Fero, Caterine Viper Ragnarok, Beamknight y Seferino, adiós a mis dudas y a todos los lectores… ¡Felicitaciones!
